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Tema1 Fragmento Libro Torré
Tema1 Fragmento Libro Torré
TEMA 1
EL DERECHO. LA TEORÍA DE LOS OBJETOS Y LA VIDA HUMANA
4.— 2) Como sinónimo de Ciencia del Derecho. Tal sucede cuando se dice
doctor en derecho, estudiante de derecho, facultad de derecho, etc. También en
este caso estamos frente a un empleo inexacto del término, porque si lo que se
quiere es referirse a la Ciencia del Derecho (v. Cap. 2, párr. 24), o a las distintas
especialidades que la integran, lo que corresponde es decir entonces, doctor,
estudiante, o facultad de ciencia del derecho, o de ciencias jurídicas, siguiendo la
expresión más corriente y eufónica.
En consecuencia, dejamos también de lado este sentido.
6.— 4) Designando las leyes y demás normas o reglas de conducta que rigen
la convivencia humana, normas que, obviamente, son obra del hombre y, por lo
tanto, un objeto cultural, es decir, una parte de la cultura (v. párrs. 22, 26, etc., de
este capítulo). Tal por ejemplo, cuando decimos derecho civil, derecho argentino, el
derecho, etc. (v. concepto preciso en los párrs. 7 a 13).
Según ya dije, para designar esta acepción del vocablo, se habla también de
derecho-norma, derecho objetivo, derecho en sentido objetivo, etc. (v. índ. alfab.).
Después de lo dicho —especialmente en el párr. 5, ap. tercero— creo haber
aclarado que es éste el sentido auténtico y técnico-jurídico de la palabra derecho,
razón por la cual debe ser empleada con ese significado, en el ámbito de la Filosofía
del Derecho y de las ciencias jurídicas.
10.— c) Que rigen la convivencia social. En efecto, las normas jurídicas rigen las
relaciones de los seres humanos entre sí (v. párr. siguiente).
15.— Ahora bien, siendo el derecho —según queda explicado— una norma
obligatoria de convivencia, se dice comúnmente que tiene también un fin. A
continuación, aclararemos cuál es el fin propio del derecho (causa final en lenguaje
aristotélico), no sin antes advertir que, en rigor de verdad, debe decirse más bien fin
perseguido con el derecho, ya que fines sólo tiene el hombre, pues el derecho es,
en este enfoque, uno de los medios de que se vale el ser humano, para lograr los
fines que persigue. Por lo tanto, únicamente por extensión o en sentido traslaticio,
puede hablarse de fin del derecho.
17.— Si bien es cierto que el derecho debe tener como fin o ideal supremo a
la justicia, conviene advertir que todo derecho positivo establece ya en la vida social
una mayor o menor justicia y, muchas veces, tremendas injusticias. Este último es el
caso del derecho injusto, que no por eso deja de ser derecho (v. al respecto la
opinión contraria del escolasticismo). Esta comprobación de la existencia de fines o
ideales positivos (también llamados contingentes, relativos, reales, etc.), es decir, de
ideales materializados en la realidad de la vida, sea presente o histórica (ideales
actuales o históricos), nos anticipa ya que cuando estudiemos con más profundidad
este problema (v. "valores jurídicos" en índ. alfab.), deberemos considerar no sólo
los fines absolutos, sino también los fines positivos.
18.— Advierto por último al lector, que con esto no se agota el concepto del
derecho; por el contrario, son necesarias otras reflexiones que nos darán una noción
más cabal del mismo. Si finalizo aquí esta sección, es por creer que con lo dicho
basta como primera aproximación al objeto de nuestro estudio.
SECCIÓN SEGUNDA
EL DERECHO Y LA TEORÍA DE LOS OBJETOS
20. Concepto de objeto.— "Desde un punto de vista formal, se denomina objeto todo
lo que es capaz de admitir un predicado cualquiera, todo lo que puede ser sujeto de
un juicio. Es, pues, la noción más general posible, ya que no importa que lo
mentado exista o no exista: basta que se pueda pensar y decir algo de ello" ^. En
otras palabras, objeto es cualquier cosa de la que se pueda decir algo, o mejor aún,
para definirlo con el vocabulario más preciso y técnico de la Lógica, cabría decir que
es todo aquello de lo que se pueda predicar algo.
21. Clasificación de los objetos.— No hay acuerdo total entre los autores con
respecto al tema del epígrafe. De todas las clasificaciones, me parece más acertada
la propuesta por Carlos Cossio, constituida sobre la base de las investigaciones del
filósofo alemán Edmundo Husserl (1859-1939). No obstante ello, me permitiré omitir
algunos aspectos, sin afectar lo sustancial de la misma, con el fin de hacerla más
accesible a los lectores que recién comienzan estos estudios.
REGIONES ÓNTICAS
OBJETOS CARACTERES
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I. OBJETOS CULTURALES
22.— A) Concepto: como punto de partida cabe decir que son todos aquellos
objetos hechos por el hombre, para la realización de valores. Ejemplos: un libro, una
melodía, el derecho, la conducta humana —individual y social—, la ciencia, la
filosofía, etc. Al estudiar los caracteres de estos objetos, se comprenderá
cabalmente qué significan los valores (v. Cap. 8, párr. 3).
24.— B) Caracteres:
1) Son reales, es decir, están en el espacio (espaciales) y en el tiempo
(temporales). Ejemplo de estos últimos son los fenómenos psíquicos (emociones,
etc.);
2) Están en la realidad, ya que es posible llegar a ellos por la vía de los
sentidos.
29.— D) Ciencias que los estudian: son las denominadas ciencias de objetos
culturales, o ciencias culturales simplemente (v. Cap. 2, párr. 15). Tales son la
Historia, la Sociología, las Ciencias Jurídicas, etc.
31.— B) Caracteres:
1) Son reales, es decir, existen en el tiempo y en el espacio, o bien sólo
en el tiempo, como sucede con los fenómenos psíquicos.
2) Están en la realidad, ya que es posible llegar a ellos por la vía de los
sentidos.
33.— De acuerdo con lo explicado en el párr. 27, resulta que estos objetos
son también neutros al valor. No obstante, "podría a primera vista creerse que un
pájaro como el picaflor es hermoso, más hermoso que cualquier otro pájaro; sin
embargo, esta belleza que podemos predicar del picaflor, no es una propiedad
zoológica y queda por lo tanto al margen de la investigación del zoólogo. Una rosa
puede parecemos muy hermosa, pero no es esa hermosura una propiedad botánica.
Como objeto de la botánica, en la flor conocida por esa ciencia natural, la cualidad
de hermosa que le predicamos no cuenta para nada, porque no le agrega ningún
conocimiento botánico.
"En realidad, esta referencia a valores es propia de la vida humana. Así, sin
duda, nos puede resultar hermosa una puesta de sol; pero lo que es hermoso en
esa circunstancia es el mundo de quien tiene sensibilidad para percibir el fenómeno
de ese modo. No existe la noción de paisaje independientemente de la noción de
espectador que la integra; el paisaje es siempre el escenario de alguien que real o
virtualmente lo contempla. Quiere decir, pues, que estos objetos naturales aparecen
también como neutros al valor, en tanto son en sí meros objetos de las ciencias
naturales".
34.— C) División: los objetos naturales han sido divididos en dos grandes
grupos: 1) físicos: son los que tienen dimensión tempo-espacial (p. ej.: una planta,
un animal, etc.); 2) psíquicos: son los que si bien están en el tiempo, no tienen
dimensión espacial (p. ej.: una emoción, una sensación, etc.).
35.— D) Ciencias que los estudian: son las ciencias de objetos naturales,
más corrientemente llamadas por razones de brevedad, ciencias naturales. Tales
son la Física, la Química, la Botánica, la Zoología, etc.
36.— Comenzaré por advertir que el término ideal, no tiene aquí el sentido
moral corriente, por lo cual, no quiere significarse que sean objetos de una jerarquía
espiritual superior a los demás, sino que se trata de una familia de objetos con
caracteres propios.
37.— A) Caracteres:
1) Son irreales, es decir, no tienen existencia en el espacio (inespaciales),
ni en el tiempo (intemporales). Ejemplos; las figuras geométricas, los números, las
relaciones, los conceptos, etc.
40.— B) Ciencias que los estudian: a estos objetos se refieren ciencias como
la Matemática, la Geometría y la Lógica que, por la naturaleza peculiar de sus
respectivos objetos, son denominadas ciencias de objetos ideales.
SECCIÓN TERCERA
DERECHO Y VIDA HUMANA
43. Sociedad y Derecho.—El hombre es un ser social por naturaleza, razón por la
cual vive en medio de sus semejantes, es decir, vive en sociedad. Por eso cabe
decir que los seres humanos, más que vivir, convivimos. Resaltando este carácter,
dijo Aristóteles que para vivir aislado, hay que ser un dios o una bestia.
Ahora bien, impulsado naturalmente a la acción para satisfacer sus
necesidades, encuentra el hombre en su camino a otros semejantes que luchan
como él, por las mismas razones. Del choque inevitable de las múltiples conductas,
surge la necesidad de abstenerse de ciertos hechos, so pena de provocar la
reacción de los demás y de precipitarse en un verdadero caos, si cada uno hiciera lo
que le viniera en gana. Se comprende así fácilmente, la absoluta necesidad de que
la libertad de cada uno esté limitada por la libertad de los demás. Resulta así
necesaria una delimitación de las conductas posibles de los hombres, para asegurar
un mínimo de orden que haga posible la convivencia y la prosecución de los fines
humanos individuales y colectivos. Esta delimitación de lo ilícito y lo lícito (v. Cap. 6,
párrs. 45 y sigs.), es la que establece el derecho, resultando de ella un cierto orden
social, que será más o menos perfecto, más o menos justo, pero orden al fin y
necesario para la coexistencia.
En conclusión, el viejo adagio latino ubi societas ibijus (donde hay sociedad
hay derecho), sintetiza perfectamente lo que vengo explicando. Para comprobarlo,
sin entrar en discusiones, basta con verificar que en todos los lugares de la tierra y a
través de todos los tiempos, encontramos al hombre viviendo en sociedad y esa
sociedad —por más rudimentaria que sea— regida por una serie de normas
obligatorias que constituyen el derecho.
46.—A pesar de todo, son muchos los filósofos y juristas que no le dan
importancia, lo que conduce a grandes extravíos, si bien hay que recordar una
diferencia notable en lo que se refiere a las derivaciones prácticas de ambos errores
metodológicos; en efecto, el filósofo que tal hiciera, caería en un racionalismo estéril
y nada más, pero el jurista (supongamos el caso del juez al dictar sentencia) que
caiga en ese racionalismo divorciado de la vida, puede provocar tremendas
injusticias, en perjuicio del bienestar, la libertad, el honor y la vida misma de los
seres humanos.
Por último y como consecuencia lógica de las precedentes consideraciones,
cabe afirmar que para conocer cabalmente la realidad jurídica de un país
determinado, no es suficiente —aunque sí necesario— estar al tanto de las leyes y
códigos respectivos, puesto que así se deja de lado esta dimensión esencial del
derecho. En otros términos, para conocer cabalmente esa realidad, es necesario
conocer también el derecho vivido, lo que se logra observando la realidad social,
pero claro que en función del respectivo régimen normativo; ahora bien, en lo que al
jurista stricto sensu se refiere (abogado, juez, etc.), dada su particular tarea, ello se
logra sobre todo, conociendo la jurisprudencia de los tribunales (v. índ. alfab.).
SECCIÓN CUARTA
LIBERTAD ESPIRITUAL, LIBERTAD JURÍDICA Y DERECHO