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OBJETO DEL CONTRATO

De los artículos 1351º y 1402 del CC, se deduce que, el objeto del contrato es la relación
jurídica patrimonial de carácter obligacional.
Las partes al celebrar un contrato buscan crear obligaciones, luego, se tiene que la obligación es
el objeto del contrato (art 1402º), a su vez la obligación tiene como objeto la prestación (art
1403º) y la prestación tiene por objeto bienes, derechos, servicios y deberes de abstención.
La prestación es el comportamiento que debe desarrollar el deudor en beneficio del acreedor,
consistente en entregar un bien o un derecho, realizar un servicio o abstenerse a realizar algo, es
decir, siempre dirigido a una acción u omisión.
La prestación de dar tiene por objeto a los bienes y a los derechos, la prestación de hacer tiene
por objeto a los servicios, y la prestación de no hacer tiene por objeto a las abstenciones.
Se deduce de lo expuesto que en la estructura del objeto del contrato hay 3 elementos ligados
íntimamente en forma sucesiva: 1º la obligación, 2º la prestación y 3º el bien, el servicio y la
abstención.
a) Naturaleza de la Relación Jurídica Contractual
Del art. 1351, se deduce la “relación contractual es exclusivamente patrimonial”.
Pero, como Ihering, Planiol y Ripert hay quienes señalan que no solo son intereses
económicos sino también morales, indican que los intereses morales tienen valor social
tanto como los apreciables en dinero.

Aníbal Torres Vázquez indica que el art. 1351, se aparta del principio general que establece
el art. VI del Título Preliminar “Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener
legítimo interés económico o moral” con el cual se garantiza el principio de la libre
determinación del objeto de los contratos. Es más el código admite contratar sobre bienes de
naturaleza extrapatrimonial, ejemplo: la donación de órganos.

Por su parte, Betti indica que en el derecho no solo se dedica a satisfacer intereses
patrimoniales, o intereses económicos sino también que para estar bajo su tutela basta que
sean intereses socialmente apreciables.

Por otro lado hay quienes establecen que la prestación en sí, debe ser susceptible siempre,
de una valoración economía o pecuniaria, porque de lo contrario, no sería posible una
ejecución forzosa a expensas de patrimonio del deudor.

b) Requisitos del Objeto:


De los artículos 140º, inc.2, 219º, inc., 1403, se deduce que los requisitos que debe el
objeto, en general, del acto jurídico, y en particular, el contrato, son la posibilidad, licitud,
y la determinabilidad; solo si reúne dichos requisitos el acto es válido y eficaz.
1. Posibilidad
- Posibilidad física del objeto
La prestación que es objeto de la relación jurídica y los bienes, servicios y deberes de
abstención que son objeto de ella deben ser posibles físicamente, de lo contrario el acto
jurídico será nulo.
En la prestación es posible si es compatible con las leyes de la naturaleza y si además
están dentro de las posibilidades físicas e intelectuales de la persona.
La prestación, de hacer o no hacer, debe estar dentro de las posibilidades del hombre,
de tal forma que nadie está obligado a lo imposible (construir un edificio en 2 días, vivir
durante 6 meses sin alimento). En la prestación de dar bienes, estos deben de existir al
momento en que se celebre el acto jurídico (b. presente) o deben ser posibles de existir
(b. futuro), como por ejemplo, los bienes que se van a construir, las crías de los
animales. Se pueden contratar sobre bienes futuros bajo la condición de que lleguen a
existir en momento oportuno, o sobre esperanzas inciertas (art. 1409º, inc.1) cuando el
adquiriente asume el riesgo de la existencia misma de los bienes.
La posibilidad del objeto debe ser originaria, es decir, debe existir en el momento en
que se celebra el acto jurídico, salvo en los contratos sujetos a condición o plazo
suspensivo, en cuyo caso la posibilidad de la prestación se apreciara al momento del
cumplimiento de la condición o vencimiento del plazo (art. 1404º).
La imposibilidad de la prestación debe ser absoluta, es decir, que no pueda ser llevada
a cabo por nadie, es decir, la ejecución de la prestación debe ser imposible para todos y
no solamente para el deudor que sea personalmente incapaz de satisfacerla. No hay
imposibilidad si solamente el deudor tiene dificultades insalvables para ejecutar su
prestación, pero esa prestación puede ser realizada por otra persona, salvo que la
prestación tenga carácter de personalísimo o que por convenio se le haya dado tal
carácter.
- Posibilidad jurídica del objeto.
Hay quienes afirman que lo imposible jurídicamente y lo ilícito son lo mismo. Así
tenemos a Aníbal Torres Vázquez, quien afirma que “la imposibilidad jurídica es la
ilicitud que en su acepción amplia viene a ser el comportamiento (la prestación)
contrario a normas imperativas, al orden público y a las buenas costumbres. Por lo que,
la imposibilidad jurídica del objeto se identifica con la ilicitud del objeto”.
Por otro lado, están aquellos que distinguen el objeto ilícito del objeto jurídicamente
imposible. El jurista Pedro Cazeaux sostiene que “hecho jurídicamente imposible es el
que no tiene existencia en un determinado ordenamiento jurídico, por cuanto este no
está previsto ni regulado, en cambio ilícito es un hecho materia que la ley reprueba y
sanciona…, es el caso de constituir una hipoteca sobre una cosa mueble, ello resulta
imposible jurídicamente porque no está permitido por ley.” Diferenciando la
imposibilidad jurídica como un hecho que está impedido, de la ilicitud que es un hecho
que está sancionado.
Nuestro código distingue la imposibilidad jurídica de la ilicitud al disponer que el
objeto debe ser física y jurídicamente posible (art. 140, inc.2) y que la obligación objeto
del contrato debe ser licita (art. 1403º).
2. Licitud del objeto
El objeto del acto jurídico es lícito cuando es conforme con el ordenamiento jurídico, es
decir, cuando no transgrede normas imperativas, el orden público o las buenas
costumbres.
A lo único que se puede calificar de lícito o ilícito es a la conducta humana según que
se desarrolle respetando o trasgrediendo el derecho, por lo que a lo único que se puede
calificar de lícito o ilícito es a la prestación (objeto de la relación jurídica). Por ello,
toda obligación debe tener como objeto: una prestación lícita.
La prestación es lícita se conforma con la norma jurídica, es reconocida, protegida y
amparada por ella. En cambio, la prestación ilícita viola las normas jurídicas
imperativas, por ello, carece de protección jurídica y es sancionado con la nulidad.
La apreciación de licitud de la prestación en los contratos sujetos a condición o plazo
suspensivo se hará en el momento del cumplimiento de la condición o vencimiento del
plazo (1404º), pues si antes de cumplida la condición o de vencido el plazo desaparece
la ilicitud por haberse suprimido la prohibición legal, el contrato resulta valido y eficaz.
3. Determinabilidad del objeto.

El objeto de la prestación debe ser un bien, derecho, servicio o deber de abstención


determinado o determinable. Es nulo el acto jurídico cuando el objeto es absolutamente
indeterminado.
La necesidad estructural de un objeto determinado para la formación de un acto jurídico
es una cuestión de justicia negocial, que implica la protección de una de las partes
contra la arbitrariedad de la otra en la determinación o modificación del objeto del acto
jurídico.
 Determinado
El objeto de un acto jurídico es determinado cuando está individualizado, identificado
de tal modo que no exista confusión con otros de la misma especie, calidad y cantidad.
Por ejemplo, cuando se indica que el televisor objeto del contrato es a colores, de 23’,
serie N° V84002.
 Determinable
El objeto es determinable cuando el acto jurídico, de momento no se hace la
individualización, sino se indican los criterios mediante los cuales se pude hacer su
futura determinación (bien incierto). Por ejemplo, cuando se conviene que el precio
será el que tenga el bien en la bolsa de determinado lugar y fecha (día).
Para que sea válido el contrato sobre bien incierto, se debe indicar obligatoriamente
por lo menos la especie y la cantidad (art. 1142º)
La elección de bienes inciertos corresponde al deudor, salvo pacto contrario o lo
dispuesto por ley. Así, si la elección corresponde al deudor, debe escoger bienes de
calidad no inferior a la media; si corresponde al acreedor, debe escoger bienes de
calidad no superior a la media, y si corresponde a un tercero, debe escoger bienes de
calidad media (art. 1143º).

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