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CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
SUBSECCION A
I. ANTECEDENTES
1.3 Así las cosas, el señor Francisco Mosquera Córdoba ha cumplido con las tres
quintas (3/5) partes de la condena a él impuesta, la cual fue de treinta y dos (32)
meses, pena cuyas tres quintas (3/5) partes equivalen a diecinueve (19) meses y
dos (2) días de prisión y, como se indicó en precedencia, ha purgado ya un total
de diecinueve (19) meses y veinte (20) días de reclusión.
1 Fls. 1 y 2.
2.- El proveído impugnado.
Así, tras referirse el a quo a lo normado por el artículo 471 del Código de
Procedimiento Penal, a lo previsto por el artículo 64 del Código Penal y a los
documentos remitidos al expediente por el Director de la Cárcel Ana Yancy de
Quibdó, explicó que la redención de la pena es un beneficio penitenciario que
permite a un privado de libertad reducir su permanencia en un establecimiento
penitenciario por realizar una actividad laboral o educativa, que previamente ha
sido registrada por la autoridad penitenciaria y que el Juez Ejecución de Penas y
Medidas de Aseguramiento debe concederla de conformidad con lo preceptuado
por el artículo 97 de la Ley 65 de 1993, modificado por el artículo 60 de la Ley
1709 de 2014, atendiendo a que a los detenidos y a los condenados se les
abonará un día de reclusión por cada dos días de estudios y a que se computa
con un día de estudio la dedicación a dicha actividad durante lapsos de seis horas.
2.3 Consideró el Tribunal Administrativo del Chocó que de las pruebas obrantes
en el expediente se tiene que el actor se encuentra privado de la libertad desde el
1 de octubre de 2014, por lo que a la fecha de la decisión de primera instancia
había completado 17 meses y 15 días de detención física; señaló que se
encuentra demostrado que el señor Francisco Mosquera Córdoba acreditó 432
horas de estudio, las cuales equivalen a 72 días de estudio y, por tanto, a treinta
y seis (36) días de reclusión. Explicó que al computar el tiempo de reclusión
purgado físicamente por el accionante ─el cual equivale a 17 meses y 15 días─
con el redimido por estudio ─que corresponde a 36 días─, se tiene que el señor
Mosquera Córdoba ha estado recluido 18 meses y 21 días; de este modo,
3.- La impugnación.
Es por ello que reitero que mi prohijado cumple con los requisitos
establecidos para obtener el beneficio de la libertad condicional,
siendo entonces que el mismo ha cumplido con las tres quintas (3/5)
partes de la condena a él impuesta, la cual fue de treinta y dos (32)
meses, siendo las tres quintas (3/5) partes diecinueve (19) meses y
dos (2) días de prisión; tal y como se referencia en el escrito de
2 Fls. 19 a 27.
3 Fls. 31 a 33.
Habeas Corpus y en este a la fecha el mismo ha purgado un total
de diecinueve (19) meses y diez (10) días de prisión, teniendo en
cuenta que:
II. C O N S I D E R A C I O N E S
4
Fl. 44.
5 Fl. 45.
6
Fls. 47-48.
Para garantizar el goce del derecho fundamental a la libertad personal, la
Constitución Política previó, en su artículo 30, la acción de Habeas Corpus, la cual
ha sido normativamente diseñada con términos más breves para su decisión y
puede ser intentada en todo momento y lugar, aún durante los estados de
excepción7, ante cualquier autoridad judicial; dicha norma constitucional consagra:
7 El inciso segundo del artículo 1º de la Ley 1095 establece que el hábeas corpus no se podrá suspender, ni
siquiera en los estados de excepción. Al respecto, la Corte Constitucional ha sostenido:
“Este mandato resulta acorde con lo dispuesto en el artículo 30 de la Carta Política, pues en él se consagra
que el derecho-acción podrá ser ejercido en todo tiempo. En esta medida, el legislador estatutario precisa que
inclusive en circunstancias especiales, como las derivadas de la declaratoria de alguno de los estados de
excepción durante los cuales los derechos, las garantías y las libertades públicas podrían ser razonablemente
limitados, el hábeas corpus no encuentra límite temporal para su ejercicio”. Cfr. Corte Constitucional,
sentencia C - 187 de marzo 15 de 2006.
8Corte Constitucional, sentencia C- 187 de marzo 15 de 2006; Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas
Hernández.
cometer tanto las autoridades públicas, como también los particulares. 9
Así, desde el mismo preámbulo, los delegatarios a la Asamblea
Nacional Constituyente expresaron que la Carta sería expedida para
asegurar la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el
conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico,
democrático y participativo que garantice un orden político, económico y
social justo.
...(...)...
Así pues, la figura constitucional del Hábeas Corpus se ha edificado sobre la base
y con el propósito de conjurar la arbitrariedad de ciertas autoridades que pudieren
privar de la libertad a alguna persona en contravía de los preceptos
constitucionales y legales que regulan la materia, de modo que la intervención de
un Juez de la República pueda poner fin a ese indebido proceder.
Carta Política permite que la acción de tutela, que implica amenaza o vulneración a derechos fundamentales,
pueda ser ejercida en determinados casos”.
ii) Cuando la privación de la libertad se prolonga indebidamente en el tiempo;
pueden considerarse diversas hipótesis, como aquella en la cual se detiene en
flagrancia a una persona y no se le pone a disposición de la autoridad judicial
competente dentro de las 36 horas siguientes; también puede ocurrir cuando la
autoridad pública mantiene privada de la libertad a una persona después de que
se ha ordenado legalmente, por la autoridad judicial competente, que le sea
concedida su libertad; otra hipótesis puede configurarse en relación con las
detenciones legales que pueden tornarse ilegales, como cuando la propia
autoridad judicial prolonga la detención por un lapso superior al permitido por la
Constitución y la ley u omite resolver dentro de los términos legales la solicitud de
libertad presentada por quien tiene derecho a ello.
2.1 Al expediente se allegó el informe proveniente del Juzgado Segundo Penal del
Circuito de Quibdó, fechado en marzo 16 de 2016, según el cual:
2.2 Oficio No. 996/2015, fechado el 26 de noviembre de 2015, suscrito por el Juez
Segundo Penal del Circuito de Quibdó y dirigido al establecimiento penitenciario
Ana Yancy de Quibdó, en el cual puede leerse lo siguiente:
10 Fl. 18.
MENSUALES VIGENTES; al declararlo penalmente responsable de
la conducta punible de DAR U OFRECER (sic).
2.3 Oficio No. 565 de fecha 4 de marzo de 2016, dirigido al señor Francisco
Mosquera Córdoba y suscrito por la Juez de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Quibdó (Chocó), en el cual se expresa lo siguiente:
3. El caso concreto.
11
Fl. 4.
12
Fl. 5.
13
Fls. 13 a 17.
En el sub lite, la acción instaurada se fundamenta en el segundo de los supuestos
antes descritos, pues el accionante considera que su privación de la libertad se ha
prolongado indebidamente, dado que no se ha tramitado, por parte de la autoridad
judicial competente, la petición de libertad condicional por él elevada, pese a reunir
los requisitos para poder acceder al referido beneficio.
Conviene precisar que el examen que frente a estos aspectos debe llevar a cabo
el Juez Constitucional que conoce de las acciones de Habeas Corpus, se traduce
en una labor eminentemente formal, es decir que ese estudio no puede abarcar
aspectos materiales, propios del debate jurídico procesal del juicio penal, dado
que el mecanismo de Habeas Corpus no puede constituir una herramienta a
través de la cual se sustituya al juez natural que conoce de determinado proceso
en relación con el cual se demande el amparo de la libertad; por tal motivo, al juez
Constitucional no le es dado inmiscuirse en los extremos que integran el proceso
penal y que, por tanto, deben ser debatidos y decididos en el curso del mismo,
como tampoco le es posible cuestionar los elementos del hecho punible, ni la
responsabilidad de los procesados.
En otros términos, el ejercicio del Habeas Corpus sólo permite el examen de los
elementos extrínsecos de la medida que afecta la libertad, no la de los intrínsecos
porque éstos son del ámbito exclusivo y excluyente del juez de la causa en el
ámbito penal o incluso del juez de control de garantías o del juez de ejecución de
penas, según corresponda en cada caso. Tal la razón por la cual resulta en
principio resulta extraño al objeto y alcances de actuaciones judiciales como la que
ahora se decide, acometer análisis como el desplegado por el Tribunal
Administrativo a quo a efectos de establecer si el aquí demandante reúne, o no,
los requisitos para acceder al beneficio de la libertad condicional y tal la razón por
la cual no resulta procedente que el ad quem requiera al establecimiento
penitenciario Ana Yancy ─como lo deprecó el apelante en su recurso de alzada─
con el fin de enviar al sub lite mayor información encaminada a ocuparse del
estudio de dicho extremo.
Así las cosas, se impone concluir que si los cuestionamientos que en este
escenario se proponen por el accionante no involucran aspectos absolutamente
objetivos, sino unos que indudablemente demandan una valoración sustancial –
como en este caso si el ahora actor cumple, o no, con los requisitos previstos en la
ley penal para obtener su libertad condicional–, tales extremos deben examinarse
por parte del juez de la causa, esto es por el Juez de Ejecución de Penas
correspondiente, comoquiera que ello trae consigo, sin el menor asomo de duda,
un análisis jurídico ajeno a la acción constitucional de Habeas Corpus y, por
consiguiente, hacen que ésta se torne improcedente porque definitivamente el
establecimiento de tal aspecto le concierne al funcionario judicial con competencia
para conocer del proceso penal.
RESUELVE:
15 Así lo reflejan los pronunciamientos plasmados en diversas sentencias, de entre las cuales conviene
destacar aquella que profirió la Sección Tercera de la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo en
diciembre 4 de 2006, expediente No. 13.168, en cuyo texto, entre otras cuestiones de importancia, se lee:
“Después de la vida, el derecho a la libertad constituye fundamento y presupuesto indispensable para que sea
posible el ejercicio de los demás derechos y garantías de los que es titular el individuo”.
de 2016, pero por las razones expuestas en la parte considerativa de la presente
providencia.