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INSTITUTO DE FORMACIÓN DOCENTE N°12

24 de marzo: Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Como los sueños, el arte y la literatura manifiestan siempre las dimensiones


vacilantes e inciertas del pasado y de su espesor. Permiten entrever las caras
menos nítidas, o las más incómodas, de experiencias o voces impactantes, de
esas que nunca podremos asimilar por completo ni dejar atrás. Muchas veces la
literatura se ha preguntado cómo es posible asimilar la narración del horror con la
materia prima con la que cuenta, que son las palabras. Cómo relatar la violencia
extrema contra los cuerpos, el crimen, la muerte, el miedo, las formas más inéditas
de la demencia impuestas como un orden natural de las cosas. Sin embargo, la
potencia arrasadora de la realidad, esas Madres que comenzaron su lucha por
recuperar hijos, las abuelas buscando a sus nietos le otorgan fuerza al relato
ficcional. La ficción es capaz de relatar la realidad del genocidio porque existe un
pueblo que se levanta, que lucha y que sigue exigiendo justicia. Porque siempre
que se habilite el ejercicio de la memoria, existirá la esperanza de construir un
futuro más justo, más sano y más habitable para todes. Necesitamos edificar un
relato plural que contemple las múltiples memorias del horror para responder
algunos interrogantes en torno a los sucesos históricos de nuestro país. La
escritora argentina María Teresa Andruetto sostiene: “Mientras las abuelas buscan
nietos y los encuentran y los nietos buscan abuelas y las encuentran, nosotras
podemos ovillar. Voces, trazos, acciones,recuerdos,identidades. Con todo eso y
mucho más se construyen la memoria, la verdad y la justicia”. Y en consonancia
con esos dichos pensamos un espacio de encuentro en el que podamos compartir
y ovillar textos con ustedes. Desde el taller de Lectura, escritura y oralidad
(LEO) sostenemos que recordar el 24 de marzo implica no sólo tener presente la
memoria sino también volver a pasar por el corazón las heridas del pasado.

V- Juan Gelmani en Bajo la lluvia ajena, 1980

de los deberes del exilio:


no olvidar el exilio /
combatir a la lengua que combate al exilio
no olvidar el exilio / o sea la tierra/
o sea la patria o lechita o pañuelo
donde vibrábamos/ donde niñábamos/
no olvidar las razones del exilio/
la dictadura militar/ los errores
que cometimos por vos/ contra vos/
tierra de la que somos y nos eras
a nuestros pies/ como alba tendida/
y vos/ corazoncito que mirás

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INSTITUTO DE FORMACIÓN DOCENTE N°12

cualquier mañana como olvido/


no te olvides de olvidar olvidarte.

Caer no es caer- Ángela Urondo Raboyii

Chupar no es chupar.
Cita no es cita.
Dar no es dar.
Caer no es caer.
Soplar no es soplar.
Pinza no es pinza.
Fierro no es fierro.
Máquina no es máquina.
Capucha no es capucha.
Submarino no es submarino.
Personal no es personal.
Parrilla no es parrilla.
Apretar no es apretar.
Quebrar no es quebrar.
Cantar no es cantar.
Volar no es volar.
Dormir no es dormir.
Limpiar no es limpiar.
Guerra no es guerra.
Cuerpo no es cuerpo.
Desaparecer no es desaparecer.
Morir no es morir.
Ser no es ser.
Yo, nada.

2
i
Juan Gelman (Buenos Aires 1930 - México, D. F., 2014)  poeta argentino. Exiliado durante la dictadura militar iniciada en 1976, retornó
a la Argentina en 1988 aunque se radicó en México. Buena parte de su vida y obra literaria se vieron signadas por el secuestro y
desaparición de sus hijos y la búsqueda de su nieta nacida en cautiverio.
ii
¿Quién te creés que sos?”, era la respuesta que encontraba Ángela cuando se rebelaba ante alguna situación incomprensible. Creció
con la sensación de haber vivido otra vida y soñando escenas aterradoras. A los 18 años, cuando descubrió que sus padres (la periodista
Alicia Cora Raboy y el escritor Francisco Paco Urondo) habían sido militantes montoneros ultimados por la dictadura, empezó a darse
cuenta de que sus sueños tenían sentido, que eran memorias.  Es autora del libro “¿Quién te creés que sos?”; dibujante y performista.
Desde 2000, expuso sus obras en el Centro Cultural Recoleta, en el Centro Cultural Borges y en otras salas. En 2010, ilustró la tapa del
libro La patria fusilada, de Francisco Urondo, para la reedición que hizo la Editorial del Náufrago. Desde 2005 participó de acciones
performáticas de Arte Corporal, como Amor Infame Tormento junto a Ego Kornus, en Buenos Aires, San Pablo y Caracas. Entre 2008 y
2011 escribió el blog autorreferencial Pedacitos, basado en la restitución de la identidad. Y en 2010 produjo el blog Infancia y Dictadura:
colección de relatos simbólicos, sueños recurrentes y visiones infantiles sobre la dictadura. En http://revistaanfibia.com/autor/angela-
urondo/

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