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OBJETIVOS

Conocer cómo sucedió la vida en el Carbonífero Pensilvánico, cómo evolucionaron las especies
tanto en flora como en fauna, tratar de buscar el parecido con las especies actuales.

CUERPO

Los arboles de crecimiento fijo y de tejidos suaves, se extendieron sobre las tierra bajas y
húmedas del paisaje pensivánico. Entre estas no hubo formas caducas semejantes a las de
nuestras selvas modernas, pues no habían evolucionado lo suficiente.

En aquella época fueron raras las formas gigantes estando los arboles de esporas
representados actualmente por descendientes herbáceos insignificantes parecidos a los pinos
y a los juncos articulados. Bajo un verano húmedo y perpetuo el matiz verdoso debe haber
sido dominante. Probablemente el verdor monótono fue raramente interrumpido por los
colores brillantes pues el florecimiento primitivo de aquella época era simple y pequeño.
Posiblemente no había miel que atrajera a los insectos y ningún aroma perfumaba el aire;
únicamente la fragancia de la resina fresca se difundía por los inmensos bosques de coníferas.

Aunque las plantas con semilla eran comunes, los arboles con esporas fueron aún más
abundantes y ciertas estaciones deben haber cubierto los bosque en un polvo de esporas de
un color amarillento verdoso o café pálido, puesto que algunos de los carbones (hulla) están
compuestos casi enteramente de cubiertas de esporas.

También hubo helechos de muchas clases que dieron aspecto moderno a las cañadas de
aquellos bosques antiguos. Las hojas de algunas especies alcanzaron proporciones gigantescas,
pues las frondas individuales tienen longitudes de 1.52 a 1.83 m; los troncos esbeltos y sin
ramas crecieron hasta una altura de 15m.

Los helechos con semilla se parecen a los verdaderos helechos en casi todos sus detalles, salvo
en uno: nacen de unas pequeñas semillas en forma de nuez en vez de las esporas que penden
de sus frondas. Deben descender de los helechos y a su vez haber dado lugar a todas las
formas superiores, que son las pantas con semilla.

Los árboles escamosos se impusieron en los bosques, y en muchos lugares eran los más
comunes. Su nombre se deriva de helecho de que los verticilos de sus hojas dejan una cicatriz
permanente sobre los troncos y ramas comunicándoles el aspecto escamoso.

Durante este periodo aparecieron las verdaderas coníferas, pero muy escasas localidades la
contienen, pues probablemente se desarrollaron en tierras altas donde no pudieron
conservarse. Es natural que únicamente se conozca la flora del pensilvanico correspondiente a
las tierras bajas pantanosas. Posiblemente la evolución fue más rápida en las tierras altas de
climas más rigurosos y más estimulantes pero que, en cambio las condiciones de conservación
era prácticamente nulas.
CONQUISTA TERRESTRE DE LOS ANIMALES

A través de los húmedos bosques del pensilvanico revoloteaban los insectos primitivos, como
los abejones, mientras que los ciempiés, arañas y escorpiones hacían recorridos a lo largo de
los troncos caídos en busca de alimento. Lo pequeños caracoles terrestres trepaban
lentamente por los árboles y en los pantanos 100 o más clases de anfibios se recostaban como
lo hacen los cocodrilos o las salamandras gigantes. Antes de cierre del periodo, los anfibios
más osados abandonaron definitivamente e agua para establecer la dinastía de los reptiles.

En efecto, desde este periodo se encuentran animales terrestres variados y abundantes y ni


por un momento se duda de su dominio absoluto sobre la tierra. Los insectos fueron
verdaderamente notables por su gran tamaño. Fuera de las 400 formas conocidas del
Pensilvanico inferior y Medio cuya longitud es un poco mayor de 10 cm, seis alcanzaron una
longitud de 20 cm y tres adquirieron un tamaño de más de 30 cm por lo que su promedio de
longitud es de 50 cm. El más grande fue un tipo semejante a la libélula encontrado en el
horizonte carbonoso de Bélgica, cuya ala extendida medía 75 cm, en ningún periodo hubo
insectos tan grandes y muchos de ellos pertenecían a ramas primitivas extrañas. Sin embargo,
las cucarachas fueron semejantes a las especies vivientes actuales, nada más que un poco más
largas y tan comunes en este periodo que a veces es llamado “Edad de las cucarachas”. Varias
especies del Pensilvánico alcanzaron una longitud de 7 a 10 cm.

EN EL MUNDO

En este periodo la fauna es lo que más distribución tuvo ya que solo en algunas partes del
mundo los animales se asentaron y evolucionaron como son los anfibios dando paso a los
reptiles. Las plantas por otra parte estuvieron en casi todo el mundo, pero donde más se
desarrollaron fue en Europa, el Norte y el centro de América donde encontramos más registros
del carbonífero (carbón).

En América, lo yacimientos de carbón del pensilvánico ocupan un área de 648 000 kilometros
cuadrados que es una ssuperficie mucho mayor que a los yacimientos de cualquier otro
continente, Se localizan principalmente en la kitad orientas de los estados unidos.

EN EL PERÚ

Grupo Tarma
Denominado así por Dumbar G. y Newell N. (1946) para referirse a una secuencia pelito-
calcárea que aflora en el perú central. Asimismo, Audebaud E. describe una secuencia
arenisco-pelítico calcárea en el cuadrángulo de Sicuani que la atribuye al Grupo Tarma y parte
inferior del Grupo Copacabana. La unidad está conformada por una intercalación de areniscas,
calizas y limoarcilitas, cuyas proporciones resultan ser variables según la aparente
paleogeografía que tuvo durante su depositación
La parte media de la secuencia se tiene una intercalación de areniscas, calizas, limoarcilitas
abigarradas, en capas delgadas. Las areniscas son de grano fino y cemento calcáreo. Al tope se
tiene una secuencia más continua una intercalación de areniscas feldespáticas de color gris
verduzco, en capas tabulares de grano medio con areniscas calcáreas, calizas y algunos niveles
con nódulos de chert, las areniscas presentan niveles con estratificación sesgada de mediana y
pequeña escala.
El Grupo Tarma en el área de estudio presenta un grosor de 500 m. y descansa en aparente
concordancia sobre el Grupo Ambo. De otro lado, su límite superior con el Grupo Copacabana
es concordante, con un cambio litológico bien marcado, donde terminan las areniscas y
comienza una sucesión neta de calizas que corresponden a la unidad superior.
En el cerro Sombreruni se han encontrado algunas especies, como; Neospirifer cameratus
(MORTON), Neospirifer sp, Linoproductus cora (D’ORBIGNY), Kochiproductus cf K peruvianus
(D’ORBIGNY), Composita sp, Crurithyris sp, Lophophyllidium sp, Spiriferella sp, Syringothyris
sp, Buxtonia sp, Kozlowskia sp, Lissochonetes sp, Kiangsiellampinguis CHRONIC, que son
característicos del Carbonífero superior.

CONCLUSIONES

o La distribución del Carbonífero pensilvánico, los yacimientos de carbón en todo el mundo y


las rocas del pensilvánico nos muestran cómo y en qué lugares fue la vida y la evolución de
este periodo, las formas de vida y los recursos que gracias a ello tenemos hoy en día.

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