Actualmente, el sistema económico que se maneja en gran parte de
los países es conocido como capitalismo. Este sistema se basa en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado. El capitalismo es el predecesor del feudalismo; un sistema económico usado en la Edad Media, el cual consistía en vínculos de un hombre libre (vasallos) que recibía un bien (el feudo) por parte de otro hombre libre (el señor). Los vasallos eran obligados a trabajar con el objetivo de enriquecer a los nobles. En un principio, el feudalismo acabó con la inestabilidad que provocaba en los vasallos la época de las invasiones bárbaras, pues los nobles ofrecían feudos (tierras asignadas por los señores a sus vasallos, las cuales contaban con protección) a los vasallos que le sirvieran. Este sistema acabó cayendo debido a las expansiones económicas que conllevaron la revolución industrial, para dar origen al capitalismo. El capitalismo no es un sistema perfecto, ni mucho menos, hablar de él como el sistema económico perfecto es un error, pero funciona, y ha abierto muchas posibilidades, y ha permitido la evolución de la economía y los valores y derechos humanos, inexistentes en el feudalismo.