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Conceptos a tener en cuenta:

Rodríguez al seleccionar los casos se basa en Foucault: “Lo que los archivos ocultan también dicen
algo”.

Emergentes: Aquellas situaciones que aparecen como significativas, a los que ella le va dando
importancia: las fugas y las derivaciones. La toma como analizadores de la situación.

Analizador: Cuando uno percibe por analizar una situación completa, porque hay algo o porque se
reitera, o porque realmente el investigador le da cierta importancia que nadie le daba, se
convierte en un emergente.

Derivaciones: Doble sentido, consistía en dejar a la deriva al niño, son como abandonos.

Lo insoportable para los Niños:


El (no) sostén
Se toma la idea de sostén para decir que lo primero insoportable para el infante es no ser
sostenido.

Winnicott fue uno de los psicoanalistas que resaltó a un modo determinante la cuestión del
ambiente. Este discutía con Klein la existencia de formaciones primarias al modo de un yo
rudimentario tal como ella lo formulaba y que se reflejaron sintéticamente en su famosa frase:
“No hay tal cosa que un bebé” es decir cuando un niño nace no existe un bebé, existe una vida
humano, pero que es lo que lo convierte en humano, en bebé?. El vínculo con la madre, con los
primeros cuidadores.

También habla de que cuando un niño nace hay un potencial heredado y todo lo que después se
pueda desarrollar va a depender del ambiente. También habla de una discusión teórica que se
daba con Melanie Klein a mediados del Siglo XX, quien daba mas importancia a lo instintivo en
sentido psicoanalítico, a la fuerza de Eros o de Tánatos que lleva al niño a vivir de determinada
forma. Sin embargo, Winnicott dice (pág. 105), sostiene que el trabajo que sostiene Klein y sus
colaboradoras, deja abierto para una consideración ulterior el tema del desarrollo de la
dependencia completa, que aparece en la frase de Freud “…el infante, siempre y cuando se incluya
con el cuidado que recibe de su madre…”. Es decir, el niño, el infante es niño en la medida en la
que también se considera el ambiente en el que está. Winnicott también hablaba de la madre
como cuidadora, como persona, pero también de la madre de ambiente, donde la madre es el
ambiente del niño en los primeros meses de vida.

Parece evidente a lo que nos referimos a lo insoportable en estos tiempos. Hace referencia a un
texto de Winnicott donde se habla del miedo al derrumbe.

“Es tanta la diferencia que existe entre el principio de un bebé cuya madre puede cumplir
adecuadamente esta función y el principio de otro bebé cuya madre no está en condiciones de
hacerlo, que resulta totalmente inútil describir bebés en sus etapas más tempranas si no es en
relación con el funcionamiento de la madre. Cuando no hay un quehacer materno suficientemente
bueno, el infante es incapaz de iniciar la maduración del yo, o bien el desarrollo del yo queda
necesariamente distorsionado en ciertos aspectos vitalmente importantes. En la etapa que
analizamos es necesario no considerar al bebé como una persona que tiene hambre y cuyos
impulsos instintivos pueden ser satisfechos o frustrados, sino pensarlo como un ser inmaduro que
está constantemente al borde de una angustia inconcebible”. […] (pág. 106)

Esto es difícil para un adulto representárnoslo a no ser que hallamos vivido algo así. Estar al borde
de una angustia insostenible, es algo que uno no podemos concebir, que le podamos dar un
sentido a la lógica, es un sentir que todo desaparece, es como caer en un pozo que no tiene final,
es miedo, dolor, es una angustia donde se confunden muchos sentimientos atroces. Entonces
Winnicott nos está diciendo como no hay sostén, no hay psiquismo, no hay manera de pasar por
esa experiencia. Uno siempre le pide ayuda a un amigo o familiar, llora, le cuenta a otro por el
momento que esta pasando, esto es el procesamiento psíquico, que en psicoanálisis se le llama
procesamiento secundario del pensamiento, que nos permite darle un sentido, tener esperanza,
desarrollar mecanismos que nos permitan enfrentar la situación, aunque después pueda terminar
de la peor manera, quesería la muerte.

Winnicott nos esta diciendo que un bebé que no tiene sostén, la inmadurez hace que caiga en esa
angustia insostenible.

[…] Lo que mantiene a raya esa angustia inconcebible es la función de la madre vitalmente
importante en esta etapa… La angustia inconcebible tiene solo unas pocas variedades, cada una de
las cuales es clave de un aspecto del crecimiento normal: Fragmentarse; Caer interminablemente;
No tener ninguna relación con el cuerpo; No tener ninguna orientación. Se reconocerá que estas
variedades son la materia prima específica de las angustias psicóticas.

Winnicott

No precisa ser psicótico para tener esas angustias, como adultos lo podemos vivir en situaciones
muy puntuales de crisis. Aquí él está mostrando los sentimientos que acompañan, que tiene
características hipotéticas, y que en general están relacionadas con estudios que se hacen a las
personas que padecen psicosis graves y que entonces sus malestares remiten a estas primeras
experiencias.

Deprivación:
El niño vivió una situación empática de sostén y luego le fue quitada. Por ejemplo, los niños en la
guerra o por desastres naturales.

El incesto y el abuso sexual:


En general genera situaciones traumáticas, determina la formación del carácter. Por lo general es
un secreto con la que la persona carga, si es incestuoso la familia tal vez no le crea y siga viviendo
con el abusador, en otras ocasiones, la familia no se desmembró y se sigue conviviendo con el
abusador, el mismo vínculo con el abusador impide que el niño/a lo diga, porque es un vinculo
ambivalente, porque se percibe al abusador como un cuidador, según lo ve la familia. Si no son
ayudados institucionalmente, si no lo pueden transmitir de alguna forma, se sigue manteniendo
como un secreto permanente.
Lo insoportable en los Niños:
Tendencia antisocial:
El manual de diagnóstico de Psiquiatría (DSM) clasifica los distintos tipos de patología, estos están
clasificados y a su vez algunas de las patologías están relacionados con los vínculos sociales y ahí se
describe como patología el trastorno de personalidad antisocial. Este trastorno tiene algunas
características como: la persona no es empática con las situaciones de los demás, no se preocupa
por el otro, no le interesa la vida del otro, fácilmente comete delitos y no acepta que superó los
límites, puede ser cruel con los animales desde la infancia, su inteligencia la utiliza para manipular
a los demás.

Esta tendencia también fue descripta por Winnicott (aún no había sido escrito el manual):

“La conducta antisocial le plantea al psicoanálisis algunos problemas teóricos y prácticos difíciles
de tratar. En su introducción a La juventud descarriada de Aichhorn, Freud demostró que el
psicoanálisis no solo ayuda a comprender la delincuencia, sino que además se enriquece al
comprender la labor que realizan quienes deben tratar delincuentes” (pág. 130)

Si a una persona que sufre esta condición le pasa algo, recibe un tiro, la sociedad que es “buena”
va a decir que “qué bueno, uno menos”. Esa conducta del resto que somos “buenos” también es
una conducta antisocial. Pero es inconsciente, porque tiene su origen en la propia sociedad. La
sociedad lo que quiere es venganza. La sociedad inoculo, genera necesidades de cumplir con esa
función, y estos son los cuidadores de esos chicos. En las familias, en las escuelas, en las cárceles.
Como dice Althusser los aparatos ideológicos reproducen esta tendencia.

“Nos gusta pensar que esa predisposición es innata (a la delincuencia). El psicoanálisis nos ha
enseñado que la herencia no puede explicarlo todo, y que las primeras experiencias de la niñez
tienen importancia para determinar el futuro desarrollo. La predisposición a la delincuencia no es
un producto acabado en el momento del nacimiento, sino que está determinado por los lazos
emocionales con los familiares”. Winnicott

Al decir innato refiere a que nos resolvería el problema pensar así. No depende de lo innato, pero
si depende de los lazos que se fueron estableciendo desde los primeros tiempos.

Tizio ubica los términos esenciales de la discusión sobre la tendencia antisocial y el modo en que lo
insoportable en los niños se nos ha revelado en esta investigación luego de varias décadas de
trabajos de Aichhorn y Winnicott:

“Es necesario que educadores, trabajadores sociales, psicoanalistas y políticos tengan elementos
para hacer frente a las lógicas segregativas del discurso dominante en su imparable tendencia a la
judicialización que borra la dimensión subjetiva y produce cada vez mas pasajes al acto. Vivimos
un momento histórico donde hay una promoción social del significante violencia, que parece
acompañar a las distintas formas del vínculo social. Cn el se adjetiva cada vez mas las nuevas
generaciones sin ver que los cambios estructurales en juego producen desregulaciones que
generen nuevas formas de desamparo. Pero no se trata de quedarse en ese nivel sino de abordar
cada caso, de rescatarlo del magma homogeneizador, y ayudar a construir un síntoma, es decir,
algo en lo cual el sujeto se sienta concernido. Esto no se hace solo; es necesario la función del Otro
que pueda acoger ese acto ciego y transformarlo en mensaje para el propio sujeto”.

La incapacidad de preocuparse por el otro:


“¿Como pensas que se sintió fulano cuando le hiciste eso?”

“Un padre que siempre va tarde a buscar a su hijo”

La preocupación por el otro aparece para Winnicott como una experiencia muy compleja y sutil
durante el proceso de reunión en el psiquismo del bebé de la madre-objeto y la madre-ambiente.

Cuando uno no puede pensar en otro, preocuparse por el otro y eso se instala en la personalidad
de uno, se vuelve en una imposibilidad de amar.

No soportar a los Niños:


Esa venganza en tanto que es inconsciente es ciega, cuando nosotros buscamos volver visible que
los materiales de esta investigación nos han mostrado que a estos niños no se les soporta, es
porque encontramos que en ocasiones lejos de impedirse, se ha puesto en marcha una venganza.

Ya hemos hecho referencia a la idea de Winnicott de una tendencia antisocial y hemos analizado
en detalle la etiología de esa tendencia en los niños. Winnicott distingue entre dos formas de
tendencia antisocial.

Lo antisocial en la misma persona y lo antisocial en la sociedad. “Es malsano e inmaduro, porque


no se trata de una identificación con la autoridad que surja del autodescubrimiento, sino de algo
así como un marco sin cuadro, un sentido de la forma sin conservar la espontaneidad. Las
personas que se desarrollan en esta forma pueden considerarse como antisociales encubiertos”.

Esta otra cualidad de la tendencia antisocial, basada en la identificación con la autoridad bajo el
modelo del marco sin cuadro, da sustento a lo que nosotros llamamos los modos de no soportar a
los niños. Es muy evidente la asociación de esta expresión de Winnicott, con la noción de
encuadre.

No pretendemos desarrollar en profundidad el concepto de encuadre, pero queremos hacer notar


que la idea de un marco sin cuadro remite a los modos de un encuadre que en tanto marco sin
cuadro constituye uno de los modos del no soportar.

Uno de los trabajos que José Bleger dedica a la conceptualización de la noción de encuadre, inicia
del siguiente modo, haciendo precisamente una referencia a Winnicott:

Winnicott define Setting como “la suma de todos los detalles de la técnica”. Propongo – por
razones que se verán en el desarrollo del tema – que adoptemos término situación psicoanalítica
para la totalidad de los fenómenos incluidos en la relación terapéutica entre el analista y el
paciente. Esta situación abarca fenómenos que constituyen un proceso, que es el que estudiamos,
analizamos e interpretamos; pero incluye también un encuadre, es decir un “no-proceso” en el
sentido de que son las constantes, dentro de cuyo marco se da el proceso” (pág. 145)
Cuando Winnicott dice un marco sin cuadro, supondría el sometimiento de cierto marco, de
ciertas reglas, sin ninguna vocación de albergar un proceso, muy próximo a lo que denomina como
una tendencia antidemocrática, o una tendencia a la dictadura.

Dos características de No soportar a los niños:

Venganza:
Tiene su fuente en sentimientos inconscientes que corresponden a la sociedad en tanto
sentimientos públicos de venganza social, y han encontrado dentro de las instituciones o
institucionalidades destinadas a la protección, no su interrupción su evitación, su prohibición, sino
un modo particular de ponerlo en marcha.

Derivación: (Menos violenta que la venganza)


Otra de las formas que ponen en marcha el no soportar a los niños la constituye la derivación. No
per se, sino que es su insistencia, su reiteración, su recurrencia lo que hace pensar que lo que esta
en juego no es tanto una indicación, un modo de abordaje, sino la institucionalización de la
derivación como uno de los modos de no soportar. (pág. 146)

Cuando el niño en sus primeros tiempos de vida y es más o menos sostenido, algunas de sus
necesidades son satisfechas (no todas), sin embargo aun en todas esas circunstancias el niño se
siente como omnipotentes en ese vinculo con el ambiente materno, porque el se mueve en la
cuna y aparece la madre o la abuela y le dan la mamadera, el niño se siente omnipotente, Cuando
hay una situación de deprivación, por ejemplo, si eso sucede solamente durante un mes, y luego
ya empieza el sufrimiento, el maltrato, inconscientemente queda esa esperanza de volver a esa
situación en donde se era omnipotente. Hago lo que quiero, insulto al que quiero y hago lo que
quiero, y partir de ahí tiene la esperanza de volver a tener lo que tenía.

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