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Cuando se introduce una excitación magnética haciendo pasar una corriente que va
aumentando por una bobina con un núcleo de hierro, el campo resultante crece siguiendo la
curvatura gris. Supongamos que partimos de una excitación y una campo B nulos, si la
excitación o campo H es cero, eso significa que no hay corriente; si ahora generamos una
corriente que aumente gradualmente la excitación, llegamos al punto de saturación “a”. Ahora
vamos a bajar gradualmente la corriente, uno esperaría que se invirtiera el camino por la
misma curva por la que ha subido y así se regrese de nuevo al origen de coordenadas cuando
la corriente desaparezca. Sin embargo, no decrece por la misma curva, sino que lo hace por
una nueva curva hasta el punto “b”. Lo que este punto significa es que no hay corriente, pero
hay inducción magnética, hay una cantidad remanente de campo B; esto quiere decir que se
ha creado un imán permanente, esto es conocido como INDUCCIÓN REMANENTE, cuanto
mayor sea la inducción remanente mayor será la potencia del imán permanente, ya que B
mide la fuerza del campo.
Después, al invertir la corriente y al tener una situación magnética negativa, tendremos una
intensidad que va a ir creciendo, pero en sentido inverso. Luego al medir el flujo magnético
vemos que la respuesta de la inducción magnética sigue la curva hasta el punto que se ha
marcado como “c”, al llegar a este punto, hemos eliminado la inducción remanente, el campo
B vale cero; y para esto hay que mantener una corriente que es la que está generando la
excitación necesaria. Observamos que se ha generado una INTENSIDAD DE CAMPO
COERCITIVO; un imán permanente debería tener mucha fuerza coercitiva.
https://youtu.be/BL4F-Afugio