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Las investigaciones anteriores sobre el manejo del hábitat para el control biológico se
han centrado principalmente en maximizar el servicio de reducción de plagas que puede
proporcionar. Este énfasis es claramente evidente en los criterios de selección utilizados
para elegir plantas para la investigación de gestión de hábitats. Estos incluyen: atractivo
para los enemigos naturales (Bugg et al., 1989; Maingay et al., 1991; Patt et al., 1997),
producción prolífica de polen y / o nec-alquitrán (Zhao et al., 1992), accesibilidad de
recursos florales (Bag-gen et al., 1999; Wa ̈ckers et al., 1996), fenología de floración
(Freeman-Long et al., 1998; Rebek et al., 2005; Stephenset al., 1998; Winkler, 2005) ,
disponibilidad de semillas (Hickmanand Wratten, 1996), uso de plantas ya presentes en
áreas agrícolas o adaptadas a ellas (Altieri y Whitcomb, 1979; Foster y Ruesink, 1984;
Idris y Grafius, 1995; Nentwig, 1998; Nentwig et al. , 1998; Nicholls et al., 2000), éxito
anterior (Ambrosino et al., 2006; Frankand Shrewsbury, 2004; Lavandero et al., 2005;
Stephenset al., 1998), y selectividad a favor del enemigo natural en lugar de su
enemigos naturales propios (cuarto nivel trófico), o la propia plaga (Araj et al., 2006).
Sin embargo, para los enfoques de gestión del hábitat para mejorar otros servicios de
los ecosistemas, los investigadores deben considerar criterios adicionales que
seleccionen a las plantas para sus estudios, así como nuevas asociaciones en las fases de
investigación e implementación de su trabajo.
El objetivo de este documento es documentar los servicios del ecosistema más allá de la
supresión de plagas que podrían mejorarse mediante el manejo del hábitat, e ilustrar las
ventajas potenciales de la investigación dirigida a lograr múltiples objetivos.
Comenzamos examinando estudios de campo anteriores sobre el manejo del hábitat y
preguntando si la disciplina está bien posicionada para sinergizar servicios
ecosistémicos más amplios. Luego revisamos la gama de servicios ecosistémicos
adicionales que podrían derivarse de las prácticas de gestión del hábitat pero que no han
sido bien estudiados, específicamente, la conservación de la biodiversidad, la
restauración ecológica y los valores culturales humanos. Finalmente, examinamos
estudios de casos en los que la provisión de servicios de ecosistemas está
explícitamente entretejida en la agenda de investigación y cómo esto puede conducir a
una mayor multifuncionalidad de las prácticas de gestión de hábitos.
Resumen artículo:
Nuestro análisis indica que se han evaluado relativamente pocas plantas para su uso en el manejo
del hábitat y de ellas, solo unas pocas especies han recibido la mayor atención. Sugerimos que
aumentar la selección de plantas para obtener múltiples beneficios debería ser una alta prioridad
para futuras investigaciones. Específicamente, se deben enfatizar las plantas nativas de la región
de estudio, ya que es más probable que tengan el potencial de proporcionar servicios
ecosistémicos adicionales. Las especies perennes, si bien requieren un esfuerzo adicional para
establecer y detectar, también pueden conducir a una mayor provisión de servicios ecosistémicos.
Finalmente, debido a que proporciones significativas de la flora mundial han distribuido
localmente hay una oportunidad única para que los científicos de todo el mundo contribuyan a
este esfuerzo.
Las plantas locales pueden proporcionar las mejores soluciones a las necesidades locales en
términos de manejo del hábitat y provisión de servicios ecológicos.
Esta jerarquía incorpora pasos que son cada vez más difíciles de lograr. Las etapas son:
1. Los enemigos naturales se agregan en las flores (provisión de polen y / o néctar, plataformas de
apareamiento, refugio, etc.
5. Las poblaciones de presas / hospedantes se reducen por debajo del umbral económico.