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Literatura Grecolatina
17 de Julio del 2020
Así continúa el resto de la obra, con varios interrogatorios que nos van
explicando a los lectores (espectadores en caso de que la obra sea representada) detalles
acerca de las desgracias que afligen a Tebas, que ni el mismo Edipo conoce y este
dispositivo retórico además de mantener entretenido al consumidor de esta obra,
también sirve como vehículo para llevarnos a un clímax donde Edipo comprende
completamente qué sucede a su alrededor, por lo que podría argumentarse que el inicio
de este sería la sentencia de Tiresias:
2.- ¿Qué función cumple el oráculo y el coro? Pruebe con una o dos citas textuales
y argumente su respuesta.
El coro cumple la función de juez y consciencia de lo que sucede dentro de
escena. Es un recurso que usa Sófocles para darle voz a lo que puede estar pensando la
audiencia en un momento dado, y que contrasta con lo que sucede en escena pues en
algunas ocasiones incluso cuestiona el accionar de Edipo.
CORIFEO. —Tal como me has cogido inmerso en tu maldición, te
hablaré, oh rey. Yo ni le maté ni puedo señalar a quien lo hizo. En esta
búsqueda, era propio del que nos la ha enviado, de Febo, decir quién lo
ha hecho.
EDIPO. —Con razón hablas. Pero ningún hombre podría obligar a los
dioses a algo que no quieran.
CORIFEO. —En segundo lugar, después de eso, te podría decir lo que yo
creo.
EDIPO. —También, si hay un tercer lugar, no dejes de decirlo.
CORO. —Sé que, más que ningún otro, el noble Tiresias ve lo mismo
que el soberano Febo, y de él se podría tener un conocimiento muy
exacto, si se le inquiriera, señor.
3.- Realice un breve retrato de Tebas, Edipo y Yocasta y explique cómo estos
personajes se articulan y proyectan dentro del discurso.
Un dato a tomar en cuenta al momento de hacer un juicio sobre el caso de Edipo
es que esta obra es parte de una trilogía que empieza mucho antes de Edipo, con la casa
de Layo. La trilogía consta de las obras “Layo”, “Edipo Rey” y “Los siete contra
Tebas”. Esto lo señalo porque dentro de la obra se dice que son los oráculos quienes dan
a conocer a Layo que su descendencia acabaría con él y yacería con su madre, pero este
dato es una falsificación de Layo, pues en la obra anterior a Edipo se sabe que esta
“predicción” es en realidad una maldición que se le envía por violar a Crísipo.
El dato anterior lo aclaro, pues leyendo a Edipo podría aducirse que es un
capricho de los dioses que la vida de esta familia sea tan trágica, pero la verdad es que
dentro de las leyendas griegas no existe tal cosa, ya que siempre hay una causa para
cualquier consecuencia, por lo que Layo no es para nada inocente de lo que luego será
su castigo y el de Tebas.
En caso de Edipo, su verdadero pecado fue la soberbia, el no aceptar su destino
lo lleva paradójicamente a cumplirlo, pues de haberse quedado en Corinto no hubiera
asesinado a Layo y la profecía no se hubiera cumplido. Otro ejemplo de la soberbia es el
no aceptar las advertencias de Tiresias sobre el conocimiento que no merece ser sacado
a la luz y su enfrentamiento con Creonte.
Tal vez Yocasta sea la menos culpable de algún vicio de la personalidad, pues
ella no tiene ni idea de lo que sucede, aunque también podría argumentarse que su
pasividad al momento de aceptar lo que planteó Layo como un oráculo (que en realidad,
sabemos fue una maldición) y no protestar contra el designio del marido sino dejar que
se desapareciera al hijo por orden del padre. Vicio de pasividad que luego se repite
cuando acepta a un extranjero extraño (Edipo) como su marido.
De esta manera, la obra articula el conflicto a través de las intrigas que existen
entre estos personajes y se centra en mostrar cómo las falencias humanas dan inicio a
hecatombes que podrían acabar con la vida completa de los pueblos, en este caso de la
ciudad tebana.