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ETIOLOGÍA
C. tetani es un bacilo anaerobio grampositivo y formador de esporas, las
cuales son muy resistentes y pueden sobrevivir en el ambiente de todo el
mundo. Las esporas resisten la ebullición y muchos desinfectantes. Además,
las esporas y los bacilos de C. tetani sobreviven en los sistemas digestivos de
muchos animales y es frecuente el estado de portador fecal.
Las esporas o las bacterias entran al organismo a través de abrasiones,
heridas o (en el caso de los recién nacidos) por el muñón umbilical. Una vez
que se encuentran en un ambiente anaerobio adecuado, las bacterias crecen,
se multiplican y liberan la toxina tetánica, una exotoxina que entra al sistema
nervioso y produce la enfermedad. Se necesitan concentraciones muy bajas
de esta muy potente toxina para causar la enfermedad (dosis humana letal
mínima, 2.5 ng/kg). En 20 a 30% de los casos de tétanos no se identifica una
herida de entrada.
Las abrasiones superficiales en las extremidades son los sitios de infección
más frecuentes en los adultos. Las infecciones más profundas (p. ej.,
atribuidas a fractura abierta, aborto inducido o inyección de drogas) inducen
un cuadro más grave con peor pronóstico. En los recién nacidos, la infección
del muñón umbilical puede ser consecuencia de la atención inadecuada del
cordón umbilical; por ejemplo, en algunas culturas el cordón se corta con
pasto o se aplica estiércol animal al muñón. La circuncisión o la perforación
de las orejas también pueden ocasionar tétanos neonatal.
EPIDEMIOLOGÍA
El tétanos es una enfermedad infrecuente en los países desarrollados. En
Estados Unidos se han registrado dos casos desde 1989. Entre los años 2001
y 2008 se informó al sistema nacional de vigilancia de ese país un total de
231 casos de tétanos. La mayor parte de ellos se debió a vacunación
incompleta o nula.
En Estados Unidos, en 50% de las veces se conocía el estado vacunal en los
individuos notificados entre los años 1972 y 2009; de éstos, sólo 16% de los
pacientes tuvo tres o más dosis de toxoide tetánico. Las personas
>60 años se encuentran en mayor riesgo del trastorno porque las
concentraciones de anticuerpos disminuyen con el paso del tiempo. Casi una
tercera parte de los casos recientes en Estados Unidos ocurrió en sujetos >65
años.
Los consumidores de drogas inyectadas (en particular aquellos que se
inyectan heroína por vía subcutánea) se consideran ahora un grupo de alto
riesgo (15% de los casos en el periodo de 2001 a 2008). En el año 2004 se
verificó un brote epidémico de tétanos en el Reino Unido, donde se habían
informado con anterioridad tasas bajas entre consumidores de drogas. Las
razones de este brote epidémico no son claras aún, pero parecen incluir una
combinación de contaminación de la heroína, inyección subcutánea de ésta y
vacunación incompleta. Desde entonces, en esa nación sólo se han notificado
siete casos esporádicos.
Patogenia
Tratamiento
Diagnóstico
El diagnóstico del tétanos se basa en las manifestaciones clínicas. Como se indicó ya, el
tratamiento no debe retrasarse mientras se realizan los estudios de laboratorio. El cultivo de C.
tetani de una herida proporciona evidencia para el diagnóstico. También se miden las
concentraciones de inmunoglo- bulina G antitetánica en suero antes de la administración de la
antitoxina o la inmunoglobulina. Las concentraciones séricas >0.1 UI/mL parecen ser
protectoras y no apoyan el diagnóstico de tétanos. Si las concentraciones se encuentran por
debajo de esta cifra, puede ser de utilidad un bioanálisis para toxina tetánica en suero, si bien
un resultado negativo no descarta eldiagnóstico. También se han utilizado la reacción en
cadena de la polimera- sa para la detección de toxina tetánica, pero se desconoce su
sensibilidad.
Los escasos trastornos que simulan el tétanos generalizado son intoxi- cación por estricnina y
reacciones distónicas a los fármacos antidopami- nérgicos. Por lo general, la rigidez muscular
abdominal es continua en el tétanos, pero episódica en los dos últimos trastornos. El tétanos
cefálico puede confundirse con otras causas de trismo, como la infección bucofa- ríngea. La
hipocalcemia y meningoencefalitis se incluyen en el diagnóstico diferencial del tétanos
neonatal.
PREVENCION
El tétanos se previene con la atención adecuada de las heridas y
la inmunización. En los recién nacidos,es esencial seguir prácticas seg
uras y que el parto tengalugar en condiciones higiénicas,
con atención adecuadadel cordón, además dela vacunación materna.
Los lineamientos de la OMS para la vacunación contra
el tétanos incluyen un curso primario de tres dosis en la lactancia; ref
uerzos a los cuatro a siete y 12 a 15 años de edad, y
un refuerzo en la edad adulta. En Estados Unidos, los
CDC sugieren una dosis más a los 14 a
16 meses y refuerzos cada 10 años.
Los esquemas de vacunaciónrecomiendan un curso primario de tres
dosis para adolescentes no vacunados, seguido de dos dosis más.
Parapersonasque recibieron un curso primario completoen la infancia
, pero ningún refuerzo adicional,se recomiendan dos dosis con
al menos cuatro semanas de diferencia.
Las recomendaciones regulares de la OMS para
la prevención del tétanos materno y neonatal indican la aplicación de
dos dosis de toxoide tetánico, con
un intervalo mínimo de cuatro semanas entre ambas, a
las embarazadas no inmunizadas. Sin embargo, en áreas de
alto riesgo se ha tenido éxito con una medida másintensiva,
que consiste en que todas las mujeres en edadreproductiva reciban u
n curso primario, junto con educación acerca de la forma
de tener un parto sin riesgoy las prácticas posnatales.
Laspersonas
que sufren heridas proclives al tétanos debeninmunizarse si su estad
o de vacunación es incompleto o no se conoce,
o si recibieron el último refuerzo >10 añosantes.
Los pacientes con heridas no clasificadas comolimpias o menores tam
bién deben recibir la inmunizaciónpasiva con TIG. Se recomienda que
el toxoide tetánico se administre en combinación con toxoide diftéric
o en una preparación, con o sin vacuna acelular para tos ferina: DTaP
para niños <7 años de edad, Td para niños de siete a nueve años y
Tdap para niños >9 años y en adultos.
Al inicio del decenio de 1980 el tétanos causó más de
un millón de defunciones por año, lo que representó casi 5% de
las muertes maternas y 14%
de todas las muertesneonatales. En el año 1989, la asamblea de
la Organización Mundial de la Salud adoptó
una resoluciónpara eliminar el tétanos neonatal para el año 2000;
se definió la eliminación como <1 caso/1
000 nacidos vivosen cada distrito en cada país. Para el año 1999
la eliminación ya se había logrado en 57 países y
la fechalímite se amplió hasta el año 2005 con
el objetivoadicional de eliminar el tétanos materno (tétanosdesarroll
ado durante el embarazo o en las seis semanassiguientes al parto).
La ratificación de los objetivos de desarrollo para
el milenio, en particular el objetivo 4 (lograr una reducción de
dos terceras partes en la tasa de mortalidad en niños menores de cin
co años de edad para el año 2015)
ha centrado la atención en reducir las muertes por enfermedades pre
venibles por vacunación, enparticular en las primeras cuatro semanas
de vida.
Como la vacunación reduce
la incidencia de tétanosneonatal en casi 94%,
la vacunación de mujeresembarazadas con
dos dosis de toxoide tetánico con un intervalo de
al menos cuatro semanas ha sido el métodoprincipal para
la eliminación del tétanos materno y
neonatal. En algunas regiones se vacuna a todas las mujeres en edad
fecunda como un mecanismo para incrementar la cobertura de vacun
ación. Además,
se handirigido programas educativos para mejorar la higienedurante
el parto,una intervención quereduce
por sí misma las muertes por tétanos neonatalhasta en 40
por ciento.
Los últimos datos disponibles muestran que
34 países haneliminado el tétanos materno y neonatal, ya que
la incidencia ha decrecido de manera significativa. En todoel mundo,
las muertes por tétanos neonatal disminuyeron92% entre
los años 1990 y 2008; en este último año, 84% de
los recién nacidos se protegió de
la enfermedad por vacunación materna aunque se considera que ocu
rrieron59
000 muertes por tétanos neonatal. Pese a este éxitorelativo,
debe continuarse con los programas de vacunación, ya que no
se obtendrá efecto sobre la inmunidad en la población general contra
el tétanos y C. tetani mientras exista contaminación de la tierra
y hecescon C. tetani.