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ECUADOR, PAÍS AMAZÓNICO

Por Cándido Gasteasoro

(Clemente Haro Mancheno)

La tragedia desencadenada por los incendios forestales en la


Amazonía brasileña, ha provocado que el mundo regrese a ver a la
zona de la tierra con mayor producción de oxígeno y agua del
planeta, además de ser una de las zonas con mayor biodiversidad.

Hoy el mundo está hablando de la selva amazónica, con interés


propio, llegando inclusive a considerar sanciones en contra de
Brasil por el inadecuado manejo de la protección contra la
deforestación de la zona que a ese país le corresponde.

El hecho nos obliga a pensar que el territorio ecuatoriano es


amazónico en más del 45%, es decir, casi la mitad del territorio está
ocupada por esta zona vital para la supervivencia de las especies
de la tierra incluida la humana.

La frase “El Ecuador es y será país amazónico”, fue utilizada para


reivindicar los derechos territoriales disputados durante muchos
años contra el Perú.

Sin embargo, a pesar de haber perdido más de la mitad del territorio


en esas disputas, que en su totalidad fue territorio amazónico, el
hecho de estar dentro de la cuenca hidrográfica del gran río,
indiscutiblemente nos mantiene como país amazónico, mas con
obligaciones que con derechos.

Aunque el presidente Galo Plaza, en su momento minimizó la


importancia de la Amazonía, con la frase “El oriente es un mito”,
esta región natural es la que ha mantenido a flote la economía
ecuatoriana, y no precisamente por las riquezas de la superficie, si
no por aquellas que guarda en sus entrañas.

La polémica sobre la necesidad de explotar los recursos minerales


de la Amazonía, contra la posición de los grupos ecologistas, que
sostienen que las actividades mineras destruyen los importantes
ecosistemas que atesora la cuenca del Amazonas, ha hecho que
más de la mitad del territorio ecuatoriano se convierta en casi
intocable, aun a pesar de la necesidad de recursos de los que
adolece el país, tanto más que el mundo entero depende de la
provisión de oxígeno, que de manera gratuita obtienen de esta zona
del mundo.

Hubo una propuesta de vender el compromiso de mantener sin


explotar una zona importante de la Amazonía ecuatoriana, como lo
es el Yasuní, a cambio de recursos económicos que los
proporcionarían los países potencialmente afectados del mundo,
gestión que fracasó rotundamente por el desinterés que
demostraron estos países.

El incendio en Brasil, deberá ser una alarma para el mundo para


que se piense que la protección de la Amazonía no sólo es de
responsabilidad de los países ubicados en esa zona, si no que el
mundo entero es responsable, por lo que los recursos que no se
pueden explotar, deben ser remplazados por recursos de protección
del medio ambiente, especialmente dotados por quienes utilizan el
oxígeno sin que les cueste un centavo y contaminan el ambiente del
mundo con la producción de dióxido de carbono. El mundo tiene que
pensar que el oxígeno, agua y biodiversidad amazónicos son de
utilidad de todos, por lo que deberían pagar por su protección, una
especie de impuesto mundial por la vida.

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