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ENSAYO SOBRE “LUGAR DE LA PROMESA: ERA PREMONÁRQUICA”

POR

JORGE ALBERTO CARRILLO SAUCEDO

Presentado para cumplir parcialmente


Con los requisitos de la materia
Antiguo Testamento I
Que imparte el profesor Timoteo Hernández Jarquín

SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA “Dr. G. H. LACY”


1 de Noviembre del 2013.
ENSAYO SOBRE “Lugar de la promesa: Era Premonárquica”

“La clave para la teología de este periodo permaneció en la herencia de la tierra y el

<reposo> al que Israel entro por fe. Además en ese mismo <lugar> Yahvé haría que su

nombre habitara. Y la historia de Israel estaría señalada por el <bien> si se <arrepentía> y

recibía la <buena> palabra profética enviada por Dios en aquellos momentos cruciales de

su historia.”

Me parece muy interesante como es que Kaiser relaciona muy bien el libro de

Deuteronomio con los libros subsecuentes: Josué, Jueces, Samuel y Reyes y como

encuentra varias similitudes entre ambos, lo que me hace reflexionar sobre la unidad de la

Biblia como la Palabra de Dios que aunque esos libros no fueron escritos por la misma

persona sin embargo tienen una unidad de pensamiento. Por supuesto también los autores

de tales obras creían, conocían, meditaban y practicaban la ley de Moisés, ellos eran Josué

y Samuel.

Uno de los asuntos que unen las tres épocas: Patriarcal, Mosaica y Premonarquía

fue la frecuente referencia al <lugar> que Dios había escogido para que su nombre

habitara, a Abraham le prometió que el lugar donde se encontraba (Canaán) se lo iba a dar

a su descendencia (Gn. 12:7). Moisés señala en Deuteronomio sesenta y nueve veces la

promesa de que Israel un día poseería y heredaría la tierra que se le prometió y vemos el

cumplimiento de la promesa en libro de Josué cuando los israelitas toman posesión de

Canaán. Es importante señalar que durante la conquista el pueblo de Dios tenía que tener

bien en claro que la victoria sobre sus adversarios era por la promesa y el poder de Jehová

y no por que Israel se mereciera tal herencia. Cuando Dios les quita la tierra a los cananeos

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Él tiene todo el derecho de hacerlo porque todo es suyo y puede hacer con ello lo que

quiera.

Aunque le herencia de la tierra era una promesa de Dios para su pueblo, la posesión

de ella dependía del carácter de los israelitas.

Otra de las provisiones de la promesa era el descanso para Israel, que era tan

especial para Dios que lo llamaría su descanso. Este reposo tenía que ver con la calidad de

vida que tendrían los israelitas cuando ocuparan la tierra prometida. El cumplimiento de

esta promesa se da en el tiempo de Salomón cuando la nación escogida entro en un reposo

de sus enemigos.

Dios nunca le fallo a su pueblo Israel en sus promesas sino que ellos no

mantuvieron el privilegio de permanecer y reposar en la tierra de Jehová. Israel tenía que

elegir entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, obedecer un mandamiento “Amaras

al Señor tu Dios”.

La nación israelita continuamente perdía el privilegio de la promesa de Dios, un

caso que podemos notar de manera muy clara en el libro de los jueces donde crónicamente

Israel ofendía a Dios yendo en pos de los ídolos, luego Dios los castigaba entregándolos a

alguno de sus enemigos, la nación se arrepentía, Dios los liberaba y les daba reposo de la

opresión, y vuelve a comenzar el ciclo.

Para mí esto se asemeja bastante a la vida del creyente donde ya le entregamos

nuestra vida a Dios pero seguimos manteniendo pecados en nuestro ser que nos hacen

ofender a nuestro Señor y continuamente tenemos que venir en busca de perdón para tener

reposo en nuestras almas. Lo mejor sería de una vez por todas dejar atrás la vieja

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naturaleza para que el reposo de Dios en nuestras almas no deje de ser. Dios nunca se aleja

de nosotros sino que nosotros mismos somos los que le damos la espalda.

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