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ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Magistrado Ponente

STC1242-2017
Radicación n.° 11001-22-03-000-2016-02645-01
(Aprobado en sesión de primero de febrero de dos mil diecisiete)

Bogotá, D.C., seis (6) de febrero de dos mil diecisiete


(2017).

Decide la Corte la impugnación formulada frente al


fallo de 7 de diciembre de 2016, proferido por la Sala Civil
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá,
dentro de la acción de amparo promovida por Carlos
Augusto Motta Andrade contra la Policía Nacional.

ANTECEDENTES

1. El promotor del amparo reclama la protección


constitucional de su derecho fundamental al debido
proceso, presuntamente conculcado por la institución
convocada, al haber registrado un llamado de atención
sobre su formulario de seguimiento y evaluación.
Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

Exige, entonces, para la protección de la aludida


prerrogativa, que se ordene a la Policía Nacional «eliminar de
[su] formulario de seguimiento y evaluación el registro de aplicación del
artículo 27 de la ley 1015 de 2006, realizado (…) el 8 de noviembre de

2016», y, que «se [l]e proteja (…) de alguna retaliación laboral o traslado
injustificado por parte de sus superiores jerárquicos» (fl. 29 y 29 reverso,

cdno. 1).

2. En apoyo de su reparo y en cuanto interesa para


la resolución del presente asunto, aduce en síntesis, que
pese a no haber sido informado del cambio de horario de la
capacitación llevada a cabo por la entidad en relación al
nuevo Código de Policía, ni objeto de observación alguna por
llegar tarde a la misma por parte de la capacitadora, la
Capitán Katalina Riascos Montenegro, dicha oficial procedió
a registrar vía Web, en su formulario de seguimiento y
evaluación, un llamado de atención en aplicación de lo
previsto en el artículo 27 de la Ley 1015 de 2006,
supuestamente por llegar tarde al servicio, advirtiéndose en
el mismo que éste «no genera antecedente disciplinario; sin
embargo se le recuerda que su reincidencia podrá generar las

acciones disciplinarias de ley».

Asevera que por lo anterior, y al darse cuenta que dicha


anotación presentaba otras inconsistencias, ingresó al
aplicativo para realizar la correspondiente reclamación; sin
embargo, afirma, el sistema no lo permitió, pues arrojó un
mensaje que decía que «esta anotación no procede recurso de
reclamación por cuanto fue aplicada conforme [a la citada

normatividad]», lo cual, sostiene, constituye una transgresión a

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

la garantía superior invocada, pues a más que no se le


permitió ejercer su derecho a la defensa, tal amonestación se
hizo en contravía del mencionado canon, en la medida que
éste dispone que «[l]os medios preventivos hacen referencia al
ejercicio del mando con el fin de orientar el comportamiento de los
subalternos a través de llamados de atención verbal, tareas tales
como acciones de tipo pedagógico, asistencia a cursos de
formación ética, trabajos escritos, como medios disuasivos de
aquellas conductas que no trascienden ni afectan la función pública, sin

que ello constituya antecedente disciplinario», más no registros en

los informes de seguimiento y evaluación de los miembros


policiales, razón por la que considera que su reclamo debe
ser atendido a través de este mecanismo especial de
protección (fls. 25 a 30, Cit.).

RESPUESTA DEL ACCIONADO

a. El Director de Carabineros y Seguridad Rural de la


Policía Nacional, se opuso al éxito del presente resguardo,
tras manifestar que el procedimiento realizado por la referida
Capitana Riascos Montenegro, Jefe de la Oficina de Atención
al Ciudadano de esa dependencia, fue conforme al «Instructivo
018 DIPON INSGE del 6 de julio de 2016», cuyo propósito esencial

es orientar oportunamente aquellas conductas que si bien


alteran la disciplina no alcanzan la identidad de falta
disciplinaria, sumado a que «los registros realizados en el Sistema
de Evaluación del Desempeño Policial EVA, en nada inciden, afectan o

disminuyen la evaluación de un policial», ya que «ello corresponde a un


simple registro que no genera afectación cuantitativa o tasable al

momento de la evaluación».

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

Por último indicó, que el artículo 27 de la Ley 1015 de


2006, «no determina la existencia de ningún tipo de recurso o
reclamación en cuanto a la aplicación de los medios preventivos

utilizados para encauzar la disciplina» (fls. 35 a 38, cdno. 1).

LA SENTENCIA IMPUGNADA

El Juez Constitucional de primera instancia, luego de


transcribir cierta jurisprudencia relacionada con la
prerrogativa fundamental invocada, concedió el amparo
suplicado, al advertir que

«con el actuar de la entidad accionada de consignar por escrito en


el Portal de Servicios Internos del tutelante (…) el llamado de
atención por llegar tarde a la capacitación programada para el
día 8 de noviembre de 2016 le vulneró [al actor] el debido proceso
que le asiste, pues de conformidad con lo previsto en el artículo 27
citado líneas atrás, los llamados de atención sólo pueden
hacerse de manera verbal y en ningún momento debe dejarse
constancia escrita y mucho menos con la advertencia que su
reiteración genera la apertura de una investigación disciplinaria,
como se dejó consignado en la anotación donde a pesar de que se
le informa que el registro no genera antecedente disciplinario, no
obstante se advierte que “su reincidencia podrá generar las
acciones disciplinarias de Ley” (fl. 20 c. 1).

Proceder que no resulta acorde con la ley ni la Constitución, pues


como lo indicó nuestro máximo Tribunal de Justicia Constitucional
en la sentencia citada, “…el fundamento de la institución del

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llamado de atención está constituido por la comisión de una


conducta que contraría en menor grado el orden administrativo
interno sin llegar nunca a afectar los deberes funcionales del
servidor, es manifiesta la inconstitucionalidad de una regla de
derecho según la cual la reiteración en tal conducta genera formal
actuación disciplinaria”.

En ese orden de ideas, no basta, conforme lo manifiesta la


accionada, que el registro del llamado de atención en el portal de
servicios interno no constituya un antecedente disciplinario, pues
acorde a lo preceptuado en el artículo [en ciernes], tales
requerimientos sólo pueden hacerse de manera verbal, amen que
ello pugna con lo dicho en la sentencia C-1076 por la Corte

Constitucional».

En consecuencia, ordenó a la Policía Nacional, «en


cabeza de la CT. KATALINA RIASCOS MONTENEGRO, (…) suprim[ir] en
forma absoluta del Portal de Servicios Interno correspondiente al
[tutelante], la anotación del llamado de atención efectuada el 8 de

noviembre [pasado]» (fls. 54 a 59, cdno. 1).

LA IMPUGNACIÓN

La presentó la institución tutelada, esgrimiendo, en


suma, los mismos planteamientos que expuso al replicar la
queja constitucional (fls. 61 a 65, Cit.).

CONSIDERACIONES

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

1. Recuerda la Corte que conforme con lo


consagrado en el artículo 86 de la Constitución Política, la
procedencia de la acción de tutela está condicionada a la
circunstancia de que un derecho constitucional
fundamental se encuentre vulnerado o amenazado, si el
interesado no cuenta con otro medio idóneo de defensa
judicial, el cual le será protegido de manera inmediata, a
través de esta vía breve y sumaria, y sin que se constituya
en un mecanismo sustitutivo o paralelo en relación con los
medios ordinarios de defensa que la misma norma superior
y la ley consagran para la salvaguarda de tal clase de
derechos.

2. Descendiendo al caso concreto, de entrada se


advierte con vista en los elementos de juicio obrantes en las
diligencias, que habrá de revocarse el fallo constitucional de
instancia, pues contrario a lo observado por el a quo
constitucional, no aprecia la Sala amenaza o lesión alguna al
debido proceso del accionante con el llamado de atención que
le fue registrado en el formulario de seguimiento y
evaluación, en tanto que, como bien lo manifestó la Policía
Nacional al contestar la demanda de amparo, dicha
anotación «no genera afectación cuantitativa o tasable al momento de
la evaluación», aspecto que es el real motivo de preocupación

del aquí interesado, lo que se traduce, entonces, en un


agravio inexistente, que según el temor de éste, sería
eventual, circunstancia que descarta, por obvias razones, la
intromisión del Juez de tutela en este particular asunto.

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

3. Ahora, si bien el artículo 27 de la Ley 1015 de


20061, mencionó únicamente al «llamado de atención verbal»,
como uno de los medios preventivos de orientación del
comportamiento en ejercicio del mando2 y, al final de la
observación cuestionada, se le advirtió al actor que «su
reincidencia podrá generar las acciones disciplinarias de ley» (fl. 20,

cdno. 1); de este modo, tales realidades no generan per se

afectación alguna a las garantías superiores del señor Motta


Andrade, pues aunque aquélla se hubiere efectuado de
manera escrita, ello no la convierte automáticamente en un
registro perjudicial para el tutelante, situación que
igualmente ocurre con dicha insinuación, en la medida que
la misma resulta inane por efecto de la citada norma, la cual
claramente determina, que el llamado de atención no puede
«constitu[ir] antecedente disciplinario» y, por ende, tema objeto de

evaluación, hipótesis que difiere del original artículo 51 de la


Ley 734 de 20023, analizado por la Corte Constitucional en la
sentencia C-1076 de 2002, y referida por el Tribunal de
instancia, en el que pese a señalar en su inciso 2º el mismo
supuesto, en el siguiente indicó, que «el servidor público
respectivo incurra en reiteración de tales hechos habrá lugar a formal

actuación disciplinaria», incongruencia que se corrigió con la

declaratoria de inexequibilidad de algunos apartes por parte


de esa Alta Corporación en la demarcada decisión.

4. Por lo anterior, conviene recordar que para la


procedencia de la acción de tutela se requiere el
cumplimiento de algunos requisitos, siendo uno de ellos y

1
“Por medio de la cual se expide el Régimen Disciplinario para la Policía Nacional.”
2
Es decir, no hizo mención del escrito.
3
“Por la cual se expide el Código Disciplinario Único.”

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

quizás el primero y más elemental, la existencia cierta del


agravio, lesión o amenaza a uno o varios derechos
fundamentales que demande la inmediata intervención del
juez de tutela en orden a hacerla cesar, motivo por el cual la
solicitud de protección debe contener un mínimo de
demostración en cuanto a la vulneración que afecta los
derechos que se quieren proteger, pues si no son objeto de
ataque o amenaza, carece de sentido hablar de la necesidad
de amparo, criterio igualmente sostenido por la
jurisprudencia constitucional al señalar que

«es indispensable un mínimo de evidencia fáctica, de suerte que


sea razonable pensar en la realización del daño o en el
menoscabo material o moral del derecho cuya efectividad se
solicita a través de la acción de tutela. Por consiguiente, quien
pretende la protección judicial de un derecho fundamental debe
demostrar los supuestos fácticos en que se funda su pretensión,
como quiera que es razonable sostener que quien conoce la
manera exacta como se presentan los hechos y las consecuencias
de los mismos, es quien padece el daño o la amenaza de

afectación» (C.C. T-864/99, reiterado en T-088/08).

5. Finalmente, y para ahondar en razones de la


improcedencia del reclamo, basta decir, que aunque en
gracia de discusión se soslayara lo anterior, éste no
atendería el presupuesto de procedibilidad de la
subsidiariedad, pues como el susodicho registro se
fundamenta en el Instructivo 018 DIPON-INSGE del 6 de
julio de 2016, acto administrativo de carácter general e
impersonal, las controversias en torno a su legalidad deben
discutirse ante la jurisdicción correspondiente, a través de

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los mecanismos legales para ello dispuestos, donde puede el


accionante allegar los elementos demostrativos que aquí
aporta y exponer sus argumentos, entre ellos, el de ausencia
de recursos, sin que este camino pueda convertirse en una
senda paralela a los medios ordinarios de defensa que el
ordenamiento jurídico ha consagrado para tal fin, los mismos
que podrá ejercer, en el remoto caso de que se cumpla su
temor, contra el acto de evaluación.

6. Corolario de lo discurrido en precedencia, como


delanteramente se dijo, se impone revocar la sentencia
controvertida, para en su lugar, negar la protección
suplicada.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
REVOCA la sentencia impugnada y, en su lugar, NIEGA la
protección solicitada.

Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a las


partes, al a-quo y, en oportunidad, remítase el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

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Rad. nº. 11001-22-03-000-2016-02645-01

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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