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nuÚ,
..
UN .ECO DE' HAHNEMANN 'EN LOS ANDES.
The position some men hold in the mc-
dicál profession, and which they h:we rea-
.<;hed af'ter years of labo'ur, doutless rnakes
:. them shrink from investigating a subject,
'theestablishment ofwhich asa truth would
fmstrate all their cherished hopes.
])1'. ¡;Jrwl'y.
r.
Entre los hechos notables debidos a los progresos científicos mo-
dernos, hai uno de grande importancia para la moral relijiQsa i para
verdad profana enjenera1: la aparicion elel Hombre sobre la haz
del globo ..
La J eolojía ha puesto en relieve la gran novedad ele la presencia
de nuestro sér en la creacion, como un hecho que acredita su superio-
ridad en el órden orgánico. Fué llreciso preparar el imperio ántes
que apareciese el monarca 'que ucbia rejirro. Por ,eso el Hombré no
vino, sino cuando el todo h-abia recibido de Dios el órdea i la al'mo-
'nía necesaH.os. El mundo primitivo no fuó sino un gran bosquejo, que
mas tarde sufrió el 'pulimento de los siglos;' 'perdiendo ersas formas
abrnptas, esos séres jigantescos, que vivieron i pasaron ,sin haber cono-
cido al Rei elo la tierm.
La metafIsica podria probar siempre que el Hombre no 'ha existi-
do de toda eternidad; pero hoi, el vasto archivo que por largas cen-
tm:ias -guardaron en silencio las entrañas de la :tierra, ha pnest@ en
evidencia la apaücion de nuestra especie, nueva en presencia de los
monstruosos esqueletos de animales acaso inc01;npatibles con la débil
existencia de nuestros primeros padres.
n.
De esta primera pareja pl'1l'a acá, todo ha sufrido un cambio ese n-
cialfsimo. · que no nacieron, vieron na "el' de sí t1. otr0s séres se-
mejantes, .frutos armonías a, que no debieron la vida .... La '
vida! ese lmpulso Jenerador elel orgamsmo, que en el oscuro seno de
mujer, empuja silenciosamente la materia hácia las formas, hasta
convertir un punto, casi imperceptible, en el bello conjunto qüe
tituye un miembro completo do la especie humana! ¿ 1 qué impbrtall
los espermatozoarios,' ni la cuestion de saber si-son verdaderos ani-
málculos, o formas elementales ele, buestro organismo? El estudi o de
la emb¡;iojellia, ¿ podrtí. dejar de ver jamas clm'amente que el desa- ,
1'1"0110 es un resultado, un verdadero fenómeno, hasta constituir en S11
plenitud toda la admirable creatura que pone término a sus p rogre-
.sos? ¿ Podrft c1et'nostl'ar que ese fenómeno es causa i efecto de sí
niismo? 'romanc1o retrospectivamente la gran cadena de la humani-
d ad, encontramQs algun Hombre quo nO debió el sér a otro de Sil
-4-
especie; que debió su sér a imJYulso que no era úrganizaciol1 hu.
mana i i ese impulso causa del primer Hombre, quedó estampado en
Adan cOlllunicado como una luz maravillosa, desde el primero
hastn el último' de sus descendientes. Este impulso es la vida humana.
¿I qué importa que eS:1 vida se manifieste en los animálculos espermá.
ticos? Esa vida es distintá de ellos; puesto que pueden no tenerla para
trasmitirla; puesto que pueden perderla: esa vida l:;¡ h:1n recibido de
un poder j ellerador superior; del que püso esa chispa iumortal en el
primer Hombre, diciéndole aquellas palabras sublimes: O?'ececl, mulo
tiplicaos i henchid lee tierm."
IIl.
Primero es el impulso éreador, que la cosa creada por e'se imllUl.
so. Por eso decimos: Vida i organizacion; como decimos causa i
efecto, faerza i movimiento.
IV.
Pero si la vida es la causa i el organismo ml fenómeno de su acti·
vidad, hai una razon de fili:1cion para afirmar que las perturbaciones
del organismo, gue se han llamado enfermedades, no son otra cosa
que conturbaciones de la accion normal de la fuerza vital.
V.
.'
El estado fisiolójico 110 es mas que el goce de la mayor plenitud
de la armonía de la aecion vital; como el estado patol6jico no ús tamo
poco otra cosa que un sufl'imie!lto hijo de la ausencia de esa armonía,
de esa plenitud dichosa que Re lia perdido i que :íntes Re habia gozado.
VI.
. Por eso, cuando Hahnemann afirma que las enfermedades no son
sino porturbaciones de la.fuerza vital, saliendo del oscuro círcp.lo del
materialismo alopático, se eleva a la rejion de la 'Verdad psicolójica;
que n9 puede elmulestar o el bienestar del HOl1lbl'e en los sim.
pIes cambios que apareceq en sus órganos, sino en la causalidad de
esos cambios, apreciada en muí distinto asiento que en los músculos o
el esqueleto. .•
VII.
La primera consecuencia desgraciada del sistern:1 jeneral de la
antigua escueb médica, es una tendencia, casi universal, en sus diseí·
pulos hácia un materialismo, que en ellos viene a ser .como una ense-
ñanza doctrinal de sus axiomas. A:. fuerza de atribuirlo todo al.orga.
nismo, sin querer ver que ese mismo organismo no es mas que
fen6meno, han hecho de toclo el Hombre una pura miquüul, negando
en él cuanto no lmede encontrarse con la punta del escalpelo. De aquí,
el fatalismo orgánico . dCc Gall i el monstruoso materialismo de Brou·
5
VID.
Sostener que las enfermedades no son sino pur:l-
mente orgánic as, i no manifes taoione s m'uánic as de las jJm·tltrb aoio-
nes vitales, es prescindir de la fuerza vital, mirándola como un cero
en los fenómenos m61'bid os; en cuyo caso, puesto que con eHa no se
cuenta para nada, se lq. cree 10 mismo en el que goza de la mus com-
pleta salud, como en el que agoniza a las puertas del sepulcro. ¿ Se
dirá acaso, que cuanclo el organismo se trastorn a es que la fuerza vital
se perturb a ? Veámoslo. La perturbacion dé un fenómeno cualquiera
¿ tiene poder para perturb ar la causa que lo produc e? Esta es la cues-
tion. La doctrina homeopática sostiene que el organismo es un fenó-
meno; i que elnoum eno ese fenómeno es la vida, es decir, &u causa.
Siendo esto indudable, lo es tambien, que el organismo, como efecto,
no es un reflejo de su orijen; que cuanto él es, lo es segun la
naturaleza de ese oríj en; que todo lo recibe de ese i qne
siendo posterior en eJ..'Í.stencia a ese oríjen, mal pudiera comuni car
a ese oríjell cosa alglllla, cuando él, todo 10 que es, i cnanto tiene en
sí, lo ha recibido de ese oríjen. El absurdo es tan evident e, como si
alguno pretendiera sostene r, que un padre habia sido infision ado por
su hijo, en el acto de el1jendrar el primero al segundo. Que un fenóme-
no, que un efecto, participe de la naturaleza de la cansa que lo pro-
duce, nada mas natmal concebible. Si viéramos lID relámpago negro,
ppr ejemplo, ¿ qué di riamos de semejante alteracÜm en un fenómeno
que siempre hemos visto cumo una pl'oduccion luminosa? ¿Di riamos
qUtl el estaba perturb ando :1 su causa produutiva; o con
un poco mas de sentido comun, que tan estraña apariencia era mas
bien la prueba inequívoca de una perturbacion anterior al fenómeno
i
I)l'opia de su causa product iva? Cuando sembram os una üuta csquisi-
ta i nos resulta ruin o insípida, ¿ no creemos siempre quo hai alguna
perturbacion en las causas de esa fruta dej en arada ; tales
como la compos icionjeo lójica del suelo, la temperatura, la humedad,
.el aire, la 'electl'icidad o la luz? '
IX.
XI.
Por eso Halm emann, yendo en busca del foco de nuestras eilfel'-
mec1ades, lo ha visto con el alma mas bien que con los ojos, contem-
})lándolo en la fuerza vital o en la vida misma; i procurando espií'i-
t1talizar lit materia por medio de sus diluciones i trituraciones, hasta
ponerla en aptitud dc rivalizar en tenuidad, con 1:1 naturaleza impon-
derable del sél' misterioso que colma toda nuestra organizacion.
XII.
¿ P ero será cierta b. Homeopatía; o es una de tantas lucubracio-
nes del jénio vagabundo del filo sofismo alem:m?
ta leí de " S imilla sirnilibus c:u?-antu?'," la ha comprobado Ha-
lmemanl1 con argumentos sacados de la historia misma de la al1tigufi
medicina. Habn emalln no ha apelado a sus ideas propias para probar
hl verdau elel principio fundamental homeopático; ha- dicho : l:.t qui-
nina mU'a i produce la fiebre intermitente; el azufre cura i produce
la sarna; el mercurio cura la sífilis, i la remeda de lID modo t errible
en los que frectlentan manipulaciones mercuriales; la viruela vacuna,
previene la viruela maligna; la nieve devuelve al hombre el uso de
los miembros próximos a gangrenarse por la accion de una eonjelacion,
&c. &c. Ninguno de estos hechos es de iuvencion de Hahnemann : él
los refiere de otros que ántes que 61100 han referido; i esos otros, son
.médicos i médicos alopáticos.
Pero no es esto solo : ha presentado, no solo esas
pruebas en ftwor de la verdad de la módica de los semejantes,
sino innumerables otras, que no son sino. el alma de la fórmula que
sigue : Atencíon!
sustancia A produce los síntomas b, e, el por illtoxiea- '
cion, segun lo afirmau varios médicos alopáticos, que Hahnemann cita
a este r especto por sus nombres, apuntando las obras en que constan
los bechos referidos.
m=La enferIDedad x tiene los mismos síntomas b, e, el que pro-
duce la sustancia A por intoxicacioll, en lOi términos que van apun-
tados; i par:1 probar que la enfermedad x tiene los mismos síntomas
b, e, d, que la iIl\toxicacion producida por la sust ancia A, Hahllemann
no OCÚl'l'e a sus ideas personales: vuelve a echar mano del repertorio
de la m edicina ltlopática, i eita por sus nombres varios autores de
esta escuela, volviendo a :1puntar las obras en que esos autores han
estampado los hechos que él refiere i que ellos establecen.
Veamos ahora la conclusiou directa e imprescindible del argu-
meuto, sacada del mismo oríjen.
sustancia A int oxicando i la enformeclad x mol estando
-7- -
la salud, tienen los síntomas idénticos i comunes b, e, d, segull los
autores alopáticos de que Ihhnem::mn hace mérito; pero 03 asi que
la. ,enfermeJad x se cura con la sustancia A, segun varios médicos
alopáticos que Hahnemalll1 vuelve a citar por sus nombres i 1 01' los
titulos i tomos de sus obras, luego la alopatía misma es quien depone
Je un lllodo práctico en favor de la verdad fundamenta! de la doc.tl'i-
n:1. homeo pática-Similia simiUbus eurantttr. ,
El opúsculo de Hahnemann, titulado" curcwiones J¿omeopátic(ts
involunta1'ias, ejecutadas PO?' médicos de la antigua es'euelct," uo es
mas que la repetician de la fórlllula que acabamos de presentar, apJi-
cable i aplicada por él a divcrsas sustancias i a diversas e¡;¡fermedades.
Miéntras ese opúsculo sea lo que es, i nadie se haya atrcvido a refu-
tarlo, que seria refutar a la alopatía, que es qui,en ha smuinistmdo los
materiales que lo constituyen, la razon científica i el sentido comun
mismo, hablarán siempre en favor de Hahnemann i de sus discípulos.
El que presenta a sus enemigos como testigos de Sil veracidad, tiene
en su apoyo las mas fuertes pruebas de su buena fe i de la esacta jus-
ticia de su causa.
XIII.
N o se crea que al escribir las líneas que preceden nos propong:l-
mos provocal; una discusion molesta: al contrario, nuestro 01jeto es
mí3nos vulgar.
Deseamos llamar la atcncioll de los profesores alopáticos Mcia el
estudio filosófico de un s;stema que ellos pueden realizar en, favor de
,la humanidad aflijida por las en"fermedn.des. ¿ N o se pasa el tiempo
Iviendo una representacion teatral, leyendo un poema o una 1l0ye}a?
¿I esto no lo hacen los médicos como. todos los demas hombres '2
Bien pues: dese a l:.t Homeopatía siquiera la importancia de una cre:1-
cion imajinaria; pero estúdiese con un espíritu despreocupado; con
ese amor a la que caracteriza al filósofo i nI hombre de bien.
Búsquese lo que puede haber de cierto en sus principio,s ; pero sin
ideas sistemáticas preconstituidas en su contra. Prescíndase del há-
bito -i de las pasiones de secta, tan contrarias al verdadero prOO'l'eso
del .espíritu humano en materias científicas . . Si c1espues de 1m eximen
serio i desapasionado, se encuentra que la Romeopatíaes una quime-
m, se habrá pasado el tiempo como cuando se lee una novela; pero
con cuánta diferencia! Se habrá 'pasado el tiempo; pero se habrá pa-
sado con el intento mas dignp del Hombre; con el de buscar la ver-
dad, i con un objeto tanJatldable como el de aliviar las dolencias del
jénero humano. De cualquier modo que se mire esta cuestion, la con-
denacion a pri01'i de una idea nueva, es un hecho ajeno de ra-
zonables .. N adie mejor que los médieos alopáticos cuenta tantas i tan
nptltudes para fecundar la verdad de la IIomeopatía. En pose-
sion de todas las ciencias -médicas fundamentales, los méclicos alopá-
ticOS pueden, abrazando la idea nucrva, hacer iamensas conquistas en
el campo ele una ciencia, que por su solo 'objeto es digna de cautivar
la mente de todo espíritu ' amante :lo la verdad i a hombre¡¡, Re-
chazar una idea nueva porque choca con lo 'que sabemos o creemos
saber, es declarar que ya no hai alguna quo POdCl' aprender; que
todo está descubierto; i que cuanto ya poseemos en las ciencias, es el
?Ion pZ¡tS ult"a de la verdad i de In. sabiduría. Con esta ocurrencia
por principio i por glLia en la vida intelectual del Hombre, nos ence,
r'raríamos en el círculo de lo aprendido hasta hoi: declar:tríamos dog-
mas nuestras adquisiciones, sin permitir reforma ni adelanto alguno
en ros ,conocimientos humanos. ¿ I cuál seria el resultado de tan ori-
jinal procedimiento? La renuncia a todo cambio favorable; la conde-
nacion de toda mejora posible; la perenidad de la humanidad en su
vida intelijente; i el encadenamiento del espíritu en la vía del pro-
greso i del bienestar social. Pero no se olvide que el mundo ha veni-
do de los mas remotos siglos, guiado por una idea distinta en el cami-
no de las adquisiciones intelectuales: la idea de examinar para
1'ar i progresar en sus conocimientos. Ni el hábito, ni la rutina, ni el
espíritu do secta, ni el interes de las pasiones, han sido bastantes pa-
ra contenerlo en su vuelo . Mcia lo desconocido; i si con esa idea él
ha podido venir de la ignorancia a la ciencia, de la barbarie a la civi-
lizacion; no hai motivo ni razonoalguna, para que esa idea saludahle
, se desconozca o se condene en ningun jénero de hechos; i ménos
cuando se trata de una doctrina, que tieno por objeto hacer, bien a
los hombres.
Que los profesores alopáticos se dejen de ese tono de desden ma-
jistral, (Te ese aire' dogmático, que solo sionta en eL trono de la vor-
dad diyina Ellos esbÍn llamados a tomar parte en los pro-
gresos do la Homeopatía: ella toca a sus puertas, el marino
jenoves a las del convento de Santa María de Rábida, i viene como él
a revelarles un Nuevo Mundo . .
XIV.
l
La esperimentacion terapéutica de la alopatía, no puede compa-
!'arse en esactitud con la esperimentacion pu?'a homeopática, or-
ganismo enfermo tiene una receptividad mui diversa 'de la del orga-
nismo sano. La alopatía misma reconoce, que un hombre enfermo,
puede soportar sin peligro d6sis de opio, de estricnina, de morfina
&. tales, que bastaria la cuarta parte, o ménoa aún, de esas mismas
d6sis para matar al mismo hombre, que estando enfermo las soporta
sin peligro; si en estado de se le administraran. Quiere decir,
que en la esperimentacion terapéutica de la alopatía, no pueden ob-
tenerse verdaderos fen6menos fisiolójicos de las sustancias quefol'-
man el cuerpo de su materia médica. La Homeopatía con su espe?'i-
mentacion pura, ensayando las sustancias que forman su materia mé-
(lica, en el hombre que se halla en estado normal, recoje los verda-
deros fen6menos que cada sustancia es capz.oz de producir en la orga-
nizacion humana. Es imposible distinguir en la esperimentacion pa-
to16jica alopática, los fen6menos que provienen del estado anormal
del enfermo, de los qlle SQO pummente el fruto de la accion de la sus-
-9-
tancia administrada, sobre los órganos humanos. Pongamos un
plo que patentice la demostracion de este hecho importante.
Si so mezcla una cantidad de índigo con un medio incoloro, el
resu,l tado será azul; i c1ÍJ:emos i con razon, que el índigo tiene 1:1 pro-
piedad de azular' j i ,qtlC esta condicion le pertenece individuaJ.mente.
Pero si mezclamos esa misma cantidad de mdigo en un medio amari-
llo, el resultado, que ya no será el azul sino el verde, no puede consi-
derarse como una condicion propia e individual del índigo; i al soJ!-
tener lo contrurio, no se h,llJ:ia otra. cosa, que engallarse a sí propio;
esponiéndose a todas las consecuencias que se derivan de la acepta-
cion de hechos falsos como principios verdaderos. Ln. Homeopatía
procede como sn el primer caso, tomn.ndo el medio incoloro por el
hombre en el estado normal; i al asegurar, como puede asegurarlo,
que los fenómenos que recoje de las sustancias que administra, son los
propios i los 'únicos que esas sustancias tienen la condicion individual
de prodncir, asienta.' una verdad evidente. La alopatía, procediendo
como en el segundo caso, tomando el medio coloreado de amarillo
lJor el hombre en estado patolójico, al asegurar que los fenómenos
que recoja de las sustancias quc son los propios o los úni-
cos que esas sustancias tienen la condicion de producir, afirma un ab-
surdo arbitrario, del cual, nada esacto puede derivar para constituir
su materia médica.
Lo dicho demuestra la esactitud de la esperimentacion homeopá-
tica, tomando el cuerpo sano para el ensayo de la accion propia e in-
dividual de lus sustancias que emplea en su terapéutica. '
xv.
La evidencia de la lei " Sirnilia similibus C'lwantur"
de la Homeopatía, conduce rigurosamente al empko de dósis ténues
en Sll tratamiento medicinal. Como dice Hahnemann mui exactamente:
ninguna sustancia es medicamento si no produce alguna perturbaeion
de la fuerza vital; pero si los medicamentos que curan no solo tienen
ese carácter, sino'que Cluan por la leí de su propiedad de producir
fenómenos semejantes a los constituyen una enfermo dad opalquie-
m, es claro i por que las d6sis de esas medicinas 1!0 pue-
den ser fuertes, SID prodUCIr un gran aumento de la enfermedad a que
se aplicaran; i ese grave aumento dd mal, no solo podria causar a los
enfermos padecimientos i en muchos casos, comprometer
su vida;. sino que aun Rondna en duda la eficacia del medicamento
empleado i el crédito' en jeneraI de toda la, misIIla doctrina curativl;l. ;
ántes que Ulla reaccion 'diñcil i tardía viniera a comprobar la eficacia.
del remedio i ht veracidad del sistema.. Si para curar la fiebre es
ciso un remedio quc la produce por su naturalez3J, la dósis de ese me-
dicamento no puede ser fuerte; porque de otro modo, se 'provocaria
una exhacerbacion insoportable, que sin ser necesaria para nada, haria
malclccÍl' de la Home@patía i ,del médico I}ue la 11Tofe,sara.
'( ,
, -10-
, ,
XVI. ' I
./
. '
XVII.
xr;K. r
\ .
Cuando la pasion antipática o el ciego espíritu de secta sirve de
guía a los hombres en sus 'discllsiones, sucede con frecuencia que ol-
vidan los derechos de la razon para traspasar los tímites de la mode-
racíon, de la decencia i aun de la buena fé, De aquí tantas conseias,
patrañas i bufonadas indecorosas lanzadas contra la doctrina de Ha-
hn'emann. Entre los oargos que, a faUa de ve1'dade'ras
1'azones, se lanzan contra la doctrina homeopática, hai uno tan injusto
como absurdo. Dícese que en Homeopatía se prescinde de los cono-
cimientos fundamentales de las ciencias médicas. N ada mas falso ni
mas gratuito. -La historia natural, la historia de la medicina, ht ana:
,, tOÍníit, la fisiolojía, la bot:inica, la química, la 1l0soO'I'afia, la clínica,
\ &c. &c. -&c. soh ciencias, no solo útlles,· sino necesarias para
un buen profesor homeop:itico; i precisamente es por eso que cree-
mos, que los médicos alopático A poseedores de estas ciencias, están en
la mayor aptitud para fecundar las ideas de la nueva doctrina médica.
Las diferencias que el de Hahnemann establecé, por su
cia, en su nosografía, su clínIca, su materia médica, su terapéutIca,
&c. &c. nf}da prueban en su contra. Cada ciencia tiene sus bases i sus
medios de accion, sin que su falta de identidad con otras de diverso
carácter, sea, ni un argumento contra la es actitud
de su naturaleza 1 procedlllllentos. De otra manero¡ la jeometrJa, ape-
Bar de su rigor científiGlo, dejaría de ser ciencia, si se la quisiera juz-
gar por los principios de la moral o dé la l'lletafisica. .
Tambien se asesta eontra la nueva idea el tiro algo zurdo, <le que
no es mas que.un clwandm'ismo; olvidaudo el antiguo adajio-cle mé-
(lico, poetCt i , loco, cada ttnO tiene Stt poco. N o hai gran ciudad, ni
aldea miserable, en que no pululen los charlatanes alopáticos, atacan-
• do la vida i el bolsillo del prójimo; i los tratados de medicZna casera,
como el pildonrje m,oderno, con los pomposos títulos de panacea uni-
?Je?'sal, son otros tantos hechos qlle deponen contra el cUlrandm'ismo
alopático. N o es esto formular un cargo contra la alopatía: es una
réplica en defensa de los amigos de Hahnemann; porque en tésis je-
neral, ni los matqs:mos son un cargo contra ninguna doctrina médica;
ni los poetastros contra la poesía, ni los rábulas contra la jurispruden-
cia. 1 para evitar terjiversaciones maléficas, ,declaramos aquí solem-
nemente i una vez por todas, que todo médico obra con 'buena fe a la
cabecera del enfermo, sea ese médico de la escuela que se quiera. Sin
embargo, si ese médico, si ese hombre siempre de buena le, profesa
tambíen de buena fé una docteina falsa o en medicina, es
mui probable que ese médico, apesa' de su buena fé, le sllceda 10
que al mejor cazador, del mundo, que no podrá hacer tiro de provecho,
si en vez de buena pólvora carga su escopeta con tierra.
xx.
Otro de los motiyos <le ojeriZa contra la Homeopatía es la in-
mensa sencillez de su método; pero nada es tan sencillo como la ver-
dad; i basta tener un poco de fifoso:f}a para comprender, que la ver-
dad, médica no ,puede ser el laberinto de la alopatía, Dios quiere que
el Homb't'e exista, puesto que lo ha creado. La conservacion, como
dicen Bálmes i Lamennais, no es mas que uua creacion contim<arla,
es decir, el poder creador sustentando su creatura. Si, pues, la con-
servacion no es mas que un:1 fórmula crónica de la creacion, es¡ claro
que estas dos ideas tiell:m una ese,ncia idéntica. Siendo la medicina'lin
medio de conservncion en armonía con el principio creador que quie-
re que el Hombre exista, es preciso que ese medio de
¡;ea lo mas sencillo posible, para que plfeda sér com-
prendido i popularmente arlininistrado ; condicion sin la cual, viene
a ser una letra muerta, i deja de tener en si Imisma aquel carácter dc
universalidad, que es el tipo de toda verdad Cl'eada por Dios para el .
jénfill'O humano; perdiendo la necesaria armonía con el principio Cloea·
dor, que queriendo que el Hombre exista, quie;re tambiell que se con-
serve. Algo de esto veía Hip6crates cuando afirm6, que-en el empleo
de los medios sencillos, es que se diferencia.n los [J?'andes médicos de
los demas.
XXI.
Demos una lijera pincelada sobre los, caractéres propios del sis-
tema homeopático.
o La Homeopatía difiere esencialmente del sistema alopático en
varios carácteres sustanciales. :
1. o En que_tiene por base uÍl principio li'\ll cierto i averiguado
- 15,-
como la lei de b atl'accion, como In. direccion de la aguja magnética
o la composicioll química del la famosa lei de "'Similia simio
libus ctt1'antttr": '
2.° En que la Ifomeopatía va en busca de los fenómiolDos :lonse-
cutívos de los medicamentos; por medio de las reacciones del oi'ga-
cismo; apoyándose en la tendencia de reparacion universal que existe
en todos los seres organizados:
3 .° En que en Homeopatía no ha.i verdaderas fórmulas farmacéu-
ticas, puesto que sus aplicaciones son siempre simples ; signo evidente
de la esactitud de sus principios fundamentales:
4.° En que su materia médica tiene por base la esperimentacioll
en estado nOTlual, . no en estado patólojico, como hace la antigua
escuela : '
I 5.' En lo exíO'uo e inocente de sus aplicaciones:
6.° En la sencillez de su réjimén:
7.° En la, economía pecuniaria de su tratamiento; en, armonía
con la economía moral 'de sufrimientos i de repl1gnancias para los
sentidos : ' ,
8.° En que sus r.emedios por lo mismo que carecen de olor, sabor
p mal aspecto, se insinuán sin obstáculo alguno en los carácteres i
temperamentos ménos sufridos o mas susceptibles; i captan la
aquiescencia moral de los enfermos:
9.° En que en el tratamiento homeopático jamas hai ni puede \
haber enfermedades derivativas; porque sus aplicaciones apénas obran
))or estímulos tan suaves como pasajeros en una reaecíon:
10. En fin, en que en no hai desco-
nocidas; porque en su nosografía no hai sino síntomas; i estos son
siempre apreciables.
XXII.
La complicacion de las fÓl'mt¡las alopáticas, está demostrando lo
incierto de la cie-?cia médica de la vieja escuela. Un argumento mui
sencillo basta para demostrarlo. Si cuando un cazador carga su es-
copeta con cierta cantidad de granos de plomo, supiera con cuáles
de esos granos habria de herir la pieza que tira, ¿ no es cierto que
haria una inmensa econo!Ilía de proyectil, i que si no lb hace, es l)or-
que ignora con cuál de esos granos de plomo ha de matar el animal
a que aspira? Esto es mui claro. Así, si un médico alopático tuviera
ciencia cierta de la natu.raleza curativa propia i eficaz de cada Ullil do
las sust:l.Ilcias que mezcla en sus fórmulas, ¿ haria esas mezclas hijas
de la inseguridad de su conciencia científica? Responda la razon con
toda la recta imparcialidad de su carácter. La polifármacia de la aló
patía, es un indicio nada favorable respecto de la certidumbre . de la
antigua medicina. Cuando de muchos caminos, unos mui buenos, mui
cortos, mui llenos de recursoS de todo jénero ; pésimos otros, erizados
I de peligros de toda especie, de incomodidades de todo linaj e, vemós
xxv.
Dicen algunos medicastros alopáticos, que en la Homeopatía no
hai poder alguno curativo; que sus glóbulos i sus c1iltlCiones, no son
mas que una eng"añifa. Si tales ::matemas fueran el fruto de un exá-
men de espericl1cias bien qjecutadas i malo{p'adas,
nada habria que replicar; pero esto no sucede. sarcasmoé no
son sino arranques de preocupaciones desautorizadas; i, acaso, no
escentas de sospechas poco honorables. Mas admitiendo todos esos
denuestos, vacíos ele toda razon i llenos de toda iniquidad¡ i no pudien-
do negal' que esa engariifa cura, i cura suave, .pl'onta i radicalmenLe;
hai que sacar de semejante hecho, una consecuencia naela ventajosa
para ],a antigua medicina. En efecto, si bastau las ilusiones i las en-
gañifas para curar las dolencias humanas; si esas ilusiones i engañi-
no pueden matar a nadie, entónces la medicina alopática está de-
mas en el mundo; i aun algo ménos que demas, puesto que sí puede
matar i .mata, por desgracia, algo mas de lo que alguno se imajina.
Esta es la jeneralidad, porque hai muchas prescril?ciones de la escuela
antigua, que siendo, aunque por casualidad, como lo ha dicho i pro-
bado Hahnemann, aplicadas homeopáticamente, curan de una manera
innegable. j Pero cuántas veces no hemos visto esas funestas deriva-
ciolles del cólera al tifo i del tifo a la pneumonÍa, resultados de los fe-
nómenos consecutivos de las sustancias administradas en las enferme-
dades principales! ¿ 1 de qué provienen esas crueles derivaciones?
- N o será de la ignoraucia en que ya (le la alopatía de los ver'clader'os
fen6rnenos de las sustancias qne emplea i que jamas l)a ensayado en
el organismo sano? Sostener que bastan los conocimientos adquiridos
('E el estado patolójico, respecto de ésas sustancias, es tanto como sos-
tener, que el arte de la g uerra se debe estudiar entre el estruendo de
Una batalla; la navegacion al encontrarse en medio de las soledades
del océano; la arquitectura eu:mdo se está construyendo un eLlificio.
'. , .. , ... l;'l'oposiciones de tan tri 'Le categoría, no ftol r:.1y:m en el
-
absurdo i son la pura espresi0l1 del mas e:;Léril empirtsmq, sino que in-
dican la mas rematada incapacidad p::fl'a entrar en ningnna discusion
séria.
XXVI.
Entre las ventajas que el sistema homeppáticp tiene sobre la
médicina ordinaria, hai UDa ele un precio altamente inestimable : la
imposibilidad de equivoa,ciones funestamente ij·remediables. En
Homeopatía, el est¡'ícnos, el cwsénico, d mercurio cm'j'osivo, el ácido
hidrociánico, el ácido n'ttj'ico, el ácido 8uifúr'ico, &c. &c. tomados
por equivocación, i ann administrados a un reciennacido, apénas po-
drian causal' una indisposicion pasajera, cuando mas, semejante a la
que causan esas mismas sustancias en la espedmentacion pura. Esta
ventaja, que por si sola merece la mayor atencioll, es una consecuen-
cia de la manera como la Homeopatía ensaya las sustancias que des-
tina a constituir su materia médica. Ningtm medicamento homeo-
pático llega a ese rango, sin habel' pasc¡,do ántes pm' el c1'isol de la
esperimentacion en el hombre sano J' i como esta esperimentaeion
jamas .se hace en las dósis mas ténues; ** i sin embargo, nunca llega
a poner jti ""emotamente en peligj'o la vida humanct / es claro que
mas tarde, al hacerse 11na errónea aplicaeion de una sustancia en U\l
enfermo, cuando mas, sufriria este, los mismos fenómenos que el '
esperimentador un ajente desconocido. Pero ni aun esto es admi·
sible, porque el eSl)erimentador tiene que dejar pronunciar toda la
accion eLe la sustancia que espel'imonta, para recojer todos i cada uno
de esos fenómenos; i trn.t:índose de una equivocacion, se echaria
mano de uno de tantos antidotos comprobacusimos como cuenta eada I
'XXIX.
xxx .
• 4U
. , ..
,
No se Cl'ca empero, qne 103 amigos de la Homeopatía por espí-
ritu tle sistem:\, pretendan que los profesores alopáticos no ' Curen ni
i:iean capaces de curar; pero no habiendo mas que una lei bien com-
probada i fundamental cn. medicina, como no hai mas que una lei úni-
ca en el 6rdcn Cl'ead9l' i conservador del universo, la tendmícia a la
'unidad, la medicina alopúÜea cura i puede curar incuestionablemen-
te, cuando por cWHíalid(¿d aplica esa lei de los que
, es a quien sin saberlo, uebe sin duda todos sus éxitos; i fhera de la
cual, no hai sino ])aliatiavos, chas'COS i derivaciones funestas. Vaya
una prueba djl lo. dicho.
. Las fomentaciones calientes, l'emedio popular en la escuela anti-
gua, cuando se aplican a.las'inflamaciones gástricaJÍ, intestinales 11 otras
del ,mismo tip.o, desarrollan: llPa reaccion pur:nnent'e homeopátic.'1. in-
dudable, corpbatiendQ .con el calor del remediob calorosa inflamacioll
de la enfermedad. Otro tanto pueile decirse de la aplieaciDn que en
los últimos tiempos La hecho la escuela alopática europea de! lÍcido
(wsenioso en el tratamiento. de las fiebres palúdicas i otras de tipo in- ,
termitente; !como desde tiempos ménos recientes, ha combatido la 8ar-
IJa con el az¡V1'e, la sífilis con el las conjelaciones con fric-
ciones de nieve o granizo, o con la injestion de agua helada al inte-
rior; varias fiebres con la qu·i nina / i la viruela con l:t vacuna. ¿Hai
otra cosa que Homeopatía en todos estos i otros muchos tratamien-
t0S ejecutadQs por los médicos de l;l antigua escuela? Sin duda. qUG
nó. La falta. de aplicaoion infinitesimal, si bien establece una diferen-
cia en él modo d!) aplioacion, 110 la constituyc. en el fondo esencial del
.homeopatismo dc los ajentes r i esa diferencia rcs-
pcto de los tratamientos indicados, de que carcciendo la alopatía dól
conocimicnto de las patojenesias de las sustancias que en casos seme-
jantes ha empleado, este empleo La, tenido. .que ser forzosamente em-
pírico; i ese empirismo, quc es el tipo de. toda su esenoia, ha tenido
que limitar a reducida esfera, el éxito que"de Otl:O modo, podi-
do jeneralizar, con grandes ventajas para la humanidad i bonor para.
la medicina.
,. La misma teoría hic1l'otcl':ipica de Priessnits no es mas, en d fon-
do, quc una fórmu!::t parcial de la doctrina que sostcnemos. El agua.
logra grandcs yenta.jas contra ciertas ::tfecciones re¡mláticas, cuyo tipo
es una imflamacion articular, muscular o nerviosa mas o ménos aguda,
o crónic::t. Los que no yen en cs.t o lllas que agua, 110 se
han detenid<,> a contemplar que en este líquido Lai un elemento jene-
rador del calórico, que es, sin duda, el que constituye la p:.-.rte activ::t
de la teoría hidroterápica: este es el oxíjeno que el agua '
contiene; i el único, aoaso, capaz de opone>l'le CDn ventajas a ciertas
dolencias o ménos gl'áv'es de carácter puramente inflamatorio.
No nos Cansaremos .de repetirlo: el prurito de gritar contr::t
tod:!. idea nueva verd::tdera es uu absurdo en cualquier órden de he-
chos; pero en medicina, i cuando.l::t alopatía, despues de ruas <le tres
mil años de todavía no sabe, en a princ'ipios funda--
mentales, mucbo mas de lo qne sabia Hipócrates, E!n materia de
pura medicina, es aún una pretension mucho mas incalificable. Re-
las-ideas nuevas solo por .que son nuevas, es olvidar que el
lUtmdo actual, en materia 9-e creencias de todo jénero, esttí hoi de
pié sQbre las ruilla¡,¡ de los que . habia adorado al tl'aves de
latgos siglos. Para crcer que en las uicncias cstá cOlJsumada l::t revO-
ln?iou ullivl1l'sal de todas las ideas, CSl)l'cciso ser un profeta, ser tUt
DlOS! .... ¿Puede la ¡nedicina asumir tan desmedida arrogancia'? Que
, - 27-
\ del inmortal Hahnemann, nos conformaramoS' con alr;ar los hom-
bros i cuando mas, bnr.ar al cielo una mirada de esperanz:i o de re-
signacion, pase! porque nada mas podia en presencia de la.
impotencia humana; pero que despues del descubrimiento de una
·doctrina cierta, bella i luminosa; de una doctrina que es la esperanza
,de la humanidad aflijida ; despues de los inul}merables prácti-
·cos que apoyan su teoría de un estremo al otro del mundo; despues
de tantas asociaciones como llenan el orbe científico, en el arte nuevo,
filcil, 'sencillo, económico i altamente popularizable de curar a los
hombres, sin repugnancias, sin dolores, sin grandes costos i sin peli-
gros, ¿ no valt1ní. todo ello la pena de consagrarle alguna reilexion,
alguna meJitacion, alguna práctica, alguna esperiencia, siquiera algu-
na curiosidad, en busca de una verdad, tan intereRante, como la que
tiene por objeto alejar siquiera por algunos dias de nuestra presencia
el adusto espectro de la mnerte? Las injurias vulgares i los sarcas-
mos groseros, ¿ son armas dignas de! campo de las ciencias? Qué!
un aSUnto ta}! s6rio, como el de la conservacion de b especie humnna,
¿ puede ser. tema de burlas necias i de patrañas mas necias aún? Los
hombres cuya vulgaridad hn llegado a estos escesos, deoerian com-
prender que no viven en sociedades compuestas de monos gorrilfas o
de arangutanes; i que al ocuparse en denigrar gon' calumnias llenas
de ruindad i de mala fe, una doctrina que comba.ten sin comprender-
la; porque en SIl pedantesca arrogancia o su .culpable pereza, no se
tomau el trabajo de estudiarla, 110 bacen otra cosa que exhibirse en
ridículo, u los ojos de todo sér culto, moral i razonabl\). Esto no es
atacar a nadie: es defender los fueros de la justici:1. i la civilizacion :
es propender porque los no se degraden. El noble decoro de
, las ciencias es incompatible con la licencia: su templo es casi un san-
tnano!
Lo que hasta. ahora hemos leiao n oiclo contra el homeo-
pático, es precisamente lo 'que mas nos ha movido a estudiarlo. Cuan-
do una idea científica por su esencia, en vez ele merecer la refutacion
fil9sófica, tan digna siempre, tan útil i tan fecunda en el campo del
verdadero progreso humauo, solo alC:1.nza como la Homeopatía de sus
, adversarios, truanerias como las de Fl'a,i Je?'undio, vulgaridades ma-
jistrales como las de MI'. Le Pileur, o las interesadas sandeces de es-
píritus incapaces de toda investigacion filosótica, hai que sospechar,
por lo ménos, que la verdad esttí. de parte de esa idea. Esta sospe-
cha viene a enrobnstecerla la historia de to'das las grandes iniciacio-
nes hUll1ituas, qne no hace sino repetir desde' los pri;UCl'os tiempos de
la;; sociedades, que no hai verdad nue,,!), sin escándalo, ni gloria sin
martirio. '
.,
A,PEND.IC,E.
CURACIONES HOMEOPATICAS EJECUTADAS
POR MANUEL MARIA MA DIE DD,
En Bogotá.-Sefior M. S.: bubones: eumcion en 5 semanas, sin una sola fiebre
i t ermin.ada por una supUraCI?n d.e estrClnada benignidad.
Id. - N. N. soldado ?el eJérclt? federal llamado Papare: orquítis, 11enorrajia,
constipacion abdominall fiebre vlOlenta, curado en 6 (¡ias en presencia del sefior
llerm6j enés Valdiri. . '
Id.-Sellora D. H. dc R: amenorrea de tiem po: cólicos, náuseas, vómi-
tos, desgano i dolores renales con estremada faz pálida, labios ellc(mdid os
i mal aliento ; curaaa en dos despues dC.lnutües aplicaciones ak>páticas h e-
c\ias en San Luis por un aeredltndo profesor .l cn la capital por uno de los, mas
notables, ámbos ., .
Id. -Doctor E. Jaranullo: ga.stralJIa, vómIto. de los alimentos dc por la
mañana, con pir6sis i .otras molesttas. Estc sUJ,eto habla. tomado ántes in6tihn entc
vnrias dl'ogns alopáticns l'ocetndas por uno de los mejores profesorcs alópatas de
BOIJotá. . .
Id.-Madama Schmit, esposa de MI'. Joyero, señorn que sufria hacia
largo tiempo una irI'itacion crónica dc} l a 1ll1ll1el'osas f'plica-
ciones alopáticas sin fruto alguno: ClU'O a la dOS18.
Id-Sefior José María Vallarino, comerCIante, pnelllDonla violcni'a: tos srea.
corta con dolor de punzada nI costado al i fiebl'e violenta : curado en 4:-; ho1'a •.
Id.-Señora Eusta ql1ia 1'rujillo dc V: dlal'l'ea tenaz con tenqsmo i otras moles-
ti¡¡¡;, tratada en vano pOI' un cntendido profesor alopático de csta capital, curó cn S
días aun violando elréjimen.
Id.-Señora D. H. de R: i odoutaljia violenta, a cOnsecuencia de
UI1 diente cariado: curada en clos dUls. .
Id.-Señorita Osuna: prosopaljia por un cariado: clll'ada en 2,1 10mB
co 11 una sola dQsls. .
Id.-Señorita Adelaicla Tórres, prosopaljia violenta cUl'ada en 48 horas.
Id.-Señorita Amalia Briceño : tos seca,>corta, incesaute, con accesos de estrema
violencia i convulsion: curó en 3 dias.
Id.-Jóven Eduardo Briceño: ataque violento ¿¡e apoplejía sanguín ea: pérdida
dc la palabm i del conocimiento: pulso pequcño, faz encendida i tri smo mandibu-
lar : curó en 2 horas!
Id.-Señol' Cecilio Garzon, sastre: sarna horrorosa en toclo el cuerpo, q no le da-
ba un monstruoso: desgano. insomtuo .. ficbrc, estre1'1lada inquietud: curado
con tres dósls .clura,nte 5 semanas. Esta CUl'aClOn me fué recomendada por el señor
doctor Januarlo 1'1'1ana.
Id.- Sellora Mariqlúta Miro do V: prosopaljía curada. con una sola dósís.
Id.-Sefior J. G. comerciunte: bubon in guinal, blenorrajia, contraccion de un
músculo de un muslo. E ste caballero, me manifestó haber estado en manos de ' uno
de los mejores .de la que me nombró, i quc 1:0 obtcnia r esultado
alguno ya con las aplicaclOnes Curó con uoa sola d6sis.
Id.-Niñita M. R: leucorrea amarIlla, densa: faz pálida, ojeras, desgano, fu er-
tes dolores a los hipocóndrios: curó con la CUarta parte de la soludon de un glóbulo
en agl)a pura.
Id.-Señor Agustin Estéves: irritacíon crónica del estómago, curada co:n una
sola d6sis.
Id.-Señora Águeda Navarro de P: dolores nerviosos tenaces a la cabeza i a
la caril : curó con una sola dósis.
Id.-'Señol·1J, C. Simo de U: diarre\,': curó a la tercera cucharada de la primem
d6sis.
Id.-Señorita Dolores Bricefio': cróniea, p eriódica en el seno i en los
bI'azos: curó a la tercera d6s1s.
Id.-Niíjita dal coronel U. . .. caida recto: curó con un solo g16'bulo .
• Id.-Lisandro N. nifio recojido por mí; tifó: dolor en todos los miembros i mui
violento a la cilbezll : estreñimiento tenaz, postracion, aliento pestilencial, Cl1l'vatu-
ra de la columua Yel'tebl'al ..caida de 111 mandihu1í! inferior, proyectados i me-
- 30-
, dio cerrados, lengua cubierta de burbuj as blancas, qu ejido continuo: curó en 8
uill's; pero me iuficcionó toda mi familia; mi señora estuvo kl horde del sepúlcro; i
un a' de mis hij iLS escapó como por un milagro, pues 1¡uvo hasta pérdidll total de la
. vista i carfolojia. ' .
Id.-El mismo nifio: prolapsus del recto: curó con un solo glóbulo Runque el
mal era cróni co. •
Id.-Tadea Martínez, tifo: cara encend itla, ojos inyectados, proyectados, mira·
<la espa ntada, dolor de cabeza,' tos violcnta, delirio i estr eñimiento tenaz con estre-
ma inq uictud: cur6 en 12 diae. '
Id-Señota Lucía Lezama : prosopaljia crónica antigua, con obtur(leion nasa]:
curó en un mes l'fldicalment e : tres dósis a intérvalos. '.
Id.- Señora G¡'egol'ia Har,) de:Y: , co;\:aljill produchla por un n110rtQ,: curó con
una sola dósis, despues de hab er tomado inútilmente varias drogas alopáticas propi-
cn vano pOlO qn r espetable profp.sor estrllnj ero.
, Id.-Sj)ñora B. L. de M : coxaljia, }>roducidll por un 'a borto mui láborioso: cu·
ró con un solo glóbulo disuelto en .5 cllchu r;¡,das de agua i tomadas' ulla ca.da 24 horas.
Id-.-Señora ,Domitilll FerlJálldez de Tav era: hepatítis ,con ,fi ebre violent.'1: cu-
ró en 4 dias.
Id.-'-Señorita Emilia M: epístasis: curó con un solo glóbulo.
Nepomuceno Toscano : epístasis en un b,1ile.: tomó ,un solo glóbu·
lo, cesó el a<lCidente en el acto i continuó bailando como 4 horas mas,sin sentir nin-
gun ,
Id.- Niflito Alfredo SÚel)z : irrit.acioll a la vejiga a consecuencia de tUl 'l\ernú·
fugo alopát,ico : curó con 5 c1ósiH ,
Id.-Niñito Horacio M: otítis aguda, con del oido esterno i dolor
en los dientes i mu elas : curó con 3 glóbul ds tomados eh 2 h oras i media,
Id.¡Señora madre política del fiuad<¡ coronel Lorenzo Esté\Tes: tos crónica,
antigua, t,euoz que la vedaba el sueño : curó'con una Ilóla, dósis.
_ Id.-Rever eudo P. Zalabarrieta : tos antigua, nocturna i mui tenaz que no le
dejaba sueño ni quietud: cu ró en 4 dósi s. ,
Id.-JÓven Pablo N, sirviente de Mr. Dundas Logau: fiebre ,intermitente, curó
con dos cucharadas de la primera dósis. .
Id.-Jov encito hijo del señor José Suntnmurítt Baraya: acceso nusiliar enorme;
,j)on fi ebre : cura do en 3 dias por una sola dósis.
Id.-Señor Juan O. comerciante: meteorismo .abdominal:' curó con la p'rimera
d6sis.
Id.-Señor José M. Yegtl, de la casa del señor Manuel Ab ello:' diarrea simple:
,curó con lB primera d6sis en 24 h oras.
Id.-Señor Mllnuel Ab ello: padecimientos ps6.ricos{!e las estr emidades,inferio-
:res: tomó la mitad de UDll dósis completa de 3 glób ulos i curó, pl'hi¡t uqa exhaccr-
bacion medicinal pl\saj era.
Id.-Trinidad N. sirvienta de la scñora viuda del finado coronel L. Estéves:
prosopllljia, curada en 24 hQl'as.' .
J eneral J osé María Gaitan: varios padedmienms: con
una sola d6s1s. I
Id.-Señoll N. carpiutero: edema dc las i pies cmado con una
d6sis. " .
Id,-'señorll Luisa N., de Sim Luis: vómito de los alimentos: curó e01111pa sola
dósis. •
Id.-'señor Maldonado: sordera, insomnio, <10101' en los hombros con
total en los brazos : curó de est,as cdn 3,dOsis.
Id.-Seflorita Cleillentina Escovar : odontaljia i prosopaljin curó con ¡:los dósis
m3diü _
, Id.-Señor 1Íirtilillno Sieard : odontaljia por un carjes de dient'e canj.n;o: curó
como J 10r encapto con un solo glóbulo. . , .
1 .-Señora Justa BustamalJte de U.: metrorrajia periód'i,ca antign,a: cn
Cllarto dia de un acceso violento, que cesó, deJas <lie;o: i media 'ge !&lañana a las
cuatro de la tarde, con una sola dósis en seco.
Id.;..-jp'tep Mllrcelino Echeverr.í.a : ,c urp con 1UUJI soJa dósis.
San Juan.-Sefiora A.urclia Sálas de Millan: j aqueca crónica per!{)di¡¡a: curó
Con ,d9if dÓsis. " _
Jirq,rdot ...Señor Luis María Sil·vestre; nefritis crónica: ,cqr6 06n tres'_d§sis en
tomadas uu \lia. · \ ', ' ' .•.
. Ámbalc,mQ'.-f3eñor Arseilio :t.eU!l3l1tiSjllÓ nervjQ!lQo:_curó Qu-dQs ¡loSiS.
.
Pw·ijicacion.-Señor't Cármen del Río: disenteria: curó COIl do. dósi8 en 3 díns.
Ji1·a,.dol.-Seiiol' Enrique Echeverl'i': fiebre sínoca: cmó con tres dósls ello
3 dias. ,
Arnbalema-J6ven Andres Sánchez: fístula lacrimal de 4 años: curó en 15 dias
liin ningun réjimeu. ' . .
Bogotá,-Doctor. Francisco de P. Canáles: IIsma de '20 afios 1 cuatro aphcBC1()-
nes hastaron pal'a r educir el mal de una mdncra' estmol'dinlll'ia. .
Id.-J6ven .J, J. Ortiz: prosopaljia del carrillo derecho: curó con dos dósis.
Id.--4:leñorito Juan David llenera: epístasis fulr\linanté: curó con una sola
dósis. •
Niños C\lrfldos de la fel'Ína en su última aparicion en Bogotá.
Al doctor José J . Ortiz, n hogado . ... .. . '.... . ............ '. . .'.. 4
Al .coronel E. 'RlIiz. ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 1
A la seBora. María Josefa Campuzano de Calvo. . . . . . . . . . . . . . . . . .. 4
Al señOI' Rieardo Ibáüez, come¡·ciante .. . .....' ....... '. . . . . . . .. 4
Al Reñor Rafael González, comerciante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 4
Al doctol' NicollLs Pardo, abogado. . . . . . . . . . •. . . . . . . . . . . . . . . .. 1
A la T. de P.i de suma gmvedad .... ' .....' . . .... : .. 1.. 1
Al doctor Nicolas Antonio Yeg!l.l médico, por su ausentÍa ..... '. . . . .. 1
.Al doctor Julian Herrera, abogado ..... . ...... , . . . .. . ........
Al scñ<,>r Francisco Angaritn, ·comercíante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. :{'
A la viuda del doctor Igr¡acio ]lclgadillo, de suma gravedad. " 1
A la señora Luisa Nayarro de P. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 1
A la señora Benita Navarro de Zamora......... . . . . . . . . . . . . .. 3
A la seílora Ag¡'ipina Armero de O.. . ................. . .. . ... , 1
Al Coro.nellgnacio Torrente ................. .. ... . " . . . . . . .. 1
A la. señora, D. Caiccdo de L . ........ . ...... '....... : . . . . . . . .. 2
,
Suman.......... . .... _. . . .. 34
P¡¡r lo ménos, lIn núm ero igual dc nbios llevados contínuamente a mi casa por'
p ersonas pobres del i principalmente tie] poblado de las Cruzes, ce¡:-cano (1¡
mi hahitacion. •
'OumcionoR hechas en Ambalema del 1.0 de ab"il al 14 del pl·osente.
Del sa1'llrupion o a consecuencia de él : •
Niños del señor Mignel Cálaas . .. o. . . • • . . .. • • • • • • • • • . • • • • • • • • • • • •• 2
Del señor t;ulu.zal' . .. " . . .. . . .. . . .. . . .. . . .. . . .. . . .. . . .. . . 2
Del Rafn el ZOl'J'illo .. ... ................... , . . .. . . . . . . .. . .. z:
De la sefiora Eladia Rocha..................... ... ........ . ..... 1
J3d señor FraDcisco Londoño............... ......... . .......... 2
Del señor T. Gal'cía, fiebrc convulsiva i discnteria. . . .. .. .. . . .... . .. r
Del precept or 'de primeras letras ..................... -.. , ..".. " . .. 1
Delrnaest¡·o nlbani! N. Ort,jz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ........•.. 1
De la señora Emilia Ola ve, con ulceraciones en la garganta.... . .... 1
Del señor J esns Castellanos, una j.6ven ......................... " ... 1
D el señor Joaqnin Zo1'l'0, nnaj6ven....... ........... .......•....•. 1
Del sefior Félix :María Duran, un jóven ................... " .. ,. . ..• 1
Del señOI José Mal'ía Audradc..................... ........•.... ..• 1
De la señora Dominga Pardo, una jÓvl' n. . . .. . . . . • . .. . . .. . . .. . . .. . .... 1
J3árrios, jóven ..... .. ..... . .... .. ... " ......... , ....... , ., 1
Del doctor Eliodoro Ablldía, niña .................. ' ........ " 1
Suman......... . 20·
Owracione,q de oll'as e'll;fel'111Cdades en el mismo lugar i durante el mismo tiempo.
!:leñora del señor Fí'allcisco LondoHo: fiebre, curada con dos il6sis en 2 djas.
Niñito Alfredo, del ¡nismo señor Londoñot fiebre, Ctll'ndo con un solo gl61\ulo.
Jó veu Blasina de l\iOlllpC.B: escorbuto, curado cou una sala d68i<l.
Jóven Prudencia Millan, de Pnlí, fiebl'c 'bil iosa violenta, eurada con una sola
dósis.
, SeBor Teodoro Suál'ez, carpintero, fi ebre slno'ca de 4 mcses,. cm'ado con tre8 dó·
sis en 4 dias.
Jóven Emperatriz N. fi ebre pl1oqYel'al terrible: curó con dos glóIllllos e¡¡ seco'
Seiior Prudencio Castéllan os, edema de uu l)i6 i tumores frio s en lodo el cuerpo:
C1U'Ó con una sola
JÓVCll EmililJ Gurda, discl1tcri:t:· curó con <1 ¡
<-.¡
32 -
Señor Marceu uo 1,'lóI'cz, platero , fieb\'c pútrida tifQiden,; sopor, pulso Ulll:O, do-
lorcs aHiculares, cefalajia, cOllstipaeion . nbdominal, aliento pestilencial, iscurj,\:
en 6 días!. , , , .. .' . ' .
Jóven Gregol'ÍI\ Ortlz: Ji.enteria, curada eon dos glóbulos en seco: blenona·
jia. qu e'Cllró eI11l días Uuego fiebre in termitente que desapareció a los dos dias mas.
Señora Em, O , .. , antigua ulceracion en la garganta que cur6 en 4 dias COIl
una sola d6sis!
::leñor T, P .... Espermatorrea crónica: curó a la cuarta cucharada de una so-
la sustancia 1
Señora" ., L encorrea amarilla, densa, de algunos mlos : en 6 dias,
con un glóbulo a la noche i otro por .la mañana.
J6ven Mariano Bra\'o: diarre,\ viol entn, producida por me,licamentos alcpáti-
cos ferrujin osos : cu rado en a d ills. .
Cil'i aco Uoddgnez, de Ibngué, indm.:acion 01 la mejilla izqui erda, fruto de una
d ent.aria : curó en 8 por una tan como
Joven sobrin o del señor P ed ro J. Celis: fiebre mtcrrmtente: cnro con una sola dOSIS.
Seiiora Belianisa Ab¡,día, del Cal,ca, c61icó por cmó con U1la sola clósis.
Clímaco Victoria: amarilla , a consecuencia de baber se dej ado secar en el
cuerpo l os vestid os empapados por la ll uvia : cllr6 en 12 dia s.
Señora J acin ta l' anjcl: tiali smo, v6mito, diarrea, bazo hipertrofiado, fi ebr e
l enta, p ostrncion i ilaéu;'as estr emaS, con edem a de los piés, disfajia i otms mol es-
tias: cur ó en ó8 clind.
Niñita J. B.: l euconea,: curó eO)1 seis glóbt¡]os en seco en 3 diado
Niilita del Dr. Heliodoro Abadía, fiebre, ctlrada con tres glóbul os en 24 J'IQras.
Seiio l'l\ F ern nnda Pé1'ez, de Mompos, como de 60 ailos d e eda d: m etríti s con
8upmacion purulenta: cu ró en 28 dias i se volvió a Honda, d e donde la babia trai-
do a Ambal ellla, su hijo el piloio ASUDCioll Cobilla , pam que fuese cumdll.
l\iñita El11'i.ql1eta Ji!: fi ebr e sínoca: curó en dos dias,
::leilor Ma nu el Sanabria : fiebre viol enta pútritla, con endolorinll ento i picadas
en los miembros ;' articul a(\ionl's : cmó en 4, tlias.
riloto Asuncion Cobill a : hemorróides fluentes, curada s con una dósis.
:::leilo\' lL P. J'Csto de un,\ blcnorrajia mal trata la: curó Con cl a;; dbsis.
Jóven Indal ecio Cléves: manchas h erpéticas del lado izquierdo de la cara i
ol'eja del nú smo ln.do escori"do : curó a la segtmda dósis.
Norverto Aguilar, de lIfompos: gl'l\ll tumor, inter esaudo la clavícula izquierda
i el omoplato correspondiente: curó por una Sl1pm-acion tJLol rápida éomo b enigna,
a la segunda d.;.sis.
Seño\' Lúcns Amnya :. reumatismo nrliculm' de 4 Mios, acompañado de sdrdera,
cuerpo enco r vado, est rem1, flucurn, descom pu esto. i voz mui débil, con in BoDl-
lIio, dcsgo.no i molestias ; en l os bl'azos. A los 70 eli.as de
ya el enfermo apénas teni(\ tos un l '\-e r esto del mnl, que \'0. cesand o del todo 1 no
le como p:tl'a tl·:thnj'll· en su oficio de platería, lo que empez6 a
practicfl\' como a l os 40 días del 1ratamicnto,
del Rosa rio N : re¿oJ11cndacion del señol' cura d e Amba l ema: l!eun1atis-
mo articular j enero 1, cn términos de nQ poder sen irse h enferma ni o.un de sus ma-
nos pal'a comer. En dos me es. <lesapur.eci6 todo, no qnedó sin o una ' éolvusion on
l as picrnas, combatida fácilm ente, i que a Illiseparaeion de Ambalema el1 5 d el pre-
se nte, era ya cnE-i nula.
SCiior Obc1\llio Duran: . maltratos consiclembles, con algunas h eridas en la ca-
ra:' curó Je l os primero, en a dias i J e las cO'und:l s en linos d.iez.
Señor ]\fr.nucl J, Madiedo, fiebre pútrida tifoidea : ojos iny ectaJos, dol or nI
occipucio, pul so i piel 8C(':\ : nI segundo dio, sopor continuo, ningun p ul so. ,
ali ento cadavériCO, cOllstipucion abdominal, piel secai al'd\cnte, cabeza mui atonta-
oa i qesvnl\ecida. Al tercer d.ia fué cortado el mal i tiguió la r eposicion, quedando
al qul ntó dia perfectamente
ITc a,qui cmXTO TREIXTA 1 0 11"00 CURAOIOl<ES lIoMEol'ÁTrcAS quc bc
recoj.ido, en unos pocos ?/leses, de las mueho mas nllmerosa. f[Ue realmente hecho
cn eliversos lugares. I téngase cn cuenta, que he estado mui léjos de haber h echo de
!a HOn'leopatía mi ocnpaciol! ' esdn,iva. ;\ii hijo Manuel,Justino, pnede presen t:tl'
Igualmente \I)l cuadro illlportant<· ,l e curaciones homeopáticas num erosas. Si des- t
plles de h ech os que exhibe>, C:\$OS, lugares i personas, se preLeude aun
'lne c· n/la clI;7a1iUh. llnrt/onla,<fa &. cn tónccr;, haiqll e' 1?Oner en I
d uda toda realidad, empezando por O'rCQI' ']ue nuestro< ui:\'crsarios IHI silla una"
llleras H""<I t:\.juni (. 21 (1 .. l Rli3. ;\LIXt'EL ]\f.lnill\LIDLEDO.
'o. '
BOMEOPATIA.
El infrascrito ofrece sus servicios al público de esta capital
'en la aplicacion de la doctrina del iumortal Habnemam, en el
tratamiento de las enfermedades.
El que suscribe, guiado por el sincero sentimiento de bus-
car la verdad, se ha ocupado por algun tiempo en esta ciudad
i otros puntos de la Repflblica, i con éxito rmti satisj"actO?"io
en el tratamiento de varias enfermedades. Acreditalo una
de numerosns curaciones homeopáticas ejecutadas por él, ad-
junta a la publicacion que ba hecho i que está de venta en esta
imprenta a dos reales el ejemplar, cuya lectura se toma la
libertad de recomendar a todos, i mui particularmente a los
padres de familia. \
El que suscribe, posee lID método especial seguro,
para poder conocer a fondo i tratar medicalmente con bastan-
te propiedad, las enfermedades crónicas de las personas ausen-
tes. Por este mismo método, los individuos de ámbos sexos
que sllfrall enfermedades penosas par'a el pudor' per-
Mnal, pueden ser recetadas sin el sacrificio de su delicadeza,
De esta manera los hombres mas circunspectos i muchas se-
ñoras i señoritas que tal vez son víctimas de ciertas repugnan-
cias para descubrir a una persona estraña el verdadero estado
de su salud, puedeu ponerse en la mas completa relacion con
el que suscribe, sin darse a conocer de él, i tan fácil-
mente :lomo si se sometieran al mas minucioso exámen ma-