Está en la página 1de 2

El futuro brilla para todos

Juan, vivía en Ica desde hace muchos años, parecía llevar una vida normal a
pesar que las adversidades y una silla de ruedas lo hacían ver diferente, su
familia nunca se avergonzó de él, inclusive lucharon mucho para que sea feliz,
Cuando él era niño, un accidente de tránsito lo dejó marcado, pero eso no le
impidió terminar primaria y secundaria en una hermosa escuela, Era un joven
muy empeñoso, estudioso y lleno de valores.
Después de algunos años ya había terminado el periodo escolar y con mucho
esfuerzo y decisión, pensó en postular a la universidad provocando así estudiar
tarde y noche en búsqueda de su gran sueño; ser médico.
Llegó el día del examen, sus padres lo acompañaron, estaba muy
entusiasmado y se dio cuenta que era el primero en llegar; los encargados al
verlo en silla de ruedas, lo ubicaron en un lugar especial, llamado “Zona
preferencial”, al ver esto sus padres sonrieron dándose cuenta que todavía se
conservaba valores en bien de las personas discapacitadas. El reloj marcaba
las 8:00 de la mañana, su emoción era tan grande que leía y marcaba
correctamente; estaba seguro de los resultados y más aún de cumplir su gran
sueño. Sintonizó la radio iqueña y al entrar a la facultad de medicina se dio la
gran sorpresa; su nombre estaba entre los diez primeros, solo atinó a abrazar a
sus padres, pues la alegría lo enmudeció. Pasaron muchos años para que
acabara su carrera y al terminarla tuvo un sueño que se convirtió en su
objetivo. Llegó el día de su graduación y con solo saber que ya era un doctor
sus ojos se llenaron de lágrimas, puesto que era su mayor anhelo desde su
niñez, pasado varias semanas de esa maravillosa noche especial para él, quiso
ejercer su profesión como doctor. Pero lastimosamente la decepción que se
llevaba de cada hospital que lo rechazaba era mucho más nostálgica, tan solo
atinaba a irse con un llanto desconsolado ya que era discapacitado y por esa
razón no lo aceptaban. Pasaron días y él se cansaba de ir para ser rechazado
hasta que él por fin quiso realizar su sueño, la experiencia que pasó se la contó
a sus padres quienes le dijeron que lo mejor era la meta ya establecida por él.
Él quería abrir un consultorio para poder ayudar a personas con similar
discapacidad a la suya; al principio sus primeros intentos fueron fallidos, en
vista de eso él se las ideó para poder crear una prótesis que lo pueda ayudar a
caminar, después de muchos intentos por fin lo obtuvo la primera prótesis para
ayudar a discapacitados en Ica. Este revolucionario invento lo ayudó
beneficiosamente para que su consultorio sea el mejor de Ica, todas las
personas que alguna vez lo rechazaron esta vez pidieron ayuda, pero él de la
misma manera que ellos lo trataron, él lo hizo, solo que con un poco más de
amabilidad. Su consultorio con la ayuda de todos los empleados que ponían
todo de sí por poder ayudar a su jefe, pronto se volvió hospital, y después de
todo este progreso Juan que tenía alrededor de 30 años lloró abatidamente y
dio gracias a Dios por todas las bendiciones que le había brindado, pasaron
muchos años y su hospital no paraba de crecer, hasta que decidió abrir uno en
cada provincia de la hermosa y calurosa región de Ica, ya que provenían de
todas las provincias aquellas personas que querían a su vez tener esta
milagrosa invención que nada más y nada menos una persona como ellos lo
había inventado.
Finalmente Juan se casó y tuvo hijos, él nunca antes se había sentido tan
dichoso en la vida, debido a que tenía de todo lo que una vez quiso, tenía una
profesión de la cual sentirse orgulloso, tenía una familia a la cual él amaba y
ellos a su vez lo amaban, y de ese modo Juan vivió hasta que Dios lo llamó,
ese día fue un día muy fúnebre para todos los que habían sido curados por él y
de igual manera por sus seres queridos, desde entonces recuerdan y
conmemoran ese día como el día que murió un joven que nunca se rindió en la
búsqueda por hacer realidad su sueño

También podría gustarte