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UNIVERSIDAD DE SAN BUENVENTURA CALI

Facultad de Psicología

Especialización en Psicología con Orientación en Psicoanálisis

SUICIDIO EN ADOLESCENTES

Reflexión teórica

Preparada por:

CLAUDIA EMILCE OVIEDO PORTILLA

Cali (V), Colombia

2013
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SUICIDIO EN ADOLESCENTES

Reflexión teórica

Claudia Emilce Oviedo Portilla


Universidad de San Buenaventura de Cali

Nota del Autor

Claudia Emilce Oviedo Portilla, estudiante de la cuarta cohorte de la especialización


en Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica de la Universidad de San
Buenaventura de Cali.

El presente artículo de reflexión teórica es presentado como requisito de graduación


y contó con la asesoría académica del profesor John Alexander Quintero, en el marco de la
asignatura Supervisión de Casos Clínicos I y II.

La correspondencia de este artículo debe dirigirse a Claudia Emilce Oviedo Portilla.


E-mail: claudiaeoviedo@hotmail.com
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SUICIDIO EN ADOLESCENTES

INTRODUCCIÓN

Desde comienzos de este siglo, y más en los últimos 10 años, el tema de suicidio cobracada

vez más interés, tanto por el sector salud como por las personas cercanas de quienes realizan

este hecho (Cerda, 2006). Esto llama la atención y hace que se fije la mirada en este tema, con

el propósito de tratar de explicar el hecho, como de dar cuenta que tanto el suicidio como otras

formas de expresión sintomática actual (la delincuencia, la violencia en todas sus dimensiones,

adicciones, entre otras), se ponen de manifiesto, intentando dar cuenta del contexto social

contemporáneo, el cual está siendo afectado por un malestar subjetivo. La forma de expresión

de la sintomatología actual, redobla y cada vez nos damos cuenta de ello en los diversos

medios masivos que están en nuestro alcance.

En cuanto al suicidio, muchas de las personas que los han realizado, solo han querido dejar de

sufrir y no dejar de vivir, buscando calmar, de alguna manera, lo que en ese momento no

soportan. Aquellos que han realizado el intento de suicidio esperando otro final, lo intentan

nuevamente, pero hay algo que no funciona y sus resultados son los mismos, se queda en el

intento suicida.

Estos casos donde las personas solo han realizado actos de intentos suicidas, se han realizado

luego de varias crisis depresivas que se han presentado en muchas ocasiones y que los hechos

que pasan a su alrededor apoyan su situación, donde la angustia es constante y solo se


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determinan lo negativo que paso, en cambio lo positivo lo rechazan. Sus memorias narran una

ausencia de algo que quieren tener, que en ese momento no lo hay.

Teniendo en cuenta la base de estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de

Estadísticas 2012, en los últimos cinco años aumenta, notablemente, el intento de suicidio en

jóvenes desde los 13 o 14 años de edad, y en ocasiones a más temprana edad, y hay un interés

particular por este grupo, ya que el hecho sucede sin importa clase social, sexo, raza. Estos

hechos vienen acompañados de crisis depresivas repetitivas, siendo este un factor de interés

para su estudio.

Teniendo en cuenta al escritor Chemana, en su texto sobre Depresión, la gran neurosis

contemporánea (2007), nos comenta que“es un término de uso trivial, muchos recurren a este

diagnóstico tanto para nombrar los momentos de ansiedad como los momentos de profundo

sufrimiento psicológico”. (pág. 16).

Además, en esta etapa de la vida, donde el adolescente contemporáneo quiere seguir su rumbo

biológico sin consecuencia de sus actos, evita su responsabilidad y se refugia en la

responsabilidad social, donde los representantes hacen los actos, contradiciendo lo ya

establecido y dejan que el imberbe evite su anudamiento a lo social, “lo propiamente humano

del individuo es social. Lo social es el medio de subsistencia del sujeto humano. Hay espíritu

social, cuya sustancia es ética, porque cada uno de los individuos colaboran en su

producción.”(Eidelsztein, 2001 pág.88).


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Por lo anterior, es de interés buscar respuestas, de cómo este acto, da cuenta de lo

contemporáneo y su deseo de placer constante ante su medio social.

El deseo inconsciente en el acto suicida

Desde el primer momento de vida, cuando se siente la necesidad de alimentarse, el sujeto,

busca la manera de comunicar su necesidad y lo hace, a través del lenguaje, por sonidos;

posteriormente lo realiza por códigos, símbolos de un lenguaje común ya codificados, debido

a que su necesidad ya ha sido interpretada por ese otro, con el solo propósito de satisfacer

aquello que solicita.Esto se logra cuando hay una identificación por ese grupo al que se

pertenece, se da un lugar y se lo reconoce como perteneciente a este, “…pero también

referentes, una identidad si cabe la expresión, en todo caso a partir de lo cual ese hombre

podría estar situado y ser nombrado”. (Chemana, 2007, pág. 20).

Ese nuevo ser viene con un gran bagaje biológico, el cual comienza a solicitar de su medio

aquello que cree necesitar, lo cual es respondido por aquellas personas cercanas, de una

manera inmediata, esperando resolver su pedido, pero esto no es así, ya que luego se vuelve a

pedir. Más cuando el ser humano es un ser sexuado, donde sus necesidades básicas no se

pueden satisfacer completamente. Ejemplo de ello, cuando el niño llora, su llanto es

descifradocomo hambre, frio, está mojado, entre otras solicitudes, la madre expresa saber lo

que tiene, lo que pide el niño y lo resuelve, en muchos casos, con palabras.

Aquellas palabras no satisfacen la necesidad expresa, aquello busca ser satisfecho, lo que

Freud llamó deseo. En su libro la interpretación de los sueños (1900), Freud comenta “aún en
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los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la

interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se

dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño.

Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido.

Entonces ese es el ombligo del sueño”. (pág. 516).

El deseo va en busca de algo, algo que no se puede designar, es algo, un objeto perdido, o en

términos de Lacan el objeto a. Sólo que en tanto este objeto es perdido por estructura, se

constituye en un agujero que implica siempre la función de un borde continuo al cual advienen

sinnúmero de objetos imaginarios de los cuales ninguno corresponde al objeto a. Esto implica

el desplazamiento continuo del deseo y el trabajo continuo de la pulsión.

Es una certeza de que se tuvo y se lo quiere volver a tener. Es el hecho que a eso que se piensa

que se tuvo, llegaron las palabras, pero a ello no se puede nombrar,

Esa satisfacción primera se busca constantemente, es una necesidad que sobreviene y se quiere

volver a repetir sin logro alguno. Se intenta vivenciarla a través del recuerdo, pero se

encuentran muchas dificultades llegar a ella y es a través del acto que se puede repetir aquello

que no se ha podido denominar, nombrar, “lo que se repite suele entrañar una serie de

desplazamientos y es a partir de ellos como se pueden captar tiempos sucesivos” (Chemana,

2007, pág. 40). Esa repetición constante solo busca ser escuchada, expresar aquello que no se

ha podido nombrar a través de la palabra, pero con el propósito de evitar la posibilidad de

responder por sí mismo, “lo que es inconsciente, lo que está reprimido, es en un primer lugar
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lo que se detuvo en el borde de nuestros labios, lo que jamás hemos podido decir y que,

finalmente, ya no podemos confesarnos a nosotros mismos”. (pág. 57).

Lacan en su seminario 6 de 1958 va más allá al decir que el deseo es deseo de Otro (pág. 13),

esto lo manifiesta al quedar el objeto perdido, ya que el niño manifiesta una necesidad, la cual

es interpretada por otro de acuerdo a una estructura ya establecida. Pero resulta que esa

necesidad no queda completamente satisfecha, queda un algo, que se busca en el mundo

exterior, que colme parcialmente dicha necesidad.

La palabra suicidio viene del latín sui, de sí mismo, y caedes, asesinato; en el diccionario de la

Real Academia Española una de sus designaciones es “acción y efecto de suicidarse (n.d.)”.

El suicidio, en la mayoría de casos, está relacionado con crisis depresivas, anclado de

pensamientos de desesperanza, sienten desprecio por las personas significativas, se sienten no

aceptadas en sus medios sociales, que todo el exterior lo señala y sin una visión futura de su

propia vida. Cada momento se vuelve doloroso y se enajenan en sus emociones y no perciben

el medio externo. En ocasiones, esa depresión se debe a falta de expresar emociones

convirtiéndose en auto agresión, “si la pulsión no se adhiriera a una representación ni saliera a

la luz como un estado afectivo, nada podríamos saber de ella” (Freud, 1915, pág. 173).

Cada hecho que les ocurre, antes de llegar al acto, da cuenta de cierto ciclo repetitivo, donde

se “quejan de su malestar difuso, de su inapetencia para vivir, de una imposibilidad de desear

y actuar”. (Chemana, 2007, pág. 18). En 1923, Freud manifiesta que hay, en el ser humano,

deseos reprimidos que se expresan en el actuar, que en muchas ocasiones no damos cuenta,
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por estar atados a algo que en algún momento tuvimos y ahora no está. Lo manifiesta como un

“…se comporta como una mociónreprimida. Puede desplegar fuerzas pulsionales sinque el yo

note la compulsión. Sólo una resistencia a lacompulsión, un retardo de la reacción de

descarga, hace conscienteenseguida a eso otro…”. (pág. 24).

A esta manera particular de buscar lo que está perdido, hace parte de la subjetividad, la cual

está formada bajo el influjo de ciertas fuerzas o pulsiones internas, investidas bajo la creación

de huellas mnémicas, que nos hace atarnos a los demás, donde cada hecho tiene un valor

significativo para el sujeto; pero no solo se trata del otro, sino de tener un reconocimiento

frente al otro.

Esta subjetividad es una construcción que está influenciada por la cultura, por el contexto

social donde se desarrolla, ya que en este momento se evita el contacto con otro, como si se

evitara ser un ser humano, un ser social, donde este malestar, propio de la cultura, corta todo

vínculo con lo social y quiere ser un omnipotente.

El acto suicida da cuenta de ello, en tanto hay carencia de un límite donde su posición no es de

ser responsable por sus hechos, sino que se tiran al otro para hacerlos responsables de aquello

que no soportan. Es como si no hubiese otro que entre a intermediar las diferentes relaciones

consigo mismo y con los demás, ya que cuando emitimos protestas lo hacemos a otro, cuya

presencia es confusa, “la sociedad, cuando delega su poder, se representa s sí misma a través

de él… los sujetos pueden pensar, sin demasiado esfuerzo, lo que circula en el orden social a

partir de un principio Uno que reconoce” (Chemana, 2007, pág. 41 y 42).


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Freud en 1920, manifiesta en su texto “más allá del principio de placer”, que a través del acto

el organismo se deshace de ciertas tensiones, con el fin de mantener lo más bajo posible la

cantidad de excitación en él existente; de su principio de inercia, pero es la muerte en sí quien

logra mantener en cero esa excitación proveniente de los estímulos internos del organismo,

“en el alma existe una fuerte tendenciaal principio de placer, pero ciertas otras fuerzas o

constelacionesla contrarían, de suerte que el resultado final nosiempre puede corresponder a la

tendencia al placer”. (pág. 9).

Bajo el influjo de las pulsiones de auto conservación del yo, es relevado por el principio
de realidad que, sin resignar el propósito de una ganancia final de placer, exige y
consigue posponer la satisfacción, renunciar a diversas posibilidades de lograrla y
tolerar provisionalmente el displacer en el largo rodeo hacia el placer…

Más adelante comenta…

acontece repetidamente que ciertas pulsiones o partes de pulsiones se muestran, por sus
metas o sus requerimientos, inconciliables con las restantes que pueden conjugarse en
la unidad embarcadora del yo. Son segregadas entonces de esa unidad por el proceso
de la represión; se las retiene enestadios inferiores del desarrollo psíquico y se les
corta, en un comienzo, la posibilidad de alcanzar satisfacción. Y si luego consiguen
(como tan fácilmente sucede en el caso de las pulsiones sexuales reprimidas) procurarse
por ciertos rodeos una satisfacción directa o sustitutiva, este éxito, que normalmente
habría sido una posibilidad de placer, es sentido por el yo como displacer. (pág, 10).
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Teoría de la Pulsión en el acto suicida

Este término es fundamental en la teoría psicoanalítica y Freud en el año de 1915, lo

manifiesta desde su escrito Proyecto de Psicología, donde habla sobre una vivencia de

satisfacción. Es designado como «un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como

un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el

alma». (pág. 117). Entonces se puede decir que la pulsión es una representación del estímulo

en el aparato psíquico, y le solicita al aparato psíquico que lo tramite.

A la pulsión se la diferencianen dos básicas, las pulsiones yoicas o de autoconservación y las

pulsiones sexuales o de destrucción. “La meta de las primeras es construir es producir

unidades cada vez más grandes y, así, conservarlas, o sea, una ligazón; la meta de la otra es, al

contrario, disolver nexos y, así destruir las cosas del mundo”. (Freud, 1937, pág. 146), aunque

Freud advierte no ser los únicos grupos de pulsiones, sino que con estos grupos enfatiza

muchos de sus postulaciones.

En la medida que avanzamos como especie, lo que se pretende es evitar la muerte, pero no

podemos evitarla completamente, ya que se intenta de diversas maneras retrasarla, pero en

cualquier momento se alcanza. Es una meta a la cual vamos a llegar, pero lo hacemos por un

camino, en ocasiones, largo, “bajo el influjo de las pulsiones de autoconservacióndel yo, es

relevado por el principio de realidad, que, sin resignar el propósito de una ganancia final de

placer,exige y consigue posponer la satisfacción, renunciar adiversas posibilidades de lograrla


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y tolerar provisionalmenteel displacer en el largo rodeo hacia el placer”. (Freud, 1920, pág.

10). Entonces, en la búsqueda de la vida, se puede alcanzar la muerte.

Pero sabemos, que siempre estamos en busca de algo que antes hemos tenido, (a lo cual Freud

llampo principio de inercia), o si antes de lo orgánico era inorgánico, y queremos repetir esa

primer vivencia de satisfacción, donde se requiere de una descarga a cero del aparato y éste se

quedaría sin energía para trabajar, entonces sería la muerte.

Es el caso del suicidio, algunos actos inconscientes que llegan a este fin, se han hecho visibles

de diferentes maneras, con la dificultad del sujeto en expresar lo que no ha podido denominar,

sino a través del acto repetitivo donde la transferencia representa ese recordar diferente. Es

como si la pulsión lograra su cometido. Freud en su texto más allá del principio de placer,

manifiesta que la pulsión siempre está en busca de la satisfacción plena.

Si constantemente buscamos satisfacer completamente esa vivencia primaria, es también la

búsqueda constante de ese objeto a, desde el momento en que se realiza el complejo de

castración.

Complejo de Castración

Es un proceso fundamental en el desarrollo del ser humano. De este proceso se define la

estructura del sujeto. Para Freud, este proceso se desarrolla a la edad de tres años, por el

contrario Lacan no tiene una ubicación, sino que manifiesta es un proceso lógico, donde el

niño renuncia a una satisfacción plena y debe buscar un objeto a para tratar de colmar dicha

satisfacción. Su función principal es separar el objeto a y permitir el camino del deseo.


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En el primer momento que nace un niño, quien viene con unos instintos de placer, donde si yo

demando yo obtengo, aparece el llanto, el cual es tomado por un Otro como un llamado y

frente a este se pone la palabra y se responde, dando así inicio e involucrando al niño en el

universo simbólico.

Posteriormente, en el estadio del espejo descrito por Lacan, donde “el reconocimiento de la

propia imagen especular precipita la formación de un yo unitario imaginario, no resulta

posible sino cuando el sujeto es capaz de darse de sí mismo un significante que no se confunda

con la agitada inmanencia de su cenestesia”(Waelhens, 1973/1982 pág. 55). Aquí comienza a

formarse una imagen, diferenciándola del yo (yo-tu). Lacan manifiesta que no se nace con un

yo construido, se nace con una dependencia con el Otro, donde ese Otro es fundamental, quien

debe tener incorporada su subjetividad y expulsarla hacia afuera. De igual manera Freud, lo

comenta en su texto psicología de las masas, ya que manifiesta que el yo está formado por

varias masas y ha construido su ideal del yo ideal de diferentes modelos (pág. 122), al cual

renuncia para seguir otro ideal.

Lacan denomina el Nombre del padre al proceso de castración, donde “el padre es simbólico,

de aquello en lo cual, en la palabra materna, una referencia tercera puede hacer ley, separar al

niño de la madre e introducirlo así en su propio deseo” (Chemana, 2007, pág. 87). Este es el

resultado de una dialéctica entre el hijo y la madre, ya que hay unión y hay inhibición

(pérdida) en esa relación, dándose un yo soy el resultado de lo que el otro desea. Esta pareja es

la pareja del fantasma y un llamado a la simbolización, a lo cual Lacan llamó el Gran Otro.
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El Gran Otro funda lo simbólico por la vía del lenguaje, en tanto que la convocatoria de la

existencia proviene del deseo del Otro. Aquí se inicia la cadena de significantes. Es la

simbolización quien organiza nuestro lenguaje, ya que regula el proceder del sujeto y limita el

goce.

Al introducir esa limitación, se introduce la ley del lenguaje, donde podemos acceder a la

realidad.

Conclusión

A los psicólogos, cuando pasa un caso de suicidio, se lo busca con el fin de que explique y

de las razones por las cuales pasan estos actos, pero no siempre hay explicaciones generales,

puesto que solo se puede descifrar en el caso por caso.

Al no tener explicaciones, se dan unas como que se van perdiendolos valores, que los jóvenes

no tienen fe en Dios, que los padres no cumplen su función, como si un hecho fuera común y

sus conclusiones se dieran para los demás actos por igual; no se tiene en cuenta, para la

Organización Mundial de la Salud, el caso por caso, lo generalizó hasta imponerle un

protocolo de atención y medicamentos en solución. Lo importante son aquellos impulsos más

íntimos que salieron y buscaran una satisfacción diferente, que los familiares más cercanos no

esperaban. Dicho de otra manera, como si el yo no hiciera su función de dominar al ello o se

sublimara más al ello y dejara que ese impulso interno o un pulsión de destrucción se coloque

al frente, evitando que el Yo regule y con él se pueda cumplir el complejo de castración, que
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es el que separa el objeto y permite el camino del deseo. Este proceso permite la

simbolización.

Como se menciona en párrafos anteriores, es la simbolización que regula el proceder del

sujeto y limita el goce. Al no permitirse aparece la angustia, la cual señala un peligro, el

peligro de la castración.

Pero nos encontramos en un momento, donde esa simbolización no es completa, donde la

palabra no tiene cabida en las diferentes relaciones sociales, donde esta palabra está siendo

sustituida por objetos que capturan la atención del sujeto actual, y la metáfora paterna no se

realiza en su totalidad, y es aquí donde se busca una manera de expresar aquello que aún no se

ha logrado decir, a través del acto.

El acto da cuenta de este momento histórico y la forma como la pulsión quiere ser satisfecha,

por un objeto que logre satisfacer o colmar sus instintos más escondidos, o satisfacer

completamente esa vivencia de satisfacción primaria.

El acto es una palabra, como lo menciona Lacan, donde aparece un significante, pero solo

aparece al ser leído, sino al realizar el acto mismo.

Por otro lado, al hablar de suicidio se lo pueda hacer como un actingout, en tanto que serealiza

un llamado al Otro, donde el sujeto negándose como ser, aparece en tanto sujeto del

inconsciente, ya que en ese llamado da lugar a otra escena, la escena fantasmática, en donde

el sujeto se sostiene como deseante en relación a un objeto (Vargas, 2010, pág. 8)


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El acto, es un actuar, donde “…no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino

que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde

luego, que lo hace”. (Freud, 1914, pág. 152).

Pero el suicidio pone fin a esa repetición, llega a su meta, que es una meta del no fracaso,

ya que es el acto del no fracaso. Es el acto que logra volver al cuerpo vivo en cuerpo inerte.

Como lo expresa la doctora Imbriano al final de su texto sobre el suicidio en de traumatizados

de guerra,“construir un espacio en donde la memoria advenga como palabra y no como acto”.

Bibliografía

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desde http://www.ni.gob.mx/pics/pages/iempublicaciones base/SUICIDIOLIBROI.pdf

- CHEMANA, R. (2007). Depresión, la gran neurosis contemporánea. Buenos Aires,

Argentina: Nueva Visión SAIC.

- EIDELSZTEIN, A. (2001). Capítulo 1: “Un abordaje lógico de las estructuras

clínicas”. En las estructuras Clínicas a Partir de Lacan, volumen 1 (pp. 11-44). Buenos

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- FREUD, S. (1900). “Sobre el sueño”. En Obras Completas, vol. 5 (pp613-625).

Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.

- _________ (1915), “Pulsiones y destinos de pulsión. En Obras Completas, vol. 14 (pp.

105-134). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.

- _________ (1920). “Más allá del principio del placer”. En Obras Completas, vol. 18

(pp. 1-64). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.


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- _________ (1923). “El yo y el ello”. En Obras Completas, vol. 19 (pp. 1-66). Buenos

Aires, Argentina: Amorrortu Editores.

- _________ (1920). “Doctrinas de las pulsiones”. En Obras Completas, vol. 23 (pp.

146-149). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.

- Imbriano, Amelia (2007). El suicidio de traumatizados de guerra. Algunas

consideraciones desde la noción freudiana. www.praxisfreudiana.com.ar

- Lacan, J (1958). El Seminario, Libro 6. El deseo y su interpretación, Buenos Aires,

Barcelona, México Paidos.

- Real Academia Española, (n.d.). Extraido de http://www.rae.es/rae.html

- VARGAS, David (2010). “El suicidio, sus estatutos y ética del psicoanálisis”. Revista

Affectio Societatis, Vol. 7, Nº 12 (pp. 1-14). Medellin, Colombia: Departamento de

Psicoanálisis, Universidad de Antioquia.

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