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El Desistimiento en la Demanda

de Rebaja o Aumento
de Alimentos
Las preguntas sobre el Derecho de Alimentos (también llamado “Pensión Alimenticia”) son
muy frecuentes para el abogado dedicado a temas de Derecho de Familia. Es claro que la
satisfacción de las necesidades básicas como alimentación, vestuario y educación es un asunto
que apremia a las familias, más cuando hay hijos de por medio. Acá haré un brevísimo
comentario sobre un aspecto poco estudiado, que es el efecto del desistimiento en los juicios
de aumento o rebaja de alimentos.

La forma por la cual en Chile se regula procedencia, monto y forma de pago de la pensión de
alimentos es el juicio de alimentos conforme a las reglas de la Ley de Tribunales de Familia
(19.968, en adelante LTF), el Código de Procedimiento Civil (CPC), el Código Civil y la Ley
14.908.

Como todo juicio, la forma normal de terminarse es por la sentencia definitiva, en la cual el
juez decreta si ha o no lugar a la demanda y, de acogerla, fijar las condiciones de su
cumplimiento. Sin embargo, también existen otras formas de terminar anticipadamente el
conflicto, la más usual sin duda es el avenimiento entre las partes, que puede ser extrajudicial
(recordemos que los alimentos son asunto de mediación previa obligatoria) o intrajudicial (en
audiencia o mediante escrito presentado al tribunal). También, por aplicación del art. 27 de la
LTF, son aplicables los institutos del abandono del procedimiento (existe un abandono de
oficio según el art. 21 LTF) y el desistimiento de la demanda.

En grandes rasgos, el desistimiento de la demanda es la acción por la que el demandante en un


juicio comunica al tribunal que ha decidido renunciar a continuar con el juicio y por tanto a
perseguir su pretensión judicial. Esto se regula, a falta de normativa especial en la LTF, por las
reglas de los arts. 148 a 151 del CPC. Básicamente, se tramita un incidente en el que se da
traslado al demandado para que éste se pronuncie (puede, de hecho, pedir su rechazo si
considera que el juicio debe seguir para defender su ), y luego el tribunal resuelve. El efecto
que produce la resolución que acoge el desistimiento de la demanda es que no solamente el
juicio llega a su fin, sino que la pretensión defendida por el desistiente se extingue, esto es, no
puede volver a demandar lo mismo en otro juicio. Es evidente en este caso las dos caras de la
cosa juzgada, tanto lo formal (término del juicio, imposibilidad de revivirlo) como en lo
sustancial (fijación permanente de la situación de las partes respecto del conflicto).

Sin embargo, un elemento que caracteriza al Derecho de Alimentos es su contingencia, esto es,
no es una institución permanente una vez decretada, como la regla general de los juicios. Así
se extrae del art. 332 del Código Civil, que señala “Los alimentos que se deben por ley se
entienden concedidos para toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias que
legitimaron la demanda“, para luego señalar que en el caso de los descendientes implica un
límite a todo evento hasta los 21 años, y en el caso de que se hallen estudiando, hasta los 28.
Asimismo, el art. 329 señala que en la tasación de alimentos debe considerarse la situación
económica del deudor. Pero es la ley 14.908 la que consagra expresamente la posibilidad de
que la pensión original pueda variarse, alegándose cambios en la situación del alimentante
como del alimentario, que justifiquen la modificación.

Entonces, en el juicio de alimentos, si la parte demandante, sea de rebaja o de aumento de


alimentos, decide ejercer el desistimiento, habrá un conflicto entre la institución procesal
antes señalada y la variabilidad propia del instituto alimentario, que posibilitaría el
redemandar cada vez que la situación lo ameritase, aún habiendo fallos judiciales a firme. La
duda es cuál primará.

Bien, tanto la doctrina como jurisprudencia son contestes en inclinarse por preferir la
posibilidad de volver a demandar aún habiendo desistimiento previo. Se justifican en el hecho
de que la cosa juzgada en materia de menores (hoy niños y adolescentes) no es igual que en
materia civil, lo que permitiría volver a iniciar procedimientos cuando las circunstancias lo
ameriten y aún habiendo situaciones resueltas anteriormente. Por otro lado, la contraparte
tiene el derecho también de demandar en el futuro, por lo que sería injusto que la parte que
se desistió anteriormente no pudiera hacerlo, ya que violaría la igualdad de armas como
principio de debido proceso. Por último, el desistimiento es un “equivalente jurisdiccional”, es
decir, se asimila a la sentencia, y si en el caso de ésta se produce la excepción, no podría sino
concluirse que en el desistimiento pasa lo mismo, aplicándose el principio general “donde
existe la misma razón existe la misma disposición”.

En conclusión, el desistimiento en materia de rebaja o aumento de alimentos sólo produce


cosa juzgada formal, esto es, acaba el juicio respectivo sin posibilidad de revivirlo, pero no cosa
juzgada material, ya que la institución es esencialmente variable en el tiempo según las
condiciones económicas de las partes, por lo que cualquier renuncia en el pasado a continuar
un juicio no impedirá que en el futuro pueda prosperar una acción en el mismo asunto.

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