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PRUEBA DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

NOMBRE :_____________________________________________________________CURSO: _______

FECHA:_____________________________PUNTAJE TOTAL: 41 puntos / 24 puntos = Nota 4.0


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I.- COMPRENSION LECTORA : Encierre en un círculo la alternativa correcta ( 1 punto c/ u total 7 puntos)

TEXTO 1
La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar
en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene, a la que hace bajar las
escaleras y aparta de palacio.

ANTÍGONA: Hermana mía, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿sabes si Zeus no ha
cumplido alguna de sus desgracias después de nacer nosotras? No, no hay vergüenza ni ofensa, no hay cosa insufrible
que se aparte del mal destino, y hoy, encima, ¿qué sabes de la ley que dicen que Creonte acaba de imponer a todos
los ciudadanos? ¿Te has enterado ya o no sabes los males que tramaron enemigos contra nuestros seres queridos?
ISMENE: No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia de seres queridos, ni dulce ni dolorosa, desde que nos vimos las
dos privadas de nuestros dos hermanos, por mutuo golpe fallecidos en un solo día. Después de partir el ejército griego,
ya no sé nada que pueda hacerme ni más feliz ni más desgraciada.
ANTÍGONA: No me cabía duda, y por esto te traje aquí, para que me escucharas, tú sola.
ISMENE: ¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te entristece.
ANTÍGONA: Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno de honores a uno de nuestros hermanos muertos, y
en cambio al otro tiene deshonrado? Eso dicen: le ha parecido justo honrar a Etéocles, y le ha hecho enterrar de forma
honorable, bajo tierra. El pobre cadáver de Polinices, en cambio, dicen que dictó una ley a los ciudadanos prohibiendo
que alguien le dé sepultura, que alguien le llore, incluso. Y esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene decretado,
también para ti y para mí; y que viene para anunciarlo con claridad a los que no lo saben, todavía, que no es asunto de
poca monta ni puede así considerarse, sino que el que transgreda alguna de estas órdenes será reo de muerte,
públicamente lapidado en la ciudad. Ya no te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si eres indigna de tus
ilustres antepasados.
ISMENE: No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o desate en ellas, ¿qué podría ganarse?
ANTÍGONA: ¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda? Piénsalo.
ISMENE: ¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu pensamiento?
ANTÍGONA: Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al muerto.
ISMENE: Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que se ha públicamente prohibido?
ANTÍGONA: Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no quieras—; cuando me prendan, nadie podrá llamarme
traidora. Creonte no tiene potestad para apartarme de los míos.
ISMENE: Ay, reflexiona, hermana, piensa: nuestro padre, cómo murió, aborrecido, deshonrado, después de cegarse él
mismo sus dos ojos, enfrentado a faltas que él mismo tuvo que descubrir. Y después, su madre y esposa, pone ella fin
a su vida en infame, entrelazada soga. Más tarde, nuestros dos hermanos, en un solo día, consuman, desgraciados, su
destino, el uno por mano del otro asesinados. Y ahora, que solas nosotras dos quedamos, piensa que deshonroso fin
tendremos si violamos lo prescrito y trasgredimos la voluntad o el poder de los que mandan. Yo, con todo, pido, sí, a
los que yacen bajo tierra su perdón, pues que obro forzada, pero pienso obedecer a las autoridades: esforzarse en no
obrar como todos carece de sentido, totalmente.
ANTÍGONA: Aunque ahora quisieras ayudarme, ya no lo pediría: tu ayuda no sería de mi agrado; en fin, reflexiona
sobre tus convicciones: yo voy a enterrarle, y, que venga la muerte: amiga yaceré con él, convicta de un delito piadoso;
por más tiempo debe mi conducta agradar a los de abajo que a los de aquí, pues mi descanso entre ellos ha de durar
siempre. En cuanto a ti, deshonra lo que los dioses honran.
ISMENE: Al menos, guarda en secreto tu acción, que yo te ayudaré en esto.
ANTÍGONA: ¡Ay, no, no: grítalo! Mucho más te aborreceré si callas, si no lo pregonas a todo el mundo.
ISMENE: De entrada, ya, no hay que ir a la caza de imposibles.
ANTÍGONA: Si continúas hablando en ese tono, tendrás mi odio y el odio también del muerto, con justicia.
ISMENE: Ve, pues, si es lo que crees; quiero decirte que, con ir demuestras que estás sin juicio, pero también que
amiga eres, sin reproche, para tus amigos. (Sale Ismene hacia el palacio; desaparece Antígona en dirección a la
montaña. Hasta la entrada del coro, queda la escena vacía unos instantes.)
CORO: Rayo de sol, luz la más bella —más bella, sí, que cualquiera de las que hasta hoy brillaron en Tebas—, ya has
aparecido, párpado de la dorada mañana. Con rápidas riendas has hecho correr ante ti, fugitivo, al hombre venido de
Argos, de blanco escudo, con su arnés completo, Polinices, que se levantó contra nuestra patria llevado por dudosas
querellas, con agudísimo estruendo, como águila que se cierne sobre su víctima; por sobre los techos de nuestras
casas volaba, abriendo sus fauces, lanzas sedientas de sangre, pero hoy se ha ido, antes de haber podido saciar en
nuestra sangre sus mandíbulas y antes de haber prendido pinosa madera ardiendo en las torres de la muralla.
1.- En el fragmento anterior, la idea que entrega 2.- A la luz de las intervenciones de Antígona, ¿qué
sentido al diálogo entre Antígona e Ismene es opinión tiene acerca de la autoridad de Creonte?
A) El asesinato cometido entre los propios hermanos. A) No tiene valor, porque era el principal enemigo de
B) La ley de prohibición promulgada por Creonte. Polinice.
C) El deseo de Antígona de rendir honores a Polinices. B) A pesar de su rango y la situación, ha mostrado
D) La cobardía de Ismene frente a la prohibición de misericordia por su familia.
Creonte. C) Es absoluta, por lo que nada de lo que ella haga
cambiará las cosas.
D) Es inferior a la ley divina, porque hay espacios donde
no puede regir.

3.- ¿Cuál de las siguientes opciones sintetiza mejor 4.- Según el texto, ¿Qué sucedió con la esposa de
el punto de vista de Antígona frente al hecho Edipo?
relatado? A) Se enterró un cuchillo.
A) Antígona está muy dolida por la muerte de sus B) Se ahorcó.
hermanos. C) Fue deshonrada.
B) Antígona desprecia a Creonte y a su hermana. D) Se rebeló contra el destino.
C) Antígona considera necesario rendir honor a
Polínice, porque es su hermano.
D) Antígona cree que todas las leyes son injustas.

5.- ¿Cuál es el propósito que tiene Antígona para 6.- De acuerdo a la 6ª intervención de Ismene, ¿cuál
comunicarse con su hermana Ismene? de los siguientes hechos sucede cronológicamente
A) Persuadirla para que haga honor a su linaje. en segundo lugar?
B) Convencerla de guardar el secreto de su acción. A) Edipo muere aborrecido y deshonrado.
C) Prevenirla de situarse al lado de Creonte. B) Edipo se saca los ojos para enfrentar su destino.
D) Reprenderla por darle sepultura a su hermano. C) La madre y esposa de Edipo se suicida.
D) Los hermanos de Antígona se asesinan mutuamente.

7.- ¿Cuál de las siguientes alternativas da cuenta del comienzo del diálogo de Antígona e Ismene?
A) Antígona informa a Ismene de la muerte de sus hermanos.
B) Antígona pregunta a Ismene si tiene noticias.
C) Antígona e Ismene se lamentan de la suerte de sus hermanos.
D) Antígona quiere saber si Ismene conoce el decreto de Creonte.

8.- Complete el cuadro comparando las características psicológicas de cada una de las hermanas.
( 4 puntos)

ANTÍGONA ISMENA

9.- Complete el siguiente cuadro interpretando el fragmento leído. ( 6 puntos)

INDICADORES ANTÍGONA ISMENA

Punto de vista

Argumentos

Propósitos
argumentación

TEXTO 2
TEXTO 2

“El Mercader de Venecia”


Acto I – Escena II

Belmont.- Una habitación en casa de Porcia. Entran Porcia y Nerissa

PORCIA: Bajo mi palabra, Nerissa, que mi pequeña persona está fatigada de este gran mundo.
NERISSA: Tendrías razón para estarlo, dulce señora, si vuestras miserias fuesen tan abundantes como
vuestras prosperidades, y, sin embargo, por lo que veo, aquellos a quienes la hartura da indigestiones están
tan enfermos como los que el vacío les hace morir de hambre. No es mediana dicha en verdad la de estar
colocado ni demasiado arriba ni demasiado abajo; lo superfluo torna más aprisa los cabellos blancos; pero el
sencillo bienestar vive más largo tiempo.
PORCIA: Buenas máximas y bien expresadas.
NERISSA: Valdrían más si estuvieran bien observadas.
PORCIA: Si hacer fuese tan fácil como saber lo que es preferible, las capillas serían iglesias, y las cabañas
de los pobres, palacios de príncipes. El buen predicador es el que sigue sus propios preceptos; para mí,
hallarían más fácil enseñar a veinte personas la senda del bien, que ser una de esas personas y obedecer a
mis propias recomendaciones. El cerebro puede promulgar a su gusto leyes contra la pasión: pero una
naturaleza ardiente salta por encima de un frío decreto; la loca juventud se asemeja a una liebre en
franquear las redes del desmedrado buen consejo. Pero este razonamiento de nada me vale para ayudarme
a escoger un esposo ¡Oh, qué palabra, que palabra esta: “escoger”! No puedo ni escoger a quien me

agrade, ni rehusar a quien deteste; de tal modo está doblegada la voluntad de una hija viviente por la
voluntad de un padre muerto ¿No es duro, Nerissa, que no pueda ni escoger ni rehusar a nadie?
NERISSA: Vuestro padre fue siempre virtuoso, y los hombres sabios tienen a su muerte nobles
inspiraciones; es, pues, evidente que la lotería que ha imaginado con estos tres cofres de oro, de plata y de
plomo (en virtud de la cual quienquiera que adivine su pensamiento obtendrá vuestra mano) no será
rectamente comprendida más que por un hombre que os ame rectamente. Pero ¿cuál es la medida de
vuestro afecto por esos pretendientes principescos que han venido ya?
PORCIA:Te lo ruego, recítame la lista de sus nombres; según los enumeres te haré la descripción de ellos, y
esta descripción te dará la medida de mi afecto.
NERISSA:Primero está el príncipe napolitano.
PORCIA: Sí, es un verdadero potro. Pues no hace más que hablar de su caballo y señala entre el número
de sus principales méritos el arte de herrarle por sí. Mucho me temo que su señora madre no haya
claudicado con un herrador.
NERISSA: Viene enseguida el conde palatino.
PORCIA: No hace más que fruncir el entrecejo, como un hombre que quisiera
decir: “Si no me amáis, declaradlo”. Oye sin sonreír siquiera las anécdotas más
divertidas; temo que al envejecer no represente el tipo del filósofo compungido,
cuando tan lleno de desoladora tristeza está en su juventud. Preferiría entregarme a una calavera con un
hueso entre los dientes, que a cualquiera de esos dos ¡Qué el cielo me libre de ambos!
NERISSA: ¿Qué decís del señor francés, Monsieur Le Bon?
PORCIA: Dios le ha creado, y, por consiguiente, debe pasar por hombre. En verdad, sé que la burla es un
pecado ¡Pero ese hombre!... Tiene un caballo mejor que el del napolitano; supera al conde palatino en la
mala costumbre de fruncir el entrecejo; es todos los hombres en general y ningún hombre en particular... si
me casara con él, me casaría con veinte hombres...
NERISSA: ¿Qué decís, entonces, de Faulconbridge, el joven barón de Inglaterra?
PORCIA:Sabéis bien que no le digo nada porque ni me comprende, ni le comprendo.
No habla ni el latín, ni el francés, ni el italiano, y en cuanto a mí podrías jurar ante un tribunal que no sé ni un
mal penique de inglés. Es el modelo de un hombre bello; pero ¡ay!, ¿quién puede conversar con una pintura
muda? ¡Y que raramente
vestido! Pienso si ha comprado su jubón en Italia, sus gregüescos en Francia, su
gorra en Alemania y sus maneras en todas partes.
NERISSA:¿Qué pensáis del lord escocés, su vecino?
PORCIA: Que está provisto de una caridad de buen vecino, porque ha recibido una bofetada del inglés y ha
jurado que se la devolvería en cuanto pudiera. Creo que el francés la ha servido de fiador y dado su garantía
para otra bofetada.
NERISSA: ¿Cómo encontráis al joven alemán, el sobrino del duque de Sajonia?
PORCIA: Lo encuentro repugnante en la mañana cuando está borracho; en
sus mejores momentos es poco menos que un hombre, y en sus peores horas
vale apenas más que una bestia. Si me ocurre, por desgracia, lo peor que pueda ocurrirme, espero que
sabré arreglarme para desembarazarme de él.
NERISSA: Si pidiera elegir entre los cofrecitos, y se le ocurriera el bueno, no podrías rehusarle por esposo
sin rehusar la ejecución de la voluntad de vuestro padre.
PORCIA: Así, por temor a ese infortunio, pon, te lo suplico, un gran vaso de vino del Rhin sobre el cofrecito
adverso, pues aun cuando el mismo diablo estuviese dentro, si esta tentación se halla afuera ya sé lo que
escogerá. Haré cualquier cosa, Nerissa, antes de conseguir casarme con una esponja.
NERISSA:No tenéis que temer el casamiento con ninguno de esos caballeros,
señora, pues me han informado de sus resoluciones, que es regresar a su país y no importunaros más con
sus demandas, a menos que puedan obteneros por otro medio que esa lotería de los cofrecitos, impuesta
por vuestro padre.
PORCIA: Aun cuando debiera de vivir hasta la edad de la Sibila, moriría tan casta como Diana antes de ser
conquistada de otro modo que por el de la voluntad de mi padre. Me alegro de que esa gavilla de
pretendientes sea tan razonable, porque no hay uno de ellos por cuya ausencia suspire, y suplico al cielo
que les otorgue una feliz partida.
NERISSA:¿Os acordáis, señora, en tiempo de vuestro padre, de un veneciano, a la vez literato y soldado,
que vino aquí en compañía del marqués de Montferrat?
PORCIA:Sí, sí; era Bassanio; así se llamaba, creo.
NERISSA: Exactamente, señora; de todos los hombres que han visto hasta hoy mis humildes ojos, es, en mi
opinión, el que mejor merece una bella dama.
PORCIA: Me acuerdo bien de él, y recuerdo que era digno de las alabanzas que le dedicas.(Entra un
CRIADO)¡Hola! ¿Qué ocurre? ¿Qué noticias hay?
CRIADO: Los cuatro extranjeros os buscan para despedirse de vos, señora, y acaba de llegar el correo de
un quinto, el príncipe de Marruecos, que trae la novedad de que el príncipe, su amo, estará aquí esta noche.
PORCIA: Si pudiera desear la bienvenida a este quinto de tan buen grado como me dispongo a decir adiós
a los otros cuatro, me sentiría dichosa con su llegada. Aunque tuviese las cualidades de un santo y el
aspecto de un diablo, le querría mejor para confesor que para marido. Ven, Nerissa; marcha delante,
granuja. Apenas hemos corrido el cerrojo tras de un pretendiente cuando otro llama a la puerta.
(Salen).
..”
Fuente: Shakespeare, William. El mercader de Venecia. Acto I, escena II. Editorial Espasa-Calpe.
Barcelona. España. 2001

10.-Del diálogo entre Porcia y Nerissa se infiere que 11.-Cuando Porcia expresa: “...Preferiría
el pretendiente que se merece el amor de Porcia es entregarme a una calavera con un hueso entre los
el: dientes, que a cualquiera de esos dos...” ¿A cuáles
A. Príncipe de Marruecos. de sus pretendientes se refiere?
B. Mercader de Venecia.
C. Barón de Inglaterra. A. Monsieur Le Bron y el Barón de Inglaterra.
D. Marqués de Montferrat B. Lord escocés y el sobrino del Duque de Sajonia.
C. El Príncipe Napolitano y el Conde Palatino.
D. El Príncipe Palatino y Monsieur Le Bron.

12. En la oración: “...No puedo ni escoger a quien 13. En su tercer parlamento, Porcia expresa: “...la
me agrade, ni loca juventud se asemeja a una liebre en franquear
rehusara quien deteste;...” ¿Qué palabra las redes del desmedrado buen consejo...”. En esta
reemplazaría a rehusar sin alterar el significado del oración lo que desea expresar Porcia es que
texto? cuando se es joven:

A. Rechazar. A. Se piensa siempre antes de actuar.


B. Recriminar. B. Se actúa más por instinto que por razonamiento.
C. Responder. C. Se eluden las responsabilidades escuchando los
D. Reclamar consejos.
D. Se es más rebelde y consciente

14. El Acto I, escena II de esta obra dramática tiene 15. El tema central de la escena II de este texto
como escenario la ciudad de: dramático es el conflicto de Porcia por:

A. Londres. A. Convivir con cada uno de sus pretendientes


B. París. principesco.
C. Nápoles. B. Escuchar los sabios consejos que Nerissa le
D. Belmont. entrega.
C. Elegir casarse por conveniencia o por amor.
D. Analizar a cada uno de sus pretendientes

16.- Ante la afirmación de Porcia de estar cansada de este mundo, Nerissa le expresa: ( 4 puntos)

“... Tendrías razón para estarlo, dulce señora, si vuestras miserias fuesen tan
abundantes como vuestras prosperidades, y, sin embargo, por lo que veo, aquellos a quienes la hartura da
indigestión están tan enfermos como los que el vacío les hace morir de hambre. No es mediana dicha en
verdad la de estar colocado ni demasiado arriba ni demasiado abajo; lo superfluo toma más aprisa los
cabellos blancos; pero el sencillo bienestar vive más largo tiempo...”

Evalúa lo planteado por Nerissa, expresando si estás de acuerdo o en desacuerdo y fundamentando tu


postura.

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TEXTO 3
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“CUATRO ETAPAS DE ENCUENTROS Y DESENCUENTROS POR LAS PIEZAS DE MACHU PICHU”

Por Gabriela Machuca Castillo

El Estado Peruano inició recientemente una campaña gubernamental, mediática y académica, a escala nacional e
internacional, en busca del retorno, por parte de la embajada de(Estados Unidos), de las piezas que el explorador
Hiram Bingham se llevó de la ciudad de la ciudad de Machu Pichu a inicios del siglo XX.
A fines de octubre, el primer ministro y titular de Educación, José Antonio Chang, anunció que el Gobierno evaluaba
demandar penalmente a la casa de estudios estadounidense. Ello luego de que el presidente Alan García exigiera
días antes que Yale retornara los objetos cusqueños antes de julio del próximo año, mes en que se cumple un
centenario del descubrimiento de la ciudadela al mundo. “La disputa no se resuelve con amenazas”, contestó la
universidad ante tales pronunciamientos.

Luego, el martes pasado, se supo que García había enviado una carta al presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, para solicitar que intervenga en el conflicto con Yale. El viernes, en tanto, encabezó una marcha por la
recuperación de nuestro patrimonio. En ella participaron unas 3.000 personas, además del canciller y el presidente
del Congreso. En el Cusco, una protesta similar se realizó en el Centro Histórico de la Ciudad Imperial.
Los elementos, que suman más de 40.000 entre piezas y fragmentos (huesos de personas y animales, ceramios,
objetos de metal, piedra y madera, etc.), fueron llevados a Connecticut a principios del siglo pasado en calidad de
préstamo para ser estudiados únicamente por 18 meses en Yale. Solo 47 cajas con restos humanos volvieron en
1921. Hasta ahora no se ha regresado absolutamente nada más.

LA VÍA LEGAL
En tanto, el procurador ad hoc del Estado Peruano, Eduardo Ferrero Costa, detalló hace cuatro días al Congreso
y a la ciudadanía en qué estado se encontraba el juicio civil que le entabló el Perú a Yale por la devolución de las
piezas, el cual se resuelve desde mediados del 2009 en la Corte de Justicia de Hartford en Connecticut.
Según explicó, queda esperar a finales de diciembre de este año o a inicios de enero del 2011 para saber la
sentencia del juez Alvin W. Thompson en relación con una moción presentada por esa casa de estudios, la cual
constituye, a su vez, su principal argumento de defensa: ya pasó el plazo para que el Perú pida los objetos, por lo
que el tema ya habría prescrito bajo las leyes de Connecticut. Es decir, según Yale, las piezas son de su propiedad
pues ya pasó mucho tiempo.
La posición de nuestro país, evidentemente, es que el tema no ha prescrito bajo las leyes estadounidenses, ni bajo
las peruanas, que Yale es solo administrador y no propietario de los vestigios y que por eso los debe devolver.
Si se falla a favor del Perú, el litigio continúa y en el mejor de los casos las piezas podrían estar en casa en un
plazo no menor a dos años. Si se falla a favor de Yale, nuestro país tendrá que apelar a una instancia mayor. Para
que esto último no ocurra, el gobierno continuará dando batalla en el poco tiempo que queda. Y gran parte de los
peruanos también.

17.-El encuentro entre Bingham y las familias de 18.-- ¿Por qué Bingham llegó a Machu Picchu?
campesinos de Machu Picchu fue decisivo porque le a) Porque quería visitar unas ruinas cercanas a
permitió: su destino principal.
a) Conocer la ciudadela en ruinas. b) Porque quería obtener un registro
b) Ubicar el reducto de los Reyes Incas. fotográfico de la ciudadela.
c) Aprender las costumbres del Pueblo c) Porque quería investigar la vida de las
Indígena. familias campesinas.
d) Conseguir el permiso de exportación de d) Porque quería extraer vestigios
piezas. arqueológicos.

19.-Según lo señalado en el texto, ¿cuál fue la actitud del Estado peruano ante la respuesta de la Universidad de
Yale durante la controversia?
a) Agresiva.
b) Indiferente.
c) Diplomática.
d) Benevolente.

TEXTO 4

La niña olvidada
(Dino Buzzati)

La señora Ada Tormenti, viuda de Lulli, fue a pasar unos días al campo, invitada por sus primos los Premoli. Por el pueblo
iba y venía mucha gente. Como era verano, la sobremesa de la noche se hacía en el jardín, charlando hasta la una o las
dos. Una noche la conversación se refirió a las casas de la ciudad. Había allí un tal Imbastaro, tipo inteligente, pero
antipático. Decía:
-Siempre que dejo mi casa de Nápoles, sucede algo, ¡je, je! -continuaba, riendo así, sin motivo; ¿o el motivo era, en
cambio, hacer daño al prójimo?-. Salgo, por decirlo así, ni siquiera recorro dos kilómetros, y se sale el agua del lavadero
o se incendia la biblioteca por haber olvidado una colilla encendida, o se meten ratas de los barcos y devoran hasta las

piedras. ¡Je, je!, o en la portería, la única persona que soporta allí el verano, recibe un golpe seco y por la mañana se la
encuentra preparadita para el entierro, con cirios, el sacerdote y el ataúd. ¿No es así la vida?
-No siempre -dijo con gravedad Tormenti-, por fortuna.
-No siempre, es verdad. Pero usted, señora, por ejemplo, ¿podría jurar haber dejado su casa en perfecto orden, no
haberse olvidado nada? Piénselo bien, piénselo bien. ¿Exactamente en orden?

A estas palabras Ada se puso del color de los muertos; de repente tuvo un horrendo pensamiento. Para poder ir a casa
de los Premoli había llevado a su hija de cuatro años a una tía.O mejor dicho, había decidido llevarla. Porque ahora, al
volver a pensar en ello, con todo y estar segura de haberlo hecho, no conseguía recordar cómo y cuándo había llevado
a Luisella a casa de su tía. ¡Qué extraño! No recordaba ni cuándo habían salido de casa juntas, ni el camino recorrido,
ni las despedidas en casa de su tía. Como si en su memoria se hubiese abierto un agujero.
En resumen, la duda era la siguiente: que ella, Ada, se había olvidado de llevar a la niña a casa de su tía y sin advertirlo,
al irse, la había encerrado en casa, Era una sospecha absurda; pero la imaginación fabrica a veces cosas muy extrañas.
Insensato, de loco, pero bastaba, no obstante, para helarle la sangre en las venas. Con sorpresa la vieron ponerse
bruscamente de pie y abandonar la compañía de todos. Uno preguntó a Imbastaro:
-Perdone, pero, ¿le ha dicho usted alguna cosa desagradable?
-¿Yo? Nada de particular, ¡je, je! No comprendo.
Ada entró en la casa y, sin decir nada a nadie, se dirigió al teléfono. Llamó urgentemente a Milán, dando el número de
casa. Esperó, retorciéndose las manos.
La comunicación se la dieron casi en seguida. En el acto.
-¿Es usted quien ha llamado a Milán, al 40079277?
-Sí, sí.
-Hablen.
-¿Hable?
¿Con quién? Al llamar, esperaba que nadie le respondería. ¿No estaba la casa cerrada y vacía? Si alguien acudía al
aparato significaba, por lo tanto, que su primera sospecha estaba fundada, que Luisella se había quedado encerrada
dentro. (Aunque apenas tuviera cuatro años, sabía contestar al teléfono). Habían pasado ya 10 días; hacía un calor
espantoso y en casa Ada no había dejado ni un bocado de comida. ¡El calor! En los días de la canícula se cuecen los
muebles en las casas abandonadas, y se quedan sin aliento los seres vivos, si permanecen en ellas. Ada se sintió morir.
Temblando, dijo:
-¡Oiga!
-Diga -dijo desde Milán una voz de hombre.
Y con la velocidad de un relámpago, Ada imaginó lo ocurrido: Luisella, encerrada y sola en casa, incapaz de abrir la
puerta, sus gritos, la primera alarma en el barrio, la policía, la puerta forzada, la niña enloquecida de miedo.
-Diga. ¿Quién es? -preguntó el hombre.
-Soy yo, la mamá. Pero, ¿quién es usted?
-¿Qué mamá? ¡Yo no tengo mamá! Se ha equivocado de número.
Y colgó.
Ada volvió a llamar inmediatamente a Milán (pero la angustia había ya cedido). Dio el número exacto, oyó la señal de
línea y esta vez nadie le respondió.
Respiró aliviada. Menos mal. ¿Qué estupidez había imaginado? Ante un espejo se puso unos pocos polvos y salió afuera
al jardín. La miraron, pero nadie dijo nada.
Sin embargo, cuando se acostó y en la enorme casa de campo se estableció el plúmbeo silencio de la noche y solamente
por la ventana entornada entraban las voces de los grillos, volvió a sentir miedo. En aquella hora imaginó a la niña,
muerta de calor y de hambre que, de rodillas, agarrada al pestillo de la puerta y con los ojos desorbitados, lanzaba sus
postreros lamentos. Pensó que, en el peor de los casos, alguien debía de haber oído sus gritos. Otra voz, pérfida,
objetaba: si alguien la hubiese oído, ya la habrían socorrido; ya han pasado 10 días y a estas alturas te habrían avisado.
Pudo ocurrir también que los pisos contiguos estuvieran desocupados en este período de vacaciones. La portera, cinco
pisos más abajo, ¿qué podía oír?
Miró el reloj, eran las cuatro. A las seis salía un tren. Ada saltó de la cama, se vistió, hizo la maleta. Acaso empieza así
la locura, se dijo. Pero no podía contenerse.
Dejó una nota excusándose, Cautelosamente salió, abrió la puerta del jardín y se dirigió a la estación. Había cuatro
kilómetros de camino.
Cuanto más avanzabael tren, mayor era su angustia. Llegó a Milán hacia las tres de la tarde. La ciudad ardía en un halo
de polvo tórrido y húmedo. Balbuceando, dio al taxi la dirección.
¡Por fin, su casa! No se notaba nada anormal. Las persianas del piso estaban todas bajadas, como las había dejado días
antes.
Pasó corriendo ante la portería. La portera le hizo el acostumbrado saludo. Bendito sea Dios, pensó Ana. Ha sido todo
una pesadilla, nada más.
Silencio y quietud en el rellano del quinto piso. Pero, ¿por qué temblaba tanto su mano al introducir la llave en la
cerradura? Se descorrió el pestillo. Al abrirse la puerta, salió un vaho caliente y denso.
De pronto, cuando abrió la puerta interior, Ada sintió en el pecho un nudo doloroso; porque, un poco por encima de su
cabeza, flotó, ansioso de huir, un pequeñísimo e incomprensible humo, una minúscula nubecilla, oblonga y pálida, que
no despedía olor.
Corrió a la ventana del recibidor, abrió los postigos y se volvió.
Sobre el suelo, a dos metros de ella, se veía algo, como una larga y recortada mancha, pero de notable espesor. Se
acercó, la tocó con el pie. Cenizas. Estaban esparcidas uniformemente como formando una especie de dibujo. Aquel
nudo que tenía en el pecho se hizo fuego, infierno. Las cenizas tenían exactamente la forma de Luisella.

20-¿Qué sintió Ada cuando nadie contestó el teléfono 21- ¿Por qué Ada se dice a sí misma “Acaso empieza
de su casa? así la locura”?
a) Alivio. a) Porque siente miedo del desequilibrio de
b) Miedo. Imbastaro.
c) Asombro. b) Porque percibe situaciones anormales en
d) Curiosidad. la casa de sus primos.
c) Porque siente remordimiento por haber
dejado encerrada a su hija.
d) Porque se da cuenta que está actuando de
manera descontrolada.

22.-Al observar la pequeña nube flotando, ¿qué sintió 23.- Cuando Ada llega a su casa, se da cuenta que
Ada? Luisella:
a) Tristeza. a) Había fallecido en un incendio.
b) Angustia. b) Había sido rescatada por la policía.
c) Asombro. c) Se había muerto producto del calor.
d) Desilusión. d) Se había quedado en la casa de su tía.

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