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All content following this page was uploaded by Pedro José Posada Gómez on 06 February 2014.
RESEÑA
La “opinión pública” habla mucho y da mucho de qué hablar. Sin embargo, el “sujeto” que
aquí habla es difícil de precisar. ¿Qué o quién es la opinión pública? ¿Es un sujeto colectivo
o muchos sujetos hablando detrás de una máscara común? ¿Cómo se construyó el concepto
engañarla, instrumentalizarla?
la opinión pública (La transformación estructural de la vida pública)1. Bajo esta guía
haré (A) una síntesis apretada de la reconstrucción habermasiana del proceso histórico en el
cual se construye (se abre) el espacio de lo público, para ver enseguida (B) cómo en ese
proceso surge el concepto moderno de “opinión pública” y la prensa escrita. Luego, (C)
precisaré el paso de la opinión pública literaria a la opinión pública política. (D) En cuarto
lugar reseñaré el paso histórico del público lector al público consumidor de cultura (E)
1
Jürgen Habermas (1962): Historia y crítica de la opinión pública (La transformación
estructural de la vida pública) Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1981. Traducción de
Antoni Domènech. Titulo original: Strukturwandel der Öffentlichkeit (Untersuchungen
zu einer Kategorie der bürgerlichen Gesellschaft). Considero que sería preferible una
traducción más fiel al original: La transformación estructural del espacio público
(Investigación sobre una categoría de la sociedad burguesa). La expresión “Öffentlichkeit”
que Domènech traduce como ‘publicidad’, será tratada en este escrito como “espacio
público”. (P. P.)
A. La construcción histórica del “espacio público” burgués.
todos los ciudadanos, y “donde puede formarse algo así como una opinión pública”2, no
existía como tal en la Edad Media europea. En esta época, el Señor que detentaba el poder
“representan su dominio, en vez de para el pueblo, ante el pueblo”3 De allí que esta forma
representativa del espacio (poder) público (que el traductor de Habermas, 1962, denomina:
“publicidad representativa”) esté ligada a los atributos de la persona que ejerce el dominio:
insignias, hábitos, gestos y aún la retórica misma de la alta Edad Media4. Esta forma de
representación pública del poder no tiene nada que ver con la idea de un espacio público
representativo.
festivos, de las “épocas elevadas”, “no constituye una esfera de la comunicación política” 5.
Volveré sobre ello, ante la denuncia de una tendencia de retroceso a una “publicidad
se desmoronan y desintegran “en un largo y lento proceso” y sólo a finales del s. XVIII dan
lugar a una separación entre poderes privados y poderes públicos. En los países protestantes
2
J. Habermas (1964): “El espacio público” (“Öffentlichkeit”, ein Lexiconartikel), Fisher
Lexicon, Staat und Politik, 1964. 220-226. Traducción de José María Pérex Gay.
3
Habermas (1962). p. 47.
4
Habermas (1962) p. 47.
5
Habermas, 1962, p. 47
la Reforma cambió la relación de la Iglesia con la autoridad divina que ella representaba y
del poder público se volvieron autónomas. De los intereses y las expectativas de poder de
los gremios surgieron los órganos del poder público, tales como el parlamento y la
jurisdicción.
sociedad “burguesa” como espacio de autonomía privada opuesto al poder del Estado. De
allí que el “espacio público burgués” pueda definirse como “el territorio público que reúne
a las gentes privadas”. Muy pronto esas gentes privadas buscarán apoderarse de los
“periódicos de la inteligencia”, una forma del espacio público reglamentada, para lanzarse
Por un lado, la vida privada de la sociedad quedó enfrentada al Estado, por otro, los
intereses de esa misma sociedad pasaron a ser asuntos públicos, pues “la reproducción de la
domésticas”.
6
Habermas, 1962, p. 50
7
Habermas, 1964
B. El surgimiento de la prensa escrita y de opinión pública literaria.
mercantil (orden en el que aparecen por separado lo político y lo social). A mediados del
siglo XVII existen periódicos diarios que publican noticias sobre dietas imperiales,
profesional obedece, por tanto, a las mismas leyes del mercado, a cuyo surgimiento debe
ella su propia existencia”9. Una parte del material noticioso que llega a las oficinas de
Además, se robustece el interés de las nuevas autoridades por utilizar a la prensa, según los
decir, en principio, a todos los súbditos; pero no llegaban por este camino, de ordinario, al
“hombre común”, sino, en todo caso, a los “estamentos ilustrados”: juristas, médicos, curas,
oficiales y profesores. Esta capa “burguesa”, el estamento de los “sabios”, “es la verdadera
8
Habermas, 1962, p. 58.
9
Habermas, 1962, p.59
10
Habermas (1962), P. 59
11
Habermas (1962), p. 61
El “espacio público burgués” se desarrolla en la medida en que el interés público de la
autoridad, y comienza a ser tomado en consideración como algo propio por los mismos
reclamación haciendo uso del mismo instrumento que le había servido para convertir a la
En la primera mitad del s. XVIII aparece en los periódicos el artículo “sabio” y con él, el
1729, se aclara que los sabios (profesores de las facultades de Derecho, Medicina y
Filosofía) podrán enviar a la dirección del periódico notas claras, para participar al público
del soberano y de la corte, de sus servidores estatales, de colegios y cortes judiciales, ni está
autorizada a dar a conocer noticias recibidas acerca de todo ello ni a divulgarlas por medio
de la impresión. Una persona privada no está capacitada para someter todas estas cosas a
12
Idem
13
Idem, p. 62
14
Idem, p. p. 62- 63
15
Citado en Habermas, op. cit. p. 63.
Como ya se anotó, el espacio público burgués (la “publicidad burguesa”) se concibe como
“la esfera en la que las personas privadas se reúnen en calidad de público”. Esta esfera se
opondrá al poder público para concertar con él las reglas del tráfico mercantil y del trabajo
se ejerce en nuevos espacios culturales como la sala de lectura, el teatro, los museos y los
Habermas propone el siguiente esquema de los ámbitos sociales del espacio público
16
Habermas se refiere al concepto de “Räsonement” introducido como galicismo en el idioma alemán.
17
Habermas, op. cit. p.p. 67-68. Recuérdense aquí las tertulias literarias de Don Antonio Nariño y los
ilustrados criollos de la Nueva Granada. Véase: R. Gómez Hoyos: La Revolución Granadina de 1810. P.
247.
Ambito Privado Esfera del poder público
(Intelectualidad pequeño-
burguesa)
En el siglo XVII, en Francia, “le public” designaba a los “lecteurs, spectateurs, auditeurs”
la aristocracia urbana y a la capa de la burguesía que tenía asiento en los palcos del teatro
de París. Pero aún no aparecía la autonomía que transformaría “la conversación en crítica y
las bonmots (agudezas, ocurrencias) en argumentos”18. Sin embargo, “El mismo proceso
que lleva a la cultura a convertirse en una forma mercantil, y la hace por primera vez una
18
Idem, p. 69
19
Idem, p. 75
El público de la primera generación, como circulo especificable de personas, se reconoce
como parte de un público mayor. El “gran” público, sin embargo, es más reducido que la
masa de la población rural o el “pueblo” urbano. En un comienzo las masas son iletradas,
analfabetas y paupérrimas.
Pronto surgirán los “portavoces del público”: “Allí donde el público se institucionaliza
como grupo fijo de interlocutores, este no se equipara con el público, sino que, en todo
caso, reclama ser reconocido como su portavoz, quizá incluso como su educador; quiere
Dado que en el público todo el mundo puede aducir competencia para juzgar, surgió la
disputa que opuso el juicio profano (el juicio del público como instancia crítica) al juicio de
privilegio social.
En 1747, La Font formulará el principio general: “Una imagen expuesta es un libro dado a
la luz de la imprenta, una pieza representada en escena: todo el mundo tiene derecho a
juzgar sobre ello”21. Pero también se forman los amateurs éclairés (aficionados instruidos)
y luego los críticos de arte profesionales, y el juez de arte. Este último “se entiende a sí
mismo como mandatario del público y, al mismo tiempo, como su pedagogo”. En una nota
Habermas sintetiza el asunto: “Por principio, todo hombre que participe en una discusión
pública, compre un libro, consiga una plaza en un concierto o en un teatro y visite una
exposición, está llamado y facultado a emitir juicios y opiniones libres. Pero, en la disputa
20
Idem, p. 75
21
Citado por Habermas, p. 78
de los juicios y opiniones, no debe cerrarse a los argumentos convincentes, tiene que
representativa, entre los legos y los iniciados, caen en principio todas las competencias
especializadas, tanto las heredadas como las conseguidas, tanto las sociales como las
mediante la discusión, la verdad aparece como un proceso, esto es, como un proceso de
ilustración. Una parte del público, o algunos sectores de él, pueden estar más avanzados
que otros en ese proceso. De ahí que, si no privilegiados, sí por lo menos existan expertos.
Estos pueden y deben desempeñar una misión pedagógica respecto del público, pero sólo
para convencerlos mediante argumentos, no para adoctrinarles con ellos” 22 Los jueces
artísticos pueden entenderse como portavoces del público en la medida en que sólo
Pero, mientras que el Juez tiene asegurada su audiencia institucionalmente, el Juez de arte
ilustración: “Sólo por esta vía llegó a comprender el proceso vivo de la Ilustración” 23.
22
Habermas. Op-cit. p.p. 285-286, nota 32.
23
Habermas, op. cit. p. 79. Refiriéndose a los Essays periódicos, L. Stephen dice: “El ensayo periódico
representa la innovación más afortunada de la época (...) ya que significa la manera en que el escritor más
culto podía conectar de modo efectivo con los auténticos intereses del más amplio público”. Citado por
Habermas, op. cit., p. 236, nota 35.
Tanto en las “conversaciones de salón” como en la crítica periodística se manifiesta un
estilo dialogal: “la misma discusión es transportada a otro medio, proseguida en él, para
Con el surgimiento de una esfera de lo social, por cuya regulación pugna la opinión pública
con el poder público, se produce una transformación por la cual el público de personas
una esfera de crítica del poder público. Para ello se contaba ya con un público organizado y
Contra la apología del secreto de Estado (por el cual se garantiza el dominio sobre un
24
Idem, p. 80.
25
Habermas, op. cit. p.p. 88-89. El espacio público burgués posee dos características de las que carecía el
modelo griego: su carácter polémico y privado: “Al modelo griego de publicidad le faltan ambas
características: porque el status privado del Señor de la casa, del que, como ciudadano que es, depende su
status político, se basa en el dominio sin apariencia alguna de libertad; y agonal es el comportamiento del
burgués sólo en la competición de los negocios, que representa una aparente forma de lucha contra el enemigo
externo y no, por ejemplo, en la disputa con el propio gobierno.” Habermas, op. cit. p. 89.
26
Habermas: “Espacio público” (Artículo)
La categoría de lex generalis o universalis, conocida ya en la tradición aristotélica y
Hobbes y explícitamente por Montesquieu y Locke. Este último dirá: “Quienquiera que
ratio. Locke vincula la ley dada a conocimiento público con un common consent, y
ley con la razón que se expresa mediante la opinión pública. Así, en el espacio público
burgués, la opinión pública llegará a ser la única fuente legítima de las leyes: “En el curso
del s. XVIII la opinión pública exigirá la competencia legislativa para unas normas que sólo
de la “publicidad política”; no obstante, el público lector femenino, así como los aprendices
universalizable: “Tan pronto como las personas privadas no solo dialoguen qua hombres,
27
Locke: Dos tratados sobre el gobierno civil, citado por Habermas (1962), p. 90.
28
Idem, p. 90. “En ese sentido declaran los fisiócratas que sólo la opinión pública conoce el orden natural y lo
hace visible para que pueda el monarca ilustrado convertirlo, en forma de norma general, en fundamento de su
acción. Por ese camino ha de converger la dominación con la razón”. (Idem, p. 91)
sino que quieran también, qua propietarios, intervenir en el poder público de acuerdo con
opinión publica política desde el siglo XVIII. Desde esta perspectiva ideológica, esta
de las personas privadas reunidas en calidad de público, en sus dos roles de propietario y
hombre; “especialmente cuando las personas privadas reúnen las dos características de
respecto del Antiguo Régimen. Esto fue posible en tanto que la opinión pública burguesa
además compaginar “el interés del propietario privado con la libertad individual”31.
burguesa se muestra con las figuras como Defoe, Pope y Swift. Defoe, considerado el
primer periodista, defenderá en su periódico la causa de los whigs, “haciendo por primera
29
Habermas, 1962, p. 92.
30
Idem, p. 92.
31
Habermas, 1962, p.p. 92-93. “La fórmula básica de Locke consistente en la preservation of property
subsume sin preocupaciones, bajo el capítulo ‘propiedad’, life, liberty and estate (...) así de fácil resultaba
entonces identificar emancipación política y emancipación ‘humana’” (Idem, p.93).
32
“La Review de Defoe, el Observator de Tutchi y el Examiner de Swift son discutidos en clubs y casas de
café, en el hogar y en la calle (...) En hombres como Pope, Gay, Arbuthnot y Swift se da una conexión de
A mediados del siglo XVIII se ha consolidado un ‘periodismo editorial’, que hará
competencia, en los periódicos, a la parte dedicada a las noticias. Según Karl Bücher: “Los
periódicos pasaron de ser meros lugares de publicación de noticias a ser también portavoces
ser “un vendedor de noticias frescas” a ser “un comerciante de la opinión pública”, dice
Bücher34.
Habermas aclara que los editores aseguraban la base comercial de los periódicos, sin
volverlos absolutamente comerciales. Los articulistas llegaron a ser los críticos de la moral
social de la época, y los escritores “se sirvieron del nuevo instrumento de la prensa
escritores”35.
literatura y política comparable a la unión de literatura y periodismo encarnada por Addison y Steele”
(Habermas, 1962, p. 96).
33
Karl Bücher (1917), citado en Habermas, 1964, p.5
34
K. Bücher, 19179, en Habermas, 1962, p. 210.
35
Idem, p. 210.
36
“La prensa de opinión... como institución de la discusión del público, se preocupa primariamente por
afirmar su función crítica; y así, el capital de la empresa se convierte en asunto secundario, si es que llega a
invertirse con fines de valorización.” Habermas, 1962, p. 212.
37
Idem, p.211.
medio para la circulación de información, pero tampoco era aún un instrumento de la
cultura del consumo: “La prensa, surgida del raciocinio del público y constituida como
mera prolongación de la discusión del mismo, sigue siendo por completo una institución de
Los periódicos surgen como una institución del público y muestran su eficacia en la
En 1789, los periódicos parisinos dieron cuenta de los comités políticos más
significaba el compromiso en la lucha no sólo por la libertad de expresión, sino por los
sentido estricto41: fue en un discurso de Fox ante la Cámara de los Comunes. Dice Fox que
es prudente consultar a la opinión pública y que se debe retirar un proyecto público que sea
rechazado por esta; “pero, agrega Fox, una cosa es clara: que yo debo dar al público los
38
Idem, p. 211.
39
Habermas 1964, p. 5.
40
Habermas 1964, p. 5
41
En 1843, dos años después de la primer Reformbill, con ocasión de la reconstrucción del Parlamento, se
instalaron tribunas en él para los informadores. El Reformbill había convertido al Parlamento, durante tanto
tiempo, criticado por la opinión pública, en un órgano de ésta. (HCOP, p. 98)
medios para formarse una opinión”42. La educación y la información serán esos medios
En el umbral del siglo XIX el raciocinio político público tenía ya un papel de permanente
En la Francia de mediados del siglo XVIII, la crítica se ocupa de religión, literatura y arte;
sólo con la Enciclopedia aparece una crítica filosófica que pasa desde la moral a la política.
interés universal 43. En la Constitución de 1791 se señala: “la libre expresión de ideas y
opiniones es una de los más preciados derechos de los hombres. Por consiguiente, todos
1793 agregará: “El derecho a manifestar las propias ideas y opiniones a través de la prensa
- Los derechos de igualdad ante la ley, protección de la propiedad privada, etc. están en
burguesa.
1) Las esferas de lo público y lo privado (con la esfera íntima como su núcleo central).
2) Las instituciones e instrumentos del público, por una parte (prensa, partidos), y la base
3) Las funciones de las personas privadas, sus funciones políticas como ciudadanos y sus
Con Kant aparece la opinión pública como principio mediador entre política y moral. Kant
para todos los hombres, considerados individualmente, esforzarse por salir de la minoría de
edad [...] Pero es más posible que un público se ilustre a sí mismo; con sólo que se le deje
en libertad, es casi inevitable”. Habermas dirá por ello que “en la concepción ilustrada el
pensar por sí mismo parece coincidir con el pensar en voz alta, exactamente igual que el
En la Crítica de la Razón Pura, Kant había asignado al consenso público entre los
46
HCOP, p. 118
47
HCOP, p. 138.
tenido por cierto, ya se trate de convicción, ya de mera persuasión, es, externamente, la
En los cien años que siguieron al apogeo del liberalismo clásico, el “capitalismo
vez en más esferas de la sociedad y, al mismo tiempo, pierde su función política, a saber: la
cultural50: “Cuando las leyes del mercado (...) penetran también en la esfera reservada a las
Las nuevas formas de socialización burguesa conllevaron “la abstinencia de todo raciocinio
literario y político”. El cine, la radio y la T.V. ya no exigen un público que discuta: “junto a
organizada en la forma de foros académicos, mesas redondas, debates televisados, etc. Así,
48
Citado en Habermas, 1962, p. 138.
49
HCOP, p. 171.
50
HCOP, p. 189.
51
HCOP, p. 190.
52
HCOP, p. 192.
la conversación se hace formal y cobra la forma de mercancía: “El raciocinio así
mercado de bienes culturales se hace, en la forma ampliada del mercado del tiempo de ocio,
con nuevas funciones”53. Surge entonces la llamada “cultura de masas” que se adecua a las
instrucción relativamente bajo. Anota Habermas que, mientras que el contacto con la
cultura forma, “el consumo de la cultura de masas no deja huella alguna; proporciona un
Los mismos periódicos aligeran sus contenidos y aumentan las imágenes. Hacen una
cuidadosa predisposición del material (predigesting) y “el raciocinio desaparece tras el velo
de las decisiones sobre la selección y presentación del material”. Las noticias políticas o
con implicaciones políticas, llamadas “noticias de efecto retardado”, son desplazadas por
eventos sociales, corrupción, etc. Los periódicos (y los medios audiovisuales después)
distancia que mantiene el lector respecto a la letra impresa (distancia que preparaba para el
intercambio público de opiniones sobre lo leído). Los nuevos medios transforman la forma
de comunicación: Están diseñados para impedir la réplica del receptor (don’t talk back). En
53
HCOP, p. 193.
54
HCOP, p. 195.
55
En los años 80 del siglo XIX surge el nombre de “prensa amarilla” (o “periodismo amarillista”) aplicado a
la prensa sensancionalista que incluía cómics de color amarillo. Este tipo de prensa logró una maximización
de las ventas despolitizando el contenido. (HCOP, p.197)
vez del raciocinio de un público lector aparece el “intercambio de gustos e inclinaciones”
de los consumidores.56
público aparece como la esfera en la que adquieren notoriedad las vidas privadas de los
llamados personajes públicos. Las mismas decisiones políticas tienden a ser presentadas de
abstracciones del arte, las letras o la filosofía), por un lado, y la gran masa de consumidores
fabricarán un consenso (“engineering of consent”) que harán pasar por “opinión pública”:
56
HCOP, p. 199. Agregar cita #72 p. 315-316.
57
HCOP, p. 200.
58
HCOP, p. 207.
59
HCOP, p. 227.
“Al consensus producido bajo el señuelo de un public interest fingido por refinados
“prestigio personal”.
los intereses privados de muchos individuos en un interés público común; son instrumentos
partidos no están en manos del público, sino en las de aquellos que controlan el aparato del
partido, aquellos están en condiciones de manipular a la opinión pública, sin estar obligados
a dejarse controlar por ella.60 Es así como la “notoriedad pública” pierde su función crítica
y adquiere una función “representativa”, en la cual “los argumentos son tratados como
símbolos a los que no puede responderse con argumentos sino con identificaciones”.61 La
arriba”.62
60
HCOP, p. 226.
61
HCOP, p. 233.
62
HCOP, p. 324.
Habermas considera que la idea (o ideal) de “publicidad” (o espacio público) de la
democracia de masas del Estado social sigue siendo la misma que institucionalizó el Estado
burgués de derecho. Este ideal consiste en lograr la racionalización del dominio (político)
en el ambiente creado por el raciocinio público. Pero este ideal solo se puede realizar
actualmente mediante la racionalización del ejercicio del poder, con el control recíproco de
Pero la sociedad actual está lejos de satisfacer este interés. Habermas se vale de los estudios
fabricada, que él llama opinión no pública, y que se escuda tras las “ficciones liberales de la
intereses políticos menguan y se hace un mero sujeto receptor que se limita a exigir
asistencia estatal y rara vez tiene la oportunidad de opinar públicamente y ser escuchado o
ser nula.
Como mostró el estudio publicado por Katz y Lazarsfeld en 1955 (Personal Influence): “La
corriente de opinión política tiende a fluir verticalmente desde los grupos de estatus más
altos a los grupos cada vez más bajos (...) los lideres de opinión están, en general, en una
posición más desahogada, son más cultos y disponen de una posición social mejor que la de
los grupos sobre los que influyen”. 64 Las discusiones políticas de los ciudadanos se limitan
a la familia, el pequeño grupo, los amigos o el vecindario, que tienden a constituir un clima
63
HCOP, p. 236.
64
HCOP, p. 239.
de opinión homogéneo, basado en las actitudes y prejuicios arraigados que conforman un
fatalista de las circunstancias, dentro de un sistema de hábitos inducido desde afuera. Como
lo dijo Adorno: “Si quisiera compendiarse en una frase la finalidad propiamente dicha de la
ideología de la cultura de masas, habría que referirse a ella como parodia de la frase
Esta “opinión pública” manipulada, más que como opinión pública funciona como un
que ejerce sobre esta opinión no-pública, o del grado de promoción publicitaria del que está
necesitado.67 Esta forma plebiscitaria de la opinión exige que los notables hagan verdaderas
necesarias para una formación democrática de la opinión y la voluntad”, pues aún falta allí
deseos, sentimientos) no se forman en una polémica consciente sobre los estados de cosas,
ni en discusiones que sopesen los pros y las contras en un diálogo sostenido públicamente.
De este modo, “el público de ciudadanos desintegrado como público, llega a estar
65
HCOP, p. 240.
66
Citado en HCOP, p. 241-242.
67
HCOP, p. 243.
68
HCOP, p. 244.
mediatizado por los instrumentos publicísticos que puede ser solicitado para legitimar
compromisos políticos sin que sea capaz de participar en decisiones efectivas, de participar
empuje al principio del espacio público: su mandato se extendió de los órganos estatales a
las cabezas de un público mediatizado; b) Por otro lado, y como continuidad del Estado
liberal de derecho, una opinión pública políticamente activa, en la cual el público mediado
por las organizaciones debe poner en marcha un proceso crítico de comunicación pública.
La medida en que esta segunda tendencia logre imponerse sobre la primera será el índice
del grado de democratización del Estado social, es decir, del grado de racionalización del
69
HCOP, p. 247.
70
HCOP, p. 257.
71
HCOP, p. 257.
La creciente burocratización del Estado ha llevado a que las actividades de los especialistas
generales y obligatorios reconocibles como interés general. Sólo así se lograría neutralizar
El concepto de “opinión pública” puede significar dos cosas distintas con funciones
Los intentos por definir el concepto de opinión pública en el siglo XX siguen dos caminos:
ambiente del público meramente aclamativo”. Aquí se tiene en cuenta el punto de vista de
72
HCOP, p. 258-260. Nota 131, p. 332: “...Desde que Wilson recurrió a la opinión pública internacional como
medio de sanción de la federación de pueblos (...) los gobiernos se han visto obligados a tomar – cuando
menos propagandisticamente – en consideración a la opinión pública mundial: la “paz”, tal como se define,
parece hoy haberse convertido en el tópico central de una opinión pública internacional (...) hoy como nunca
está la idea de la paz adherida al principio de publicidad”, cuyo fin sigue siendo “la liquidación del estado de
naturaleza (...) entre los hombres”.
moral”73, pero esto implica sacrificar el momento de la universalidad. El segundo camino
corrige esta formulación afirmando que los sujetos políticamente activos serían los partidos
en sus roles de gobierno y oposición: “la voluntad de los partidos coincide con la de la
ciudadanía activa, de modo que el partido en cada caso mayoritario representa la opinión
elaboración que de ella hacen los partidos. Esta vía hace de la opinión pública un concepto
concepto sociopsicológico que expresa las “actitudes” de las masas o los grupos y se la
irracional. Dicho enfoque califica a la opinión pública como una posible resistencia de
fricción a la práctica del Gobierno y la Administración, “una resistencia que puede ser
73
HCOP, p. 263.
74
Citado en HCOP, p. 263.
75
HCOP, p. 268.
dirigirse a instancias políticas”76. Se habla entonces de la “opinión pública” como un
En este modelo se oponen: por un lado el sistema de las opiniones informales, personales,
espontáneas, prejuicios), pasando por las opiniones que resultan de las experiencias
propaganda (relativas al consumo de las personas en sus tiempos de ocio y que señalan sus
notificaciones, que circulan a través de la gran prensa y van dirigidos al gran público, pero
raciocinio público, según el modelo liberal. Se trata aquí de una “notoriedad pública”
sentido estricto de la palabra sólo puede producirse en la medida en que los ámbitos
Puesto que no se da una opinión pública como tal – aunque existan tendencias aisladas
hacia su formación- esta sólo podrá definirse comparativamente. Esto es, se podrá sopesar
“publicidad” interna de las organizaciones y por la magnitud que alcance esa publicidad en
76
HCOP, p. 268.
el tráfico vehiculado por los medios de comunicación de masas, entre las organizaciones
Ch. W. Mills estableció una distinción entre público y masa que le sirve a Habermas para
precisar su análisis de las dos vías de la opinión pública. Según Mills, en un público:1) el
número de personas que expresan opiniones puede ser igual al número de personas que las
surge de la discusión se traduce en una acción eficaz (aún contra la autoridad imperante), y
4) las instituciones con autoridad no penetran en el público, que sigue siendo más o menos
autónomo. Por el contrario, en una masa: 1) el número de personas que expresan opiniones
es mucho menor que el número de las que reciben (especialmente por los mass media);
informal mediante una notoriedad pública crítica avivada por las publicidades internas de
las organizaciones”77. Sólo así se modificarán las formas hoy dominantes del ejercicio y la
consenso son indicadores analíticos del grado de estabilidad de la dominación y del poder,
sólo un método efectivo de controversia pública podría relajar las formas coercitivas del
77
HCOP, p. 274.