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EL OSCURO HERMANO GEMELO

Edgar Eduardo Quiroz García

“El oscuro hermano gemelo”, escrito en 1994, diez años después de la publicación del

Vals de Mefisto, es uno de los relatos más complejos de Sergio Pitol, debido a su

hibridez, entre ensayo del ensayo, ensayo del cuento, o cuento que parte de la

preocupación ensayística. No es de sorprenderse, ya que con este cuento se cierra su

etapa de relatos metafictivos, para explorar la siguiente, que es la de la memoria, donde

lo homogéneo de parte de su nueva poética. Así se ve en su libro El viaje o El arte de la

fuga, libros en los que la remembranza es motivo de relatos insertos o reflexiones

literarias y culturales.

Pero, entrando en materia. En ese cuento son notorios los mecanismos de la mise

en abyme de la enunciación, ya que es el ensayista quien caracteriza al personaje del

diplomático, como espejo de sí mismo. El diplomático es quien escucha dos historias,

gracias al parloteo de una de las embajadoras, éstas son motivo de la génesis de una

novela, donde la protagonista es una tal Chiquita. Además, puede destacarse que el

personaje del diplomático, no sólo comparte afinidades con el ensayista, sino con el

propio Pitol, debido a que el autor fue un diplomático sordo del oído izquierdo.

De esta manera se cumple un requisito del abismo de la enunciación. Sin

embargo, no debe olvidarse de ser mencionado que la función del ensayista, o sea el

autor del relato, también es la del lector implícito, quien emite juicios literarios para

hacer visible el espacio de la escritura: “el efecto de una mise en abyme enunciativa

varía también con el grado de analogía existente entre la actividad del autor y la de su

representante, y que este parámetro se aplica igualmente aunque de modo más difuso a

las mise en abyme del receptor y la recepción”.1


1
Lucien Dällenbach, El relato especular, trad. Ramón Buenaventura, Madrid: 1991, p. 97.

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