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¿La soledad, una buena consejera?

“Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre una
multitud atareada” Baudelaire, C. (S.F.). este autor invita a hacer una
reflexión acerca de que tanto se conoce a sí mismo el ser humano, ya que si
no es capaz de conocerse a sí mismo mucho menos puede llegar a conocer a
los demás irrumpiendo su crecimiento como ser humano
En muchos casos es indispensable estar solo, para hacer una reflexión, para
conocerse mejor, para saber que debilidades o que fortalezas se tiene, ya
que en muchas ocasiones por estar tan acompañado no se puede pensar con
calma, tranquilidad volviendo así un caos nuestra mente ya que no hay un
momento de regocijo consigo mismo, de cierta manera el estar solo es
fundamental para el crecimiento emocional, espiritual y psicológico, porque
es a través de este que las personas se pueden dar cuenta de los detalles
mínimos que nos muestra la vida, como el azul profundo del cielo, como el
viento sopla contra los árboles, el ruido que produce la naturaleza, el pensar
en alguien que nos ha herido, poder entenderla, para no dañarse a si mismo
y no dañar a esa persona que en algún momento actuó de manera impulsiva,
es hacer un pare y poder reflexionar, saber que la soledad es sinónimo de
crecimiento verdadero ya que los seres humanos por naturaleza necesitan de
la compañía de otros, pero esta compañía no podría existir si no se tuvieran
momento íntimos consigo mismo ya que así se fortalecen la creatividad,
concentración, porque es algo que es temporal, por tanto va a ser
beneficiosa acarreando pensamientos positivos que ayude al individuo a
crecer en sociedad y comunidad, sin llegar al límite de ser un ermitaño
porque allí si existiría un grave problema como fue el caso de

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