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El ego es una máscara que llevamos puesta desde hace muchos años y estamos fundidos en

ella. No sabemos diferenciar que es lo que hacemos por nosotros mismos y lo que hacemos
por la manipulación del ego.

Para la psicología el ego es el yo; es una personalidad inferior que crea una persona cuando
esta tiene una autoestima baja. Un ejemplo es cuando comprimimos un resorte con nuestra
mano, sentimos automáticamente una fuerza de reacción. Esta fuerza puede compararse con
el ego. Cuando nuestro resorte de la autoestima esta comprimido, el ego trata a toda costa de
subirlo.

Ejemplo:

Hablar a espaldas de las demás personas para sentirnos mejor que ellas. Encontrar los
errores en nuestros subordinados, para sentirnos superiores.

No aceptar que nos equivocamos y así negarnos a aprender de nuestros errores.

1. UNA VACUNA PARA EL EGO

El poder es una droga adictiva que se engancha a nuestro ego y nos es difícil dejarla; por
ejemplo existen personas que fueron empresarios exitosos; pero que sus empresas fracasaron
entonces estas personas ya no tiene poder y es frecuente verlos deprimidos, porque han
perdido su poder y con él su sensación de valía y competencia personal (ya no tienen la droga
y no saben cómo encontrarla).

No dejemos que nuestro ego nos devore alejándonos de la verdadera felicidad. Si queremos
vacunarnos contra el ego debemos controlar nuestros pensamientos; dejar de pensar solo en
nosotros, en destacar y figurar; y pensar mejor en todo lo que podamos hacer para ayudar y
permitir crecer a las personas de nuestro entorno.

1. LOS ERRORES Y EL EGO

Muchas veces los gerentes, líderes plantean metas sin sentido que perjudican a la
organización; y entonces los subordinados tratan con gran esfuerzo de comunicarles a los jefes
sus errores, pero les cuesta tanto a los gerentes aceptar sus errores quizás porque el ego trata
de ocultar los errores para que la persona se vea más inteligente y exitosa, camuflando las
sensaciones de inseguridad.

2. LA BATALLA DE LA VIDA ENTRE DOS PILOTOS

En nuestra mente existen dos adversarios muy poderosos el ego y el espíritu.

El Ego El Espíritu
Orienta nuestra vida hacia Afuera, buscando la felicidad del Adentro, buscando la felicidad
mundo externo en nuestro mundo interior.

Lo hace a través de Compra de bienes Logro de metas Conocernos y amarnos a


Búsqueda de la nosotros mismos
aprobación La oración El silencio

Búsqueda de atención y La meditación


admiración
Genera Ira, odio, envidia, angustia y Sensaciones de compasión,
codicia. comprensión, respeto, paz y
amor.
Nuestro cuerpo es como un auto que tiene dos pilotos: el ego y el espíritu. El ego quiere ganar
la carrera a toda costa, para que el resto lo admire como el mejor; al espíritu, en cambio le
interesa disfrutar el camino, conducir en paz, servir y ayudar a las personas con las que se
cruce.

Ambos tienen objetivos muy distintos en la vida; y es el espíritu quien nos conduzca a nuestra
verdadera felicidad.

1. ¿SABER VALORAR LO QUE TIENE?

Por ejemplo al intentar dejar de respirar, nos damos cuenta que no podemos

vivir sin respirar; la respiración es importante para la vida; pero rara vez

tomamos conciencia de su importancia hasta que la perdamos. Una de las

principales causas por la cual no valoramos lo que tenemos es la falta de

autoestima. Cuando una persona no se siente competente o valorada, busca lo

negativo en los demás, se realza así mismo y se siente superior; siente que nada

es suficiente para él ocultando su inseguridad; y no ve lo increíble y bueno que

tiene.

Aprendamos a ver lo increíble en las organizaciones y personas con las que

convivimos y no esperar hasta perder lo que tenemos para sólo entonces

descubrir su verdadero valor.

2. CUANDO EL CLIENTE NO TIENE LA RAZÓN


En muchos cursos, libros, etc. de gestión se dice que el cliente siempre tiene la

razón; pero hay situaciones en las que servir a un cliente puede ser destructivo

para la organización.

Cuando un cliente compra un bien, es porque tiene una serie de necesidades que

desea satisfacer; pero el problema se presenta cuando la necesidad del cliente es

reafirmar su valía y competencia personal a través de la agresión y negatividad

hacia los demás.

La tendencia de hoy es hacer lo imposible para que el cliente se sienta satisfecho; sin embargo
ante un cliente agresivo lo peor que puede hacer la empresa es hacerle caso. El necesita
sentirse poderoso pidiendo lo imposible y nunca quedará satisfecho; él que no está buscando
realmente servicio o producto, sino únicamente elevar su ego.

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