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Bárbara Patricia Nava Arias.

C.I. 25.645.391
Correo: navap_barbara @hotmail.com/ barbarapnava16 @gmail.com
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.
Universidad de los Andes
El escenario que vive Venezuela actualmente es un germen combinado de
devastadoras condiciones económicas a nivel de producción, desarrollo,
crecimiento y emprendimiento, ruptura del orden democrático, colapso del sistema
político, y deplorables circunstancias sociales (hambre, violencia, escases),
expresado usual y acertadamente en la palabra “crisis”, que no solo plantea retos
en la formulación y generación de soluciones sino también en la re-construcción
futura del país.
En ese sentido y tomando en cuenta los tres pilares que componen un sistema
político, comenzado por la ámbito político se de hacer mención como
contrariedades primarias a, el gobierno de Nicolás Maduro, heredero de Chávez
(populista, que hizo uso desmedido de la antipolítica, y de la desafección política
por el quiebre del bipartidismo COPEI-AD, paternalista-mesiánico,) y su
revolución “del siglo XIX”, considerado un dictador, dirige un “Narcoestado”, ha
convertido al país en su banco privado y su “justificación” diplomática para llevar a
cabo su negocio de narcotráfico, contrabando. Su gobierno ha estado lleno de
violencia, corrupción, quiebra del orden democrático, subordinación de los
órganos de la republica (poder judicial y legislativo, así como el órgano electoral),
del ejército, donde la inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente (creada en
es la muestra perfecta, administración paternal-militar del Estado (organismos
gubernamentales, presupuesto del Estado, gasto y servicios públicos), ha disipado
el carácter partidista, la libertad de expresión, y de elección, características
imprescindibles del Estado democrático, así como la corrupción de la carta Magna
(la introducción de Chávez de la democracia “participativa y protagónica” en la
constitución de 1999)
Paralelamente entre los sucesos políticos que acontecen: Las elecciones de
gobernadores celebradas el 15 de octubre del 2017 fueron la viva imagen de
“crónicas de una muerte anunciada”, el absurdo triunfo del oficialismo (17
gobernaciones), refleja una raya más del carácter centralista del gobierno, y una
imposibilidad gubernativa de los Estados, sin contar con la subsecuente
deficiencia administrativa que ya reflejaban las gobernaciones oficialistas ahora
exacerbada.
Las elecciones fijadas por el “fraudulento” CNE para el mes de abril, se insertan en
un escenario de esta “crisis” pero también en el de poca casi o nula capacidad
partidista (representación de los ciudadanos, capacidad de influencia y acción) en
que encuentra la MUD, así como el desconcierto y división interna por la
proposición de un candidato único contra el oficialismo. Dichas elecciones tienen
su contraparte en la decisión internacional del no reconocimiento de los resultados
electorales por parte de EEUU en enero, la unión europea en febrero y de la
comunidad latinoamericana en especial el grupo de lima (creado en 2017).
Las sanciones a funcionarios públicos por parte de Estados Unidos en julio de
2017 y UE en enero de 2018 . El diálogo frustrado de la oposición y el gobierno
llevado a cabo en República Dominicana que más que condiciones mínimas se
debatieron las oportunidades de poder y cargos políticos, conversaciones que
fueron apagadas por el balde de las elecciones en abril, cuya mayor manifestación
fue el abandono del representante de México en enero del presente año. La
movilización militar en las fronteras de Guyana, Brasil, Colombia, como control del
flujo del desmedido flujo migratorio. Por último, la decisión de este 20 de febrero
no participar en las elecciones por parte del frente de la oposición (AD, PJ,VP)
proporciona un escenario de incertidumbre y reproduce la disyuntiva ¿votar o no?
Y ahora ¿por quién?
Luego el ámbito económico en deplorables condiciones se presenta: hiperinflación
(2.735% cerro en 2017, previsión de llegar a 13000% para mediados de 2018
según el FMI), quiebra de PDVSA (malversación de 300mil millones de dólares
según el ex ministro Jorge Giordani) , reducción de las reservas (caída del 65%
desde el 2013 hasta el momento), la criptomoneda “Petro”, sanciones a la filial
citgo y al Estado Venezolano, al banco central de Venezuela en agosto de 2017,
caída de producto interno bruto( contracción del 14% para 2017 según el FMI), las
expropiaciones (6mil casos de expropiación para 2012), venta de PDVSA a
Rosneft con el 40% de acciones que esta última obtuvo en 2016, la venta de los
bonos a “descuento” del 70% a Goldman Sachs en mayo del año pasado , la
deuda contraída con Rusia (6000 millones de dólares) y china.
Por último el contexto social compone un cuadro de escases, pérdida del poder
adquisitivo, el conocido “éxodo de venezolanos” estimado en casi 3 millones de
personas, el gobierno ha auspiciado una cultura dependiente de prebendas y
dadivas (bonos) a consecuencia de la retribución con el voto y de un Estado
corrupto en sus diversas manifestaciones, destrucción del sistema educativo en
cuanto a calidad, profesionalismo y exigencia, la crisis del sector salud con el
desabastecimiento de medicinas (según el presidente de la Federación Médica
Venezolana, Douglas León Natera, calcula que 95% de los hospitales tiene solo
5% de los insumos) y la desnutrición.

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