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UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

ESCUELA DE MICROBIOLOGIA

PRACTICAS PROFESIONALES

EL ENTORNO LABORAL Y LA ALIMENTACION

Oscar Mauricio Rivera Quintero 2121315 A3

Jorge Eliecer Rojas Bohórquez 2121323 A2

El ambiente laboral o el ambiente de trabajo es el eje central de muchos programas de la


salud ocupacional, dado que en el interactúan factores sociales y de la salud, estos son
tan complejos que desencadenan respuestas fisiológicas y emocionales. El ambiente de
trabajo o la vida laboral puede influir en el estado alimenticio de la persona, debido a
que este puede involucrar procesos fisiológicos que pueden afectar este estado. El
comer es algo tan normal como cualquier otro proceso del cuerpo humano y animal,
aquí las funciones cerebrales están presentes en todas las partes del proceso y no se
puede negar que la activación de ciertas áreas del cerebro reflejan los estímulos
sensitivos en que se encuentre la persona.

El ser humano es un ser de comunidad, es decir, requiere, se desarrolla y funciona en la


medida que interactúe con los demás, siempre se procura que la relación en comunidad
sea equilibrada para tener un entorno armonioso y tranquilo para convivir, no obstante,
este equilibrio depende en la medida de cómo se encuentre cada persona a nivel de su
estado de salud individual. Un adecuado estado de salud no solo involucra los efectos
sobre el ser humano llevados a cabo por parte de los microorganismos, sino que además
incluye factores psicológicos que pueden estar o no relacionados con el entorno o el
ambiente donde se encuentre.

En los últimos años se ha visto el efecto del entorno sobre la salud de las personas,
siendo una de las explicaciones de la aparición de ciertas enfermedades denominadas
complejas o multifactoriales, el desarrollo de estas no puede ser explicado por una
condición o predisposición genética de base, sino que también en ellas influyen el papel
que el entorno pueda tener sobre el organismo, como se ha visto en la aparición del
número de casos del cáncer de piel en los últimos años con el aumento de la radiación
solar así como también del desarrollo de ciertas enfermedades cardiovasculares con el
consumo de alimentos grasos ricos en colesterol.

Se sabe sin lugar a duda que una adecuada alimentación es necesaria para mantener un
buen estado general de salud. Sin los nutrientes necesarios el cuerpo humano no es
capaz de llevar a cabo adecuadamente todos sus procesos vitales, esto es debido a que
en la alimentación se hallan los compuestos o moléculas principales para llevar a cabo
el metabolismo energético, procesos de regeneración y crecimiento, así como también el
desarrollo o el adecuado funcionamiento del sistema inmunológico, entre otros. No
obstante, si nos vamos hacia el otro extremo, es decir, el consumo excesivo de ciertos
alimentos puede llegar a acarrear graves consecuencias en el estado de salud, esto
debido a que después de cierto rango o limite un compuesto esencial puede resultar
perjudicial o tóxico.
Hoy en día muchas compañías y empresas se enfocan en proveer al público suplementos
y productos que posean una mayor cantidad o mayor concentración de los compuestos
fundamentales que el organismo necesita, pero se deja de lado el papel que el entorno
puede llegar a tener sobre la persona y que este además puede desencadenar
mecanismos que alteren la alimentación haciendo que el aporte suministrado por dichos
suplementos sea ineficiente.

El deseo de comer a diario se ve influenciado muchas veces por las actitudes o


situaciones que estemos viviendo en el momento, es así que cuando se está triste se
desencadena el deseo de ingerir algo dulce como lo es el chocolate, con él se ha
encontrado que su ingesta lleva a un aumento en la liberación de oxitocina, la cual se
encarga de generar un estado de felicidad por medio de mecanismos aún en estudio. Por
el contrario, cuando se está bajo situaciones de mucha presión se activan una serie de
procesos o mecanismos fisiológicos que disminuyen la sensación de hambre o de
necesidad de alimentarse. Es por ello que al encontrarse en ambientes de cierto nivel de
estrés, los tiempos de alimentación o el tipo de comida a la que estamos acostumbrados
puede variar automáticamente, llevando al desarrollo de enfermedades determinadas
(por ejemplo, diabetes, hipertensión, entre otras), incluso, como lo muestra ciertas
evidencias, afectar otros procesos mentales. Por lo tanto, un entorno que mantenga un
nivel adecuado de estrés o presión es necesario para mantener un buen estado de
alimentación general.

La evidencia muestra que el cerebro al ser una unidad de procesamiento química


además de eléctrica, es sensible a los sutiles cambios en las sustancias que ingerimos y
que lógicamente pasan por él. Los estados de alerta y de calma, son uno de los ejemplos
más simples para comprender en cierta manera estos procesos químicos. El estado de
alerta es el resultado de los mecanismos ejecutados por los neurotransmisores,
(mensajeros químicos a nivel del cerebro), dopamina y norepinefrina que son
sintetizados a partir del aminoácido tirosina, este se halla en alimentos con alto
contenido proteico como lo es la carne. Dicho aminoácido al ser transformado en estos
mensajeros, desencadena efectos como lo es el aumento de la agilidad y mayor
sensibilidad a los estímulos. Por otra parte, el estado de calma es el resultado de los
procesos mediados por el neurotransmisor serotonina, este es sintetizado a partir del
aminoácido triptófano que también es hallado en los alimentos de tipo proteico. Como
resultado de ello se aumenta la capacidad de concentración y los sentimientos de tensión
disminuyen. Teniendo esta visión general del papel que juega los alimentos de alto valor
proteico, se pone en manifiesto el rol del tipo de alimento consumido en el estado
mental además del físico.

“Somos lo que comemos” es un dicho que se ajusta para decir que el estado de salud en
que nos encontremos va muy de la mano de nuestra dieta y el cuidado alimenticio que
tengamos tendrá repercusiones en nuestro estado mental y anímico además de nuestro
estado físico. Por esto, algunos programas de salud ocupacional se interesan o tienen en
cuenta el factor del entorno laboral sobre los trabajadores. Si estamos en un ambiente de
trabajo tranquilo y manejable vamos a desempeñarnos mejor laboralmente además de
que nos alimentaremos correctamente, esto yendo de la mano con los programas que
buscan un buen habito alimenticio ayudara a encontrarnos bien física y mentalmente lo
cual hará que contribuyamos al desarrollo de un mejor entorno laboral, indicando asi
que estos dos factores van muy de la mano.
Nunca sobra hacer hincapié en el hecho de que siempre será necesario y vital mantener
una adecuada alimentación, así como también procurar el desarrollo de un ambiente
sano de trabajo o de buscar e implementar medidas que mitiguen las situaciones
estresantes, ya sea grupales o individuales, debido a que de esta manera se lograra
mantener un equilibrio o un enlace estable sobre estos dos factores.

Finalmente, se concluye que la alimentación juega un papel importante en el estado de


salud de la persona, pero es importante mencionar que esta también va de la mano del
entorno en que nos encontremos trabajando debido a que tendrá repercusiones sobre la
forma en que nos alimentemos y está sobre la manera en que nos desenvolvamos
laboralmente llevando a alterar el ambiente de trabajo y por ende a las demás personas
de nuestro entorno.

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