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AL DESPERTAR

Salmo 17 (16)
Súplica de un inocente perseguido o injustamente acusado, que apela al tribunal de Dios. Afirma su
inocencia y acusa a los enemigos, pide al juez que examine la causa y pronuncie sentencia y la ejecute.
Durante la noche, hasta la hora de la sentencia, goza del asilo del templo, por la mañana será admitido a la
presencia de Dios. El patrón judicial explica coherentemente muchos datos; con todo, algunos proponen
una lectura en clave militar: el jefe, acosado y amenazado, pide auxilio al Señor. Los comentaristas antiguos
dicen: voz de Jesucristo en la pasión, de la Iglesia en la persecución. Y el verso final lo aplican a la
resurrección de Cristo y de los cristianos.
(Luis Alonso Schökel)

COMENTARIO DE SAN AGUSTÍN

Confianza en el juicio del Señor

San Agustín comenta el salmo como si fuese Cristo quien hablase en él, nos hace, por así decir,
escuchar a Cristo en el salmo.

1. [v. 1] Plegaria de David. Esta plegaria hay que adjudicársela a la persona del Señor, unida a la
Iglesia que es su cuerpo.

2. [vv.1-2] Escucha, oh Dios, mi justicia; atiende a mi súplica. Presta oído a mi oración, de labios
no embusteros. No se eleva a ti de labios embusteros. Que mi juicio provenga de tu rostro: que
juzgue conforme a verdad apoyado en la iluminación proveniente del conocimiento de ti. O bien,
que mi juicio provenga de tu rostro, no de labios embusteros, a fin de que no juzgue de manera
distinta a lo que en ti veo. Que mis ojos vean la rectitud: los ojos del corazón, por supuesto.

3. [v. 3] Pusiste a prueba mi corazón y lo visitaste de noche: al visitarme la tribulación, mi corazón


quedó sometido a prueba. Me probaste al fuego y no encontraste malicia en mí Esta tribulación,
por la que he sido hallado justo, tras someterme a su prueba, no sólo se la ha de llamar noche por
los sobresaltos que conlleva, sino también fuego porque quema.

4. [v. 4] Para que mi boca no hable obras humanas: para que de mi boca no proceda sino lo
congruente a tu gloria y tu alabanza, no a las obras humanas realizadas al margen de tu voluntad.
A causa de las palabras de tus labios: debido a las palabras de tu paz o la de tus profetas. Me he
mantenido en sendas trabajosas: he permanecido firme en los caminos agotadores de la
mortalidad humana y de la pasión.

5. [v. 5] Para hacer que mis pasos sean perfectos en tus senderos: para que la caridad de la
Iglesia tenga una feliz gestión en los estrechos desfiladeros por los que se accede a tu descanso.
Para que no se muevan mis huellas, es decir, para que no se muevan los indicadores de mi
camino, impresos como huellas en los sacramentos y en los escritos apostólicos, que sirvan de
señalización visible y práctica para cuantos desean seguirme. O también para que me mantenga
estable en la eternidad, tras recorrer ásperos caminos y perfeccionar mis pasos en lo angosto de
tus sendas.

6. [v. 6] Yo grité, porque tú me escuchaste, oh Dios: con intención libre y eficaz he dirigido mis
plegarias a ti, pues, para poder disponer de ella, me escuchaste cuando oraba con mayor
debilidad. Inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras: que tu escucha no deje desasistida mi
humildad.

7. [v. 7] Muestra las maravillas de tus misericordias: que tus misericordias no pierdan valor, no sea
que se las ame menos.

8. [v. 8] Tú que salvas a los que esperan en ti de los que se oponen a tu diestra: de los que se
oponen a los favores que me ofreces. Guárdame, Señor, como a la niña de tus ojos, que parece
pequeñísima y exigua, pero que, no obstante, es a través de ella por donde se encañona la
penetración visual que distingue la luz de las tinieblas, al igual que la divinidad del juicio que
distingue justos de pecadores halla su cauce a través de la humanidad de Cristo. A la sombra de
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tus alas protégeme: protégeme con el baluarte de tu caridad y misericordia de los malvados que
me han atribulado.

9. [vv.9-10] Mis enemigos han cercado mi alma, han redondeado su obesidad: se han recubierto
de su grasienta alegría después de que sus apetitos se hartaron de su maldad criminal. Su boca
ha preferido soberbia: por eso su boca vomitó orgullo diciendo: ¡Salud, rey de los judíos! (Mt
27,29) y otras cosas parecidas.

10. [v. 11] Echándome fuera, ahora me han rodeado: echándome fuera de la ciudad, me han
rodeado ahora que estoy en la cruz. Han determinado dirigir sus ojos a la tierra: han determinado
dirigir la atención de su corazón a estos bienes terrenos, estimando que sufría un gran mal quien
era entregado a la muerte, mientras que ellos que se la procuraban no sufrían ninguno.

11. [v. 12] Me atraparon como león dispuesto a devorar su presa: me atraparon como aquel
adversario que ronda buscando a quien devorar (Cf 1P 5,8). Como cachorro de león agazapado
en su escondrijo: como un cachorrillo, es decir, el pueblo al que, por pensar en tender asechanzas
con las que cercar y hacer perecer al justo, se dijo: Vosotros tenéis por padre al diablo (Jn 8,44).

12. [v. 13] Levántate, Señor, anticípate a ellos y aniquílalos: levántate, Señor, porque creen que
estás dormido y no te preocupas de las maldades humanas. Pero que los ciegue antes su malicia,
para que la venganza se adelante a su mala acción y así aniquílalos.

13. [v. 14] Libra mi alma de los impíos: libra mi alma resucitándome de la muerte que los impíos
me causaron. Tu espada de los enemigos de tu mano: mi alma es tu espada, la espada que
empuñó tu mano, es decir, tu eterno Poder, para destruir con ella los reinos de la maldad y para
separar los justos de los impíos. Líbrala de los enemigos de tu mano, es decir, de tu poder, de mis
enemigos. ¡Oh Señor!, eliminándolos de la superficie de la tierra,dispersándolos en su vida. Señor,
al eliminarlos de la tierra que habitan, dispérsalos por todo el orbe en esta vida, la única que
piensan tener quienes no esperan en la vida eterna. Y su vientre esta lleno de tus secretos. No
sólo irá tras ellos este castigo visible, sino que su memoria está atiborrada de pecados que, como
tinieblas, se ocultan de la luz de la verdad para que se olviden de Dios. Están saturados de carne
de cerdo: están saturados de inmundicia, pisoteando las perlas de las palabras de Dios. Y dejaron
los restos a sus pequeñuelos, gritando: Que este pecado caiga sobre nosotros y sobre nuestros
hijos (Mt 27,25).

14. [v. 15] Pero yo en tu justicia compareceré ante tu presencia: yo, que no me hice presente a
quienes por su sucio y tenebroso corazón no son capaces de ver la luz de la sabiduría, me
personaré en tu justicia ante tu presencia. Me saciaré cuando se manifieste tu gloria: cuando ellos
estén saturados de su inmundicia de modo que no puedan comprenderme, yo me saciaré, cuando
se manifieste tu gloria, en los que me comprenden. Cierto que en el verso donde se dice: están
saturados de carne de cerdo, en algunos códices se lee: se hallan saturados de hijos. La doble
traducción se debe a la ambigüedad del texto griego. Por hijos entendemos las obras; así como
las obras buenas son hijos buenos, las malas, son malos.

- Fuente: San Agustín, Comentario sobre los Salmos (Enarrationes in Psalmos).

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Nota a los salmistas: El objetivo de estos documentos es ayudar al salmista a profundizar en el


canto. Os rogamos no usarlo para dar una larga catequesis sobre el canto a la asamblea.
Estos escritos podrían no obstante darnos alguna idea clave para transmitirla a la asamblea,
según el contexto de la celebración litúrgica, con la intención que ésta sea un verdadero
encuentro con Cristo resucitado.

Este y otros comentarios en: http://www.cruzgloriosa.org/cantos/comentarios

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