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ALLAN R. BREWER-CARÍAS
Profesor Emérito de la Universidad Central de Venezuela
SUMARIO
I. LA SUPREMACÍA Y RIGIDEZ CONSTITUCIONAL EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO Y EL DERECHO
CIUDADANO A DICHA SUPREMACÍA.—II. EL DESPRECIO A LA RIGIDEZ CONSTITUCIONAL EN LA
* Trabajo preparado para el Libro Homenaje a Santiago Muñoz Machado, Reforma Constitucional
y Organización del Estado, Madrid, 2015.
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mento del ordenamiento jurídico» (art. 7) asignando a todos los jueces «la obligación
de asegurar la integridad de esta Constitución», y de aplicar sus previsiones con prefe-
rencia a cualquier otra norma (art. 334) 1, y en particular al Tribunal Supremo de Justi-
cia la de garantizar «la supremacía y efectividad de las normas y principios constitucio-
nales» (art. 335). La misma Constitución, además, la garantía de su rigidez para asegurar
que siendo producto de la voluntad popular, su reforma o modificación esté fuera del
alcance del legislador ordinario, estableciendo, en cambio, mecanismos y procedimien-
tos específicos para las reformas y enmiendas constitucionales, y para la reforma total
mediante una Asamblea Constituyente, que solo pueden realizarse con participación
popular (arts. 340-349).
Estas declaraciones dan origen, ante todo, al que quizás es el principal derecho
ciudadano que es el derecho a la Constitución misma y a su supremacía 2, lo que implica
el derecho a que el texto fundamental no pierda vigencia, ni sea violado; el derecho a
que no pueda ser reformado o modificado mediante los procedimientos previstos en la
Constitución; y el derecho a poder controlar la constitucionalidad de todos los actos
estatales que atenten contra dichos derechos.
El principio de la supremacía constitucional fue el gran y principal aporte de la
revolución norteamericana al constitucionalismo moderno 3, y su desarrollo progresivo
ha sido el fundamento de los sistemas de justicia constitucional en el mundo contempo-
ráneo, incluyendo los destinados a la protección, amparo o tutela de los derechos y li-
bertades consagrados en las Constituciones. Recordemos que sobre el mismo, Alexan-
der Hamilton en El Federalista, al referirse al papel de los jueces como intérpretes de la
ley, señaló en 1788:
«Una Constitución es, de hecho, y así debe ser vista por los jueces, como ley fun-
damental, por tanto, corresponde a ellos establecer su significado así como el de cual-
quier acto proveniente del cuerpo legislativo. Si se produce una situación irreconocible
entre los dos, por supuesto, aquel que tiene una superior validez es el que debe preva-
lecer; en otras palabras, la Constitución debe prevalecer sobre las leyes, así como la in-
tención del pueblo debe prevalecer sobre la intención de sus agentes» 4.
De esta afirmación, además del poder de los jueces para poder controlar la consti-
tucionalidad de las leyes, se destaca la afirmación esencial de que si la Constitución es
1
Me correspondió proponer en la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 la consagración en
forma expresa de dichos principios constitucionales en los artículos 7 y 334. Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS,
Debate Constituyente (Aportes a la Asamblea Nacional Constituyente), tomo II (9 septiembre-17 octubre
1999), Fundación de Derecho Público-Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 1999, pág. 24.
2
Al tema me he referido en diversos trabajos, y entre ellos, en el libro de ALLAN R. BREWER-CA-
RÍAS, Mecanismos nacionales de protección de los derechos humanos (Garantías judiciales de los derechos
humanos en el derecho constitucional comparado latinoamericano), Instituto Interamericano de Dere-
chos Humanos, San José, 2005, págs. 74 y ss.
3
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Reflexiones sobre la Revolución Americana (1776), la Revolución
Francesa (1789) y la Revolución Hispanoamericana (1810-1830) y sus aportes al constitucionalismo moder-
no, Colección Derecho Administrativo n.º 2, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2008.
4
The Federalist (ed. por B.F. Wrigth), Cambridge, Mass. 1961, págs. 491-493.
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La que fue la primera Constitución nacional sancionada en Hispano América. Véase ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, Las Constituciones de Venezuela, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas,
2008, tomo I.
6
Sobre la desobediencia civil y el artículo 350 de la Constitución de Venezuela, véase: MARÍA L.
ÁLVAREZ CHAMOSA y PAOLA A. A. YRADY, «La desobediencia civil como mecanismo de participación
ciudadana», en Revista de Derecho Constitucional, n.º 7 (enero-junio). Editorial Sherwood, Caracas,
2003, págs. 7-21; ANDRÉS A. MEZGRAVIS, «¿Qué es la desobediencia civil?», en Revista de Derecho
Constitucional, n.º 7 (enero-junio), Editorial Sherwood, Caracas, 2003, págs. 189-191; &ARIE PICARD DE
ORSINI, '()*+-./023-)*/+ 23/032 ./ 42 ./+)5/.-/*3-2 3-6-4 3)7) -*+8097/*8) ./ 42 ./7)3023-2:, /* El
Derecho Público a comienzos del siglo XXI. Estudios homenaje al Profesor Allan R. Brewer-Carías, tomo I,
Instituto de Derecho Público, UCV, Civitas Ediciones, Madrid, 2003, págs. 535-551; y ELOÍSA AVELLA-
NEDA y LUIS SALAMANCA, «El artículo 350 de la Constitución: derecho de rebelión, derecho resistencia
o derecho a la desobediencia civil», en El Derecho Público a comienzos del siglo XXI. Estudios homenaje
al Profesor Allan R. Brewer-Carías, tomo I, Instituto de Derecho Público, UCV, Civitas Ediciones,
Madrid, 2003, págs. 553-583.
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para cada porción del pueblo, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de
los deberes».
Pero por supuesto, ese derecho a la rebelión en el Estado constitucional, tiene un
sustituto y es el derecho a la justicia constitucional. Es decir, como lo recordó Sylvia
Snowiss en su análisis histórico sobre los orígenes de la justicia constitucional de Nor-
teamérica, los sistemas de control de constitucionalidad efectivamente surgieron como
un sustituto a la revolución 7, en el sentido de que si los ciudadanos tienen derecho a la
supremacía constitucional como pueblo soberano, cualquier violación de la Constitu-
ción podría dar lugar a la revocatoria del mandato a los representantes o a su sustitu-
ción por otros, en aplicación del derecho a la resistencia o revuelta que defendía John
Locke 8. Antes del surgimiento del Estado de Derecho, en caso de opresión de los dere-
chos o de abuso o usurpación del poder, la revolución era la vía de solución a los con-
flictos entre el pueblo y los gobernantes. Como sustituto de la misma, sin embargo,
precisamente surgió el poder atribuido a los jueces para dirimir los conflictos constitu-
cionales entre los poderes constituidos o entre estos y el pueblo. Esa es, precisamente,
la tarea del juez constitucional, quedando configurada la justicia constitucional como la
principal garantía al derecho ciudadano a la supremacía constitucional, de manera que
si esta no funciona o es inoperante para proteger la voluntad popular, surge entonces
de nuevo el derecho a la rebelión del pueblo.
En todo caso, todas estas no son más que manifestaciones del derecho que los ciu-
dadanos tienen a la Constitución y a su supremacía, que es necesario continuar reafir-
mando y consolidando, sobre todo ante regímenes que en fraude a la Constitución y a
la propia democracia, han venido usando sus propias normas para violarlas y demoler
las bases de la democracia, tal como ha venido ocurriendo en Venezuela en estos co-
mienzos del siglo XXI.
En efecto, en la Constitución de 1999, el principio de la rigidez de la Constitución
se reflejó en la previsión de procedimientos específicos para la revisión de la Constitu-
ción, proscribiendo que puedan realizarse modificaciones a la Constitución por la
Asamblea Nacional mediante el solo procedimiento de formación de las leyes, y exi-
giéndose siempre para cualquier revisión constitucional, la participación del pueblo
como poder constituyente originario 9.
Esos procedimientos son: las Enmiendas Constitucionales, las Reformas Constitu-
cionales y la Asamblea Nacional Constituyente, según la importancia de las modifica-
7
Véase SILVIA SNOWISS, Judicial Review and the Law of the Constitution, Yale University Press,
1990, pág. 113.
8
Véase JOHN LOCKE, Two Treatises of Government (ed. Peter Laslett), Cambridge UK, 1967,
págs. 211 y 221 y ss.
9
Véase sobre este tema ALLAN R. BREWER-CARÍAS, «Reforma Constitucional y Control de Consti-
tucionalidad», en Reforma de la Constitución y control de constitucionalidad. Congreso Internacional,
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá Colombia, Bogotá, 2005, págs. 108-159; y en Libro Homenaje
al Padre José Del Rey Fajardo S.J., Fundación de Derecho Público, Universidad Valle del Momboy,
Editorial Jurídica Venezolana, Caracas Valera, 2005, tomo II, págs. 977-1011. Igualmente, ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, «Modelos de revisión constitucional en América Latina», en Boletín de la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, enero-diciembre 2003, n.º 141, año LXVV, Caracas, 2004, págs. 115-154.
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Sobre el significado de estos procedimientos, véase sentencia n.º 1140 de la Sala Constitucional
de 5-19-2000, en Revista de Derecho Público, n.º 84, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2000.
11
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en la sentencia n.º 74 de 25-1-2006
señaló que un fraude a la Constitución ocurre cuando se destruyen las teorías democráticas «median-
te el procedimiento de cambio en las instituciones existentes aparentando respetar las formas y
procedimientos constitucionales», o cuando se utiliza «del procedimiento de reforma constitucional
para proceder a la creación de un nuevo régimen político, de un nuevo ordenamiento constitucional,
sin alterar el sistema de legalidad establecido, como ocurrió con el uso fraudulento de los poderes
conferidos por la ley marcial en la Alemania de la Constitución de Weimar, forzando al Parlamento
a conceder a los líderes fascistas, en términos de dudosa legitimidad, la plenitud del poder constitu-
yente, otorgando un poder legislativo ilimitado»; y que un falseamiento de la Constitución ocurre
cuando se otorga «a las normas constitucionales una interpretación y un sentido distinto del que
realmente tienen, que es en realidad una modificación no formal de la Constitución misma», conclu-
yendo con la afirmación de que «Una reforma constitucional sin ningún tipo de límites, constituiría un
fraude constitucional». Véase en Revista de Derecho Público, n.º 105, Editorial Jurídica Venezolana,
Caracas, 2006, págs. 76 y ss.
12
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Reforma constitucional y fraude a la Constitución (1999-2009),
Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2009.
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13
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Reforma constitucional y fraude a la Constitución (1999-2009),
Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2009; y «Reforma Constitucional y fraude a la
Constitución: el caso de Venezuela 1999-2009», en PEDRO RUBÉN TORRES ESTRADA y MICHAEL NÚÑEZ
TORRES (coordinadores), La reforma constitucional. Sus implicaciones jurídicas y políticas en el contexto
comparado, Cátedra Estado de Derecho, Editorial Porrúa, México, 2010, págs. 421-533. Véanse ade-
más todos los estudios sobre los decretos-leyes de 2008 y la implementación fraudulenta de la reforma
constitucional rechazada en 2007, publicados en la Revista de Derecho Público, n.º 115 (Estudios sobre
los decretos-leyes), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2008.
14
Véase el estudio de la Constitución en cuanto a la regulación de este modelo de Estado Cons-
titucional en ALLAN R. BREWER-CARÍAS, La Constitución de 1999. Derecho Constitucional venezolano,
2 tomos, Caracas, 2004.
15
Véase sobre la Constitución Económica, lo que hemos expuesto en ALLAN R. BREWER-CARÍAS,
La Constitución de 1999. Derecho Constitucional Venezolano, tomo II, Editorial Jurídica venezolana,
Caracas, 2004, págs. 53 y ss.; y en «Reflexiones sobre la Constitución Económica» en Estudios sobre la
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Constitución Española. Homenaje al Profesor Eduardo García de Enterría, Madrid, 1991, págs. 3.839 a
3.853. Véase, además, HENRIQUE MEIER, «La Constitución económica», en Revista de Derecho Corpora-
tivo, vol. 1, n.º 1. Caracas, 2001, págs. 9-74; DAGMAR ALBORNOZ, «Constitución económica, régimen
tributario y tutela judicial efectiva», en Revista de Derecho Constitucional, n.º 5 (julio-diciembre), Edi-
torial Sherwood, Caracas, 2001, págs. 7-20; ANA C. NÚÑEZ MACHADO, «Los principios económicos de
la Constitución de 1999», en Revista de Derecho Constitucional, n.º 6 (enero-diciembre), Editorial
Sherwood, Caracas, 2002, págs. 129-140; CLAUDIA BRICEÑO ARANGUREN y ANA C. NÚÑEZ MACHADO,
«Aspectos económicos de la nueva Constitución», en Comentarios a la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, Vadell Hermanos, Editores, Caracas, 2000, págs. 177 y ss.
16
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Hacia la Consolidación de un Estado Socialista, Centralizado,
Policial y Militarista. Comentarios sobre el sentido y alcance de las propuestas de reforma constitucional
2007, Colección Textos Legislativos, n.º 42, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas 2007; ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, La reforma constitucional de 2007 (Comentarios al Proyecto inconstitucionalmente san-
cionado por la Asamblea Nacional el 2 de noviembre de 2007), Colección Textos Legislativos, n.º 43,
Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2007; «Estudio sobre la propuesta presidencial de reforma
constitucional para la creación de un Estado Socialista, Centralizado y Militarista en Venezuela (análi-
sis del anteproyecto presidencial, agosto 2007», en Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da
Coruña, Revista jurídica interdisciplinaria internacional, Con. 12, La Coruña, 2008, págs. 87-125; «Ha-
cia la creación de un Estado Socialista, Centralizado y Militarista en Venezuela. Análisis de la propues-
ta presidencial de reforma constitucional», en Estudios Jurídicos, volumen XIII, enero 2004-diciembre
2007, Asociación Hipólito Herrera Billini, Santo Domingo, República Dominica, 2008, págs. 17-66;
«Estudio sobre la propuesta presidencial de reforma constitucional para la creación de un Estado So-
cialista, Centralizado y Militarista en Venezuela (agosto 2007)», Revista de Derecho Público», n.º 111,
(julio-septiembre 2007), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2007, págs. 7-42.
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que no es otra cosa que los fungibles» 17, la cual, sin duda, requería de una revisión
constitucional mediante una Asamblea Constituyente.
17
Véase voto salvado a la sentencia n.º 2042 de la Sala Constitucional de 2 de noviembre de 2007
en la cual se declaró inadmisible un amparo constitucional ejercido contra el presidente de la Repúbli-
ca y la Asamblea Nacional, con motivo de la inconstitucional «reforma constitucional» de 2007, en
Revista de Derecho Público, n.º 112 (Estudios sobre la reforma constitucional), Editorial Jurídica Vene-
zolana, Caracas, 2007, págs. 642 y ss.
18
Véase Decreto n.º 5138 de 17-1-2007, Gaceta Oficial, n.º 38.607, de 18-1-2007.
19
Ello también lo declaró públicamente, además, la presidenta de la Asamblea Nacional al insta-
larse el Consejo. Véase en El Universal, 20-2-2007.
20
Ello lo advertimos apenas se sancionó la Constitución en ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Federalismo
y municipalismo en la Constitución de 1999 (Alcance de una reforma insuficiente y regresiva), Cuadernos
de la Cátedra Allan R. Brewer Carías de Derecho Público, n.º 7, Universidad Católica del Táchira, Edi-
torial Jurídica Venezolana, Caracas-San Cristóbal, 2001; y «El Estado federal descentralizado y la cen-
tralización de la federación en Venezuela. Situación y perspectiva de una contradicción constitucional»
en Federalismo y regionalismo, coordinadores Diego Valadés y José María Serna de la Garza, Universi-
dad Nacional Autónoma de México, Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, Serie Doctrina Jurídica n.º 229, México, 2005, págs. 717-750.
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Véase Discurso de Orden pronunciado por el ciudadano Comandante Hugo Chávez Frías, Presi-
dente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela en la conmemoración del Ducentécimo
Segundo Aniversario del Juramento del Libertador Simón Bolívar en el Monte Sacro y el Tercer Aniversa-
rio del Referendo Aprobatorio de su mandato constitucional, Sesión especial del día miércoles 15 de
agosto de 2007, Asamblea Nacional, División de Servicio y Atención legislativa, Sección de Edición,
Caracas, 2007.
22
Ídem, pág. 4.
23
Ídem, pág. 33.
24
Ídem, pág. 4. Es decir, se pretende imponer al 56% de los votantes que no votaron por la ree-
lección presidencial, la voluntad expresada por solo el 46% de los votantes inscritos en el Registro
Electoral que votaron por la reelección del presidente. Según las cifras oficiales del CNE, en las elec-
ciones de 2006, de un universo de 15.784.777 votantes inscritos en el Registro Electoral, solo 7.309.080
votaron por el presidente.
25
Véase Discurso…, pág. 34.
26
Ídem, pág. 32.
27
Ídem, pág. 35. Estos conceptos se recogen igualmente en la Exposición de Motivos para la Re-
forma Constitucional, agosto 2007, donde se expresa la necesidad de «ruptura del modelo capitalista
burgués» (pág. 1), de desmontar la superestructura que le da soporte a la producción capitalista»
(pág. 2); de «dejar atrás la democracia representativa para consolidar la democracia participativa y
protagónica» (pág. 2); de «crear un enfoque socialista nuevo» (pág. 2) y «construir la vía venezolana al
socialismo» (pág. 3); de producir «el reordenamiento socialista de la geopolítica de la Nación» (pág. 8);
de la «construcción de un modelo de sociedad colectivista» y «el Estado sometido al poder popular»
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(pág. 11); de «extender la revolución para que Venezuela sea una República socialista, bolivariana», y
para «construir la vía venezolana al socialismo; construir el socialismo venezolano como único camino
a la redención de nuestro pueblo» (pág. 19).
28
Ley de Consejos Comunales, Gaceta Oficial n.º 5806 Extra.,10-4-2006. Véase ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, «El inicio de la desmunicipalización en Venezuela: La organización del Poder Popular
para eliminar la descentralización, la democracia representativa y la participación a nivel local», en
AIDA, Ópera Prima de Derecho Administrativo. Revista de la Asociación Internacional de Derecho Ad-
ministrativo, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores de Aca-
tlán, Coordinación de Postgrado, Instituto Internacional de Derecho Administrativo «Agustín Gordi-
llo», Asociación Internacional de Derecho Administrativo, México, 2007, págs. 49 a 67.
29
Véase el Proyecto de Exposición de Motivos para la Reforma Constitucional, Presidencia de la
República, Proyecto Reforma Constitucional. Propuesta del Presidente Hugo Chávez Agosto 2007. El
texto completo fue publicado como Proyecto de Reforma Constitucional. Versión atribuida al Consejo
Presidencial para la reforma de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Caracas, Ate-
nea, 1 de julio de 2007.
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30
Sobre el concepto de fraude a la Constitución véase la sentencia de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, n.º 74 de 25-1-2006, en Revista de Derecho Público n.º 105, Editorial
Jurídica Venezolana, Caracas, 2006, págs. 76 y ss.
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al jefe de Estado, y con la creación del nuevo componente de la Milicia Popular Boliva-
riana 31.
Dada lo fundamental de esas reformas, la propuesta en 2007 fue de carácter frau-
dulento, como lo advirtieron reiteradamente diversas instituciones representativas del
país 32, e incluso algún magistrado del Tribunal Supremo de Justicia lo observó 33, la cual
31
Véase sobre estas reformas, ALLAN R. BREWER-CARÍAS, La reforma constitucional de 2007 (Co-
mentarios al proyecto inconstitucionalmente sancionado por la Asamblea Nacional el 2 de noviembre de
2007), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2007.
32
En tal sentido se pronunciaron, por ejemplo, las Academias de Medicina, Ciencias Políticas y
Sociales, y de Ingeniería y el Hábitat (23-10-2007, El Universal); la Conferencia Episcopal Venezolana
(19-10-2007, El Nacional), el Instituto de Previsión Social del Abogado, los Colegios de Abogados de
Distrito Capital, de los Estados Miranda, Aragua, Cojedes, Falcón, Lara, Guárico, Carabobo y la Confe-
deración de Profesionales Universitarios de Venezuela (2-11-2007). Incluso, es significativo que el día 5
de noviembre de 2007, el general Raúl Baduel, quien fuera ministro de la Defensa del presidente Chávez
hasta julio de 2007, se hubiera pronunciado públicamente sobre el tema advirtiendo sobre el proceder de
los Poderes Ejecutivo y Legislativo «que innecesariamente y de forma atropellada, mediante procedi-
mientos fraudulentos, quieren imponer una propuesta que requiere una consulta más amplia a través de
una Asamblea Nacional Constituyente»; que con ello, ambos Poderes «le están quitando poder al pueblo
alterando los valores, los principios y la estructura del Estado sin estar facultados para ello, ya que el Po-
der Constituyente reside en el pueblo y es el único capaz de llevar a cabo un cambio de esa magnitud»,
que «esta propuesta de reforma sólo le está quitando poder al pueblo por dos vías, primero, porque
usurpa de manera fraudulenta el Poder Constituyente del pueblo y segundo, porque las autoridades de la
nueva geometría del poder que se crearía no serían elegidas por el pueblo»; y que «de culminar este pro-
ceso con la aprobación del mismo por las vías propuestas y la Asamblea Nacional, se estaría consumando
en la práctica un golpe de Estado, violando de manera descarada el texto constitucional y sus mecanismos
e introduciendo cambios de manera fraudulenta», El Universal, Caracas, 6-11-07.
33
El magistrado Jesús Eduardo Cabrera se refirió al tema en términos precisos en su voto salvado a
la sentencia n.º 2042 de la Sala Constitucional de 2 de noviembre de 2007, antes citada, así: 1. En senten-
cia de 24 de enero de 2002, con ponencia de quien suscribe esta Sala expreso: «Las directrices del Estado
Social de Derecho, inciden sobre las libertades económicas y sobre el derecho de propiedad…». Igual-
mente el fallo citado acotó: «No es que el Estado Social de Derecho propende a un Estado Socialista, o
no respete la libertad de empresa o el derecho de propiedad…»; sin embargo, puede «restringir la pro-
piedad con fines de utilidad pública o interés general, o limitar legalmente la libertad económica por ra-
zones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otros de interés social
(art. 112 constitucional)». Apuntó igualmente el fallo citado que el Estado Social persigue mantener un
equilibrio entre clases, o entre el Estado y los ciudadanos. Ahora bien, los artículos 70, 113, 158, 168, 184,
300, 318 y 321 del Anteproyecto para la primera reforma constitucional propuesta por el presidente de la
República, plantea la construcción del socialismo, de la democracia socialista. En criterio de quien disien-
te, un sistema de organización social o económico basado en la propiedad y administración colectiva o
estatal de los medios de producción, como lo es básicamente el socialista, en sus distintas concepciones,
cual es el propuesto en el Proyecto de Reforma, chocaría con lo que quien suscribe, y la propia Sala, era
considerado Estado Social, y ello —en criterio del disidente— puede afectar toda la estructura y los
principios fundamentales del Texto Constitucional, hasta el punto que un nuevo ordenamiento jurídico
tendría que ser creado para desarrollar la construcción del socialismo. No es que Venezuela no puede
convertirse en un Estado Socialista. Si ello lo decide el pueblo, es posible; pero a juicio del voto salvante,
tal logro sería distinto al que la Sala ha sostenido en el fallo de 24 de enero de 2002 (Caso: Créditos In-
dexados) y ello conduciría no a una reforma de la Constitución sino a una nueva Constitución, la cual
debería ser votada por el Poder Constituyente Originario. Al menos, en nuestro criterio esto es la conse-
cuencia del fallo n.º 85 de 24 de enero de 2002». Véase sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional n.º 2042 del 2 de noviembre de 2007, Caso Néstor Luis Romero Méndez en http://www.tsj.
gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2042-021107-07-1374.htm.
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encajaba precisamente en los términos usados por el propio Tribunal Supremo al refe-
rirse al «uso fraudulento de los poderes conferidos por la ley marcial en la Alemania de
la Constitución de Weimar, forzando al Parlamento a conceder a los líderes fascistas, en
términos de dudosa legitimidad, la plenitud del poder constituyente, otorgando un po-
der legislativo ilimitado» 34.
De nada valió, sin embargo, que el procedimiento constitucional utilizado se hu-
biese impugnado mediante toda suerte de acciones judiciales (amparo e inconstitucio-
nalidad) ante el Tribunal Supremo, pues la Sala Constitucional del mismo, muy cons-
ciente y deliberadamente se negó y se abstuvo de controlar la constitucionalidad del
procedimiento utilizado, razón por la cual la reforma sancionada por la Asamblea Na-
cional fue sometida a referendo el 2 de diciembre de 2007, habiendo sin embargo sido
rechazada por el pueblo 35.
34
Véase la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia n.º 74 de 25-1-
2006, en Revista de Derecho Público, n.º 105, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2006, págs. 76 y ss.
35
Tomando en cuenta los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral en día 2 de
diciembre en la noche, de un universo de más de 16.109.664 electores inscritos, solo acudieron a votar
9.002.439 votantes, lo que significó un 44,11% de abstención; y de los electores que votaron, votaron
por rechazar la reforma (voto NO) por el Bloque de artículos marcado A, 4.504.354 votantes, con
50,70% y por el Bloque de artículos marcado B, 4.522.332 votantes, con 51,05%. Es decir, solo vota-
ron por aprobar la reforma (voto SÍ), por el bloque A 4.379.392 votantes, con 49,29%; y por el bloque
B 4.335.136 votantes con 48,94%. Ello equivale a que solo el 28% del universo de los electores inscri-
tos en el Registro Electoral votaron por aprobar la reforma constitucional. En dicho referendo, por
tanto, en realidad, no fue que «triunfó» el voto NO por poco margen, como aludió el presidente de la
República, Hugo Chávez, sino que lo que ocurrió fue que su propuesta de reforma fue rechazada por
el 72% de los electores inscritos, quienes, o votaron por el NO (50,7%), o simplemente no acudieron
a votar para pronunciarse por la reforma.
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36
Véase sentencia de la Sala Constitucional n.º 483 de 29-5-2000, Caso: «Queremos Elegir»
y otros, en Revista de Derecho Público, n.º 82, Caracas, 2000, Editorial Jurídica Venezolana,
págs. 489-491.
37
La primera sentencia en la materia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional fue
la n.º 1974, de 23-10-2007, Caso José Ignacio Guedez Yépez en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/
Octubre/1974-231007-07-1055.htm. Véase además, entre otras: sentencia del Tribunal Supremo de
Justicia en Sala Constitucional n.º 2042 del 2 de noviembre de 2007, Caso Néstor Luis Romero Méndez
en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2042-021107-07-1374.htm; sentencia del Tri-
bunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional n.º 2108 del 7 de noviembre de 2007, Caso Jorge Paz
Nava y otros en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2108-071107-07-1484.htm; sen-
tencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional n.º 2147 del 13 de Noviembre de 2007,
Caso Rafael Ángel Briceño, en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2147-131107-07-
1476.htm; sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional n.º 2191 del 22 de no-
viembre de 2007, Caso Yvett Lugo Urbaéz en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviem-
bre/2191-221107-07-1605.htm (Criterio reiterado también en las sentencias 2108/2007; 2147/2007 y
2189/2007 de esta misma Sala); sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional
n.º 2193 del 22 de Noviembre de 2007, Caso Luis Hueck Henríquez en http://www.tsj.gov.ve/decisio-
nes/scon/Noviembre/2193-221107-07-1641.htm; sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, n.º 2198 del 23 de noviembre de 2007, Caso Moisés Troconis Villareal en http://www.
tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2198-231107-07-1645.htm; Sentencia del Tribunal Supremo
de Justicia en Sala Constitucional n.º 2211 de 29-11-2007, Caso Claudia Nikken y Flavia Pesci Feltri, en
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2211-291107-07-1617.htm.
152
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
norma. Después de que el proyecto sea una norma podríamos entrar a interpretarla y a
conocer las acciones de nulidad» 38.
Y eso fue, precisamente, lo que decidió la Sala Constitucional en su sentencia
n.º 2189 de noviembre de 2007 (Caso Confederación de Profesionales Universitarios de
Venezuela (CONFEPUV) y otros), (Ponente: Arcadio Delgado Rosales), en la cual par-
ticipó la magistrado presidenta, pues no se inhibió como hubiera correspondido en un
Estado de Derecho al haber adelantado públicamente opinión sobre lo decidido com-
prometiendo su imparcialidad 39, declarando como «improponible» la acción de incons-
titucionalidad contra el acto de la Asamblea Nacional que había sancionado la reforma
constitucional 40; «inventando» así incluso una nueva categoría de decisiones de la Juris-
dicción Constitucional, distinta a la inadmisibilidad, o a declarar sin lugar la acción, con
lo que en definitiva se negó el derecho mismo de acceso a la justicia y a obtener tutela
judicial.
Sin embargo, y a pesar de todas estas inconstitucionalidades y abstención del juez
constitucional, como se dijo, fue el pueblo el que rechazó la inconstitucional reforma
constitucional planteada en 2007.
38
Reseña del periodista Juan Francisco Alonso, en El Universal, Caracas, 18-8-07.
39
Conforme al artículo 8 del Código de Ética del Juez, «La imparcialidad constituye supuesto
indispensable para la correcta administración de justicia, y por ello el magistrado… juez… que se ha-
llare incurso en alguna causal de inhibición o recusación o viere comprometida su imparcialidad por
alguna circunstancia previa o sobreviniente al proceso del cual deba conocer, debe separarse inmedia-
tamente del mismo sin esperar a que se le recuse».
40
Véase la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional n.º 2189 de 22 de
noviembre de 2007, Caso Confederación de Profesionales Universitarios de Venezuela (CONFEPUV) y
otros, en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/2189-221107-07-1596.htm.
153
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!"# PARA LA REFORMA DEL ESTADO
41
Véase lo que expusimos en ALLAN R. BREWER-CARÍAS, La Constitución de 1999, Editorial Arte,
Caracas, 1999, págs. 44 y ss.
42
De acuerdo con la Ley de Partidos Políticos, Gaceta Oficial n.º 27.725, de 30-4-1965, los parti-
dos políticos no pueden usar los nombres de los próceres ni los símbolos de la patria. La organización
política que el presidente había formado antes de la campaña presidencial de 1998, se llamó el Movi-
miento Bolivariano 2000, nombre que no podía ser usado. Por ello, el partido político que fundó se
denominó Movimiento V República.
43
Véase Decreto-Ley n.º 6.239, de Ley Orgánica de la Fuerza Armada Bolivariana, en Gaceta
Oficial n.º 5.933, Extra., de 21 de octubre de 2009. Véase, en general, Alfredo Arismendi A., «Fuerza
Armada Nacional: Antecedentes, evolución y régimen actual», en Revista de Derecho Público, n.º 115
(Estudios sobre los decretos leyes), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2008, págs. 187-206; Jesús
María Alvarado Andrade, «La nueva Fuerza Armada Bolivariana (Comentarios a raíz del Decreto
n.º 6.239, con rango, valor y fuerza de Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana)», id.,
págs. 207-214.
44
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.011 Extra. de 21-12-2010. Véase en general sobre estas leyes,
ALLAN R. BREWER-CARÍAS,CLAUDIA NIKKEN, LUIS A. HERRERA ORELLANA, JESÚS MARÍA ALVARADO ANDRA@
DE, JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ y ADRIANA VIGILANZA, Leyes Orgánicas sobre el Poder Popular y el Estado
Comunal (Los consejos comunales, las comunas, la sociedad socialista y el sistema económico comunal)
Colección Textos Legislativos n.º 50, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2011.
154
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
por los principios y valores socialistas» (art. 5) 45. Ello, por supuesto, era históricamente
insostenible pues no hay forma alguna de poder vincular «la doctrina del Libertador
Simón Bolívar» con los principios y valores socialistas. En la obra de Bolívar y en rela-
ción con su concepción del Estado nada puede encontrarse al respecto 46, no siendo la
norma sino una pretensión más de continuar manipulando el «culto» a Bolívar para
justificar los autoritarismos, como tantas veces ha ocurrido antes en nuestra historia 47.
Por lo demás, no hay que olvidar que si algo hubiese habido de socialismo en las ideas
de Bolívar, Karl Marx, quien una década después de haber publicado su obra funda-
mental sobre el comunismo, en conjunto con Engels, que fue La ideología alemana 48,
escribió la entrada sobre Simón Bolívar en la Nueva Enciclopedia Americana editada en
Nueva York 49, lo habría advertido. Lejos de ello, dicho trabajo de Marx más bien, ha
sido uno de los escritos más críticos sobre Bolívar que se conocen en la bibliografía
bolivariana.
Por otra parte, vinculado a la doctrina bolivariana, con la propuesta de reforma
constitucional se buscó sustituir al Estado democrático y social de derecho y de justicia
previsto en el texto de 1999, por un Estado Socialista o del Poder Popular, a cuyo efec-
to en el artículo 16 de la Constitución de buscó crear las comunas y comunidades como
«el núcleo territorial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano»; en el artí-
culo 70, al definirse los medios de participación se pretendió indicar que era solo «para
la construcción del socialismo», haciéndose mención a las diversas asociaciones «cons-
tituidas para desarrollar los valores de la mutua cooperación y la solidaridad socialista»;
45
La misma expresión se utilizó en la Ley Orgánica de las Comunas respecto de la constitución,
conformación, organización y funcionamiento de las mismas (art. 2); en la Ley Orgánica de los Conse-
jos Comunales respecto de los mismos (art. 1), y en la Ley Orgánica de Contraloría Social (art. 6).
46
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, «Ideas centrales sobre la organización el Estado en la Obra del
Libertador y sus Proyecciones Contemporáneas» en Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y So-
ciales, n.º 9596, enero-junio 1984, págs. 137-151.
47
Así fue el caso de Antonio Guzmán Blanco en el siglo XIX, y de Cipriano Castro, Juan Vicente
Gómez, Eleazar López Contreras y Marcos Pérez Jiménez en el siglo XX. John Lynch ha señalado sobre
esto que «el tradicional culto a Bolívar ha sido usado como ideología de conveniencia por dictadores
militares, culminando con los regímenes de Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras; quienes al
menos respetaron, más o menos, los pensamientos básicos del Libertador, aun cuando tergiversaron su
significado». Concluye Lynch señalando que en el caso de Venezuela, en la actualidad, el proclamar al
Libertador como fundamento de las políticas del régimen autoritario, constituye una distorsión de sus
ideas. Véase John Lynch, Simón Bolívar: A Life, Yale University Press, New Haven 2007, pág. 304.
Véase también, Germán Carrera Damas, El culto a Bolívar, esbozo para un estudio de la historia de las
ideas en Venezuela, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1969; Luis Castro Leiva, De la patria
boba a la teología bolivariana, Monteávila, Caracas, 1987; Elías Pino Iturrieta, El divino Bolívar. Ensayo
sobre una religión republicana, Alfail, Caracas, 2008; Ana Teresa Torres, La herencia de la tribu. Del mito
de la independencia a la Revolución bolivariana, Editorial Alfa, Caracas, 2009. Sobre la historiografía en
relación con estos libros véase Tomás Straka, La épica del desencanto, Editorial Alfa, Caracas, 2009.
48
Véase en KARL MARX y FREDERICH ENGELS, «The German Ideology», en Collective Works,
vol. 5, International Publishers, New York, 1976, pág. 47. Véanse además los textos pertinentes en
http://www.educa.madrid.org/cms_tools/files/0a24636f-764c-4e03-9c1d-6722e2ee60d7/Texto%20
Marx%20y%20Engels.pdf
49
Véase el trabajo de Karl Marx en The New American Cyclopaedia, vol. III, 1858, sobre «Bolivar
y Ponte, Simón», en http://www.marxists.org/archive/marx/works/1858/01/bolivar.htm
155
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!"# PARA LA REFORMA DEL ESTADO
en el artículo 112 se propuso establecer sobre el modelo económico del Estado, que era
para crear «las mejores condiciones para la construcción colectiva y cooperativa de una
economía socialista»; en el artículo 113 se buscó regular la constitución de «empresas
mixtas o unidades de producción socialistas»; en el artículo 158, se buscó eliminar toda
mención a la descentralización como política nacional, y al contrario definir como polí-
tica nacional, «la participación protagónica del pueblo, restituyéndole el poder y crean-
do las mejores condiciones para la construcción de una democracia socialista»; en el
artículo 168 relativo al municipio, se buscó precisar la necesidad de incorporar «la
participación ciudadana a través de los Consejos del Poder Popular y de los medios de
producción socialista»; en el artículo 184 se buscó orientar el vaciamiento de competen-
cias de los Estados y municipios para permitir «la construcción de la economía socialis-
ta»; en el artículo 299, relativo al régimen socioeconómico de la República, se pretendió
establecer que el mismo se debía fundamentar «en los principios socialistas»; en el artí-
culo 300 relativo a la creación de empresas públicas, se pretendió precisar que ello era
solo «para la promoción y realización de los fines de la economía socialista»; en el artí-
culo 318, sobre el sistema monetario nacional en el cual se pretendió indicar que el
mismo era solopara el «logro de los fines esenciales del Estado Socialista», todo de
acuerdo con el Plan de Desarrollo Integral de la Nación cuyo objetivo, se pretendía
regular que era «para alcanzar los objetivos superiores del Estado Socialista»; y en el
artículo 321 sobre el régimen de las reservas internacionales, respecto de las cuales los
fondos de las mismas se pretendió que fueran solo para «el desarrollo integral, endóge-
no, humanista y socialista de la Nación».
Todas estas reformas, que fueron todas rechazadas por el pueblo, fueron sin
embargo sistemáticamente implementadas, evidentemente, en forma inconstitucional
y en fraude a la voluntad popular, una vez que el gobierno adoptó un definitivo signo
marxista, tal como resultó de la declaración del propio presidente de la República a
comienzos de 2010, de asumir el marxismo 50, todo lo cual fue incorporado también
ese mismo año 2010, en la Declaración de Principios del partido oficial 51. Y esa im-
plementación se hizo mediante la sanción de una multitud de leyes y, sobre todo, de
decretos-leyes dictados por el gobierno, en todas las áreas a las que se referían las
propuestas, decretándose una transformación radical del Estado, estableciendo un
Estado Socialista por el cual nadie había votado, y más bien había sido rechazado.
Todo se hizo estableciendo un Estado paralelo al Estado Constitucional, denominado
Estado Comunal o del Poder Popular, que ha afectado sensiblemente la organización
territorial del Estado. Ello afectó por ejemplo a los municipios (Ley Orgánica del
Poder Público Municipal 2010), a los mecanismos llamados de participación popular
(Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de los Consejos Comunales, Ley
50
En su mensaje anual ante la Asamblea Nacional, el 15 de enero de 2010, el presidente Chávez
declaró que «asumía el marxismo» aunque confesó que nunca había leído los trabajos de Marx. Véase
María Lilibeth Da Corte, «Por primera vez asumo el marxismo», en El Universal, Caracas Jan. 16,
2010, http://www.eluniversal.com/2010/01/16/pol_art_por-primera-vez-asu_1726209.shtml.
51
Véase la «Declaración de Principios, I Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de
Venezuela», Apr. 23, 2010, at http://psuv.org.ve/files/tcdocumentos/Declaracion-de-principios-PSUV.pdf
156
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
Orgánica de las Comunas 2010), y al régimen de la economía (Ley Orgánica del Sis-
tema Económico Comunal 2010) 52. En este último aspecto, incluso el proceso se ha-
bía iniciado con el Decreto-ley n.º 6.130 de 2008, contentivo de la Ley para el Fomen-
to y Desarrollo de la Economía Popular 53, dando pie a la ejecución de una política
masiva de estatización de empresas, de ocupación de otras, de expropiación y confis-
cación de toda clase de bienes 54.
En particular, y por lo que respecta a la implementación fraudulenta de la rechaza-
da reforma constitucional en materia económica, mediante la Ley Orgánica del Sistema
Económico Comunal de 2010 55, se lo concibió como la «herramienta fundamental para
construcción de la nueva sociedad» pero solo con base en «los principios y valores so-
cialistas», también supuestamente inspirado en la doctrina de Simón Bolívar (art. 5), en
la cual como se buscaba en la reforma rechazada, la propiedad privada quedó reducida
a la mínima expresión, sustituyéndosela en la Ley por la «propiedad social» como do-
minio del Estado, lo que significa que en la práctica, no se trata de ningún derecho que
sea «de la sociedad», sino del aparato estatal, cuyo desarrollo, regido por un sistema de
planificación centralizada, elimina toda posibilidad de libertad económica e iniciativa
privada, y convierte a las «organizaciones socio-productivas» en meros apéndices del
aparato estatal.
52
Véase sobre el conjunto de leyes: ALLAN R. BREWER-CARÍAS, CLAUDIA NIKKEN, LUIS A. HERRE-
RA ORELLANA, JESÚS MARÍA ALVARADO ANDRADE, JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ y ADRIANA VIGILANZA, Le-
yes Orgánicas sobre el Poder Popular (Los Consejos Comunales, las Comunas, la Sociedad Socialista y
el Sistema Económico Comunal), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2011. Véase LOLYMAR HER-
NÁNDEZ CAMARGO, «Límites del poder ejecutivo en el ejercicio de la habilitación legislativa: Imposi-
bilidad de establecer el contenido de la reforma constitucional rechazada vía habilitación legislati-
va», en Revista de Derecho Público 115 (Estudios sobre los Decretos Leyes), Editorial Jurídica
Venezolana, Caracas, 2008, pág. 51ff.; JORGE KIRIAKIDIS, «Breves reflexiones en torno a los 26 Decre-
tos-ley de julio-agosto de 2008, y la consulta popular refrendaría de diciembre de 2007», id.,
pág. 57ff.; JOSÉ VICENTE HARO GARCÍA, «Los recientes intentos de reforma constitucional o de cómo
se está tratando de establecer una dictadura socialista con apariencia de legalidad (a propósito del
proyecto de reforma constitucional de 2007 y los 26 decretos-leyes del 31 de julio de 2008 que tratan
de imponerla)», id., págs. 63 y ss.; ANA CRISTINA NÚÑEZ MACHADO, «Los 26 nuevos decretos-leyes y
los principios que regulan la intervención del Estado en la actividad económica de los particulares»,
id., págs. 215-220; AURILIVI LINARES MARTÍNEZ, «Notas sobre el uso del poder de legislar por decreto
por parte del Presidente venezolano», id., págs. 79-89; CARLOS LUIS CARRILLO ARTILES, «La paradóji-
ca situación de los Decretos-Leyes Orgánicos frente a la Ingeniería Constitucional de 1999», id.,
págs. 93-100; FREDDY J. ORLANDO S., «El “paquetazo”, un conjunto de leyes que conculcan derechos
y amparan injusticias», id., págs. 101-104.
53
Véase en Gaceta Oficial n.º 5.890 Extra. de 31 de julio de 2008.
54
Véase, en general, Antonio Canova González, Luis Alfonso Herrera Orellana y Karina Anzola
Spadaro, «¿Expropiaciones o vías de hecho? (La degradación continuada del derecho fundamental de
propiedad en la Venezuela actual», Funeda, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2009.
55
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, 'B2 0/C)072 ./ 42 ()*+8-893-D* /3)*D7-32 F202 -7F42*820 9*
sistema económico comunista (o de cómo se reforma la Constitución pisoteando el principio de la rigi-
dez constitucional)», en JESÚS MARÍA CASAL y MARÍA GABRIELA CUEVAS (coordinadores), Homenaje al
Dr. José Guillermo Andueza. Desafíos de la República en la Venezuela de hoy. Memoria del XI Congreso
Venezolano de Derecho Constitucional, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2013, tomo I,
págs. 247-296.
157
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!"# PARA LA REFORMA DEL ESTADO
Ese sistema de «propiedad social comunal», además, debe ser desarrollado exclusi-
vamente a través de «organizaciones socio-productivas bajo formas de propiedad co-
munal», conforme a un «modelo productivo socialista, que se define en ley como el:
«modelo de producción basado en la propiedad social, orientado hacia la eliminación
de la división social del trabajo propio del modelo capitalista. El modelo de producción
socialista está dirigido a la satisfacción de necesidades crecientes de la población, a
través de nuevas formas de generación y apropiación así como de la reinversión social
del excedente» (art. 6.12).
Basta destacar de esta definición legal, sus tres componentes fundamentales para
entender de qué se trata, y que son: la propiedad social, la eliminación de la división
social del trabajo y la reinversión social del excedente; que los redactores de la norma,
sin duda, se copiaron de algún manual vetusto de revoluciones comunistas fracasadas,
parafraseando en el texto de una Ley lo que Carlos Marx y Federico Engels escribieron
hace más de 150 años, en 1845 y 1846, al definir la sociedad comunista 56.
En todas las leyes reguladoras de esas materias, y en tantas otras más relacionadas,
se ha venido calificando a absolutamente todas las políticas del Estado solo para la
construcción del socialismo, y para el establecimiento de un Estado socialista, denomi-
nación que además se fue incorporando sistemáticamente en todo tipo de servicios,
dependencias, institutos autónomos o empresas del Estado, de manera que en la actua-
lidad es difícil encontrar alguna institución o entidad que no tenga la denominación de
«socialista».
Pero además, en el contexto de la construcción del Estado socialista bajo la «doc-
trina bolivariana», la reforma constitucional buscaba formalmente sustituir la represen-
tatividad democrática, que es la base democrática del Estado, conforme al artículo 5.º
de la Constitución de 1999, mediante elección popular, de primer grado y de segundo
grado; lo que se complementó con la posibilidad de en ciertos casos (referendos por
ejemplo), de ejercicio directo. Ello implica que conforme a la Constitución no existe ni
puede existir democracia que no sea representativa, siendo de la esencia del régimen
político democrático la idea de que el pueblo, titular de la soberanía, no la ejerce direc-
tamente, sino a través de representantes, con especial arraigo a nivel local, conforme a
un modelo de descentralización política que permita el autogobierno local.
Todo este sistema democrático era el que se buscaba desmantelar con el rechazado
proyecto de reforma constitucional, destinado a la construcción de un esquema de con-
centración del poder, de centralismo y de socialismo, montado sobre una sociedad co-
lectivista y con base a una supuesta «participación protagónica» 57, eliminando de la
56
Véase en KARL MARX y FREDERICH ENGELS, «The German Ideology», en Collective Works,
vol. 5, International Publishers, New York, 1976, pág. 47. Véanse además los textos pertinentes en
http://www.educa.madrid.org/cms_tools/files/0a24636f-764c-4e03-9c1d-6722e2ee60d7/Texto%20
Marx%20y%20Engels.pdf
57
En la Exposición de Motivos del Proyecto de Reforma Constitucional presentado por el presiden-
te de la República en agosto de 2007, se lee que el Poder Popular «es la más alta expresión del pueblo
para la toma de decisiones en todos sus ámbitos (político, económico, social, ambiental, organizativo,
158
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159
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!"# PARA LA REFORMA DEL ESTADO
ción de los municipios de «incorporar, dentro del ámbito de sus competencias, la par-
ticipación ciudadana a través de los Consejos del Poder Popular y de los medios de
producción socialista», eliminándose toda posibilidad de otras formas de participación,
la cual dejaba de ser libre.
Todas estas reformas constitucionales rechazadas de 2007, sin embargo, también
fueron igualmente implementadas mediante la reforma de la Ley Orgánica del Poder
Municipal de 2010 y de la sanción de las Leyes Orgánicas del Poder Popular de ese
mismo año, que han establecido un Estado paralelo al Estado constitucional, denomi-
nado Estado Comunal o del Poder Popular como se explica más adelante, desconstitu-
cionalizando el Estado.
60
Véase Discurso…, citado supra, nota 16.
160
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
161
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!"# PARA LA REFORMA DEL ESTADO
ma totalmente centralizado, así como para designar y remover «las autoridades respec-
tivas» de dichas entidades que de haberse aprobado la reforma constitucional hubieran
quedado sujetas completamente al Poder Central.
Todas estas reformas rechazadas, sin embargo, también fueron implementadas a
partir de 2008 mediante las reformas sucesivas a la Ley Orgánica de la Administración
Publica, como se indica más adelante.
En cuanto al régimen político de la ciudad capital, Caracas, la Constitución de
1999 aseguró definitivamente un régimen de gobierno local descentralizado y democrá-
tico, en dos niveles de gobierno, en los cuales se debe garantizar la autonomía munici-
pal y la participación política de las diversas entidades que componen la ciudad, para lo
cual se eliminó la antigua figura territorial del «Distrito Federal» que se había creado en
1864, y que hasta 1999 careció de autogobierno. Con la rechazada reforma constitucio-
nal de 2007, sin embargo, se pretendió volver al mismo esquema del siglo XIX, estable-
ciendo para Caracas un esquema de gobierno con autoridades totalmente sujetas y con-
troladas por el Poder Nacional, y en particular, por el presidente de la República.
Esas reformas, también rechazadas por el pueblo, sin embargo, igualmente fueron
implementadas en forma inconstitucional, mediante la Ley de Creación del Distrito
Capital, eliminándosele el carácter de entidad local autónoma que regula la Constitu-
ción 61, reviviéndose precisamente al viejo Distrito Federal, aun cuando con otro nom-
bre, con autoridades de «gobierno» totalmente dependientes del Poder Ejecutivo.
Adicionalmente, de acuerdo con la reforma constitucional, en el mismo sentido de
las propuestas antes comentadas, se buscó eliminar del artículo 168 constitucional la
previsión de que el municipio es la «unidad política primaria de la organización nacio-
nal», lo que se pretendía atribuir a otros entes controlados por el poder central sin au-
tonomía política, como las comunas; y como además, se buscó eliminar del artículo 173
la consagración de las «parroquias» como entidades locales.
Estas reformas, también en fraude a la voluntad popular, fueron todas implemen-
tadas con la reforma de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal de 2010, en la
cual precisamente se identificó a las comunas como dicha unidad política primaria en
la organización nacional, y se eliminó el carácter representativo de las parroquias, elimi-
nándose su elección popular, como se comenta también más adelante.
Todo el esquema anterior de desmantelamiento del Estado federal y de la organi-
zación territorial del Estado Constitucional basada en la descentralización política, cul-
minaba en la propuesta de reforma constitucional, con el establecimiento en la fórmula
constitucional de distribución vertical del Poder Público entre el Poder Municipal, el
Poder Estadal y el Poder Nacional (art. 136), de un nuevo poder denominado «Poder
Popular». A este se lo pretendía regular como el medio para que supuestamente «el
pueblo», como el depositario de la soberanía, la ejerciera «directamente», pero con la
advertencia expresa como se ha dicho, de que dicho Poder Popular «no nace del sufra-
61
Véase en Gaceta Oficial n.º 39.156, de 13 de abril de 2009. Véase, en general, ALLAN R.
BREWER-CARÍAS et al., Leyes sobre el Distrito Capital y el Área Metropolitana de Caracas, Editorial Jurí-
dica Venezolana, Caracas, 2009.
162
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
gio ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organi-
zados como base de la población», sino mediante la constitución de comunidades, co-
munas y el autogobierno de las ciudades, a través de toda suerte de consejos comunales
y de otra índole.
Se pretendía, con ello, agregar al Poder Popular como un Poder Público más en la
organización territorial, buscando establecer un Estado paralelo al Estado Constitucio-
nal, y ello, también, a pesar del rechazo popular a la reforma, fue implementado incons-
titucionalmente y en fraude a la voluntad popular, al crearse formalmente el «Estado
del Poder Popular» o «Estado Comunal», mediante la reforma de la Ley de los Conse-
jos Comunales en 2009 62, y la sanción en 2010 del conjunto de Leyes Orgánicas del
Poder Popular, de las Comunas, del Sistema Económico Comunal, de Planificación
Pública y Comunal y de Contraloría Social 63, y de Ley de la Comisión de Planificación
Centralizada 64. Además, en el mismo marco de estructuración del Estado Comunal
montado sobre el Poder Popular se reforzó su implementación adicional con la mencio-
nada reforma de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal de 2010, y de las Leyes
de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, y de
los Consejos Locales de Planificación Pública 65; con todo lo cual se produjo la descons-
titucionalización del Estado
62
Véase en Gaceta Oficial n.º 39.335 de 28-12-2009. Véase la sentencia n.º 1.676 de 3-12-2009 de
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia sobre la constitucionalidad del carácter orgá-
nico de esta Ley Orgánica de los Consejos Comunales, en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/di-
ciembre/1676-31209-2009-09-1369.html. Véase sobre esta Ley: ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Ley Orgáni-
ca de los Consejos Comunales, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2010.
63
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.011 Extra. de 21-12-2010. Véase en general sobre estas leyes,
ALLAN R. BREWER-CARÍAS, CLAUDIA NIKKEN, LUIS A. HERRERA ORELLANA, JESÚS MARÍA ALVARADO ANDRA@
DE, JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ y ADRIANA VIGILANZA, Leyes Orgánicas sobre el Poder Popular y el Estado
Comunal (Los consejos comunales, las comunas, la sociedad socialista y el sistema económico comunal)
Colección Textos Legislativos n.º 50, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2011; ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, «La Ley Orgánica del Poder Popular y la desconstitucionalización del Estado de dere-
cho en Venezuela», en Revista de Derecho Público, n.º 124, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas,
2010, págs. 81-101.
64
Véase en Gaceta Oficial n.º 5.841, Extra. de 22 de junio de 2007. Véase ALLAN R. BREWER-CA-
RÍAS, «Comentarios sobre la inconstitucional creación de la Comisión Central de Planificación, centra-
lizada y obligatoria», Revista de Derecho Público», n.º 110 (abril-junio 2007), Editorial Jurídica Vene-
zolana, Caracas, 2007, págs. 79-89.
65
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.015 Extra. de 30-12-2010.
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paralelo al mismo, un «Estado del Poder Popular» o «Estado Comunal», mediante le-
yes ordinarias como son las Leyes Orgánicas: del Poder Popular, de los Consejos Co-
munales, de las Comunas, del Sistema Económico Comunal, de Planificación Pública y
Comunal y de Contraloría Social 66, mediante las cuales incluso se ha originado una
«nueva» Administración Pública paralela a la Administración Pública que regula en la
Ley Orgánica de la Administración Pública 67. Además de dichas Leyes Orgánicas, en el
mismo marco de estructuración del «Estado Comunal» montado sobre el «Poder Po-
pular» en contra de lo previsto en la Constitución, se reformó de la Ley Orgánica del
Poder Público Municipal, y las Leyes de los Consejos Estadales de Planificación y Coor-
dinación de Políticas Públicas, y de los Consejos Locales de Planificación Pública 68; y
además, en 2012 se dictó la Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competen-
cias, Servicios y Otras Atribuciones (Decreto Ley n.º 9.043) 69, transformada en 2014, en
la Ley Orgánica para la Transferencia al Poder Popular de la Gestión y Administración
Comunitaria de Servicios 70.
Con todas estas leyes, mediante la progresiva desconstitucionalización del Estado
Constitucional, se ha venido configurando el Estado Comunal, estableciéndose «nue-
vos» órganos y entes como si fueran las «unidades primarias en la organización nacio-
nal» para supuestamente garantizar la participación de los ciudadanos en la acción pú-
blica, pero suplantando a los Estados y municipios como entes descentralizados del
Estado federal.
Esta estructuración del Estado Comunal, además, se ha hecho negándole recursos
financieros a los propios del Estado Constitucional (Estados y municipios), montando
un sistema de entidades denominadas del Poder Popular, que son básicamente las Co-
munas y los Consejos Comunales, creados como instrumentos para la recepción de
subsidios directos y reparto de recursos presupuestarios públicos, pero con un grado
extremo de exclusión, lo que deriva de su propia existencia que solo se puede materia-
lizar con el registro de las mismas ante el «Ministerio del Poder Popular para las Comu-
nas y Movimientos Sociales» que además depende del «vicepresidente del Consejo de
Ministros para Desarrollo del Socialismo Territorial», por supuesto, siempre que estén
controlados y manejados por el partido de gobierno, sean socialistas y comprometidas
con la política socialista del Estado; condición indispensable para poder ser aceptados
como instrumentos de supuesta «participación protagónica», y de recepción de subsi-
dios dinerarios directos, que por lo demás se están sometidos a control fiscal alguno 71.
66
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.011 Extra. de 21-12-2010.
67
Véase sobre estas leyes ALLAN R. BREWER-CARÍAS, CLAUDIA NIKKEN, LUIS A. HERRERA ORELLANA,
JESÚS MARÍA ALVARADO ANDRADE, JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ y ADRIANA VIGILANZA, Leyes Orgánicas so-
bre el Poder Popular y el Estado Comunal (Los Consejos Comunales, las Comunas, la Sociedad Socialista
y el Sistema Económico Comunal), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2011.
68
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.015 Extra. de 30-12-2010.
69
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.097 Extra. de 15 de junio de 2012.
70
Véase en Gaceta Oficial n.º 40.540 de13 de noviembre de 2014.
71
Véase en general sobre este proceso de desconstitucionalización del Estado, ALLAN R.
BREWER-CARÍAS, «La desconstitucionalización del Estado de derecho en Venezuela: del Estado Demo-
crático y Social de derecho al Estado Comunal Socialista, sin reformar la Constitución», en Libro Ho-
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§$% REFORMA CONSTITUCIONAL Y ORGANIZACIÓN DEL ESTADO EN VENEZUELA …
menaje al profesor Alfredo Morles Hernández, Diversas Disciplinas Jurídicas (Coordinación y Compila-
ción Astrid Uzcátegui Angulo y Julio Rodríguez Berrizbeitia), Universidad Católica Andrés Bello,
Universidad de Los Andes, Universidad Monteávila, Universidad Central de Venezuela, Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, vol. V, Caracas, 2012, págs. 51-82; en CARLOS TABLANTE y MARIELA MORA-
LES ANTONORZZI (coord.), Descentralización, autonomía e inclusión social. El desafío actual de la demo-
cracia, Anuario 2010-2012, Observatorio Internacional para la democracia y descentralización, en
Cambio, Caracas, 2011, págs. 37-84; y en Estado Constitucional, año 1, n.º 2, Editorial Adrus, Lima,
junio 2011, págs. 217-236.
72
Una norma similar está en el artículo 62 de la Ley Orgánica de las Comunas, a los efectos de
«la constitución, desarrollo y consolidación de las comunas como forma de autogobierno».
73
El artículo 24 de la Ley Orgánica del Poder Popular, en efecto, dispone sobre las «Actuaciones
de los órganos y entes del Poder Público» que «Todos los órganos, entes e instancias del Poder Públi-
co guiarán sus actuaciones por el principio de gobernar obedeciendo, en relación con los mandatos de
los ciudadanos, ciudadanas y de las organizaciones del Poder Popular, de acuerdo a lo establecido en
la Constitución de la República y las leyes».
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en atención a los requerimientos que las mismas formulen para la satisfacción de sus
necesidades y el ejercicio de sus derechos, en los términos y lapsos que establece la ley»
(art. 29). Igualmente se ha previsto que los órganos, entes e instancias del Poder Públi-
co, es decir, del Estado Constitucional, en sus diferentes niveles político-territoriales,
deben adoptar «medidas para que las organizaciones socio-productivas de propiedad
social comunal, gocen de prioridad y preferencia en los procesos de contrataciones
públicas para la adquisición de bienes, prestación de servicios y ejecución de obras»
(art. 30) 74.
En cuarto lugar, la desconstitucionalización del Estado también ha derivado de la
previsión de la obligación para la República, los Estados y municipios, de acuerdo con
la ley que rige el proceso de transferencia y descentralización de competencias y atribu-
ciones, de trasferir «a las comunidades organizadas, a las comunas y a los sistemas de
agregación que de estas surjan; funciones de gestión, administración, control de servi-
cios y ejecución de obras atribuidos a aquellos por la Constitución de la República, para
mejorar la eficiencia y los resultados en beneficio del colectivo» (art. 27) 75. Con ello, se
dispuso legalmente el vaciamiento de competencias de los Estados y municipios, de
manera que queden como estructuras vacías, con gobiernos representativos electos por
el pueblo pero que no tienen materias sobre las cuales gobernar.
La estructuración paralela de ese Estado Comunal o del Poder Popular, en parti-
cular ha tenido un impacto fundamental en la Administración municipal, con la crea-
ción de las Comunas al margen de la Constitución, que han sido concebidas en la Ley
Orgánica del Poder Popular, precisamente para suplantar al municipio constitucional,
como la «célula fundamental» de dicho Estado Comunal 76, como se había propuesto
en la reforma constitucional fallida de 2007. Para ese efecto, a la Comuna se la definió
en la Ley Orgánica del Poder Popular, como una «entidad local», olvidándose el Le-
gislador que conforme a la Constitución (arts. 169, 173), esta expresión de «entidad
local» solo se puede aplicar a las «entidades políticas» del Estado en las cuales necesa-
riamente tiene que haber gobiernos integrados por representantes electos mediante
sufragio universal, directo y secreto (arts. 63, 169), ceñidos a los principios estableci-
74
En particular, conforme al artículo 61 de la Ley Orgánica de las Comunas, se dispone que
«todos los órganos y entes del Poder Público comprometidos con el financiamiento de proyectos de las
comunas y sus sistemas de agregación, priorizarán aquellos que impulsen la atención a las comunidades
de menor desarrollo relativo, a fin de garantizar el desarrollo territorial equilibrado.
75
Esta misma norma se repite en la Ley Orgánica de las Comunas (art. 64). El 31 de diciembre
de 2010, aún estaba pendiente en la Asamblea Nacional la segunda discusión del proyecto de Ley Or-
gánica del Sistema de Transferencia de Competencias y atribuciones de los Estados y municipios a las
organizaciones del Poder Popular.
76
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.011 Extra. de 21-12-2010. Véase sobre esta Ley el libro de ALLAN
R. BREWER-CARÍAS, CLAUDIA NIKKEN, LUIS A. HERRERA ORELLANA, JESÚS MARÍA ALVARADO ANDRADE,
JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ y ADRIANA VIGILANZA, Leyes Orgánicas sobre el Poder Popular y el Estado
Comunal (Los Consejos Comunales, las Comunas, la Sociedad Socialista y el Sistema Económico Comu-
nal), Colección Textos Legislativos n.º 50, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2011. Véase, ade-
más, ALLAN R. BREWER-CARÍAS, «La Ley Orgánica del Poder Popular y la desconstitucionalización del
Estado de derecho en Venezuela», en Revista de Derecho Público, n.º 124 (octubre-diciembre 2010),
Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2010, págs. 81-101.
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77
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.015 Extraordinario del 28 de diciembre de 2010.
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Ley que creó la Comisión Central de Planificación 78, y desarrollada en la Ley Orgánica
de Planificación Pública y Popular 79.
En tercer lugar, en la reforma de la Ley Orgánica del Poder Púbico Municipal se
encasilló y limitó el rol del municipio como promotor de la participación del pueblo
sólo a poder realizarlo «a través de las comunidades organizadas», que son las que se
regulan en las Leyes Orgánicas del Poder Popular como dependientes del Poder Ejecu-
tivo nacional y orientadas exclusivamente a desarrollar el socialismo, en contra de la
previsión del artículo 62 de la Constitución que garantiza el carácter libre de la partici-
pación, y en contra del pluralismo que también establece la Constitución. La desvincu-
lación de las comunidades organizadas respecto del municipio, se aseguró, además, en
la propia Ley, al excluirse su registro ante los órganos competentes «del municipio»
como decía la Ley Orgánica anterior que se reformó, previéndose ahora su registro sólo
ante «los órganos competentes» (art. 33.3) que en las Leyes Orgánicas del Poder Popu-
lar es uno de los Ministerios del Ejecutivo Nacional, el Ministerio del Poder Popular
para las Comunas y Movimientos Sociales.
Es decir, con la reforma de la Ley Orgánica del Poder Municipal se produjo la total
desmunicipalización de las entidades locales, y su total control por el Poder Central. Se
recuerda, además, que de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Popular (art. 32), los
Consejos Comunales y las Comunas adquieren personalidad jurídica mediante el regis-
tro ante el Ministerio del Poder Popular de las Comunas y Movimientos Sociales, con
lo que, en definitiva, se deja en manos del Ejecutivo Nacional la decisión de registrar o
no un Consejo Comunal, una Comuna o una Ciudad Comunal, y ello debe hacerse, por
supuesto, aplicando la letra de la Ley, lo que significa que si está dominada por «voce-
ros» que no sean socialistas, no cabe su registro ni, por tanto, su reconocimiento como
persona jurídica, así sea producto genuino de una iniciativa popular.
En cuarto lugar, como parte de ese proceso de desmunicipalización de la vida lo-
cal, a las Comunas se las buscó incorporar en el régimen del Poder Público Municipal
como «entidad local territorial» (art. 19) aun cuando de «carácter especial», pues con-
forme al artículo 19, «se rige por su ley de creación», y pueden constituirse «dentro del
territorio del municipio o entre los límites político-administrativos de dos o más muni-
cipios, sin que ello afecte la integridad territorial de los municipios donde se constitu-
ya». Pero a pesar de ser tales «entidades locales» de carácter especial, sin embargo, se
las excluyó completamente del régimen de la Ley Orgánica del Poder Municipal que-
dando «reguladas por la legislación que norma su constitución, conformación, organi-
zación y funcionamiento» (art. 5). Ello se reafirmó en el artículo 33 de la Ley, al dispo-
ner que «los requisitos para la creación de la comuna, en el marco de su régimen especial
como entidad local», son los establecidos en la propia Ley Orgánica de las Comunas.
78
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, «Comentarios sobre la inconstitucional creación de la Comi-
sión Central de Planificación, centralizada y obligatoria», en Revista de Derecho Público, n.º 110,
(abril-junio 2007), Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2007, págs. 79-89.
79
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.011 Extraordinario del 21 de diciembre de 2010. Dicha Ley ha
sido reformada de nuevo en noviembre de 2014. Véase en Gaceta Oficial n.º 6.148 Extra de 18 de no-
viembre de 2014. Al concluir la redacción de este texto, dicha Gaceta no había circulado.
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80
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.097 Extra. de 15 de junio de 2012.
81
Véase en Gaceta Oficial n.º 40.540 de 13 de noviembre de 2014.
169
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82
Véase sobre la Ley Orgánica de 2012, los comentarios de: JOSÉ LUIS VILLEGAS MORENO, 'G23-2
la instauración del Estado Comunal en Venezuela: Comentario al Decreto-ley Orgánico de la Gestión
Comunitaria de Competencia, Servicios y otras Atribuciones, en el contexto del Primer Plan Socialis-
ta-Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013»; de JUAN CRISTÓBAL CARMONA BORJAS, «Decreto con
rango, valor y fuerza de Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras
atribuciones»; de CECILIA SOSA G., «El carácter orgánico de un Decreto con fuerza de Ley (no habili-
tado) para la gestión comunitaria que arrasa lentamente con los Poderes estadales y municipales de la
Constitución»; de JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ, «Reflexiones sobre el nuevo régimen para la Gestión Co-
munitaria de Competencias, Servicios y otras Atribuciones»; de ALFREDO ROMERO MENDOZA, «Comen-
tarios sobre el Decreto con rango, valor y fuerza de Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de
Competencias, Servicios y otras Atribuciones»; y de ENRIQUE J. SÁNCHEZ FALCÓN, «El Decreto con
rango, valor y fuerza de Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras
Atribuciones o la negación del federalismo cooperativo y descentralizado», en Revista de Derecho Pú-
blico, n.º 130, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2012, págs. 127 y ss.
83
Como observó Cecilia Sosa Gómez, para entender esta normativa hay que «aceptar la desapari-
ción de las instancias representativas, estadales y municipales, y su existencia se justicia en la medida que
año a año transfiera sus competencias hasta que desaparezcan de hecho, aunque sigan sus nombres
(Poderes Públicos Estadal y Municipal) apareciendo en la Constitución. El control de estas empresas,
las tiene el Poder Público Nacional, específicamente el Poder Ejecutivo, en la cabeza de un Ministerio».
Véase CECILIA SOSA G., «El carácter orgánico de un Decreto con fuerza de Ley (no habilitado) para la
gestión comunitaria que arrasa lentamente con los Poderes estadales y municipales de la Constitución»,
en Revista de Derecho Público, n.º 130, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2012, pág. 152.
84
Véase sentencia n.º 821 de la Sala Constitucional (Exp. n.º AA50-T-2012-0702) de 18 de junio
de 2012, en http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/junio/821-18612-2012-12-0704.HTML
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85
Véase Resolución n.º 031 de la Vicepresidencia de la República, mediante la cual se establece
la Estructura y Normas de Funcionamiento de los Órganos Desconcentrados de las Regiones Estraté-
gicas de Desarrollo Integral (REDI), en Gaceta Oficial n.º 40.193 de 20-6-2013.
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Estado, particularmente si no son miembros del partido oficial; todo ello dentro de un
proceso de planificación centralizada que se ha regulado en la Ley de la Regionaliza-
ción Integral para el Desarrollo Socio-productivo de la Patria de 2014 86, que establece
zonas económicas especiales de desarrollo, buscándose «regularizar» las estructuras
administrativas nacionales de intervención y sometimiento de las entidades político-te-
rritoriales.
En todo caso, un ejemplo del proceso de ahogamiento y neutralización de las enti-
dades territoriales de la República, particularmente de las existentes en la Región Capi-
tal, como se ha indicado, ocurrió en 2008, con la creación de autoridades en el Distrito
Capital totalmente dependientes del Poder Ejecutivo, violándose la Constitución. En la
Constitución de 1999 se había buscado cambiar radicalmente la concepción del viejo
Distrito Federal creado desde 1863 como entidad dependiente del Poder Nacional,
estableciéndose el Distrito Capital como una entidad política más de la República
(art. 16), con sus propios órganos legislativo y ejecutivo de gobierno democrático, es
decir, integrado por funcionarios electos popularmente, que debía ser regulado por el
Poder Nacional (art. 156,10). Como se dijo, ese esquema de autonomía territorial tam-
bién se pretendió reformar en la rechazada Reforma Constitucional de 2007, en la cual
se buscaba eliminar el Distrito Capital y recrear la desaparecida figura del Distrito Fe-
deral como entidad totalmente dependiente del Poder Nacional, en particular del pre-
sidente de la República, sin gobierno propio.
Pero después del rechazo popular a dicha reforma constitucional, sin embargo,
esta reforma también se ha implementado en fraude a la Constitución, y por supuesto a
la voluntad popular, mediante la sanción de la Ley Especial Sobre la Organización y
Régimen del Distrito Capital 87, en la cual se lo ha regulado como una dependencia del
Poder Nacional, con el mismo ámbito territorial del extinto Distrito Federal; y con un
supuesto «régimen especial de gobierno», conforme al cual, la función legislativa en el
Distrito está a cargo de la Asamblea Nacional, y el órgano ejecutivo es ejercido por un
jefe de Gobierno (art. 3), que de acuerdo con el artículo 7 de la Ley Especial, es «de
libre nombramiento y remoción» por parte del presidente de la República; es decir, un
«régimen especial de gobierno» dependiente del Poder Central.
Con ello, en el mismo territorio del Municipio Libertador y de parte del territorio
del Distrito Metropolitano de Caracas a cargo de un Alcalde y un Consejo Metropoli-
tanos, se le ha superpuesto una estructura nacional, como entidad dependiente funcio-
nalmente del Ejecutivo nacional, sin gobierno democrático ni autonomía político-terri-
torial, ignorando además la existencia del régimen municipal metropolitano a dos
niveles previsto en la Constitución, duplicando las funciones del mismo, dispuesto para
ahogarlo y controlarlo.
Como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, puede decirse entonces
que la Federación que se plasmó en la Constitución de 1999 no solo siguió siendo, más
acentuadamente, la misma Federación centralizada desarrollada en las décadas anterio-
86
Véase en Gaceta Oficial n.º 6.151 de 18 de noviembre de 2014.
87
Véase en Gaceta Oficial n.º 39.156 de 13 de abril de 2009.
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res, sino que los pocos elementos que podían contribuir a su descentralización política,
fueron desmontados progresivamente en los últimos tres lustros.
En esta perspectiva, el Estado venezolano que nunca ha sido ni ha tenido realmen-
te las características de uno «Federal descentralizado», expresión que solo fue una eti-
queta contradictoria e ilusa inserta en una Constitución centralista, progresivamente se
ha centralizado aún más, ubicándose todo el Poder Público en el Estado nacional, que
ahora está configurado como un Estado Totalitario y centralizado 88. Esa centralización
ha sido el resultado de un progresivo desbalance hacia el nivel nacional en la distribu-
ción territorial del Poder, en el cual se ha vaciado a los Estados de toda competencia
sustantiva, y a los municipios se les ha quitado su carácter de unidad primaria en la or-
ganización nacional, montándose en paralelo y en contra de la Constitución, la organi-
zación del llamado Poder Popular o del Estado Comunal, integrada por Comunas y
Consejos Comunales, que han venido neutralizando y ahogando a los municipios, como
instrumentos realmente del Poder Nacional.
En esta forma, al fraude a la Constitución, que ha sido la técnica constantemente
aplicada por el gobierno autoritario en Venezuela desde 1999 para imponer sus decisio-
nes a los venezolanos al margen de la Constitución 89, se sumó posteriormente el fraude a
la voluntad popular, al imponerle a los venezolanos mediante leyes orgánicas, un mode-
lo de Estado por el cual nadie ha votado y que cambia radical e inconstitucionalmente el
texto de la Constitución de 1999, que no ha sido reformado conforme a sus previsiones,
en abierta contradicción al rechazo popular mayoritario que se expresó en diciembre de
2007 respecto de la reforma constitucional que se intentó realizar incluso violando la
propia Constitución, e incluso, al rechazo popular mayoritario del pueblo que se expre-
só respecto de la política del presidente de la República y de su Asamblea Nacional con
ocasión de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre de 2010, que perdió.
88
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Estado Totalitario y desprecia a la Ley (La desconstitucionaliza-
cicón, desjudicialización, desjuridificación, desdemocratización del Estado en Venezuela), Editorial Jurí-
dica Venezolana, Caracas 2014.
89
Véase ALLAN R. BREWER-CARÍAS, Reforma constitucional y fraude a la Constitución (1999-2009),
Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2009; Dismantling Democracy. The Chávez Autho-
ritarian Experiment, Cambridge University Press, New York, 2010.
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