Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
18-1614
Semana 11. Ensayo
El Plan Nacional contra la Violencia Hacia la Mujer 2009-2015 lo definió como los
homicidios de mujeres en condiciones de discriminación y violencia basados en el
género. Algunas personas en cambio hacen una distinción entre femicidio y
feminicidio, expresando con el primero el asesinato de una mujer por el hecho de ser
mujer, y con el segundo, el «conjunto de femicidios en una situación de absoluta o
patente inactividad de los Estados para la persecución y evitación de tales crímenes.
El panorama en el país azteca es tan solo una muestra de la violencia de género que se
presenta en América Latina: tan solo en México, en 2019, se registraron 1006 casos de
feminicidio, y en el mismo año, Perú alcanzó la cifra más alta de la última década con
168. Por su parte, en Colombia, el pasado diciembre se registraron 51 casos, siendo
Antioquia el departamento de mayor repercusión con 11 hechos. A este panorama se
suma el dato que reveló Silvia Ferreyra, Coordinadora nacional del movimiento feminista
Mumalá en Argentina: se detectaron 3013 casos entre 2010 y 2019. Las tasas elevadas de
feminicidio en la región se complejizan debido a variables como la impunidad de los
agresores, el subregistro de casos, que se refiere a la cifra inexacta de los casos de
violencia de género que existen en América Latina, ya sea por miedo a denunciar y/o la
desinformación por parte de las autoridades, así como la tipificación del concepto de este.
La mirada sociológica obliga a preguntarnos ¿Qué nos pasa cómo sociedad? ¿Por qué
desde la Procuraduría General de la República se insiste en las bondades del Plan
Nacional Contra la Violencia de Género, cuando tenemos esta visible realidad? Me
pregunto una y mil veces. ¿Dónde quedaron los dominicanos buenos, generosos? ¿Qué
estamos haciendo cada uno de nosotros? Definitivamente el Estado y sus instancias
tienen muchas debilidades en sus ejecutorias, pero también las entidades privadas y el ser
humano individual. Parece que la atomización social y otras características de la
postmodernidad, están haciendo su impacto brutal en la colectividad dominicana. La
intolerancia, la violencia, la no aceptación del otro.
Me pregunto ¿Qué pasa en los jóvenes después de durar varios años escuchando estas
barbaridades misóginas? Y el asunto no es prohibir, no, no, las acciones deben ir más
allá, ser preventivas, concientizada.
Inquieta que casos sonoros pudieran provocar efecto dominó y que, sirven de palanca a
los agresores para cometer sus agresiones; por ejemplo, el caso de Juana Domínguez, ella
fue asesinada un lunes y en esa semana se registraron unos cinco feminicidios más. Se
debe implementar protocolo en las formas en que los medios de comunicación tratan las
noticias de feminicidios a fin de evitar posibles rebotes y asegurar el respeto a las
víctimas y el dolor de sus familias; esto incluye aplicar normativas claras sobre la
publicidad, prohibir la cosificación de la mujer a través del uso de mensajes televisivos,
radiales, periodísticos, que incluya la promoción por las redes sociales. NO a la
presentación de la mujer como objeto sexual, como mercancía que se compra y se vende,
lo cual crea vulnerabilidad ante el poder, el dominio y el control.
Es urgente acrecentar la participación de las Ciencias Sociales en los procesos de
decisión pública: investigaciones sobre las temáticas, paneles de debates, discusión y
toma de conciencia.