En la teoría, un modelo de diseño ideal para HRFA debería describir perfectamente el
comportamiento uni-axial del material, pero en la práctica este comportamiento no es uniforme. Algunas causas de este fenómeno se deben a que el comportamiento post- fisuración del HRFA varía como resultado de su heterogeneidad; es decir, la variación de la capacidad de absorción de energía depende de la resistencia de la matriz y la cantidad de fibras de la sección transversal, lo que se relaciona directamente con el volumen de fibras y su distribución. El proceso de colocación del hormigón y vibrado influye en la cantidad y distribución de las fibras en una sección transversal. Así como también, la dirección de flujo del vertido del HRFA y la vibración influyen en la orientación de las fibras (Lok y Xiao, 1998; Kovács y Balázs, 2004; Dozio, 2008). La intención de estudiar el comportamiento a tracción del HRFA es comprender el material en las primeras fases de fisuración, para ello se emplea un software comercial de elementos finitos (ANSYS®) en el que se manipulan parámetros para caracterizar al material como la resistencia última a tracción (ft), o las resistencias residuales a tracción (fr) para diferentes niveles de abertura de fisura. De este modo, se desea considerar condiciones que aseguren el servicio, la resistencia y la durabilidad de las estructuras.
ESTADO DEL ARTE.
COMPORTAMIENTO A COMPRESIÓN:
La resistencia a compresión es más o menos igual a la de un hormigón
tradicional/convencional, pero si se destaca un aumento significativo de la ductilidad después de la fisuración para volúmenes de fibras de 1% (Maidl, 1995; Konig y Kutzing, 1999). La resistencia ultima se ve poco afectada con la adición de fibras y tan solo se observan incrementos del 0 al 15% con volúmenes de fibras superiores a 1.5% (Johnston, 1974; Dixon y Mayfield, 1971). Para aplicaciones comerciales, la cantidad de fibras en elementos de hormigón está limitada entre 50 y 60 kg/m3; es decir, una fracción de volumen menor de 0,75% (Balaguru y Shah, 1992; Bekaert, 1994; Kausay, 1994). Para estos casos, el incremento de resistencia puede ser considerado sin importancia para efectos de diseño (Mansur et al, 1986; Narayan et al, 1993). Algunos investigadores han encontrado decrecimientos de las resistencias del hormigón cuando se han adicionado fibras, debido a la porosidad del hormigón, al proceso de amasado y a un inapropiado diseño de las amasadas de hormigón (Falkner et al, 1984).
COMPORTAMIENTO A TRACCIÓN:
El objetivo de la adición de fibras de acero al hormigón es obtener un comportamiento
de ruptura dúctil (Kooiman, 2000; Thomee, 2006). Después de la fisuración, a diferencia del hormigón convencional, las tensiones de tracción con el hormigón antes de la fisuración son transferidas a las fibras metálicas y estas controlan la propagación de las fisuras mientras se deslizan del hormigón con los incrementos de carga. Esto permite mantener una resistencia residual en el hormigón fisurado (Zhu et al, 2002). La clara diferencia entre el HRFA y el hormigón convencional/tradicional, es que, el primero después de alcanzar la resistencia máxima a primera fisura presenta un decrecimiento súbito de la capacidad de carga acompañada por una meseta de bajos niveles de carga causada por la fricción continua y al arrancamiento de las fibras; mientras que, en el segundo la ruptura es simplemente súbita y frágil. La resistencia post-fisuración puede variar desde un comportamiento frágil hasta uno perfectamente plástico (Balaguru y Shah, 1992).
COMPORTAMIENTO A FLEXIÓN:
El incremento en la resistencia a flexo-tracción es sustancialmente mayor que en
tracción directa y en compresión, ya que el comportamiento dúctil del HRFA en la zona traccionada altera sustancialmente la distribución de las tensiones y la deformación a lo largo del canto de una viga. La distribución de tensiones es plástica en la zona de tracción y elástica en la zona de compresión (Hannant, 1978). En pruebas a flexo-tracción, la resistencia del HRFA es del 50 al 70% mayor que al de un hormigón tradicional/convencional (Dixon y Mayfield, 1971; Kar y Pal, 1972; Shah y Rangan, 1971), y puede duplicarse con dosificaciones mayores de fibras (Romualdi y Mandel, 1964).
MODELO PROPUESTO.
El elemento SOLID65, incluido en la biblioteca de elementos tridimensionales de
ANSYS, permite la consideración de la fisuración distribuida en tracción y un criterio de rotura. La adherencia entre el refuerzo y el hormigón se considera perfecta, de acuerdo con el modelo del material definido por el ANSYSR V.11. Para simular las fisuras se definen dos coeficientes de transferencia de cortante, uno para fisuras abiertas (Bt) y otro para fisuras cerradas (Bc). El material se fisurará si hay alguna tensión principal de tracción y se aplastara si todas las tensiones principales son de compresión. La fisuración del hormigón se representa modificando la relación tensión deformación e introduciendo un plano de rotura normal a la superficie de la fisura. Los coeficientes de transferencia de cortante representan una reducción en la resistencia a cortante del material, que induce el deslizamiento de las fibras a lo largo de la fisura. La microfisuración en los materiales friccionales frágiles se debe a una pérdida instantánea de la cohesión intergranular, como consecuencia del deslizamiento sufrido entre granos o partículas del sólido. Se llama modelo constitutivo a una formulación matemática capaz de describir el funcionamiento físico macroscópico de un sólido ideal, que resulta luego de aplicar hipótesis simplificativas de un sólido real. De aquí que la formulación de los modelos constitutivos sólo represente una realidad condicionada.