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20 razones para dejar de comer carne

Día sin carne 2011

El día 20 de marzo se celebra el Día sin carne en el mundo. Un momento perfecto para recordar por qué pasarse a la dieta

vegetariana es una elección llena de ventajas. Vía AnimaNaturalis.

1. Evita comer carne y lácteos


Evitar la carne y los lácteos es una de las más simples y mejores maneras de reducir tu consumo de grasa. Los animales de

granja son deliberadamente engordados para aumentar las ganancias de la empresa. Comer carne y lácteos incrementa tu

ingesta de grasa, y con ello, los riesgos a la salud asociados a su consumo. Ten en cuenta que la mantequilla es un 100% grasa,

el queso cheddar contiene un 74% de grasa, la leche entera un 50% de grasa y las descremadas, entre un 20 a un 30% de

grasa. El Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM) nos enseñan que: “Los alimentos con un alto contenido de

proteínas, particularmente los productos de origen animal, generalmente presentan también un alto contenido de grasas. Incluso

los cortes de carne “magros” tienen mucha más grasa que la que necesita un cuerpo saludable. Y ningún producto de origen

animal tiene fibra. La grasa de las comidas se convierte fácilmente en gr asa corporal. Sólo 3% de las calorías de las grasas se

queman en el proceso de conversión y almacenamiento. Las grasas son el tipo de alimento que tiene mayor efecto sobre las

grasas corporales.

Fuente: PCRM

2. Piensa en los mataderos


Cada minuto de cada día laborable, miles de animales mueren en los mataderos. Somos responsables de su vida y de su muerte

si pagamos a alguien que termine con sus vidas: lo único que los animales tienen.

Como nos informa Compassion in World Farming: “La matanza de animales se refiere a la matanza de animales “criados para

consumo humano”, incluyendo las “matanzas de emergencia” y la matanza de los animales “excedentes”. Para el consumo

industrial, la matanza se lleva a cabo en mataderos especializados en aniquilar grandes cantidades de animales por día (un
matadero de pollos de alto rendimiento mata a más de 9.000 aves por hora). En entornos menos comerciales, los animales son

matados en la misma granja o en mataderos más pequeños. En 2007, más de 54 millones de pollos y cerca de 2,5 millones de

mamíferos (cerdos, cabras, ovejas, vacas, terneros) fueron matados para consumo humano en todo el mundo. Estas cifras no

consideran los animales matados como excedente (los pollos de sexo masculino en la industria de los huevos, y los terneros en

la industria lechera), ni los animales matados por “emergencia” a causa de brotes infecc iosos o enfermedades (cientos de miles

de aves fueron muertas en 2007 por la gripe aviar, y sólo en Gran Bretaña se mataron 2 millones de vacas tras el brote de la

enfermedad de las “vacas locas”).”

Fuente: Compassion in World Farming

3. Evita las intoxicaciones


Hay millones de casos de intoxicaciones alimentarias registrados cada año. La gran mayoría son causadas por comer carne y

subproductos animales. Las infecciones alimentarias son muy comunes. La Org. Mundial de la Salud (OMS) señala que son

generalizadas y representan un problema de salud pública creciente, tanto en países pobres como desarrollados. Millones de

personas cada año enferman por causa de bacterias consumidas en los alimentos: salmonellosis y campilobacteriosis que

causan fiebre, diarrea, dolor abdominal, malestares y náuseas. También la brucelosis, la E-coli, tenias, toxoplasmosis,

triquinosis, o enfermedades mortales para los humanos como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (o enfermedad de las

“vacas locas”).

La incidencia global es difícil de estimar, pero en países industrializados el porcentaje de población que sufre infecciones

alimentarias por año es de aprox. un 30%. La industrialización de los mataderos y el ritmo frenético de la matanza y el despiece

de los animales -para cumplir con la productividad deseada- provoca preocupantes prácticas, como accidentales contactos de

los músculos despiezados con el contenido estomacal o estiércol de un animal portador de bacterias o virus. Un estudio nacional

publicado por el Min. de Agricultura de EE.UU en 1996 reveló que el 7,5% de las muestras de carne picada de vaca (para

hamburguesas) recogidas en los mataderos estaban contaminados de Salmonella; el 11.7% de Listeria monocytogenes; el 30%

de estafilococo áureo y el 53,3% de clostridium perfringens. “Nationwide Federal Plant Raw Ground Beef Microbiological Survey,

August 1993-March 1004″ USDA, Food Safety and Inspection Service, Science and Tec hnology, Microbiology Division, abril

1996. En Schlosser, E.: “Fast food nation: ¿quiere una ración de mentiras con su menú?”, Ed. Random House Mondadori,

Barcelona, 2007, P. 264.

Fuente: OMS

4. La carne no aporta nada


La carne no contiene absolutamente nada -proteínas, vitaminas ni minerales – que el cuerpo humano no pueda obtener

perfectamente de una dieta vegetariana.

Los amino-ácidos en las proteínas de nuestra dieta los usamos para hacer músculo y otras proteínas que nuestra cuerpo

necesita. Una dieta variada en frijoles, lentejas, granos y vegetales contiene todos los aminoácidos esenciales. Alguna vez se

pensó que varios alimentos de origen vegetal debían ingerirse combinados para obtener el valor proteico total, pero

investigaciones de actualidad sugieren que no es así. Varias autoridades nutricionales, incluyendo la Asociación Dietética

Americana, creen que se pueden satisfacer los requerimientos proteínicos fácilmente, consumiendo una gran variedad de
fuentes de aminoácidos a lo largo del día. Para obtener los mejores beneficios de las proteínas que se consumen, es importante

ingerir suficientes calorías para satisfacer sus necesidades de energía. El ejercicio y una dieta moderada en proteínas ayudarán

a proteger los huesos. Las personas que ingieren dietas basadas en vegetales y llevan un estilo de vida activo probablemente

tienen un menor requerimiento de calcio. No obstante, es importante ingerir alimentos ricos en calcio todos los días. También es

importante saber que mantener los huesos fuertes depende más del prevenir la pérdida de calcio que de aumentar su ingesta.

Algunas culturas no consumen o consumen pocos productos lácteos e ingieren típicamente menos de 500 miligramos de calcio

por día. Sin embargo, estas personas por lo general tienen un bajo índice de osteoporosis. Muchos científicos piensan que el

ejercicio y otros factores tienen más que ver con la osteoporosis que la ingesta de calcio.

Fuente: PCRM

5. La carne no es solidaria
La solidaridad también es un buen motivo: de acuerdo al informe 2009 “Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria” de la

Org. de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), África y Asia albergan 817 millones de personas en

estado de “inseguridad alimentaria”, es decir, personas que ingieren tan sólo la cantidad mínima de nutrientes para mantenerse

con vida. Cada noche, cuando se acuestan, no tienen la certeza de que tendrán comida suficiente al día siguiente. Un 38% de

los países africanos y un 21% de los asiáticos necesitan asistencia exterior para recibir alimentos, ya sea por déficit de

producción, malas cosechas, catástrofes naturales, problemas de organización internos, etc. Estos países son productores de

cereales que alimentarán los estómagos de los animales que se comerán en el primer mundo.

Fuente: FAO

6. ¿Sabes lo que comes?


¿Sabes lo que estás comiendo?: muchas veces la “carne” puede incluir la cola, cabeza, pies, el recto o la médula espinal de los

animales que matan. Muchos subproductos animales están presentes incluso en productos que ni remotamente imaginarías que

tienen trozos de animal. La gelatina, por ejemplo, es una forma hidrolizada de colágeno animal. Este colágeno se extrae de una

mezcla de piel sin curtir, cartílagos, huesos, orina, orejas, etc. La morcilla es una mezcla de sangre, grasa y especias envuelta

en intestinos; y muchas veces el “paté” se elabora con descartes de vísceras y trozos sobrantes de carnes y subproductos de

todo tipo de animales, que se rellena de harina y conservantes.

Fuente: Herbert Gareis; Reinhard Schrieber (2007). Gelatine Handbook: Theory and Industrial Practice. Weinheim: Wiley-VCH.

ISBN 3-527-31548-9; Jaine, T. and Davidson, A. (2006). The Oxford companion to food, OUP. ISBN 0-19-280681-5

7. Evita comer huevos


Porque los huevos no son tan inocentes como parecen: cada día, decenas de miles de pollitos macho de un día de edad mueren

porque no serán capaces de poner huevos. No existen leyes que regulen cómo deshacerse de estos inocentes “despojos” de la

industria del huevo, por lo que los pollitos son aplastados, asfixiados o echados vivos a los cubos de basura. Cuando son

incinerados, sus cenizas se usan como aditivo para alimentación animal. Otros terminan convertidos en paté, molidos cuando

aún están vivos. ¿Continuarás financiando esta tortura?

Fuente: Mercy For Animals


8. Copiar la ruta del enlace
El dolor y la muerte: los animales asesinados en los mataderos mueren solos, maltratados, aterrorizados, en la tristeza y el dolor.

Desde que nacen en la granja industrial, hasta que alcanzan el tamaño-peso adecuado para ser convertidos en carne (de 36 a

45 días para los pollos, 6 a 8 meses para los terneros y cerdos, 12-18 meses para las gallinas “ponedoras”, 18-25 meses para

las vacas “lecheras”) los animales viven confinados, casi inmóviles, rociados con antibióticos, alimentados con hormonas, son

mutilados para evitar que se hieran producto del hacinamiento, etc. En este proceso y en estas condiciones, los animales viven

en gran sufrimiento físico y estrés psicológico, sin ver la luz del sol y apenas comportándose de acuerdo a lo que dicta su

naturaleza. Los animales, como los humanos, sienten dolor, son seres sociales, sienten afecto y establecen relaciones

amistosas. Las condiciones de explotación, hacinamiento, transporte y sacrificio de los animales hoy, los consideran sólo como

cosas rentables.

Conococe cómo vivieron los animales antes de llegar a tu plato en este breve vídeo.

9. Pierde peso
Para lucir sano, radiante y esbelto: es más fácil bajar de peso y mantenerse en el peso adecuado si llevas una dieta vegetariana.

Tal como nos recomienda el Comité de Médicos para la Medicina Responsable (PCRM): “cuando te alimentas en base a

vegetales, frutas, granos enteros y frijoles, perder peso es muy fácil. Y con ello se obtiene una mejoría importante en los niveles

de colesterol, presión arterial , azúcar en la sangre y muchos otros aspectos importantes para la salud. Hay que seguir unas

pautas simples: eliminar los alimentos con alto contenido de grasa, y aumentar el consumo de fibra. El ejercicio físico también

ayuda. Los ejercicios aeróbicos aceleran la descomposición de la grasa y aseguran que no se pierda masa muscular. Los

ejercicios anaeróbicos de tonificación y el levantamiento de pesas ayudan a endurecer los músculos y a incrementar la masa

muscular. El reto es encontrar actividades divertidas y adaptables a cada estilo de vida.”.

Fuente: PCRM

Fuente: AnimaNaturalis

10. Monopolio de la carne


Por el fin de los monopolios y el abuso: las multinacionales que producen y controlan las semillas y los agroquímicos, también

son dueñas del ganado, los mataderos, el marketing y los canales de distribución para asegurarle al mundo las bondades de

comer carne de animales alimentados con cereales. Las campañas de venta y la publicidad en los países en vías de desarrollo

venden la idea que comer carne de animales alimentados con cereales aumenta el prestigio del país. Como asegura la revista

“Farm Journal”: “Agrandar y diversificar el abastecimiento de carne parece ser el primer paso para cada país en vías de

desarrollo. Todos comienzan instalando granjas de pollos y huevos -la manera más barata y rápida de producir proteína animal.

Entonces, tan rápido como su economía lo permita, ascienden en la “escala de las proteínas” hacia la producción de cerdo, leche

y lácteos, al ganado alimentado con pastos, hasta llegar finalmente al ganado alimentado con cereales.”

Las consecuencias sociales de este tipo de alimentación fue dramáticamente ilustrado en 1984, cuando en Etiopía miles de

personas murieron de hambre. El público desconocía que, al mismo tiempo, Etiopía estaba usando su tierra para producir

semillas de algodón, lino y rape para exportar al Reino Unido como alimento para el ganado. Actualmente, millones de hectáreas
de tierra en países pobres están siendo usados exclusivamente para alimentar al ganado de Europa. La deforestación del

Amazonas es uno de sus oscuros ejemplos: un 70% del terreno se ha transformado en pradera para alimentación de ganado.

Fuente: Caufield, C.: “A Reporter at Large: The Rain Forests”, en: Rifkin, J.: “Beyond the Beef. The rise and fall of the Cattle

Culture”. Plume, New York, 1993. Informe FAO: “Livestock Long Shadow” (en inglés).

11. Piensa en el medio ambiente


Por el medio ambiente: la ganadería genera más emisiones de dióxido de carbono que la industria del transporte. El reporte de la

FAO “Livestock Long Shadow” del año 2006 señala además que la ganadería no sólo contamina el aire, sino también la tierra y

los depósitos de agua subterránea. El sector ganadero produce un 9% del CO2 derivado de las actividades humanas, pero

además genera un porcentaje mucho mayor de otros gases de efecto invernadero: 65% de óxido nitroso, un 37% de toda la

producción de gas metano, y un 64% de amoniaco, que contribuye a la acidificación de la lluvia. Todos estos gases son producto

del estiércol, los desechos y los gases intestinales de los animales. Con la mayor prosperidad y la asunción de valores

occidentales en todo el mundo, las personas consumen más carne y más lácteo s que nunca en la historia: la producción

mundial de carne se estima en unos 229 millones de toneladas. De seguir el ritmo de consumo actual, esta cifra se verá

duplicada a 465 millones de toneladas en 2050, mientras que los lácteos subirán desde los 580 a las 1043 millones de toneladas

en el mismo lapso. ¿Seguiremos pagando para consumir productos que no necesitamos, y que tanto mal hacen al planeta?

Fuente: Ecosofía. Informe FAO: “Livestock Long Shadow” (en inglés).

12. Problema del agua


Nos quedaremos sin agua: la escasez mundial de agua dulce está siendo agravada por la cría de animales. Y los productores de

carne son los mayores contaminadores de agua, pues contribuyen a la polución, degeneración y eutrofización** de los cursos de

agua. Los mayores agentes contaminantes del agua son los desechos animales (estiércol y orines), antibióticos y hormonas, los

químicos para el teñido y curtido de los cueros, y los fertilizantes y pesticidas usados para pulverizar los campos de cereal y

grano. El reporte de la FAO “Livestock Long Shadow” del año 2006 considera a la ganadería como la principal fuente de

contaminación por fósforo y nitrógeno en en el mar del Sur de China, contribuyendo por tanto a la pérdida de biodiversidad en el

ecosistema marino.

Y es que las cantidad de agua que se requieren para producir carne y lácteos son alarmantes: 4.500 litros de agua para producir

un corte de 300 gr. de carne de vaca; 1.170 litros de agua por la misma porción de pollo; 200 litros de agua para producir 1

huevo. Se necesitan también 1.000 litros de agua para producir 1 litro de leche, y 5.000 litros de agua para producir 1 kilo de

queso. ¿Continuarás alimentando esta cadena de polución y egoísmo?

** La “eutrofización” es el incremento de sustancias nutritivas en aguas dulces de lagos y embalses, que provoca un exceso de

fitoplancton. Como las granjas industriales desechan detritus, contaminan las aguas con el exceso de nutrientes y hormonas que

los animales desechan.

Fuente: Chapagain, A.K.; Hoekstra, A.Y.: Huellas del Agua en las Naciones. Investigaciones sobre el valor del agua, Serie Nº 16,

UNESCO-IHE, Delft, Holanda, 2004. Informe FAO: “Livestock Long Shadow” (en inglés).


13. Piensa en tu salud
Si consumes carne y lácteos, consumes las hormonas sintéticas con que se alimenta a los animales para hacerlos crecer y

ganar peso rápidamente. En el caso de las vacas lecheras, las hormonas se usan para incrementar la producción de leche; y

todo esto sólo aumenta la rentabilidad de la industria cárnica y láctea. Al comer carne y lácteos también consumes los

antibióticos, pesticidas y otros químicos que se mezclan con la comida de los animales.

Nadie sabe el efecto que las hormonas tienen sobre tu salud pues aún no existen estudios de largo plazo que exploren esta

relación, sin embargo, algunas hormonas esteroides sintéticas que se agregan a la alimentación animal aumentan el riesgo de

sufrir cánceres: el DES (dietilestilbestrol) se asocia al cáncer vanigal, y el estrógeno al cáncer de mama. En países desarrollados

como Canadá o Estados Unidos continúan su uso. Sólo allí el 55% de todos los antibióticos producidos por la industria son

suministrados a los animales y el porcentaje de infecciones por estafilococos resistentes a la penicilina pasó de 14% en 1960 a

91% en 1988. A pesar de que la Unión Europea ha prohibido el uso de hormonas de crecimiento en los animales, si que se han

desatado varias alarmas de seguridad alimentaria al encontrar hormonas y otros contaminantes en la cadena de producción de

carne o leche. Y todo eso, lo comes tú y se lo das a tu familia.

Fuente: Gandhi, R., Snedeker, S.: “Consumer Concerns About Hormones in Food”. Fact Sheet #37, June 2000, Program on

Breast Cancer and Environmental Risk Factors in New York State. Comité de Médicos por una Medicina Responsable

(PCRM): Proyecto Cáncer.

14. No quieres enfermar


Porque no quieres enfermar: las siguientes enfermedades son más comunes entre los consumidores de carne, leche y grasas de

origen animal: anemia, apendicitis, artritis, cáncer de mama, colon y próstata; estreñimiento, diabetes, cálculos biliares, gota,

hipertensión arterial, indigestión, obesidad, hemorroides, varices y derrames cerebrales, entre otras. Los vegetarianos visitan al

hospital un 22% menos que quienes comen carne y por estancias más cortas. Los vegetarianos tienen un nivel de colesterol en

la sangre al menos un 20% menor que quienes comen carne y esto reduce los riesgos de ataques al corazón y diferentes

cánceres de forma considerable. Porque siempre será mejor prevenir que curar, avanza hacia una dieta libre de carne, lácteos y

huevos!

Fuente: Physicians Committee for Responsible Medicine: “Analysis of Health Problems Associated with High-Protein, High-Fat,

Carbohydrate-Restricted Diets Reported via an Online Registry”, 2004.; China Project

15. La carne es poco eficiente


Porque es poco eficiente: la producción de carne y lácteos es ineficiente desde el punto de vista energético. Todos los animales

usan la energía de la comida para moverse, mantener su temperatura y su funcionamiento fisiológico. Esto significa que sólo un

pequeño porcentaje de la energía obtenida del pienso es convertida en carne o lácteos. Dicha eficiencia puede ser medida en

términos de la tierra que se requiere para producir una caloría cárnica. El químico G. Tyler Miller ha diseñado una simple cadena

alimenticia para ilustrar cómo operan las leyes de la energía en la criaturas vivas. La cadena está formada por pasto,

saltamontes, ranas, truchas y humanos. Cuando el saltamontes come pasto, y la rana se come al saltamontes, y la trucha se

come a la rana, etc. existe pérdida de energía. En el proceso de devorar a la presa, dice Miller, “cerca de un 80-90% de la

energía se devuelve al medio ambiente en forma de calor”. Sólo entre un 10 a un 20% de la energía devorada permanece en los
tejidos del predador para transferirse a la siguiente etapa de la cadena”. Luego suma el número de cada especie requerida para

mantener a las siguientes especies vivas: “se requieren 300 truchas para mantener a un hombre por un año. La trucha, en

cambio, debe consumir 90.000 ranas, que deben consumir 27 millones de saltamontes que viven de 100 toneladas de pasto.”

Para el caso de las vacas, sólo un 11% de lo que comen se convierte en carne, y el resto se quema como energía en procesos

metabólicos, excreción y absorción en partes del cuerpo que no son comestibles (pelo, huesos, etc.). Como señala David

Pimentel: “la proteína para alimentar al ganado es ineficiente, el animal produce menos de 50 kilos de proteína tras consumir 790

kilos de proteína vegetal”.

Fuente: Rifkin, J., “Beyond the Beef. The rise and fall of the Cattle Culture”. Plume, New York, 1993; Vegan Society

16. Deberías pagar más


Pagas poco, pero deberías pagar más: el bajo precio de venta de la carne tiene costos ocultos que todos los contribuyentes

pagamos muy alto. No es más barato producir carne que vegetales: lo que sucede es que la industria cárnica está

subvencionada por los gobiernos locales y supranacionales (en el caso de la Unión Europea), por lo que el precio que paga el

consumidor es mucho menor del que debería pagar en realidad; pues evaden una serie de costos que nos afectan a todos:

contaminación de agua, del aire y la tierra, virus y bacterias zoonóticas resistentes a los antibióticos, las enfermedades

alimentarias, pérdida de biodiversidad, tala de bosques, emisiones de CO2 al medio ambiente, el petróleo utilizado en el

transporte (del pienso, los animales, la carne, los insumos industriales) que también está subvencionado, etc.

Fuente: Salatin, Joel: “Everything I Want to Do Is Illegal”. Chelsea Green Publishing, 2007. Dossier “Stop EU subsidies to

liverstock industry”, Nutrition Ecology International Center.

17. Los animales sufren dolor


Los animales sufren dolor y miedo, tal como las personas. ¿Te gustaría pasar tus últimas horas encerrado en un camión, con

cientos de otros animales aterrorizados y cruelmente empujados a una cámara empapada de sangre y olor a muerte? Cualquier

persona que come carne aprueba y apoya esta industria que se cobra la vida de un animal cada tres segundos. Nunca en la

historia hemos desarrollado una industria y un conocimiento técnico tan avanzado para hacer morir a tantos seres vivos, de una

manera tan fría y calculada. Y aunque nos guste pensar que las leyes existen para proteger a los animales del dolor y del

maltrato, nada está más lejos de la realidad. Cada vez que se instalan cámaras de vigilancia en granjas, camiones de transporte

y mataderos, podemos ver que los animales son tratados de cualquier manera menos con respeto y consideración porque es un

ser que siente. ¿Seguiremos pagando para que otros torturen a los animales, por product os que ni siquiera necesitamos? Mejor

comencemos a ver a los animales como lo que realmente son: compañeros en la intrincada red de la vida sobre la tierra.

Documental: “La vida emocional de los animales de granja”.

18. Ahorra tu dinero


Reduce los costos de tu factura médica: alimentarte sin lácteos, carne ni huevos mejorará ostensiblemente tu salud, ayudándote

a prevenir enfermedades. Si practicas la medicina preventiva, alimentándote de manera más sana, haciendo ejercicio

regularmente y dejando el tabaco, es seguro que tus facturas médicas se reducirán. Como nos revela un estudio hecho por

médicos del PCRM: “Si asumimos que del 22% al 68% de los costes de tratamiento de hipertensión pueden ser atribuidos al

consumo de carne, los costes médicos anuales correspondientes son de $2.8 a 8.5 mil millones de dólares del dinero público
(…) Se estima que el exceso de coste de medicamentos atribuidos al consumo de carne son de $16.5 mil millones en dólares de

1992. (…) Los costes resultantes para desórdenes músculo-esqueléticos atribuidos a la obesidad son de $4.4 mil millones.

Además, los costes médicos combinados atribuidos al tabaco y al consumo de carne excedieron los costes previstos para

proveer cobertura medica para todos los estadounidenses no asegurados que participaron del estudio.” Similar es la situación en

Alemania, donde de los 156 mil millones de euros que se gastaron en atención de salud el año 1990, un 15,5% (24.166 millones)

fueron directamente causados por enfermedades alimentarias. Entre un 8% a un 16% de estos costos fueron causados por el

consumo de carne; una porción de 1,2% a 2,5% en el coste médico total. Los costos indirectos son 18,5 mil millones de euros.

Fuentes: Barnard, N., Nicholson, A., Howard, J.L.: “Los costes médicos del consumo de carne” (PCRM); Proyecto daNUbs

EVK1-CT-20000-00051, entrega 9.2 – 9.3, Reporte final IFIP.

19. Aumenta tu capacidad física


¡Puedes ser un deportista vegetariano!: los especialistas en medicina deportiva no encuentran muchas diferencias entre el

rendimiento de los deportistas vegetarianos y los omnívoros, ni en la capacidad aeróbica, anaerobica ni en la resistencia. Como

nos indica la Dra. Yolanda Vázquez Mazariego, directora de la Revista Sport Life: “la energía que necesitan los músculos es de

origen vegetal: la glucosa es la gasolina que mueve la vida, y la glucosa se encuentra en los alimentos ricos en carbohidratos

como la pasta, cereales, arroz, pan, patatas, verduras, frutas, etc. El músculo guarda esta energía en forma de glucógeno en el

hígado, músculos y en las células para disponer de glucosa durante el movimiento. Cuando se acaban las reservas de

glucógeno, por ejemplo al hacer ejercicio durante más de 30 o 50 minutos, se recurre a las reservas de grasas para conseguir

energía, por eso se recomienda hacer ejercicio de baja intensidad durante más de una hora para perder peso. Si comparas la

energía, los alimentos animales son básicamente proteínas y grasa, frente los alimentos vegetales que son ricos en

carbohidratos o azúcares y por tanto, ayudan a mantener las reservas energéticas a los deportistas. Por eso la pasta es el

alimento más habitual de los atletas, aporta energía sin grasas y recarga el glucógeno de los músculos antes del ejercicio”.

Muchos de los atletas más exitosos del mundo son vegetarianos. Los más reconocidos son el velocista Carl Lewis, ganador de 9

medallas de oro olímpicas, que reconoce seguir una dieta vegana durante los periodos de preparación; o la tenista retirada

Martina Navratilova. Y en España también tenemos a los triatletas Eneko y Hektor Llanos, hermanos, veganos e “iron-men”.

Fuentes: ¿Es compatible ser vegetariano y deportista?; Entrevista a Iñigo Mujika, entrenador de Eneko Llanos.

20. Siéntete orgulloso de ti mismo


Ésta razón la añado yo, basada en mi experiencia. Superar todos los inconvenientes de adoptar la dieta vegetariana no es,

reconozcámoslo, tarea sencilla en nuestra sociedad. Pero mantener tus convicciones e ideales por encima de la diosa

comodidad no tiene precio.

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