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JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

Magistrada ponente

SL022-2020
Radicación n.° 74057
Acta 1

Bogotá, D. C., veintidós (22) de enero de dos mil veinte


(2020).

La Sala decide el recurso de casación interpuesto por


los demandantes ENA LEONOR QUINTANA GUTIÉRREZ
en nombre propio y, en representación de sus menores
hijos ANDRÉS FELIPE y SEBASTIÁN CAMILO BLANCO
QUINTANA, EVA MARÍA BLANCO BOTERO, ALANA
ALEJANDRA BLANCO ARGOTE, JOEL JUNIOR BLANCO
ALONSO y JULIO JAVIER BLANCO BETÍN contra la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, el 11 de
noviembre de 2015, en el proceso que adelantaron en
contra POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. al que se
vinculó como litis consorte al MUNICIPIO DE EL PASO –
CESAR.

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I. ANTECEDENTES

Ena Leonor Quintana Gutiérrez, en nombre propio y


en representación de sus menores hijos Andrés Felipe y
Sebastián Camilo Blanco Quintana, así como los menores
Eva María Blanco Botero, Alana Alejandra Blanco Argote,
Joel Junior Blanco Alonso y Julio Javier Blanco Betín,
representados por sus progenitoras, llamaron a juicio a la
Positiva Compañía de Seguros S.A. con el fin de que se la
condenara a reconocer y pagarles la pensión de
sobrevivientes de origen laboral, con ocasión del
fallecimiento de su cónyuge y padre Oel Blanco Parejo, a
partir del 11 de noviembre de 2003, el retroactivo de
mesadas causadas, incluyendo las adicionales de junio y
diciembre, los intereses de mora, la indexación, lo que
resultara probado extra y ultra petita y, las costas.

Fundamentaron sus peticiones en que: Oel Blanco


Parejo se vinculó al Municipio de El Paso – Cesar- como
Personero Municipal, tomó posesión del cargo el 30 de
marzo de 2001 y en ejercicio del cual, el martes 11 de
noviembre de 2003, a las 10:00 a.m., fue víctima de un
atentado cometido por grupos al margen de la ley que
operaban en la región, causándole la muerte.

Informaron que el afiliado contrajo matrimonio con


Ena Leonor Quintana Gutiérrez el 30 de julio de 1993,
unión de la que nacieron dos hijos, Andrés Felipe y
Sebastián Camilo Blanco Quintana y convivió hasta la
fecha de su deceso, además de relaciones

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extramatrimoniales del citado nacieron los menores Joel


Junior Blanco Alonso, Alana Alejandra Blanco Argote, Eva
María Blanco Botero y Julio Javier Blanco Betín.

Refirieron que a la fecha del óbito, Oel Blanco Parejo


se encontraba afiliado al sistema de seguridad social, en
riesgos laborales inicialmente en la ARP Seguro Social –
Compañía de Seguros la Previsora hoy Positiva ARL,
entidad ante la cual la demandante y los menores
solicitaron el reconocimiento de la pensión de
sobrevivientes el 28 de marzo de 2006, que les fue
respondida el 11 de septiembre de 2009, indicando que el
de cujus no presentaba afiliación ni pago a esa entidad.

El 12 de diciembre de 2008, el nuevo personero del


Municipio El Paso, presentó ante la demandada informe del
accidente de trabajo sobre la muerte violenta de Oel Blanco
Parejo, con fecha de recibido para estudio del 6 de enero de
2009, con ocasión del cual al ARL Positiva envió a Marcos
Varela, funcionario de la seccional Valledupar, al lugar de
los hechos a realizar una investigación, quien levantó un
acta en la personería de El Paso – Cesar, «acta de la cual no
tuvimos conocimiento del contenido de ella».

Afirmaron que en la consulta estadística de


afiliaciones de la ARL aparece Oel Blanco Parejo como
afiliado bajo la patronal Personería Municipio de El Paso,
aceptando el reporte del accidente de trabajo; así mismo,
en la consulta de pagos de estadística de la ARL, aparece el
número de cédula del afiliado, pero no su nombre y «como

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dato del ciclo: desde 01/2000 hasta 24/09/2009, fecha en


que fue retirado del sistema».

Al dar respuesta a la demanda, Positiva Compañía de


Seguros S.A. se opuso a la prosperidad de los pedimentos.
De los hechos, aceptó que: el personero del municipio de El
Paso presentó el 12 de diciembre de 2008 informe de
accidente de trabajo en el que reportó la muerte de Oel
Blanco Parejo, envió un funcionario de la Seccional
Valledupar a que realizara la investigación, no reconoció la
pensión de sobrevivientes, porque con el fallecido no existía
afiliación ni pago de aportes a esa entidad.

Propuso en su defensa la excepción de prescripción y


las que denominó, inexistencia de la obligación, falta de
causa jurídica, enriquecimiento sin causa y, la genérica ( f.°
178-186 cuaderno de instancias).

En proveído de 5 de mayo de 2011 ( f.° 216 cuaderno de


instancias), el juzgado del conocimiento dispuso la
vinculación al proceso como litis consorte del Municipio de
El Paso – Cesar, que notificado no presentó contestación a
la demanda, como se dejó sentado en auto de 11 de junio
de 2012 (f.° 294 cuaderno de instancias).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Cuarto Laboral de Descongestión del


Circuito de Barranquilla, concluyó el trámite y emitió fallo

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el 27 de septiembre de 2013 (f.° 305-320 cuaderno de


instancias), en el que resolvió:

PRIMERO: CONDENAR al MUNICIPIO DEL PASO (sic), CESAR


a reconocer y pagar la Pensión de Sobreviviente a favor de la
parte demandante ENA LEONOR QUINTANA GUTIERREZ en
un cincuenta por ciento (50%), y el otro cincuenta por ciento (50%)
será distribuido por partes iguales para cada uno de los hijos
ANDRES FELIPE BLANCO QUINTANA, SEBASTIAN CAMILO
BLANCO QUINTANA, JOEL JUNIOR BLANCO ALONSO,
ALANA ALEJANDRA BLANCO ARGOTE, EVA MARIA BLANCO
BOTERO Y JULIO JAVIER BLANCO BETIN, desde el 11 de
Noviembre del 203 (sic) en cuantía de $1.364.220.oo, y los
reajustes anuales para cada año (sic).

SEGUNDO: ABSOLVER a la demandada ADMINISTRADORA


DE RIESGOS PROFESIONALES POSITIVA – COMPAÑÍA DE
SEGUROS S.A. de todas las pretensiones incoadas por la parte
demandante, por lo expuesto en la parte motiva de esta
providencia.

TERCERO: ABSOLVER al MUNICIPIO DEL PASO (sic), CESAR,


del pago de los intereses moratorios del Art. 141 de la Ley 100
de 1993.

CUARTO: CONDENAR al MUNICIPIO DEL PASO (sic), CESAR,


a pagarle a la demandante señora ENA LEONOR QUINTANA
GUTIERREZ en un cincuenta por ciento (50%), y el otro
cincuenta por ciento (50%) será distribuido por partes iguales
para cada uno de los hijos del causante ANDRES FELIPE
BLANCO QUINTANA, SEBASTIAN CAMILO BLANCO
QUINTANA, JOEL JUNIOR BLANCO ALONSO, ALANA
ALEJANDRA BLANCO ARGOTE, EVA MARIA BLANCO
BOTERO Y JULIO JAVIER BLANCO BETIN, retroactivo
pensional a partir del 11 de Noviembre del año 2007 hasta el 30
de Septiembre de 2013, y las que se sigan causando,
debidamente indexada, por un valor total de Ciento Treinta
millones Setecientos Ochenta mil Novecientos Treinta y
Siete pesos (sic) $130.780.937,00.

QUINTO: DECLÁRESE parcialmente probada la excepción de


Prescripción solicitada por la parte demandada, respecto de las
mesadas pensionales causadas con anterioridad al día 11 de
Noviembre de 2007.

SEXTO: COSTAS a cargo de la parte vencida.

SEPTIMO: SI ESTA sentencia no fuere apelada, envíese al


Superior para lo pertinente, de acuerdo al artículo 69 del C.P.
(Negrilla del texto).

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III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Barranquilla, para resolver el recurso de
apelación interpuesto por la parte actora, así como el grado
jurisdiccional de consulta en favor del Municipio de El Paso
- Cesar, profirió fallo el 11 de noviembre de 2015 (f.° 376-385
cuaderno de instancia), resolvió:

PRIMERO: REVOCAR en todas sus partes la sentencia de fecha


veintisiete (27) de septiembre de dos mil trece (2013) proferida
por la señora Juez Cuarta de descongestión (sic) Laboral del
Circuito de Barranquilla dentro del proceso ENA LEONOR
QUINTANA GUTIERREZ en nombre propio y en representación de
sus menores hijos ANDRES FELIPE BLANCO QUINTANA,
SEBASTIAN CAMILO BLANCO QUINTANA y los menores EVA
MARIA BLANCO BOTERO, ALANA ALEJANDRA BLANCO
ARGOTE, JUNIOR BLANCO ALONSO Y JULIO JAVIER BLANCO
BETIN contra LA ADMINISTRADORA DE RIESGOS LABORALES
POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. y el MUNICIPIO EL
PASO CESAR.

SEGUNDO: CONDENAR en costas de la primera instancia a la


parte demandante por ser la vencida, tásense por secretaria en
su oportunidad.

TERCERO: Sin costas en esta instancia por no haberse causado


durante su trámite.

CUARTO: En su oportunidad devuélvase el expediente al


juzgado de origen (Negrilla del texto).

En lo que estrictamente interesa al recurso


extraordinario, el Tribunal fijó como problema jurídico
«determinar si la muerte del señor OEL BLANCO PAREJO
(Q.E.P.D.), provino a causa o con ocasión a sus actividades
laborales y por tanto debe catalogarse como un accidente de
trabajo». Consideró que «Igualmente deberá establecerse si

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en este caso se cumplen o no los presupuestos para conceder


la pensión de sobreviviente deprecada y caso (sic) de ser
procedente su reconocimiento determinar a cuál de las
demandadas le correspondería asumir el pago de la misma».

A continuación, para dar respuesta al primero de los


interrogantes y establecer si la muerte de Blanco Parejo
puede calificarse o no como un accidente de trabajo, se
remitió a lo dispuesto en los artículos 199 del CST, inciso 1
artículo 9 del Decreto Extraordinario 1295 de 1994, artículo
3 de la Ley 1562 de 2012, así como a la sentencia de esta
Corte CSJ SL, 19 feb. 2009, rad. 17429, de los que coligió
que «el accidente de trabajo puede entenderse como todo
suceso imprevisto que se le ocasione al trabajador por
ocasión o resultado del trabajo desempeñado por este».

Afirmó que no existía controversia sobre el


fallecimiento de Oel Blanco Parejo y, luego de analizar el
registro de defunción, el protocolo de necropsia y el
comunicado de la Fiscalía enviado a la demandante Ena
Leonor Quintana Gutiérrez, transcribió un aparte de la
sentencia CSJ SL, 23 ago. 2005, rad. 24232 y, sostuvo que
para catalogar como accidente de trabajo el deceso del
esposo y padre de los aquí demandantes, debía existir una
estrecha relación entre el hecho y «sus funciones laborales».

Así, concluyó:

Sin embargo, ocurre que dentro del plenario no fue aportada


prueba alguna que dé señales que el finado hubiese sido víctima
de amenazas o constreñimientos en razón a su cargo. Tampoco

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existe prueba de la que se infiera que el personero hoy fallecido


fuese víctima de extorsión o que hubiese puesto en conocimiento
de la administración que su vida corría peligro o las decisiones
que este le correspondía tomar en razón cargo (sic) daban lugar a
tener algún tipo de enemistades y por tanto requería
acompañamiento policivo.

Pues si bien, la Sala no desconoce la alta peligrosidad que


implica el ejercicio de los cargos públicos como por ejemplo el que
ocupaba el fallecido, más si se tiene en cuenta la problemática
violenta que padece el País, no por esto puede de entrada
definirse que la causa exclusiva del deceso fue el ejercicio del
cargo público, reiterándose que para ello debió aportarse los
elementos de convicción necesarios de los cuales no quedara
duda que el atentado que le causó la muerte al señor OEL
BLANCO PAREJO (Q.E.P.D.), se dio como consecuencia del cargo
que desempeñaba.

Todo lo anteriormente expuesto trae como consecuencia que no


sea dable calificar como accidente de trabajo, el asesinato del
que víctima (sic) el cónyuge y padre de los demandantes. Lo que
de contera traer (sic) como consecuencia que no exista derecho al
reconocimiento y pago de la pensión de sobreviviente reclamada
por los actores.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por los demandantes, concedido por el


Tribunal, admitido por la Corte y sustentado en tiempo, se
procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la censura que la Corte case el fallo acusado


y, en sede de instancia:

MODIFIQUE la de primer grado en el sentido de CONDENAR al


MUNICIPIO DEL PASO – CESAR- al reconocimiento y pago de la
pensión de sobrevivientes desde el 11 de noviembre de 2003, al
no haber sido propuesta la excepción de prescripción por parte
del municipio del PASO (Cesar) toda vez que no contestó la
demanda, y la REVOQUE en cuanto ABSOLVIÓ al Municipio del
reconocimiento y pago de la mesada adicional de junio y los

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intereses moratorios consagrados en el artículo 141 de la ley 100


de 1993. Sobre costas proveerá lo que en derecho corresponda
(Negrilla del texto).

Con tal propósito formulan dos cargos, por la causal


primera de casación, que no merecieron réplica y, pesar de
que orientan por vías distintas, al denunciar similar elenco
normativo y pretender el mismo fin, se resolverán a
continuación, de manera conjunta.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia impugnada de violar por la vía


indirecta en la modalidad de aplicación indebida los
artículos 3 de la Ley 1562 de 2012, en relación con los
artículos 199 del CST (derogado por el artículo 98 del
Decreto 1295 de 1994); 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9 inciso 1, 10, 13 y
34 del Decreto 1295 de 1994; 47, 50, 141, 142 y 255 de la
Ley 100 de 1993; 31, 61, 66 A, 77 (modificado por el
artículo 11 de la Ley 1149 de 2007), 145 y 151 del CPTSS;
488 del CST; 12 y 14 de la Ley 776 de 2003; 174, 177 y 187
CPC; 177 de la Ley 136 de 1994 y, 4, 48 y 53 de la CN.

Manifiesta que la violación de la ley sustancial se


produjo como consecuencia de los siguientes errores de
hecho:

1. Dar por demostrado, sin ser ello cierto, que no es procedente


calificar como accidente de trabajo el asesinato de que fue
víctima el señor OEL BLANCO PAREJO el 11 de noviembre de
2003.

2. Dar por demostrado, sin estarlo, que dentro del plenario no


existen los elementos de convicción necesarios que acrediten
que el atentado que causó la muerte al señor OEL BLANCO

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PAREJO el 11 de noviembre de 2003, se dio como


consecuencia del cargo que éste desempeñaba.

3. No dar por demostrado, siendo ello tan evidente, que el acto


criminal del que fue víctima el señor OEL BLANCO PAREJO el
11 de noviembre de 2003, y que puso fin a su vida, fue
causalidad propia e inherente del cargo que éste
desempeñaba como Personero del Municipio del Paso (sic) –
Cesar-, por lo que ineludiblemente debe ser catalogado como
accidente de trabajo.

Alude que tales yerros se cometieron porque el


Tribunal apreció erróneamente el registro civil de defunción
(f.° 20 y 77), comunicación dirigida a Ena Leonor Quintana
por la Fiscalía General de la Nación el 26 de junio de 2007
(f.° 48 y 162) y, protocolo de necropsia del folio 51-55 y 108-
112 del cuaderno de instancias.

Así mismo, denunció como pruebas no valoradas el


formato de informe de accidente de trabajo de 6 de enero de
2009 (f.° 33), informe de la Fiscalía General de la Nación
sobre muerte violenta de personeros (f.° 44-46), extractos de
los periódicos Vanguardia Liberal y el Heraldo ediciones de
12 y 13 de noviembre (f.°56-57), sentencia CC - T-710 de 8
de septiembre de 2010 proferida por la Corte Constitucional
(f.° 259-264) y, providencias de fechas 11 de julio y 12 de
octubre de 2012 por medio de las cuales se da por no
contestada la demanda por parte del Municipio de El Paso
y, se lleva a cabo la audiencia obligatoria de conciliación de
folios 244-246 del cuaderno de instancias.

Se aparta de la conclusión a la que arribó el Tribunal


en relación con la muerte de Oel Blanco Parejo, pues
considera que de la valoración adecuada de los medios de

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prueba denunciados, así como de la apreciación de otros, se


evidencia no solo la muerte violenta de que fue objeto el
causante el 11 de noviembre de 2003, sino que «la causa
eficiente que motivó dicho atentado fue el estatus y las
funciones que como Personero del Municipio del Paso –
Cesar-» ostentaba el fallecido.

Analiza cada una de las pruebas acusadas y llama la


atención en el hecho de que en el presente asunto no se
está en presencia de «homicidio simple u accidental (sic), con
ocasión de un hurto, fleteo, sicariato urbano, entre otros»,
sino que, como lo reconoce el ad quem, «el crimen fue
perpetrado por grupos armados al margen de la ley, siendo
el propio Representante del Bloque Norte RODRIGO TOVAR
PUPO, alias JORGE 40, el postulado por la ley de Justicia y
Paz para recepcionar la versión de la señora ENA LEONOR
QUINTANA como víctima de este hecho».

Resalta la información consignada por el Personero


Municipal del momento, registrada en el informe de
accidente trabajo diligenciado y presentado el 6 de enero de
2009, en el que el mismo Municipio de El Paso, no
desconoce que el siniestro ocurrido a Oel Blanco Parejo
correspondió a uno de trabajo acontecido cuando el
funcionario se encontraba desarrollando su labor habitual,
afirmación que encuentra soporte en el informe rendido por
la Fiscalía General de la Nación sobre muerte violenta de
Personeros y, en el que se incluye a Blanco Parejo, donde se
relacionan el «sinnúmero» de ellos que a nivel nacional y
especialmente en el Departamento del Cesar fueron

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asesinados en forma violenta «en tiempo adyacente al del


fallecimiento del causante».

Sostiene la censura que:

De haber efectuado un análisis integral a todas y cada una de


las pruebas documentales antes relacionadas e
individualizadas, sin duda alguna el Tribunal hubiese concluido
que en efecto SI existe una relación de causalidad con el cargo de
Personero que ostentaba en el Municipio del Paso -Cesar-, y que
los hechos por los cuales fue ultimado el 11 de noviembre de
2003, guardan estrecha relación con la ejecución de sus
funciones como tal, pues se reitera, no puede hablarse de un
hecho netamente delincuencial o personal el que originó que un
grupo armado al margen de la ley acabara con la vida del señor
OEL BLANCO PAREJA, cuando existen pruebas más que
fehacientes que demuestran que este hecho tuvo su causa
eficiente en el cargo público que este desempeñaba, igual como
acontece con los demás Personeros enlistados por la Fiscalía
como asesinados de forma violenta, de los cuales 9 fueron
liquidados en contemporaneidad a la fecha del deceso del actor,
cuyo hecho no puede ser tomado como una mera casualidad sino
observado dentro del contexto de la realidad, cual es la
peligrosidad y vulnerabilidad a la que están expuestos los
funcionarios públicos y judiciales, entre ellos los Personeros
Municipales.

VII. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia del ad quem de violar por la vía


directa, en la modalidad de aplicación indebida de los
artículos 3 de la Ley 1562 de 2012, lo que condujo a la
interpretación errónea del inciso 1 del artículo 9 del Decreto
1295 de 1994, en relación con los artículos 1, 2, 3, 4, 7, 8,
13 y 34 ibídem; 47, 50, 141, 142 y 255 de la Ley 100 de
1993; 31, 61, 66 A, 69, 77 (modificado por el artículo 11 de
la Ley 1149 de 2007), 145 y 151 del CPTSS; 199 y 488 del
CST; 12 y 14 de la Ley 776 de 2003; 174, 177 y 187 CPC;
177 de la Ley 136 de 1994 y, 4, 48, 53 y 230 de la CN.

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Advierte que en razón a la vía seleccionada no se


discuten los supuestos fácticos que encontró acreditados el
Tribunal, no obstante, finca su inconformidad en el
precepto normativo aplicado por aquel –artículo 3 Ley 1562
de 2012-, «cuando este no puede ser el fundamento
normativo para dictar su sentencia, habida cuenta que NO es
la legislación que se encontraba vigente al momento del
fallecimiento del causante, esto es, el 11 de noviembre de
2003».

Asevera que la norma aplicable es el artículo 9 del


Decreto Ley 1295 de 1994, la que tenía «pleno vigor» al
momento del fallecimiento de Oel Blanco Parejo, y que no
contempla las exigencias que el Tribunal señaló para que
un asesinato se catalogue como accidente de trabajo,
«cuales son: aportar pruebas que den señales de amenazas
o constreñimientos en razón a su cargo, prueba sobre ser
víctima de extorsión, o comunicación a la administración de
que su vida corría peligro».

Agrega que:

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[…] es el mismo inciso 1º del artículo 9 del Decreto 1295 de 1994,


el que denomina un accidente de trabajo como un «suceso
repentino», es decir, aquel que no se vaticina, imprevisto,
inesperado, así como el que segó la vida del causante, quien en
un día habitual de trabajo, en desarrollo de sus funciones como
Personero del Municipio del Paso Cesar, es retenido por un grupo
armado quien temerariamente lo asesina por su condición de
funcionario público, los que tal y como lo acepta el Tribunal,
implican alta peligrosidad, «más si se tiene en cuenta la
problemática de violencia que padece el país», y es por ello que
no se entiende cómo a pesar de arribar a tan certera conclusión,
en concordancia con lo sucedido el 11 de noviembre de 2003 con
el señor OEL BLANCO PAREJO y en las condiciones que
acaecieron, concluya la inexistencia de un accidente de trabajo.

VIII. RÉPLICA

Positiva Compañía de Seguros S.A. arrimó escrito en el


que advirtió, «respetuosamente manifiesto a su autoridad,
que una vez revisado el expediente, mi representada no ha
encontrado motivos para presentar oposición en le (sic)
presente caso».

IX. CONSIDERACIONES

A partir de lo dispuesto en los artículos 199 del CST,


inciso 1 del artículo 9 del Decreto Extraordinario 1295 de
1994 y, 3 de la Ley 1562 de 2012 «siendo este el vigente en
la actualidad», consideró el Tribunal que la muerte de Oel
Blanco Parejo no podía considerarse como un accidente de
trabajo, toda vez que no se demostró que su asesinato
hubiere guardado estrecha relación con sus funciones
laborales, pues no se aportó al plenario material probatorio
que diera cuenta de «amenazas o constreñimientos en razón
de su cargo», así como tampoco que hubiere sido víctima de
«extorsión o que hubiese puesto en conocimiento de la

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administración que su vida corría peligro» o que, «las


decisiones que este le correspondía tomar en razón cargo
(sic) daban lugar a tener algún tipo de enemistades y por
tanto requería acompañamiento policivo».

El yerro que le endilgan los recurrentes a la sentencia


de segunda instancia y que ponen a consideración de la
Sala, gira en torno a la demostración que la muerte de Oel
Blanco Parejo, se enmarcó dentro del concepto de accidente
de trabajo.

Tuvo por acreditado el Tribunal que el causante


falleció el 11 de noviembre de 2003 producto de un ataque
con proyectiles de arma de fuego, calenda para la cual
desempeñaba el cargo de Personero del municipio de El
Paso – Cesar.

Así, no constituye materia litigiosa, la fecha en la que


ocurrió el siniestro, por lo que, el primer aspecto que debe
determinar la Sala, teniendo en cuenta la inconformidad
planteada en el cargo segundo, es el relacionado con la
normatividad aplicable al sub lite y que la censura refiere,
corresponde al artículo 9 del Decreto 1295 de 1994.

Pues bien, como reiteradamente lo ha sostenido esta


Corporación, la norma llamada a regular el asunto es
aquella vigente al momento de ocurrencia del siniestro, que
en este caso lo fue el 11 de noviembre de 2003, fecha para
la cual el accidente de trabajo estaba previsto en nuestra
legislación interna en el artículo 9 del Decreto 1295 de

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1994, disposición que si bien fue declarada inexequible


mediante sentencia CC C-858-2006, los efectos de esa
decisión fueron diferidos hasta el 20 de junio de 2007, por
lo que al momento del fallecimiento de Oel Blanco Parejo, el
artículo tenía plenos efectos.

Dicha preceptiva legal, definió el accidente de trabajo


como «todo suceso repentino que sobrevenga por causa o con
ocasión del trabajo, y que produzca en el trabajador una
lesión orgánica, una perturbación funcional, una invalidez o
la muerte», además de incluir en tal definición a «aquel que
se produce durante la ejecución de órdenes del empleador, o
durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún
fuera del lugar y horas de trabajo».

Al respecto, conviene recordar que esta Corte ha


entendido que las expresiones con ocasión o por causa del
trabajo denotan que un accidente de orden laboral puede
tener su causa directa o inmediata en el oficio desempeñado
o, en forma indirecta o mediata con el mismo, tal como lo
señaló en sentencia CSJ SL 417-2018, en la que al respecto
indicó:

Por consiguiente, un infortunio tiene el carácter de profesional


cuando deriva, ya sea inmediata o mediatamente del trabajo o
es resultado del cumplimiento de las funciones propias del cargo,
o del desarrollo de actividades que, si bien no implican estricto
cumplimiento de aquellas, guardan estrecha relación con el
servicio para el cual fue contratado, a tal punto que son
inherentes y conexas a las labores designadas, de modo que si
el trabajador sufre un accidente ejecutándolas, debe
considerarse que este es de orden profesional. Así lo adoctrinó la
Sala en la sentencia CSJ SL 36922, 16 mar. 2010 que reitera la
SL 7633, 18 sep. 1995, en la que se dijo:

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Acerca del alcance que deba darse dentro de la definición al


término ‘trabajo’, es claro que no sólo (sic) se refiere a la actitud
misma de realizar la labor prometida, sino a todos los
comportamientos inherentes al cumplimiento de la obligación
laboral por parte del operario sin los cuales ésta (sic) no podría
llevarse a cabo como la locomoción de un sitio a otro dentro del
establecimiento, o también a actividades de capacitación o de otra
índole impuestas en ejercicio de la potestad subordinante. Y en
este orden de ideas tampoco ha de perderse de vista que el vínculo
contractual laboral lo deben ejecutar las partes de buena fe y por
ende no obliga sólo (sic) a lo que en el acuerdo formal se expresa,
sino también, en lo que hace al trabajador, a todas las cosas que
emanan precisamente de la prestación de los servicios, verbigracia
el desarrollo de actividades extraordinarias exigibles en
circunstancias excepcionales; las cuales, si bien no hacen parte
usual del trabajo comprometido, si están ligadas con éste (sic), de
modo que son generadoras de riesgos profesionales.

De las pruebas denunciadas en el cargo, el registro


civil de defunción (f.° 20 cuaderno de instancias) y el protocolo
de necropsia realizada al cadáver de Oel Blanco Parejo ( f.°
51-55 cuaderno de instancias), tal como lo apreció el Tribunal,

se extrae el hecho violento que propició la muerte a partir


de las heridas letales en su cabeza con proyectiles de arma
de fuego.

De otra parte, el cargo de Personero del Municipio de


El Paso – Cesar que desempeñó Blanco Parejo, no está en
discusión, y se ratifica con el informe de accidente de
trabajo diligenciado el 6 de enero de 2009 ( f°. 33 cuaderno de
instancias), por quien lo remplazó, documento del que
además, puede extraerse que el deceso ocurrió el martes 11
de noviembre de 2003, a las 11:00 a.m. cuando «se
encontraba en sus oficinas, se trasladó al Comando de
Policía, cuando salió de ese lugar fue obligado abordar (sic)
un vehículo desconocido y 2 horas después apareció muerto

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Radicación n.° 74057

a las afueras de la cabecera municipal dentro de la misma


jurisdicción».

En la comunicación dirigida por la Fiscalía General de


la Nación el 26 de junio de 2007 a la aquí demandante ( f.°
48 cuaderno de instancias) se observa le hace un llamado, a

partir de los hechos denunciados con ocasión del


fallecimiento de su cónyuge y en atención a la vinculación
del representante del Bloque Norte Rodrigo Tovar Pupo,
alias Jorge 40 a la Ley de Justicia y Paz, para que:

[…] si así lo desea, se desplace hasta el lugar donde se realizará


la citada diligencia, indicándole el día y la hora en que el
versionado se referirá al hecho reportado por usted. De esta
forma podrá usted presenciar el relato del hecho en transmisión
directa a la sala destinada para víctimas, desde la cual de
manera directa o por conducto de su representante judicial podrá
hacer uso de sus derechos a la verdad y a la justicia al presentar
pruebas, solicitar aclaraciones, dejar constancias o formular
preguntas a través del suscrito Fiscal.

Con las pruebas analizadas se confirma que: el


Personero Municipal de El Paso, fue asesinado en día y
jornada laboral – martes 11 de noviembre de 2003, a las
11:00 a.m.-, cuando en desarrollo de las funciones de su
cargo regresaba a la oficina luego de acudir al Comando de
la Policía, trayecto en el cual se le obligó a abordar un
vehículo de propietario desconocido y, 2 horas después fue
hallado muerto en predio rural de la jurisdicción del citado
territorio, de lo que resulta claro el origen laboral del
siniestro en los términos de los artículos 8 y 9 del Decreto
1295 de 1994, vigentes en aquella época.

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Radicación n.° 74057

No se ajustan a la definición de accidente de trabajo


contemplada en la referida normatividad, las exigencias que
echó de menos el Tribunal y que lo llevaron a concluir que
el suceso no tuvo ese origen, en tanto no había reportado el
fallecido a la administración municipal amenazas o
constreñimientos en razón de su cargo o, que hubiere sido
víctima de extorsión, pues como allí se indica, es accidente
de trabajo el suceso «repentino que sobrevenga por causa o
con ocasión del trabajo», entendido el término repentino, de
acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la
Lengua, como «pronto,  impensado,  no  previsto», adjetivos
que se ajustan a los hechos en los que perdió la vida Oel
Blanco Parejo y que le sobrevinieron, al no existir prueba en
contrario dentro del plenario, con ocasión de su cargo como
Personero Municipal.

Tal conclusión se ratifica con el Informe rendido por la


Fiscalía General de la Nación sobre muerte violenta de
Personeros en los «últimos diez años en Colombia», rendido
el 16 de marzo de 2006 (f.° 44-46 cuaderno de instancias) y, en
el que se relaciona entre los fallecidos a Oel Blanco Parejo
haciendo alusión en documento a «lo peligroso del cargo en
algunas partes del territorio».

La Sala no desconoce otros casos en los que factores y


circunstancias externas pueden romper el nexo de
causalidad que debe existir entre el siniestro y los peligros
derivados del trabajo, pero estas deben ser de tal entidad
que lleven a neutralizar e incluso a sustituir, el riesgo

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propio de la labor, que como quedó analizado, no es el caso


del sub lite.

Así las cosas, como el siniestro fatal que afectó a los


demandantes fue de origen laboral, no querido ni provocado
por culpa de la víctima y, ocurrido cuando el servidor
desempeñaba las «actividades normales» o, «las funciones
propias de su cargo», resulta contrario lo resuelto por el ad
quem, y por ende, se casará la sentencia impugnada.

Sin costas en el trámite extraordinario.

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X. SENTENCIA DE INSTANCIA

Proferida la decisión de primera instancia, en la que el


a quo impartió condena en contra del Municipio de El Paso,
los demandantes la impugnaron, discusión que se concretó
a 3 aspectos puntuales: i) la prosperidad de la excepción de
prescripción, ii) la negativa a los intereses moratorios y, iii)
la absolución de la mesada 14, a los que se contraerá el
estudio de en sede de instancia.

1.- Excepción de prescripción:

Luego de establecer que el accidente en el que perdió


la vida Oel Blanco Parejo era de origen laboral, el a quo
impartió condena por concepto de pensión de sobrevivientes
y en punto a la prescripción, luego de indicar que «La parte
demandada interpuso en la contestación de la demanda la
excepción de Prescripción», señaló:

Pues bien, en el caso bajo estudio se tiene que el afiliado falleció


el 11 de Noviembre de 2003, y como consecuencia de lo anterior
la demandante presentó reclamación administrativa el 28 de
Marzo de 2006, por lo que en principio tendría para reclamar tres
años, es decir, hasta el 11 de Noviembre de 2006. Por lo que una
vez presentada la reclamación administrativa interrumpió el
término de prescripción. Sin embargo tenemos que la parte
demandante presentó la demanda ante la oficina judicial el día
11 de Noviembre de 2010. De suerte que si tenía hasta el 28 de
marzo de 2009 para presentar la demanda dentro del término de
interrupción de prescripción; al no haberlo hecho así, sino por
fuera del tiempo, operó el fenómeno jurídico de prescripción, por
lo que se encontrarían prescritas las mesadas pensionales con
anterioridad al 11 de Noviembre de 2007.

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En este sentido, se declarará parcialmente probada la excepción


de Prescripción solicitada por la parte demandada.

Indican los recurrentes que, teniendo en cuenta que el


Municipio de El Paso no contestó la demanda y no propuso
la excepción de prescripción, la que debe ser solicitada a
petición de parte, esta no podía ser declarada de oficio por
el fallador de instancia y, agrega que «Procedería ésta en el
caso que la condenada fuera la ARL POSITIVA, quien si
contesto (sic) la demanda y estuvo presente en todas las
etapas del proceso, pero esta fue absuelta».

Cierto es, como lo indican los demandantes, que


notificado el municipio de el Paso, no dio contestación a la
demanda y, por ende, no propuso la excepción de
prescripción, la que efectivamente fue impetrada por la
demandada Positiva Compañía de Seguros S.A. ( f.° 184-185
cuaderno de instancias) quien no fue condenada dentro del

presente juicio; situación que impedía al a quo abordar su


estudio pues en los términos del artículo 306 del CPC hoy
282 del CGP la excepción de prescripción debe alegarse en
la contestación de la demanda por quien pretende
beneficiarse de ella, en tanto la misma no puede ser
declarada de oficio por el juez.

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Así las cosas, habrá de revocarse la decisión de


primera instancia que declaró parcialmente probada la
excepción de prescripción y, en su lugar, ordenar el
reconocimiento de la prestación pensional a los aquí
demandantes a partir del 11 de noviembre de 2003. En el
caso de los demandantes Joel Junior Blanco Alonso, Andrés
Felipe Blanco Quintana, Sebastián Camilo Blanco
Quintana, Eva María Blanco Botero, Alana Alejandra
Blanco Argote y, Julio Javier Blanco Betín, debido a su
minoría de edad, les deben ser reconocidas las mesadas
pensionales desde el 11 de noviembre de 2003 y hasta que
cumplan la mayoría de edad, salvo que acrediten los
requisitos de ley ante la entidad pagadora para continuar
disfrutando de la prestación con posterioridad a esta última
calenda.

2.- Intereses moratorios:

Reclaman los demandantes el reconocimiento de los


intereses moratorios sobre las mesadas pensionales
concedidas por el a quo, con el argumento de que «En
derecho lo subsidiario sigue la suerte de lo principal por lo
tanto no puede condenarse al municipio a cumplir lo principal
y absolverlo de lo subsidiario». Soportan su inconformidad
en una decisión de esta Corporación de la que no indican
número de radicación.

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Radicación n.° 74057

El juez de primer grado, luego de referirse a lo


dispuesto en el artículo 141 de la Ley 100 de 1993, señaló
que no había lugar a su imposición pues «Es apenas lógico
que si la demandante reclamó dicha pensión ante la ARP
POSITIVA S.A. y no hubo ningún tipo de reclamación o
solicitud ante el empleador Municipio del Paso – Cesar.
No resultaría admi[si]ble condenar al empleador a
cancelar intereses moratorios cuando nunca tuvo
conocimiento de la solicitud hecha por la demandante
de dichos intereses» (Resalta la Sala).

No encuentra la Sala razón para modificar la decisión


apelada y condenar al pago de los intereses moratorios que
pretende la parte actora, toda vez que, en ninguna mora
pudo haber incurrido el Municipio de El Paso – Cesar, pues
si bien resultó condenado en el presente juicio, también es
cierto que antes de su vinculación -oficiosa por iniciativa
del juez-, los demandantes no le presentaron reclamación
tendiente a obtener el reconocimiento pensional y sus
intereses moratorios, por ende, no existió pronunciamiento
de su parte.

Recuerda la Sala que la demanda no fue dirigida en


contra del ente territorial ex empleador, por lo que ninguna
pretensión se encaminó a obtener condena a su cargo y el
citado municipio tampoco se opuso a los pedimentos que le
eran ajenos, razón de más para que no resulte pertinente ni
procedente esta pretensión.

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Radicación n.° 74057

En su lugar, como lo indicó el juez de primera


instancia en la parte resolutiva de la sentencia, las mesadas
pensionales adeudadas a los demandantes, deberán
reconocérseles debidamente indexadas al día de su pago, de
conformidad con la siguiente fórmula:

VA = VH x IPC Final
__________
IPC Inicial

Donde:
VA = Valor actualizado
VH = Mesadas pensionales debidas.
IPC Final= Índice de precios al consumidor
correspondiente al mes en el que se efectuará el pago.
IPC Inicial= Índice de precios al consumidor
correspondiente al mes de causación de cada una de las
mesadas pensionales.

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Radicación n.° 74057

Así las cosas, se confirmará este punto de la decisión


recurrida.

3. Mesada 14:

Señalan los recurrentes que el a quo «comete un error


al no contabilizar la mesada (14) y hacer la liquidación en
base a trece (13) mesadas, desconociendo que adquirieron el
derecho pensional el 11 de noviembre de 2003, calenda en la
cual no estaba en vigencia el Acto Legislativo 01 de 2005».

Sobre el particular, el Acto Legislativo 01 de 2005 «por


el cual se adiciona el artículo 48 de la Constitución Política»,
frente a las mesadas adicionales señaló, que:

«Las personas cuyo derecho a la pensión se cause a partir de la


vigencia del presente Acto Legislativo no podrán recibir más de
trece (13) mesadas pensionales al año. Se entiende que la
pensión se causa cuando se cumplen todos los requisitos para
acceder a ella, aun cuando no se hubiese efectuado el
reconocimiento».

[…]

«Parágrafo transitorio 6°. Se exceptúan de lo establecido por el


inciso 8°. del presente artículo, aquellas personas que perciban
una pensión igual o inferior a tres (3) salarios mínimos legales
mensuales vigentes, si la misma se causa antes del 31 de julio
de 2011, quienes recibirán catorce (14) mesadas pensionales al
año».

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Del precepto citado se extrae que a partir de la entrada


en vigencia del Acto Legislativo 01 de 2005 -25 de julio de
2005- las personas que causaran su derecho a la pensión
recibirían 13 mesadas pensionales al año, excepto quienes
percibieran una prestación inferior a 3 smmlv y que la
misma se adquiriera antes del 31 de julio de 2011,
presupuestos que no se cumplen en el sub lite, en el que,
como quedó demostrado, la pensión de sobrevivientes se
causó el 11 de noviembre de 2003, esto es, con antelación
al mencionado precepto normativo, por lo que, los
demandantes tienen derecho a que les paguen 14 mesadas
pensionales al año y no en 13, como equivocadamente lo
concluyó el juez de primera instancia y se advierte de la
liquidación que hiciera a folios 317 a 318.

Ahora bien, teniendo en cuenta que la decisión


apelada fue parcialmente desfavorable a una entidad del
orden territorial, Municipio de El Paso, respecto de ella
procede el grado jurisdiccional de consulta, que se
estudiará a continuación.

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Quedó demostrada la causación de la pensión de


sobrevivientes reclamada por los demandantes, a partir del
11 de noviembre de 2003, fecha del deceso de Oel Blanco
Parejo, cuyo reconocimiento y pago le correspondió al
Municipio de El Paso, empleador del fallecido y quien, de
acuerdo al material probatorio que se arrimó a los autos, no
lo tenía afiliado al Sistema Integral de Seguridad Social, por
lo que, es de su cargo ante tal omisión, toda vez, que si bien
es cierto con la demanda se acompañaron documentales al
parecer obtenidas por la página web de la entidad
demandada Compañía de Seguros Positiva S.A. con las que
se pretende acreditar su afiliación en riesgos laborales a esa
entidad, las mismas carecen de firma de quien las emite, lo
que, como lo concluyó el juzgador de primera instancia, no
permite darle valor probatorio dentro del proceso, amén que
las mismas resultan desvirtuadas con la certificación
expedida por el Vicepresidente de Operaciones de Positiva
Compañía de Seguros S.A. en la que se hace constar que
«OEL BLANCO PAREJO identificado con Cédula de
Ciudadanía 12550285 no ha sido afiliado a nuestra empresa
Positiva Compañía de Seguros S.A., antiguamente Instituto
de Seguros Sociales ARP» (f.° 188 cuaderno de instancias ),
omisión que acarrea, como ya se indicara, que el
reconocimiento pensional esté a cargo de su empleador
Municipio El Paso – Cesar.

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Radicación n.° 74057

Y si en gracia de simple hipótesis se las tuviera como


prueba, en la de folio 38 se registra como fecha de afiliación
«12/08/2008», esto es, más de 5 años después de ocurrido
el siniestro, por lo que, la misma no tendría la virtualidad
de subrogar al empleador en el reconocimiento de la
prestación económica aquí reclamada; documental que se
contradice con la del folio 39 en la que se indica como fecha
de afiliación «01/01/2000» y, con la del folio 41 en la que,
como fecha de ingreso a riesgos se registra «2003/11/05»,
es decir, que en ninguna de ellas resulta coincidente la
fecha de afiliación, por lo que no es posible achacar la
responsabilidad de la prestación pensional reclamada a la
ARL demandada.

En lo que atañe, esta Corporación en sentencia CSJ


SL 4572-2019, señaló:

Así, en principio, la responsabilidad por los riesgos profesionales


está a cargo del empleador, y surge desde el inicio de la relación
laboral. Luego, para liberarse, le corresponde asegurar a sus
trabajadores mediante la afiliación a las administradoras de
riesgos laborales, para lo cual deberá cumplir con el pago de las
correspondientes cotizaciones. De ese modo, tales entidades
tendrán a su cargo el reconocimiento de las prestaciones
económicas y asistenciales que se presenten por los accidentes
de trabajo y enfermedades profesionales.

En dicho sentido, se ha precisado que a fin de que opere la


subrogación del riesgo e inicie la cobertura del sistema, se
requiere que ocurra la afiliación que está a cargo del empleador,
en tratándose de trabajadores dependientes.

A su vez, el parágrafo único del artículo 16 del citado decreto,


dispone:

PARAGRAFO (sic). En aquellos casos en los cuales el afiliado


perciba salario de dos o más empleadores, las cotizaciones
correspondientes serán efectuadas en forma proporcional al
salario base de cotización a cargo de cada uno de ellos.

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Luego, tal y como lo alude la recurrente, si un trabajador tiene


uno o más vínculos laborales en un mismo periodo de tiempo,
cada empleador debe realizar las cotizaciones a seguridad social
incluido riesgos laborales sobre el salario que cancela.

Lo anterior, en la medida que lo que procede frente al hecho


consumado de la no afiliación a las contingencias de riesgos
laborales, es la reparación a cargo del empleador de los
perjuicios que el trabajador acredite haber sufrido por la omisión
de aquel, o el reintegro de los gastos que se vio obligado a llevar
a cabo por no tener la atención y cubrimiento de tales riesgos y,
en caso de ser procedente, el reconocimiento del derecho
pensional al trabajador o sus beneficiarios.

Entonces, mientras no ocurra y surta efectos la afiliación; es el


empleador quien debe asumir la responsabilidad en materia de
riesgos profesionales. En sentencia CSJ SL 36174, 8 jul. 2009,
se explicó:

Por lo tanto, se ha de entender que a diferencia del Sistema


General de Pensiones, el de Riesgos Profesionales tiene por
finalidad cubrir una contingencia que corresponde íntegramente
al empleador y que surge desde el mismo momento en que se
inicia la relación de trabajo, debido a que es él quien debe
responder por el riesgo creado con su actividad empresarial y por
ser quien obtiene el provecho de la labor que desarrolla el
trabajador, con el que procura el éxito de la empresa.

Dicho sistema, valga decirlo, se apoya en la responsabilidad


objetiva, que tiene como fundamento el riesgo creado por el
empleador, por lo que las prestaciones que deban pagarse al
trabajador o eventualmente a su familia por la ocurrencia de un
accidente de trabajo o enfermedad profesional, no dependen en
grado alguno de la culpa del empleador, sino que por el contrario
surgen de una obligación objetiva de reparación, derivada del
beneficio que a éste le reporta la labor desarrollada por el
trabajador.

En conclusión, una cosa es la responsabilidad de las ARP y el


momento en que para ellas se inicia la cobertura del sistema de
Riesgos Profesionales, que como atrás se dijo, según lo dispuesto
en el literal k) del artículo 4° del Decreto 1295 de 1994 empieza
el día calendario siguiente al de la afiliación, y otra muy distinta
la responsabilidad del empleador, quien debe asumir el riesgo y
el reconocimiento de las prestaciones asistenciales y económicas
derivadas de la ocurrencia de un accidente de trabajo o
enfermedad profesional, se reitera, desde el preciso instante en
que se inicia la relación laboral.

De lo que viene decirse, la única conclusión a la que

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puede llegarse es que, la responsabilidad en el pago de la


pensión de sobrevivientes de origen laboral con ocasión de
fallecimiento de Oel Blanco Parejo, está a cargo de su
empleador al no haber acreditado la afiliación y
consecuente subrogación al sistema de riesgos laborales.

En lo que tiene que ver con el valor de la mesada


pensional, el artículo 50 del Decreto 1295 de 1994, vigente
en la fecha del deceso del causante, señalaba:

Art. 50. Monto de la pensión de sobrevivientes en el Sistema


General de Riesgos Profesionales. El monto mensual de la
pensión de sobrevivientes será según sea el caso:

a). por muerte del afiliado el 75% del salario base de liquidación.

Así las cosas, como lo indicó el a quo, Oel Blanco


Parejo al momento de su deceso devengaba la suma de
$1.818.960.oo, tal como lo certifica su empleador Municipio
de El Paso al folio 19 del cuaderno de instancias, IBL al que
aplicado el 75% contemplado en el precepto legal
pertinente, arroja una mesada pensional inicial de
$1.364.220.oo, a partir del 11 de noviembre de 2003, fecha
del siniestro.

La prestación se debe distribuir así: 50% para la


cónyuge Ena Leonor Quintana Gutiérrez, de forma vitalicia
y, el otro 50%, para los 6 hijos demandantes, en partes
iguales, mientras conserven la condición de beneficiarios,
respetando el derecho de acrecimiento legalmente
establecido

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Entonces el pago deberá efectuarse desde la fecha del


deceso del causante -11 de noviembre de 2003 - a la
cónyuge en forma vitalicia y, a los hijos en vida, hasta los
18 años o hasta los 25 si demuestran su incapacidad
laboral, por razón de estudios. Una vez se extinga el
derecho de alguno de los beneficiarios su parte acrecerá la
de los demás, si se trata de la cónyuge, su 50% acrecerá el
derecho de los hijos por partes iguales y si ocurre con
descendientes, acrecerá el de los demás hijos con derecho
y, una vez extinguido en su totalidad –porcentaje de los
hijos-, el mismo acrecerá el de la cónyuge demandante.

Por lo anterior, habrán de modificarse los numerales


primero, cuarto y quinto de la sentencia de primera
instancia. se confirmará en todo lo demás.

Las costas de primera y segunda instancia estarán a


cargo del Municipio de El Paso – Cesar.

XI. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia dictada el 11 de noviembre de 2015 por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Barranquilla dentro del proceso ordinario laboral seguido
por ENA LEONOR QUINTANA GUTIÉRREZ, ANDRÉS
FELIPE y SEBASTIÁN CAMILO BLANCO QUINTANA, EVA
MARÍA BLANCO BOTERO, ALANA ALEJANDRA BLANCO

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ARGOTE, JOEL JUNIOR BLANCO ALONSO y JULIO


JAVIER BLANCO BETÍN contra POSITIVA COMPAÑÍA DE
SEGUROS S.A. al que se vinculó como litis consorte al
MUNICIPIO DE EL PASO – CESAR.

En sede de instancia, RESUELVE:

PRIMERO: MODIFICAR EL NUMERAL PRIMERO de la


sentencia de primera instancia proferida el 27 de septiembre de
2013, el cual quedará así:

CONDENAR al MUNICIPIO EL PASO – CESAR a


reconocer la pensión de sobrevivientes a los demandantes
desde el 11 de noviembre de 2003, en cuantía inicial de
$1.364.220.oo, junto con los reajustes anuales y las mesadas
adicionales de junio y diciembre distribuida así: ENA LEONOR
QUINTANA GUTIÉRREZ en porcentaje del 50% y, el otro 50%
distribuido en partes iguales para cada uno de los hijos del
fallecido ANDRÉS FELIPE BLANCO QUINTANA, SEBASTIÁN
CAMILO BLANCO QUINTANA, JOEL JUNIOR BLANCO
ALONSO, ALANA ALEJANDRA BLANCO ARGOTE, EVA
MARÍA BLANCO BOTERO y JULIO JAVIER BLANCO BETIN.

SEGUNDO: MODIFICAR EL NUMERAL CUARTO de


la sentencia de primera instancia proferida el 27 de
septiembre de 2013, en cual quedará así:

CONDENAR al MUNICIPIO EL PASO – CESAR a


pagarle, a partir del 11 de noviembre de 2003 a la
demandante ENA LEONOR QUINTANA GUTIÉRREZ el

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50% de la pensión de sobrevivientes debidamente indexada


y, desde la misma fecha, el otro 50% será distribuido por
partes iguales entre los hijos del fallecido ANDRÉS FELIPE
BLANCO QUINTANA, SEBASTIÁN CAMILO BLANCO
QUINTANA, JOEL JUNIOR BLANCO ALONSO, ALANA
ALEJANDRA BLANCO ARGOTE, EVA MARÍA BLANCO
BOTERO y JULIO JAVIER BLANCO BETIN a quienes se
les pagará la prestación debidamente mientras mantengan
la condición de beneficiarios, con la garantía del derecho de
acrecer, en los términos y condiciones indicados en la parte
considerativa.

La pensión deberá ser debidamente indexada de


conformidad con la fórmula indicada en la parte motiva de
esta sentencia.

TERCERO: MODIFICAR EL NUMERAL QUINTO de la


sentencia de primera instancia proferida el 27 de
septiembre de 2013, para en su lugar, DECLARAR NO
PROBADA la excepción de prescripción.

CUARTO: CONFIRMAR en todo lo demás la sentencia


impugnada.

QUINTO: COSTAS en las instancias a cargo de la


parte demandada Municipio de El Paso – Cesar.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al tribunal de origen.

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DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

JORGE PRADA SÁNCHEZ

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