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DEMANDA INCONSTITUCIONALIDAD.

-
PIDE DECLARACIÓN DE CERTEZA.-
INTERPONE ACCIÓN DE HABEAS CORPUS.-

Excelentísima Suprema Corte de Justicia


De la Provincia de Buenos Aires:

MARIO LUIS CORIOLANO, Defensor Público de


Casación de la Provincia de Buenos Aires, a VV.EE. me presento y
digo:

I.- OBJETO
Que vengo por el presente a:
A) Peticionar la declaración de inconstitucionalidad,
en los términos de los arts. 161 inc. 1 C.Pcial, 683 siguientes y
concordantes del C.P.C.C. de la Provincia, del art. 2° de la
Resolución 221/2004 del Ministerio de Justicia de la Provincia de
Bs. As. que reglamenta sobre el cupo carcelario con efecto
normativo general y está dirigida a ser obedecida por un número
indeterminado de funcionarios, fijando en definitiva la capacidad
total de alojamiento del sistema carcelario.

B) Como consecuencia de lo anterior, peticiono a


VV.EE. como autoridad judicial cabeza de poder, que emita
declaración de certeza sobre la capacidad máxima de
alojamiento del sistema penal de la provincia de Bs. As.

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(incluídas las Unidades Carcelarias y las Seccionales Policiales) en
los términos del art. 322 y siguientes del C.P.C.C. y –eventualmente-
la declaración de inconstitucionalidad del art. 1° de la Resolución
221 del Ministerio de Justicia Provincial.

C) Interponer acción de Hábeas Corpus en los


términos del art. 43 cuarto párrafo de la Constitución Nacional, 20
de la Constitución Provincial y 405 ss y concordantes del CPPBA,
en favor de todas las personas actualmente detenidas en el ámbito
del Servicio Penitenciario bonaerense y de las seccionales de toda la
Provincia, quienes -en virtud de la superpoblación que padecen tanto
la totalidad del sistema carcelario como las comisarías de toda la
provincia- ven afectados su derecho al trato digno –que presupone
el respeto al derecho a un cupo legal máximo- resultando por
ende, agravadas ilegítimamente las condiciones de su detención.

Se requiere la intervención de la jurisdicción en busca


de tutela a los derechos afectados a partir de la situación que se le
denuncia.
En virtud de ello, es que por las razones expuestas en
este pedido, las pruebas acompañadas y las que se produzcan, se
declare la inconstitucionalidad que solicito, dejándose sin efecto
la resolución reglamentaria ministerial y VV.EE fije con certeza
la capacidad máxima de alojamiento del sistema carcelario en su
totalidad y de cada unidad en particular así como de las
seccionales policiales.
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Posteriormente, haga cesar la sistemática afectación
de los derechos humanos producida y sostenida con motivo de la
superpoblación existente y disponga la inmediata observancia de
la capacidad legal judicialmente determinada.

II.- COMPETENCIA y ADMISIBILIDAD.-


La competencia de VV.EE. para el conocimiento del
presente resulta de:
a) Para la declaración de inconstitucionalidad rige lo dispuesto por
los arts. 11, 15, 161 y concordantes de la Constitución Provincial,
683 siguientes y concordantes del CPCC, 43 CN y 20 Const. Pcial.
Téngase en cuenta que la petición se realiza en plazo en atención a
que se trata de afectación de derechos de la personalidad no
patrimoniales. Además la reglamentación es de carácter institucional
y que las afectaciones constitucionales denunciadas se mantienen
sistemáticamente y día a día en los lugares de detención de personas
en nuestra provincia.
En cuanto a los restantes puntos vinculados con la admisibilidad
me remito a los capítulos pertinentes de este escrito.
b) Para la declaración de certeza, es de aplicación lo dispuesto por
los arts. 14 CN, XXIV de la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre, 11, 15 de la Const. Pcial., 322, ss y
concordantes del CPCC.
c) Con respecto al agravamiento de las condiciones de detención de
las personas privadas (y/o a privarse) de su libertad en virtud de
encontrarse excedida la capacidad de alojamiento del sistema
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carcelario VV.EE. constitucionalmente tienen competencia para
conocer del Hábeas Corpus que respecto de las mismas se interpone.
Tal competencia resulta del los arts. 43 y 31 de la C.N., 11, 15 y 20
de la Constitución de la provincia de Buenos Aires que permite
ejercer la garantía de hábeas corpus recurriendo a cualquier juez.
Asimismo, el art. 406 del C.P.P., como reglamentario de la
garantía contenida en las normas citadas, establece por su parte que,
el hábeas corpus podrá presentarse ante cualquier órgano
jurisdiccional de la Provincia con competencia penal.
Los artículos 43 C.N. (en consonancia con su artículo
75 inc. 22, relacionado con los arts. 7.6 C.A.D.H. y 9 del
P.I.D.C.yP.) y 20 de la Provincial otorgan al hábeas corpus el rango
de un instrumento de control de constitucionalidad, consagrando a
esta acción como garantía constitucional contra toda lesión,
restricción, alteración o amenaza contra la libertad física o por el
agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de la detención
(cuarto párrafo), y aún cuando el acto cuestionado provenga del
poder judicial ("contra todo acto u omisión de autoridades públicas"
dice el art. 43 CN -primer párrafo-, sin practicar distinción alguna;
tampoco lo hace la Carta Magna provincial).
Las Constitución Nacional omite toda referencia al
órgano jurisdiccional competente para decidir la acción de hábeas
corpus, evitando frustrar su función de garantía de un derecho
requerido de tutela inmediata. De allí que todo juez o tribunal es, por
principio constitucionalmente consagrado, competente para entender
en acciones de hábeas corpus que les sean planteadas.
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En el ámbito provincial, ese principio tiene receptación
expresa, en la medida en que establece que se puede ejercer la acción
de hábeas corpus recurriendo ante cualquier juez. De este modo, la
Carta local fija la competencia de todos los órganos jurisdiccionales
de la provincia –entre los que se encuentran VV.EE.- para el
conocimiento de dicha garantía.
Cabe señalar que el art. 161 de la Constitución Provincial
no puede ser entendido como un obstáculo para el conocimiento del
presente Hábeas Corpus por parte de VV.EE., ya que dicho artículo
necesariamente debe ser interpretado de forma integradora y
complementaria con el art. 20 de la misma carta y con el art. 43 de la
C.N. y ns. concordantes (art. 31 CN).
La absoluta transversalidad establecida
constitucionalmente en materia de competencia de hábeas corpus,
tiene como objetivo garantizar precisamente el pleno acceso a la
justicia y procurar la inmediata tutela del derecho afectado, evitando
para ello, el planteo de cuestiones relativas a competencias por
materia, lugar o tiempo.
Restringir el alcance de la cláusula constitucional
mediante una interpretación reglamentaria de la misma que
establezca la competencia sólo de algunos órganos jurisdccionales o
que en casos de personas detenidas solo puedan conocer los jueces
de la causa, además de resultar contraria al texto constitucional local
(arts. 20 de la C.Pcial.), resulta desnaturalizadora (art. 28 CN) de la
garantía establecida en el art. 43 y 75 inc. 22 CN –art. 7.6 CADH y
9 PIDCyP-).
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Es decir, que la circunstancia de que una persona se
encuentre detenida a disposición de un juez en el marco de un
proceso penal, no puede impedir que en caso de agravamiento
ilegítimo de las condiciones de detención sea otro juez, el juez del
Hábeas Corpus, quien resuelva y haga cesar sobre la situación de
afectación de derechos fundamentales. Precisamente en ese control
transversal se asienta el Hábeas Corpus como garantía.
A la claridad de la norma local y de la interpretación de
la garantía contenida en el art. 43 de la CN, cabe agregar otros
argumentos a favor de la competencia de VV.EE. Mediante la
interposición de la presente acción de hábeas corpus, se denuncia la
afectación de derechos de clara incidencia colectiva de todas las
personas detenidas en el ámbito del Servicio Penitenciario Provincial
y Policial, que se trasunta en un inevitable agravamiento de las
condiciones de detención de las mismas. Se denuncia la situación
de superpoblación y hacinamiento del sistema carcelario
provincial en su totalidad, y la consecuente restricción, amenaza o
lesión de derechos que ello acarrea para quienes allí se encuentran
alojados. Se trata de una situación generalizada y global, no de la
situación de una Unidad carcelaria en particular.
El alcance de la presente acción evidencia la extrema
gravedad de la situación y la trascendencia de la misma sobre todo el
territorio local, impactando directamente en todo el entramado social
y poniendo en crisis al mismo estado democrático de derecho.
El planteo contenido obliga a la previa declaración de
certeza que mediante la elaboración de los estándares de las
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condiciones de detención compatibles con la dignidad humana, el
derecho a la vida, a la integridad física, psíquica y moral, determine
judicialmente el cupo legal, para luego verificar el incumplimiento
aquí denunciado y públicamente admitido por el propio Poder
Ejecutivo (art. 354 del C.P.C.C.B.A. y su doctrina).
Esta particularidad de la acción de hábeas corpus que se
intenta refuerza la línea argumental esbozada en torno a la
competencia de VV.EE. para el conocimiento del mismo. Ello, en
razón de que debido, precisamente, al carácter general de la situación
–pues los destinatarios del presente hábeas corpus son la totalidad de
las personas detenidas y/o a detener en el ámbito del Servicio
Penitenciario y policial local-, se requiere la adopción de una
decisión con el mismo carácter general y abarcador.
Expuesto ello, considero que VV.EE. en su obligatorio
rol de guardián de la vigencia de las garantías constitucionales que
deriva de su condición de máximo representante de la judicatura
local y cabeza de uno de los poderes del Estado de conformidad con
lo establecido en los arts. 160, 161 inc. 4 y 165 de la c. Pcial. y 1, 27
y 32 de la Ley Orgánica del Poder Judicial n° 5827, es el único
órgano jurisdiccional con la capacidad de resolver este pedido
mediante el dictado de una resolución definitiva de alcance general y
de cumplimiento posible (art. 163 de la Constitución Provincial).

III.- LEGITIMACIÓN.-
a.- El Ministerio Público de la Defensa, como
organismo público, tiene entre sus funciones la actuación con
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legitimación plena en defensa de los intereses de la sociedad y de los
valores jurídicos consagrados en las disposiciones constitucionales
(conf. Art. 1 ley 12.061).
Que entre los intereses de la sociedad también se
encuentra –como integrantes de ella- el interés de las personas
detenidas a recibir durante el tiempo de duración del encierro un
trato compatible con la condición y dignidad humana.
Que entre los valores jurídicos consagrados en las
disposiciones constitucionales se encuentran, entre otros,:
a.1- La el derecho de toda persona privada de su libertad
a no ser mortificado (art. 18 CN).
a.2- El derecho de toda persona privada de su libertad a
ser tratada con el respeto debido a la dignidad humana, estando
prohibido todo trato cruel, inhumano o degradante (art. 75 inc. 22
CN –art. 5.2 CADH-).
a.3- El derecho de toda persona detenida a que se
respete su integridad física, psíquica y moral (art. 75 inc. 22 CN –art.
5.1 CADH-).
Que mediante el pedido de inconstitucionalidad del art.
2° de la Resolución 221, el pedido de declaración de certeza y la
eventual inconstitucionalidad del art. 1° de la citada resolución
reglamentaria, se procura evitar la afectación a los derechos
humanos de las personas detenidas en unidades y seccionales
policiales de la provincia, haciendo efectivo el derecho al cupo legal
como garantía de la preservación de los derechos mencionados.

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Que asimismo con el presente hábeas corpus se denuncia
el agravamiento de las condiciones de detención de las personas
privadas de su libertad con motivos de procesos penales en el ámbito
de la provincia de Buenos Aires en virtud de la restricción a
derechos humaos. Restricción de derechos ésta que no se encuentra,
ni podría encontrarse, contenida en las sentencias condenatorias ni
en las resoluciones que restringen la libertad en forma cautelar y que
se origina como consecuencia de la superpoblación y hacinamiento
crónicos del sistema carcelario provincial y de las seccionales
policiales.-
Que es función ineludible del Ministerio de la Defensa
velar, en interés de las personas detenidas, por el cese de la
afectación a tales derechos y procurar la restitución de la legalidad.
Que de lo expuesto, no puede caber duda alguna acerca
de la legitimación de Ministerio Público de la Defensa como parte
interesada, tanto en la petición de inconstitucionalidad de la
Resolución n° 221/04 del Ministerio de Justicia de la Provincia en
los términos del art. 161 imc. 1° de la C. Pcial, como para la
interposición de hábeas corpus en los términos del art. 43 CN y 20
de la Const. Pcial, 406 y concordantes del CPP, a favor de quienes se
encuentren detenidos en el ámbito de la provincia de Buenos Aires y
hayan sufrido un agravamiento de las condiciones producto de la
restricción de otros derechos diversos de la libertad ambulatoria.
Que el órgano de máxima jerarquía dentro del Ministerio
Público de la Defensa y el único con competencia provincial es la
Defensoría de Casación, cuyo titular se encuentra habilitado para
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actuar ante el Tribunal de Casación, la Suprema Corte de la
provincia de Buenos Aires, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y los organismos internacionales
b.- Que también se legitima la interposición del hábeas
corpus en favor de todas las personas privadas de su libertad en el
ámbito del Servicio Penitenciario y de las comisarías de toda la
Provincia. Así como el art. 43 de la Constitución Nacional autoriza
ante las lesión, restricción o amenaza a un derecho la interposición
de la Acción de Amparo a las asociaciones en lo relativo a los
derechos de incidencia colectiva en general, lo mismo cabe decir
cuando se trata de un organismo público cuyas funciones están
impuestas por ley y la afectación de derechos por parte del Estado
tiene como destinatarios a quienes se encuentran privados de su
libertad.
Que la Constitución haya reservado el hábeas corpus
para la protección del derecho a la libertad física y el amparo para el
resto de los derechos, no significa que existan diferencias
sustanciales entre ambos remedios. Tanto uno como otro,
constituyen el mecanismo más simple y expedito para obtener la
tutela inmediata ante la afectación a un derecho constitucional.
Que tampoco corresponde efectuar una distinción tajante
entre ambos remedios, pues al establecer el art. 43 de la CN la
procedencia del hábeas corpus por agravamiento de las condiciones
de detención, lo cierto es que en la gran mayoría de los casos esa
situación se origina en la afectación de otros derechos (salud,
educación, recreación, etc.) distintos a la libertad física y que en
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situaciones normales (de no detención) posibilitarían la interposición
de la acción de amparo. El viejo paradigma de la relación especial
de sujeción que permitía esta suerte de discriminaciones
conceptuales arbitrarias ha sido abandonado como lo señala la CSN
en el leading case Romero Cacharane.-
En virtud de lo dicho, si la Constitución Nacional
confiere legitimación a las asociaciones para la interposición de
amparos en casos de afectación de derechos de incidencia colectiva
cuando los fines de aquellas propendan a la protección de estos
últimos, lo mismo cabe concluir, cuando la afectación de esos
derechos de incidencia colectiva se produce respecto de personas
privadas de su libertad, lo cual origina un agravamiento en las
condiciones de detención remediable mediante hábeas corpus.
En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación ha reconocido legitimación a diferentes asociaciones en la
promoción de amparos, siempre que entre los fines de su creación
haya estado la protección o promoción de los derechos que se
denuncian afectados mediante la interposición de la acción de
amparo. Así, en el caso de la acción de amparo promovida por la
falta de suministro de medicamentos por parte del Ministerio de
Salud a enfermos de H.I.V., el máximo Tribunal reconoció
legitimación a la “Asociación Benghalensis”, mientras que en el caso
del amparo promovido por la afectación del derecho al sufragio de
las personas detenidas sin condena, dicho Tribunal reconoció
legitimación al Centro de Estudios Legales y Sociales. En ambos

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casos, la Corte constató que entre los fines de creación de ambas
asociaciones se encontraba la protección de los derechos afectados.
Por ello, cabe afirmar la legitimación del Ministerio de
la Defensa para procurar la tutela inmediata de los derechos de las
personas detenidas, pues sus fines y funciones en tal sentido están
impuestos por ley.
c.- Que en relación a los derechos de incidencia
colectiva la Corte Suprema ha admitido la existencia de los mismos
en los casos antes mencionados, en referencia a la falta de provisión
de medicamentos para enfermos de H.I.V. por parte del Ministerio
de Salud y al derecho al sufragio de las personas privadas de la
libertad sin sentencia condenatoria firme (CSJN, A. 186. XXXIV.
Asociación Benghalensis y otros; M. 1486. XXXVI. M. 1491.
XXXVI, Mignone, Emilio Fermín).
Que en el segundo de los precedentes mencionados, el
Dr. Bossert –según su voto- sostuvo, con cita de Lorenzo Mateo
Bujosa Vadell, que “el interés colectivo o de grupo se refiere a la
relación por la que un grupo más o menos determinado de personas
pretende evitar un perjuicio o conseguir un beneficio en relación en
relación con un objeto no susceptible de apropiación exclusiva o en
relación a diversos objetos susceptibles de apropiación exclusiva
pero cualitativamente idéntico”. Más adelante agrega que “De
acuerdo con esta posición se encontrarán legitimados para
reclamar la protección de estos derechos de incidencia colectiva no
sólo aquellos titulares del derecho fundamental presuntamente
vulnerado –el afectado en los términos del art. 43- sino también
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quienes sin ser titulares del derecho tengan un interés legítimo en la
preservación de los derechos de otras personas...”(el subrayado me
pertenece).
No cabe duda alguna que la afectación al derecho a la
dignidad, a no ser objeto de trato cruel, inhumano o degradante, el
derecho a la integridad física, psíquica y moral, el derecho a la salud,
a la recreación, producto de las condiciones de superpoblación y
hacinamiento que padecen la totalidad de las personas privadas de la
libertad en la provincia de Buenos Aires bonaerense, importa la
afectación a un derecho colectivo de los ciudadanos que da sustento
a un Estado Democrático de Derecho, y que se vincula
inevitablemente con la forma y el modo en que el Estado ejerce su
poder penal.
Que en consecuencia, la presente acción se sustenta en
un derecho de incidencia colectiva mediante el cual se procura la
protección de un conjunto de derechos fundamentales que se
encuentran afectados por el Estado, que tiene repercusiones sobre un
grupo de ciudadanos que se hallan en idéntica situación.
Que reconocido por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación el carácter de derecho de incidencia colectiva al derecho al
sufragio de todas aquellas personas privadas de la libertad sin
sentencia firme, resulta elemental concederle tal carácter a los
derechos fundamentales aquí denunciados como amenazados o
lesionados de todas aquellas personas detenidas en ámbito de la
provincia de Buenos Aires.

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Que de modo preliminar se pueden formular las
siguientes conclusiones:
1- Que en el presente caso se denuncia la amenaza o
lesión de derechos fundamentales de incidencia colectiva.
2-Que la tutela de tales derechos puede ser promovida
no sólo por los titulares de los mismos, sino también por otras
entidades que tengan como fin la promoción o protección de esos
derechos.
3-Que el Ministerio Público de la Defensa tiene entre
sus funciones actuar en defensa de los intereses de la sociedad –
dentro de la cual se encuentran las personas detenidas- y velar por la
vigencia de los derechos constitucionales así como buscar la
solución más conveniente a los intereses de las personas
representadas (conf. Art. 1, 22 y conc. ley 12.061).
4-Que esta Defensoría es el órgano de máxima jerarquía
en la estructura del Ministerio Público de la Defensa, con
competencia para actuar ante el Tribunal de Casación, la Suprema
Corte, la Corte Suprema y los organismos internacionales (art. 18 ley
12.061).
5-Que la legitimación de otras entidades, además de los
titulares individuales, para la interposición de la acción de amparo en
caso de afectación de derechos de incidencia colectiva, no puede ser
negada para la interposición de la acción de hábeas corpus en los
mismos casos. Sobre todo cuando procede la acción de hábeas
corpus por agravamiento de las condiciones de detención, pues tal
situación se da siempre que se afecta o restringe un derecho diverso
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de la libertad física respecto de una persona detenida (así por ej. el
no suministro del tratamiento médico y/o de la medicación a las
personas enfermas, las condiciones de alojamiento, de suciedad y
hacinamiento, la falta de higiene, etc., afectan derechos tales como la
salud, la integridad física y psíquica, la vida, etc, distintos del
derecho a la libertad física propiamente, pero que cuando recaen
sobre una persona detenida importan un agravamiento de las
condiciones de detención, remediable por vía de la acción de hábeas
corpus (CSJN: G. 936. XXXVI. Gomez, Sergio; G. 507. XXXIV.
Gallardo, Juan Carlos). No podría considerarse legitimada, a la
“Asociación Benghalensis” para interponer acción de amparo a favor
de las personas enfermas de H.I.V. por la falta de suministro de los
medicamentos correspondientes por parte del Ministerio de Salud y
negarle a esa misma asociación la legitimación para interponer una
acción de hábeas corpus por agravamiento de las condiciones de
detención cuando el Servicio Penitenciario no suministra los
medicamentos correspondientes a las personas enfermas con H.I.V.
que se encuentran privadas de su libertad, pues la gravedad del
segundo caso aumenta la incidencia colectiva del derecho afectado.
6.-Que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
aceptado la legitimación de las asociaciones para la interposición de
hábeas corpus por agravamiento de las condiciones de detención
cuando se hallen afectados derechos de incidencia colectiva. Así
sostuvo en el amparo interpuesto por el Centro de Estudios Legales y
Sociales a favor del derecho al sufragio de las personas privadas de
su libertad sin sentencia condenatoria firme que “Más allá del
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nomen juris empleado, mediante el pedido de declaración de
inconstitucionalidad del art. 3, inc. d, del Código Electoral Nacional
la actora pretende la modificación de una situación legal en la que
se encuentran quienes están detenidos sin condena, en lo que hace
al ejercicio de su derecho constitucional a votar. Si bien la actora
inició la presente acción invocando las normas del amparo del art.
43, primer párrafo de la Constitución Nacional, cabe recordar que
la misma norma dispone en el párrafo cuarto “cuando el derecho
lesionado, restringido o amenazado fuere la libertad física o en caso
de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de
detención[...]la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por
el afectado o por cualquiera en su favor...” (art. 43, cuarto párrafo,
Constitución Nacional), situación compatible con lo que es objeto
de decisión. Que en este marco, corresponde concluir que la actora
se encuentra se encuentra legitimada para demandar como lo ha
hecho, pues los beneficiarios de la presente acción son personas en
condiciones de detención y la lesión al derecho que buscan tutelar
se integra con la restricción provisoria de la libertad”.

Que de todo lo expuesto, sólo cabe concluir que el


Defensor de Casación de la provincia de Buenos Aires, como titular
del órgano de máxima jerarquía del Ministerio Público de la
Defensa, se encuentra legitimado para deducir acción de
inconstitucionalidad en los términos del art. 161 inc. 1 C.Pcial.
contra la Resolución n° 221 del Ministerio Público de la Provincia,
como asimismo para interponer acción de hábeas corpus por
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agravamiento de las condiciones de detención en los términos de los
arts. 43 de la CN y 20 CP producto de la afectación de derechos de
incidencia colectiva, en favor de la totalidad de las personas privadas
de su libertad en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.

IV.- VIOLACIONES MASIVAS Y SISTEMÁTICAS


A LOS DERECHOS HUMANOS : a confesión de parte ,relevo de
prueba.-
A.- Situación actual de superpoblación, admitida por
el Poder Ejecutivo Provincial.
El hacinamiento que padecen las personas que se
encuentran privadas de su libertad en las unidades carcelarias del
Servicio Penitenciario provincial no es un dato nuevo ni desconocido
por la sociedad, y mucho menos por los operadores del sistema
judicial.
Se sabe que la capacidad de alojamiento de todas la
unidades se encuentra duplicada, y en muchos casos triplicada.
Esta situación, tal como se expondrá en el punto
siguiente, fue objeto de denuncias reiteradas por parte de distintas
organizaciones y entidades, entre las cuales la Defensoría de
Casación cumplió el rol institucional correspondiente desde su
puesta en funcionamiento.-
A diferencia de entonces, el desborde de las cárceles
provinciales y la situación de hacinamiento en que viven quienes allí
se encuentran alojados, es admitida por el Poder Ejecutivo
provincial. El propio Ministro de Justicia reconoció que, si bien en la
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actualidad se encuentran 24.819 (al 15 de marzo de 05) personas
privadas de su libertad en las cárceles bonaerenses, lo cierto es que
la capacidad del sistema penitenciario es de 22.507 plazas.
La admisión de la situación carcelaria, condujo al
dictado de la Resolución n° 221/04 del Ministerio de Justicia, por
medio de la cual se determina la capacidad de alojamiento de todo el
Sistema Penitenciario bonaerense en veintidós mil quinientas siete
plazas (22.507), elevando inmediatamente –en forma transitoria-
dicha capacidad a veinticinco mil (25.000) plazas.
En los considerandos de dicha resolución, el propio
Estado admite que el respeto a las condiciones de detención resulta
un imperativo ético y constitucional que debe ser tenido en cuenta al
tiempo de ejercitarse el poder penal del Estado y que su
incumplimiento constituye una violación a los derechos humanos
básicos, exponiendo al propio Estado a responsabilidades ante
instancias internacionales de aplicación de Pactos y Tratados y a los
reclamos civiles por parte de los afectados, y que por ello es
necesario dar respuesta a la problemática de la superpoblación.
En igual sentido, el propio Sr. Gobernador de la
Provincia Ing. Felipe Solá ha expresado que “...brindar una respuesta
a la problemática de la superpoblación carcelaria resulta ser una
manda constitucional ineludible. Es un imperativo ético y
constitucional que el Estado ejercite su potestad penal respetando los
derechos humanos básicos, garantía de todo ciudadano que se
encuentre privado de su libertad...” – Mensaje del poder ejecutivo nº

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1370 relativo al Proyecto de ley en Expte. A 11/05 del Senado
provincial, presentado el 13/04/05-
El actual Poder Ejecutivo provincial reconoce la
situación de superpoblación y admite la necesidad de implementar
medidas al respecto, pero mantiene “en forma transitoria” la
continuidad de la situación de hacinamiento y la consiguiente
afectación de derechos.
Frente a un Estado provincial que reconoce que la
situación es violatoria de derechos humanos, pero que no hace cesar
tal situación de manera inmediata, sólo cabe la intervención de los
órganos jurisdiccionales en procura de la tutela actual de los
derechos lesionados. Ello, en primer lugar en el ámbito de la Justicia
local dado el carácter subsidiario de los sistemas internacionales de
protección de los derechos humanos – tanto de la OEA como de las
N.U.-
Cabe agregar la reiterada jurispudencia de los
organismos internacionales acerca de que los estados de excepción –
v.g. situaciones que se pretenden “transitorias”- no permiten la
derogación de las garantías básicas que protegen la dignidad de las
personas bajo ningún concepto ni por ningún periodo temporal. .-A
su vez, la Corte interamericana señaló ,en el “caso de las
penitenciaría de Mendoza” –22/11/04- :”...en situaciones como ésta
las medidas necesarias no pueden esperar planes de mediano o largo
plazo, ya que la situación es crítica y debe ser remediada a través de
la acción inmediata...” .

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Insisto, tal como lo sostuve en el capítulo de
competencia, que lo denunciado aquí no se trata de la situación en
una unidad en particular, sino de una problemática del “sistema
penitenciario provincial y de la totalidad de las comisarías de la
Provincia”, por lo cual, frente a la confesión del Ejecutivo en cuanto
a que la situación de superpoblación importa la violación a derechos
humanos básicos, se hace imperiosa la necesidad de declarar la
inconstitucionalidad del art. 2° de la Resolución n° 221/04 del
Ministerio de Justicia por afectación al derecho al cupo legal
máximo como garantía de trato digno y de preservación de derechos
fundamentales, como asimismo la intervención de un órgano
jurisdiccional que brinde –como dije- tutela inmediata a los derechos
lesionados, haciendo cesar la afectación mediante una decisión
comprensiva de la problemática en su totalidad. Ese órgano, no
puede ser otro que la Suprema Corte provincial, en su calidad de
cabeza del Poder Judicial .-

B.-Antecedentes. Situación denunciada desde el año


2000.Peticiones desoídas.-Evitar lo evitable o agravamiento
ilegítimo.-
Que en representación de las personas privadas de su
libertad en el ámbito provincial y en cumplimiento de mi función de
Defensor Público de la provincia de Buenos Aires, desde el año 2000
y al advertir la situación a la que conduciría la nueva política pública
anunciada por el Poder Ejecutivo, política que diera incluso motivo a
una “Audiencia Pública de Seguridad” en la Honorable Legislatura y
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que culminara con la sanción de la ley 12.405 y las restantes en
materia de coerción y ejecución (12.543), es que desde entonces se
viene peticionando desde la Defensoría de Casación para evitar las
violaciones de derechos humanos que producirían este tipo de
decisiones.
Al respecto, vale tener presente los siguientes
documentos, cuyo texto completo se agrega como prueba al
presente.

b.1. Resolución nº 37, del 30 de mayo de 2000.


En esa oportunidad, con base en los informes remitidos
desde las Defensorías Generales, se advirtió acerca de la
superpoblación existente en dependencias policiales y en unidades
penitenciarias. A la vez que se destacaban las deficientes
condiciones de salubridad e higiene.
Se dijo concretamente –entre otras cuestiones- que
“...Que la capacidad máxima de alojamiento en dependencias
policiales y unidades penitenciarias, constituye el límite
concreto a condiciones "legítimas de detención". Que dentro de
esas condiciones, y estableciendo un marco mínimo de dignidad, los
detenidos procesados y/o penados, deben tener la posibilidad de
ejercer los derechos que le son implícitos por su condición humana.
Que resulta llamativa la disparidad existente entre las
cifras - en materia de capacidad máxima de alojamiento -,
proporcionadas por el Servicio Penitenciario y las constatadas por
los Defensores Oficiales.”
21
Se agregó “...Que la nueva regulación en materia de
excarcelaciones en la Provincia de Buenos Aires ha provocado y
provocará un considerable incremento en el número de detenidos
que, en el actual cuadro de situación de alojamiento de personas en
unidades penitenciarias y dependencias policiales en las
condiciones aludidas, profundiza la crisis ya existente de manera
acuciante”
Se resolvió en ese momento poner en conocimiento
dichos informes tanto a VV.EE., como a la Procuración General y al
Tribunal de Casación Penal, para su consideración. Luego de ello,
VV.EE. decidieron poner en conocimiento del contenido de los
informes a los jueces penales de la provincia.

b.2. Resolución nº 153, de julio de 2001.


Al igual que en el antecedente mencionado, la
Resolución tiene como sustento los informes recibidos desde los
distintos departamentos judiciales, remitidos por los Sres.
Defensores Generales.
Se considero allí, detalladamente, las condiciones
ilegítimas de detención, fruto de la superpoblación existente en las
distintas Unidades de Detención y Comisarías. De igual modo, se
efectúo una enumeración de las denuncias recibidas, con motivo de
las torturas sufridas por personas previamente detenidas. Y,
finalmente, se hizo una descripción de casos en los cuales se
obstaculizó el ejercicio de la defensa.

22
Fruto de todo ello, se resolvió poner en conocimiento de las
autoridades correspondientes todo lo narrado, a quienes a la vez, se
le efectuaron peticiones tendientes a evitar y hacer cesar las
violaciones legales y constitucionales mencionadas.
Particularmente, en el punto 6 se resolvió: “Peticionar a los Sres.
Ministros de Seguridad y de Justicia a fin de que se arbitren los
medios para que de manera urgente no se alojen detenidos en los
establecimientos bajo su responsabilidad, mas allá del cupo legal
máximo”.
VV.EE. decidieron en consecuencia mediante Acuerdo
3028, modificar el Acuerdo 2061, haciendo extensiva la obligación
de visitas a Unidades carcelarias de los magistrados también a las
Seccionales Policiales en las que se encontraren personas detenidas.
Posteriormente dictaron el Acuerdo 3118/04, sobre las características
que deben contener las visitas institucionales a los centros de
detención.

b.3. Resolución nº 212, del 5 de diciembre de 2001.


En la cual se informa a VV.EE., a la Procuración
General, al Sr. Gobernador, y a los Sres. Ptes. de las Honorables
Cámaras de Senadores y Diputados, los casos de tortura ocurridos en
dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense, compilados por
la Defensoría de Casación.
Se señaló, en ese momento –en lo que aquí interesa
destacar- que: III.- Torturas sistemáticas. Impunidad: Las
circunstancias indicadas –la cantidad de casos denunciados e
23
informados y la ausencia de respuestas en orden a su
esclarecimiento- son reveladoras de dos graves características: la
sistematicidad de la tortura y la impunidad de sus autores.
En este sentido, cabe recordar la definición del Comité contra la
Tortura “...hay práctica sistemática de la tortura cuando parece que
los casos de tortura notificados no son fortuitos y se han producido
en un solo lugar o en un momento concreto, y se observan en ellos
elementos de hábito, generalidad y finalidad
determinada...”.”Además, la tortura puede revestir un carácter
sistemático sin que eso se deba a la intención directa de un
gobierno...”.”Una legislación insuficiente que en la practica
permite la posibilidad de recurrir a la tortura puede también
contribuir al carácter sistemático de esta práctica” (A/48/44/Add.1
párr.39).
Del mismo modo, las recomendaciones formuladas por
el Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas, Sir Nigel Rodley, en ocasión de producir su
informe sobre la situación de Brasil (E/CN.4/2001/Add.2,; del 30 de
marzo del 2001;.vg. párr. 169 letra “a”: “En primer lugar, los
principales dirigentes políticos, federales y estatales deben declarar
sin ambages que no tolerarán torturas ni otros malos tratos por
funcionarios públicos, en particular, la policía militar y civil,
funcionarios penitenciarios y funcionarios de instituciones para
menores. Deben tomar medidas enérgicas para que esas
declaraciones sean verosímiles y dejar claro que debe terminar la
cultura de la impunidad. Además de poner en efecto las
24
recomendaciones siguientes, esas medidas deberían incluir visitas
sin aviso previo a las comisarías de policía, los centros de detención
anterior al enjuiciamiento y las cárceles conocidas por el
predominio de esos tratos. En particular, deberían pedir cuentas
directas de los desmanes a quien esté encargado de los lugares de
detención en el momento en que se cometan. Esas responsabilidad
debería incluir, pero no limitarse a la práctica que existe en algunas
localidades, de que la existencia de abusos bajo su dirección tendrá
consecuencias adversas para sus posibilidades de ascenso y
efectivamente debería suponer la separación del cargo, que no
debería consistir meramente en el traslado a otra institución” , y
letras “l” y “o”).

b.4. Resolución nº 19, del 5 de abril de 2002.


Bajo el nombre de “Programa de Inserción y
Contención Social de Liberados” se realizó un diagnóstico del
crecimiento y proyección a futuro del incremento de personas
privadas de la libertad que se produciría en la provincia de Buenos
Aires, así como se señalaron las consecuencias perjudiciales que se
estaban produciendo por la violación al cupo legal y las restantes
afectaciones masivas en materia de salud, alimentación, tratamiento
penitenciario, etc.

25
En lo que interesa destacar, se dijo que: “Son evidentes
la falta de previsión, la insensibilidad, la incapacidad para la
resolución del problema como así también los incumplimientos
funcionales que rodearon a aquel paquete normativo y condujeron al
estado actual del tema.”
Se decidió en ese contexto instruir a los integrantes del
Ministerio Público de la Defensa para que impulsen respecto de los
procesados la aplicación de medidas alternativas o morigeradoras a
la prisión preventiva. Y, respecto de los penados las peticiones
tendientes a obtener de los beneficios previstos en la legislación de
ejecución.
Incluso – en el marco de dicha resolución -se firmó un
convenio entre la Defensoría de Casación y la Secretaría de
Derechos Humanos - aún vigente pero que no se aplica – para
impulsar medidas morigeradoras o alternativas.-

b.5. Propuesta del Ministerio Público de la Defensa.


Con motivo de conformarse una Mesa de Trabajo
Multisectorial, convocada por el Ministerio de Seguridad y Justicia,
en la ciudad de La Plata, a los 30 días del mes de abril de 2002,
elaborè una propuesta tendiente a evitar el trato cruel, inhumano y
degradante que se advertía en las unidades de detención.

b.6. Documento de la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos.

26
Con motivo de la visita de trabajo realizada por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con fecha 29 de
julio al 6 de agosto de 2002, el suscripto elaboró un documento
referido a la situación de superpoblación y hacinamiento en cárceles
y comisarías, a las torturas y apremios ilegales, al Banco de Datos y
al Programa de Prevención de la Tortura de la Secretaría de
Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, a la función
crucial de los Defensores de Derechos Humanos y al hostigamiento a
los mismos, que fue dado a conocer el 6 de agosto de 2002, en
Buenos Aires.

b.7. Documento elaborado por la Mesa de Trabajo de


Derechos Humanos y Violencia Institucional.
Con fecha 6 de septiembre de 2002, integrantes de
distintas organizaciones y funcionarios elaboramos un documento en
el cual, entre otras cosas, señalamos el grave problema del
hacinamiento en las cárceles. Entre los firmantes están el
Viceministro de Seguridad, los integrantes de la Comisión Provincial
por la Memoria, el Pte. de la Comisión de Derechos Humanos de la
Cámara de Diputados, el Pte. de la Comisión de Derechos Humanos
de la Cámara de Senadores, el Secretario de Derechos Humanos de
la Provincia de Bs.As., el Centro de Estudios Legales y Sociales,
jueces federales, y un Juez del Tribunal de Casación Penal de la
Provincia de Bs.As.

27
EVITAR LO EVITABLE. A modo de conclusión: Lo
expuesto precedentemente en este punto B, representa un recorrido
por algunas de las peticiones y presentaciones que como Defensor
Público provincial he realizado en el ámbito local, advirtiendo a los
distintos poderes del Estado ya desde el año 2000 sobre la necesidad
de adoptar en forma urgente medidas a modo de prevención, (vgr.
En materia de excarcelaciones o medidas alternativas o
morigeraciones) que evitaran la superpoblación en las unidades
carcelarias. La ausencia de respuestas adecuadas de los diversos
sectores involucrados a las concretas peticiones que se efectuaron y
la falta de previsión en materias básicas –vg. aumento
presupuestario–alimentos/medicamentos/construcciones y/o
reparaciones edilicias, entre otros rubros- y de personal policial y
penitenciario – generó de manera directa la insostenible situación
actual del sistema carcelario y de encierro en seccionales policiales.
Es decir, -reitero- la situación de superpoblación que
hoy existe en cárceles y comisarías, es producto de haber desoído las
concretas peticiones formuladas para evitar la violación al derecho
al cupo legal –garantía de preservación de los derechos
fundamentales- pudiendo haberse evitado lo que era evitable. Tales
omisiones tornaron en ilegítimo y sistemático el agravamiento de las
condiciones de detención.-

V.- PREVENCIÓN Y REPARACIÓN A PARTIR


DEL CONCEPTO CENTRAL DE CUPO LEGAL.-

28
A.-El cupo legal como garantía de preservación de
derechos fundamentales de los detenidos. Dignidad humana y
trato digno.
Las penas privativas de la libertad han perdido en la
actualidad el carácter de infamantes y aflictivas que acarreaban en el
Código Tejedor y en los proyectos subsiguientes. Hoy no puede
postularse la ejecución de la pena de prisión o de reclusión tal como
era concebida al momento de sancionarse el Código de 1921. Dichas
penas, así entendidas entrarían en contradicción con los instrumentos
internacionales que integran nuestra Constitución Nacional .-
En la actualidad, una pena infamante o aflictiva es una
pena cruel, inhumana o degradante. La Declaración Universal de
Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, en su art. 5
establece que nadie será sometido a ....penas...crueles inhumanos o
degradantes; La Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre consagra en art. XXV que todo individuo tiene derecho
a un tratamiento humano durante la privación de su libertad,
mientras que el art. XXVI establece que toda persona acusada de un
delito tiene derecho a que no se le imponga penas crueles,
infamantes o inusitadas. La Convención Americana de Derechos
Humanos en su art. 5.2 sostiene que nadie debe ser sometido a penas
crueles inhumanas o degradantes y que toda persona privada de
libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al
ser humano.
Es decir, el instrumental jurídico internacional que
forma parte de nuestra Constitución Nacional impone que toda
29
persona privada de su libertad debe ser respetada en la dignidad
inherente a su condición de persona.
Este imperativo de trato digno a quien se encuentra
privado de libertad, alcanzó un nuevo momento de materialización a
partir de la adopción de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de
los Reclusos (adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones
Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del delincuente,
celebrado en Ginebra en 1955 y aprobada por el Consejo Económico
y Social en sus resoluciones 663 C (XXIV) de 31 de julio 1957 y
2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977), que en sus arts. 9, 10 y 11
establece el alojamiento nocturno individual, la obligación de
satisfacer las exigencias de la higiene, volumen de aire, superficie
mínima, alumbrado, calefacción, ventilación, etc.
En este sentido, la determinación del número de
personas alojables en un establecimiento carcelario –conforme las
reglas mencionadas-, configura una de las exigencias o limites que
pretenden garantizar las condiciones mínimas de respeto a la
dignidad humana.
El respeto al “cupo máximo” como capacidad de
alojamiento, constituye un presupuesto indispensable para garantizar
el trato digno a quien se encuentra privado de su libertad.

B. El cupo legal como garantía de respeto a la


dignidad humana de las personas detenidas.
Establecido, que el respeto al cupo legal máximo,
determinado de conformidad a los parámetros fijados por la
30
normativa internacional, es condición mínima para que el Estado
cumpla con su obligación de garantizar un trato digno a quienes se
encuentran detenidos y evitar las condiciones que amenazan o
lesionan derechos fundamentales como la integridad física, psíquica
y moral, se evidencia con meridiana claridad el carácter de garantía
que el mismo posee.
Como toda garantía, el cupo legal constituye un limite al
Estado en la forma de ejercer el poder penal. Significa que Estado,
por medio del poder penal puede proceder a restringir la libertad
física de aquellas personas que han cometido un delito o que se
sospecha que lo han hecho y que pondrán en riesgo el proceso, sólo
si dicha privación respeta la dignidad inherente a la condición
humana, no amenaza o lesiona la integridad física, psíquica y moral.
Toda garantía es a la vez un límite al Estado y un derecho del
ciudadano particular frente a aquel. En este caso, toda persona
detenida tiene el derecho a que el Estado respete la capacidad
máxima legal de alojamiento de cada establecimiento.
Sabido que cuando se excede la capacidad de
alojamiento de un centro de detención se amenazan de lesión los
derechos fundamentales mencionados. Por ello, el cupo legal
máximo de una unidad constituye la garantía de preservación de
tales derechos y es a la vez un derecho de toda persona privada de
su libertad.
Ese es el objetivo que persigue el art. 59 de la ley 24.660
que dispone que el número de internos de cada establecimiento

31
deberá estar preestablecido y no se lo excederá a fin de asegurar un
adecuado alojamiento.

C.- La violación al cupo legal como supuesto de


agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención y
eventual tortura y/u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.-
El exceso de la capacidad de alojamiento de aquellos
establecimientos destinados personas privadas de su libertad se ha
convertido en nuestra Provincia en un fenómeno con cierta
cronicidad: “superpoblación”. Convive con otro fenómeno regional
como es el “preso sin condena”, en el cual, posiblemente, encuentre
su principal explicación (ver resolución n° 221/04 del Ministerio de
justicia provincial).
El alojamiento de personas más allá de los límites
establecidos por la capacidad del establecimiento determinado
conforme parámetros internacionales y locales mencionados, genera
un sinnúmero de consecuencias que el artículo 144 del Protocolo
de Estambul enlista a modo enunciativo como casos de tortura,
entre las cuales es posible mencionar:

a.- Deterioro de las condiciones edilicias: los


establecimientos comienzan a deteriorarse producto de un uso para
el cual no estaban destinados. Así, se puede observar el desgaste en
celdas, paredes (en general con humedad), baños, ventanas (casi
siempre sin vidrios), camas, colchones, frazadas, etc..
32
b.- Deterioro en las condiciones de higiene: el deterioro
edilicio repercute necesariamente en la higiene personal del
detenido: Así, la destrucción o inhabilitación de baños impide su
aseo diario. En muchas ocasiones la rotura de caños invade con
líquidos las celdas con líquidos cloacales, sobre los cuales en
oportunidades deben apoyar sus colchones.

c.- Deterioro en las prestaciones alimentarias: pues la


misma ración debe ser distribuida entre más personas.

d.- Deterioro de la salud: las circunstancias anteriores


desembocan irremediablemente en el deterioro de la salud de los
detenidos, con porcentajes de la población padeciendo sarna,
tuberculosis, H.I.V., etc.
e.- Deterioro de las relaciones interpersonales: la
superpoblación daña seriamente las relaciones entre los mismos
detenidos y las de estos con el personal del Servicio Penitenciario,
desencadenándose motines, represión, tortura, lesiones, homicidios,
violaciones, etc.
La enumeración –obviamente- es meramente
ejemplificativa, y no pretende agotar el catalogo de perjuicios que se
desencadenan a partir de no respetar la capacidad máxima de
alojamiento.
En consecuencia, cuando se dispone el alojamiento de
una persona en un establecimiento con su capacidad máxima
33
excedida, no se está limitando a privarlo de su libertad ambulatoria,
sino que a ello se agrega una serie de lesiones, restricciones o
amenazas a otros derechos o la injerencia en otros bienes. Así, el
privado de su libertad, está a la vez obligado:
- a habitar en celdas o pabellones superpoblados.
- a dormir muchas veces en el suelo, a veces sin colchón
y sin frazadas.
- a convivir con líquidos cloacales.
- a no tener acceso a condiciones mínimas de higiene y
aseo.
- a estar mal alimentado.
- a sufrir el riesgo de contraer enfermedades, muchas de
ellas mortales o con secuelas de por vida.
- a sufrir lesiones, muchas veces graves o gravísimas, o
incluso, llegar a perder la vida.
Es decir, en este contexto la prisión tanto como pena
como medida cautelar, no es mera privación de la libertad, sino que
puede alcanzar la categoría de “pena de muerte”. Esto ha llevado a la
Corte de la Nación a sostener el carácter de “condena accesoria que
no corresponde a las aplicadas en las sentencias que emanan del
Poder Judicial” (CSJN, Fallos: 310:2413) y que frente a la detención
es “la libertad ambulatoria y no la dignidad lo que cede en esas
situaciones”(CSJN: M. 1486. XXXVI. Mignone, Emilio Fermín s/
promueve acción de amparo, considerando 18).
No cabe duda de que una pena ejecutada en esas
condiciones al poner en riesgo el derecho a la vida y a la integridad
34
personal, resulta incompatible con la dignidad humana (cfr. Caso
Neira Alegría, sentencia del 19 de enero de 1995, de la Corte
Interamericana de Justicia), que el Estado como responsable tiene la
obligación de garantizar (art. 1 CADH, art. 75 inc. 22 C.N.) (Informe
34/00 Caso Carandirú Brasil, 13 de abril de 2000, de la Comisión
Interamericana).
En definitiva, si estamos ante una “condena accesoria no
contenida en la sentencia” y que afecta la dignidad humana, no
puede haber duda de que estamos hablando de una pena no legal.
Como se dijo, el Estado está obligado a garantizar un “trato digno” a
quien se encuentra privado de su libertad, lo cual formulado
negativamente, importa la obligación del Estado de abstenerse de
imponerle a un detenido condiciones que afecten su vida, su
integridad física y moral y su dignidad personal. La prolongada y
sistemática afectación de los derechos fundamentales inherentes a la
dignidad humana en virtud de la situación de superpoblación y
hacinamiento constituye cuando menos, un trato cruel e inhumano
por parte del Estado. En este sentido, el Relator Especial contra la
Tortura ha manifestado que “el poder judicial debe velar detenida y
sistemáticamente por que las condiciones de detención o prisión sean
compatibles con la prohibición de tratos crueles, inhumanos o
degradantes, o con el derecho del detenido a ser tratado
humanamente y con el respeto a la dignidad de la persona humana
consagrado en los instrumentos internacionales de derechos
humanos” E/CN.4/1977/Add.3.

35
La afectación a los derechos fundamentales
mencionados no ocurre sólo cuando efectivamente se produce la
lesión de los mismos, sino ya cuando existe la amenaza de lesión
(conf. Art. 43 de la CN) a ellos en virtud de haberse excedido la
capacidad de alojamiento del establecimiento.
Es decir, la superación del cupo legal permitido importa
la afectación ilegal de otros derechos distintos de la libertad
ambulatoria legalmente restringida mediante resolución o sentencia
judicial, lo cual conlleva sin lugar a dudas, un agravamiento
ilegítimo en las condiciones de detención de quienes se encuentran
allí alojados.
Tal afectación de derechos, habilita la vía de la acción
de hábeas corpus a fin de hacer cesar la misma y reestablecer la
legalidad en la detención.

VI.- LA CABEZA DEL PODER JUDICIAL Y LA


GARANTÍA AL DERECHO AL CUPO LEGAL MÁXIMO.-

La jurisdicción como garante del respeto a la


dignidad humana: Establecida la condición del cupo legal máximo
de alojamiento de garantía de preservación y respeto de los
derechos fundamentales a la vida, la integridad física, psíquica y
moral, y como derecho de toda persona detenida, corresponde
reconocer a los órganos jurisdiccionales como los garantes de ese
garantía/derecho y es imprescindible que se fije de manera cierta,

36
legal y científica la cifra constitutiva de cada capacidad máxima de
alojamiento en cada cárcel y comisaría .-
Si la violación al derecho al cupo legal importa la
amenaza de lesión, o la lesión misma, a los derechos básicos
mencionados es sin duda la jurisdicción a donde cabe recurrir en
busca de tutela inmediata para esos derechos y –reitero- es
imprescindible saber a ciencia cierta cual es el cupo de cada lugar de
detención.-.
Resulta ilustrativo de lo dicho, el expediente nº 156/87
que tramitara por ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional N°
8 a cargo del Sr. Juez Raúl Roberto Madina del departamento
judicial La Plata (que se ofrece como prueba), en donde mediante
pericia interdisciplinaria e informe del jefe de la Unidad se
estableció la capacidad legal máxima de la Unidad n° 1 de Lisandro
Olmos 400 plazas y se dispuso la paulatina reubicación del número
de internos que excedía la misma.
La garantía al cupo legal puede verse afectada de dos
maneras:
1.- Establecida la capacidad máxima de alojamiento por
la autoridad competente, la misma se encuentre superada.
2.- Puede ocurrir que la autoridad competente haya
establecido la capacidad máxima de alojamiento y que la misma no
se encuentre superada, pero sucede que aquella no fue determinada
de conformidad a los parámetros internacionales.

37
Un claro ejemplo de esto se da cuando se agregan camas
en celdas o pabellones que por sus dimensiones no admiten esa
cantidad.
También resulta ilustrativo el Quinto Informe sobre la
situación de los Derechos Humanos en Guatemala de la Comisión
Interamericana, en donde se hace referencia a que los criterios
utilizados por las autoridades de Guatemala para determinar la
capacidad máxima de sus instalaciones penitenciarias no son claras,
y además no se incluyen el número de camas disponibles en su
cálculo. Así sucedía que se fijaba en el cupo en 1000 cuando en
realidad se contaba con sólo 800 camas.
Estas dos formas de violación de la garantía del cupo
legal conlleva a un correspondiente doble criterio de control de
respeto de la garantía por parte de los órganos jurisdiccionales:
1.- En primer lugar, corresponde verificar si la capacidad
legal establecida por la autoridad se encuentra incumplida;
2.- En segundo lugar, verificar si la capacidad legal de
alojamiento establecida por la autoridad competente se encuentra
determinada de conformidad con los parámetros internacionales.
Este segundo control se debe efectuar tanto si el primero se
encuentra observado como inobservado, pues en este segundo
supuesto, si además se constata una inobservancia por medio del
segundo control, la gravedad e ilegitimidad de la situación es aún
mayor.
Más allá del control que se ejerza a partir de acciones
como la presente, los órganos jurisdiccionales deben de oficio llevar
38
adelante estos controles en forma periódica y regular como
mecanismo tendiente a evitar en forma preventiva la afectación a
derechos fundamentales. En este sentido, lo dispuesto mediante
Acuerdos n° 2061, 3028 y 3118 de la Suprema Corte de Justicia de
la Provincia persiguen este objetivo en la senda correcta como así la
reciente Creación del Registro único de detenidos en el ámbito de la
Procuración General .-

A.- Inconstitucionalidad del art. 2º de la Resolución


n° 221/04 del Ministerio de Justicia de la Provincia.
Por medio de la presente, reclamo el ejercicio de la
jurisdicción de VV.EE. como garantes del derecho al cupo legal
máximo en el doble sentido mencionado:
Por un lado denuncio la violación al mencionado
derecho en tanto, según el propio Ministerio de Justicia, la capacidad
máxima de alojamiento de la totalidad de sistema carcelario
provincial es de 22.507 plazas y en la actualidad se encuentran
alojadas 24.819 (dato al 15/03/05) personas.
Las mismas ven afectados ilegítimamente sus derechos
fundamentales en virtud de la amenaza de lesión, lo cual demanda la
tutela inmediata de los mismos por parte de la jurisdicción.
Si como se expuso más arriba, el cupo legal máximo de
alojamiento es garantía de trato digno y de la preservación de
derechos fundamentales a la vida, la integridad física, psíquica y
moral de las personas detenidas y de todas aquellas que ingresen a
dichos establecimientos (ver informe de la CIDH sobre
39
Penitenciarías de Mendoza en relación a la medidas provisionales
adoptadas por la CIDH, no solo respecto de las personas detenidas
sino de todas aquellas que ingresen a los lugares de detención), la
admisión de alojamiento de personas por encima de esa capacidad tal
como lo hace la Resolución 221/04 del Ministerio de Justicia en su
artículo segundo, en donde admite el alojamiento de detenidos por
encima del cupo legal establecido en la misma Resolución, resulta
inconstitucional por incompatible con los arts. 18, 75 inc. 22 –arts.
5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y 5.6 CADH y arts. 7, 10 PIDCyP- CN.
Como consecuencia de ello, en tanto del texto de la
propia Resolución surge la violación a los derechos mencionados,
solicito se declare la inconstitucionalidad, en los términos de los
arts. 161 inc. 1 C.Pcial, 683 siguientes y concordantes del C.P.C.C.
de la Provincia, del artículo 2 de la resolución 221/2004 del
Ministerio de Justicia de la Provincia de Bs. As., que reglamenta con
efecto normativo general y está dirigida a ser obedecida por un
número indeterminado de funcionarios, fijando en definitiva la
capacidad total de alojamiento del sistema carcelario (denominada
cupo legal).

B.- Solicito declaración jurisdiccional de certeza.


Por otra parte, el derecho al cupo legal no queda
garantizado automáticamente mediante el respeto a la cantidad de
plazas establecidas por el Ministerio de Justicia, sino que además es
necesario verificar si dicho cupo determinado en 22.507 plazas

40
mediante el art. 1° de la Resolución 221/04 respeta los parámetros
de la normativa internacional y local.
En este contexto, se hace necesario que VV.EE. proceda
al dictado de una declaración de certeza en los términos del art. 322
del Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia,
respecto al cupo establecido mediante la Resolución 221/04 a fin de
hacer cesar la perjudicial incertidumbre que afecta a quienes se
encuentran y/o encuentren privados de la libertad en el ámbito local,
en relación a la inobservancia de los parámetros derivados de la
normativa internacional.
Para tal declaración VV.EE. deberán proceder a la
determinación judicial de la capacidad máxima de alojamiento de
todo el sistema carcelario en su totalidad y de cada unidad en
particular como también de las seccionales policiales de la Provincia,
mediante la realización de pericias interdisciplinarias.
Al efecto de la declaración de certeza sobre el cupo legal
de alojamiento en unidades carcelarias y seccionales, se deberá tener
especialmente en cuenta las siguientes pautas:
1.- superficie mínima.
a.- Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos
(ONU). Art. 10: “Los locales destinados a los reclusos, y
especialmente aquellos que se destinan al alojamiento de los
reclusos durante la noche, deberán satisfacer las exigencias
mínimas de higiene, habida cuenta el clima, particularmente en lo
que concierne al volumen de aire, superficie mínima, alumbrado,
calefacción y ventilación...”.-
41
b.- Ley Nacional de Ejecución de la Pena privativa de
libertad (24.660). Art. 59: “El número de internos de cada
establecimiento deberá estar preestablecido y no se lo excederá a
fin de asegurar un adecuado alojamiento. Todos los locales estarán
siempre en buen estado de conservación. Sus dimensiones
guardarán relación con su destino y los factores climáticos”.-
c.- Reglamento de Detenidos de la Provincia de Buenos
Aires. Art. 26: “Los calabozos a que hace referencia esta
Reglamentación deberán poseer las siguientes condiciones mínimas
de construcción y seguridad:
celdas individuales: 2,80m de largo por 2,00m de ancho por 2,50m
de alto...
Celdas comunes: 4,80m de largo por 4,80m de ancho por 2,50m de
alto...
2.- aireación.-
a.- Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos
(ONU). Art. 11: “En todo local en que los reclusos tengan que vivir
o trabajar: a) Las ventanas... deberán estar dispuestas de manera
que pueda entrar aire fresco, haya o no ventilación artificial”.-
b.- Reglamento de Detenidos de la Provincia de Buenos
Aires. Art. 26: “Los calabozos a que hace referencia esta
Reglamentación deberán poseer las siguientes condiciones mínimas
de construcción y seguridad:
A)“... Toda celda deberá asegurar luz solar y ventilación directa”.
3.- iluminación.-

42
a.- Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos
(ONU). Art. 11: “En todo local en que los reclusos tengan que vivir
o trabajar:
A) Las ventanas tendrán que se suficientemente grandes para que
el recluso pueda leer y trabajar con luz natural.
B) La luz artificial tendrá que ser suficiente para que el recluso
pueda leer y trabajar sin perjuicio de su vista.
b.- Reglamento de Detenidos de la Provincia de Buenos
Aires. Art. 26: “Los calabozos a que hace referencia esta
Reglamentación deberán poseer las siguientes condiciones mínimas
de construcción y seguridad:
A) “... Toda celda deberá asegurar luz solar y ventilación
directa”.
4.- sanitarios.-
a.- Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos
(ONU). Art. 12: “Las instalaciones sanitarias deberán ser
adecuadas para que cada recluso pueda satisfacer sus necesidades
naturales en el momento oportuno, en forma aseada y decente”.-
b.- Ley Nacional de Ejecución de la Pena privativa de
libertad (24.660). Art. 60: “Los establecimientos deberán disponer
de suficientes y adecuadas instalaciones sanitarias y proveerán al
interno de elementos indispensables para su higiene”.-
5.- cantidad de camas.-
a.- Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos
(ONU). Art. 9.1. “Las celdas o cuartos destinados al aislamiento
nocturno no deberán ser ocupados más que por un solo recluso. Si
43
por razones especiales, tales como el exceso temporal de población
carcelaria, resultara indispensable que la administración
penitenciaria central hiciera excepciones a esta regla, se deberá
evitar que se alojen dos reclusos en cada celda o cuarto
individual...”.-
Art. 9.2. “Cuando se recurra a dormitorios, estos
deberán ser ocupados por reclusos cuidadosamente seleccionados y
reconocidos como aptos para ser alojados en estas condiciones...”.-
Art. 19: “Cada recluso dispondrá, en conformidad con
los usos locales y nacionales, de una cama individual y de ropa de
cama individual suficiente, mantenida convenientemente y mudada a
fin de asegurar su limpieza”.-
b.- Ley Provincial 12.256 (Ejecución Penal):
Art. 74: “Los procesados deberán alojarse dentro de las
posibilidades, en celdas individuales, debiéndose poner en
conocimiento de la Jefatura del Servicio Penitenciario dicha
circunstancia, si ello no pudiese ocurrir”.-
c.- Pliego de licitación para la Construcción del
Complejo Penitenciario III de la Secretaría de Política Penitenciaria
y de Readaptación Social del Ministerio de Justicia de la Nación,
dispone que: “el equipamiento típico constará de una cama, una
superficie para escritura con un plano próximo para sentarse, un
lugar para guardar ordenadamente efectos personales y ropa. Las
instalaciones sanitarias estarán compuestas por un lavatorio, una
superficie espejada y un inodoro... El diseño de las superficies de la
celda y su equipamiento facilitarán la limpieza.
44
6.-cantidad de personal.-
La determinación de la cantidad de personas a alojar en
un establecimiento destinado a tal fin debe necesariamente tener en
consideración, además de las pautas mencionadas, la cantidad
disponible de personal penitenciario y policial destinado a la
custodia de los detenidos. La escasez de personal con relación a la
cantidad de detenidos genera riesgos tanto para los propios internos
como para el mismo personal. (ver informe Comisión Interamericana
de Derechos Humanos en el pedido de medidas provisionales a la
Corte Interamericana en el caso de la Penitenciarías de Mendoza.
En este mismo sentido, cabe citar la resolución adoptada
en el marco de la causa n° 156/1987 del entonces Juzgado en lo
Penal n° 8 del departamento judicial de La Plata mediante la cual se
estableció la capacidad legal de la Unidad n° 1 de Lisandro Olmos
en cuatrocientas plazas, teniendo en consideración para ello el
número de personal disponible. En dicha causa el Jefe de la
mencionada Unidad informó sobre la necesaria relación que debe
existir entre la cantidad de personas detenidas y el número de
personal disponible, mencionando en ese caso que el personal
penitenciario era de 648 hombres en su totalidad -incluidos
administrativos, técnicos y profesionales- para la atención de 1550
internos.
7.- presupuesto del establecimiento.-
Se debe tener en consideración el presupuesto con que
cuenta el establecimiento para garantizar alimentación adecuada,
atención médica y suministro de medicamentos, calefacción, higiene
45
y mantenimiento del mismo. Por más que se encuentren cumplidas
las demás pautas, si el presupuesto no garantiza la adecuada
alimentación y salud a la cantidad de personas detenidas, la
capacidad deberá ser reducida en tal sentido.

C.- Eventual inconstitucionalidad del art. 1º de la


Resolución nº 221/2004 del Ministerio de Justicia de la
Provincia.-
Producida la declaración de certeza, y establecida
judicialmente la capacidad máxima de alojamiento del sistema
carcelario en su totalidad y de cada unidad en particular, como
también de las seccionales de toda la Provincia, de conformidad a las
pautas que se derivan de la normativa internacional y local antes
mencionadas, en caso de resultar la misma inferior a la establecida
mediante el art. 1° de la Resolución n° 221/04 del Ministerio de
Justicia de la Provincia en 22.507 plazas, solicito se declare también
la inconstitucionalidad de dicha disposición de la Resolución en los
mismos términos que los expuestos al solicitar la declaración de
inconstitucionalidad del art. 2° de la misma.

VII.- HABEAS CORPUS POR AGRAVAMIENTO


ILEGÍTIMO, MASIVO Y SISTEMÁTICO DE LAS
CONDICIONES DE DETENCIÓN.-

46
La capacidad máxima de alojamiento del sistema
carcelario está ampliamente superada, tal como el propio Poder
Ejecutivo lo admite.
Resta saber en que cantidad se encuentra excedido el
cupo legal, lo cual sólo se podrá dilucidar luego de que VV.EE.
dicten la declaración de certeza que aquí se solicita.
Fijado judicialmente el cupo legal de acuerdo a los
parámentros antes mencionados, corresponde hacer cesar de
inmediato la afectación de derechos existente a partir de la
superpoblación que se constate y que origina el agravamiento de las
condiciones de detención que aquí se denuncia respecto de todas las
personas detenidas en el ámbito del Servicio Penitenciario. Del
mismo modo corresponde proceder, respecto de las Seccionales
Policiales, una vez establecida la capacidad de las mismas.
Cabe poner de manifiesto –también- que un mecanismo
fundamental para la prevención de la tortura y otros tratos o penas
crueles lo constituye los regímenes sistemáticos y periódicos de
visitas a los centros de detención de los distintos Jueces, Fiscales y
Defensores de la Provincia, y para que el mismo sea efectivo
necesita de manera imprescindible que se sepa con precisión legal el
cupo máximo de cada lugar de detención.

VIII.- PRUEBA.-
A los efectos de arribar a la declaración de certeza
requerida, solicito la siguiente prueba:

47
a.- Pericia interdisciplinaria.
Se disponga la conformación de un cuerpo de peritos
oficiales “ad-hoc” integrado por médicos, arquitectos, sanitaristas,
psicólogos, asistente sociales, quienes en forma conjunta deberán
determinar la capacidad legal máxima de alojamiento de cada una de
las unidades carcelarias pertenecientes al Servicio Penitenciario
provincial, de conformidad a los parámetros emanados de la
normativa internacional y local de acuerdo a las pautas antes
señaladas.
Se solicite la intervención de expertos en la materia del
ámbito del Derecho Internacional de los Derechos Humanos a fin de
asesorar y colaborar con el cuerpo de profesionales (v.g. de N.U. u
O.E.A.) .-

b.-Informes.
b.1. Se requiera de cada Jefe de Unidad y Comisario
para que informen, teniendo en cuenta las condiciones edilicias
actuales, el número de personal con que cuenta y el presupuesto de
que dispone, que cantidad de personas detenidas se encuentra en
condiciones de alojar en el establecimiento a su cargo de modo
compatible con los derechos humanos.
b.2. Se soliciten informes al Poder Ejecutivo a fin de que
ponga en conocimiento de VV.EE. la cantidad actual de personas
privadas de su libertad tanto en el ámbito del Servicio Penitenciario
como en seccionales policiales.

48
Disponga asimismo VV.EE. la obligación del Poder
Ejecutivo (por intermedio de la autoridad que corresponda) de
producir informes semanales sobre el punto, de modo de contar con
la información actualizada al momento de resolverse la presente
acción.
b.3. A los efectos de acreditar que planteos individuales
sobre la generalizada situación denunciada no resultaron
instrumentos idóneos para revertir la violación sistemática a los
derechos humanos denunciada, solicito se requiera informe al
Tribunal de Casación Penal de la Provincia sobre la cantidad de
Habeas Corpus por agravamiento de las condiciones de detención
tratados y resueltos, así como los recursos de casación resueltos con
motivo de resolución jurisdiccionales que rechazaban los Hábeas
Corpus por agravamiento de las condiciones de detención tanto en
Seccionales Policiales como en unidades carcelarias. Desde el año
2000 hasta la fecha.
c.-Documental.-
-Acompaño como prueba copia de la Resolución n° 221
del Ministerio de Justicia de la Provincia de Bs. As.
-Copias de los distintos documentos y Resoluciones
enumeradas en el punto B del capítulo IV.- de esta presentación.
-Copia del expediente n° 156/87 del Juzgado en lo
Criminal y Correccional n° 8 del Dto. Jud. La Plata .-
d.- Me reservo el derecho de ampliar este
ofrecimiento.

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IX.- RESERVA DEL CASO FEDERAL.-
Habiéndose denunciado como afectados el derecho
humano de toda persona detenida a recibir un trato digno, el derecho
a la integridad física, psíquica y moral y el derecho a no ser
mortificado no objeto de trato cruel, inhumano o degradante en los
términos de los arts. 18, 75 inc. 22 –arts. 5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y 5.6
CADH y arts. 7, 10 PIDCyP, cuyos fundamentos se encuentran
desarrollados a lo largo del presente escrito y a los cuales remito en
honor a la brevedad, hago expresa del caso federal en los términos
del art. 14 de la ley 48.

X.- PETITORIO.-
Por todo lo expuesto, solicito a VV.EE.
1.- Se declare admisible la presente demanda de
inconstitucionalidad, el pedido de declaración de certeza y la acción
de hábeas corpus consecuente, disponiendo los trámites
correspondientes (arts. 161 inc. 1° de la Constitución Provincial, 14
CN, XXIV D.A.D.yD.H., 683 siguientes y concordantes y 322
siguientes y concordantes del C.P.C.C. de la Provincia, y art. 43
Constitución Nacional, 405 y siguientes del Código de
Procedimiento Penal de la Provincia y normas concordantes de la ley
nacional 23.098)
2.- Se tenga por agregada la prueba documental
acompañada, por ofrecida la restante y presente que se agregan
copias para traslado.

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3.- Se declare la inconstitucionalidad (en los términos
de los arts. 161 inc. 1° de la Constitución Pcial, 683 siguientes y
concordantes del C.P.C.C. de la Provincia) del artículo 2° de la
resolución 221/2004 del Ministerio de Justicia de la Provincia de Bs.
As. que reglamenta con efecto normativo general y está dirigida a ser
obedecida por un número indeterminado de funcionarios, fijando en
definitiva la capacidad total de alojamiento del sistema carcelario
(denominada cupo legal).
4.- Se proceda al dictado de sentencia declarativa de
certeza en los términos del art. 322 CPCC de la Provincia,
disponiendo y de acuerdo a lo solicitado en el capítulo de prueba, la
conformación de un grupo ad-hoc de peritos oficiales a fin de que de
modo interdisciplinario y conjunto determinen la capacidad máxima
de alojamiento del sistema carcelario en su totalidad y de cada
unidad en particular y de la totalidad de las seccionales de la
Provincia.
Esta determinación deberá resultar compatible con la
dignidad humana y respetar la normativa internacional, nacional y
local, citada sobre el tema.
5.- Para el supuesto de que la declaración de certeza
arroje un número inferior al fijado en 22.507 plazas por el Ministerio
de Justicia provincial en el artículo 1° de la Resolución 221/04,
solicito se declare la inconstitucionalidad de dicha disposición
reglamentaria en los mismos términos que los peticionados respecto
del artículo 2° de la misma Resolución.

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6.- Establecido definitivamente por VV.EE. el cupo
legal máximo de alojamiento en unidades y seccionales, y constatada
la existencia de personas alojadas por encima de dicho limite, se
disponga en forma coordinada con los restantes Poderes las medidas
necesarias a fin de reducir el número de personas detenidas hasta
alcanzar el limite de la capacidad máxima de alojamiento de cada
centro de detención (Art. 165 de la Constitución Provincial )

Asimismo, se solicita a VV.EE. se disponga la


prohibición de alojar personas en centros de detención –tanto
comisarías como cárceles- por encima del cupo legal
judicialmente determinado.

7.- Téngase presente la reserva del caso federal y que


esta interposición recursiva y petición originaria en el ámbito local
es en el marco del carácter subsidiario de la actuación de los
organismos internacionales de protección de los derechos humanos ,
tanto de la Naciones Unidas como de la Organización de Estados
Americanos .-
Proveer de conformidad
SERA JUSTICIA.

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