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ANTECEDENTES
La pandemia que azota al mundo causada por el coronavirus (COVID-19) provoca en los
pacientes graves insuficiencia respiratoria, por lo cual deben ser sometidos a un
tratamiento de respiración mecánica asistida con suministro de oxígeno medicinal. Según
reporta la prensa, a nivel de mundo la capacidad hospitalaria y de atención se ha visto
sobrepasada por la demanda.
Se entiende que, a la fecha, en el Perú, el número de pacientes que deben ser atendidos
ha superado la capacidad de producción de oxígeno medicinal de que disponen las
Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPRESS) que administran el Ministerio de
Salud (MINSA), el Seguro Social (EsSalud) y las Fuerzas Armadas.
Entre fines del mes de mayo e inicios de junio del presente año, en medios de prensa
circularon versiones que aseguraban que era factible poner en operación las plantas de
oxígeno del complejo metalúrgico de La Oroya para suplir las cantidades necesarias de
oxígeno medicinal.
El Colegio de Ingenieros del Perú constituyó una Comisión Técnica especializada con el
objetivo de apoyar en la lucha contra la Covid-19, tanto en lo que se refiere a la ampliación
de la capacidad de los centros de salud como al mayor suministro de oxígeno. Este grupo
se encargó de analizar las distintas opciones de abastecimiento de oxígeno. El presente
informe recoge la opinión de la Comisión Técnica del CIP y los aportes de sus distintos
miembros, en reuniones previas y posteriores a la visita a La Oroya, por tanto es una
opinión colegiada. Quien suscribe integra dicha Comisión, en su condición de Ingeniero
Mecánico-Electricista, con registro CIP 8445, con formación académica a nivel de
postgrado y experiencia profesional y académica en Termodinámica, materia principal en
torno a la concepción, diseño y operación, vinculados a los procesos y equipamiento de
una planta de oxígeno, contando además con amplia experiencia pericial, mayormente en
el sector privado.
ENFOQUE Y COMENTARIOS
La materia prima para obtener el oxígeno existe en todas partes: es el aire atmosférico.
Lo que se persigue para fines industriales y medicinales es concentrar el oxígeno del aire
hasta determinado rango (contenido de oxígeno algo mayor de 90%, hasta 99%).
Para la concentración del oxígeno del aire, se acude a plantas e instalaciones que,
mediante un determinado proceso de separación, puedan concentrar el contenido de
oxígeno, sin adicionar impurezas perniciosas para la salud (o para los procesos
industriales), que puedan provenir del mal estado de conservación de las instalaciones. El
aire mismo no puede ser fuente de esas impurezas.
El oxígeno se puede producir como gas o como líquido. Salvo casos particulares, se
consume generalmente como gas. Se puede transportar como líquido o como gas. El
transporte como líquido permite reducir drásticamente el volumen a transportar (a
grosso modo, mil veces), sin tener que acudir a elevadas presiones. Lo normal sería que,
si debe ser transportado en pequeñas cantidades a distancias cortas, se haga como gas
(botellas o balones de oxígeno a alta presión); para grandes distancias o volúmenes, que
se haga en estado líquido (en recipientes especiales, que puedan conservar temperaturas
criogénicas). Para un gran volumen de consumo permanente, lo natural sería tener una
planta de producción in situ.
El transporte del oxígeno líquido se hace en vehículos que llevan un isotanque (recipiente)
con una capacidad aproximada de 20 toneladas. El conductor del vehículo tiene que ser
entrenado, pues la carga que lleva es muy sensible a las maniobras del vehículo; una
maniobra brusca puede ocasionar un accidente. La velocidad de transporte depende de
las condiciones del camino; las mayores pendientes y los mayores cambios de dirección
obligan a una marcha más lenta. Si hubiese que transportar una carga desde una distancia
de 3,000 km, para una velocidad promedio de 60 km/h, el viaje de ida y vuelta tardaría 10
días, es decir equivaldría a un flujo de dos toneladas por día. En consecuencia, transportar
ciento diez toneladas por día requeriría cincuenta y cinco cisternas. Por otro lado, el
trasiego de la carga no necesariamente se va a poder hacer desde la propia cisterna;
entonces, hay que resolver también el problema de la descarga del oxígeno en cada
localidad que se abastece.
En el caso del oxígeno medicinal del Perú, dadas las complicaciones que impone la
geografía para el transporte, salvo los casos en que se disponga de un suministro cercano
y económico, a primera vista, lo normal sería que cada centro hospitalario aislado
disponga de su propia planta de generación y no tenga que depender de las rutas del país
y de la necesidad de contar con medios de transporte especial.
ANÁLISIS Y OPINIÓN
La situación actual, corresponde a una demanda extraordinaria de oxígeno sumada a
instalaciones de salud insuficientes, mal conservadas y próximas al colapso. Para
remontar el problema habría que enfocar la solución en dos etapas:
Para la emergencia hay que procurar, lo más rápidamente, lo que se pueda obtener en el
país, entendiendo que es insuficiente que haya volúmenes a disposición, sin que estos,
además:
En el país existen otras opciones de suministro, además de las plantas de La Oroya; así,
por ejemplo, se tiene: en Chimbote, la planta de Air Products; en Pisco (Funsur) la planta
de Praxair; la planta Cajamarquilla en Huachipa, de Praxair, la Planta Ucchuchahua, la
planta de Huaral, de Mina Buenaventura, la planta Ventanilla, ex Aga, ahora de Praxair.
La solución definitiva, para aquellos IPESS que no sean vecinos a una adecuada fuente
comercial de oxígeno, sería dotarlos de su propio equipamiento, vía generadores de
oxígeno, a adquirir. En este último caso, hay que hacerlo de uno o máximo dos
proveedores reputados; adquirir equipos estandarizados en cuanto a capacidad (tamaño)
y tipo, asegurando además contar con repuestos y asesoría especializada por parte del
suministrador, garantizados a lo largo de la vida útil de los equipos adquiridos, además de
contar dentro del Sector Salud con un soporte técnico propio, adecuado para la operación
y el mantenimiento (conservación) del equipamiento.
Respecto a la posible importación de oxígeno medicinal:
Se tiene conocimiento que en los países vecinos (Chile, Colombia, Ecuador) existen
plantas con producción de oxígeno líquido, que tendrían excedentes exportables.
Dado que el suficiente oxígeno no se puede obtener dentro del país, solo queda producirlo
en una nueva instalación o acondicionar para ello una instalación industrial existente, o
importarlo de un país vecino. En cualquiera de los dos casos esa solución sería inútil si a
su vez no se cuenta con un sistema de transporte y distribución adecuado. Esto significa
que la solución tiene dos componentes: (i) Producción del oxígeno; y (ii) transporte del
oxígeno.
La comparación entre las opciones expuestas requiere una cantidad de datos con las que
en el momento no se cuenta; ejemplo: el excedente exportable de oxígeno en los países
vecinos; la disponibilidad de vehículos y recipientes para el transporte de oxígeno; los
plazos de suministro de las plantas generadoras de oxígeno.
LA VISITA
La visita a La Oroya se cumplió el lunes 22 de junio del presente; se partió de Lima a las 4
am y se retornó pasadas las 6 pm. Durante la visita hubo una reunión con personal de la
empresa Doe Run, otra con personal de Praxair y posteriormente una visita técnica guiada
a las instalaciones, donde el personal técnico de Praxair mostró las instalaciones, señaló
su situación y absolvió las preguntas que le fueron planteadas.
Participaron en la visita el Dr. Juan Luis Arce, el Dr. César Chamamé, el Ing. Javier Franco
Gonzales (UNI), el Ing. Paul Guillermo Ureta Panduro (CIP, CD Junín) y quien suscribe (CIP,
CD Lima).
Por Doe Run participaron los ingenieros Luis Llerena (Encargado de la Gerencia de
Operaciones, CMLO), Herles Agurto (Seguridad Empresarial) y David Urcuhuaranga
(Mantenimiento, CMLO). CMLO significa Complejo Minero La Oroya.
Por Praxair acudieron su Gerente de Seguridad, Salud y Medio Ambiente, Sr. Walter
Ernesto Asparria Ormeño, y el Ing. Nelio Júnior Cordeiro de Oliveira, Gerente de
Operaciones.
Se nos explicó que Praxair adquirió la llamada “planta antigua” de Doe Run y, luego,
construyó una segunda planta para atender el circuito de cobre de la refinería de la Oroya.
La planta antigua entró en servicio en 1993 y la planta nueva en el 2004. La antigua planta
producía oxígeno con 96% de pureza; la nueva planta con 98%.
En La Oroya, antes de ingresar a visitar las instalaciones, se pudo ver un esquema unifilar
o diagrama de bloques del proceso de concentración del oxígeno, en un documento que
data del año 1998. En base a dicho documento se solicitó a Praxair una explicación
detallada acerca de la concepción y funcionamiento del proceso; la explicación fue
efectuada por el Sr. Cordeiro de Oliveira, quien absolvió las preguntas formuladas sobre
detalles.
Cada una de las plantas tiene una capacidad productiva de aproximadamente 300 t/d
(toneladas métricas/día) de oxígeno en estado gaseoso y de 7 t/d de oxígeno líquido; para
cambiar sus proporciones se requeriría cambios internos en las plantas.
El aire atmosférico está constituido principalmente por nitrógeno (aprox. 78%), oxígeno
(aprox. 21%) y argón y otros (aprox. 1%). Durante el proceso industrial, el aire que ingresa
se toma del ambiente, se filtra y se comprime a una presión de unos 4.5 bar. El diseño y
la operación de la planta corresponden a las necesidades de los procesos metalúrgicos
que se desarrollaban en La Oroya. El tratamiento de concentrados y su refinación para
obtener metal de alta pureza requieren oxígeno de alta calidad.
Según explicaron tanto Doe Run como Praxair, las plantas se encuentran fuera de
operación desde hace 10 años, o más, y, aunque han sido conservadas externamente,
nadie conoce el nivel de deterioro interno que han sufrido en ese tiempo.
Cada una de las dos plantas, construidas para una capacidad de 300 t/d puede producir
más del doble de lo que el MINSA calcula como requerimiento acumulado de la demanda
total de oxígeno de las IPRESS (110 t/d); sin embargo, según lo explicó Praxair, las plantas
fueron diseñadas para entregar en forma líquida solo siete (07) t/d de oxígeno.
Debido a las limitaciones técnicas de los compresores (“Surge Point”), la planta no puede
operar por debajo al 82% de su capacidad. Para variar la proporción de oxígeno líquido
producido habría que modificar sus turbo expansores, lo que en la práctica representaría
cambiarlos; esto, ya constituye una tarea de magnitud mayor, que demanda plazos
prolongados e implica costos altos y resultados inciertos, no necesariamente
desaconsejable por el punto de vista económico, sino porque resulta totalmente
impracticables para una situación de emergencia, que requiere opciones ciertas y seguras
al más corto plazo.
Volver a poner en marcha las plantas de oxígeno de la Oroya, obligaría a realizar una
compleja logística de consecución de piezas y partes y a traer técnicos extranjeros; dadas
las actuales circunstancias, esta opción tomaría mucho más tiempo, acarrearía
incertidumbre de buenos resultados y además – en caso de tener buen resultado- sólo
suministraría una cantidad de oxígeno relativamente pequeña en comparación al total
necesario. Por estos motivos, sólo sería practicable si no hubiese otras soluciones, más
rápidas.
CONCLUSIÓN
El propósito de la visita consistió en determinar, desde el punto de vista técnico, si era
viable al corto plazo y largo plazo la utilización de las plantas de La Oroya, para suministrar
oxígeno líquido para atender una demanda acumulada de 110 t/d (Ciento diez toneladas
de oxígeno por día) para abastecer a los distintos centros hospitalarios del Perú.
Se concluye que no resulta aconsejable, pues existen otras soluciones más rápidas,
seguras, económicas, tanto en el corto como en el largo plazo mencionado en el
presente documento.