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Caria

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Localización de Caria.

Ciudades carias en blanco. Este mapa representa los ríos actuales y la costa.
Algunos accidentes pueden haber cambiado con los años, especialmente Mileto,
Heraclea y Miunte estaban en el lado sur de un golfo y Priene en el lado norte; el
río Meandro desde entonces desagua en el golfo. También políticamente Telmeso,
Mileto y Kálimnos fueron consideradas a veces parte de Caria y otras no.
Caria (en griego antiguo, Καρία, Karía) fue una antigua región histórica situada al
sudoeste de la actual Turquía. Fue incorporada en el 545 a. C. al antiguo imperio
aqueménida como la satrapía de Karkâ. Su capital fue Halicarnaso (actual Bodrum),
la cual había sido originalmente fundada por los griegos. En la antigüedad, los
carios fueron famosos mercenarios.

Índice
1 Historia antigua
2 Los mercenarios del faraón
3 El periodo persa
4 La Dinastía Hecatómnida
5 El periodo helenístico
6 Enlaces externos
Historia antigua
Caria y los carios son nombrados por primera vez en textos cuneiformes de los
viejos imperios asirio e hitita entre los años 1800 a. C. y 1200 a. C. El país era
llamado Karkissa. En cambio, no aparece en los textos egipcios de la época.

Después de cuatro siglos en los que sólo se los menciona una vez, el primero en
volver a nombrar a los carios es el legendario poeta griego Homero, quien nos
cuenta que los carios vivían en Mileto y a lo largo del río Meandro. En la guerra
de Troya lucharon junto a los troyanos. Esto es una información muy importante,
porque, en tiempos de Homero, Mileto era considerada una ciudad griega. En el siglo
V a. C., los griegos creían que los carios habían llegado a Caria desde las islas
del Egeo, concretamente, según Heródoto, desde las Cícladas, desde donde fueron
expulsados por dorios y jonios, aunque siempre ayudaron al rey Minos de las
Cícladas. En cambio los carios aseguraban ser indígenas alegando la existencia del
santuario en Milasa de Zeus cario. Homero confirma su historia.

Esto se confirma igualmente por los modernos lingüistas: el cario pertenece a la


subfamilia luvio-hitita de las lenguas indoeuropeas. Está relacionado con el lidio
y el licio, los idiomas hablados al sudeste y norte de Caria. Si los carios
hubieran llegado a su país desde el oeste, su idioma se parecería más al griego.

Parece que los griegos se asentaron en la costa oeste del Asia Menor en los años
oscuros que van del 1200 al 800 a. C., mezclándose con los carios. El autor romano
Vitruvio menciona luchas en la península de Mícala. Según el historiador griego
Heródoto de Halicarnaso, los habitantes de Mileto hablaban griego con acento cario.
El mismo Heródoto es un buen ejemplo de los estrechos lazos que unían a carios y
griegos: su padre se llamaba Lixes, que es la traducción griega del nombre cario
Lukhsu. Debido a su lugar de origen, Heródoto es una de nuestras fuentes más
importantes.

Caria es, como Grecia, un país de montañas y valles, pobre en agricultura y otros
recursos, un país subdesarrollado en comparación con Egipto y Babilonia. Las cimas
de las colinas se fortificaban y había varios pueblos en los valles, pero apenas
existían ciudades. Debido a su dispar territorio, los carios estaban divididos.
Cuando aprendieron a leer y escribir, cada pueblo usaba su propia versión del
alfabeto fenicio.

En cambio, lo que unía a los carios era su religión. Uno de sus centros rituales
era Milasa, donde veneraban al dios supremo, llamado «el Zeus cario» por Heródoto.
En contra de su homónimo griego, este Zeus era guerrero. Una de las diosas carias
era Hecata, quien era responsable de los cruces de caminos y ganó notoriedad en
Grecia como fuente de brujería. Heródoto la llama Atena y nos cuenta que a sus
sacerdotisas, de la tribu de los pedaseos, les salía la barba cuando tenía que
ocurrir un desastre. En el monte Latmos, cerca de Mileto, los carios veneraban a
Endimión, quien había sido el amante de la Luna y había procreado a tantos niños
como días tenía el año. Endimión estaba durmiendo eternamente, una historia que los
griegos contaban del padre de Zeus, Crono.

Los mercenarios del faraón


Igual que otros pueblos montañeses, los carios se vieron obligados a convertirse en
mercenarios. Su país era demasiado pobre como para mantener una población numerosa,
y los hijos jóvenes cruzaban el mar en busca de un nuevo futuro. Eran especialistas
militares y, no es casualidad que Heródoto escribiera que los griegos estaban en
deuda con los carios por tres inventos militares: hacer los escudos con asas, poner
ardides en los escudos y colocar crestas en los cascos. Por este último invento los
griegos llamaban a los carios "gallos".

La primera referencia a los mercenarios carios se encuentra en el segundo libro de


los Reyes en la Biblia, donde podemos leer acerca de los carios en Judea. Esto
puede parecer extraño, pero no imposible, ya que según el segundo libro de Samuel,
el rey David tenía una guardia de cretenses. Los libros de los Reyes fueron
escritos probablemente en el siglo VI a. C., pero la información procede de fuentes
más antiguas. Esta es la única mención de los carios en los años oscuros. También
Heródoto menciona que sirvieron fielmente al rey Minos de las islas Cícladas al que
ayudaban armando barcos.

Los carios eran más conocidos por haber servido a faraones egipcios. Nuestra fuente
principal en este tema es Heródoto, quien nos dice que el primero en emplear a
estos hombres fue Psamético I (664-610 a. C.), probablemente en los inicios de su
reinado. Algunas evidencias circunstanciales apoyan las palabras de Heródoto,
porque los arqueólogos han descubierto algunos asentamientos en la parte oeste del
delta del Nilo que fueron fundados por gente procedente del Egeo. Estos
asentamientos pueden ser fechados del siglo VII a. C.

Los carios permanecieron activos en el servicio al monarca egipcio. Es conocido que


lucharon contra los nubios (actualmente Sudán) hacia el 593 a. C., al servicio de
Psamético II. En su retorno, visitaron Assuan y dejaron inscripciones.
Posteriormente jugaron un rol importante en el golpe de Estado protagonizado por
Amasis en el 570 a. C., quien dio a los carios una nueva base cerca de la capital
egipcia Menfis.

Cuando el rey persa Cambises II invadió Egipto en el 525 a. C., los contingentes
carios aún estaban allí, sirviendo al faraón Psamético III. Según Heródoto,
sacrificaron a niños antes de entablar batalla contra los invasores al saber que el
principal general de su ejército, Fanes, de origen también cario, había ido a
reunirse con Cambises. Tras sacrficar a los niños se dice que los carios bebieron
la sangre de estos. Sin embargo, se las arreglaron para cambiar de bando (y no
fueron los únicos: incluso el comandante de la flota egipcia Wedjahor-Resne desertó
de su rey). En fuentes egipcias de la época del dominio persa aún encontramos a
carios, ahora sirviendo a otro señor. Uno de los últimos ejemplos es un papiro
arameo fechado el 12 de enero del 411 a. C. Siete años después, los egipcios se
independizaron de nuevo y, esta vez, los carios no pudieron cambiar de bando. Los
colaboracionistas fueron despedidos.
El periodo persa

Mapa del Imperio aqueménida con la división en satrapías (ca. 500 a.C.)
Mientras tanto, Caria había estado sujeta al rey lidio Aliates, y posteriormente a
los persas. Esto sucedió en el 544 o 543 a. C. En el 547 a. C., el rey persa Ciro
II había derrotado el lidio Creso, quien había tenido cierta influencia en Caria.
Al año siguiente, los lidios se rebelaron, pero Ciro envió a su general Harpago,
quien los subyugó de nuevo. Esta vez, Harpago tomó también las ciudades griegas de
la costa y luego se trasladó al sur, conquistando Caria y Licia.

Los carios ofrecieron sus servicios a sus nuevos amos. Son mencionados en
documentos cuneiformes de Babilonia y de Persépolis. Cuando el macedonio Alejandro
Magno conquistó el imperio aqueménida, descubrió un asentamiento cario en las
cercanías de la moderna Bagdad. Estos carios no pudieron ser deportados desde su
país, sino que debieron formar una colonia militar porque se encontraban en un
lugar estratégico en la Ruta de la Seda.

Inicialmente, los carios parece que mantuvieron cierta independencia. En la


inscripción de Behistún, que fue hecha el 520 a. C., no están mencionados entre las
naciones sujetas al rey Darío I, pero en cambio sí que aparecen en una inscripción
hecha cinco años después.

Después del 499 a. C., se unieron a la Revuelta jónica. Fueron derrotados dos veces
por los persas, pero en una tercera batalla aniquilaron a su enemigo, del que ni
siquiera sus generales sobrevivieron. A pesar de que Darío y sus sucesores
reivindicaron siempre su posesión de Caria, parece que los carios siempre fueron
capaces de mantener cierto grado de independenci

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