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AGRADECIMIENTOS
TABLA DE CONTENIDOS
EXORDIO
PARTE I
UNA EXÉGESIS NEOMODERNISTA DE LA TORÁ O PENTATEUCO
INTROITO EL PLANTEO
ACÁPITE 1 EL GENOCIDIO COMO MANDATO BÍBLICO
ACÁPITE 2 LA CONCEPCIÓN DIVINA DE LOS DERECHOS CÍVICOS
ACÁPITE 3 OCCIDENTE FRENTE AL MANDATO BÍBLICO ANTES DEL
ADVENIMIENTO PLENO DE LA MODERNIDAD
ACÁPITE 4 UNA ALIANZA MATERIALISTA
ACÁPITE 5 UN DIOS QUE EXIGE SER SACIADO CON TUFOS SEDANTES
ACÁPITE 6 SUPERPODEROSO PERO NO OMNIPOTENTE: LOS LÍMITES DEL
PODER DE YAHVÉ
ACÁPITE 7 EL BIEN, EL MAL, EL ÁMBITO DE LO ESPIRITUAL Y LA
SERPIENTE
ACÁPITE 8 ¿ES EL GÉNESIS MONOTEÍSTA?
ACÁPITE 9 UNA LECTURA MÁS CIENTÍFICA DE LA CUESTIÓN DEL
POLITEÍSMO
ACÁPITE 10 ALGUNAS CONCLUSIONES EXEGÉTICAS Y NORMATIVAS
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PARTE II
UNA PUESTA A PRUEBA DE NUESTROS HALLAZGOS EXEGÉTICOS:
¿HUBO UN GNOSTICISMO JUDÍO?
INTRIOTO EL PLANTEO
ACÁPITE 1 PORQUÉ EL ORIGEN JUDÍO DEL GNOSTICISMO HA SIDO
CUESTIONADO
ACÁPITE 2 EL MANDEÍSMO
ACÁPITE 3 DOSITEO, SIMÓN EL MAGO Y MENANDRO: EL GNOSTICISMO
SAMARITANO
ACÁPITE 4 LAS PISTAS TALMÚDICAS
ACÁPITE 5 FILÓN DE ALEJANDRÍA Y LA SECTA DE LOS MAGHARIYYA
ACÁPITE 6 SOFÍA: LOS ORÍGENES JUDÍOS DEL PRINCIPAL MITO
GNÓSTICO
PARTE III
PARALELOS ENTRE EL OCCIDENTE DE LOS DERECHOS HUMANOS UNIVERSALES Y LA
HEREJÍA GNÓSTICA
INTROITO EL PLANTEO
ACÁPITE ÚNICO LOS GNÓSTICOS FRENTE A LA HOMOSEXUALIDAD, LA
ANDROGINIA, EL PRINCIPIO FEMENINO Y LA MUJER CARNAL
CONCLUSIONES
EXORDIO
Para estandarizar nuestra notación de fechas con las de otros escritos de este tipo,
denotaremos como AEV (Anterior a la Era Vulgar) a los años anteriores a Jesucristo y EV a
los que corresponden a nuestra era.
Por otra parte, aunque en medida menor, el llamado a las armas también está
presente en forma explícita en el Nuevo Testamento. Por eso, y para que no haya
equívocos, al final del volumen presentamos un apéndice con un pequeño muestrario de
incitaciones a la violencia de origen neo testamentario.
7
INTRODUCCIÓN
¿QUÉ NOS DICE DIOS DE SÍ MISMO?
Acápite 1:
El dilema
Por cierto, desde hace varias décadas asistimos a un fenómeno opuesto al de los
siglos anteriores. El Occidente liberal y secular claudica permanentemente frente a un
Occidente religioso y fundamentalista que en varios Estados norteamericanos ha
conseguido prohibir la inclusión de las teorías de Charles Darwin en la instrucción escolar.
Aunque la ciencia sigue avanzando a raudos pasos en los centros del saber y los gabinetes
de desarrollo tecnológico, una cuña se ha interpuesto entre la vanguardia de nuestra
civilización y las grandes masas, generando bizarras paradojas. Esta embestida, que desde
los valores del Occidente liberal y secular puede juzgarse oscurantista, está anclada en
contenidos bíblicos que muchas veces se interpretan literalmente.
Por su parte, el Occidente secular se subdivide en dos segmentos reñidos entre sí:
el que permanece fiel a las ideas de la Ilustración, y el posmoderno, cuyas concepciones
multiculturalistas lo alejan crecientemente del liberalismo original.
En Estados Unidos, Europa y el resto del “primer mundo”, los intelectuales adeptos
a la “corrección política” convencional optan por el camino fácil, afirmando
simultáneamente que todos poseemos los mismos derechos y que todas las culturas son
moralmente equivalentes. La realidad de democracias multiétnicas y multiculturales hace
de este un atajo atractivo. Suponer que la cultura occidental es superior a otras de
8
comparable arraigo histórico se ha convertido en una presunción de mal gusto, que para
colmo se considera incompatible con la sofisticada ciencia social postmoderna.
Por otra parte, aunque las dos cosmogonías seculares mencionadas están en
oposición al fundamentalismo bíblico, en términos de su lógica interna el conflicto entre el
multiculturalismo postmoderno y el segmento fundamentalista de Occidente es de mayor
envergadura que el que impera entre el verdadero liberalismo y dicho fundamentalismo.
En verdad, nada hay tan ajeno a los fundamentos judeocristianos como la creencia
de que todas las culturas son moralmente equivalentes. Tanto para el Antiguo Testamento
como para el Nuevo, la tolerancia religiosa es un gravísimo pecado. Para las escrituras
judeocristianas hay una sola verdad y todo lo que se le oponga debe ser reprimido. (2)
Por su parte, los verdaderos liberales tampoco creen que las culturas sean
éticamente equivalentes. En esto, liberales y fundamentalistas coinciden, aunque diverjan
en lo que hace superior o inferior a una cultura. En lo que toca a las relaciones entre los
9
individuos y el Estado, la Ilustración nos enseña que hay una sola verdad relevante: la que
afirma que todos los hombres y mujeres poseemos los mismos derechos esenciales. Este
es el equivalente de una premisa teológica. No acepta excepciones y no se la puede
demostrar.
Por otra parte, este avance posmodernista beneficia mucho a los enemigos de
Occidente. Paradójicamente, el multiculturalismo occidental se ha convertido en el aliado
táctico del extremismo islámico, a pesar de que en sus esencias es su enemigo estratégico.
Obsérvese que nada hay tan radicalmente igualitario como el multiculturalismo, que a
fuer de relativista a todo lo iguala. Y nada hay más absolutista que el extremismo islámico,
que pretende imponerle al mundo un orden teocrático. Sin embargo, en la actualidad se
plasma una alianza implícita entre este multiculturalismo occidental que iguala
moralmente a las culturas, y un fundamentalismo islámico que intenta implantar su
mandato presuntamente divino. Los bienpensantes de Occidente parecen creer que hay
que ser tolerantes incluso con la intolerancia, si ésta proviene de una matriz cultural
histórica. Por este motivo, el multiculturalismo priva a Occidente de las defensas
necesarias para luchar de igual a igual frente al extremismo islámico.
La pregunta es entonces ¿quién ha de ser nuestro aliado táctico en esta nueva era
de la historia mundial? ¿Los fundamentalistas bíblicos que representan el oscurantismo
10
pero que como nosotros están dispuestos a luchar por su verdad? ¿O los relativistas
multiculturalistas, más cercanos a nosotros en tanto secularizados, pero a su modo
también oscurantistas que suponen que ninguna cultura es superior a ninguna otra?
Acápite 2
Nuestra Biblia
Por otra parte, desde afuera nuestra civilización enfrenta la agresión del
extremismo islamista, exportador de un terrorismo suicida hasta hace poco desconocido,
cuyo objetivo declarado es la destrucción del Estado de Israel y la recreación de un califato
que se extienda desde Pakistán hasta España. Este extremismo se ancla en una civilización
hermana de tronco abrahámico. Como recordamos en el acápite anterior, en algunos
países donde tiene vigencia una ley islámica basada en el Corán se lapida a las adúlteras y
se le corta la mano a ladrones. Y el terrorismo transnacional emergente de ese contexto
cultural se apoya también en el libro sagrado de los musulmanes, donde el concepto de
yihad, entendido como guerra santa, es un mandato para situaciones especiales que,
según algunos de sus fieles, se corresponden con las actuales. (3)
20:10 Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, primero le ofrecerás la paz.
20:11 Si ella la acepta y te abre sus puertas, toda la población te pagará tributo y te
servirá.
12
“Serán castigados:
a) El genocidio;
b) La asociación para cometer genocidio;
c) La instigación directa y pública a cometer genocidio;
d) La tentativa de genocidio; e) La complicidad en el genocidio.”
En los hechos, desde Hiroshima nuestra civilización promulgó una moral laica que
condena el genocidio. En términos éticos superó con creces el mandato de su Dios. Pero
no ha podido ni querido suprimir su tradición bíblica. Por este motivo, Occidente es
mucho más contradictorio que la cultura de los islamistas que imponen su sharia. Esa
contradicción es el producto de una superioridad: la de haber superado moralmente a
nuestras Escrituras, que son por lo menos tan sanguinarios como los de ellos. Occidente
no solamente no ha podido sacarse la Biblia de encima sino que desde hace algunos años
la influencia de ésta avanza otra vez, cuestionando evoluciones del pasado en temas que
se inscriben en el ámbito del saber científico.
Mientras tanto, el islamismo radical sigue el mandato yihadista del Corán a pie
juntillas. Occidente se debate en sus contradicciones, mientras su enemigo no se impone
ningún límite en su guerra santa. Obsérvese que una de las singularidades de la era actual
consiste en que, por primera vez en toda la historia humana registrada, desde los ataques
nucleares contra Hiroshima y Nagasaki las grandes potencias se han abstenido de usar sus
armas de máximo poder destructivo. Esto ha equiparado el poder militar de Estados muy
poderosos con el de otros menos poderosos. Nunca antes se había producido este
fenómeno. En la Segunda Guerra Mundial, y antes en la Primera, y antes aún en las
guerras napoleónicas..., siempre, las grandes potencias pusieron sobre la mesa todo su
poder destructivo. Pero a partir de Hiroshima, Occidente (y Rusia también) se civilizaron y
humanizaron en lo que fue una verdadera proeza moral.
poder. Pero si continúa en vigencia el doble estándar por el cual el enemigo apela a
cualquier medio de que disponga para atacar, mientras Israel y Occidente se abstienen de
usar su poder máximo, entonces el adversario eventualmente tendrá medios nucleares y
vencerá.
Es muy difícil, en estas circunstancias, señalar el rumbo que debe tomar Occidente.
Nuestra disyuntiva, agravada por la existencia de grandes arsenales de armas de
destrucción masiva, es la más dramática de todos los tiempos:
¿Debemos regresar a los mandatos bíblicos en nuestra lucha perdidosa contra los
enemigos actuales?
Como este análisis está inspirado en inquietudes que son de orden cultural y
político, se justifica que quien lo lleve a cabo sea un politólogo, no un teólogo. Como en
tantas otras ocasiones en la historia de las ideas, estamos en una coyuntura en que es
necesario traspasar las fronteras entre disciplinas. Hoy nos toca abordar el cruce entre la
política y la teología, como lo hiciera Baruch Spinoza en el siglo XVII.
A la vez, nuestro objetivo último es reflexionar sobre las dos alianzas alternativas
que, al interior del Occidente actual, están al alcance de un liberalismo en extinción: el
fundamentalismo bíblico y el multiculturalismo relativista. Partimos siempre de la premisa
de que el imperativo inclaudicable es la supervivencia de nuestra civilización.
16
Acápite 3
Aclaraciones preliminares
Las versiones judía y cristiana de la Torá (“la Ley”) o el Pentateuco (“cinco libros”)
son idénticas. Judíos y cristianos usan estos vocablos diferentes para referirse a los
mismos textos, que comprenden los primeros cinco libros de la Biblia. Estos son los
mismos para ambas tradiciones: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, en
ese orden. Tanto para judíos como para cristianos se trata de la parte más antigua y
sagrada de lo que los primeros llaman el Antiguo Testamento. Sin el Pentateuco, no se
sostiene la teología católica, basada en un concepto trinitario de Dios. El Dios del Antiguo
Testamento es el Dios Padre del cristianismo a la vez que el Dios de los judíos.
Normalmente, cuando un autor usa el término ‘Torá’ está escribiendo para judíos y
cuando se refiere al ‘Pentateuco’ lo está haciendo para cristianos. No es el caso de este
trabajo, que está dirigido por igual a cristianos, judíos, agnósticos, ateos y gentes de otras
tradiciones religiosas. Por ello, aquí usaremos ambos vocablos en forma indistinta, según
la conveniencia fonética de cada párrafo y oración. Además, de vez en cuando acudiremos
a un vocablo nuevo de cuño propio: el Pentatorot (“cinco leyes”). De esta manera
pretendemos evitar toda interpretación sectaria de este escrito. En estas páginas, Torá,
Pentateuco y Pentatorot significan la misma cosa.
Las diferencias entre la Biblia judía y el Antiguo Testamento católico provienen del
ordenamiento de algunos libros posteriores a el Pentatorot, y también de la inclusión de
unos pocos libros más tardíos. (5) Estas diferencias resultan principalmente del hecho de
que la Biblia católica hereda la tradición de la Septuaginta, una traducción del hebreo al
griego realizada entre los siglos III y I A.E.V. por judíos de Alejandría. (6) La copia más
antigua del Antiguo Testamento que haya llegado hasta nosotros en lengua alguna es un
ejemplar casi completo de esta Biblia griega, conocido como el Codex Vaticanus, que data
del siglo IV EV y pertenece al Estado pontificio. Casi igualmente antiguos son el Codex
Sinaiticus y el Codex Alexandrinus, copias casi enteras de la misma versión atesoradas por
el Museo Británico.
YHVH, o sea Yahvé, aparece unas 7000 veces en el Antiguo Testamento. Elohim
aparece más de 2300. Hay otros nombres de Dios en la Biblia, menos frecuentes, que
según el contexto a veces son remplazados por el vocablo Dios en las traducciones a
lenguas vernáculas. El más importante entre ellos es Ēl ()אל, que no debemos confundir
con el artículo ‘el’ ni con el pronombre ‘Él’ del castellano. Aparece cerca de 200 veces, casi
siempre con un vocablo descriptor: Ēl Sadday (Dios de la Montaña), Ēl Elyon (Dios
18
Altísimo), Ēl Olam (Dios Eterno). Y aún otro nombre de Dios es Elah, que aparece unas 70
veces. Con excepción de Yahvé, todos estos nombres derivan del nombre del “padre de
todos los dioses” vigente en toda la región del Levante durante largos siglos. (8) En este
escrito alternaremos entre Yahvé, Adonai, Dios y Señor según la conveniencia sonora de
cada párrafo. Como en el caso del Pentatorot, procederemos de ese modo para que nadie
crea que nos dirigimos más a cristianos que a judíos o viceversa, y para privar a todos y
cada uno de los judeocristianos de la posibilidad de no darse por aludido y suponer que no
estamos hablando de ‘su’ Dios.
Las anotaciones a la Biblia de Jerusalén son quizá las más útiles para el lector que
desee consultar una versión católica en castellano. Para el que desee una versión judía, la
Jewish Study Bible publicada en inglés por Oxford University Press es una de las más
actualizadas. En castellano, una traducción altamente recomendable de el Pentatorot es la
del Rabino Marcos Edery, cuyo aparato erudito es excepcionalmente útil. (10) Lo mismo es
cierto de la extraordinaria traducción del Génesis publicada en 2006 por Daniel
Colodenco. (11) Pero lo más recomendable es cotejar versiones. Sólo así se capta la cabal
convergencia de interpretaciones judías y católicas en torno de los temas que
analizaremos en este trabajo.
PARTE I
UNA EXÉGESIS NEOMODERNISTA DE LA TORÁ O PENTATEUCO
Introito:
El planteo
La Torá no nos dice que Dios es bueno. Nos da a entender lo contrario. Para
dilucidar quién es el Dios del Antiguo Testamento sin recurrir a las exégesis de autoridades
religiosas que parten de esa y otras premisas extra-bíblicas es necesario vencer
resistencias.
Los agnósticos y ateos deben por un instante dejar de lado el racionalismo que les
lleva a sentir que el análisis de un texto antropológico que registra las creencias religiosas
de un pueblo primitivo del antiguo Medio Oriente es una pérdida de tiempo si no se
realiza con ánimo etnológico o historiográfico. Y los creyentes deben desactivar
momentáneamente el mecanismo de defensa que a menudo les lleva a sostener que la
Biblia no se interpreta en forma personal porque “es cuestión de fe”. Este argumento,
frecuente entre sacerdotes, pastores y rabinos, no se compadece de que la fe del creyente
no debiera ser fe en la palabra de presuntas autoridades sobre cómo interpretar la
“palabra de Dios”, sino en Dios y en su palabra tal como emerge de las Sagradas
Escrituras.
A medida que transcurrieron los siglos, las interpretaciones judías y cristianas del
Pentateuco se volvieron más simbólicas y sofisticadas. Pero estos contenidos no están en
el texto. Son creación de tiempos posteriores. Cuando un cristiano o un judío nos dice que
“no hay que leer la Biblia como si fuera un cuentito”, sino acudir a las exégesis autorizadas
por las diversas confesiones, nos está pidiendo que traslademos nuestra fe desde el Libro
hacia sus intérpretes. Sin embargo, más allá de alguna parábola, la Torá es una narración
un poco desorganizada pero bastante lineal. (13) Ese relato, no el de intérpretes humanos,
es el que se supone palabra o mensaje de Dios.
Acápite 1
El genocidio como mandato bíblico
6:17 "Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar
toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra
perecerá.
6:18 Pero contigo [Noé] estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu
mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
6:19 Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que
sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
Pocos versículos más adelante se nos informa que el objetivo fue alcanzado con
éxito:
7:21 Pereció toda carne: lo que repta por la tierra, junto con aves, ganados,
animales y todo lo que pulula sobre la tierra, y toda la humanidad.
7:22 Todo cuanto respira hálito vital, todo cuanto existe en tierra firme, murió.
7:23 Yahvé exterminó todo ser que había sobre la haz del suelo, desde el hombre
hasta los ganados, hasta las sierpes y hasta las aves del cielo: todos fueron
exterminados de la tierra, quedando sólo Noé y los que con él estaban en el arca.
7:24 Las aguas inundaron la tierra por espacio de 150 días.
Pero henos aquí que esta masacre resultaba insuficiente. El pueblo se había
tomado la atribución de acotar la venganza genocida a los varones, salvando a mujeres y
niños. Este acto de piedad enfureció a Moisés, que actuaba por cuenta de Adonai.
31:14 Moisés se encolerizó contra los jefes de las tropas, jefes de millar y jefes de
cien, que volvían de la expedición guerrera.
31:15 Les dijo: "¿Pero habéis dejado con vida a todas las mujeres?
31:16 Fueron ellas las que, por instigación de Balaam, indujeron a los israelitas a
prevaricar contra Yahvé en el incidente de Peor, y por eso la comunidad de Yahvé
fue azotada por la plaga.
31:17 Por lo tanto, matad a todos los niños varones. Y a toda mujer que haya
conocido varón, que haya dormido con varón, matadla también.
31:18 Pero dejad con vida para vosotros a todas las muchachas que no hayan
dormido con varón.”
Como toda limpieza étnica de esta magnitud trae consigo un botín que hay que
administrar, prosigue:
33:50 Yahvé habló a Moisés en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de
Jericó:
33:51 “Di a los israelitas: Cuando paséis el Jordán hacia el país de Canaán
33:52 arrojaréis a vuestra llegada a todos los habitantes del país. Destruiréis todas
sus imágenes pintadas, destruiréis sus estatuas de fundición, demoleréis todos sus
altos.
33:53 Os apoderaréis de la tierra y habitaréis en él, porque yo os doy a vosotros
todo el país en propiedad.
23
(...)
33:55 Pero si no expulsáis a vuestra llegada a los habitantes del país, los que dejéis
serán para vosotros como espinas en vuestros ojos y aguijones en vuestros
costados y os oprimirán en el país que vais a habitar.
33:56 Y yo os trataré a vosotros en la forma en que había pensado tratarles a
ellos.”
3:1 Luego torcimos y seguimos camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro
encuentro con toda su gente y nos presentó batalla en Edrei.
3:2 Yahvé me dijo: "No le tengas miedo, porque yo lo pondré en tus manos con
todo su ejército y sus dominios. Trátalo de la misma manera que trataste a Sijón, el
rey de los amorreos que habitaba en Jesbón".
3:3 Efectivamente, Yahvé nuestro Dios entregó en nuestras manos también a Og,
rey de Basán, con todo su pueblo, y lo derrotamos hasta no dejarle ni un
superviviente.
3:4 Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades. Las conquistamos todas, sin
exceptuar ninguna: las sesenta ciudades del distrito de Argob, que pertenecía al
reino de Og, en Basán.
24
3:5 Todas ellas eran ciudades defendidas por altas murallas, puertas y cerrojos, sin
gran número de ciudades de los perizitas.
3:6 Y las consagramos al anatema, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón,
matando en cada ciudad a hombres, mujeres y niños.
3:7 Pero nos reservamos como botín el ganado y los despojos de las ciudades.
20:10 Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, primero le ofrecerás la paz.
20:11 Si ella la acepta y te abre sus puertas, toda la población te pagará tributo y te
servirá.
20:12 Pero si rehúsa el ofrecimiento de paz y te opone resistencia, deberás sitiarla.
20:13 Yahvé, tu Dios, la entregará en tus manos, y pasarás al filo de la espada a
todos sus varones.
20:14 En cuanto a las mujeres, los niños, el ganado y cualquier otra cosa que haya
en la ciudad, podrás retenerlos como botín, y disfrutar de los despojos de los
enemigos que Yahvé, tu Dios, te entrega.
20:15 Así tratarás a todas las ciudades que estén muy alejadas de ti y que no
pertenezcan a las naciones vecinas.
20:16 Pero en las ciudades de esos pueblos que Yahvé tu Dios te da como herencia,
no dejarás nada con vida.
20:17 Consagrarás al exterminio total a los hititas, a los amorreos, a los cananeos,
a los perizitas, a los jivitas y a los jebuseos, como te ha mandado Yahvé tu Dios,
20:18 para que no os enseñen a imitar todas las abominaciones que cometen en
honor de sus dioses: ¡pecaríais contra Yahvé vuestro Dios!
mensaje tan elocuente que posteriormente ningún alemán osara atacar a las fuerzas de
ocupación.
Similar fue el anterior bombardeo de Hamburgo, llevado a cabo por la Royal Air
Force con el apoyo de la Fuerza Aérea del Tercer Ejército de los Estados Unidos, el 27 de
julio de 1943. W.G. Sebald nos cuenta que:
El relato nos remite directamente a la Torá. Por cierto, hasta ese momento tan
reciente en nuestra historia, Occidente no permitió que una concepción humanitaria
extra-bíblica y contraria al mandato de Yahvé pusiera en riesgo su supervivencia y
predominio. Pero ahora estamos contaminados por dudas y escrúpulos que son en sí
mismos pecaminosos si nos atenemos al texto presuntamente sagrado de nuestra
civilización.
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20:10 Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, primero le ofrecerás la paz.
20:11 Si ella la acepta y te abre sus puertas, toda la población te pagará tributo y te
servirá.
20:16 Pero en las ciudades de esos pueblos que Yahvé tu Dios te da como herencia,
no dejarás nada con vida.
Lejos de aniquilar a los palestinos que diariamente matan israelíes, el Estado judío
infructuosamente intenta acordar una paz que no será permitida por los extremistas que
desde Irán financian al Hamas. Su actuación es la antítesis de la que acompañó
históricamente a la Iglesia Católica, que mientras tuvo poder jamás hesitó en ejercerlo de
la manera más cruenta y efectiva.
Por cierto, a diferencia de los israelíes actuales, cuando en 1492 los Reyes Católicos
reconquistaron Granada, escucharon la advertencia asentada en Números:
27
33:55 Pero si no expulsáis a vuestra llegada a los habitantes del país, los que dejéis
serán para vosotros como espinas en vuestros ojos y aguijones en vuestros
costados y os oprimirán en el país que vais a habitar.
33:56 Y yo os trataré a vosotros en la forma en que había pensado tratarles a
ellos.”
Diferente pero análogo es el caso del nazismo de Adolf Hitler, quien fuera un
discípulo casi perfecto pero ineficiente de Yahvé: propuso un pueblo elegido, una
estrategia genocida y un concepto radical de la obediencia debida al Caudillo. Si
secretamente se inspiró en una lectura literal de la Biblia habrá llegado a la conclusión de
que para tener éxito antes era necesario aniquilar al pueblo elegido de Yahvé. ¡Sólo así
podría reemplazarlo con blondos teutones! Después de todo, como queda claro en los
versículos que anteceden, Adonai abandonaría a su pueblo si éste demostraba debilidad.
¿Acaso no lo cambiaría por otro apropiadamente sanguinario? Porque en tiempos
históricos el pueblo judío jamás cometió genocidio. Quizá fue por eso que le fue tan mal.
Pero el caso de Occidente en su conjunto es bien distinto. Como consta más arriba,
Hitler se enfrentó a unos Aliados que no se quedaban atrás. Los nazis apelaron al
genocidio no para ganar la guerra sino para perderla, insanamente eliminando a seis
millones de judíos que no los amenazaban. Mientras tanto, sus enemigos se reservaban el
arma divina para derrotarlos. Si estas ideas que acabo de engendrar le parecen aberrantes
al lector, es porque la Biblia lo es. Si por el contrario, la Biblia es santa, los párrafos que se
acaban de leer sólo interpretan con honestidad el mandato que nos legó, sin tergiversarlo
con la premisa extra-bíblica de que Dios es bueno.
Por cierto, aunque las partes no estén conscientes de ello, existe un estado de
guerra natural entre los segmentos cristianos y judíos que creen que el Pentatorot es
palabra revelada, y aquellos segmentos de la civilización occidental que levantan las
banderas de la Ilustración y los derechos humanos universales. Desde el inicio y como
concepto, éstos están contrapuestos a las enseñanzas reveladas de Dios Nuestro Señor.
Esta esquizofrenia es la debilidad principal de nuestra civilización.
Lo dicho vale no solamente para el genocidio sino para todo lo que hoy conocemos
como Derecho Internacional Humanitario. Recordemos lo que los versículos ya citados de
Números 31:15-17 nos dicen acerca del tratamiento de los prisioneros de guerra y su
parentela: “¿Pero habéis dejado con vida a todas las mujeres? (...) Matad a todos los niños
28
varones. Y a toda mujer que haya conocido varón, que haya dormido con varón, matadla
también.”
- Los convenios para aliviar la suerte de los heridos y enfermos de las fuerzas
armadas en campaña y en el mar;
- El convenio sobre el trato debido a los prisioneros de guerra, y
- El convenio sobre la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra,
que a su vez incluye dos protocolos adicionales de 1977 relativos a la protección de
las víctimas de los conflictos armados.
- ¿Cómo debemos tratar a nuestros enemigos: Como Dios manda o como mandan
las Convenciones de Ginebra, la Convención contra el Genocidio y otros instrumentos del
Derecho Internacional Humanitario, que desconocen la palabra del Dios judeocristiano?
Estas opciones agotan las alternativas lógicas. Pero es casi inevitable que
Occidente ignore el problema. Eso acarreará consecuencias gravísimas. Vivimos tiempos
en que si un periódico occidental publica una caricatura de Mahoma, los musulmanes
queman una o más embajadas europeas. Otrora, frente a tal escalada Occidente hubiera
arrasado una ciudad. Pero ahora nos sentimos abrumados por el desconcierto y nos
preguntamos “¿en qué nos equivocamos?” Desplazamos la culpa del victimario a la
víctima.
29
Son ellos quienes tienen la iniciativa. Claro ejemplo es el caso del discurso del
Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, pronunciado el 12 de septiembre de 2006 en la
Universidad de Regensburg, Alemania. Allí el papa Ratzinger citó al emperador bizantino
Manuel Paleólogos, quien dijera: “Mostradme qué trajo Mahoma que fuera nuevo, y
encontraréis sólo cosas malvadas e inhumanas, como su orden de difundir su fe con la
espada”. Previsiblemente, sus palabras suscitaron la ira musulmana, con su catarata de
amenazas y desmanes, incluso algún homicidio.
Antes de Hiroshima y Nagasaki, las calamidades que hubieran recaído sobre Meca,
Medina y otros santuarios islámicos en el caso de que musulmanes destruyesen la Santa
Sede, hubieran sido de proporciones bíblicas. Pero en estos tiempos, el mismo público
occidental repudiaría tal represalia. Se diría: “¡Pero no, qué horror! ¿Qué culpa tiene la
gran mayoría de musulmanes moderados por lo que ha pasado? ¿Qué responsabilidad
tienen los habitantes de esas ciudades frente a los actos de una minoría extremista?”
Acápite 2
La concepción divina de los derechos cívicos
La Torá es taxativa en materia de derechos cívicos. Nada hay más lejano del
espíritu del Pentateuco que el concepto occidental de igualdad esencial de derechos entre
los hombres. Hay un pueblo elegido y con eso se ha dicho casi todo. Yahvé crea al hombre,
pero luego selecciona a sus elegidos a partir de la descendencia de Abrahán (no sus
hermanos, que quedan excluidos de la Alianza, con sus descendencias). Entre los hijos de
su puntero, el elegido es Isaac, precisamente el que Abrahán estuvo dispuesto a asesinar
como prueba de fidelidad. Los hermanos de Isaac también quedan afuera del pacto
privilegiado. Y entre los hijos de éste, Adonai selecciona a Jacob, cuyos hermanos también
son excluidos de la igualdad de derechos. El segmento de humanidad elegido por Yahvé
Dios para el goce de su protección (a cambio de una obediencia ciega muchas veces
criminal) se limita a los doce hijos de Jacob y sus descendencias. Son ellos quienes tienen
el privilegio de la alianza materialista que reseñaremos en otro acápite, cuya violación
reiterada conlleva ni más ni menos que el castigo de comer la carne de sus propios hijos.
30
23:2 El que tenga los testículos mutilados o el pene cortado no será admitido en la
asamblea del Señor.
Por otra parte, como los pecados de los padres recaen sobre los hijos, en el
versículo siguiente nuestro Dios proclama que:
Pero no sólo tienen menos derechos los bastardos y tullidos. Adonai también
legisla en Deuteronomio que la pena para la novia que no es virgen es la muerte. En
cambio, el castigo se limita a poco más que una multa para el marido que la acuse
falsamente de no ser virgen:
31
22:13 Si un hombre se casa con una mujer y se une a ella, pero después le toma
aversión,
22:14 la acusa falsamente y la difama, diciendo: "Yo me casé con esta mujer, y
cuando me uní a ella comprobé que no era virgen",
22:15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de su
virginidad, y las exhibirán ante los ancianos, en la puerta de la ciudad.
22:16 El padre de la joven dirá a los ancianos: "Yo entregué mi hija a este hombre
para que fuera su esposa, pero él le ha tomado aversión
22:17 y ahora la acusa falsamente, declarando que no encontró en ella las señales
de la virginidad. Aquí están las pruebas de que mi hija era realmente virgen". Y en
seguida extenderán la sábana nupcial ante los ancianos de la ciudad.
22:18 Entonces estos tomarán al hombre y lo castigarán
22:19 por haber difamado a una virgen israelita, condenándolo, además, a pagar
cien siclos de plata, que entregarán al padre de la joven. Ella seguirá siendo su
mujer, y el hombre no podrá repudiarla nunca más.
22:20 Pero si la acusación resulta verdadera y no aparecen las pruebas de la
virginidad de la joven,
22:21 la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la gente de esa ciudad la
matará a pedradas, por haber cometido una acción infame en Israel,
prostituyéndose en la casa de su padre. Así harás desaparecer el mal de entre
ustedes.
17:12 El que obre presuntuosamente, desoyendo al sacerdote que está allí para
servir a Yahvé, tu Dios, o al juez, ese hombre morirá. Así harás desaparecer el mal
de Israel.
Por otra parte, cualquier atisbo de disenso religioso obliga la sanción de la pena
capital. En verdad, así como los genocidios de Adonai lo perfilan como el maestro de
Hitler, este segmento de la Revelación sugiere que la Inquisición tuvo inspiración divina:
32
20:13 Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han
cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos.
Como se lee, el personaje conocido como Adonai por los judíos y Dios Padre por los
católicos tenía ideas muy claras acerca de cómo reprimir todo ejercicio de libertad, a la
vez que promulgó una detallada legislación que establece que es un grave delito no
discriminar contra tullidos, bastardos, mujeres, herejes, profesantes de otros cultos y
homosexuales.
En este plano como en muchos otros, la Iglesia Católica parece haber sido la mejor
discípula de Yahvé, su Dios Padre. Hasta 1983, su Canon 968 dictaminaba que no se
33
ordenarían sacerdotes con defectos físicos ni a aquellos nacidos fuera del matrimonio. El
listado de deficiencias incluía mutilación, ceguera, sordera, mudez y cojera que requiriese
el uso de bastón. También excluía del sacerdocio a los epilépticos y castrados, y a quienes
tuvieran pegados los tres dedos externos o dispusieran de un sexto dígito en la mano.
Aunque en la segunda mitad del siglo XX era posible conseguir dispensas para
algunos de estos impedimentos, este canon fue modificado recién durante el pontificado
de Juan Pablo II, gracias al influjo humanitario de la moral cívica extra-bíblica del
Occidente secular. No fue el advenimiento de la “nueva alianza”, supuesto beneficio de la
llegada del Mesías en la persona de Jesús de Nazaret, lo que humanizó a la Iglesia. Todo lo
contrario. El cristianismo sumó su Nuevo Testamento al Antiguo, recopilando un libro
sagrado más voluminoso sobre el que prestan juramento testigos, reyes y presidentes.
Casi todos los colegios del mundo occidental, incluso los laicos, difunden su contenido
entre los niños cristianos. El nuevo Libro no invalida al viejo. Lo complementa. Y a casi
nadie le choca que una parte de su contenido viole flagrantemente las leyes occidentales
actuales contra la discriminación racial.
¿Qué debemos hacer? ¿Abrogar el tratado y leyes similares, o suprimir este texto?
¿O hacer de cuentas que no pasa nada?
Acápite 3
Occidente frente al mandato bíblico
antes del advenimiento pleno de la Modernidad
Por otra parte, a fin de cumplir con eficiencia el mandato presuntamente divino,
hasta bien avanzado el siglo XIX la tortura fue una herramienta legal en los mismos países
occidentales que luego la abolieron y quisieron prohibirla en el resto del mundo.
- El desgarrador de senos;
- El aplasta-cabezas;
- La rueda para despedazar;
- La sencilla sierra, que serruchaba a un reo comenzando por sus genitales mientras
pendía en el aire atado cabeza abajo con las piernas abiertas;
- Las pinzas incandescentes, frecuentemente ornadas, diseñadas para arrancar el
pene, los testículos y otras protuberancias del cuerpo;
- Las jaulas colgantes que adornaban las torres de catedrales, donde la carne de reos
aún con vida era devorada por aves de rapiña, y
- La pera anal, bucal y vaginal, cuya fálica cabeza permitía expandir una artística
fruta en las concavidades del cuerpo.
estacas. Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban trozos de madera
atravesados. El verdugo machacaba hueso tras hueso y articulación tras articulación, pero
evitando matar al reo. Según un cronista del siglo XVI, la víctima se transformaba en una
especie de gran títere aullante retorciéndose, como un pulpo gigante de cuatro
tentáculos, entre arroyuelos de sangre, carne cruda, viscosa y amorfa mezclada con
astillas de huesos rotos. Después se le desataba e introducía entre los radios de la rueda,
que se alzaba en el extremo de un poste. Luego los cuervos arrancarían tiras de carne y
vaciarían los ojos hasta que llegaba la muerte, tan ansiada.” (18)
Estos métodos eran necesarios para extraer las confesiones que permitían cumplir
con el duro mandato deuteronómico al que Occidente fue fiel hasta muy recientemente.
Pero la batería de inventos no terminaba aquí. Como la virtud privada era un bien público,
también se recurrió a ingeniosos y aleccionadores instrumentos que no conducían a la
muerte ni a atroces padecimientos, sino que sólo se proponían humillar al reo. Entre ellos
recordemos:
- El collar para renitentes a misa, de ocho kilos, que en su vida cotidiana debían
cargar quienes descuidaban las obligaciones que exige la Iglesia;
- El collar para vagos, de un peso similar, constituido por dados y naipes gigantes,
simbólicos de vicios que se buscaba desalentar;
- La flauta del alborotador, destinada a plebeyos que llamaban la atención con
manifestaciones ruidosas o con opiniones raras como las del presente autor:
amordazaba al infame, que era obligado a portar en público una falsa y pesada
trompeta que se proyectaba por delante de su boca, y
- El tonel para borrachos, una suerte de vestido de madera en forma de cono
truncado, que cubría al reo desde sus hombros hasta sus rodillas, con el que el reo
debía desplazarse en su vida cotidiana.
Téngase en cuenta que esto fue muy posterior a John Locke (1632-1704), cuya
filosofía aún no se había traducido en las leyes que terminaron superando o violentando,
según se mire, el código bíblico supuestamente legado por Dios.
Por otra parte, la posible derrota de nuestra civilización por una subcultura
extremista que no duda en apelar a la tortura si un mandato coránico lo exige, plantea
una difícil disyuntiva. ¿Mantendrá Occidente su moral cívica extra-bíblica, que prohíbe
estos usos? ¿O ha de regresar a las prácticas de antaño, que condonan todo método si
sirve para cumplir con los dictados de Yahvé?
Sin pretender dar respuesta a la pregunta, parece claro que el respeto de los
derechos humanos de terroristas islamistas cuya filosofía se opone por principio a tales
derechos, conduce al desarme material y moral de la civilización que desarrolló y
entronizó esta normativa. Esta paradójica y gruesa asimetría, que conduce a la derrota,
desaparecería instantáneamente si Occidente regresara a sus raíces bíblicas, hacia
adentro y hacia afuera.
En lo que tiene que ver específicamente con la tortura, pueden ser de interés las
propuestas de Alan Dershowitz, uno de los abogados liberales más célebres de los Estados
37
Unidos. Éste considera que la única manera de defender las libertades cívicas en tiempos
de conflicto global es a través de “previsiones crepusculares” vinculadas a leyes de
emergencia que limiten dichas libertades. Dershowitz razona que, guste o no, en todas
partes se acude a la tortura, y que reglamentarla contribuiría a evitar su uso discrecional,
especialmente en las circunstancias actuales. Entre estas previsiones se incluye la
reglamentación de la tortura, que en circunstancias de gran peligro podría ser ordenada
legalmente por un juez. (21)
Acápite 4
Una Alianza materialista
Este parece ser el máximo castigo con que puede amenazar Adonai: en ningún
momento sugiere premios o penitencias de orden espiritual o metafísico. No invoca al
Infierno porque o bien ya estamos en sumergidos en él, o el Dios del Pentateuco no tiene
potestad sobre ese reino. Tampoco ofrece recompensas de vida eterna, cosa que él
mismo reconoce no desear para el hombre: por eso impide que Adán alcance el Árbol de
la Vida. Ambos árboles atestiguan que hay un ámbito más allá del terrenal sobre el que
Yahvé no señorea.
Pero después de 1945 una nueva y blanda moralidad, opuesta a los designios de
Yahvé, empezó a sembrar dudas y remordimientos. Y desde entonces Occidente comenzó
su retroceso, al principio apenas incipiente. Pero ahora, con el embate de un radicalismo
islámico que es fiel a las exigencias de sus Escrituras, la decadencia de un Occidente que
se resiste a matar aunque esté en peligro resulta cada vez más patente. Mientras tanto su
enemigo avanza, fiel a su Dios, con sus fatwas y suicidios masivamente asesinos, aspirando
a alcanzar el dominio del arma atómica suprema con que vencerá porque no hesitará en
usarla.
40
Acápite 5
Un dios que exige ser saciado con tufos sedantes
Que nuestro Dios se presenta como antropomorfo está claro. En el acápite anterior
casi pudimos oírlo departiendo con Moisés. Huele, camina, se esconde, conversa, sus
pasos se escuchan. Esta es la menos controversial de las cuestiones tratadas en esta
exégesis. Cualquier niño occidental de edad escolar cree saber que Dios creó al hombre a
su imagen y semejanza, lo que implica que el hombre debe suponerse deiforme o su Dios,
antropomorfo.
Adonai no solo habla permanentemente en primera persona, sino que en cada uno
de sus actos se presenta como un ser corpóreo. Por ejemplo, en el Génesis se lee:
3:8 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahvé Dios que se paseaba por el jardín a
la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahvé Dios
por entre los árboles del jardín.
3:9 Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?"
3:10 Éste contestó: "Te oí andar por el jardín y he tenido miedo, porque estoy
desnudo; por eso me he escondido."
No obstante, entre gentes ilustradas existe una tendencia a considerar a Dios como
un ente abstracto e impersonal. Es probable que tengan razón, pero esa Deidad no es
Yahvé. El Dios que esa gente y yo mismo tenemos en mente no es el de la Revelación
judeocristiana sino una intuición o inferencia privada, compartida por exegetas oficiales
cuya interpretación parte de esta premisa extra-bíblica que no reconocen como tal.
Por cierto, Yahvé se presenta como una persona de pasiones violentas, al punto de
que es necesario “calmarlo” con sacrificios de animales adecuadamente presentados. Por
ejemplo, después de haber perpetrado el primer genocidio de la historia humana, el
diluvio universal, que fuera descerrajado intencionalmente por el mismo Adonai y que
aniquilara a la humanidad entera excepto a Noé y su familia, el atribulado sobreviviente
debió “calmar” a su Dios quemando animales “puros”. En Génesis 8:2 se lee:
8:20 Noé construyó un altar a Yahvé, y tomando de todos las animales puros y de
todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar.
8:21 Al aspirar Yahvé el calmante aroma, dijo en su corazón: “Nunca más volveré
a maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano
son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho.”
1:1 Yahvé llamó a Moisés y le habló así desde la Tienda del Encuentro:
1:2 Habla a los israelitas y diles: Cuando alguno de vosotros presente a Yahvé una
ofrenda, podréis hacer vuestras ofrendas de ganado, mayor o menor.
1:3 Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor ofrecerá un macho sin
defecto; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del Encuentro, para que sea grato
ante Yahvé.
1:4 Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y le será aceptada para que le
sirva de expiación.
1:5 Inmolará el novillo ante Yahvé; los hijos de Aarón, los sacerdotes, ofrecerán la
sangre y la derramarán alrededor del altar situado a la entrada de la Tienda del
Encuentro.
1:6 Desollará después la víctima y la descuartizará;
1:7 los hijos de Aarón, los sacerdotes, pondrán fuego sobre el altar y colocarán
leña sobre el fuego;
42
1:8 luego, los hijos de Aarón, los sacerdotes, dispondrán las porciones, la cabeza y
el sebo, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar.
1:9 Él lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo quemará todo en el
altar. Es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma para Yahvé.
Pero en otro plano Yahvé se aleja de las bestias y se acerca a una de las mejores
cualidades de la humanidad: la capacidad de arrepentimiento. Está claro en los versículos
recién citados que Adonai se equivoca y arrepiente. Después de cometer genocidio,
encendido de furia por pecados del hombre que difícilmente fueran tan graves como el de
arrasar con toda la vida terrestre excepto la que sobrevivió en el Arca, Yahvé se seda con
los tufos del sacrificio ofrecido por Noé y nos dice arrepentido en Génesis 8:21: “Nunca
más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón
humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he
hecho.”
Nuestro Dios resulta así tan conmovedoramente falible que tiene la posibilidad de
arrepentirse de su asesino arrebato pasional. (32) No obstante, se indigna cuando infiere
que “las trazas del corazón humano son malas desde su niñez.”
¿No es acaso claro que este dios no es un Dios? Pero puede ser nuestro mejor
amigo o hermano mayor. Cuando seguimos sus consejos ganamos las guerras. Cuando
obedecemos criterios morales superiores a los de nuestra deidad antropomorfa, las
perdemos.
Acápite 6
Superpoderoso pero no omnipotente: los límites del poder de Yahvé
3:22 Y dijo Yahvé Dios: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de
nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su
mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre."
3:23 Y lo echó Yahvé Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde
había sido tomado.
3:24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines,
y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.
14:21 Moisés extendió su mano sobre el mar, y Yahvé hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar, y se dividieron las aguas.
14:22 Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas
formaban muralla a derecha e izquierda.
14:23 Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del
mar, todos los caballos de Faraón, y los carros con sus guerreros.
14:24 Llegada la vigilia matutina, miró Yahvé desde la columna de fuego y humo
hacia el ejército de los egipcios, y sembró la confusión en el ejército egipcio.
14:25 Trastornó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran
dificultad. Y exclamaron los egipcios: "Huyamos ante Israel, porque Yahvé pelea por
ellos contra los egipcios".
14:26 Yahvé dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volverán
sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre los guerreros de los carros."
14:27 Extendió Moisés su mano sobre el mar, y al rayar el alba volvió el mar a su
lecho; de modo que los egipcios, al querer huir, se vieron frente a las aguas. Así
precipitó Yahvé a los egipcios en medio del mar,
14:28 pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a su gente, a todo el
ejército de Faraón, que había entrado en el mar para perseguirlos; no escapó ni uno
siquiera.
14:29 Mas los israelitas pasaron a pie enjuto por en medio del mar, mientras las
aguas hacían muralla a derecha e izquierda.
35:30 Moisés dijo entonces a los israelitas: "Mirad, Yahvé ha designado a Besalel,
hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá,
45
Resumiendo, la Revelación nos dice claramente aunque entre líneas que los
poderes de Adonai están limitados al ámbito de lo material y que Él nada puede en el
espiritual. La civilización tecnológica alcanzada por Occidente en siglos recientes parece
demostrar que esa Alianza no ha perdido vigencia. La radio, la televisión, la bomba
atómica, la conquista del espacio exterior, la computación, Internet, la penicilina, la cirugía
cardiovascular, el Viagra: todos estos milagros pertenecen al reino sobre el que señorea
Yahvé y a ese ámbito se limitan su Alianza, promesas, amenazas, premios y castigos.
46
Los gnósticos y cátaros, principales víctimas de este celo eclesial, llegaron más lejos
que nosotros en su decodificación del texto revelado. Adivinaron que por encima de esta
Deidad maligna existe un ámbito espiritual superior. A ese reino pertenecería el Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal, al que tuvimos acceso a pesar de Adonai, y también el
Árbol de la Vida, al que éste nos negó acceso, sabiendo que si desobedecíamos una vez
más comiendo del mismo, alcanzaríamos un ámbito espiritual y eterno donde Él no
señorea.
Acápite 7
El Bien, el Mal, el ámbito de lo espiritual y la serpiente
La palabra divina respecto del Edén, con sus dos árboles, es fundamental para
cualquier exégesis independiente de la Torá. Una de las primeras enseñanzas del Génesis
es que Dios no quiso que supiéramos qué es el bien y qué es el mal:
2:15 Tomó, pues, Yahvé Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo
labrase y cuidase.
2:16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín
puedes comer,
2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que c
omas de él, morirás sin remedio".
3:2 Respondió la mujer a la serpiente: "Podemos comer del fruto de los árboles del
jardín.
3:3 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No coman
de él, ni lo toquen, so pena de muerte."
3:4 Replicó la serpiente a la mujer: "De ninguna manera morirán.
3:5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán los ojos
y serán como dioses, conocedores del bien y del mal."
3:22 Y dijo Yahvé Dios: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de
nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su
mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre."
Obsérvese que fue gracias a la serpiente que el hombre se acercó a los dioses, y
por ello Yahvé, expresándose con sarcasmo, se aseguró que éste no tuviera acceso a un
árbol cuyo fruto permitiría alcanzar cierta inmortalidad, no se sabe de qué tipo.
Por cierto, el Génesis nos dice entre líneas que la serpiente es buena, aunque a
esto haya que deducirlo, como lo hicieron muchos gnósticos hasta que fueron aniquilados.
La vilipendiada víbora parece ser la mensajera del Altísimo, aquel verdadero Dios que
imaginaron los herejes para quienes el Creador del mundo material, Yahvé, era apenas un
Demiurgo inferior que no pudo evitar que Adán y Eva, por Él creados, recibieran una
chispa divina proveniente del mismísimo Altísimo. Fue esta partícula de divinidad lo que
les permitió una intuición del verdadero conocimiento. Gracias a esa visión, la
bienintencionada incitación del áspid fue bien recibida. El pecado original de la falsa
doctrina católica deviene así en virtud original.
Hasta las palabras que emergen de la “boca” de Adonai resuenan con maldad y
cinismo. Esta implicancia converge con otra de las principales evidencias de la amoralidad
de nuestro Dios: el conocido episodio del Génesis en que Yahvé le exige a Abrahán que
esté dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, llevando el concepto de obediencia debida
mucho más allá de lo que harían los apologistas de Hitler, los generales de las dictaduras
sudamericanas y otras malas yerbas.
Antes de ese episodio ya sabíamos que Abrahán era un rastrero. Para que la
belleza de su mujer no significara un riesgo, estuvo dispuesto a entregarla en un país
extranjero, pidiéndole que se presente como su hermana:
12:10 Hubo hambre en el país, y Abram bajó a Egipto a pasar allí una temporada,
pues el hambre abrumaba al país.
12:11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray: "Mira, yo sé
que eres mujer hermosa.
12:12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: "Es su mujer", y me matarán a mí, y a
ti te dejarán viva.
12:13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa
tuya, y viva yo en gracia a ti."
22:1 Después de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abrahán y le dijo: "¡Abrahán,
Abrahán!" El respondió: "Heme aquí",
22:2 Le dijo: "Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria
y ofrécelo allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga."
22:3 Se levantó, pues, Abrahán de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a
dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia
el lugar que le había dicho Dios.
22:4 Al tercer día levantó Abrahán los ojos y vio el lugar desde lejos.
22:5 Entonces dijo Abrahán a sus mozos: "Quédense aquí con el asno. Yo y el
muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde ustedes". 22:6
Tomó Abrahán la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su
mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
22:7 Dijo Isaac a su padre Abrahán: "¡Padre!" Respondió: "¿qué hay, hijo?" —
"Aquí está el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?"
49
22:8 Dijo Abrahán: "Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío." Y
siguieron andando los dos juntos.
Este engaño asesino se pasa por alto, como si se tratara de un hecho moralmente
neutro o incluso positivo. El padre no sólo está dispuesto a asesinar al hijo sino que le
tiende una trampa para conseguir su cooperación en el camino al degüello. Una vez más,
la catadura moral de su puntero le es indiferente a nuestro Dios. Padre e hijo siguen
caminando:
22:9 Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abrahán el altar, y
dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña.
22:10 Alargó Abrahán la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
22:11 Entonces le llamó el Ángel de Yahvé desde los cielos diciendo: ¡Abrahán,
Abrahán!" Él dijo: "Heme aquí."
22:12 Dijo el Ángel: "No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que
ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu
único."
Como si esto no bastara, el pacto mafioso termina de sellarse unos versículos más
tarde, cuando se ratifica que por haber estado dispuesto a cometer el crimen más
abominable, el puntero de Adonai era acreedor a los máximos favores:
22:15 El Ángel del Yahvé llamó a Abrahán por segunda vez desde los cielos,
22:16 y dijo: "Por mí mismo juro, oráculo de Yahvé, que por haber hecho esto, por
no haberme negado tu hijo, tu único,
22:17 yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como
las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia
de la puerta de sus enemigos.
22:18 Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de
haber obedecido tú mi voz."
Está claro que la normativa del Decálogo, en especial el “no matarás”, y todos las
demás segmentos de las Sagradas Escritura en que se castiga el ejercicio de la violencia,
está enmarcado en este concepto extremo de “obediencia debida”: no matarás mientras
Adonai no te lo ordene, pero guay de ti si no matas cuando Yahvé lo manda.
Esto es lo que emerge de la lectura del texto. El hecho de que el sacrificio del hijo
primogénito haya sido común en el mundo pagano en nada atenúa esta conclusión, en
tanto y en cuanto nuestro ejercicio no es antropológico, sino que está dirigido a la
desmitificación de la interpretación bíblica de los fundamentalistas actuales, cuya lectura
es literal. Quien aboga contra la enseñanza del evolucionismo en las escuelas en virtud de
lo que nos dice el Génesis acerca de la Creación, debe aceptar también este concepto
mafioso de la obediencia debida.
50
En verdad, el Pentateuco nos dice muy poco acerca de lo bueno y lo malo: sólo lo
suficiente para saber que Dios no quiso que tuviéramos ese conocimiento. Es
comprensible, si se considera que Dios exige que Abrahán sea muy mala persona. Dios no
quiere que sepamos sobre el Bien y el Mal porque nos exige que cuando sea necesario
estemos dispuestos a ser malvados. ¿De qué trata entonces la Torá? Principalmente, nos
enseña a triunfar en la guerra con disciplina interna y ferocidad externa. La obediencia
debida de Abrahán es parte de esa disciplina.
Acápite 8
¿Es el Génesis monoteísta?
Las más importantes de estas convenciones son comunes a todos los credos
judeocristianos que sobrevivieron a las persecuciones contra presuntas herejías. De esta
manera, la fe del creyente se traslada en forma imperceptible desde Dios hacia la
51
Ya hemos apuntado que uno de los nombres de Dios, según la Escritura, es Elohim.
No sólo es Elohim un plural que significa ‘dioses’, sino que en un pasaje tan crucial como el
de la creación de la humanidad, el Señor se expresa como si hubiera más de un Dios en su
entorno. Nos dice el libro del Génesis:
1:26 Y dijo Dios [es decir, Elohim]: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen,
como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos,
y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que
serpean por la tierra.”
Posteriormente, cuando Dios hubo expulsado del Paraíso a Adán y Eva, vuelve a
emplear el plural, como si hubiera muchos dioses:
3:22 Y dijo Yahvé Dios: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de
nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal!”
Esta ambigüedad ha sido usada por los Padres de la Iglesia romana como una
indicación antiguo-testamentaria de la existencia de una Santísima Trinidad. Por su parte,
el comentarista de la Biblia de Jerusalén especula con que debe tratarse de un plural
deliberativo, *o “de excelencia”+ aunque reconoce su desconcierto diciendo que éste es
“raro en hebreo”. (34) Pero ninguna de estas interpretaciones se compadece de los
numerosos pasajes de la Torá en que Adonai aparece compitiendo con otros dioses. En
Éxodo, por ejemplo, se nos dice:
18:10 Y dijo Jetró: "¡Bendito sea Yahvé, que os ha librado de la mano de los
egipcios y de la mano de Faraón y ha salvado al pueblo del poder de los egipcios!
18:11 Ahora reconozco que Yahvé es más grande que todos los dioses..."
52
En Éxodo también se revela que el “qué dirán” es importante para este Dios, como
si Él compitiera contra otras potencias por el favor de los humanos:
32:11 Pero Moisés trató de aplacar a Yahvé su Dios, diciendo: "¿Por qué, oh Yahvé,
ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto
con gran poder y mano fuerte?
32:12 ¿Van a poder decir los egipcios: Por malicia los ha sacado, para matarlos en
las montañas y exterminarlos de la faz de la tierra? Abandona el ardor de tu cólera
y renuncia a lanzar el mal contra tu pueblo.”
Por cierto, Adonai compite con otros dioses, como queda patentemente claro
también en Éxodo:
34:14 No te postrarás ante ningún otro dios, pues Yahvé se llama Celoso, es un Dios
celoso.
34:15 No hagas pacto con los moradores de aquella tierra, no sea que cuando se
prostituyan tras sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten a ti y tú comas de sus
sacrificios;
34:16 y no sea que tomes sus hijas para tus hijos, y que al prostituirse sus hijas tras
sus dioses, hagan también que tus hijos se prostituyan tras los dioses de ellas.
25:1 Mientras Israel estaba en Sitím, el pueblo se puso a fornicar con las hijas de
Moab,
25:2 que lo invitaron a participar de los sacrificios en honor de su dios. El pueblo
comió de ellos y adoró a ese dios.
25:3 Israel adhirió así al Baal de Peor, y se encendió la ira de Yahvé contra Israel.
25:4 Yahvé dijo a Moisés: "Toma a todos los jefes del pueblo y empálalos en honor
de Yahvé, cara al sol; así cederá el furor de la cólera de Yahvé contra Israel".
25:5 Dijo Moisés a los jueces de Israel: "Matad cada uno a los vuestros que se
hayan adherido a Baal de Peor".
25:6 Sucedió que un hombre, un israelita, vino y presentó ante sus hermanos a la
madianita, a los ojos de Moisés y de toda la comunidad de los israelitas, que
estaban llorando a la entrada de la Tienda del Encuentro.
25:7 Al verlos Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de entre
la comunidad, lanza en mano,
25:8 entró tras el hombre a la alcoba y allí los atravesó a los dos, al israelita y a la
mujer, por el bajo vientre. Entonces cesó la plaga que asolaba a los israelitas.
25:9 Los muertos por la plaga fueron veinticuatro mil.
25:10 Yahvé dijo a Moisés: 25:11 "Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón,
ha apartado mi furor contra los israelitas, porque ha demostrado en medio de ellos
un celo igual al mío. Por eso yo no acabé con los israelitas, a impulso de mis celos.”
53
14:13 (...) Moisés respondió a Yahvé: "Cuando oigan la noticia los egipcios —de
cuyo país sacaste a este pueblo gracias a tu poder—
14:14 se la pasarán a los habitantes de esa tierra. Ellos han oído que tú, Yahvé,
estás en medio de este pueblo; que te dejas ver claramente cuando tu nube se
detiene sobre ellos; y que avanzas delante de ellos, de día en la columna de nube,
y de noche en la columna de fuego.
14:15 Si haces morir a este pueblo como si fuera un solo hombre, las naciones que
conocen tu fama, dirán:
14: 16 ‘Yahvé era impotente para llevar a ese pueblo hasta la tierra que le había
prometido con un juramento, y los mató en el desierto’.
Claramente, este Dios que avanza de día en una nube y de noche en columna de
fuego, y que frecuentemente también baja del cielo en una nube (lo que ha hecho
suponer a los raelianos que se trató de un extraterrestre que descendía en platillo
volador) (35) parece uno entre varios dioses que compiten entre sí. Esta conclusión
exegética emerge de la combinación de las evidencias estudiadas: uno de los nombres de
Dios es plural; en algunos pasajes cruciales del Génesis Él usa el plural para expresarse, y
abundan los versículos que testimonian sus celos frente a otras deidades. En
Deuteronomio se vislumbra claramente:
6:14 No vayáis detrás de otros dioses, de los dioses de los pueblos que tendréis a
vuestro alrededor.
6:15 Porque Yahvé, tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso. La ira de
Yahvé tu Dios se encendería contra ti y te haría desaparecer de la faz de la tierra.
32:8 Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación, cuando distribuyó a los
hombres, él fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
32:9 Pero la parte de Yahvé es su pueblo, la porción de su herencia es Jacob.
32:10 Lo encontró en una tierra desierta, en la soledad rugiente de la estepa: lo
rodeó y lo cuidó, lo protegió como a la pupila de sus ojos.
(...)
32:12 Sólo Yahvé lo condujo, no había a su lado ningún dios extranjero.
54
32:8 Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación, cuando distribuyó a los
hombres, él fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de los
dioses.
32:9 Pero la parte de Yahvé es su pueblo, la porción de su herencia es Jacob.
32:10 Lo encontró en una tierra desierta, en la soledad rugiente de la estepa: lo
rodeó y lo cuidó, lo protegió como a la pupila de sus ojos.
(...)
32:12 Sólo Yahvé lo condujo, no había a su lado ningún dios extranjero.
“Los ‘hijos de Dios’ (‘o de los dioses’) son los ángeles (Jb 1 6 +), miembros de la
corte celestial (v 43 y Sal 29 1; 82 1; 89 7; ver Tb 5 4+); aquí los ángeles custodios de las
naciones (ver Dn 10 13+). Pero Yahvé se ha reservado personalmente a Israel, su pueblo
elegido (ver Dt 7 6+). Seguimos aquí el griego; el hebreo dice ‘los hijos de Israel’”. (36)
Esta rebuscada fantasía es el producto inevitable de una exégesis que parte de una
premisa, el monoteísmo, y que luego se ve obligada a forzar la interpretación del texto
sagrado para no alejarse de ese punto de partida dogmáticamente obligatorio. De esta
manera, la Torá suele interpretarse (tanto por cristianos como por judíos observantes)
según las exigencias de premisas teológicas extra-bíblicas, que en realidad representan a
la “palabra del hombre” y no a la que es presuntamente divina. Para salvar este problema,
los judíos observantes nos dirán que los sabios que interpretaron la palabra de Dios siglos
más tarde gozaban de inspiración divina, a la vez que el Vaticano dirá otro tanto respecto
de los Padres y Doctores de la Iglesia. Y si quedara alguna duda, el Santo Padre hablando
ex cátedra acudiría a su “voz infalible” para eliminar toda ambigüedad. Dios es puesto así
al servicio de la autoridad religiosa mundana. Los protestantes no llegan tan lejos, pero
para ellos también el resultado de toda exégesis está cantado de antemano: la Biblia es
monoteísta y Dios es la fuente de toda bondad, verdad y justicia. Ninguna interpretación
puede apartarse de esta conclusión aunque nada hay en el Pentateuco que la respalde.
Acápite 9
Una lectura más científica de la cuestión del politeísmo
Si como nos hemos propuesto, nuestra lectura de la Biblia es ingenua y lineal como
la de los fundamentalistas, debemos suponer que Yahvé ya era conocido por su nombre
desde los tiempos del nieto de Adán, pues el Génesis nos dice:
4:26 También a Set le nació un hijo, al que puso por nombre Enós. Este fue el
primero en invocar el nombre de Yahvé.
Más aún, muchos eruditos están de acuerdo con que la misma idea de una Alianza
entre Yahvé y su pueblo no tendría sentido en un contexto monoteísta. Según Armstrong:
“Los israelitas no creían que Yahvé, el Dios del Sinaí, fuera el único Dios, sino que en su
pacto prometieron que ignorarían a todas las otras deidades y sólo lo adorarían a él. Es
muy difícil encontrar una sola afirmación monoteísta en todo el Pentateuco. Hasta los Diez
Mandamientos entregados en Monte Sinaí dan por sentada la existencia de otros dioses:
57
20.2 ‘Yo, Yahvé, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de
servidumbre.
20:3 No habrá para ti otros dioses delante de mí’ (Éxodo). (39)
En verdad, la Torá parece decirnos a cada paso, aunque de manera implícita, que
hay más de un Dios. Y descifrar este misterio es otro de los milagros de libertad interior
protagonizados por los gnósticos de todos los tiempos. Para muchos de ellos el Creador
del mundo material era una deidad menor. Sin necesidad de recurrir a una crítica bíblica
científica que no estaba a su alcance, leyeron el texto sagrado de manera ingenua pero
captaron sus inconsistencias y llegaron a la única conclusión posible si se trata realmente
de una Revelación: que su protagonista Yahvé es una deidad maligna.
Acápite 10
Algunas conclusiones exegéticas y normativas
Este dato es un testimonio más de los límites de la razón humana. Aunque después
de multitud de sacrificios en católicas hogueras, la Razón pudo prevalecer a la hora de
refutar la idea de que el Sol gira en torno de la Tierra, siempre fue sangrientamente
avasallada cuando intentó desenmascarar las Escrituras. El último intento histórico fue el
de los cátaros en el siglo XIII, principalmente en el Languedoc y Cataluña. Ese desafío
culminó con un genocidio digno de Yahvé, donde Santo Domingo de Guzmán desempeñó
un papel análogo al que más de medio milenio más tarde le cupiera a Adolf Eichmann.
Inocencio III, Führer del fundador de la Orden Dominicana, perpetró entonces una
“solución final” avant-la-lettre.
PARTE II
UNA PUESTA A PRUEBA DE NUESTROS HALLAZGOS EXEGÉTICOS:
¿HUBO UN GNOSTICISMO JUDÍO?
Introito
El planteo
Más allá de las numerosas investigaciones científicas que reseñaremos y otras que
olvidaremos en este escrito, su autor cree que el gnosticismo debió surgir del judaísmo.
Fundamenta esta opinión en la premisa de que un lector independiente de la Torá
descubrirá forzosamente que el personaje que allí se presenta como Dios es cruel y
malicioso, aunque sus mandatos sean obligatorios para el éxito mundano. Si como creen
tantos, la Biblia constituyera una verdadera Revelación, su Sujeto sería una deidad
perversa. Parece necesario que en una cultura bíblica algunos acudan a este planteo.
Por cierto, entre gentes sofisticadas como los judíos cultos de Alejandría de
tiempos de Filón (20 AEV-54 EV), es casi inevitable que surgieran grupos antinómicos que
se independizaran de la Torá. En teología, el antinomianismo es una corriente inspirada en
la idea de que los miembros de un grupo religioso no están obligados a obedecer las leyes
éticas o morales establecidas por la autoridad religiosa. Considerando las características
de la Revelación que protagoniza Yahvé y la normativa genocida que nos impone, no
sorprendería que hubiera habido judíos antinómicos en círculos ilustrados.
Acápite 1
Porqué el origen judío del gnosticismo ha sido cuestionado
Los nuestros son argumentos a los que raramente apelan los estudiosos del
gnosticismo, incluso los muchos que hoy suponen que surgió del judaísmo, porque la
mayor parte de ellos profesan diversas confesiones judeocristianas. Su lectura de la Biblia
está condicionada por la premisa extra-bíblica de que Yahvé es bueno. No pueden decir
que el Dios de la Biblia es perverso sin romper con su propia comunidad. Mal podrían
entonces sostener que el surgimiento del gnosticismo en el seno del pueblo de Israel era
inevitable, arguyendo que muchos llegarían a mi conclusión de que el Dios bíblico es
malvado.
Otro hecho que conspira contra un consenso sobre el origen judío del gnosticismo
es que los heresiólogos de la Iglesia de los primeros siglos continuamente condenaron a
sectarios a los que consideraban ‘gnósticos cristianos’. No ocurre lo mismo en el judaísmo,
donde la discusión y condena es mucho más escasa y menos explícita. Esta diferencia dio
pie a que casi siempre se hablara del gnosticismo como una desviación del cristianismo,
no del judaísmo. (43)
Además, según explica Alan F. Segal, los rabinos talmúdicos que fueron
contemporáneos de los heresiólogos cristianos aplicaban una táctica diferente para
combatir el “error”. No lo refutaban a la manera de un ensayista sino que aludían a él en
el contexto de una polémica entre sabios. De esta manera evitaban hacerle propaganda.
Reproducir los argumentos heréticos para demostrar su error puede ser un bumerang:
equivale a “abrir la boca para Satán”, como hubieran dicho ellos. Por lo tanto, no existe
desde el judaísmo un registro pormenorizado de la herejía gnóstica, como se produjo
desde el cristianismo. (44)
Ninguno de los dos suscribía este error. Ismael simplemente lo usó para mostrar el
presunto defecto del método de Akiba. Pero con este rodeo, el redactor del Talmud
introdujo la herejía a consideración del lector, sin discutirla en sus propios términos y
siempre suponiéndola equivocada. Fue una manera de señalar el error sin difundir sus
fundamentos supuestamente falaces; una táctica radicalmente diferente de la de los
heresiólogos cristianos. Debido a esta forma indirecta de discutirla, la herejía se puso
menos de manifiesto en el judaísmo, casi como si no hubiera existido. (47)
Hay otros motivos, de menor peso, por los que siguió siendo contenciosa la
cuestión de si la herejía gnóstica fue de origen judío. Algunos afirman que no puede haber
un gnosticismo judío porque mal puede un judío reducir el Dios de la Torá al papel de
deidad menor, para colmo maligna: esa persona no sería judía. Es verdad, pero lo mismo
puede decirse de un cristiano. El Dios del cristianismo es el mismo del judaísmo y además
el Nuevo Testamento remite permanentemente al Antiguo. Es para este tipo de
desviación que se acuñó el vocablo ‘hereje’.
Análogos son los argumentos de quienes dicen que el gnosticismo no pudo surgir
del judaísmo porque los gnósticos eran anti-judíos. Edwin M. Yamauchi, por ejemplo, dice
que los presuntos “sentimientos anti-judíos” de los gnósticos sugieren una
incompatibilidad con su emergencia dentro del judaísmo. Aunque algunos gnósticos
cristianos como Marción de Sínope fueran anti-judíos, no deben confundirse razones anti-
yavhistas con sentimientos anti-judíos. Un miembro del pueblo judío puede
perfectamente leer la Torá y llegar a la conclusión de que el personaje Yahvé no le gusta.
No por eso es anti-judío. (48)
63
Por otra parte, el uso de la malicia de Yahvé por parte de cristianos antijudíos sólo
fue posible desde el desconocimiento de que:
Así como la mayoría de los cristianos estudia sólo el Nuevo Testamento, la mayoría
de los judíos estudian solamente el Talmud, que es posterior al Nuevo Testamento. El
verdadero judaísmo, tal como se le conoce hoy, emerge después de Jesucristo.
Acápite 2
El mandeísmo
No todos los gnósticos fueron masacrados. Se salvaron los mandeos. Esta olvidada
religión sobrevive en pequeñas comunidades del sur de Irak y de la provincia iraní de
Khuzestán, con diásporas sustanciales en Europa, América del Norte y Australia. En total
suman unos 70.000 fieles. Conocidos por los musulmanes como ‘sabianos’, los mandeos
no reconocen a Moisés, Jesús ni Mahoma. No obstante, reconocen a Juan el Bautista. Por
eso a veces fueron mal llamados “cristianos de San Juan” y en la Antigüedad se les conoció
también como nazarenos.
Hasta hace poco se creyó que el mandeísmo habría surgido entre los siglos II y III
EV, en tierras cercanas a su hábitat actual. Pero con el descubrimiento y traducción de
fuentes mandeas originales, el panorama se modificó sustancialmente. En 1953, Lady
Ethel Stefana Drower publicó Haran Gawaita, un texto que narra el éxodo de los mandeos
de Palestina a la Mesopotamia en el siglo I EV (50). A partir de entonces, ella y los demás
estudiosos principales del mandeísmo, Rudolf Macuch (51) y Kurt Rudolph, (52) llegaron a
la conclusión de que los orígenes del mandeísmo son pre-cristianos y están en Palestina.
Aunque la cuestión siguió siendo contenciosa, pronto otros eruditos les siguieron, entre
ellos Hans-Martin Schenke, (53) Giles Quispel (54) y Walter Schmitals. (55) Finalmente,
con documentos disponibles a partir del descubrimiento del Mar Muerto, Otto Huth hiló
más fino, sustanciando la teoría de que tanto los primeros mandeos como (San) Juan el
Bautista habrían sido judíos esenios. (56)
Parafraseando a Borges, escarnecer estas vanas fantasías no es del todo difícil. “La
buena conversión de esos pesados símbolos vacilantes es lo que importa.” (57) Como en
el caso de los gnósticos, los misterios de la fe mandea son sólo para iniciados. El mismo
65
Todavía no hay consenso, pero la evidencia apunta cada vez más a un vínculo entre
los mandeos y la secta herética judía de los nasorenos, recordada por (San) Epifanio de
Salamis. Estuvo activa por lo menos desde el año 100 AEV hasta la rebelión de Bar Kochba
de 132 EV. Los hallazgos convergen con la tradición, ya que ‘nasorenos’ fue un nombre
alternativo de los mandeos desde tiempos inmemoriales.
“Los textos mandeos que han sobrevivido son testigos tardíos y deformados de un
gnosticismo judío surgido en los márgenes del judaísmo, que debe ser aceptado
como el trasfondo espiritual del que emergió Juan el Bautista.” (60)
Los únicos gnósticos supérstites serían pues de origen judío. El dato no sorprende,
pero dista de ser la única evidencia que indica el origen judío de esta rebelión contra
Yahvé.
Acápite 3
Dositeo, Simón el Mago y Menandro: el gnosticismo samaritano
Por otra parte, pasando a la patrística, según el testimonio de (San) Justino Mártir
el propio Simón habría sido un samaritano del pueblo de Gitta. El “mago” está
mencionado en el Capítulo 8 de los Hechos de los Apóstoles, en el apócrifo Hechos de
Pedro y en las Seudo-Clementinas. Según Justino, los samaritanos lo adoraban como a un
dios.
Permanece abierta la cuestión de si, como cree Quispel, Simón era un miembro de
la congregación samaritana (una herejía judía), o si era simplemente un pagano de la
región de Samaria. (62) También está abierta la discusión de si ya era plenamente
gnóstico antes de entrar en contacto con el cristianismo, como cree Ernst Haenchen, o si
su gnosticismo vino junto con su superficial conversión. (63)
66
Acápite 4
Las pistas talmúdicas
A principios del siglo XIX el satirista polaco Yitzhak Erter (1792-1851) escribió una
versión en hebreo del Fausto, donde el temerario arquetipo de Goethe es reemplazado
por un rabino talmúdico gnóstico que porta el apodo “El Otro” (Aher). Éste era el siempre
recordado hereje Elisha ben Abuyah, quien entró al Paraíso y vio a Metatrón entronizado,
lo que se supone admisible sólo para Dios.
Parece que el transgresor exclamó entonces “¡hay dos potencias en el cielo!” Muy
sensatamente, quienes lo refutaron explicaron que Metatrón está sentado en un trono
porque su función lo exige: el escriba celestial encargado de registrar los hechos y méritos
del Pueblo Elegido no podría cumplir su tarea de pie. Así por lo menos lo registra el
Talmud Babilónico en Hagiga 15a, en el contexto de un viaje místico al Paraíso de cuatro
rabinos, Akiba, Simeón ben Zoma, Simeón ben Azai y el hereje Elisha.
El Talmud menciona tres veces más a Metatrón: en Sanhedrin 38b, Avodah Zarah
3b y Yevamot 16b. También aparece en el Tercer Libro de Henoc, un texto hebreo seudo-
epigráfico. Se trata de una misteriosa figura identificada como el “Tetragrámaton Menor”.
En la gematria hebrea el vocablo ‘Metatrón’ es el equivalente numérico de Sadday (uno de
los nombres de Dios). De allí que se diga que “su nombre es el de su Amo”. Algunas
escuelas judías lo reconocen como el ángel más importante, ocupando un lugar central
para los cabalistas. El Zohar lo llama “el Joven”, título que también se le adjudica en 3
Henoc. Está identificado como el ángel que guió al pueblo de Israel después del éxodo de
Egipto: una suerte de intermediario entre Dios y el hombre que algunos, herejes entre
herejes, han identificado con Jesucristo.
Ciertamente, por lo menos desde la razonable sátira de Erter existe una animada
controversia acerca del papel de herejes judíos en los orígenes del gnosticismo. (66) Uno
de sus puntos de partida se encuentra en las múltiples referencias talmúdicas a herejías
afines, como esta de las dos potencias en el cielo. Muchos autores de literatura rabínica
creían que Dios sólo puede ser el autor del Bien, de donde es fácil saltar a la herejía de
que hay otra deidad responsable del Mal.
Heinrich Hirsch Graetz, uno de los pioneros del tema, se detuvo especialmente en
el pasaje sobre el viaje de nuestros cuatro rabinos, considerándolo un verdadero
paradigma de las posibilidades abiertas a sectarios judíos de inspiración helenística. (67) Y
Segal no sólo documentó discusiones célebres como las que se adjudican a Akiba e Ismael,
que giran en torno de alguna de las versiones de la herejía de las dos o más potencias
celestiales. También identificó algún antiguo Tárgum (68) donde el Génesis no comienza
con el habitual “En el principio creó Dios...”, sino con un giro original: “Por Sabiduría creó
Dios el cielo y la tierra”. (69)
Por otra parte, Segal advierte que las herejías judías cercanas al gnosticismo
surgieron de versículos de la Escritura que se prestan a interpretaciones heterodoxas
incompatibles con una fe monoteísta que supone que Dios es la fuente de toda bondad y
justicia. Estos hallazgos convergen con mi hipótesis de que el gnosticismo debió surgir del
judaísmo, porque fueron los judíos quienes durante un mayor número de siglos
estuvieron expuestos a lo que dice la Biblia. El discreto tratamiento talmúdico de la
cuestión de la herejía casi siempre gira en torno de versículos que aquellos rabinos
identificaron como “peligrosos”, similares a los que sometimos a escrutinio en la parte
exegética de este libro.
No obstante, es necesario observar que no todas las herejías sobre dos o más
potencias celestiales plantean la idea de que una de ellas es perversa, condición necesaria
para llegar al gnosticismo. El antinomismo está presente en un segmento minoritario de
las interpretaciones heréticas de las dos potencias en el cielo. Pero el paso es muy corto, y
los debates talmúdicos permiten entrever la existencia de minim antinómicos.
También debemos tomar el recaudo de señalar que los rabinos del Talmud no
siempre apuntaban sus ataques a minim judíos. A veces el blanco de sus críticas eran
gnósticos ajenos al judaísmo, y en otras ocasiones eran cristianos. No obstante, como
apunta Birger Pearson, parece claro que un porcentaje sustancial del debate rabínico
estuvo dirigido contra sus propios herejes. (71)
68
En su libro, Segal presenta una tabla que sintetiza sus hallazgos sobre los esfuerzos
rabínicos en torno de los versículos peligrosos. Incluye también los pasajes no conflictivos
de la Biblia a que acudieron estos religiosos, en su intento de demostrar el error de las
interpretaciones heterodoxas. En estas páginas la reproducimos en forma simplificada.
También Moritz Friedländer aporta evidencia talmúdica de este tipo. Por ejemplo,
una misná de Yohanan ben Zakkai, rabino del primer siglo, admoniza que el tema de la
Creación “no debe ser estudiado a no ser que quien lo haga sea un auténtico Sabio”, y que
“a quienquiera ponga esta cuestión en su mente” y “no tuviere respeto por el honor del
Creador más le hubiere valido no haber nacido” (Hag. 77a). Friedländer y Pearson
confluyen en que esta es una típica advertencia contra la diferenciación gnóstica entre un
Alto Dios y una deidad creadora inferior. (72)
De similar propósito es la midrás que afirma que el mundo nació con una beta (en
referencia a la primera letra de la Torá) y no con un aleph, porque en hebreo beta connota
bendición y aleph sugiere una maldición: no vaya a ser que los herejes encuentren
justificación para la blasfemia de que el mundo fue creado con el soez lenguaje de las
profanaciones (Gen. Rab. 1.10). (73)
También está la historia de un discípulo del rabino R. Jonathan, que se unió a unos
minim en Capernaum que practicaban el amor libre, tal como los ofitas condenados por
heresiólogos cristianos. En el relato talmúdico (Eccl. Rab. 1.8.4) Jonathan grita
atormentado: “¡¿Es ésta una manera de comportarse para judíos?!” (74)
Pearson concluye:
Por su parte, Segal señala que los debates registrados por los redactores del
Talmud parecen haberse originado en Palestina. Pearson concurre. Incluso existen
pruebas, documentadas por Manuel Joël, de que los rabinos palestinos del primer siglo
conocían el diagrama ofita y combatían a minim judíos adictos a esa herejía. (76) Cuando
el centro de la vida judía se trasladó a Babilonia, el desafío planteado por estas creencias
parece haberse diluido. Según Segal, a los minim se los apartó con varios métodos
complementarios:
Una vez que los rabinos consiguieron que las oraciones fueran apropiadamente
monoteístas, herejes y rabinos se separaron por consentimiento mutuo. Los minim
siguieron proliferando en Palestina, pero ya apartados de la comunidad judía. (77)
“La radicalización del gnosticismo fue el producto de una batalla entre rabinos,
cristianos y varios otros sectarios de las ‘dos potencias’ que habitaban los
suburbios del judaísmo. La batalla fue registrada como un debate sobre el
significado de varios segmentos de las Escrituras, entre los cuales se encuentran
todas las angelologías y teofanías del Antiguo Testamento, seguidos de cerca en
importancia por los plurales usados por y acerca de Dios. (…) Desde un punto de
vista rabínico, la polémica estaba justificada por la fácil disposición de los sectarios
a diluir el monoteísmo estricto para apoyar tradiciones vinculadas a sus
antepasados, héroes y salvadores. Desde la perspectiva opuesta, el intento de
establecer un judaísmo ‘normativo’ fue percibido como exclusivista, contribuyendo
a la radicalización de las comunidades sectarias. Por lo tanto, es posible decir que
el gnosticismo surgió de la polarización de la comunidad judía acerca del status del
principal ángel de Dios.” (78)
- Génesis 1:1
- Génesis 4: 1
- Génesis 21:20
- Advertencias midrásicas contra las Dos Potencias:
- Deuteronomio 32:39
- Números 15:30
Prohibiciones litúrgicas en la Misná
- Deuteronomio 22:6
Muchas potencias en el Cielo; Adán como criatura divina:
- Génesis 1:26 Gen. 2:7 etc.
- Génesis 19:24
- Amos 4:13
Acápite 5
Filón de Alejandría y la secta de los maghariyya
Filón no estaba solo. La secta judía de los maghariyya o magarianos, que siguió
activa en el norte de África hasta por lo menos el s. X EV, sostenía que existen tanto un
Alto Dios como un creador angelical del mundo, diferenciado del primero. Éstos creían
que los pasajes antropomorfos de la Biblia corresponden no a Dios sino a ese ángel
creador. Harry Wolfson, un estudioso de estos temas, ha sugerido que la idea gnóstica de
un demiurgo puede haberse derivado de esta tendencia del judaísmo, que no obstante su
marginalidad se manifestó a lo largo de más de un milenio. (80) Quispel suscribe una tesis
similar, asociando la doctrina magariana al gnóstico Cerinto, a quien considera un judío
cristiano. Más aún, considera que los magarianos debieron existir en Palestina en tiempos
anteriores a Jesús. (81) Aunque el demiurgo compartido por Filón y los magarianos no era
perverso, la idea se aproxima mucho a otras más radicales que pueden interpretarse
como reacciones contra la iniquidad del Yahvé bíblico.
Por otra parte, los hallazgos de la Geniza de El Cairo (1896) y del Mar Muerto
(1947) (82) permitieron corroborar a través de fuentes antiguas las crónicas judías
caraítas del Medioevo, (83) escritas en arábigo, acerca de los magarianos. Siguiendo a
John C. Reeves:
“La información sobre los magarianos proviene de cuatro autores medievales, al-
Qirqisani, al-Biruni, al-Shahrastani y Judah Hadassi. A su vez, éstos se basaron en
dos fuentes anteriores, en gran medida perdidas: Da'ud ben Marwan al-
Muqammis, un exégeta del siglo IX que flirteó con el cristianismo antes de regresar
al judaismo, y el teólogo musulmán Abu `Isa al-Warraq, un supuesto ‘hereje’
(zindiq) ocasionalmente acusado de simpatías maniqueas. La descripción que
brinda el exegeta caraíta Ya'akov Qirqisani sobre los magarianos o maghariyya,
quizá la más completa, los ubica en tiempos pre-cristianos, entre las figuras de
Zadok (un judío opuesto a los fariseos, autor de tratados legales) y Jesús.”
“Aquellos que están disgustados con sus instituciones ancestrales y que siempre se
esfuerzan por criticar las leyes, usan pasajes como Génesis 11:1-9 para justificar su
apostasía. Esa gente impía dice, ‘¿Aún contemplas a los mandamientos con
solemnidad, como si representaran cánones auténticos? Mira, tu libro
supuestamente sagrado contiene mitos como los que ridiculizas cuando los oyes
recitados por otros.” (91)
Por otra parte, la evidencia sugiere que, más allá de las inclinaciones filosóficas de
círculos diaspóricos como el de Alejandría, en Palestina una tendencia a la revuelta
teológica debió haber sido potenciada por la decepción provocada por el hecho de que el
Mesías no llegara, a pesar de los siglos de dominación sufrida en manos de diversos
imperios. Pearson señala que:
“El judaísmo es una religión que se toma la historia en serio y que tiene una
marcada tendencia al mesianismo. Como tal, es un ámbito natural para el
surgimiento de una actitud de revuelta en circunstancias críticas. Hay mucho a
favor de la conjetura de que el gnosticismo antiguo se haya desarrollado en parte
en el contexto de un mesianismo decepcionado, o mejor dicho en un mesianismo
transformado (...). En el período antiguo, un mesianismo transmutado de este tipo
se entiende mejor en el territorio nacional, en Palestina misma, que en la
Diáspora.” (95)
74
Por otra parte, los descubrimientos arqueológicos más recientes también parecen
confirmar que la herejía gnóstica estaba instalada entre algunos núcleos judíos de
Alejandría y Palestina antes del advenimiento del cristianismo. La metodología empleada
por los expertos consiste en identificar tradiciones judías en los textos gnósticos. Pearson
dedica el capítulo 3 de su libro a la temática de “Tradiciones Hagádicas Judías en El
Testimonio de la Verdad de Nag Hammadi”. Allí encuentra lecciones gnósticas típicamente
midrásicas a las que regresaremos más adelante.
Además, según Platón el Demiurgo no era el Dios Supremo: había otro por encima
de él. Esta idea platónica prevalece en todo el gnosticismo y es probable que los primeros
en esbozarla en un contexto de reinterpretación bíblica fueran algunos judíos cultos, que
cargaban con una Revelación cuyo protagonista era claramente malvado a la vez que
limitado. ¡Platón tiene razón!, habrán pensado estos buenos herejes. Un Dios Altísimo por
encima de Yahvé debe necesariamente existir.
Hasta el piadoso Filón consideraba a Sofía una dynamis o potencia divina. Los
minim simplemente tomaron esta doctrina y la reformularon de manera más audaz y
herética. (98)
Acápite 6
Sofía: los orígenes judíos del principal mito gnóstico
En la mayoría de las variantes del gnosticismo esta instancia celestial se llamó Sofía
(o sea Sabiduría). (100) Y como veremos, este mito también tiene origen judío.
Ciertamente, cuando surgió el gnosticismo la Sabiduría ya era un importante eje de
reflexión judía. Incluso estaba convertida en ente personificado, como si fuera un espíritu.
Quien más investigó estas raíces fue el jesuita George MacRae. Sin negar un cruce de
influencias complementarias de origen griego e incluso egipcio, señaló los numerosos
elementos que delatan el origen judío de Sofía. En su trabajo registra abundantes
paralelos de los libros de Sabiduría, Proverbios y Jubileos:
- Sofía es personal.
- Sofía está íntimamente unida a Dios, siendo su aliento, emanación, reflejo e
imagen (Sab vii:25-26). Es la primera de sus creaturas (Prov viii:22). Es su
compañera (Prov viii:30).
- Sofía habita en las nubes (Ecli xxiv:4; LXX Bar iii:29).
- Sofía fue por lo menos un instrumento en la creación del mundo (Prov
iii:19, viii:27-30, etc.).
76
Con la incorporación de Sofía, sublime emanación del Dios que está más allá de
dios, los gnósticos creyeron haber resuelto el problema de la Creación sin negar los
contenidos del Libro del Génesis. Sólo había que completarlo. Por otra parte, el propio
Platón había enseñado que el hombre posee una chispa proveniente del Altísimo y que
por eso es redimible. Comprendiendo que la Serpiente es buena, no mala, porque al
alentarnos a conocer sobre el Bien y el Mal nos comunicó con la Incorruptibilidad,
surgieron las sectas ofitas que según los heresiólogos tuvieron origen judío. Veneraban a
ese noble pero vilipendiado animal que nos acercó a Sofía: un áspid que quizás fuera
emanación del mismísimo Altísimo.
77
Esta es una simplificación de la más común de las versiones del mito gnóstico. La
Biblia de los judíos de Alejandría, que posteriormente se convertiría en el Antiguo
Testamento del catolicismo bajo el nombre de Septuaginta o Biblia de los Setenta, no llega
hasta este extremo, pero en dos de sus libros incorpora a Sofía de una manera
personificada, típicamente estoica, casi como si fuera una diosa: Sabiduría (104) y
Eclesiástico.
Para Filón estas serían alegorías poéticas o filosóficas sin ribetes heréticos, pero
para todos aquellos que, preocupados por la iniquidad de Yahvé, buscaran reinterpretar el
Génesis, era el principio de una audaz aventura teológica. Ciertamente, la personificación
de Sofía que allí encontramos es muy similar a la de las escrituras gnósticas recuperadas
arqueológicamente en Nag Hammadi. Por ejemplo, el Rey Salomón nos dice en el Libro de
la Sabiduría:
7:21 Conocí todo lo que está oculto o manifiesto, porque me instruyó Sabiduría, la
artífice de todas las cosas.
(...)
7:24 Sabiduría es más ágil que cualquier movimiento; a causa de su pureza, lo
atraviesa y penetra todo.
7:25 Ella es exhalación del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del
Todopoderoso: por eso, nada manchado puede alcanzarla.
(...)
8:2 Yo la amé y la busqué desde mi juventud, traté de tomarla por esposa y me
enamoré de su hermosura.
8:3 Su intimidad con Dios hace resaltar la nobleza de su origen, porque la amó el
Señor de todas las cosas.
8:4 Está iniciada en la ciencia de Dios y es ella la que elige sus obras.
24:6 Sobre las olas del mar y sobre toda la tierra, sobre todo pueblo y nación, ejercí
mi dominio.
24:7 Entre todos ellos busqué un lugar de reposo, me pregunté en qué herencia
podría residir.
24:8 Entonces, el Creador de todas las cosas me dio una orden, el que me creó me
hizo instalar mi carpa, él me dijo: “Levanta tu carpa en Jacob y fija tu herencia en
Israel”.
Este texto judío (parte del canon de la Iglesia Ortodoxa Etíope que
inesperadamente apareció en hebreo entre los Rollos del Mar Muerto) es una descripción
poética y tristemente patética de la desesperada situación de Sofía. El texto podría
intercalarse en una escritura gnóstica sin desentonar, en alusión al desastre cósmico
producido cuando engendró al Demiurgo.
Estas evidencias llevaron al Cardenal Jean Daniélou a concluir que: “Las tradiciones
gnósticas son la continuación, en el cristianismo, del esoterismo judío”. (107)
Conclusiones similares fueron alcanzadas por Walter Schmitals y Jack T. Sanders, que
sostienen que la personificación de la Sabiduría típica de la literatura judía es el prototipo
de la figura del Redentor Celestial, también típica de la mitología gnóstica. (108)
79
Como se ve, los orígenes judíos del gnosticismo, que reinterpreta al Pentateuco
usando figuras como la de Sofía, parecen refrendados de muchas maneras. Por ejemplo,
son recurrentes los descensos de Sofía al mundo material, presentes tanto en algunos de
los hallazgos gnósticos de Nag Hammadi como en los capítulos citados de los libros de la
Sabiduría, Eclesiástico y Henoc. En su Introducción a Protennoia Trimórfica, una escritura
gnóstica cuyo título en lenguaje lego significa “El Triforme Primer Pensamiento Divino”,
John D. Turner arguye que el triple descenso del Pensamiento Primigenio es un derivado
de las escuelas helenistas de la tradición judía de la Sabiduría. De allí surgiría la
personificación de esta figura y el posterior esclarecimiento de la humanidad, tal como se
encuentran en 1 Henoc 42, Ecli 24 y Sabiduría 7-8, y también en Filón. Dice el investigador:
Según Turner este texto perdido y reencontrado pasó por tres etapas y enmiendas:
la primera construcción tiene impronta del judaísmo helenístico, la segunda sumó
elementos barbelitas (109) y la tercera le incorporó materiales del cristianismo joanneo.
(110)
“El mayor grupo de los escritos de este grupo no contiene elementos cristianos en
absoluto (Las Tres Estelas de Set, Alógenes, Marsanes, El Pensamiento de Norea); otros
contienen apenas algunos motivos cristianos (Zostriano, El Apocalipsis de Adán) o
despliegan una pátina cristiana ocasional (Protennoia Trimórfica, El Evangelio de los
Egipcios), mientras sólo unos pocos (La Hipóstasis de los Arcontes, Melquizedek, El
Apocrifón de Juan) se acercan a lo que se llama gnosticismo cristiano. En ninguno de estos
textos se deriva la mitología de una fuente primariamente cristiana. El ingrediente
cristiano es tan externo a la sustancia central del texto que uno está inclinado a pensar
que fue agregado por un editor, traductor o escriba (...) Sus raíces se encuentran en la
especulación judía sobre la Sabiduría (...). Así, uno concluye que aunque el conjunto
setiano era útil para los cristianos (como otros textos no cristianos del Antiguo
Testamento), derivan de un gnosticismo ‘judío’ no cristiano.” (111)
Por otra parte, el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto converge con estas
conclusiones porque documentó la pluralidad teológica de los judaísmos del primer siglo.
Siguiendo a Robinson:
80
Sin duda que hubo innumerables judíos, tanto en Palestina como en Alejandría y
más allá, que sacaron estas conclusiones y se convirtieron en minim antes del
advenimiento del cristianismo.
PARTE III
PARALELOS ENTRE EL OCCIDENTE DE LOS DERECHOS HUMANOS
UNIVERSALES Y LA HEREJÍA GNÓSTICA
Introito
El planteo
A esto se agrega que ya cerca del 50% de estos musulmanes nacieron en Europa y
poseen plenos derechos ciudadanos. Su tasa de crecimiento vegetativo es tres veces
superior a la de los no-musulmanes. Su población es mucho más joven que la no-islámica.
Comienzan a tener hijos a edad mucho más temprana. Una generación se mide en 16
años, contra el doble para la población no-islámica. Para 2015, la población musulmana de
Europa se habrá duplicado otra vez, mientras la población no musulmana habrá
disminuido en 3,5%. Según las proyecciones menos pesimistas, en 2050 los islámicos
representarán el 20% de Europa occidental. Otros cálculos han proyectado una mayoría
islámica en Francia hacia 2050.
Sin ánimo de abrir un juicio moral, el hecho objetivo es que nada de esto hubiera
ocurrido antes de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, cuando las defensas
psicológicas y morales de Occidente eran robustas. En tiempos de la Reconquista Española
las poblaciones de origen extranjero ya estarían siendo expulsadas de Europa a cualquier
costo, en fiel cumplimiento del mandato deuteronómico. Pero ahora no existe ninguna
posibilidad de que se acuda a medidas drásticas, porque nos lo prohíbe una ética cívica
superior de origen laico, profundamente anti-bíblica, y porque el hedonismo nos impide
sacrificar los beneficios de corto plazo de la mano de obra barata.
Obviamente, el paralelo con los gnósticos es acotado. Son colosales los cambios
acontecidos en dos milenios. Además, éstos jamás gozaron de la posición hegemónica que
ha detentado Occidente entre 1492 y la actualidad, y por eso no tuvieron, como nosotros,
la opción de regresar a una moral cívica más primitiva para vencer. Tampoco tenían
muchas alternativas sus adversarios católicos de entonces: pudieron imponerse gracias a
que fueron cooptados por el poder imperial de Roma, que hasta Constantino había
perseguido a los cristianos.
83
No obstante, frente a sus competidores del ámbito religioso, los gnósticos no sólo
eran superiores sino que en algunos sentidos se parecían a los occidentales secularizados
de los siglos XX y XXI. Perdieron precisamente debido a su carácter más avanzado y
progresista. Exploremos algunos de las asombrosas analogías, dignas de admiración y
estima.
Acápite Único
Los gnósticos frente a la homosexualidad, la androginia,
el principio femenino y la mujer carnal
3:28 Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni varón ni mujer, ya que todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús.
A propósito de este versículo, cuenta Wayne Meeks que unos veinte años después
de la Crucifixión, el hombre o la mujer que presidía una ceremonia de iniciación cristiana
anunciaba ritualmente que “en Cristo... no está lo masculino ni lo femenino”. (114) Luego
esto se perdió y el predominio masculino fue total, excepto entre los gnósticos.
Mateo repite casi las mismas palabras en 13:10-14, agregando una referencia al
Antiguo Testamento:
“Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no c
omprenderán, por más que vean, no conocerán.” (116)
Siendo así, entre el evangelio canónico de Marcos y las noticias que tenemos del
evangelio secreto hay un interesante encadenamiento. La posibilidad de un Jesús
homosexual emerge de este vínculo. La primera pista se encuentra en el canónico. En la
escena del arresto de Jesús, y luego frente a su tumba, hace su aparición un enigmático
discípulo joven y semidesnudo. Marcos nos cuenta que cuando prenden al Salvador, en
circunstancias en que todos lo abandonan y huyen:
Como arguye Smith, el texto de Clemente por lo menos sugiere que en tiempos
muy cercanos a la Crucifixión se discutía la posibilidad de que Jesús hubiera tenido un
vínculo romántico o erótico con un joven. En su alegato, el heresiólogo no niega esta
relación; sólo afirma que no hubo falta contra la castidad. Niega que Jesús y el joven
hayan tenido relaciones sexuales pero no que estuviesen enamorados. (117)
Por otra parte, aunque esta especulación resulte osada, consta en el Nuevo
Testamento canónico que Jesús violaba las convenciones judías de entonces, hablando
abiertamente con mujeres e incluyéndolas entre sus acompañantes. Esto por sí solo ubica
al cristianismo primitivo en un plano de superioridad cultural frente a su versión actual. El
Evangelio según San Lucas da testimonio de ello. Cuando Marta se queja de que carga con
todas las tareas domésticas propias de una anfitriona mientras su hermana María sólo
escucha a Jesús, éste le da rotundamente la razón a la segunda, dejando en posición
desairada a una mujer que trabajaba para servirle en lugar de escucharle como los
hombres. (118)
Hay otros indicios en el texto canónico acerca del papel relevante de la mujer,
luego denegado por la Iglesia. Por ejemplo, en su Epístola a los Romanos, Pablo nos habla
de la “insigne apóstol” Junia, un tema disimulado, soslayado y falazmente interpretado
por los exegetas oficiales de tiempos posteriores. (119) En efecto, allí leemos:
Por cierto, a diferencia de lo que ocurrió en Egipto, Babilonia, India, Grecia y Roma,
ninguna de las religiones abrahámicas que han llegado a nuestros días posee un
simbolismo divino femenino. Como señala Elaine Pagels, aunque los católicos veneran a la
Virgen María, ella es para ellos la “Madre de Dios”, pero no “Dios Madre”. (120) Y si bien
los teólogos actuales se apresuran a aclarar que no debemos adscribirle un sexo a Dios, el
lenguaje cotidiano de nuestras religiones y Escrituras lo tiene por varón.
En verdad, las gentes de tiempos romanos eran mucho menos primitivas de lo que
suponen los actuales apologistas de las religiones establecidas. Para el gnóstico cristiano
Valentino existía un “Padre Primigenio” y un “Vientre Madre del Todo”. Él representaba lo
Inefable y lo Profundo, mientras Ella era la Gracia y el Silencio místico y eterno. (121)
Soy andrógino. [Soy Madre (y) soy] Padre porque [copulo] conmigo misma. Yo
[copulo] conmigo misma [y con aquellos que] me [aman], [y] es a través mío que el
Todo [se consolida]. Soy el Vientre [que da forma] al Todo haciendo nacer a la Luz
que [brilla en] esplendor. Soy el Eón por [venir. Soy] la realización del Todo, es
decir Me[iro]tea, la gloria de la Madre. (122)
“Pedro, tú siempre has sido temperamental. Ahora te veo discutiendo con la mujer
como si fuera adversaria. Pero si el Salvador la hizo digna, quién eres tú para
rechazarla? Ciertamente el Salvador debió conocerla bien. Es por eso que la quería
más que a nosotros. Más te vale estar avergonzado (...).” (128)
Esta confrontación entre María de Magdala y Pedro se registra en otros tres de los
libros ocultos: el Evangelio de Tomás, Pistis Sofía (129) y el perdido Evangelio Griego de los
Egipcios. (130) En Pistis Sofía Pedro se queja de que ésta domina una conversación con
Jesús. Urge a Jesús a silenciarla, pero éste le da la razón a ella. María Magdalena le dice a
Jesús, en privado, que Pedro odia a “la raza femenina”. Jesús responde que quienquiera
que el Espíritu inspire está divinamente ordenado a hablar, sea hombre o mujer. (131)
Por otra parte, el catálogo de las mujeres que ocuparon posiciones eclesiales
notables en los primeros tiempos del cristianismo no se agota con los gnósticos, aunque
en la mayoría de los casos pertenecieron a ramas que fueron consideradas heréticas por la
Iglesia de Roma, convertida en vertiente dominante gracias a Constantino. Casos de gran
importancia fueron los de las profetizas del montanismo, Maximila y Priscila (también
llamada Prisca). (135) Otro fue el de Lucila, la matriarca andaluza del siglo IV, que ejerció
el poder detrás del trono de la cismática Iglesia Donatista (136) y a quien (San) Optato
Milevitano tildara de potens et factiosa femina. (137) Lucila prodigó dinero, compró
partidarios e hizo nombrar obispo a Mayorino, su criado, para reemplazar a Ceciliano, el
obispo católico de Cartago. (San) Agustín estuvo obsesionado con los donatistas. Les
dedicó un salmo, Contra Donatistas, y pidió que fueran condenados a muerte,
declarándolos apóstatas. En sus epístolas hay numerosas referencias a doña Lucila,
aquella heroína feminista de los primeros siglos del cristianismo. (138)
Frente a este panorama que es a la vez tan halagüeño (por lo que el espíritu
humano fue capaz de emprender en esos tiempos presuntamente primitivos) y desolador
(por la eventual supresión sanguinaria de ese espíritu), cabe la pregunta: ¿Porqué
perdieron los gnósticos? Y con o sin gnósticos, ¿por qué perdió la mujer?
para ese segmento social. Complementadas por un sistema mítico donde el principio
femenino tenía un lugar central, el producto que ofrecieron los gnósticos parece ideal
para una civilización progresista y religiosa a la vez: lo que sería el Occidente actual si no
se hubiera secularizado.
Pero hace dos mil años, el sector que podía sentirse atraído por ese producto
religioso, aunque rico e ilustrado, era muy minoritario. Y el cristianismo era proselitista.
Entre las clases populares el lugar de la mujer era muy otro. Entre los pobres del Imperio
no había demanda para doctrinas y estructuras que no fueran machistas. Por lo tanto, las
ideas menos progresistas serían las más exitosas en el reclutamiento de fieles. Y como el
poder político cooptó al cristianismo para neutralizar su potencial desestabilizador, era
esperable que optara por el modelo capaz de seducir a las multitudes. El Imperio eligió el
modelo popular, que era el católico. Y los gnósticos y otros herejes progresistas quedaron
subordinados y perseguidos.
Perderían los teólogos más esclarecidos, los que estaban conscientes de que el
dios del Pentateuco no podía ser otra cosa que un arconte maligno capaz de convertirse
en el padre del genocidio. Ganarían los oscurantistas. Perdió la verdad. Triunfó la mentira.
Y así se forjó el poder de la Iglesia.
CONCLUSIONES
LA GUERRA DE LOS DIOSES
Y en el siglo XIII, en pleno Medioevo, también los cátaros fueron tildados de tales
por las hordas del Vaticano. Los primeros acudieron a la batalla bajo el mando directo de
Don Pere I de Barcelona, que redactaba en verso sus reales decretos. Los segundos
respondieron a la convocatoria de Felipe II de Francia, que no sabía leer ni escribir. En este
tipo de lid casi siempre vence el más primitivo, que piensa que el más avanzado es
decadente.
Sura 8:12 – Vuestro Señor inspiró a los ángeles: "Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad,
pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean.
¡Cortadles el cuello, cercenadles las puntas de los dedos!"
90
Sura 8:65 - ¡Profeta! ¡Anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros
veinte hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles,
pues éstos son gente que no comprende.
Sura 9:29 - ¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en
Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y Su Enviado han prohibido, ni
practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo
directamente.
Sura 9:123 - ¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Que os
encuentren duros! ¡Sabed que Alá está con los que Le temen!
Para alentar a los fieles a cumplir con este mandato de proselitismo violento, el
Libro del islam promete recompensas en el Más Allá:
Sura 3: 169 - Y no penséis que quienes han caído por Alá hayan muerto. ¡Al
contrario! Están vivos y sustentados junto a su Señor.
Sura 4:74 - ¡Que quienes cambien la vida de acá por la otra combatan por Alá! A
quien combatiendo por Alá sea muerto o salga victorioso, le daremos una
magnífica recompensa.
Sura 4:95 - Los creyentes que se quedan en casa sin estar impedidos no son iguales
que los que combaten por Alá con su hacienda y sus personas. Alá ha puesto a los
que combaten con su hacienda y sus personas un grado por encima de los que se
quedan en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Alá lo mejor, pero Alá ha
distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en casa con una
magnífica recompensa.
Las buenas y bellas huríes no tocadas por hombre ni genio que aguardan para ser
gozadas por fieles reclinados en cojines verdes y hermosas alfombras son, por supuesto,
las vírgenes del Paraíso de Mahoma. La tradición dice que a los mártires les tocarán
setenta y dos, pero el Corán no dice cuántas corresponderán a cada uno. Sólo informa que
allí están, esperando.
91
Entre los extremistas que dominan algún país importante y otras tantas
organizaciones terroristas, tiene plena vigencia esta normativa y su soborno de ricas
recompensas dignas del más acá. No hay contradicciones entre lo que manda Alá y lo que
exige la ley terrenal a que están sometidos los súbditos de tales Estados y agrupaciones.
“Pero en las ciudades de esos pueblos que Yahvé tu Dios te da como herencia, no
dejarás nada con vida. Consagrarás al exterminio total a los hititas, a los amorreos,
a los cananeos, a los perizitas, a los jivitas y a los jebuseos, como te ha mandado
Yahvé tu Dios.”
Siempre que fue fiel a este mandato presuntamente divino, como en el caso de los
bombardeos de Hamburgo, Dresden, Hiroshima y Nagasaki, Occidente prevaleció. Pero
esos tiempos son del pasado. Ahora nuestra conciencia y conducta están atadas a
normativas humanitarias éticamente muy superiores pero contrarias a la ley de Dios:
entre otras, las convenciones de Ginebra; la de prevención y sanción del delito de
genocidio, y la que pretende eliminar todas las formas de discriminación racial. En
realidad, si fuéramos coherentes deberíamos prohibir nuestras Escrituras, que violan la ley
porque incitan al genocidio y fomentan el odio a los judíos.
Occidente tiene pocas opciones. Para vencer sólo debe retroceder moralmente y
aplicar el mandato de su Dios. Es fácil pero inaceptable. También puede ser fiel a sus
principios actuales y abandonar definitivamente a Yahvé, dándole la victoria a Alá. Perderá
orgulloso de su moral, como los gnósticos y cátaros, que descubriendo la iniquidad de
Yahvé, optaron por declararse súbditos de un Dios que está más allá de dios, que no se
interesa por el mundo de la materia. Ese Dios Altísimo se asemeja bastante a la deidad
secular de los derechos humanos universales. No sirve para ganar guerras; sólo puede
contribuir a perderlas.
92
“Los que dejéis serán para vosotros como espinas en vuestros ojos y aguijones en
vuestros costados y os oprimirán en el país que vais a habitar. Y yo os trataré a
vosotros en la forma en que había pensado tratarles a ellos.”
Los contenidos bíblicos revelan no sólo que nuestras Escrituras son más
sanguinarias que el Noble Corán. También muestran que la de Yahvé es una tecnología de
la victoria mucho más elaborada y contundente que la de Alá, aunque sin su seducción
sensual.
b. Supone que las culturas que no han descubierto este principio extra-
científico son inferiores en términos de su ética cívica;
Comenzamos este libro preguntando qué debemos hacer los liberales frente a las
opciones abiertas a nuestra civilización, pero a medida que avanzamos esa pregunta fue
retrocediendo hacia el trasfondo de nuestra búsqueda, lentamente perdiendo relevancia.
APÉNDICE 1
Muestrario de pasajes del Nuevo Testamento
en los que se incita al odio y la violencia
24:26 Si os dicen: "El Mesías está en el desierto", no vayáis; o bien: "Está escondido
en tal lugar", no lo creáis.
24:27 Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la
Venida del Hijo del hombre.
24:28 Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres.
24:29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se
oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se
conmoverán.
24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre
las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
95
24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos,
de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
13:9 He aquí el día de Yahvé viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para
convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.
13:10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se
oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.
13:11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré
que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
Lucas
22:35 Después les dijo: “Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalia, ¿os faltó
alguna cosa?”
22:36 “Nada”, respondieron. Él agregó: “Pero ahora el que tenga una bolsa, que la
lleve; el que tenga una alforja, que la lleve también; y el que no tenga espada, que
venda su manto para comprar una.”
Mateo
10:34 No penséis que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz,
sino la espada.
10:35 Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a
la nuera con su suegra;
10:36 y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
10:37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el
que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
96
APÉNDICE 2
Principales heresiólogos que aportaron información
sobre los gnósticos
1. El primer heresiólogo importante que condenó a los gnósticos fue (San) Justino
Mártir, en su apología al Emperador Antonio Pío. Esta fue compuesta entre 150 y 155, y
allí aborda algunas ideas de Simón el Mago, Menandro y Marción.
3. Luego vino (San) Clemente de Alejandría, quien nació y murió en fechas inciertas
entre 140 y 215. Diferenciaba entre una gnosis verdadera y cristiana (la suya) y la de los
herejes. En su obra encontramos citas directas de Valentino y su discípulo Teodoto, que
han resultado útiles para el estudio del gnosticismo.
4. Del mismo período fue Quintus Septimius Florens Tertullianus, mejor conocido
como Tertuliano, el primer padre latino de la Iglesia, que en su vejez también fuera
condenado por hereje. Su obra, situada entre 150 y 225, no brinda mucha información
concreta sobre los gnósticos a quienes critica. El principal blanco de estas críticas fue
Marción, a quien dedicó un tratado de cinco tomos, Adversus Marcionem.
6. Un cuarto de siglo más tarde, Orígenes, muerto hacia 253-254, quien fuera el
más heterodoxo y atacado de los padres de la Iglesia, realizó una contribución similar a la
de Clemente, citando 48 veces a Heracleón, un discípulo de Valentino. Menos útiles
97
resultan sus diatribas de Contra Celsum, donde aprovecha para criticar a los gnósticos en
su ataque a un filósofo griego anti cristiano.
a Pistis Sofia (“Fe-Sabiduría”), donde Jesús resucitado conversa con discípulos de ambos
sexos acerca de la caída y redención de una deidad femenina. Recién hacia 1778 comenzó
su estudio sistemático. Su traducción al latín debió esperar hasta 1851.
4. Las Odas de Salomón, algunas de las cuales se conocían a través de Pistis Sofía.
Probablemente se compusieron hacia el siglo II. En 1909 un estudioso inglés, J. Rendell
Harris, descubrió un antiguo manuscrito en siríaco que contiene 40 de los 42 poemas.
Éstos ayudan a comprender la interrelación entre la piedad gnóstica y cristiana. (142)
Hacia fines del siglo XIX, a estos manuscritos se sumaron los hallazgos de Oxirrinco,
sobre los que se informó por primera vez en 1896. Estos papiros, que fueron a parar al
Museo de Berlín, contenían el “Evangelio de María Magdalena”, el “Libro Secreto de
Juan”, “la Sofía Jesu Christi” y un segmento del apócrifo “Actos de Pedro”. Debido a
adversidades diversas, que incluyeron un incendio que destruyó su primera traducción a
principios del siglo XX, estos escritos no se publicaron hasta 1955, es decir una década
después de los hallazgos de Nag Hammadi. (143)
Como en el caso de los gnósticos, los textos sagrados de los cátaros fueron en su
mayor parte destruidos en otras tantas hogueras que tenían tanta sed de libros como de
hombres. El único texto original que había sobrevivido era el Ritual de Lyón, en occitano.
Pero también como con sus predecesores, las cosas cambiaron en el siglo XX gracias a
sorprendentes descubrimientos que en otros tiempos de mayor poder eclesiástico
hubieran sido destruidos o escondidos. En 1939 emergieron, en una biblioteca de
Florencia, el Libro de los Dos Principios (un tratado filosófico-teológico de Giovanni di
Lugio, obispo cátaro de la primera mitad del siglo XIII) y una versión más amplia del Ritual
de Lyón, esta vez en latín.
La comunidad científica supo del hallazgo hacia 1983, y el texto fue publicado por la
National Geographic Society recién en 2006.
NOTAS
(1) Véase Tremper Longman III, “The Divine Warrior: The New Testament Use of an
Old Testament Motif”, Westminster Theological Journal Vol. 44 (1982): 290-307.
(2) Por eso, en el Libro de Números se estipula la pena capital para los israelitas
que hubieran caído en la apostasía:
25:5 Dijo Moisés a los jueces de Israel: "Matad cada uno a los vuestros que
se hayan adherido a Baal de Peor".
33:51 “Di a los israelitas: Cuando paséis el Jordán hacia el país de Canaán
33:52 arrojaréis a vuestra llegada a todos los habitantes del país. Destruiréis
todas sus imágenes pintadas, destruiréis sus estatuas de fundición,
demoleréis todos sus altos.”
(6) Para estandarizar nuestra notación de fechas con las de otros escritos de este
tipo, denotaremos como AEV (Anterior a la Era Vulgar) a los años anteriores a Jesucristo y
EV a los que corresponden a nuestra Era.
(7) Véanse las anotaciones del Rabino Máximo Yagupsky a su traducción del libro
del Génesis, Buenos Aires: Editorial Contexto, 1990.
(8) Tabletas del siglo XIV AEV nos hablan de Ēl como el Dios supremo de los
cananeos, reinando por encima de Baal. Y en el Éxodo se nos dice: 127
Estos versículos sugieren que quizás el Dios de Abrahán no fue el mismo del de
Moisés. Por lo tanto, a través de estos bíblicos nombres de Dios se constata el estrecho
parentesco entre las Escrituras judeocristianas y las creencias politeístas de pueblos
vecinos a los antiguos israelitas. Véase Karen Armstrong, A History of God, Nueva York:
Ballantine Books, 1993, p. 10-12.
(10) Los cinco libros están publicados en tomos separados. Buenos Aires:
Fundación Cabuli, 1991.
(11) Daniel Colodenco, Génesis: El Origen de las Diferencias, Buenos Aires: Lilmod,
2006.
101
(12) Jorge Luis Borges, “Tres versiones de Judas”, en Ficciones, 1944, incluido en
ob.cit., p. 517.
(15) W.G. Sebald, On the Natural History of Destruction, New York: Random House,
2003, pp. 26-29. Para la cuestión del bombardeo aliado de blancos civiles alemanes
cuando la guerra estaba ganada, véase Hermann Knell, To Destroy a City: Strategic
Bombing and Its Human Consequences in World War II, Nueva York: Da Capo, 2003, y
Hans Eric Nossack, The End: Hamburg 1943, Chicago: University of Chicago Press, 2007.
(16) Jim Bencivenga, "Navigating a clash of civilizations: Examining the new pope's
old comments on Turkey's entry into the European Union," Christian Science Monitor, 22
de abril de 2005.
(17) “In Reversal, Pope Backs Turkey's Bid to Join European Union”, New York
Times, 29 de noviembre de 2006.
(20) Robert Cooper, Nations: Order and Chaos in the Twenty-First Century, Nueva
York: Atlantic Monthly Press, 2003.
(21) Véase la entrevista de Ken Gewertz a Alan Dersowitz en la Harvard Gazette del
13 de deiciembre de 2001, titulada “Balancing act: Civil liberties and security”.
1:1 En el segundo año después de la salida de Egipto, el primer día del segundo
mes, Yahvé dijo a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del Encuentro:
102
1:2 “Haced el censo de toda la comunidad de los israelitas, por clanes y por
familias, anotando uno por uno los nombres de todos los varones.
1:3 Alistaréis, tú y Aarón, a todos los de veinte años para arriba, a todos los útiles
aptos para la guerra, agrupados por regimientos.
1:4 Para ello contaréis con la ayuda de un jefe de familia por cada tribu.”
(23) Yahvé recauda primero para sí mismo, como se desprende de los siguientes
versículos del Éxodo:
35:4 Moisés habló así a toda la comunidad de los israelitas: "Esta es la orden de
Yahvé:
35:5 Reservad de vuestros bienes una ofrenda para Yahvé. Que reserven ofrenda
para Yahvé todos aquellos a quienes su corazón mueva: oro, plata y bronce,
35:6 púrpura violeta y escarlata, carmesí, lino fino, pelo de cabra,
35:7 pieles de carnero teñidas de rojo, cueros finos y maderas de acacia,
35:8 aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el incienso
aromático,
35:9 piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
38:24 El total del oro empleado en el trabajo, en todo el trabajo del Santuario, es
decir, el oro de la ofrenda reservada, fue de veintinueve talentos y 730 siclos, en
siclos del Santuario;
38:25 la plata de los incluidos en el censo de la comunidad, cien talentos y 1.775
siclos, en siclos del Santuario.
Y más abajo:
18:12 Yo te doy lo mejor del aceite, del vino y del trigo, o sea, las partes escogidas
que los israelitas presentan a Yahvé.
(26) Es el caso, por ejemplo, de la mencionada Jewish Study Bible publicada por
Oxford University Press, cuya fórmula es pleasant odor, y de varias traducciones al
castellano que he consultado.
103
(29) En su traducción del Génesis de 2006, Daniel Colodenco lleva a cabo esta
manipulación pero la confiesa en nota al pie de página. El erudito usa los vocablos
“placentero aroma” en el texto. En la nota aclara: “Algunos traducen ‘fragrante’. Von Rad
sigiere que se trata de un ‘aroma apaciguador’, que funciona a modo de un epílogo de la
violencia desatada” (p. 73). Como se ve, son muchas las resistencias a traducir a Yahvé con
toda la bestialidad con que Él se presenta a si mismo.
(32) Más allá del Pentateuco, hay varios pasajes bíblicos en los que Yahvé declara
arrepentirse. No incursionamos en ese terreno porque nuestro ejercicio se limita a los
cinco libros de la Torá. No obstante y a modo de ejemplo, en Samuel se nos dice:
3:10 Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta,
Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
(33) Sobre la mentira de Dios, véase el vívido intercambio entre James Barr y
Walter Moberly aparecido en el Journal of Theological Studies. En “Is God a liar?”,
publicado en abril de 2006 (Vol. 57), Barr responde a una crítica de R.W.L. Moberly,
publicada en 1994 (Vol. 45). Este trabajo a su vez apunta a un libro de Barr, The Garden of
Eden and the Hope of Inmortality (Londres; SCM, 1992). Antes de ello, en 1988, Moberly
104
(34) Biblia de Jerusalén, ob.cit. , p. 14, nota 1(26)a. Una difusora seria de la crítica
científica como Karen Armstrong sostiene que el autor J de la hipótesis documental (es
decir, el que recopiló la tradición Yahvista del Pentateuco) no es claro acerca de que Yahvé
fuera el único creador del cielo y de la tierra. Armstrong sugiere que el autor E (que
recopila la tradición elohista mencionada más arriba) es más monoteísta que J. Véase
Karen Armstrong, A History of God, Nueva York: Ballantine Books, 1993, p. 13.
33:7 Tomó Moisés la Tienda y la plantó para él a cierta distancia fuera del
campamento; la llamó Tienda del Encuentro. De modo que todo el que tenía que
consultar a Yahvé salía hacia la Tienda del Encuentro, que estaba fuera del
campamento.
33:8 Cuando salía Moisés hacia la Tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba
de pie a la puerta de su tienda, siguiendo con la vista a Moisés hasta que entraba
en la Tienda.
33:9 Y una vez entrado Moisés en la tienda, bajaba la columna de nube y se detenía
a la puerta de la Tienda, mientras Yahvé hablaba con Moisés.
33:10 Todo el pueblo veía la columna de nube detenida a la puerta de la Tienda y se
levantaba el pueblo, y cada cual se postraba junto a la puerta de su tienda. 33:11
Yahvé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego
volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se
apartaba del interior de la Tienda.
(37) Véase Karen Armstrong, A History of God, Nueva York: Ballantine Books,
1993, p. 10-12. 130
(41) Véase George W. MacRae, S.J., “The Jewish Background of the Gnostic Sophia
Myth”, Novum Testamentum Vol. XII.(2), abril de 1970.
105
(42) J.L. Borges, “Una vindicación del falso Basílides”, Discusión, 1931, ob.cit., p.
213.
(44) A.F. Segal, Two Powers in Heaven: Early Rabbinic Reports about Christianity
and Gnosticism, Leiden: E.J. Brill, 1977, p. 4.
(45) Akiba ben Joseph y Ismael ben Elisha fueron sabios rabínicos palestinos del
segundo siglo de la Era Vulgar y se cuentan entre los fundadores del judaísmo rabínico.
Akiba compiló y sistematizó las tradiciones orales sobre la vida judía, poniendo los
cimientos de la Misná. Ismael fundó una escuela rabínica y estableció trece normas para la
exégesis del Pentateuco, basadas en las siete reglas de su predecesor Hillel.
(46) El cielo y la tierra eran potencias divinas para todas las culturas politeístas de
la Mesopotamia.
(48) Véase E.M. Yamauchi, Pre-Christian Gnosticism, Londres: Tyndale Press, 1973,
p. 159-161.
(49) El caraísmo es una rama marginal supérstite del judaísmo. Fue fundada en la
Mesopotamia en el siglo VII por Anan ben David, quien organizó a los judíos anti-
talmúdicos y consiguió que el Califato estableciera un segundo exilarcado (una
organización autónoma de judíos en el exilio) para quienes rechazaban a los rabanitas,
partidarios del Talmud. Sus miembros rechazan también la Ley Oral Rabínica, guiándose
sólo por una interpretación literal de la Biblia y su Ley Mosaica. Enfatizan el mandato de
Deuteronomio 4:2: “No añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella,
para que guardéis los mandamientos de YHWH, vuestro Dios, que yo os ordeno.” En la
actualidad hay unos 50.000. La mayoría vive en Ramle, al occidente de Tel Aviv. Provienen
de Egipto, Turquía, Rusia y Europa. En Estados Unidos viven unos 2000, la mayoría cerca
de Daly City, California.
(50) The Haran Gawaita and the Baptism of Hibil-Ziwa; the Mandaic text
reproduced together with translation, notes and commentary by E.S. Drower, Vaticano:
Biblioteca Apostólica, 1953.
(51) Rudolf Drower, Zur Sprache und Literatur der Mandaer, Berlín y Nueva York:
de Guyter, 1976, y “Alter und Heimat des Mandäismus nach neuerschlossen Quellen”, en
Theologische Literaturzeitung (82), 1957, cols 401-408.
106
(54) Giles Quispel, “Gnosis”, en Vox Theologica 39, 1969, pp. 27-35.
(55) Walter Schmitals, The Office of Apostle in the Early Church, Nashville:
Arlington, 1969, p. 185. 131
(56) Otto Huth, "Das Mandaerproblem - das Neue Testament im Lichte der
mandaischen und essenischen Quellen", en Symbolon 3 (1962), pp.18-38.
(57) J.L. Borges, “Una vindicación del falso Basílides”, Discusión, 1931, incluido en
ob.cit., pp. 214-215.
(59) H-M Schenke, “Die Gnosis”, J.Leipoldt y W. Grundmann (comps.), Umwelt des
Christentums I, Berlín: Evangelische Verlagsanstalt 1965, p. 396 y sig., cf. E.M. Yamauchi,
ob.cit., p. 122.
(60) Introduction to the New Testament, founded by Paul Feine and Johannes
Behm. Completamente reeditado por Werner Georg Kümmel, Nashville: Abingdon Press,
1966, p. 159.
(61) Daniélou, Jean, The Theology of Jewish Christianity, Londres: Darton, Longman
& Todd, 1964, p. 72, y The Dead Sea Scrolls and Primitive Christianity, Westport, Conn:
Greenwood Press, 1979, c1958, pp. 94-96.
(62) “Gnosis”, en Vox Theologica 39, 1969, p. 32, cf. E.M. Yamauchi, ob.cit., p. 61
(64) Robert McQueen Grant, “The Earliest Christian Gnosticism”, Church History
Vol. 22, 1953, p. 87.
(66) Entre sus precursores figuran Nachman Krochmal, More Nevukhe ha-Zeman,
Lemberg: Leopoli, 1851; Heinrich Hirsch Graetz (1817-91), Gnosticismus und Judenthum,
107
(79) A.F. Segal, op. cit., p. 159. Los vocablos “que se te apareció” aparecen en la
Septuaginta pero no en la Biblia masorética. Por ser alejandrino, Filón usaba la Biblia
griega, que no es la de los judíos actuales. La católica Biblia de Jerusalén incluye los
108
vocablos adicionales, aclarando al pie de página: “añadido según griego”. La Jewish Study
Bible de Oxford dice “I am the God of Beth-el”. En su traducción del Génesis, Daniel
Colodenco aporta más información. Su trascripción es la de la Biblia judía actual: “Yo soy
el Dios (El) de Bet-El.” Pero en la anotación agrega:: “TgOnq, TgPsJ y LXX traducen: ‘Yo soy
el Dios que se te apareciese en Bet-El’, lo que sugiere una versión textual diferente al MT,
quizá más antigua.” Hay por lo tanto dos Tárgum en arameo, anteriores a la Biblia
masorética, cuya traducción es la de la Septuaginta. D. Colodenco, ob. cit., p. 210.
(80) Harry Austryn Wolfson, “The Pre-existent Angel of the Magharians and al-
Nahäwandi”, Jewish Quarterly Review 11 (1960), p. 97.
(81) Giles Quispel, "The Origins of the Gnostic Demiurge", en Patrick Granfield y
Josef A. Jungmann (comps.), Kyriakon. Festschrift Johannes Quasten, Munster Westfalen:
Aschendorff, 1970, p. 273.
(83) El caraísmo es una rama marginal supérstite del judaísmo. Fue fundada en la
Mesopotamia en el siglo VII por Anan ben David, que organizó a los judíos anti-talmúdicos
y consiguió que el Califato estableciera un segundo exilarcado (organización autónoma de
judíos en el exilio), para quienes rechazaban a los rabanitas que querían imponer el
Talmud. Rechazan también la Ley Oral Rabínica, guiándose tan sólo por una interpretación
literal de la Biblia y su Ley Mosaica. Enfatizan en el mandato de Deuteronomio 4:2: No
añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de YHWH, vuestro Dios, que yo os ordeno. En la actualidad hay unos
50.000. La mayoría vive en Ramle, al occidente de Tel Aviv, y provinieron de Egipto,
Turquía, Rusia y Europa. En Estados Unidos viven unos 2000, la mayoría cerca de Daly City,
California.
(86) Friedländer cita las páginas 86-93 de la obra de Filón. Mencionado en B.A.
Pearson, ob. cit., p. 12.
(87) Los setianos fueron un grupo gnóstico pre-cristiano que se esparció por todo
el Mediterráneo y tuvo influencias sobre los tomasinos, valentinianos y basilideanos.
Veneraban a Set, el tercer hijo de Adán y Eva, y según todos los indicios, provinieron de
una matriz judía. Por otra parte, vale la pena observar que Pearson puso en duda la
109
existencia de una secta estrictamente caínita, que supuestamente veneraba a Caín como
víctima del demiurgo Yahvé. Caín fue considerado por muchos como el padre de las
herejías, lo que llevó a algunos maestros judíos como Filón a llamar “caínitas” a los
herejes. A su vez, esto pudo haber confundido a los Padres de la Iglesia, que presumieron
la existencia de una secta dedicada a venerar a Caín. B.A. Pearson, ob. cit., p. 23.
(96) P. Perkins, The Gnostic Dialogue: The Early Church and the Crisis of
Gnosticism, New York: Paulist Press, 1980, p. 18.
(100) Otras versiones del mito gnóstico apelan a la figura del Logos, o sea el
Conocimiento, un concepto vinculado de cerca de la Sabiduría, aunque masculino en vez
de femenino. Su genealogía comienza con Heráclito, un presocrático para quien el Logos
describía el orden inherente al universo. Hacia los tiempos de Sócrates, Platón y
Aristóteles, pasó a representar la facultad de la razón y el conocimiento que los hombres
tienen del mundo y sus semejantes. Finalmente, los estoicos lo entendieron como el
poder que anima al universo. El mito gnóstico del Logos, menos frecuente que el de Sofía,
delata la influencia del estoicismo, complementaria a la del neoplatonismo. Tanto el Logos
como Sofía fueron personificados (o hipostatizados, como se dice en la jerga filosófica),
pasando a ser tratados literariamente como deidades.
(101) George W. MacRae, “The Jewish Background of the Gnostic Sophia Myth”,
Novum Testamentum, Vol. 12(2), abril 1970, pp. 86-101.
(103) Véase Nils A. Dahl, “The Arrogant Archon and the Lewd Sophia: Jewish
Traditions in Gnostic Revolt”, en Bentley Layton (comp.), The Rediscovery of Gnosticism:
Proceedings of the International Conference on Gnosticism at Yale, New Haven,
Connecticut, March 28-31, 1978. Volume II, Sethian Gnosticism, Leiden: E.J. Brill, 1981, p.
706. 134
(104) El comentarista de la Biblia de Jerusalén dice (p. 967): “El libro griego de la
Sabiduría (...) ha sido reconocido como inspirado a título igual que los del canon hebreo.
(...) El autor es ciertamente un judío, lleno de fe en el ‘Dios de los Padres’ (9:1), orgulloso
de pertenecer al ‘pueblo santo’ (10:15), pero judío helenizado. (...) Cita la Escritura según
la traducción de los Setenta, realizada en ese ambiente: es, pues, posterior a ésta, pero
desconoce la obra de Filón de Alejandría. (...) Pero hay mucho contacto entre las dos
obras, brotan en el mismo ambiente y no pueden estar muy alejadas en el tiempo. (...) El
libro ha podido ser escrito en la segunda mitad del siglo I antes de nuestra era; es el más
reciente de los libros del Antiguo Testamento. (...) Dado el ambiente, la cultura y las
intenciones del autor, no es extraño que se observen en su libro numerosos contactos con
el pensamiento griego. (...) Pero (...) de los sistemas filosóficos, o de las especulaciones de
la astrología, no sabe más que un hombre culto de su época en Alejandría. No es ni
filósofo ni teólogo, es un sabio de Israel.”
111
(105) Aquí lo abreviaremos Ecli. También es conocido como Libro de Sirac. Fue
otro de los textos incorporados a la Biblia por los judíos de Alejandría, ausente de la Biblia
palestina usada por los judíos actuales. El comentarista de la Biblia de Jerusalén dice (p.
995): “Este libro (...) fue compuesto en hebreo. San Jerónimo lo conoció en su lengua
original y los rabinos lo citaron. Cerca de dos tercios de este texto hebreo fueron
encontrados en 1896 entre los restos de varios manuscritos de la Edad Media,
procedentes de una antigua sinagoga de El Cairo. Pequeños fragmentos han aparecido
más recientemente en una cueva en Qumrán y en 1964 se ha descubierto en Masada un
largo texto que contiene 39:27 a 44:17 en escritura de comienzos del siglo I a.C. (AEV).”
Estos hallazgos demuestran que fue incorporado también por judíos de Palestina, aunque
luego no fuera incluido en el canón.
(108) Véanse Walter Schmitals, The Office of Apostle in the Early Church,
Nashville: Arlington, 1969, p. 126; y Jack T. Sanders, The New Testament Christological
Hymns: Their Historical Religious Background, Cambridge: Cambridge University Press,
1971, p. 96, y también a su Prefacio a la traducción al inglés de Rudolf Karl Bultmann, The
Gospel of John; a commentary, Filadelfia: Westmisnter Press, 1971, p. 8.
(114) Wayne Meeks, "The Image of the Androgyne: Some Uses of a Symbol in
Earliest Christianity," History of Religions, 13:3, febrero de 1974, p. 180.
(117) Véanse los libros de Morton Smith, Discovery and Interpretation of the
Secret Gospel according to Mark, Nueva York: Harper & Row 1973 (libro de difusión), y
Clement of Alexandria and a Secret Gospel of Mark, Cambridge MA: Harvard University
Press, 1973 (estudio académico), y el artículo “Clement of Alexandria and Secret Mark:
The Score at the End of the First Decade”, Harvard Theological Review 75 (1982).
(120) Elaine Pagels, The Gnostic Gospels, Nueva York: Vintage, 1989, p. 48.
(124) Trueno, Mente Perfecta 13:16-23, 16:3 9 16:11-25, The Nag Hammadi
Library, p. 297 y 299.
(129) Existen cinco manuscritos de Pistis Sophia. El más conocido está en el Códice
Askew, comprado por el Museo Británico en 1795. Hasta el descubrimiento de Nag
Hammadi, el Códice Askew era uno de tres códices que habían sobrevivido la supresión de
las revelaciones ocultas en occidente y oriente. Los otros dos son el Códice Bruce y el
Códice de Berlin.
(130) Este evangelio no debe confundirse con el Evangelio Cóptico de los Egipcios,
reencontrado en Nag Hammadi. Han sobrevivido escasos fragmentos del Evangelio Griego
de los Egipcios. La mayor parte de lo que se conoce del mismo proviene de testigos
adversos.
(134) (San) Jerónimo y (San) Epifanio dicen que Marcelina era discípula y
representante de Marción en vez de Carpócrates. La mayoría de los expertos interpreta
que este fue un error cometido por el primero y copiado por el segundo.
había tenido la mayor importancia dentro del catolicismo, siendo quien introdujo el
término ‘Trinidad’ y el concepto de “tres personas de una misma sustancia”. Durante su
etapa católica, fue uno de los heresiólogos que más severamente condenó a los gnósticos.
Su alejamiento fue un duro golpe para la Iglesia oficial.
(136) La herejía de Donato de las Casas Negras, nacida en la Argelia actual, no era
gnóstica sino que consistía en un exagerado culto de los mártires. En el año 312 él y sus
fieles protagonizaron un cisma y formaron una Iglesia separada, disgustados por la
elección de Ceciliano como obispo de Cartago, que era objeto de particular animadversión
por parte de Doña Lucila. Fueron condenados sin éxito por el Concilio de Amés, en el 314.
A pesar de la persecución, no terminaron de desaparecer hasta el ascenso del islam en el
norte de África, en el siglo VII.
(137) Véase Rose Lockwood, “Potens et Factiosa Femina. Women, Martyrs and
Schism in Roman North Africa”, en Augustinian Studies 20 (1989).
(138) Veánse especialmente las epístolas 43, 47, 57, 58, 60, 61, 70; 108, 109, 110,
111, 112, 120, en la edición del los Benedictinos de San Mauro.
(140) El Corán está dividido en 114 suras o capítulos, que a su vez se dividen en
versículos.
(141) Véase K. Rudolph Gnosis: The Nature and History of an Ancient Religión,
Edimburgo: T & T Clark, p. 10-25, y Hans von Campenhausen, Griechische Kirchenväter,
Stutgart, 1967, citado por el primero.
(143) En cuanto a los eruditos que fueron tempranos precursores del estudio del
gnosticismo, hay que recordar las obras de Gottfried Arnold (quien en 1699 argüía que a la
verdadera historia de la Iglesia hay que buscarla entre los herejes y réprobos); el teólogo
protestante Isaac de Beausobre (cuya obra pertinente se publicó entre 1734 y 1739), y
Johann Lorenz von Mosheim (quien entre 1739 y 1758 se apasionara por los ofitas). Entre
1818 y 1828, August Neander y Jacques Matter dieron comienzo, respectivamente, a la
indagación moderna sobre el gnosticismo en Alemania y Francia. Posteriormente, en
1835, éstos fueron superados por la obra de un gran historiador de la Iglesia, Ferdinand
Christian Baur, que representó el verdadero comienzo de la investigación científica sobre
el tema. Pero hasta entonces se concebía al gnosticismo principalmente como un sistema
115
La segunda opción, hecha a medida de quienes crean que la Biblia es solo un texto
antropológico con proyecciones políticas actuales, es desenmascararla como obra
abominable. Desde cierto punto de vista idealista y liberal, no hacerlo sería convertirnos
en cómplices de esa abominación, contribuyendo a la verdadera malversación de santidad
llevada cabo conjuntamente por Iglesia y Sinagoga a lo largo de las eras. Significaría
convertirnos en parte de la matriz de violencia y genocidio que Adonai nos quiso imponer
como ideal normativo y que en los hechos se ha adueñado de la historia humana, gracias
en gran medida a la autoridad religiosa judeocristiana, que a lo largo de siglos y milenios
se comportó como lo hace su Dios en el Libro presuntamente sagrado. Quienes tomen
este camino seguramente pensarán anonadados que Yahvé viene triunfando... y a lo
grande.
Por otra parte, para quienes crean que el Pentateuco es una Revelación satánica
también hay dos opciones. Una consiste en denunciar a la Biblia tal como lo haría algún
agnóstico liberal, pero desde una premisa deísta. Para este grupo, Adonai sería una
entidad demoníaca real a la que se debe combatir.
Este último camino implica plegarse a los fundamentalistas bíblicos que este
escrito comenzó denunciando, pero exigiéndoles que extiendan sus prácticas para incluir
también las órdenes de Yahvé respecto del trato que debemos dispensar a nuestros
enemigos.
En ese caso, desde su nube, Adonai, nuestro aliado, amigo y hermano mayor podrá
sonreír otra vez, preparando su columna de fuego para conducirnos a una segura victoria.
Hacia Él iremos con nuestro tributo de tufos sedantes, calmantes aromas y olores
agradables. Cual nuevos Moisés, nos aproximaremos obedientes a la Tienda del Encuentro
dispuestos a seguir su mandato genocida, para demostrarle que es verdadera su opinión
de que “las trazas del corazón humano son malas desde su niñez”.