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Industria y
tecnología.
Evolución del perfil
del intercambio
comercial
manufacturero en la
Argentina reciente
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Andrés Wainer
Investigador del CONICET/FLACSO y
docente en la UBA y la UNSAM
A demás de su nivel de ingreso, uno de los
elementos que caracteriza a las economías
desarrolladas es la existencia de una ma-
triz productiva diversificada, especialmente en lo que hace a
la producción de bienes y servicios con alto valor agregado y
contenido tecnológico. Una buena manera de medir el grado de
bienes permite aproximarse al grado de diversificación de la
estructura productiva y de la competitividad de los distintos
segmentos, pero presenta la desventaja de que da cuenta de la
tecnología incorporada en los productos y no de la utilizada en
el proceso de producción en el país exportador. Esto puede dar
lugar a ciertos “desajustes”, particularmente en aquellos casos
diversificación de una economía teniendo en cuenta su nivel de donde tienen una fuerte incidencia las industrias de ensam-
competitividad es a través del análisis de su comercio exterior blaje o de tipo “maquila”. Es por ello que, por un lado, no deben
desde un punto de vista que abarque, simultáneamente, dimen- aplicarse los mismos criterios indiscriminadamente a cualquier
siones cuantitativas y cualitativas. caso y, por otro, es recomendable que dicha información sea
El presente artículo se propone analizar si el importante complementada con otros indicadores como la incidencia y el
ritmo de crecimiento que tuvo la economía argentina en los carácter de las importaciones.
últimos años y la mejora en sus cuentas externas se han dado En este trabajo se utiliza una metodología basada en la clasi-
en paralelo a una modificación significativa del perfil de espe- ficación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
cialización industrial y de inserción del país en la división inter- Económico (OCDE), que subdivide a las manufacturas indus-
nacional del trabajo. En otras palabras, se busca establecer si la triales en cuatro grandes categorías: de alta tecnología, de me-
Argentina ha generado nuevas ventajas competitivas dinámicas diana-alta tecnología, de mediana-baja tecnología y de baja tec-
o si, por el contrario, siguen predominando las ventajas compa- nología. Debe aclararse que, dado el reducido nivel general de la
rativas estáticas del “antiguo” patrón de especialización basado inversión en investigación y desarrollo (I+D) por parte del sector
en el aprovechamiento de los recursos naturales, la producción privado en el grueso de América latina (y en la Argentina en
de algunos commodities industriales y la persistencia de unos particular), cuando se utilizan clasificaciones de este tipo en los
pocos ámbitos privilegiados de acumulación. países de la región debería prestarse más atención al nivel efec-
La metodología centrada en el contenido tecnológico de los tivo de integración de la producción que a la inversión en I+D
El texto presentado a continuación es un brevísimo resumen de una investigación de los autores de próxima publicación en una
obra colectiva (Schorr, M. [coord.]: Argentina en la posconvertibilidad: ¿Desarrollo o crecimiento industrial? Estudios de economía
política, Miño y Dávila, Buenos Aires, en prensa).
Nota: La suma de las participaciones de las distintas ramas puede no coincidir exactamente con los totales por el redondeo. *NCP: No clasificado previamente.
relevantes para dimensionar el nivel de dependencia tecnoló- nomía, siendo que las mismas se expandieron un 61% más que
gica y de (des)integración de la producción local. Asimismo, la el producto.
comparación de las mismas con las exportaciones permite reali- En ese crecimiento notable de las importaciones globales se
zar una aproximación al nivel de “desequilibrio tecnológico” que resalta el hecho de que la mayor parte de las mismas correspon-
presenta la matriz industrial de la Argentina. de a insumos y bienes de capital necesarios para la producción,
Omitiendo el año 2002 por sus peculiaridades (brusca caída aunque también sobresale el alza que experimentaron en los
de las compras externas como consecuencia del desenlace de últimos años las importaciones de combustibles y energía aso-
la crisis de la convertibilidad), se comprueba que entre 2003 ciadas a las necesidades derivadas del crecimiento económico y
y 2011 las importaciones se expandieron a una tasa anual las restricciones existentes en materia energética.
acumulativa del 23,1%. Pese al incremento abrupto en el nivel En lo que respecta exclusivamente a la importación de ma-
del tipo de cambio, el ritmo de crecimiento del conjunto de nufacturas, las evidencias disponibles indican que incrementa-
las importaciones durante la posconvertibilidad superó al de ron su proporción sobre el consumo aparente del sector fabril en
las exportaciones totales e incluso lo hizo a una velocidad más de 10 puntos porcentuales durante la etapa de crecimiento
mayor que durante la etapa de convertibilidad. La suba de las de la posconvertibilidad, pasando del 17% en 2003 al 27,1% en
compras al exterior fue muy superior al crecimiento de la eco- 2011 (porcentual que, en promedio, fue del 16,7% bajo el esque-
ma de caja de conversión). Al considerar las importaciones de
bienes industriales según su complejidad tecnológica se observa
que las que más crecieron fueron las de manufacturas de media-
no-bajo contenido tecnológico (27,6% anual), seguidas por las de
alto contenido tecnológico (23,5% anual). Tanto las importacio-
nes de manufacturas de mediano-alto componente tecnológico
como las de bajo contenido se expandieron menos que el pro-
medio general (22,6% y 17,2%, respectivamente).
Si bien los cambios en los precios relativos a nivel mundial
a favor de las commodities pueden haber desalentado la pro-
ducción de bienes industriales en nuestro país y, por ende, el
despliegue de una dinámica sustitutiva, el comportamiento de
las importaciones de manufacturas en la última década excede
este fenómeno. Es indudable que la mayor dependencia de las
importaciones no implica necesariamente una continuidad
con el proceso de desmantelamiento industrial que sufrió la
economía argentina durante la década de 1990 (con sus ante-
cedentes desde 1976), sino que puede estar vinculada al tipo
de sectores que lideraron el crecimiento manufacturero en un En ese marco, la composición de la canasta importadora de
escenario doméstico signado por una casi total ausencia de bienes fabriles varió muy poco en la etapa reciente respecto de
políticas industriales activas con vistas a la sustitución de im- lo acontecido bajo el régimen de convertibilidad. Tal como se
portaciones (la poca intervención estatal efectiva en materia visualiza en el Cuadro Nº 2, las manufacturas con mediano-alto
sustitutiva estuvo mayoritariamente orientada por necesidades contenido tecnológico siguen explicando más de la mitad de
de índole macroeconómica de corto alcance y no sectoriales o las importaciones de productos industriales. Si bien los bienes
de desarrollo a mediano y largo plazo; un claro ejemplo de esto de alto contenido tecnológico perdieron algo de participación
es la subordinación casi exclusiva de la política arancelaria o de en los últimos años, pasando del segundo lugar en importancia
restricción de importaciones a la suerte de la balanza de pagos). al tercero, no se percibe una tendencia sostenida a la baja en la
Al respecto, hubo actividades que tras la devaluación de 2002 ponderación de esta categoría (de hecho tanto en 1996 como en
crecieron por encima del resto y que muestran una elevada pro- 2002 y 2003 la participación había sido menor). Las de menor
pensión importadora (tales los casos, a título ilustrativo, de la participación siguen siendo las importaciones de manufacturas
rama automotriz, la electrónica de consumo y diversos químicos de bajo contenido tecnológico, que registraron su punto más
y metalmecánicos). exiguo en 2011.
Nota: La suma de las participaciones de las distintas ramas puede no coincidir exactamente con los totales por el redondeo. *NCP: No clasificado previamente.
Limitaciones y desafíos para el ponentes más importantes de los mismos y, en una hipotética
desarrollo tercera etapa, a producir algunos de los medios de producción
Paradójicamente, en la economía argentina se da por lo gene- necesarios para la fabricación de dichos productos.
ral una correlación inversa entre el valor agregado generado Si bien el cumplimiento de estas tres fases (bienes finales,
localmente y el nivel de complejidad tecnológica. Es decir, se insumos y maquinarias) en algunos sectores de alta complejidad
observa mayormente una relación negativa entre la “cantidad” sería un gran avance en términos de densidad tecnológica y
de encadenamientos productivos que genera la fabricación de valor agregado, para lograr un desarrollo pleno aún restaría que
un bien “hacia atrás” y el contenido tecnológico incorporado en tanto la producción de los bienes finales como de los medios de
dicho producto. Tal como sucede con el régimen de promoción producción sean crecientemente el resultado de investigaciones
especial de Tierra del Fuego, las ramas que producen (en rigor y desarrollos generados en el ámbito doméstico y no meramente
ensamblan) los bienes tecnológicamente más sofisticados sue- la importación de paquetes tecnológicos cerrados. Por supuesto
len ser las menos integradas localmente y, por el contrario, es en que objetivos de esta índole exceden largamente los límites de
la producción de manufacturas de bajo contenido tecnológico una política industrial ya que se requiere, además, de una activa
donde, por lo general, se observan mayores encadenamientos e integral política estatal que también involucre al aparato cien-
productivos. Es por esto que se da una relación contradictoria tífico-tecnológico y educativo a nivel nacional.
entre el valor exportado y el valor agregado: cuanto mayor es el
monto exportado por unidad de producto (a mayor tecnología
incorporada, mayor precio), menor es el nivel de integración de
la producción de dicho bien a nivel nacional. Desde ya, esto no
supone que la política económica deba limitarse a profundizar
las ventajas comparativas estáticas que posee el país, sino que
se vuelve indispensable que la producción de bienes finales de
mayor contenido tecnológico vaya acompañada de políticas que
apunten, en una segunda etapa, a producir localmente los com-