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Emociones en Tiempos de Cuarentena

Mis emociones son perjudiciales de no aprender a controlarlas. Gracias al trabajo


brindado por la Secretaría de Educación y Cultura de Envigado sobre la semana de
Pedagogía del Ocio, tuve la oportunidad de estar más en comunión con mis
emociones, y explorar su origen. Al seguir los pasos dados en la cartilla pude
determinar dos situaciones de las cuales quiero hablar.

Primero, descubrí que soy una persona sumamente sensible y apegada a sus
emociones, al punto de sentir de forma exagerada cualquier estímulo emocional; el
dolor es más cortante, el frío es más entumecedor, la alegría es más intoxicante, el
temor es más intimidante, y la soledad es más oscura y silenciosa. Desde mi niñez he
percibido que mi forma de sentir se encuentra a un grado más aturdidor que en la
mayoría de personas. En cierto modo he aprendido a convivir con ello. Sin embargo,
en ciertas ocasiones esto me ha traído consecuencias negativas como explico en mi
segundo punto.

Segundo, el hecho de considerarme altamente más sensible y cercano a mis


emociones que la mayoría de personas hace que no tenga una brújula referente de
cómo debo lidiar con ellas cuando estas son demasiado fuertes. Un enojo en mí se
convierte fácilmente en una tormenta de furia, así como la pérdida de un ser querido o
una ruptura amorosa se transforma fácilmente en el peor dolor de la existencia. Esto
genera como consecuencia que yo actúe de forma desmedida y sin control frente a
estas situaciones, y no tome las cosas con cabeza fría. Y más durante una situación
como la que estamos viviendo a nivel global como lo es la emergencia sanitaria y la
cuarentena.

Y hablo de la cuarentena específicamente, ya que es un periodo en el cual nos


encontramos de cierta forma en un grado de aislamiento extremo, en el cuál algunos
tenemos la fortuna de compartir con uno que otro familiar o allegado que conviva con
nosotros, pero totalmente aislados de la sociedad, de las amistades, y los entornos
donde libremente podemos desarrollar nuestras emociones libremente. Lo que
conlleva a la formación de una atadura de emociones, una acumulación de estas
mismas con las cuales ahora tenemos que aprender a vivir sin caer en el mar de la
ansiedad, o perder la cabeza en la locura. Así que, de forma empírica, nos debemos
poner en la tarea de saber cómo controlar lo que sentimos, y como manifestarlo sin
perder el control. Lo cual se hace un poco más difícil para una persona sensible como
yo.

El portal web Importancia.org, afirma que el ser humano debe aprender a controlar sus
emociones, para que no se manifiesten impulsos negativos o perjudiciales a la hora de
tomar decisiones o enfrentar una situación compleja. Y de igual forma, muchos
estudios científicos y psicológicos reiteran que el buen manejo de las emociones nos
puede dar un control más pleno de nuestro diario vivir. Hablan de cómo debemos
identificar cada emoción, y aquello que la produce, para así crear una coraza blindada
de manejo.

Yo la verdad desde mi experiencia siento que es un gran reto, ya que no soy una
persona a quien le guste micho sentir emociones por temor a controlarlas, pero es un
trabajo que debo plantearme si quiero ser una mejor persona, y un ser humano más
empático, especialmente con mis emociones en tiempos de cuarentena.

Fuente bibliográfica: https://www.importancia.org/controlar-las-emociones.php

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