Está en la página 1de 3

Analisis sobre el informe Belmont

El informe Belmont fue creado por el departamento de salud, educación y bienestar de


los estados unidos, el cual fue titulado como principios éticos y pautas para la
protección de los seres humanos en la investigación. Este reporte fue creado el 18 abril
de 1979 y toma el nombre del centro de investigaciones de Belmont.

La investigación científica ha dado como resultado varios beneficios sustanciales. Pero


también ha planteado desconcertantes problemas éticos. La denuncia de abusos
cometidos contra sujetos humanos en experimentos biomédicos y de comportamiento,
como el de un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Estado de
Alabama en Estados Unidos, aquel experimento fueron llevados a cabo en
afroamericanos, en su mayoría analfabetos, fueron estudiados para observar la
progresión natural de la sífilis no tratada.

Dicha denuncia tiene sus antecedentes durante la segunda guerra mundial, llamando la
atención. En la mayoría de los casos el término práctica se refiere a intervenciones cuyo
fin es acrecentar el bienestar de un paciente individual o un cliente. El fin de la práctica
médica es ofrecer un diagnostico, un tratamiento preventivo o unas terapias a individuos
concretos. Las investigaciones y las prácticas pueden ser llevadas a cabo conjuntamente
cuando la investigación va encaminada a la valoración de la seguridad y eficiencia de un
tratamiento.

El informe explica los principios éticos fundamentales para usar sujetos humanos en la
investigación, los cuales son.

Respeto a las personas.

Protegiendo su autonomía, es decir la capacidad que tienen para decidir con toda
libertad si desean o no participar en el estudio una vez explicados todos los riesgos,
beneficios y potenciales complicaciones. Este principio explica también la protección de
sujetos con mayores riesgos como mujeres embarazadas o grupos susceptibles con
autonomía limitada como presos, menores de edad, enfermos mentales o personas con
cualquier tipo de discapacidad.

Algunas personas necesitan protección extensiva. Que es necesario excluirles del


ejercicio de actividades que pueden serles prejuiciosas. El grado de protección que se
les ofrece debería depender del riesgo que corren de sufrir daño y de la probabilidad de

MARGARITA LOPEZ MAZON


obtener un beneficio. En la mayoría de las investigaciones exige que los sujetos entren
en la investigación voluntariamente y con la información adecuada. Sin embargo, en
algunos casos, la aplicación del principio no es obvia.

Parte de éste principio conlleva la obtención en toda investigación de un consentimiento


informado donde un sujeto libremente acepta participar de una investigación tras una
amplia explicación de la misma y con todo el derecho de retirarse del estudio cuando el
sujeto lo desee.

Beneficencia

Este principio implica que debe buscarse siempre incrementar al máximo los
potenciales beneficios para los sujetos y reducir los riesgos. Esta forma de proceder cae
dentro del ámbito del principio de beneficencia. El término "beneficencia" se entiende
frecuentemente como aquellos actos de bondad y de caridad que van más allá de la
obligación estricta.

En el caso de investigación científica en general, los miembros de la sociedad tienen la


obligación de reconocer los beneficios que se seguirán a largo plazo, y los riesgos que
pueden ser el resultado de la adquisición de un mayor conocimiento y del desarrollo de
nuevas formas de proceder en la medicina.

Justicia

Los riesgos y beneficios de un estudio de investigación deben ser repartidos


equitativamente entre los sujetos de estudio. Bajo toda circunstancia debe evitarse el
estudio de procedimientos de riesgo exclusivamente en población vulnerable por
motivos de raza, sexo, estado de salud mental, etc.

Finalmente, cuando una investigación subvencionada con fondos públicos conduce al


descubrimiento de mecanismos y modos de proceder de tipo terapéutico, la justicia
exige que estos no sean ventajosos sólo para los que pueden pagar por ellos y que tal
investigación no debería indebidamente usar personas que pertenecen a grupos que muy
probablemente no se contarán entre los beneficiarios de las subsiguientes aplicaciones
de la investigación.

Hoy, el informe Belmont continúa siendo una referencia esencial para que los
investigadores y grupos que trabajan con sujetos humanos en investigación, se

MARGARITA LOPEZ MAZON


aseguren que los proyectos cumplen con las regulaciones éticas ya plantadas
actualmente.

MARGARITA LOPEZ MAZON

También podría gustarte