ALIMENTOS QUE PREVIENEN EL CANCER DE MAMA Y SU RELACION
CON LOS ESTROGENOS
Plátanos maduros: Como lo dijimos en un reciente post, los plátanos maduros
producen una sustancia llamada TNF (factor de necrosis tumoral) que tiene la capacidad para combatir el cáncer. El TNF interacciona con las células tumorales para activar citolisis o la muerte celular. La interacción con receptores de TNF sobre las células endoteliales, conducen a una mayor permeabilidad vascular permitiendo a los leucocitos acceder al sitio de infección.
Brócoli: Potente antioxidante y anticancerígeno, especialmente para los
cánceres de colon y de pulmón. Como todos los vegetales crucíferos acelera la eliminación de estrógenos y previene el cáncer de mama. El sulfuraran, cumple una función protectora sobre el daño que producen las toxinas. Por su alto contenido en cromo ayuda a regular la insulina y el azúcar en sangre. La cocción de éste alimento destruye sus cualidades antioxidantes.
Repollo: Previene el cáncer de mama y el crecimiento de los pólipos
intestinales. Dos cucharadas diarias de repollo cocido protegen del cáncer de estómago y su zumo ayuda a cerrar úlceras. Crudo aumenta esta capacidad.
Espárragos: No solo contienen ácido fólico y carotenoides sino también
saponinas que luchan contra el cáncer.
Té verde: Se ha utilizado durante siglos en Asia para muchas dolencias,
incluyendo la prevención del cáncer. Las hojas de té verde contienen antioxidantes poderosos que ayudan a prevenir el daño a las células e inhibir la replicación celular. El té verde también refuerza el sistema inmunológico.
La dieta que previene el cáncer de mama
LA DIETA QUE PREVIENE EL CÁNCER DE MAMA Actualmente, el 50% de los enfermos de cáncer están atendidos por tratamientos apropiados, y se espera que sean el 80% el año 2003. ¿Cuando será́ posible prevenirlos? Existen una serie de buenas prácticas alimenticias y nutricionales, algo así como cambiar de alimentación cuando sea preciso, en posiciones prácticas que en ningún caso perjudican a la salud. El cáncer de mama es uno de ellos, y son muchos los expertos que sostienen que el secreto para prevenir esta enfermedad que tanto temen las mujeres está en la dieta. El objetivo no es dar un giro total a sus costumbres alimenticias, sino que en todo caso adopte otras con unos sencillos consejos. En primer lugar, recorte sus calorías, de tal modo que las 2500 a 3000 calorías que consume todos los días sean 200 – 2500, con un objetivo concreto: recortar los kilos y la grasa corporal. Se sabe que un exceso de grasa aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, porque la grasa es una fábrica de estrógenos, lo que puede hacer que el tejido mamario se convierta en canceroso. Los científicos indican que el sobrepeso después de los 40 años, y sobre todo, después de la menopausia, aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. Se sabe que las mujeres que engordan cinco o más kilos unos años antes de la menopausia duplican sus probabilidades de sufrir la enfermedad, mientras aquellas que adelgazan reducen en una cuarta parte las posibilidades de desarrollar un tumor en el pecho, y en este sentido existe cada vez mayor información científica. ALIMENTOS RECOMENDADOS Un alimento clave es el yogur contra el cáncer de mama; a través de diversos estudios mundiales. Las respuestas inmunitarias del organismo humano en personas que toman habitualmente yogur parecen significativas: aumento de los linfocitos frente al cáncer de mama. El aceite de oliva, un alimento muy común en nuestra forma de alimentarnos, también protege contra el cáncer de mama. Investigaciones científicas indican que el aceite de oliva en la dieta puede disminuir hasta un 35% el riesgo de padecer esta enfermedad. No se debe olvidar el ajo, un curalotodo barato y muy acreditado, que forma parte también de nuestra habitual dieta mediterránea. Los investigadores estudian los compuestos de azufre contenidos en el ajo (y en la cebolla), colocándolos en su lista de “quimiopreventivos” naturales frente al cáncer de mama. Otro potente anticancerígeno frente al riesgo de padecer cáncer de mama, son las frutas y verduras, un grupo en el que entran un buen número de alimentos, entre ellos los tomates, las espinacas, el maíz, las manzanas, las peras, los melocotones, las frutas rojas y negras del bosque, la zanahoria, las naranjas y el limón. Hace tiempo que los científicos han puesto rumbo a las vitaminas A, C y E, y sobre todo a esta última que en acción sinérgica con el selenio, parece que tiene acción especial en la prevención del cáncer mamario. EL REY SELENIO La función del selenio en la prevención del cáncer se explicaría por su acción antioxidante y por su capacidad para frenar la invasión de los agentes cancerígenos y se encuentra en la levadura de cerveza, los mariscos, los espárragos, el vinagre de manzana y los granos completos. La conexión repollo-cáncer parece demostrar que son excelentes aliados contra la enfermedad mamaria. Dentro de la familia de las crucíferas están verduras tan sabrosas como la coliflor, el brécol o brócoli, las coles de Bruselas y el repollo, y los investigadores piensan que el efecto benéfico viene de los indoles que aumentan la producción de enzimas que destruyen los carcinógenos, disponiendo al cuerpo para producir formas benignas de dicha hormona que no propician el cáncer de mama. Pero hay otras razones para justificar sus cualidades que cada día se aprecian más: son poco calóricas, no tienen grasa ni sodio, contienen mucha fibra y potasio, y buena cantidad de vitamina C. La soja, es otro de los alimentos en estudio. Una ración de soja aporta cantidad suficiente de isoflavonoides, que pueden bloquear los estrógenos que producen el cáncer de mama. Para otros investigadores es la genisteína, elemento parecido a los estrógenos, la que explicaría la baja incidencia de cáncer de mama entre las mujeres japonesas, que comen a diario tofú /queso de soja), leche de soja y harina de soja. También los pescados azules o grasos están sometidos a investigación por la posible acción beneficiosa de sus ácidos grasos omega-3, porque se supone que tienen que ver con los tumores de mama. También se sabe que las fibras no sirven únicamente para luchar contra el estreñimiento. Se ha demostrado epidemiológicamente que las ligninas de las fibras pueden proteger contra el cáncer de mama, y se recomienda consumir unos 30 gramos diarios. Para ello se recomienda consumir cereales de grano entero, pan integral, frutos secos y verduras y frutas.