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“Sin datos, sólo eres una persona más con una opinión...

La globalización y la atención médica pospandemia

abril 10 2020

“La calidad es gratis” nos repetía nuestro profesor de Control de Calidad, a los que la cursábamos
como materia electiva de ingeniería industrial en la UCAB. Era el año 1982. En ese momento era
un concepto contraintuitivo, porque lo bueno era asociado con lo caro, aunque la industria
automotriz japonesa daba ya al traste con esa equivocada idea. Le mostraba al mundo cómo
fabricar carros “buenos y baratos”.

Detrás del la revolución en la industria automotriz japonesa, estaba un ingeniero estadounidense


con maestría y doctorado en matemáticas, William Edwards Deming, que introdujo, en la década
de 1950, el concepto que ha revolucionado desde entonces los procesos de fabricación: El Control
Total de la calidad, que luego se conoció como Total Quality Management (TQM). Deming insistía
en la necesidad de hacer un control estadístico de la producción y en el análisis de la calidad. Dos
conceptos sencillos que combinados cambiaron las forma de producir. El control estadístico
permite hacer una análisis de las causas que originan las desviaciones al estándar deseado (análisis
causa-raíz) y la detección temprana de los errores en la calidad para evitar la propagación de los
mismos en las etapas posteriores de agregación de valor. Es decir, cada paso posterior es un nuevo
proceso de calidad.

El TQM permitió pasar de un estándar de calidad en los años sesenta de partes malas por cada
cien piezas fabricadas a parte malas por cada millón de piezas fabricadas que usan hoy las
empresas más competitivas.

Considero a Deming unos de los genios más importantes del Siglo XX (murió en 1993 a los 93 años
de edad) por sus aportes para que los mercados produzcan a menor precio y con más calidad, sino
que además acuñó unas de las frases que marcó mi desempeño profesional: “Sin datos, sólo eres
una persona más con una opinión”

La ISO y la calidad

Después de Deming con su ejemplo palpable de las automotrices japonesas, el mundo industrial
cambió y se dió un auge importante de normas emitidas por organismos dedicados a la
normalización en el ámbito económico. Este auge de la normalización o estandarización, se ha
debido, en gran medida, al marcado proceso de globalización e integración económica que han
vivido las economías del mundo a lo largo de las tres últimas décadas.

La normalización se podría definir, de forma genérica, como la actividad encaminada a poner


orden en aplicaciones repetitivas que se desarrollan en el ámbito de la industria, la tecnología, la
ciencia y la economía (Pola | 1997: ISO 9000: Una visión gerencial, Ed. Granica, Gavá, Barcelona.).
En sus orígenes, al inicio del siglo XX, la normalización nació para limitar la diversidad
antieconómica de componentes, piezas y suministros, para favorecer su intercambiabilidad, de
forma que se facilitara la producción en serie y la reparación y mantenimiento de los productos y
servicios

La más notable de esas instituciones de normalización es la International Organization for


Standardization | ISO (Organización Internacional de Normalización o Estandarización). Fundada
en 1947, ha publicado a la fecha más de 23.000 normas de carácter voluntario sobre las mejores
prácticas en casi todos los aspectos de la tecnología y los negocios. Y resaltó el carácter voluntario
de su adopción, y no impuesto. Si bien ISO tiene representantes en 164 países del mundo, el hacer
obligatorio o no alguna norma depende de las leyes de cada país. Lo que existe en los mercados,
es la preferencia hacia aquellos productos o servicios que se elaboran bajo normas ISO.

Existen varias familias de normas ISO, las 9000 relacionadas a la calidad, las 14000 al medio
ambiente, las las 22000 y 45000 sobre riesgos y seguridad, entre otras.

“Las normas ISO 9000 constituyen un modelo de referencia para el establecimiento en las
empresas de un sistema de aseguramiento de la calidad. Las normas ISO 9000 no son normas que
miden la calidad de los productos o servicios de las empresas, es decir, no son normas que hacen
referencia al cumplimiento de un objetivo o un resultado determinado, sino que son normas que
establecen la necesidad de sistematizar y formalizar en una serie de procedimientos, toda una
serie de procesos empresariales. Cumplir con la ISO 9000 indica que se utilizan consistentemente
una serie de procedimientos estandarizados y documentados para producir el producto o el
servicio que compra el cliente” dice Frederic Marimon de la Universidad Internacional de Cataluña.

Y agrego que entre esa “serie de procedimientos estandarizados y documentados” está el objetivo
de la trazabilidad, que consiste en asociar sistemáticamente un flujo de información a un flujo
físico de mercancías de manera que pueda relacionar en un momento dado la información
requerida relativa a los lotes o grupos de productos determinados.

La pandemia del virus Wuhan y la trazabilidad


Escribo este artículo el 10 de abril, desde mi cuarentena en Venezuela. Ya hay indicios serios que
las autoridades chinas tenían conocimiento de la aparición de un misterioso virus tan temprano
como en noviembre de 2019.

A partir de ahí se sucedieron una serie de omisiones y errores gravísimos que permitieron que el
virus Wuhan se convirtiera en Pandemia. Con los datos que hoy se tienen, y los que faltan por
venir, se tiene claro que la censura que la dictadura china ejerce ferozmente, ocultó
delibaradamente información crucial para el resto de los países del mundo, sino también que ella
impidió que el big data de las redes sociales del mundo libre, captara las expresiones de la gente
común en china que se expresa en redes censuradas a Occidente. Unos pocos valientes en china,
usando VPN, publicaban – arriesgándose a ser apresados- el horror que estaban viviendo en las
redes occidentales como Twitter y Facebook.

La dictadura china se ejerce con un brutal control social, censura y propaganda. Y como todo
totalitarismo, siempre miente. ((Ver la cronología del virus chino al final de este artículo)

Al respecto, el 25 de enero publiqué en mi cuenta Twitter

El coronavirus es el Chernobil chino. Nadie hasta ahora ha podido verificar la cifras.

– De terror

— David Morán (@morandavid) January 26, 2020

Si la inoperante OMS hubiese contado con un sistema de trazabilidad de las enfermedades,


haciendo semejanza con los fallos de calidad de las normas ISO 9000, esta historia no se estuviese
contando.

Un sistema que con las tecnologías actuales, estaría disponible -en línea- y de forma permanente
para todos los países, en un principio con el registro diario de las enfermedades infecciosas, como
Paludismo, Tuberculosis, Difteria, Dengue, VIH, Papiloma Humano, Hepatitis, Ébola, SARS, Covid
19, en total, unas 70 enfermedades infecciosas, que por su naturaleza, el ser humano es el
principal transmisor.
Esta pandemia, que ha causado a la fecha, las mayores pérdidas económicas a la humanidad, es un
aviso y una lección demasiado costosa para permitirnos no poder rastrear, en línea, los focos de
infección en el planeta. No es posible que dictaduras como la China puedan ocultar cifras de
infección. Y no es posible que países como Corea del Sur o ciudades como Hong Kong con sistemas
de salud con registros formidables, se vean amenazados por la “mala calidad” de otros,

La globalización no se detendrá

Los neomarxistas han expresado el fin de las economías de mercado y la globalización como
consecuencia de la pandemia del virus Wuhan. Abogan, con loas a China, al control estatal sobre
los mercados libres y la limitación de las libertades individuales. Acusan al consumismo como el
origen de la pandemia, excusando a la dictadura china de su responsabilidad. Aseguran de manera
frenética que el mundo cambiará, por supuesto, en el sentido de la destrucción de los mercados
libres.

No se tardará 30 años en comprender que la calidad es gratis, como le tomó al mundo productor
comprender las conceptos de Deming. Esta pandemia será la última que tome a la humanidad sin
un sistema on line de trazabilidad de las infecciones. Es la respuesta que darán los mercados a la
atención médica, que la pademia demostró que no tiene los elementos para atacarla, El primero y
principalísmo, la información. Si Deming viviera hoy, les diría hagan un control estadístico, de
verdad, transparente, confiable y útil de las enfermedades infecciosas.

La pandemia adelantó el futuro

Hoy se tienen a punto las tecnologías para lograr en tiempo real la trazabilidad mundial de las
enfermedades infecciosas. Poder computacional de sobra, comunicaciones, manejo de base de
datos en la lógica de big data, inteligencia artificial. Falta lo más fácil, la norma y los más difícil, su
adopción voluntaria.

Pronto algunos países lideres lo propondrán. Así lo intuyo. Darán un vuelco a la OMS. Los
procedimientos y registros se cambiarán. Los registros de salud pública y la posibilidad de mejorar
la atención médica serán el reflejo fiel de la calidad moral y ética de los gobiernos. Tal como lo es
producir con calidad total para las empresas exitosas

La globalización seguirá su curso. A principios de año se hacían 125 mil vuelos diarios en el mundo.
Cuando pase esta pandemia su número seguirá creciendo. La demanda de ancho de banda seguirá
aumentando, habrá más teletrabajo, robots seguirán sustituyendo humanos en trabajos pesados,
mucho de ello ya lo vimos en las cuarentenas por la pandemia. La vacuna contra el virus Wuhan
será desarrollada. Y a partir de ahí renacerá la confianza.

Pero también pronto, los productos fabricados en los países que no se integren a un sistema de
trazabilidad de salud pública universal y transparente, con auditorías confiables, serán rechazados.
Será el mensaje de una humanidad que entendió que con la salud no se juega, por muy poderosa
que sea una dictadura. El costo es demasiado grande.

Y termino con Deming revived: “Sin datos, sólo eres un país más con una opinión… con productos
que no compraré, porque no quiero poner en peligro a tus habitantes, ni a los míos”

___________

Secuencia de la información sobre la expansión del contagio del Virus Wuhan

El 30 de diciembre de 2019, el Dr. Li Wenliang, un oftalmólogo, envió un mensaje a un grupo de


colegas médicos advirtiéndoles sobre un posible brote de una enfermedad que se parecía al
síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en Wuhan, provincia de Hubei, China, donde trabajaba

Al día siguiente, la Comisión de Salud Municipal de Wuhan declaró: “La investigación hasta el
momento no ha encontrado ninguna transmisión obvia de persona a persona y ninguna infección
del personal médico”.

El 3 de enero, el Dr. Li firmó una declaración reconociendo su “delito menor” y prometiendo no


cometer más “actos ilegales”

Los días 4, 5, 8 y 10 de enero, la Comisión de Salud de la ciudad de Wuhan continuó insistiendo en


que este nuevo virus no conllevaba ningún riesgo de transmisión de persona a persona.

El 10 de enero, el Dr. Li, el mismo hombre que había sido censurado por el gobierno por hacer
declaraciones que contradecían esta postura, comenzó a desarrollar síntomas parecidos a la gripe.
Estaría muerto de la enfermedad en menos de un mes después.
El 14 de enero la Organización Mundial de la Salud declaró en un tuit que “las investigaciones
preliminares realizadas por las autoridades chinas no han encontrado evidencia clara de
transmisión de humano a humano del nuevo coronavirus”.

El 15 de enero, se identificó el primer caso en Japón. El 19 de enero, la Organización Mundial de la


Salud declaró: “No se sabe lo suficiente como para sacar conclusiones definitivas sobre cómo se
transmite, las características clínicas de la enfermedad, el grado de propagación o su origen, que
aún se desconoce”

El 20 de enero China reporta 139 casos nuevos de la enfermedad, incluida la muerte de una
tercera persona. Ese día científico chino Zhong Nanshan confirmó que la enfermedad se transmitía
entre humanos

el 23 de enero la Orgnización Mundial de la Salud asegura que el coronavirus de Wuhan aún no


constituye una emergencia internacional de salud pública.

El 28 de enero El presidente de China, Xi Jinping, se reúne en Beijing con el director general de la


OMS, Tedros Adhanom. En el encuentro, Xi y la OMS acuerdan enviar un equipo de expertos
internacionales, a China para investigar el brote de coronavirus

El 30 de enero casos de coronavirus aumentan a más de 9.600, así como el número de muertes
que asciende a 170. Hay más de 100 casos en 20 lugares por fuera de China. Ese día la OMS
declara al coronavirus una emergencia internacional de salud pública.

El 3 de febrero de 2020 el Ministerio de Relaciones Exteriores de China acusa al gobierno de


Estados Unidos reaccionar inapropiadamente al brote de coronavirus y difundir el miedo al
imponer restricciones de viaje.

El resto de la historia es conocida por ustedes

David Morán Bóhórquez


Original en https://www.lapatilla.com/2020/04/10/david-moran-bohorquez-la-globalizacion-y-la-
atencion-medica-pospandemia/

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