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El terremoto y el maremoto del año 1755 en Sanlúcar de Barrameda

Antonio Manuel Romero Dorado

Hace algo más de un cuarto de


milenio, un violento maremoto
azotó gran parte de la costa
portuguesa, española y
norteafricana. Aquella mañana, en
algún lugar al suroeste del cabo de
San Vicente, en la falla Gibraltar-
Azores, el fondo del océano
Atlántico se estremeció con una
fuerza inusual. Aunque el
epicentro del seísmo estuvo en el
fondo marino, el temblor se sintió
tierra adentro en gran parte de
Europa occidental. La populosa
ciudad de Lisboa fue la más
afectada: fue el día de Todos los
Santos del año 1755. Playa de Sanlúcar, de Stanislas Gorin.1

Como es sabido, la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, como la mayoría de las poblaciones de la costa
atlántica de Andalucía, sufrió la acción del mencionado terremoto y de la gran ola sísmica o tsunami
que el subsiguiente maremoto desencadenó. De hecho, gran parte de la documentación histórica
referida a los efectos que esta catástrofe provocó en Sanlúcar, ya ha sido publicada. Sin embargo, se
halla bastante dispersa y no se hecho de ella una revisión crítica. Por ello, seguidamente transcribiré
dicha documentación y aportaré un texto inédito, para luego pasar a comentarlos y extraer de ellos
informaciones de diversa índole.

En el Compendio de la relaciones que se han recibido de los pueblos del Estado del Exmo. Sr. Duque
de Medina-Sidonia mi señor en que se refieren los lastimosos estragos que en ellos hizo el terremoto
padecido en la mayor parte de España el 1º de noviembre de 1755, 2 en lo tocante a Sanlúcar se narra lo
siguiente:

San Lucar - Amanecio el dia sereno, aunque el sol mustio: empezó el temblor á las 9 1/4 duro 10
minutos y aunque movio bastante los edificios de modo que se tañeron por si las campanas, no causó
ruina alguna pero como á las 11 sin el menor viento, se vieron levantar y entrar por la barra del rio de
dicha Ciudad tan furiosos golpes de Mar, que en breve tiempo se anegaron todo lo bajo de la Ciudad
ahogando 7 personas, y dejándolo lleno de fango y arena. Un navio cargado de trigo que estaba en el
1 Stanislas Gorin (hacia 1820-después de 1861). En la imagen se aprecia como el paisaje de la playa de Sanlúcar, al igual que
en 1755, seguía dominado por grandes dunas todavía en la segunda mitad del siglo XIX. Obsérvese también la presencia en
el estuario de embarcaciones de vela latina, llamadas embarcaciones valencianas o tartanas, frecuentemente conocidas como
las parejas, ya que acostumbraban a faenar de dos en dos. Se trata de uno de los dibujos de Gorin, realizados en tiempos de
los duques de Montpensier, con escenas de Sanlúcar y Regla (en Chipiona), firmados por Beatriz, Gerarda de Orleans-
Borbón y Vicente González Barberán., de la Fundación Infantes Duques de Montpensier. En el Archivo del Patronato de la
Alhambra y el Generalife, Colección de Dibujos, signaturas D-0314, D-0315, D-0316, D-0317, D-0318 y D-0319.
2 Fragmento del informe elaborado por Alfonso de Cabrera, gobernador de los estados del duque de Medina Sidonia. A fin
de evaluar los daños materiales, Cabrera se encargó de coordinar los informes de los lugares del estado ducal confeccionados
por los cabildos y corregidores. Archivo de la Fundación Casa de Medina Sidonia Leg. 1311. Publicado en El terremoto de
1755 en la Costa Andaluza I . Voces para la Historia no. 3. Enero. Fundación Archivo Casa Medinasidonia, Sanlúcar de
Barrameda. 1995. ISBN: 84-608-1210-X. Pág. 4.

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Puerto de Bonanza lo empujó el torrente de las aguas sobre un banco de arena, bien distante del rio,
donde quedo en seco á la retirada del Mar.

Más detallado y sustancioso es el relato recogido en el acta del cabildo sanluqueño de ese mismo día 1
de noviembre de 1755.3

Don Luis de Valderrama, Escribano de los Reinos de


S. M., mayor propietario del Ayuntamiento y
Gobierno de esta M. N. y L. Ciudad de Sanlúcar de
Barrameda, certifico: que hoy, día de la fecha, como
a las diez menos dos minutos de la mañana,
hallándose despejados los horizontes y el del mar,
que por ser tan llano y sin embarazos ofrece toda la
extensión que alcanza la vista, el tiempo bonancible,
sin inquietud las olas del mar ni haber precedido
señales algunas en este día y sólo en siete y ocho
antecedentes experimentase en algunos pozos del
campo turbias las aguas y con mal olor extraño;
Rótulos dieciochescos en la esquina de la Casa de Moreda:
tembló la tierra, moviéndose todos los edificios de
Pradillo de San Juan y Calle del Chorrillo, así llamada por esta ciudad por espacio de cinco minutos, con
la constante escorrentía procedente de la Fuente Vieja. mucha aceleración, causando terrible espanto y
tristeza, saliendo las gentes de los templos y
suspendiendo los sacerdotes el Santo Sacrificio de la Misa, las pilas del agua bendita se derramaron y
todas las casas, templos, el Castillo de Santiago y todas las torres y campanarios se vieron mover y, no
obstante, ningún daño se notó en ellos, raja ni quiebra, siendo las iglesias de Santo Domingo, La
Victoria, La Caridad y La Merced, de cantería las bóvedas de la corpulencia y espesor correspondiente,
nada padecieron de su estructura que ni las paredes de los barrios que por antiguas amenazaban ruinas
recibieron detrimento alguno, siendo en esta parte de Sanlúcar la única población de sus confines
reservada de este espantoso movimiento; pero como en los de esta naturaleza se comunican éstos al
mar, cuando las gentes se hallaban llenos de pavor pidiendo a Dios misericordia y temerosas de la
repetición de temblores; con asombro universal se vio levantar el mar con rapidísimo movimiento de
olas y saliendo de los límites dónde alcanzan sus mayores crecientes en el ordinario curso de las mareas,
por la infatigable regla de las lunaciones, y se encaminó a la ciudad baja. Sus calles en la longitud miran
al mediodía y las que atraviesan, al noroeste, e inundó con increíble velocidad la mayor parte, con tanta
abundancia de aguas, que en la calle de la Bolsa daba a los que transitaban a caballo en las cinchas,
superando los grandes cerros de la playa y poniendo sobre ellos las embarcaciones, y como entre éstos
hay dos calzadas y arroyos que por lo mismo que dan salida a la rivera para las aguas llovedizas,
abrieron el paso a las del mar, que inundaron más de mil pasos desde la orilla de él hasta más adentro
de la Portería de el Carmen, Descalzo, calle del Chorrillo donde colocó una embarcación de veinte
pasos de largo y otra igual en la calle de San Juan. Las gentes, con suceso tan fatal y urgente,
consternadas dejaron sus casas y clamando a Dios y a sus Santos subieron a los Barrios Altos con sus
hijos pequeños en los brazos, creyendo repetía el Diluvio Universal; pero por la Piedad Divina e
intercesión de los Santos Patronos de esta Ciudad, oyó Dios las deprecaciones y aunque el primer
acontecimiento del mar fue seguido de otros dos de menos extensión, a la una del día ya se había
recogido el mar a su lugar.

3 Actas Capitulares del Cabildo Sanluqueño. Libro no. 69 (1754-58). Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda. Sig. 4766.
Folios 95 vuelto-98 vuelto.

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Y porque el recelo de la marea y creciente excesiva de aquella
noche ocasionaba nuevos temores, el Sr. Gobernador
Superintendente puso la playa rodeada de patrullas de soldados,
a el Alguacil Mayor con los Ministros de Justicia, los Cabos de
las Rondas de Rentas Reales con los suyos y gentes de mar del
mayor conocimiento, para que se advirtiesen que este formidable
elemento repetía desmedidas crecientes, avisasen y se disparase
un cañón en el Castillo del Espíritu Santo o su explanada, para
que las gentes se salvasen en lo alto de la ciudad; pero no
habiendo novedad ni resultado hasta de presente. Los daños
hasta aquí padecidos por la entrada de el mar se reducen a cinco
hombres ahogados, dos muchachos, dos niños de pecho y una
moza que murió del susto. Las embarcaciones que puso el mar
en los cerros y las dos en la calles, maltratadas, que necesitan
componerse con mucho costo de los dueños; las olas de la mar
derribaron la cerca de una casa, esquina de el Arroyo de la Balsa,
San Francisco de Paula, Parroquia de la O. y lastimaron otra. En la costa de esta ciudad había cinco corrales
de pesquería que al mismo tiempo que daba útil a los amos, surtía esta República de los peces más
regalados y con mucha abundancia, los ha desbaratado el mar sin dejar ni aún vestigios, lo que hará
notable falta. Y el castillo del Espíritu Santo y una explanada de cañones que a la boca de este puerto es
la única defensa de él, colocados en el perfil de una barbacana que domina la orilla de él, socavó la furia
de sus olas todo el terreno y está en el aire e inhabitable, retirada la guarnición en una barraca, que es
todo cuanto acaecido en esta ciudad, y para que conste, doy el presente en Sanlúcar de Barrameda, a
primero de Noviembre de mil setecientos cincuenta y cinco años.- Luis de Valderrama. Escribano
Mayor del Cabildo.4

Menciona el cabildo que en los siete u ocho días previos al terremoto en los pozos de los campos se
vieron las aguas turbias y se sintió mal olor. Coinciden el cabildo y el gobernador del duque de Medina
Sidonia en las condiciones meteorológicas del primero de noviembre de 1755 en Sanlúcar : despejado el
horizonte por tierra y mar, tiempo bonancible, mar calma, día sereno aunque con sol mustio. No
obstante es llamativo cómo la versión de los hechos del cabildo y del gobernador presentan grandes
contradicciones. Mientras que el cabildo dice que el terremoto se sintió a las diez menos dos minutos de
la mañana y que duró cinco minutos, el gobernador dice que fue a las nueve y cuarto y que duró diez.
Sobre el tsumani el informe del gobernador relata que llegó como á las 11, no indicando nada al
respecto el acta del cabildo, que sin embargo sí especifica que hubo dos réplicas: otros dos de menos
extensión y a la una del día ya se había recogido el mar a su lugar. Tampoco coinciden una y otra
versión en el recuento de víctimas mortales, que según el cabildo fueron diez personas (cinco hombres,
dos muchachos, dos niños de pecho y una moza), mientras que el informe del gobernado reduce el
número a siete, sin especificar sexo ni edad.

Un poco más adelante, en el mismo libro de actas capitulares, se recoge una noticia que me parece hasta
el momento inédita. Se trata de la narración de la Fiesta acordada para el día de Todos los Santos como
agradecimiento por los pocos daños sufridos. Procesión con la Virgen de la Caridad, San Lucas, San
Francisco de Paula y Santa Rita, que dice:

4 Hasta aquí el texto del acta capitular fue publicado con algún error en la transcripción por BARBADILLO, Manuel.
Olvidos históricos. Sanlúcar de Barrameda. 1977. Pp. 55-57.

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En este cabildo la ciudad con el motibo de aver experimentado
de la divina piedad que en el pasado terremoto y temblor de
tierra a acaecido el día primero de este mes y movimiento
impetuoso de el mar que anegó la mayor parte de la ciudad baja
no fueron arruinadas sus casas y edificios y con poco daño de
las gentes pues sólo perecieron diez personas y a vista de las
lamentables noticias que ban llegando de las ymponderables
ruinas sucedidas en todas las ciudades y pueblos de esta
Andalucía por lo que la ciudad debe hacer públicas y de devotas
demonstraciones de acción de gracias a la especial piedad de
Dios nuestro señor en cuya consequencia y para perpetuar esta
memoria se acordó que todos los años se selebre fiesta el día de
Todos los Santos a que a de asistir la ciudad en cuerpo de
Ayuntamiento y a de estar patente el Agusto Sacramento con el
aparato y solemnidad correspondiente y el sábado próximo en
la iglesia de Nuestra Señora de la Charidad se ha de celebrar
misa solemne patente Nuestro Señor Sacramentado y puestas
San Lucas, Parroquia de la O. las sagradas ymágenes de el señor san Lucas patrono de esta
ciudad, el señor san Francisco de Paula compatrono y señora
santa Rita con asistencia de este ayuntamiento a la tarde con el mismo a de aver processión general
llevando en ella a Nuestra Señora de la Charidad y los referidos santos concurriendo las sagradas
comunidades precediendo combite que practicaron para ello los caballeros diputados de fiestas a el
benerable clero y reverendísimos padres prelados de religiosas y a de yr la procesión por la cuesta que
ba a la calle de el Chorrillo y por toda esta a el Pradillo de San Juan y su calle hasta la plaza de la Ribera
y cortando por las esquinas de Doña Cathalina y después a la cuesta de Belén y por calle de Caballeros
a la plaza de la Iglesia Mayor y de esta a la calle de la Portería de el Hospital de San Juan de Dios hasta
la Caridad y para las dichas funciones fueron enterados los caballeros diputados de fiestas.

La presencia en el cortejo religioso de las imágenes de los santos patrones del municipio, San Lucas
Evangelista y Ntra. Sra. de la Caridad, como protectores del lugar no requiere mayores justificaciones,
pareciendo menos clara la de San Francisco de Paula y Santa Rita. El protagonismo de la santa de Casia
ha sido recientemente explicado con la publicación de un poema conservado en la biblioteca de la
Universidad de Sevilla, en el que se relata el milagro que obró San Rita ante el cáncamo de mar que
asoló el Barrio Bajo: atribuyendolo á la protección de la Avogada de los impossibles, la que salió de su
Convento (de Santiago, de agustinos) en hombros de quatro Religiosos, y poniendola á la vista del Mar,
este se retiró instantáneamente”.5 En cuanto a San Francisco de Paula dice el acta capitular que es
copatrón de la ciudad y así lo recoge Velázquez-Gaztelu diciendo: La […] aflicción de la epidemia de
calenturas ardientes […] promovió el año 1648 la devoción de la ciudad a este prodigioso santo,
declarándole por su particular abogado contra las epidemias y votándole su fiesta anual […]. Asimismo
Guillamas, hablando de la Virgen de la Caridad, escribe: “Además de la fiesta anual y procesión que
hace la ciudad à esta señora, ha acudido desde que la reconoció por patrona en todos sus conflictos á
su eficaz patrocinio sacándola en general procesión con los santos Patronos San Lucas Evangelista y
San Francisco de Paula, por las calles”.

5 VEGAZO PALACIOS, Jesús. “Santa Rita de Cassia y el terremoto de Lisboa de 1755”. Revista Sanlúcar de Barrameda.
Editorial Santa Teresa, Sanlúcar de Barrameda. Nº 47. 2011. ISSN 1886-4147. Págs. 110-114.

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En el caso de San Lucas, como acción de gracias por proteger el
municipio, además se colocó junto a su altar de la capilla de las
Ánimas de la Parroquia de la O una lápida conmemorativa,
transcrita (con algunos errores) por Guillamas en su Historia de
Sanlúcar:

D.O.M. Divo Lucae Evangelistae Patrono munificien Populum


Lucocienci patrocinio semper fulcitum benefica unde quaque
collata terremotus injuria Kalendis Nuper Novembris
Singularitater liberatam publicis votis reverendo beneficiatorum
coetu annuente altem positum. Anna redemptionis
M.D.CC.L.V.I. 6
Lápida conmemorativa del terremoto junto
al altar de San Lucas, hoy en la capilla de
San Sebastián.
Como se puede apreciar, de la lectura de los documentos relativos al terremoto de Lisboa en Sanlúcar,
se infieren no sólo algunos datos objetivos sobre el mismo, sino también una interesante serie de
noticias indirectas y de testimonios sobre la mentalidad de la época, que procedo a comentar.

En lo tocante al territorio de la propia ciudad es significativa la mención a los cinco corrales de pesca
existentes antes del maremoto (completamente destruidos por el mismo) 7 y a los grandes cerros de la
playa (trasunto del paisaje de dunas de las Arenas Gordas, en la otra banda del Guadalquivir), que
quedaron salpicados de pequeñas embarcaciones cuando se retiraron las aguas, como sucedió con un
navío cargado de trigo que estaba en el puerto de Bonanza y dos embarcaciones de veinte pasos de
largo, que quedaron varadas la una en la calle San Juan y la otra en la calle del Chorrillo.

En cuanto a la arquitectura y al urbanismo, es reseñable la


mención a una “explanada de cañones” junto al castillo del
Espíritu Santo, cuya estructura quedó en el aire por efecto
del oleaje que socavó sus cimientos y que puede
interpretarse como una batería de defensa del puerto de la
Balsa, que posiblemente fuera reconstruida y sea la que
todavía se aprecia al pie del promontorio del Espíritu Santo
en la conocida postal de principios del siglo XX. Asimismo,
se menciona la portería del convento del Carmen Descalzo,
en la calle del Chorrillo (hoy Cuesta del Ganado), más arriba Postal de principios del siglo XX en que se
de la cual llegaron las aguas del maremoto, cuya ubicación es aprecian las ruinas del castillo del Espíritu Santo
fácil de precisar gracias a la publicación en 2005 de un plano y de lo que parece una batería de artillería al pie
del convento realizado en 1731. La identificación de la del promontorio.
fachada del edificio, que hasta fechas recientes fue sede de la Hermandad del Trabajo, con la portería
carmelita es sencilla desde el punto de vista estilístico y cronológico, además de por conocerse la
ubicación exacta de la misma gracias a la edición del plano antes aludido. Desgraciadamente dicha
portada, coronada con un elegante frontón, fue demolida hace escasos años, habiendo desaparecido
para siempre y permaneciendo el solar abandonado como cínico recuerdo.

6 GUILLAMAS Y GALIANO, Fernando. Op. cit. Pág. 70.


7 Véase al respecto ROMERO DORADO, Antonio M. "Los corrales de pesca de Sanlúcar de Barrameda en el siglo XVIII".
El Rincón malillo. Anuario del Centro de Estudios de la Costa Noroeste de Cádiz . Nº 1. Sanlúcar de Barrameda. 2011. ISSN
2173-870X. Págs. 22-23.

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Restos de la derruida fachada de la portería del Ídem anterior.
Carmen descalzo, en la calle Ganado (antes del
Chorrillo).

Siguiendo con el comentario de los textos, ahora desde el punto vista de la letras, el análisis de la
narración del terremoto y maremoto acude a una serie de tópicos literarios, recurrentes en este tipo de
narraciones, como son las señales previas a los terremotos (la turbidez y el mal olor en los pozos los
días previos al seísmo), 8 los santos oficios violentamente interrumpidos por el temblor, el agua bendita
derramándose de las pilas,9 la huida de los fieles despavoridos, el zarandeo de las torres de los templos
que provoca que las campanas toquen por sí solas 10 y por supuesto la detención de las olas del mar a la
vista de las imágenes sagradas. 11 De hecho, la lectura panorámica de varias narraciones referidas a los
efectos del terremoto en otros lugares, nos revela cómo estas imágenes son auténticas fórmulas
narrativas, cuyo efectismo trasciende la desnuda veracidad en aras de una estética verosimilitud, como
sintetiza el aserto italiano Se non é vero, é bene trovato ; lo que nos presenta a los miembros del cabildo
sanluqueño como solventes conocedores de la tradición literaria, dejando constancia de ello en un
relato redactado apenas unas horas después de acontecida la tragedia.

8 Véase al respecto la carta nº XIII de FEIJOO, Benito Jerónimo. Cartas eruditas, y curiosas: en que, por la mayor parte se
continúa el designio del theatro critico universal, impugnando, ó reduciendo á dudosas, varias opiniones comunes Cartas
eruditas, y curiosas: en que, por la mayor parte se continúa el designio del theatro critico universal, impugnando, ó
reduciendo á dudosas, varias opiniones comunes . Volumen 4. 1774. En ella Feijoo menciona a Ferécides de Siros, Cicerón y
Plinio.
9 ROCHE, Juan Luis. Relacion, y observaciones physicas-mathematicas, y morales sobre el general terremoto, y la irrupcion
del mar del dia primero de noviembre de este año de 1755, que comprehendiò à la ciudad, y gran Puerto de Sta. María, y a
toda la costa, y tierra firme de Relacion, y observaciones physicas-mathematicas, y morales sobre el general terremoto, y la
irrupcion del mar del dia primero de noviembre de este año de 1755, que comprehendiò à la ciudad, y gran Puerto de Sta.
María, y a toda la costa, y tierra firme de . Casa Real de las Cadenas. Puerto de Santa María. 1756.
10 Véase la descripción del terremoto de Venecia de 1511. UBERTE BALAGUER, Anastasio Marcelino. Los estragos del
temblor y subterránea conspiración, ect. Nápoles. 1697.
11 De sobra conocido en la comarca es el caso del Cristo de la Misericordia de Chipiona, episodio conmemorado con el
lugar llamado la Cruz del Mar. Para el milagro obrado por la Virgen de la Palma en Cádiz véase PÉREZ-MALLAÍNA
BUENO, Pablo Emilio. Retrato de una ciudad en crisis: la sociedad limeña ante el movimiento sísmico de 1746 Retrato de
una ciudad en crisis: la sociedad limeña ante el movimiento sísmico de 1746 . CSIC. 2001. Pág. 434.

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Es especialmente significativo como, en el contexto
hispánico dieciochesco, a caballo entre la fe y las tradiciones
del Antiguo Régimen y la racionalidad y ciencia de la
Ilustración, estos textos sobre el terremoto de Lisboa nos
transmiten un raro equilibrio entre ambas mentalidades,
que armoniza el lado espiritual y el terrenal de la existencia
aparentemente sin el menor de los conflictos. En este
sentido son claras las palabras del gobernador del duque en
el mencionado informe, admitiendo al final de su
compendio que hay obras científicas que “explican muy
racionalmente las causas phisicas de estos formidables
movimientos y á ellos puede acudir el curioso que guste de
esta especie de erudición, contentandonos con decir por
remate de este Compendio, que aunque sea muy cierto, que
todo es obra natural, no lo es menos que Dios se vale de
tales efectos para nuestro aviso y reformación . Para
concluir con el bíblico Fecit hec, ut timeatur, referencia al
capítulo 3 versículo 14 del Eclesiastés: Nada hay que añadir
ni nada que quitar. Dios lo hace para que delante de él
Santa Rita de Casia, Parroquia de la O.
teman los hombres.

A lo que nosotros, conociendo el tsunami de 1755 y el ocurrido previamente entre el 218 y el 210 a. de
C. (que arrasó la península de la Algaida convirtiéndola en una isla), 12 podríamos añadir hoy sin rubor el
versículo 15 del mismo libro: Lo que ahora es, ya lo fue antes; lo que luego será, ya lo ha sido; y Dios
restaura lo pasado. Y esto, indistintamente, a la luz de la fe, la tradición, la razón o la ciencia.

12 MARÍN CEJUDO, Andrés. “¿Llegaron los romanos a Andalucía tras un tsunami?” El Mundo. 15 de marzo de 2011.

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