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Revancha

Eras magia, cuando la realidad me dolía la cabeza.

Y te recuerdo ser mi escalón, cuando no llegaba a dónde quería estar.

Y de repente eras el nombre de todas mis amigas, cada vez que necesitaba un par de pies, para
ponerte el elástico y poder saltar.

Y tantas veces te vi ser el Príncipe más hermoso, cuando eras capáz de recorrerte el mundo, con
tal de buscar el zapato que me hacía falta para poder caminar.

Y también fuiste mí almohada, cuando necesité poner a dormir mi angustia por un buen rato.

Y ni que hablar de ser la risa que no encontraba, cuando la frustración tocaba la puerta de casa.

Y el mejor remissero, que me iba a buscar a cualquier hora de cualquier lugar sin interponer la
duda como peaje. Y también fuiste la razón para querer volver, simplemente para contarte como
me había ido.

Y los ojos que me miraban, cada vez que no tenía quién lo haga.

Y la palabra amorosa, cuando más la necesitaba.

Y mi mejor cómplice, cada vez que precisaba de alguien, para hacer un buen despelote.

Y fuiste mano en la espalda, para empujarme a volar.

Y el sonido de mí voz, cuando no pude defenderme.

Y el beso en la frente, que me hacía sentir a salvo de cualquier tormenta.

Y el chiste malo y repetido, en el medio de mí dolor.

Y fuiste juguete, cuando quería jugar.

Y maestro, cuando necesitaba aprender. Y alumno, cuando te pedía que me entiendas.

Y mi enfermero.

Mi psicólogo. Mi cocinero. Mi ángel guardián. Mi payaso. Mi financista.

Mi incondicionalidad eterna.

Amor...sobre todo fuiste amor.

Sos amor, pa.


¿Qué si te busco ? No. Acá te tengo. ¿Qué si te extraño? Si. Cómo una loca. ¿Qué si tengo algo
pendiente ?

Haberte amado más.

Haberte cuidado más.

Haberte agradecido más. ¿Que si pienso que es tarde? Eso jamás. ¿ Que si me agobia la culpa?

Nunca me tiraste esa palabra en toda la vida. ¿ Que si te perdono ?

Entiendo que todas acaso tus falencias fueron las mejores intenciones que habrán salido un poco
torcidas. ¿Que si me arrepiento?

Mucho.

Entonces me reinvento y nos sano en los pasos de mis hijos, saltando de tus hombros, para bajar a
hacerles piecito a ellos.

Revancha se llama.

Me tomo la revancha y sigo.

Siempre sigo.

L.P

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