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TEORIA CULTURAL Y CULTURA POPULAR

El primer capítulo ¿Qué es la cultura popular? como igualmente lo expresa Storey, una de las definiciones
más usuales y aceptadas sobre el término consiste en creer que la cultura popular es: ... lo que queda una
vez hemos decidido lo que es la alta cultura. En esta definición, la cultura popular es una categoría residual,
que existe para acomodar los textos y las prácticas culturales que no cumplen los requisitos necesarios para
ser calificados como alta cultura. En otras palabras, es una definición de cultura popular como una cultura
inferior. Storey nos inicia en las reflexiones acerca de los términos cultura, ideología, cultura popular y la
cultura popular como la Otra. Comienza definiendo el término cultura, imprescindible para el estudio de la
cultura popular y aludiendo a Williams quien sugiere tres definiciones amplias. Primero, «un proceso
general de desarrollo intelectual, espiritual y estético». Segundo uso de la palabra «cultura» podría sugerir
«un modo de vida específico. Ya sea de un pueblo, un período o de un grupo». Tercero puede utilizarse en
referencia a «las obras y prácticas de la actividad intelectual y. especialmente artística.

Más esclarecedora es la reflexión acerca del término ideología y sus habituales usos erróneos como
sinónimo de cultura. Storey nos propone cinco significados del término ideología, En primer lugar, expone el
que podría ser el significado más evidente: ideología como “el cuerpo sistemático de ideas articulado por un
grupo específico de personas”. En segundo lugar se usa el término ideología para indicar cómo algunos
textos y prácticas culturales presentan imágenes distorsionadas de la realidad, se puede usar ideología para
referirnos a “relaciones de poder distintas de las de clase”. La tercera definición de ideología, ligada a las
“formas ideológicas”, los textos presentan siempre una imagen específica del mundo, ofrecen significados
ideológicos opuestos sobre cómo es o cómo debería ser el mundo. Mucho más interesante es la cuarta
definición, tomada de Althusser, en la que se incluye la práctica material, es decir la ideología estaría
también en las prácticas materiales cotidianas de un grupo de personas. Por último, la quinta definición la
toma de Roland Barthes, estableciendo la operación de la ideología en el nivel de las connotaciones o
significados secundarios de textos o prácticas, un intento de hacer aceptar algo que es cultural como si fuera
natural. Cultura e ideología cubren gran parte del mismo paisaje conceptual. La principal díferencia entre
ellas es que la ideología aporta una dimensión política a este terreno compartido.

También son muchas las formas de definir la cultura popular. John Storey enuncia seis además de dar varios
significados sobre el término popular. Y todas las definiciones, tienen en común que la cultura popular es
una cultura que emergió tras la industrialización y la urbanización, siendo evidentemente Gran Bretaña el
primer país donde se produce. Un punto de inicio obvio en el intento de definir la cultura popular es decir
que la cultura popular es simplemente la cultura que gusta a muchas personas. Una segunda manera de
definir la cultura popular es sugerir que es lo que queda una vez hemos decidido lo que es alta cultura. Lo
popular y la cultura popular incluyen en su campo semántico connotaciones de inferioridad; una cultura de
segunda categoría para aquellos incapaces de comprender, y mucho menos apreciar, la cultura real; aquello
a lo que Matthew Arnold define como «Io mejor que se ha pensado y dicho en el mundo». Un tercer modo
de definir la cultura popular es como «cultura de masas», establecer los que se refieren a la cultura popular
como cultura de masas es que la cultura popular es una cultura inevitablemente comercial. Una cuarta
definición sostiene que la cultura popular es la cultura que tiene origen en «la gente». Es la cultura folclórica.
Es una cultura de la gente para la gente. Una quinta definición de cultura popular es la que parte del análisis
político del marxista italiano Antonio Gramsci, especialmente del desarrollo de su concepto de hegemonía.
Gramsci utiliza el término «hegemonía» para referirse al modo como los grupos dominantes de la sociedad,
a través de un proceso de «liderazgo intelectual y moral», intentan ganarse el consentimiento de los grupos
subordinados de la sociedad. Una sexta definición de la cultura popular está basada en el pensamiento
reciente acerca del debate sobre la posmodernidad, la cultura posmoderna es una cultura que ya no
reconoce la distinción entre alta cultura y cultura popular.

La cultura popular como la Otra. Nunca es suficiente hablar de cultura popular; siempre tenemos que decir
con qué lo contrastamos. Y la elección que hagamos del otro de la cultura popular aporta a la definición de
cultura popular una inflexión política y teórica específica.

La tradición de la cultura y civilización. El segundo capítulo, abarca algunos de los primeros estudios sobre la
cultura popular y los cambios que se producen en el siglo XIX. El principal es que la minoría culta que antes
ostentaba el poder, nos dice Storey, pierde los medios para controlar la cultura de las clases más bajas y
cuando la recupera es la cultura en sí misma y no como signo de otras cosas lo más importante. Factores que
contribuyen a la creación de la cultura popular, señala la industrialización y la urbanización y como ejemplo
marca la ciudad de Manchester donde es temprana la industrialización y donde enseguida se dibuja un mapa
cultural y se dividen clases en la que la más baja hace una cultura independiente.

Matthew Arnold comienza el estudio de la cultura popular en la era moderna, pero lo más importante es que
inaugura un modo de ver la cultura popular dentro de la cultura general, lo llamado “tradición de la cultura y
la civilización”. Su pensamiento está claramente influenciado por los acontecimientos del siglo XIX por lo que
recomienda la cultura como una “ayuda para sobrepasar los acontecimientos” y parece mostrarse
completamente clasista en su discurso. Según él la cultura se alcanza mediante la lectura, la observación y la
reflexión. En primer lugar y ante todo, se trata de un cuerpo de conocimiento. En segundo lugar la cultura es
el intento de conocer mejor y hacer que este conocimiento prevalezca para el bien de toda la humanidad.
Tercero La cultura es ahora el modo de conocer lo mejor que se ha pensado y dicho, así como aquel cuerpo
de conocimiento y la aplicación de este conocimiento para la «condición interna de la mente y el espíritu».
Cuarto : la cultura es la búsqueda de la cultura. la anarquía y la cultura son para Arnold conceptos
profundamente políticos. Arnold creía la educación llevaría a la clase trabajadora una «cultura» que, a su
vez, eliminaría las tentaciones del sindicalismo, la agitación política y el entretenimiento barato. Es decir, la
cultura eliminaría la cultura popular. Arnold, el primer gran teórico de la cultura popular, de hecho, tenía
bien poco que decir sobre la cultura popular, aparte de decir que era sintomática de un profundo desorden
político. de ello, o quizás por ello, su influencia ha sido enorme. En cuanto la perspectiva arnoldiana
prácticamente organizó el modo de pensar sobre la cultura popular y la política cultural que dominó el
campo hasta finales de la década de 1950.

Leavisismo. El siguiente punto de este capítulo es el Leavismo . En F.R. Leavis está clara la influencia de
Arnold y su teoría la aplica a lo que ocurre en la primera mitad del siglo XX, “crisis cultural” y también ve
próximo el derrumbamiento de la autoridad tradicional. En toda la exposición que John Storey hace acerca
del leavismo se suceden una serie de afirmaciones curiosas y significativas: señala el cuidado que hay que
tener con el cine pues su popularidad le convierte en fuente de placer. La prensa popular funciona como
des-educador y condena a la publicidad por ser síntoma de enfermedad cultural. Condena también el
leavismo la degradación del lenguaje y realiza una mirada atrás, al pasado rural mítico. Cita al periodo del
teatro de Shakespeare como tiempo de coherencia cultural, e indica como causa del deterioro de la calidad
del trabajo la importancia que se da al ocio. Como indica Storey es muy fácil criticar el enfoque leavista de la
cultura popular, pero es más curioso que a la mitad del siglo XX fuese el único enfoque posible para iniciar el
estudio de la cultura popular. Según el leavisismo, la mayor parte de esta cultura fue destruida por los
cambios causados por la Revolución Industrial.
Cultura de masas en Estados Unidos: el debate de posguerra. Storey realiza un debate citando a diferentes
autores, donde algunos consideran que Estados Unidos es donde se inicia la cultura de masas, Ross Identifica
tres posiciones en este debate: 1. Una posición estético-liberal que lamenta el hecho de que, dada la
posibilidad de escoger, la mayoría de la población prefiera los denominados textos y prácticas culturales de
segunda o tercera categoría a los de la alta cultura. 2. La posición corporativo-liberal o progresivo-
evolucionista que afirma que la cultura popular tiene la función benigna de socializar a las personas en los
placeres de consumo de la nueva sociedad capitalista-consumista. 3. La posición radical o socialista que
considera la cultura de masas como una forma, o un medio, de control social. Bernard Rosenberg afirma «En
el peor de los casos, la cultura de masas amenaza no sólo con estupidizar nuestro gusto, sino también con
embrutecer nuestros sentidos a la vez que prepara el camino hacia el totalítarismo»,Su causa no es el
capitalismo, sino la tecnología. White Su defensa de la cultura (de masas) estadounidense se basa en
compararla con aspectos de la cultura popular del pasado, La segunda parte de su defensa consiste en
catalogar la extensión del florecimiento de la alta cultura en Estados Unidos. Dwight Macdonald sostiene
que Se trata de una cultura parasitaria, que se alimenta de la alta cultura, pero que no ofrece nada a
cambio. Gilbert Seldes acusa a los productores de la cultura de masas por subestimar los gustos culturales
del público norteamericano. Vau den Haag argumenta que no se trata de que el gusto de las masas se haya
deteriorado, sino que el gusto de las masas ha pasado a ser más importante para los productores culturales
de las sociedades occidentales. La cultura de masas es, finalmente, un signo de empobrecimiento. Para Shils,
el problema no es la cultura de masas, sino la respuesta que dan los intelectuales a la cultura de masas.
Fiedler ve la cultura de masas estadounidense como algo jerárquico y pluralista, y no homogeneizado e
igualador. La selección y el consumo culturales pasaron a ser tanto el signo de pertenencia de clase como la
marca de la diferencia de clase.

La cultura de los otros. Se trataba de un discurso de los «cultos» sobre la cultura de aquellos sin «cultura» ...
Es decir, se enfocaba la cultura popular desde la distancia y con tiento, manejada desde lejos por completos
extraños que no sentían ningún tipo de gusto por ella ni se sentían implicados en modo alguno por las
formas que estaban estudiando. Se estaba tratando de la cultura de «las otras personas».

“Culturalismo” es el tercer capítulo de este libro. En él trata un grupo de obras de autores que dice son los
fundadores del culturalismo. Lo que les une es un enfoque que insiste en que al analizar la cultura de una
sociedad -las formas textuales y las prácticas documentadas de una cultura-, es posible reconstituir el
comportamiento pautado y las constelaciones de ideas compartidas por los hombres y mujeres que
producen y consumen los textos y prácticas culturales de esa sociedad. Se trata de una perspectiva que pone
el énfasis en la «agencia humana», la producción activa de la cultura, más que en su consumo pasivo. En
ellos podremos ver como la cultura es algo en constante cambio (Hoggart) o como es definición de la
experiencia vivida (Williams).

Richard Hoggart: Los usos de la alfabetización. Storey critica a Hoggart por su romanticismo, aunque este
quizá sea bastante lógico por ser su propia vivencia y cree que el gran error está en no haber sido capaz de
cambiar su trato de la cultura popular de los años 30 a la de masas de los 50. La gente de la clase trabajadora
ha considerado el arte como una evasión, como algo que se disfruta pero que no se considera que tenga
mucha conexión con la vida cotidiana. El arte es marginal, «diversión» ... la vida «real» va hacia otra parte...
El arte es para usar. El consumidor de la clase trabajadora, según la descripción de Hoggart, busca por lo
tanto, no «un escape de la vida ordinaria», sino su intensificación, en la creencia de que «la vida ordinaria es
intrínsecamente interesante». La cultura de la clase trabajadora de los años 30 Se trata de una cultura
popular comunitaria y de creación propia. El enfoque de Hoggart a la cultura popular tiene mucho en común
con el enfoque del leavisismo, Ambos operan con una noción de declive cultural; ambos ven la educación de
la discriminación como un medio para resistir el atractivo manipulador de la cultura de masas. lo que hace
que su enfoque sea distinto delleavisismo es su preocupación y, sobre todo, su claro compromiso con la
cultura de la clase trabajadora. Su distancia del leavisismo se ve con mayor claridad en el contenido de su
oposición binaria «pasado bueno/presente malo»: en lugar de la comunidad orgánica del siglo XVIII, su
«pasado bueno» es la cultura de la clase trabajadora de los años 30

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