Está en la página 1de 3

FONOLOGÍA

Edgar Eduardo Quiroz García

Bien se dice que el lenguaje nació del sonido más primigenio, quizás para alertar a una

comunidad de algún peligro cercano, para expresas euforia, miedo, goce, etc. Pero, ¿cómo

ese sonido se volvió pensamiento? Más bien: ¿por qué el pensamiento requirió al sonido

para formar el lenguaje? No se sabe con certeza el cuándo, quién y cómo sucedió, sin

embargo, sí se puede estudiar lo ya hecho, lo bien articulado y funcional: el lenguaje.

Una de las ramas de estudio del lenguaje más interesantes -no digo que las otras no

lo sean, sino que es la más curiosa por la relación corpórea que necesita para ser realizada-

es la fonología, cuya ocupación principal es la de estudiar los sistemas sonoros,

conformados por símbolos y signos de toda índole. Su estudio no es sencillo debido a la

mutabilidad de la lengua, empero, a pesar de ello, se pueden catalogar como sistemas de

transcripción fonética. Esta nace luego de que los lingüistas notaran el pragmatismo del

lenguaje, lo cual los obligó a recurrir a subordinarlo con códigos representadores del

sonido. Uno de los más importantes, por demás útil a la hora de realizar este tipo de

estudios es el AFI (Alfabeto Fonético Internacional), de origen británico.

Ya entrando en materia de lo qué es y cómo opera la fonética, se puede decir que

requiere de una forzosa Emisión de Sonidos, debido a que todas las lenguas habladas lo

requieren para funcionar. La Emisión de “sonidos” demanda un “Tracto Vocal”, o sea, un

espacio para que los sonidos hechos por las cuerdas vocales se amplifiquen por medio de la

laringe y de la caja de voz, y, por ende, sean escuchados por el oyente, luego sean

comprendidos y contestados o refutados. Y lo anterior se realiza infinitas veces, solo por el

hecho de hablar una “lengua hablada”.


Cabría subrayar que, en comparación con los animales, nosotros somos herederos de

una conciencia sobre el uso de los sonidos y los clasificamos como “consonantes” y

“vocales”. Andrew Radford, en Introducción a la lingüística afirma que “las vocales se

caracterizan cuando se hacen vibrar las cuerdas vocales y se mantiene un sonido constante,

como ´aaa´ o ´uuu`”. En cambio “las consonantes se producen con un breve sonido, que

puede ser explosivo. Por ejemplo, la ´p´ o la ´t´” 1. Por lo tanto, estos sonidos formarán

sílabas, éstas, palabras, para luego formar oraciones.

La fonética de igual manera define los diferentes tipos de sonidos, según su

entonación y duración. Tal como sonido oclusivo, que se “produce en tres fases. Primero

cortando completamente el tracto vocal cerrando los labios. Después se intenta expulsar el

aire de los pulmones. Sin embargo, el aire no puede salir porque los labios están cerrados,

lo que causa cierta presión en la boca. Luego se abre la boca de golpe provocando un

sonido explosivo breve.”2 La p, b, t, d, k y g son oclusivas. Mientras que los sonidos

fricativos se realizan cuando el aire, a presión, es expulsado por un canal reducido, el cual

origina un ruido.”3 La f y la s son fricativas. Por otro lado, también están los sonidos

africados, “que se forman cuando una palabra empieza con sonido oclusivo y termina en

fricativo.”4 Un ejemplo de ello es la palabra chico.

La anterior clasificación perteneció a las consonantes y al modo en que el tracto

vocal realiza los sonidos. Por otra parte, las vocales tienen otra particularidad. A diferencia

de las consonantes, las vocales requieren más del uso de la lengua, que de los dientes,

paladar o labios. Así lo demuestran las vocales altas, “que están situadas en la parte anterior
1
Radford, Andrew; Martin Atkinson; David Britain; Harald Clahsen; Andrew Spencer (2000),
Introducción a la lingüística, Trad. De Nuria Bel Rafecas, Madrid: Cambridge University Press, p.
57.
2
Ibíd, p. 58.
3
Ibíd.
4
Ibíd, p. 59.
o posterior de la boca y su altura relativa.” 5 La i y la u son vocales altas. En cambio, las

vocales bajas como la a y la ae “están en la parte baja de la boca”.6 Las vocales medias,

como la e y la o “se localizan en la zona del eje alto y bajo”.7

Asimismo, debe añadirse que las vocales pueden formar dos tipos de palabras: los

diptongos y los monoptongos. Los primeros se crean cuando una “vocal consta de dos

componentes, por ejemplo, Deudo, Auto o Doy.”8 Los segundos “sólo son vocales únicas o

puras, tal como: Sí, Sé y Sal.”9

Ya para finalizar deben mencionarse los Fenómenos de prosodia. La fonética los

divide en tres: intensidad, tono y entonación. El acento es “una sílaba que tiende a ser

pronunciada con más intensidad y a menudo con más duración ligeramente superior a la

que tiene la sílaba no acentuada.”10 El énfasis de la pronunciación de un acento no es vana,

debido a que cumple con el papel de modificar el significado de una palabra. Así sucede

con las palabras libro (sustantivo) y libró (verbo conjugado), que, pese a su semejanza son

empleadas para distintas situaciones.

FUENTE:

Radford, Andrew; Martin Atkinson; David Britain; Harald Clahsen; Andrew Spencer

(2000), Introducción a la lingüística, Trad. De Nuria Bel Rafecas, Madrid:

Cambridge University Press,

5
Ibíd, p. 69.
6
Ibíd.
7
Ibíd. p. 70.
8
Ibíd, p. 71.
9
Ibíd.
10
Ibíd, p. 77.

También podría gustarte