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Merrick Rosenberg

Daniel Silvert

¡Alza el vuelo!

Conoce las

distintas

personalidades

del sistema DISC

para transformar

tu carrera y tu

vida

EMPRESA

ACTIVA

Argentina - Chile -

Colombia - España

Estados Unidos -

México - Perú -

Uruguay - Venezuela

Traci, tu perspicacia, tu

apoyo y tu amor

3
incondicional son el

viento que agita mis

alas.

Gavin y Ben, gracias por

ser quienes sois.

MERRICK

Para Cindy, tu amor y

tu humor

llenan mi vida de

alegría.

Para Eden, Benjamin y

Jakob.

DANIEL

Contenido

Portadilla

Dedicatoria

Prólogo a la edición

española

4
Introducción

PRIMERA PARTE. ¡Alza el

vuelo! La fábula

1. El Hogar

2. El mapa de

coordenadas del bosque

3. El Consejo

4. Un viejo amigo

5. El resultado

6. Si un árbol se cae en el

bosque...

7. El reconocimiento

8. Los cuatro estilos

9. La reflexión

10. El despertar

11. La Regla del Hogar

12. La vigilancia

13. La asamblea

Epílogo. El poder del

DISC

SEGUNDA PARTE. El

modelo DISC

TERCERA PARTE. La

5
aplicación de los estilos

DISC a nuestra vida

Epílogo

Apéndice. Las

combinaciones de estilos

Agradecimientos

Acerca de los autores

Créditos

Prólogo a la

edición española

¡Qué rara es la gente! Es una

frase

que

he

repetido

incontables veces a lo largo de

mi vida y que ha marcado mi

visión de las personas durante

mucho tiempo en el pasado.

Hace aproximadamente 20

años descubrí a través de la

teoría del DISC que la gente

no es rara, simplemente son

6
diferentes a mi, pero mi

«estilo de personalidad» o mi

«forma de ser» marcan no

sólo la manera en la que veo

a los demás, sino en la que

interactúo con ellos y el

mundo.

Así,

llegué

descubrir a través de la

metodología DISC que:

«Cada persona es única y

diferente,

pero predeciblemente

diferente.»

Es decir, cada uno de

nosotros

actuamos,

reaccionamos,

nos

7
comunicamos

interactuamos con patrones

de

conducta

que

son

comunes a otras personas.

A través de la observación

científica,

el

estudio

psicológico y la estadística, y

con muchos predecesores en

el campo del estudio de la

conducta humana, el Dr.

William Moulton Marston

desarrolló un modelo de

compresión de los diferentes

estilo conductuales basados

en cuatro perfiles a los que

designó cuatro letras que

forman el acrónimo DISC.

8
Una

de

las

grandes

diferencias

que

marca

Martson con respecto a sus

antecesores y a la práctica de

su

tiempo,

es

que

su

intención, a través de la

publicación de sus estudios

en el libro Las emociones de

las personas normales en

1928, era la de ayudar a

mejorar

personas

«normales» y no a personas

9
con

sintomatologías

desórdenes mentales, que era

prácticamente

la

única

aplicación de la psicología y

psiquiatría

en

aquellos

tiempos.

Es interesante observar que

frente

una

misma

circunstancia, varias personas

reaccionan

en

formas

diferentes. Y no sólo eso, sino

que tendrán la tendencia a

10
reaccionar siempre en esa

forma frente a ese tipo de

circunstancia. Esa manera de

reaccionar

estilo

de

comportamiento es lo que

llamamos un perfil DISC. A

mí me gusta decir que el

DISC es el lenguaje del

comportamiento, es el cómo

me enfrento a problemas y

desafíos, cómo me comunico

e interactúo con los demás,

cómo me enfrento a los

cambios y cómo reacciono

frente a las normas y

procedimientos a los que

estoy expuesto.

El impacto del modelo

DISC para la comprensión de

cómo es uno y cómo son los

11
demás y sus consecuencias en

todos los ámbitos de la vida

es tremendo por dos sencillas

razones de las que este libro

es fiel reflejo: la tremenda

exactitud de los perfiles de

conducta DISC; y la facilidad

para entenderlo y aplicarlo en

nuestro desarrollo personal y

profesional

con

mejoras

inmediatas y contundentes.

Cuando descubrimos que

las personas, aunque tengan

el mismo idioma utilizan

lenguajes

conductuales

diferentes,

lo

más

importante que es bastante

12
fácil aprender el lenguaje

conductual de los demás

(como muestra este libro), se

nos abre todo un mundo de

posibilidades

de

mejorar

nuestras

relaciones

personales, nuestra forma de

tratar a otros, incluso a

nuestros propios hijos, de

mejorar nuestro liderazgo,

nuestra gestión de equipos, la

forma en la que resolvemos

conflictos

incluso

la

selección de personas más

adecuadas conductualmente

para un puesto de trabajo

concreto. A fin de cuentas,

13
todo

está

basado

en

relaciones,

ya

sea

con

personas, con actividades o

con nosotros mismos.

El DISC y la evaluación

DISC

(que

son

cosas

independientes), son una de

las herramientas más usadas

en el mundo sobre el

lenguaje

conductual.

En

España y gran parte de

Latinoamérica, sin embargo,

14
no ha llegado a ser tan

conocido (aunque su uso está

cada vez más extendido)

debido a la forma en la que se

introdujo hace 20 años en el

mundo de la empresa, con

malas

traducciones

de

material y ninguna literatura

publicada al respecto. Es de

agradecer que por fin una

editorial

como

Empresa

Activa publique una obra

sobre

el

DISC,

además

tremendamente

práctica

tanto a nivel personal como

15
profesional.

Al utilizar la fábula en la

primera parte del libro para

entender las dinámicas de

conducta e interacción que

son la base del DISC, los

autores consiguen que de

manera sencilla y amena

comprendamos el modelo

DISC que es explicado de

forma cristalina en la segunda

parte del libro, logrando así, a

través de la tercera parte, que

seamos capaces de aplicarlo

en

nuestras

vidas

para

«alcanzar nuestro máximo

potencial».

En mi trabajo me he

especializado

en

16
la

metodología DISC tanto en el

ámbito

personal,

familiar

como profesional y cada

persona a la que he formado

en DISC o con la que lo he

utilizado para su desarrollo

han sido de alguna forma

transformados. DISC debería

ser enseñado en las escuelas,

tanto de primaria como de

negocios, y hoy contamos con

el primer libro de texto.

IGNACIO RUBIO

GUISASOLA

Presidente, International

DISC Institute

(interdisc.org)

Ceo, Human & Business

Development

17
Introducción

Algunas veces descubrimos

un

patrón

de

comportamiento tan evidente

predecible

que

nos

preguntamos cómo no lo

habíamos advertido antes.

Imagina que este patrón

pudiera

proporcionar

un

modelo que te permitiera

comprenderte mejor a ti

mismo y a cualquier persona

con

la

que

interactúes

18
habitualmente.

Este marco conceptual se

puede lograr a través de un

sencillo

modelo

de

comportamiento compuesto

por cuatro estilos conocido

como DISC. Este patrón se

encuentra oculto en todo

aquello que hacemos y podría

convertirse en la herramienta

más

eficaz

que

hayas

descubierto jamás, porque te

permitirá

aprovechar

al

máximo

tu

potencial

19
y

profundizar tu conexión con

todas

las

personas

que

conoces.

Si ya eres una de las

millones de personas que

están familiarizadas con los

estilos de comportamiento

DISC, los principios que se

presentarán en ¡Alza el vuelo!

elevarán tu entendimiento a

un nivel superior. Si todavía

no conoces los cuatro estilos

del DISC, prepárate para

recibir el impacto: ¡este

conocimiento te va a cambiar

la vida!

En nuestro trabajo con

cientos de compañías y

decenas de miles de personas

20
procedentes de todos los

ámbitos de la vida, hemos

sido testigo de multitud de

asombrosas transformaciones

en las personas. Hemos visto

cómo directivos mediocres

evolucionaban

hasta

convertirse

en

líderes

extraordinariamente eficaces,

cómo equipos atascados en

conflictos

resolvían

sus

problemas después de pasarse

años de sufrir un estrés

reprimido, cómo comerciales

fracasados se transformaban

en

superestrellas,

cómo

21
profesores

frustrados

se

convertían en educadores

edificantes

cómo

innumerables

carreras

profesionales se revitalizaban

eran

redirigidas

por

personas

que

habían

aprendido a aprovechar al

máximo sus dones naturales.

Cuando fueron capaces de

convertir sus críticas en

aceptación, muchas parejas

nos han confesado que

22
conocer el DISC salvó su

matrimonio y muchos padres

nos han felicitado con alegría

y alivio por haber podido

comprender a sus hijos.

Tanto si interactúas con

compañeros de trabajo como

si lo haces con clientes, con

familiares o con amigos, el

DISC te capacitará para

relacionarte mejor con los

demás.

Enseguida

comprenderás

por

qué

encajas con algunas personas

y con otras no. Además,

obtendrás un marco de

acción muy valioso que te

permitirá

aprovechar

al

23
máximo tus fortalezas y

reducir

al

mínimo

tus

defectos.

El libro que estás a punto

de leer no sólo es una historia

sobre un grupo de aves. En

esencia, ¡Alza el vuelo! es una

historia

sobre tu persona.

Aunque es posible que al

principio no te des cuenta de

ello,

enseguida

te

identificarás a ti mismo en

estas páginas. ¡Alza el vuelo!

es una historia sobre por qué

reaccionas de cierta manera

ante tu familia, ante tus

amigos y ante tus compañeros

24
de trabajo. También es una

historia

sobre

cómo

respondes al mundo que te

rodea y sobre qué cosas

motivan tus decisiones y tus

actos. Y es una historia sobre

cómo puedes utilizar este

flamante descubrimiento en

el futuro.

A medida que vayas

leyendo, deberías plantearte

qué harías tú si te encontraras

en la situación de las aves y

de qué modo esa decisión

d i c t a quién eres, cómo te

comportas y cómo percibes y

respondes a las personas que

hay en tu vida. Sí, sólo es una

historia. Pero también es una

representación de tu propia

vida. Lo creas o no, eres una

25
de las cuatro aves que

aparecen en esta historia. La

cuestión es: ¿cuál de ellas?

¿Hay algún personaje en

esta historia que actúe

igual que tú?

Tal vez uno de ellos te

recuerde a alguien a quien

conoces.

¿Sientes más inclinación

hacia una de las aves?

¿Alguno de los personajes te

saca de tus casillas?

Las aves saben que, para

poder volar, primero deben

dar un salto. Han de saltar

desde la seguridad de la rama

que las protege y lanzarse

hacia lo desconocido que se

extiende ante sus ojos.

Si queremos alzar el vuelo

26
y alcanzar nuevas cotas en

nuestras

relaciones

más

íntimas, en nuestra carrera

profesional y en todos los

ámbitos de la vida, también

debemos dar un salto. Todos

sabemos que las aves pueden

alzar el vuelo. La pregunta es:

¿tú también puedes hacerlo?

PRIMERA PARTE

¡Alza el vuelo!

La fábula

El Hogar

27
Todo comenzó con un leve

crujido que, al principio,

apenas resultó perceptible.

Las ramas comenzaron a

vibrar mientras el suelo

temblaba. Las hojas relucían

con fuerza. De repente, un

28
ensordecedor

chasquido

retumbó por todo el bosque

mientras el árbol se meció por

última vez bajo el sol de la

mañana. En unos segundos,

aquel poderoso árbol ya

nunca más proporcionaría

sombra a los animales que

vivían bajo su copa ni daría

cobijo a los pájaros. Aquel

gigante de sesenta metros se

precipitó contra el suelo,

golpeando la tierra con un

ruido ensordecedor.

Una réplica cargada de

ansiedad sacudió todo el

bosque,

conocido

simplemente

como

el

«Hogar». Para la diversa

29
comunidad de aves que lo

habitaban, el Hogar era un

lugar que les proporcionaba

seguridad y sosiego. Allí, las

imponentes

águilas

interactuaban con las afables

palomas, y los bulliciosos

loros se mezclaban con los

vigilantes búhos.

En lo más alto del cielo

p l a n e a b a Dorian,

una

majestuosa águila que poseía

una vista aguda y penetrante

una

impresionante

envergadura de dos metros y

trece centímetros. Desde la

salida del sol hasta el ocaso,

Dorian patrullaba los cielos.

Aquella

30
poderosa

águila

poseía

un

extraordinario

sentido de la responsabilidad

y velaba por la seguridad de

todos los que vivían allí abajo.

Sin embargo, aquel día, su

sexto sentido le alertó de que

había ocurrido algo extraño.

Pero ¿de qué se trataba? De

manera instintiva, gracias a su

aguda vista y a su carácter

resolutivo

se

dispuso

averiguarlo.

Dorian, más concentrada

que nunca, sobrevoló una

familia de palomas que

mantenían una conversación

31
serena. Advirtió que Samuel y

Sarah se encontraban en su

habitual rama, preparando la

comida para un amigo. Sus

suaves plumas blancas y grises

se mezclaban perfectamente

con el entorno. Sarah había

nacido en aquel árbol, al igual

que su madre y la madre de

su madre.

Normalmente,

cuando

planeaba sobre la rama de

Samuel y Sarah, Dorian solía

escuchar un leve arrullo

emitido en dulces tonos

rítmicos. El águila nunca llegó

a comprender del todo por

qué acudían tantos pájaros al

árbol de la familia de las

palomas

en

busca

32
de

compañía, consejo y confort.

Pero aquel día no se

escuchaba ningún arrullo. El

golpe seco que había emitido

el árbol había agitado a las

palomas y aquel silencio

resultaba

extraordinariamente

significativo para Dorian.

El águila siguió realizando

su patrulla diaria y trató de

asegurarse de que no había

un Hombre ni ningún otro

intruso en las proximidades.

Los pájaros disfrutaban de

una extraordinaria armonía

en el mundo y Dorian trataba

por todos los medios de que

las cosas siguieran igual.

A continuación sobrevoló

el Gran Lago y divisó a un

grupo de loros. Aunque su

33
número no era elevado, daba

la sensación de que estaban

por todas partes. Con un

toque de rojo por aquí y un

destello de amarillo por allá,

las risas de los loros se podían

escuchar de un extremo al

otro del bosque. Dorian

agudizó el oído durante unos

minutos mientras los loros se

entretenían con su cotorreo

habitual.

—¡Escuchad todos! —gritó

Indy,

un

ejemplar

ampliamente

reconocido

como la personalidad más

marcada

del

bosque—.

¡Alcemos el vuelo!

34
—¿Hacia

dónde

nos

dirigimos? —preguntó Ivy.

—Lo

descubriremos

cuando lleguemos allí —

replicó Indy.

Mientras pasaba junto a

ellos, Dorian escuchó cómo

Indy recordaba al grupo:

—La vida no es divertida

mientras haya trabajo por

hacer.

Pero

podemos

desempeñarlo

mejor

si

trabajamos todos juntos. ¡Sí!

«Esos loros y sus estúpidos

lemas. No hacen más que

perder el tiempo», pensó

35
Dorian, mientras vigilaba el

bosque que se extendía abajo.

«¿No se dan cuenta de que es

necesario resolver este asunto

ahora mismo? Ojalá pudieran

canalizar toda esa energía en

algo constructivo.»

El mapa de

coordenadas del

bosque

36
Durante la tarde en la que

aquel terrible ruido había

sacudido el bosque, los búhos

Clark y Crystal estaban muy

ocupados en su trabajo.

Dorian voló cerca de su nido

y preguntó a los búhos si

podían ayudar a averiguar

qué había sucedido.

Clark hizo un gesto de

rechazo a Dorian y repuso:

—¿Podemos

hablar

después? Ya casi hemos

terminado un proyecto que

puede ayudarnos a analizar la

situación.

Los

búhos

estaban

trazando

un

mapa

37
de

coordenadas del bosque que

permitiera a Dorian patrullar

los cielos con la máxima

efi c a ci a . Clark

y Crystal

poseían una habilidad innata

para detectar y analizar cada

detalle del mundo que les

rodeaba y aquella fortaleza

iba acompañada por un don

sin igual para la planificación

meticulosa y la perfecta

organización.

Antes de que estuvieran

preparados para entregar el

mapa a Dorian, emplearon

con diligencia todas sus

habilidades,

comprobando

una y otra vez hasta el último

detalle y trabajando toda la

noche hasta que el cielo se

38
tiñó de naranja con el sol de

la mañana. De repente,

mientras llevaba a cabo su

tercera

última

comprobación precisa, Clark

se quedó paralizado:

—¿Qué

sucede?

preguntó Crystal.

—¡Aquí hay un error!

—¿De qué se trata? —

inquirió ella. Después de

todo, habían llevado a cabo

un proceso muy riguroso,

contando

los

árboles

registrando meticulosamente

hasta la última variable.

39
—Bueno, supongo que...

nosotros... da la sensación de

que... no puedo creer que

vaya a decir esto, pero no

hemos contado nuestro árbol

—tartamudeó Clark.

—¿Cómo puede ser? —

preguntó Crystal—. Debemos

realizar un recuento preciso si

queremos

entregárselo

Dorian.

Comenzaron a revisar su

metodología

cuando,

de

repente: ¡Bammmm, zassssss !

Los

loros Indy

e Ivy

aparecieron junto a los búhos

y anunciaron:

40
—¡Los

loros

han

aterrizado!

Indy e Ivy se echaron a

reír. Clark puso los ojos en

blanco y pensó: «¿Es que no

ven

que

estamos

trabajando?»

—¡Buenos

días, Clark!

¿Qué estás haciendo? —

preguntó Indy.

Tras dejar escapar un

suspiro de frustración, los

búhos comenzaron a explicar

con desgana su proyecto

hasta que Ivy les interrumpió:

—Detalles, detalles. ¿Qué

importancia tiene pasar por

alto un árbol? Tarde o

41
temprano,

cualquier

tontería que suceda ahí fuera

acabará manifestándose por sí

misma.

Clark

y Crystal,

estupefactos, se miraron en

silencio mientras los loros

siguieron conversando entre

ellos, intercambiando ideas

sobre todas las opciones

nuevas y emocionantes que

tenían para pasar el día. Los

búhos sacudieron la cabeza y

prosiguieron con el mapa.

Aquellos loros no eran más

que una distracción y los

búhos

estaban

deseando

ofrecer al águila un sistema

perfectamente estructurado.

42
No tenían la menor duda de

que Dorian sabría apreciar su

concienzudo trabajo y su

atención por los detalles.

El Consejo

43
La frustración de Dorian fue

en aumento. El diagrama que

había diseñado el búho no

iba a mejorar las cosas. El

optimismo ciego de los loros

no iba a solucionar nada. Y,

desde luego, no era el

momento de que las palomas

se reunieran con sus amigos y

familiares más íntimos para

consolarse mutuamente. El

águila se preguntaba por qué

era el único ejemplar que se

sentía lo bastante preocupado

como para tomar las medidas

oportunas.

A la mañana siguiente, un

manto de nubes negras se

cernía justo por encima de las

copas de los árboles. De

repente, a través de la bruma,

se

escuchó

44
un

grito

penetrante. Era Dorian y su

grito sólo podía significar una

cosa:

el

águila

había

encontrado

algo.

Había

llegado el momento de

celebrar una reunión de

emergencia.

Habían pasado muchas

lunas

desde

la

última

asamblea del Consejo de

Aves y todo el bosque se

sentía agitado y lleno de

temor.

45
Todas las reuniones para

debatir los asuntos graves se

celebraban en el Árbol del

Consejo, una enorme secuoya

de más de doscientos años. El

Árbol del Consejo, que casi

había sido diseñado para

albergar

reuniones,

presentaba

dos

enormes

ramas dobladas formando un

semicírculo justo por debajo

de

unas

ramificaciones

protuberantes que hacían las

veces de plataforma.

Como llevaban mucho

tiempo sin verse en la

obligación de ocuparse de un

asunto oficial, el árbol había

46
permanecido

vacío:

un

símbolo de la serenidad y de

la

seguridad

que

hasta

entonces había disfrutado el

bosque. Eso, por supuesto, no

incluía las múltiples sesiones

secretas

de

comedia

exclusivas para loros que se

celebraban por las noches,

denominadas

con

acierto

Improvisaciones del Equipo I,

un pequeño secreto que Indy

e Ivy decidieron no compartir

con Dorian.

47
Las palomas, representadas

p o r Samuel y Sarah, fueron

las primeras en llegar al Árbol

del Consejo y ocuparon su

lugar habitual. Su apariencia

tranquila

ocultaba

una

profunda inquietud, ya que

les resultaba difícil conectar

con las demás aves en un

entorno tan formal.

Las palomas saludaron

cordialmente a Dorian, que

estaba ansiosa por comenzar

la reunión. A continuación

llegaron los búhos, dispuestos

a tomar nota detallada de

todo lo que allí sucediera.

Todas las aves esperaron en

silencio a que llegaran los

loros, a los que se les

escuchaba

48
conversar

animadamente en la lejanía.

F ina lmente, Indy

e Ivy

ocuparon sus asientos.

—Desembucha, Gran D —

exhortó Indy.

Dorian era el encargado de

dirigir todas las reuniones del

consejo, tal y como habían

hecho antes que él varias

generaciones

de

águilas.

Como era habitual, cortó por

lo sano:

—Una crisis se cierne sobre

nuestras alas.

Un

murmullo

recorrió

todo el grupo.

—Un enorme árbol se ha

49
desplomado a menos de un

kilómetro de este lugar —

prosiguió el águila.

—Oh,

¿por

eso

has

convocado esta reunión? Ya

lo vimos hace unos días —

interrumpió Ivy—. Sucedió

cerca de la carretera y vi a

algunos lobos merodeando

por allí. Nos preguntamos si...

—¿Visteis caer un árbol y

no me dijisteis nada? —

p r o t e s t ó Dorian, mientras

hinchaba las plumas del

pecho—. Pero ¿es que no lo

entendéis?

¡Ahora

todos

nuestros nidos están en

peligro!

50
—No

pensamos

que

tuviera

demasiada

importancia

—repuso Ivy,

encogiéndose de hombros.

—¿Que no pensabais que

tuviera

demasiada

importancia? ¿Tengo que

recordarte que vivimos en los

árboles? ¿Qué pasaría si

hubiera sido tu árbol el que

se hubiera precipitado al

suelo?

—Relájate —replicó Ivy—.

Los árboles se llevan cayendo

desde siempre y no veo por

qué razón...

—Este árbol es distinto —

le interrumpió Dorian—. Era

51
un ejemplar gigantesco, sano

no

se

cayó

solo.

Necesitamos llegar al fondo

de este asunto. ¡Ahora!

—Es

posible

que

lo

derribara una fuerte racha de

viento —aventuró Ivy.

—¡De ninguna manera! —

g r i t ó Clark, en un poco

habitual arrebato de emoción

—. ¿Sabes la velocidad que

tenía que tener esa racha para

poder hacer eso? Yo calculo

que sería... —y comenzó a

pasar las páginas de su diario

—. Aquí está, a ciento

52
cuarenta kilómetros por hora.

No obstante, las rachas de

viento de esa magnitud son

extraordinariamente

infrecuentes.

De

hecho,

algunos cálculos revelan...

—No ha sido un suceso

natural —atajó firmemente

Dorian.

Sarah dejó escapar un

suspiro mientras una oleada

de preocupación recorrió su

cuerpo. El silencio se adueñó

de todo el grupo.

—¿Y bien? —preguntó

Indy,

de

manera

casi

premonitoria—. ¿De qué se

trata entonces?

53
—No lo sé —contestó

Dorian secamente—. Pero lo

averiguaré.

Los búhos intercambiaron

sus notas.

—Debemos conservar la

calma y no sacar conclusiones

precipitadas antes de reunir

todas las pruebas —dijo

Crystal y, a continuación, se

dirigió

los

loros—.

Repasemos la situación. Indy

e Ivy, ¿visteis cómo se caía

hace unos días?

—Sí —respondieron los

loros al unísono.

—Me pregunto una cosa

—sondeó Clark—. ¿Por qué

no advertisteis a todo el

mundo utilizando el Sistema

54
de Alarma del Bosque?

—No

se

nos

ocurrió

hacerlo —respondió Ivy.

—En cualquier caso, nadie

le presta atención —añadió

Indy.

—¿Para qué creamos esos

sistemas si nadie los utiliza?

—rezongó Clark.

—Ésa

es

una

buena

pregunta —atajó Dorian.

Clark lanzó al águila una

mirada de desdén y volvió a

dirigirse a Ivy.

—¿Así que viste que un

árbol se desplomaba y te

limitaste a salir volando?

55
—Bueno,

en

realidad

estábamos más interesados en

los

lobos. Indy hace unas

imitaciones

extraordinarias

de

los

aullidos.

Demuéstraselo, Indy. Tenéis

que verlo...

—Ahora no —interrumpió

Dorian.

Las palomas, que todavía

no habían dicho una sola

palabra,

miraron

nerviosamente a los loros y

luego clavaron la mirada en

los

búhos,

56
pero

no

intervinieron en la discusión.

Clark, convencido de que

podía ofrecer una solución,

agitó sus notas en el aire.

—Dorian, me pregunto por

qué no volaste siguiendo los

nuevos

mapas

de

coordenadas. Es una técnica

muy eficaz y podría haberte

permitido identificar antes

esta situación.

—¿De verdad crees que

me voy a pasar el día

siguiendo las líneas de un

mapa imaginario? —le espetó

el

águila—.

No

pienso

57
hacerlo.

Frustrado por toda aquella

conversación, Clark se colocó

en el centro de la plataforma.

—Compañeros

del

Consejo, hemos desarrollado

una serie de procesos y

sistemas

que

están

específicamente

diseñados

para mantener el bosque

organizado.

—Oh,

vamos

interrumpió Ivy. Aquel loro,

que siempre estaba alegre, se

mostró

enojado—.

El

58
propósito del Hogar no es

e s t a r organizado,

sino

disfrutar de la vida. No

deberíamos

ponernos

nerviosos tan pronto. Yo

siempre digo: «¡Vive el

momento,

vuela

despreocupadamente!»

Todavía no veo la razón para

estar aquí. Los búhos le

quitan la diversión a todo.

Estoy harto de esto.

—Todo eso está muy bien

para ti y para tu mundo de

fantasía de los loros —

intervino Dorian—. Pero la

verdadera vida no consiste en

jugar, aunque, si el tiempo lo

permite, no veo nada malo en

practicar deportes sanos y

59
competitivos. La vida es una

sucesión de logros. Estamos

aquí, en este bosque, para

dejar nuestra huella. ¿Sólo

quieres ser recordado por lo

mucho que te divertiste?

—¿Qué hay de malo en

ello? —respondieron Indy e

Ivy

encogiéndose

de

hombros.

—¡Todo es malo! —

exclamaron los búhos.

En

una

décima

de

segundo, los búhos, los loros

y Dorian comenzaron a

gritarse

mutuamente.

Mientras tanto, las palomas

60
permanecieron sentadas en

silencio en el fondo de la

plataforma, alarmadas por el

conflicto

que

se

había

desatado. Sarah se retorció

incómodamente

en

su

asiento.

—¿Qué deberíamos hacer?

—susurró

a Samuel—. El

Consejo

se

está

desmadrando. Se gritan unos

a otros y nadie escucha a los

demás.

Samuel trató de calmarla,

pero

61
también

se

sentía

incómodo.

—No podemos solucionar

nada

mientras

sigamos

actuando de esta manera.

Tenemos que trabajar juntos

y en armonía o, de lo

contrario,

esta

situación

rápidamente se convertirá en

un caos.

De

repente, Sarah tuvo

una idea.

—Creo que necesitamos

recurrir a alguna ayuda

exterior.

— ¿ A Xavier? —preguntó

62
Samuel.

—Los pájaros que viven en

el norte todavía hablan de

c ó m o Xavier les cambió la

vida

después

del

gran

incendio. Merece la pena

intentarlo.

—¡Alto!

—gritó Dorian,

haciendo que su voz se

elevara por encima de las de

los búhos y de las de los loros.

A continuación, el águila

se volvió hacia las palomas.

—¿Vosotros dos tenéis algo

que decir o vais a permanecer

sentados ahí todo el día?

Pillada con la guardia baja

y sintiéndose presionada,

Sarah

63
tartamudeó

hasta

encontrar las palabras. No

tenía pensado hablar y no

quería parecer crítica, pero en

ese

momento

todas

las

miradas se habían clavado en

ella. Respiró profunda y

relajadamente para aplacar

los nervios.

—Bueno, ya veo cuál es el

punto de vista de los demás

—comenzó

cálidamente—.

Estoy de acuerdo con el deseo

d e Clark de mantener el

orden.

No

quiero

vivir

64
sumida en el caos. Y también

estoy de acuerdo con la

opinión de Dorian de que

deberíamos tratar de alcanzar

objetivos importantes. En

cuanto a lo que ha dicho Ivy,

es cierto que deberíamos

disfrutar de la vida.

Todo el mundo hizo un

gesto

afirmativo

con

la

cabeza.

—¿Y? —preguntó Dorian,

bastante frustrado por su

prolongada respuesta.

—Supongo que Samuel y

yo sólo queremos vivir en un

lugar donde podamos decir

que todos son nuestros

amigos y donde nos sintamos

seguros —concluyó Sarah.

65
—¿Eso es todo? —replicó

el águila. Se le había acabado

la paciencia—. Con el debido

respeto

tu

pequeña

intervención

alentadora,

estamos sufriendo una crisis y

pienso averiguar qué está

pasando. Y os aconsejo que

hagáis lo mismo. Si alguien

observa cualquier cosa que

resulte sospechosa, quiero

que

me

lo

notifique

inmediatamente.

El águila saltó desde su

rama y, en unas cuantas

poderosas sacudidas de las

66
alas, desapareció de la vista

de

todos.

El

grupo

permaneció

en

silencio

durante unos minutos y, a

continuación, cada uno se fue

por su lado. La reunión del

Consejo

había

agitado

algunas plumas.

Aunque las aves habían

vivido siempre en el mismo

bosque durante muchos años,

nunca se habían tenido que

enfrentar a un reto como

aquél.

Ahora,

la

67
incertidumbre se cernía por

toda la tierra.

Un viejo amigo

Al día siguiente, Samuel y

Sarah se levantaron temprano

68
para desplazarse hacia la zona

norte del Hogar. Mientras

volaban en paralelo, las

palomas sobrevolaron colinas

y una descomunal cascada.

Siguiendo un desfiladero que

se abría camino entre unas

rocas cubiertas por musgo

divisaron a dos humanos que

recogían

ramas,

presumiblemente

para

encender

una

hoguera.

Planeando

suavemente,

Samuel y Sarah rodearon el

peñasco de granito rojo

donde solían encontrar a su

viejo amigo Xavier. Por poco

no lo vieron, ya que su piel

69
camaleónica se mimetizaba

perfectamente con la piedra.

Xavier se mostró muy

contento de ver a las palomas,

ya que Samuel y Sarah casi

nunca se alejaban de la

comodidad de su nido. Tras

intercambiarse

varios

cumplidos

durante

unos

minutos,

el

camaleón

preguntó:

—¿Existe alguna razón

para vuestra visita?

Samuel carraspeó.

—En realidad, hay algo de

lo que queremos hablar

contigo.

Sorprendentemente,

70
Xavier ya conocía el suceso

del árbol caído e, incluso,

había llegado hasta sus oídos

la noticia de las discusiones

que se produjeron en la

reunión del Consejo.

—¿Cómo te has enterado?

—preguntó Sarah.

—Las noticias vuelan —

r e s p o n d i ó Xavier—.

La

reunión del Consejo no fue

especialmente armoniosa, y

supuse que vosotros dos

trataríais de buscar ayuda.

—No sabemos qué hacer

—suspiró Sarah—. Hasta los

loros están de mal humor.

El camaleón dejó entrever

una ligera sonrisa.

—Hubo un tiempo en el

que sabíais qué hacer, pero,

con el transcurso de los años,

71
lo

habéis

olvidado

completamente.

—¿Las palomas saben qué

hacer cuando se caen los

árboles? —preguntó Samuel,

un tanto desconcertado.

—No, no, no —replicó

Xavier—. Es mucho más que

eso. ¿Cómo pensáis que los

camaleones

han

logrado

sobrevivir

durante

tantos

años? Después de todo, la

mayoría de los seres que

viven

en

el

bosque

72
aparentemente son mucho

más poderosos. Y no es una

cuestión de estar dotados de

inteligencia, aunque hemos

acumulado

transmitido

mucha sabiduría a lo largo de

los años.

Xavier hizo una pausa. Las

palomas

le

miraron

desconcertadas

mientras

planeaba la cuestión.

—El secreto, amigas mías,

es

la

adaptabilidad

respondió Xavier.

El

73
secreto

es

la

adaptabilidad.

—Pero

no

podemos

cambiar de color como haces

tú —repuso Sarah.

—Es

cierto.

Pero

la

verdadera adaptabilidad no

tiene

que

ver

con

la

apariencia externa. Es mucho

más profundo que eso. En

realidad, este conocimiento es

la clave para solucionar el

74
reto al que os enfrentáis...

siempre y cuando decidáis

aceptarlo.

Samuel y Sarah, intrigados,

pidieron

a Xavier

que

prosiguiera.

—Muy bien, entonces —

añadió—,

pero

debo

recordaros

que

tengáis

cuidado

con

lo

que

preguntáis. No puedo deciros

lo que debéis hacer. Sólo

puedo ofrecer lo que veo.

Dicho

75
esto, Xavier les

lanzó una mirada atenta y

declaró:

—Vosotras, las aves, no os

conocéis entre vosotras.

Las palomas negaron con

la cabeza. Aquello no parecía

tener sentido.

Sarah dudó unos instantes

y, seguidamente, habló con

voz suave.

—No

quiero

parecer

ir resp etuosa, Xavier, pero

nos conocemos muy bien

desde

hace

muchas

generaciones. Mi madre era

la mejor amiga de la madre

de Crystal.

—Y mi padre compartió

76
muchas historias de sus

experiencias con el padre y

con el abuelo de Dorian

—terció Samuel.

—Y

cuando

éramos

jóvenes —añadió Sarah—, a

menudo jugábamos con Indy,

c o n Ivy y con el resto de

loros. Por supuesto, eran un

poco alocados para nosotros,

pero nunca nos aburríamos

con ellos. Creo que nos

conocemos bastante bien.

El

camaleón

sonrió

dulcemente.

—Dejadme que lo aclare

—replicó—.

Habéis

compartido

77
muchas

experiencias, pero en realidad

no os entendéis mutuamente

y esto ha impedido que

solucionéis esta crisis.

Xavier dio un paso hacia

las palomas.

—Hace mucho tiempo, mis

antepasados

camaleones

aprendieron que los animales

poseen cuatro estilos de

comportamiento instintivos.

Este conocimiento ha sido la

clave

de

nuestra

supervivencia y ahora me

gustaría

compartirlo

con

vosotros.

Fijémonos

78
en

vuestra comunidad de aves.

Xavier cogió un pequeño

palo y dibujó una «X» en el

suelo.

—Voy a simplificarlo y, en

lugar de escribir «Dorian»,

sólo voy a poner la letra «D»

en

la

esquina

superior

izquierda.

En la esquina superior

derecha, dibujó una «I» de

Indy e Ivy. En la esquina

inferior derecha añadió una

«S» de Samuel y Sarah y en la

esquina inferior izquierda,

colocó una «C» de Clark y

Crystal.

Las palomas miraron a

Xavier

79
mientras

éste

prosiguió. ¿Adónde conducía

todo aquello?

—Cada uno de vosotros

posee un estilo distinto, una

manera

particular

de

expresarse y de interpretar su

mundo.

Si

realmente

comprendierais

cómo

se

comportan

estos

cuatro

estilos, la comunicación y la

cooperación

serían

muy

80
sencillas. Pero, por desgracia,

vosotros y el resto de

miembros de vuestro Consejo

de Aves carecéis de este

conocimiento.

Cada

uno

de

vosotros

posee

un

estilo

característico,

una

manera

particular

de

expresarse

de

interpretar

vuestro

mundo.

81
Si

realmente

comprendierais

cómo

se

comportan

estos

cuatro

estilos,

la

comunicación

y la

cooperación

serían

muy

sencillas.

En ese momento, el cuerpo

del camaleón adoptó un

majestuoso

tono

marrón

dorado.

—¡Ooooh!

82
—exclamó

Samuel—. ¡Te pareces a

Dorian!

Xavier sonrió.

—Ahora pensad en el

aspecto

que

tiene Dorian

interiormente. Posee unas

dotes de liderazgo innatas

como la firmeza, la visión y la

voluntad de tomar las riendas

de las situaciones. Se expresa

de forma directa y está

completamente motivado por

la necesidad de conseguir

resultados.

—Eso es cierto —afirmó

Sarah—. Pero ojalá se le diera

mejor escuchar.

—Dorian sabe muy bien

escuchar

si

83
uno

comprende cómo lo hace —

explicó Xavier— . Dorian no

escucha con paciencia y

empatía como lo hacéis

vosotras. Su estilo consiste en

evaluar

rápidamente

la

situación y ofrecer soluciones.

Eso no quiere decir que no

sepa escuchar, sino que su

especialidad es solucionar

problemas.

—Nunca lo había visto de

esa manera —repuso Samuel.

Justo en ese momento, la

piel del camaleón se tornó en

un

arcoíris

de

colores

púrpura, rojo, verde, amarillo

84
y azul. Las palomas se

echaron

reír.

Sabían

exactamente a quién se

asemejaba ahora.

—Al igual que los colores

que iluminan sus plumas —

comenzó Xavier—, los loros

aportan vida al bosque.

Despliegan optimismo y viven

el momento, que para ellos

siempre

parece

estar

impregnado de alegría y

agitación. Les gusta mucho

interactuar con los grupos y

son muy eficaces a la hora de

influir en los demás mediante

su pasión y entusiasmo.

—Sí, así son ellos —

85
c o n fi r m ó Samuel—.

Mi

madre siempre decía que los

loros podían vender hielo a

los pingüinos.

—Ya lo creo —comentó

Xavier—. También aportan

ideas frescas y soluciones

creativas allí donde los demás

sólo ven un callejón sin

salida.

De repente, el vientre del

camaleón se tiñó de un tono

blanco

como

la

nieve

mientras su cuerpo adquiría

un intenso marrón búho.

—Clark

y Crystal, los

búhos, están en su elemento

cuando se ocupan de los

86
detalles pequeños que a

menudo los demás pasamos

por alto. Analizan de forma

instintiva el mundo que les

rodea y sacan a la luz los

patrones

sobre

el

funcionamiento y la relación

de las cosas. Seguidamente,

crean una serie de sistemas

que permiten proporcionar

una estructura. Para Clark y

Crystal, la precisión lo es todo

porque, sin datos de calidad,

no existe una base sólida

sobre la cual tomar decisiones

importantes.

Sarah se sonrojó y confesó:

—Me siento fatal. Siempre

había pensado que los búhos

sólo querían controlarlo todo

diciendo a los demás cómo

87
debían hacer las cosas.

—Ellos

pueden

proporcionar una estructura,

pero no lo hacen con la

intención de controlar, sino

de ayudar —observó Xavier.

continuación,

el

camaleón se tiñó de un tono

blanco y gris suave.

—¡Eh!

—exclamó Sarah

dejando

escapar

una

carcajada—.

¡Ésos

somos

nosotros!

—No hace falta que nos

expliques

88
cómo

son

las

palomas —atajó Samuel con

una confianza impropia en él

—. Ya sabemos cómo somos.

—Ah, amigas mías, la

confianza en uno mismo es

algo mucho más difícil de

conseguir de lo que parece —

su spiró Xavier—. Un gran

camaleón filósofo dijo una

vez: «Conocerse a uno mismo

es la forma suprema de

sabiduría».

Samuel y Sarah se miraron

entre sí. ¿Cómo podía sugerir

que no se conocían a sí

mismos?

—Las palomas aportan

armonía

establecen

89
contactos con sus compañeros

del bosque. Os preocupáis

profundamente

por

la

felicidad de los demás y

escucháis con empatía y

compasión. Sois pacientes y

tranquilas, lo cual hace que

los demás confíen en vosotras

cuando tienen problemas. Y,

aunque vuestra constante

energía se siente cómoda con

los cambios graduales, tenéis

problemas para manejar las

variaciones

bruscas

que

alteran radicalmente vuestro

entorno.

—¿Como los árboles que se

caen?

—preguntó Samuel

90
echándose a reír.

—¡Exactamente!

confirmó Xavier, recobrando

su habitual color verde.

—¡Qué bien nos conoces!

—exclamó Sarah.

—Tenemos que digerir

mucha

información

intervino Samuel—. No estoy

seguro de lo que todo eso

significa.

—Lo que significa —

replicó Xavier— es que se dan

muchas

condiciones

para

malinterpretaros

entre

vosotros. Pero si tenéis un

conocimiento básico de los

91
cuatro

estilos,

podéis

comenzar a apreciar las

virtudes y los defectos de

aquellos que son distintos a

vosotros.

—Supongo que si todas las

aves

comprendieran

los

estilos

de

los

demás,

viviríamos en mayor armonía

— c o n c l u y ó Samuel,

asintiendo con la cabeza en

señal de aprobación.

—Sería

maravilloso

si

pudiéramos acabar con todo

92
este conflicto —añadió Sarah.

Las palomas sonrieron tras

darse cuenta, de repente, de

que hasta las palabras que

eligieron en sus respuestas

estaban en consonancia con

el nuevo estilo que acababan

de identificar. Pasaron el

resto de la tarde en compañía

d e Xavier, profundizando

más en la discusión a medida

que iba cayendo la noche. La

mañana traería una nueva

forma de ver las cosas.

El resultado

93
Al día siguiente, todo el clan

de los loros se congregó; se

sentían

inusitadamente

molestos por la reunión del

C ons e jo. Ivy pensaba que

Dorian

se

había

vuelto

paranoico y a Indy no le

94
gustaba el tono de desprecio

que empleó el águila. Sin

lugar a dudas, las cosas se

habían descontrolado.

—No

vivimos

en

un

«mundo de fantasía» —

espetó Indy a sus compañeros

loros—. Ésta es la realidad.

¡Nos concentramos en el lado

divertido de las cosas porque

es evidente que está ahí para

que todo el mundo lo vea!

—Si el lado divertido no

estuviera presente —replicó

Ivy—,

¿cómo

íbamos

entonces a descubrirlo?

—¡Sí, tenéis razón! —

95
exclamó Iggy, un miembro

veterano del clan.

—¿Os acordáis cuando

regresamos de vacaciones el

pasado invierno? Hasta los

búhos admitieron que todo

estuvo demasiado tranquilo

sin nosotros —recordó Iris,

un joven loro del grupo.

—Sí

—dijo Indy—.

Cuando

no

estamos

presentes, echan de menos

nuestra alegría. ¡Pero cuando

estamos aquí, se quejan de

que vivimos en un mundo de

fantasía!

Todos los loros estuvieron

de acuerdo.

De repente, Iris saltó de su

rama y alzó el vuelo hacia las

96
nubes. Indy, Ivy e Iggy le

siguieron inmediatamente. Al

unísono, dejaron de agitar las

alas y se precipitaron como

rocas,

gritando:

«¡Inmersiónnnnnnn

del

cisneeeeeee!» El loro que

remontara el vuelo lo más

cerca del suelo sin llegar a

chocar contra él ganaba el

juego.

Hacía mucho que no

jugaban a Inmersión del

Cisne

—desde

cierto

accidente que sufrió Ira—,

pero aquel día era necesario

encontrar la manera de

levantar el ánimo.

Los gritos familiares y

97
alegres retumbaron por toda

la tierra, agradando a algunos

y molestando a otros. «Ojalá

uno de esos loros locos se

volviera a estrellar contra el

suelo», pensó Dorian. «¡Esta

vez no pienso ayudarles!»

No muy lejos de allí, Clark

y Crystal reflexionaban en

privado

sobre

los

acontecimientos

del

día.

Finalmente, Crystal rompió el

silencio.

—Clark, no te molestes por

lo de Dorian y por el mapa de

coordenadas. No lo hizo con

mala intención.

—No estoy molesto —

declaró Clark.

98
—¿En serio? —preguntó

Crystal—. Yo, en tu lugar, lo

estaría.

—Bueno, pues no es el

caso —reiteró.

Unos minutos después de

haber dado vueltas al mismo

asunto una y otra vez, Clark

explotó:

—Sabes perfectamente que

Dorian

habría

visto

inmediatamente el problema

si hubiera seguido nuestro

sistema. El hecho de que se

limite a volar admirando su

«perspectiva

general»

sin

molestarse en analizar lo que

está sucediendo aquí abajo,

en el mundo real, es un

99
ultraje. Y, además...

—¿Así que decías que no

estabas

molesto?

—le

interrumpió Crystal.

—¡Por supuesto que no lo

estoy! —exclamó él—. Y no

me hagas hablar de esos loros

escandalosos.

—Lo entiendo —afirmó

ella.

—¡Claro que lo entiendes!

— pro sigu ió Clark—.

Son

completamente inconscientes

de lo que está pasando y no

poseen el menor sentido de la

responsabilidad. ¿Es que no

entienden el valor de una

estructura?

¡Son

tan...

100
aleatorios! ¿Cómo se las

arreglan para alimentarse y

cuidar de sus nidos? ¡Es

inconcebible! Los loros no

muestran el menor respeto

por la contribución que hacen

los búhos. Sin nosotros, este

bosque sería un caos.

—A mí me parece que

hacen

muy

bien

—dijo

Crystal

sonriendo—.

Me

alegro mucho de que no te

hayas molestado.

—¿Yo? —insistió Clark—.

Ni lo más mínimo.

Si un árbol se cae

en el bosque...

101
Pasaron dos días y las cosas

no se arreglaron en el Hogar.

La tensión se cernía sobre el

ambiente como una espesa

niebla. Las dulces canciones

de la mañana se habían

102
apagado y la mayoría de los

pájaros

permanecían

confinados en sus árboles.

En el árbol de los búhos,

Clark y Crystal repasaban los

informes de la reunión del

Consejo,

debatiendo

acaloradamente

sobre

diversas hipótesis y opciones.

Mientras tanto, las palomas se

congregaban en pequeños

grupos, pero no hablaban

sobre el árbol caído, ya que

no querían que la situación se

acabara convirtiendo en una

crisis a gran escala. Aquello

no sería conveniente para

nadie.

Los loros, por el contrario,

seguían

103
mostrándose

esperanzados

alegres.

Trataban

de

desviar

la

creciente tensión a través del

humor, lo cual sólo hacía que

los búhos se sintieran cada

vez más irritados.

Dorian patrullaba por el

cielo como un ave que está

cumpliendo

una

misión,

enojado porque nadie más

compartiera su sensación de

emergencia. Sin embargo, al

mismo tiempo se sentía feliz

por estar al mando de la

situación. Y, aunque nunca lo

104
reconocería, la gravedad del

estado de alerta hacía que se

sintiera más vivo que nunca.

Su profunda concentración y

su

fuerte

determinación

proporcionaban cierto alivio a

las

palomas.

Hasta Clark

apreciaba la firmeza de

Dorian, aunque deseaba en

secreto que hubiera seguido

el mapa de coordenadas.

No obstante, el águila tenía

pocas ganas de discutir con

los demás sobre la gravedad

de aquella crisis. Decidió

elevarse por encima de todo y

ver la situación desde tres mil

metros de altura.

A la cuarta ronda que

105
Dorian hizo por el bosque,

algo atrajo su atención: un

espacio abierto en una zona

densamente poblada, donde,

sin duda, antes había un

árbol. El águila planeó hacia

la derecha y luego bajó hasta

justo por encima de la copa.

La escena que tenía lugar

ante sus ojos hizo que se le

disparara la adrenalina.

Un enorme olmo maduro

con amplias ramas y una base

firme

estaba

desplomado

junto a la orilla norte del

Gran Lago. El corazón de

Dorian se agitó con fuerza

mientras

se

acercaba

106
divisaba un segundo árbol

que también estaba arrancado

de sus raíces.

Inmediatamente el águila

regresó a la zona poblada por

los demás pájaros dando la

señal de alarma, que retumbó

por encima de las copas de los

árboles.

—¡Hay dos árboles más

caídos! —gritó a los loros, que

estaban revoloteando en un

pinar próximo.

Luego Dorian aterrizó y se

posó encima del roble más

elevado mientras los loros

revoloteaban en todas las

direcciones,

rodeando

al

águila en un arcoíris de

curiosidad.

—Han caído dos árboles

107
más. No quiero exagerar la

magnitud de esta situación —

declaró—. Todos hemos visto

caer árboles muertos y árboles

vivos como consecuencia de

un relámpago, pero este

incidente

es

claramente

distinto. En este momento,

nuestra máxima prioridad es

determinar por qué está

sucediendo esto e impedir

que se produzca de nuevo.

Tras lanzar una serie de

fulgurantes recomendaciones,

Dorian ordenó a los loros que

recopilaran inmediatamente

datos forenses de la escena

del crimen y concluyó con un

brusco:

—¿Alguna pregunta?

Como nadie dijo nada, el

108
águila asintió rápidamente

con la cabeza y se alejó

volando.

Los

loros

se

dirigieron al unísono hacia lo

que ahora era conocido como

el Lugar de la Tala 2.

Unos minutos más tarde,

el

águila

sobrevoló

por

encima del Gran Lago y luego

aterrizó

con

estrépito,

arrancando a los búhos de su

sueño.

—Clark, Crystal. Reunid al

resto de vuestro clan —

ordenó Dorian—. Tengo que

109
hablar con ellos, ahora.

Los búhos, que no estaban

acostumbrados a permanecer

despiertos bajo el cálido sol,

levantaron lentamente sus

somnolientas

cabezas

mientras el águila golpeaba

impaciente una rama con una

pata.

Cuando

lograron

d e s p e r t a r s e , Dorian

les

informó de la situación y les

ordenó

que

salieran

interrogaran a la mayor

cantidad de criaturas posible.

—Comprobad si vieron o

escucharon algo —ordenó—.

110
Si

es

así,

informadme

inmediatamente.

—¿Qué quieres que les

preguntemos? —le inquirió

Crystal.

—Averiguad lo que saben

—replicó el águila, mientras

tomaba impulso para echar a

volar.

—¿Y qué pasa si...? —

comenzó a preguntar Clark,

pero el águila ya se había

marchado.

Mientras se elevaba por

encima del bosque, Dorian no

escuchó el mismo bullicio que

percibió

después

de

abandonar el árbol de los

111
loros. Mirando de nuevo al

árbol de los búhos, observó

horrorizado

cómo

estos

formaban

un

círculo

tomaban lápiz y papel.

—Pero ¿qué demonios...?

— r e f u n f u ñ ó Dorian,

realizando un giro brusco.

Volvió

aterrizar

con

estrépito en el árbol de los

búhos, haciendo que dieran

un respingo—. ¡No es el

momento de tomar notas!

Tenéis

que

112
poneros

en

m a r c h a ahora.

Realizad

entrevistas e informadme de

lo que averigüéis.

Después de partir de

nuevo, pensó: «No tienen el

menor sentido de la urgencia.

No sé cómo consiguen hacer

nada».

A ninguno de los búhos les

gustó cómo Dorian les había

hablado. «¿Quién se cree que

es?», pensó Clark. «¿Quién le

da derecho a darnos órdenes?

No comprende que nuestros

sistemas

producen

los

resultados

que

supuestamente tanto anhela.

113
Como siempre decía mi

padre: “Apunta dos veces y

acierta tres”».

Mientras

lanzaba

una

mirada de desprecio al águila

que surcaba los cielos, Clark

declaró desafiante:

—Hagamos esto bien.

Mientras tanto, en el otro

lado del Gran Lago, Indy, Ivy

algunos

loros

amigos

llegaron al Lugar de la Tala 2.

Mientras se aproximaban a la

escena, observaron que una

manada de lobos salpicaba el

agua y, a continuación, se

marchaba corriendo a toda

velocidad por La Carretera.

114
Los loros observaron los

árboles caídos.

—Son

gigantescos

exclamó Indy con asombro—.

¡Mirad el tamaño que tienen!

—¿Había

nidos?

preguntó Ivy.

—Sólo uno, pero parece

que fue abandonado hace

tiempo, así que en realidad

no se han producido grandes

daños —respondió Indy con

alivio—. Por tanto, ¿qué

estamos

buscando

en

realidad?

—¡Pistas!

—gritó Ivy—.

115
Ahora somos detectives.

—Esto es asombroso —

exclamó Indy, sacudiendo la

cabeza—. Eh, ¿por qué hay

astillas por todas partes?

—Bueno —replicó Ivy—,

esto es un bosque. Lo lógico

es que haya madera por

doquier.

—¿Sabes una cosa? —

preguntó Indy—. ¡Si somos

capaces de resolver este

misterio, nos convertiremos

en unos héroes!

—Es cierto —asintió Ivy—.

Celebrarán un desfile en

nuestro honor. Pasaremos a

la historia.

—Imagina lo que pensarán

entonces de nosotros los

búhos y las águilas —añadió

Indy—. Se darán cuenta de

que hacemos algo más que

116
divertirnos.

—Y después del desfile —

prosiguió Ivy—, podríamos

establecer un día de fiesta

para

celebrar

nuestro

descubrimiento.

—Totalmente de acuerdo

—asintió Indy.

Entonces, a sólo unos

metros de distancia, Indy

divisó algo que se asemejaba

a un viejo pedazo de tela roja.

—Mira esto —exclamó—.

Creo que es una pista. El

hombre es la única especie

que podría haber dejado esto

aquí. Creo que se llama

basura.

Indy dio a Ivy un juguetón

codazo.

P e r o Ivy no le prestó

117
atención.

Estaba

muy

ocupada señalando hacia el

suelo con una expresión de

desconcierto en el rostro.

—Le han quitado las ramas

—exclamó.

—Todo

esto

es

muy

extraño

—admitió Indy—.

Pero no es lo suficientemente

importante como para ir a

buscar

a Dorian. Se está

haciendo

de

noche.

Regresemos

118
casa

comencemos de nuevo por la

mañana.

Y, dicho lo cual, los loros

despegaron en un frenesí de

color.

Mientras tanto, los búhos

todavía

estaban

muy

ocupados elaborando algunas

preguntas

perfectamente

formuladas.

El

reconocimiento

119
Dos días después, todos los

pájaros acudieron al Árbol

del Consejo para informar de

los

descubrimientos

que

habían realizado. Clark clavó

120
la

mirada

en

los

representantes de los loros.

—Indy e Ivy, ¿qué habéis

descubierto?

—Dejadme que os lo

cuente —respondió Indy con

entusiasmo—.

¡Tenemos

toneladas de información!

—Cantidad de material del

bueno —añadió Ivy—. Para

empezar, vimos una manada

de lobos en la escena.

—No creo que los lobos

derribaran un árbol —señaló

Dorian con cierto desprecio

—.

¿Qué

más

habéis

121
descubierto?

—Bueno, el árbol ya no

tiene las ramas —le repuso

Indy.

—¿Han desaparecido? —

preguntó Crystal.

—¿Adónde han ido? —

inquirió Dorian.

—No han ido a ninguna

parte

—respondió Ivy—.

Simplemente ya no están.

—¿Había alguna marca en

los tocones de donde nacían

las

ramas?

—preguntó

Clark—. ¿Inspeccionasteis la

zona para averiguar lo que le

podría haber pasado?

Ivy miró a Indy y éste le

devolvió la mirada. Un

silencio incómodo recorrió el

122
Consejo.

—Mira —contestó Indy a

la defensiva—, acababa de

llover y el suelo estaba

cubierto de barro. En realidad

no había nada que ver, salvo

las astillas de madera que

salpicaban los alrededores.

Las

ramas

habían

desaparecido.

Clark frunció el ceño.

—¿Eso es todo? ¿A eso le

llamáis

«toneladas

de

información»? ¿Analizasteis el

patrón de salpicadura de las

astillas? ¿Trazasteis un plano

de la escena para que lo

pudiéramos analizar?

Ivy miró a Indy y éste le

123
devolvió la mirada.

Clark sacudió la cabeza

con incredulidad.

Dorian, enfadado, dijo:

—Muy bien. A ver si nos

aclaramos. Clark, ¿qué habéis

encontrado Crystal y tú?

—Bueno, a diferencia del

autoproclamado «Equipo I»

de Indy e Ivy, circunscribimos

nuestro

trabajo

de

investigación

aquellas

criaturas que estaban en

situación de saber lo que

realmente había acontecido.

Crystal y yo partimos a las

seis en punto de la mañana

hacia el Lugar de la Tala Dos.

Enseguida identificamos a

124
siete posibles criaturas a las

que debíamos interrogar: dos

anfibios (una rana y una

salamandra),

dos

reptiles

(una serpiente y una tortuga)

y tres mamíferos (una ardilla

listada, una marmota y un

puma). El orden en el que

nos acercamos a nuestros

posibles testigos requería un

análisis de sus rutinas diarias

para que así pudiéramos...

—¿Siete? —susurró Indy a

Ivy—. Nosotros podríamos

haber hablado con cincuenta.

Mientras Clark proseguía

con una descripción detallada

de las actividades de su

preparación, Dorian miraba al

búho con los ojos abiertos de

par en par.

125
«Debe

estar

impresionado»,

pensó

Crystal.

— ¡ N o pueden

estar

hablando en serio! —espetó

el águila.

—¿No te gusta el plan? —

inquirió Clark.

—¿El

plan?

—gruñó

Dorian con incredulidad—.

¡Ni siquiera me gusta la idea

de que haya un plan!

—Obviamente

—explicó

un

decidido Clark—, eres

incapaz de comprender el

meticuloso

126
esmero

que

hemos

empleado

para

determinar cuál sería el

procedimiento más lógico a

seguir...

—Muy

bien

—le

interrumpió Dorian—. ¿Qué

habéis averiguado, entonces?

Clark dejó escapar un

suspiro.

—Todavía

no

hemos

llegado a ese punto. Como

iba diciendo, elaboramos un

formulario de preguntas que

nos

permitiera

127
adquirir

información respecto...

—¿Qué habéis averiguado?

—repitió un ahora agitado

Dorian.

—Bueno, las entrevistas no

resultaron

tan

fructíferas

como habíamos imaginado —

admitió Crystal.

—¿Habéis

descubierto

algo? —vociferó el águila.

—Bueno, todavía nada,

pero...

Dorian levantó las alas

arrojando la toalla mientras

Indy

e Ivy sonreían entre

dientes.

—Nadie

tenía

128
la

información necesaria para

decirnos algo que fuera de

valor

—prosiguió Clark—.

Pero conviene advertir que

actualmente contamos con un

procedimiento que nos va a

permitir

recopilar

información de manera eficaz

en caso de que volviera a

suceder...

Indy le interrumpió.

— Va m o s , Clark. Debes

haber averiguado algo.

—Bueno..., estooo..., la

ardilla

rallada

parecía

especialmente sospechosa —

replicó Clark—. En cuanto

comenzamos

129
a

hacerle

preguntas,

inmediatamente

escaló el árbol más próximo.

—¿Salió

huyendo?

preguntó Indy—. Las ardillas

ralladas se cuentan entre los

animales más amistosos del

bosque. ¿Cómo os dirigisteis a

ella?

—Tras

una

minuciosa

reflexión,

comencé

el

interrogatorio con la siguiente

pregunta: «¿Dónde estuviste

ayer exactamente a las diez y

cuarto de la mañana y qué

130
estabas haciendo?»

—Supongo que en el argot

de los búhos eso equivale a

un «¿Cómo te va?» —ironizó

Indy.

—Vaya

—añadió Ivy—.

Apuesto a que las demás

criaturas estaban deseando

pasar el rato contigo mientras

las estabas interrogando.

—No estábamos allí para

«pasar el rato» —respondió

Clark con serenidad—. Y al

m e n o s yo

sabría

cómo

analizar una prueba de la

escena del crimen que era tan

clara como el día. ¿Qué

estabais

haciendo

exactamente

131
allí?

¿Imaginando vuestro desfile

de la victoria?

Indy miró a Ivy y éste le

devolvió la mirada.

Dorian estaba fuera de sí.

—Esto

es

inaceptable.

Ninguno de vosotros obtuvo

información

mínimamente

útil.

—Muy

bien,

¿qué

d e s c u b r i s t e tú,

Señor

Importante

Águila?

—le

espetó Ivy.

Clark,

132
formando

una

inusitada alianza con los

loros, intervino:

—Por supuesto, oh, Gran

Señor. Decidnos lo que han

revelado vuestras aleatorias

rondas a tres mil metros de

altura. ¡Somos todo oídos!

Dorian estaba furioso.

—Si no hubiera sido por

mí —declaró—, ninguno de

vosotros habríais tenido la

menor idea de lo que estaba

sucediendo.

Habríais

permanecido

sentados

esperando a que se produjera

el

próximo

estruendo

ensordecedor.

133
—¿Tú

crees?

—atajó

Clark—. ¿Quién te puso al

mando de las operaciones?

—Ya

basta

—les

i n t e r r u m p i ó Samuel

empleando un tono firme.

Sorprendidas, las demás

aves se volvieron hacia él. La

paloma no solía intervenir a

menudo, así que, cuando lo

hacía, todo el mundo le

prestaba atención.

—Sarah

yo

hemos

invitado a un amigo y me

gustaría que escucharais lo

que tiene que decir.

134
8

Los cuatro estilos

Los miembros del Consejo

miraron

hacia

el

135
cielo

esperando la llegada de

alguien. Sentían curiosidad

por conocer al amigo de

Samuel y Sarah. Pero dieron

un

respingo

cuando

escucharon una voz que

procedía del propio árbol.

—Gracias por haberme

invitado —comenzó la voz

como si, de repente, una

rama hubiera cobrado vida—.

Es un honor saludaros a

todos.

Sentado junto a Sarah, se

e n c o n t r a b a Xavier,

el

camaleón.

Los miembros del Consejo

miraron

con

136
asombro

mientras Clark proclamaba:

—Está

estrictamente

prohibido que las criaturas

que no sean aves participen

en las reuniones del Consejo

a menos que su presencia esté

aprobada por dos tercios de la

mayoría.

—Lo sentimos, Clark —

m a n i f e s t ó Sarah—,

pero

teniendo

en

cuenta

la

susceptibilidad que hemos

demostrado todos en esta

crisis, teníamos la sensación

de que necesitábamos una

ayuda exterior.

«Una iniciativa valiente —

137
p ens ó Dorian, impresionado

por la gran idea de las

palomas—. A lo mejor él sabe

algo.»

El camaleón subió al

estrado y examinó en silencio

a la concurrencia que tenía

ante sus ojos. Las aves se

preguntaban

qué

estaba

pensando. Tras una pausa

que se hizo eterna, Xavier

finalmente habló.

—Cuántos colores para

elegir —se maravilló—. Qué

gran diversidad hay en este

grupo. Imaginaos que todos

supierais apreciarla.

—Ahora mismo, no hay

demasiadas

cosas

que

138
apreciar —murmuró Dorian.

El camaleón descendió del

estrado y pidió a las aves que

formaran un pequeño círculo

a su alrededor. Para el águila

los

búhos,

resultaba

incómodo estar tan cerca de

los demás, pero obedecieron

regañadientes. Samuel y

Sarah se sintieron como si

estuvieran

en

casa.

Les

encantaba congregarse de esa

manera.

Con las aves prestándole la

máxima atención, Xavier les

explicó que existían cuatro

139
estilos

diferentes:

la

determinación del águila, el

entusiasmo de los loros, la

compasión de las palomas y la

precisión

de

los

búhos.

Seguidamente, dio un paso

hacia atrás y se sentó en

silencio.

Xavier

les

explicó

que

existían

cuatro

estilos

diferentes:

la

determinación

140
del águila,

el

entusiasmo

de

los

loros,

la compasión

de

las

palomas

y la precisión

de

los

búhos.

—Muy bien —empezó

Clark—. ¿Y eso qué sentido

tiene para nosotros?

El

camaleón

recorrió

lentamente con la mirada a

cada uno de los miembros del

Consejo, y se transformó en

141
un sorprendente collage de

colores que representaban a

todas las aves. Las palomas se

sonrieron entre sí.

—Claro —dijo Ivy—. Para

ti eso es fácil, puesto que eres

un camaleón.

—En realidad —replicó

Xavier—, no es una tarea

sencilla adoptar el color de

aquellos que te rodean.

Aquello sorprendió a las

aves, que conocían muy pocas

cosas de otras especies.

—Para que pueda adoptar

tu color debo comprenderte

—explicó—. Cuando miro a

Dorian, percibo su confianza

y su autoridad, y ello me

permite asumir su apariencia.

Cuando miro a los loros,

encarno su alegría y su

libertad. De repente, siento

142
que la vida está llena de

oportunidades

de

optimismo. En cuanto a los

búhos, percibo la precisión y

el orden. Experimento un

mundo

estructurado

que

garantiza la calidad y la

exactitud. Y cuando contacto

con las palomas, siento

armonía

compasión.

Experimento

un

afecto

sincero por el bienestar y la

felicidad de los demás.

Las

palomas

143
se

estremecieron de satisfacción.

Por primera vez desde la

caída del primer árbol, tenían

la sensación de que el grupo

se estaba uniendo.

De

repente, Dorian

rezongó:

—¿Sugieres que debería

entretenerme con los loros

sólo para pasarlo en grande y

que debería complicarlo todo

para comprender mejor a los

búhos? No puedo hacer eso.

Estaría desatendiendo mis

responsabilidades

de

liderazgo, por no decir que

estaría perdiendo el tiempo.

—Oh, porrrrrfavorrrrr —le

interrumpió Indy—. ¿De qué

nos ha servido todo tu

144
liderazgo?

Samuel y Sarah lanzaron

un suspiro de decepción.

Clark

estudió

detenidamente al camaleón.

—Debo decir que, aunque

considero que tu teoría de los

cuatro

estilos

es

algo

fascinante, no tengo la menor

intención de abandonar la

lógica y el análisis a favor de

esas otras... ejem... fortalezas

que has descrito en los

demás.

Sarah estaba disgustada. Se

había esforzado por unir al

grupo y le costaba mucho

esfuerzo ponerse en contra

del Consejo, pero aquello

145
había ido demasiado lejos.

—Escuchadme todos, por

favor —rogó—. ¿Es que no lo

veis? Esto, el modo en el que

os estáis comportando ahora

mismo, es exactamente de lo

que está hablando Xavier.

El

camaleón

asintió

tranquilamente con la cabeza.

—Estáis tan ensimismados

en vuestro propio mundo que

creéis que vuestra manera de

hacer las cosas es el único

método que existe.

Estáis

tan

ensimismados

en

vuestro

propio

mundo

146
que

creéis

que

vuestra

manera

de

hacer

las

cosas

es

el

único

método

que

existe.

—¿Qué hay de malo en

ello? Mi estilo me funciona. Y

le funcionó a mi padre antes

que a mí y a su padre antes

que a él —declaró Dorian con

orgullo.

—Lo mismo decimos de

nosotros —declararon los

147
loros al unísono.

—Bien

—terció

el

camaleón—. Me alegro de

que todos estéis de acuerdo

e n algo. Pero, si queréis

solucionar esta crisis, tendréis

que ser más tolerantes y

menos críticos.

Clark cruzó las alas por

delante del pecho.

—Eso

supone

asumir

demasiado.

—Sigo creyendo que todos

vosotros no respetáis lo que

hago por este lugar —protestó

Dorian.

—No estoy convencido de

que me aprecies a mí ni a los

demás loros —declaró Indy.

148
El color de Xavier volvió a

adquirir el tono pardo de la

madera. Samuel asintió con la

cabeza a su amigo en un gesto

de derrota.

—Muchas gracias. Te pido

disculpas por haberte hecho

venir hasta aquí para...

Xavier le devolvió el gesto

a Samuel. Seguidamente, el

camaleón

se

retiró

discretamente mientras las

demás

aves

seguían

discutiendo entre sí.

Samuel y Sarah se miraron

mientras el volumen de la

disputa seguía subiendo de

intensidad.

«¿Así es como van a ser las

149
cosas a partir de ahora?», se

preguntó Sarah.

Antes de que los árboles

hubieran empezado a caer, el

bosque había sido un lugar

donde reinaba la paz. Y,

aunque las aves sabían que

eran muy diferentes entre sí,

siempre habían asumido que

compartían más similitudes

que diferencias. En ese

momento, no estaban tan

seguras de ello.

Era una noche fría en el

Hogar.

La reflexión

150
Las aves pasaron el día

siguiente en compañía de las

de su misma especie. Los

loros lamentaban el ambiente

de negatividad que se respiró

en la reunión del Consejo.

Todos se habían anclado

151
demasiado en el pasado en

lugar de visualizar un futuro

más esperanzador.

Clark

y Crystal

organizaron

una

reunión

exclusiva para búhos con el

fin de analizar las teorías de

Xavier y de debatir su

eficacia. ¿Los demás búhos

habían comprendido también

los

cuatro

estilos?

¿Su

experiencia era congruente

con ese modelo? Había

muchas cosas que analizar y

debatir.

Samuel y Sarah invitaron a

algunas palomas amigas a

152
tomar un ligero tentempié. El

grupo expresó su inquietud

sobre la falta de armonía que

reinaba en el bosque. Tenían

miedo de que las teorías de

Xavier pudieran haber hecho

que

alguien

decidiera

separarse,

en

lugar

de

haberlos unido más.

Mientras Dorian vigilaba el

Hogar desde las alturas,

surcaba el cielo inspirado por

una nueva motivación en la

vida. Tenía que evitar que se

desplomara otro árbol.

Al pensar en el debate que

había tenido lugar el día

anterior, todavía le invadía la

153
sensación de que los demás

no respetaban debidamente

sus esfuerzos. Sin embargo,

después de sobrevolar el

terreno

durante

unos

minutos,

comenzó

preguntarse si, en realidad,

estaba juzgando a los demás

tal y como Xavier lo había

descrito. Si era así, entonces

como líder él podría muy

bien ser una parte integral del

problema y eso resultaría

inaceptable.

El

estilo

de Dorian

orientado hacia la acción a

menudo no se prestaba a la

154
reflexión. Sin embargo, si

realmente formaba parte del

problema,

entonces

necesitaba

arreglarlo

de

manera inmediata.

Entonces, cayó en la

cuenta.

—¿Qué estoy haciendo? —

se preguntó en voz alta—.

Puedo solucionar esto ahora

mismo.

Cuando el sol comenzó a

ponerse, el águila voló por

encima de las copas de los

árboles donde se congregaban

los

loros

decidió

sobrevolarlos en círculo un

155
par de veces para ordenar sus

pensamientos.

Todos los loros levantaron

la mirada. Se sorprendieron al

ver que el águila los visitaba

tan pronto después de los

enfrentamientos

que

se

produjeron en la reunión del

Consejo.

Dorian

aterrizó

carraspeó.

Seguidamente,

dejó lucir una sonrisa y, lo

que sucedió a continuación,

fue algo extraordinario. El

águila se acercó a algunos

loros a los que no conocía

demasiado bien e hizo un

ingente

156
esfuerzo

por

mantener una conversación

con ellos. Los loros no sabían

cómo reaccionar —ya que

Dorian nunca había hecho

eso

antes—,

pero,

en

cualquier caso, le dieron la

bienvenida. A continuación,

después

de

intercambiar

algunos inusitados cumplidos,

el águila se dirigió a Indy y a

Ivy y fue directamente al

grano:

—Debemos

arreglar

la

situación entre nosotros para

157
poder resolver el verdadero

problema que tenemos entre

manos.

Los

loros

asintieron

mientras Ivy respondió:

—No podíamos estar más

de acuerdo. Nos desagrada

este intercambio de ataques.

No nos conducen a ninguna

parte.

Dorian hizo una breve

pausa. Estaba a punto de

tragarse su orgullo y no

estaba seguro de que fuera a

ser capaz de conseguirlo.

—Esta mañana me he

dado cuenta de una cosa. Es

posible que esa pequeña

lagartija tuviera razón. No he

sabido reconocer lo valioso

que es el optimismo y la

158
energía que desprendéis los

loros.

Es

evidente

que

desempeñáis un papel muy

importante.

Por una vez, los loros se

quedaron sin palabras.

Dorian prosiguió.

—¿Os acordáis de aquel

extraño

vendaval

que

sufrimos hace unos años?

—Sí, claro. Aquello fue

muy extraño —le respondió

Indy—. ¡Apareció de la nada!

—Efectivamente —asintió

Dorian—. Aquel remolino

asoló el bosque con tanta

rapidez que apenas tuvimos

tiempo

159
para

reaccionar.

Fuisteis vosotros, los loros, los

que os mostrasteis creativos e

inmediatamente encontrasteis

una solución. Vuestra idea de

volar por encima de las nubes

nos mantuvo a salvo hasta

que

pasó

el

vendaval.

Vosotros,

amigos

míos,

pensáis

de

manera

innovadora.

Los loros hincharon el

pecho con orgullo mientras

revivían

aquel

160
episodio.

Después de todo, aquel día

habían estado a la altura de

las circunstancias.

—Y me he dado cuenta —

concluyó Dorian— de que

nunca he sabido reconocer

vuestro talento para aportar

ideas frescas. Por el contrario,

siempre

esperaba

que

actuarais como lo hago yo..., y

eso es una locura. De hecho,

si alguien fuera como yo,

tendríamos un verdadero

problema.

Cuando escucharon esa

confesión, todos se echaron a

reír.

Entonces Ivy intervino:

—Yo también he estado

pensando en lo que dijo

161
Xavier

acerca

de

las

expectativas. Supongo que

espero

que

los

demás

reaccionen a las situaciones

igual que lo hago yo.

—Te

entiendo

perfectamente

—reconoció

Dorian—.

Me

siento

frustrado cuando los demás

no pueden hacer lo que yo

hago.

—Sí

—replicó Indy—.

162
Muchas

veces

no

comprendemos por qué las

demás aves no disfrutan de

las

mismas

cosas

que

nosotros.

—Y cuando no se cumplen

nuestras

expectativas,

juzgamos a los demás por ello

—concluyó Ivy.

Dorian pensó que en el

caso

de

los

loros

las

apariencias engañaban.

A continuación, añadió:

163
—Por tanto, no fue una

actitud realista esperar que

respondierais a las cosas tal y

como lo hago yo y viceversa.

Todo sea dicho: enfrentarme

retos

solucionar

problemas me proporciona

energía.

—Eso es porque se te da

muy bien ese tipo de tareas,

Dorian —afirmó Ivy.

El águila sonrió.

—Supongo

que

todos

necesitamos

ser

más

conscientes de lo que cada

uno aporta al bosque. De ese

164
modo, seremos capaces de

solucionar

esta

crisis.

Cualquier crisis.

En ese momento, el sol

desapareció por detrás del

horizonte

los

loros

anunciaron al unísono:

—¡Es la Hora Feliz!

—Parece que para vosotros

siempre es la «Hora Feliz» —

bromeó Dorian.

—Creo que ha llegado la

hora —exclamó Ivy, dando

una palmada amistosa al

águila—. Te vienes con

nosotros.

Dorian rió entre dientes.

—Claro, ¿por qué no?

165
¿Qué sucede durante la Hora

Feliz?

—Oh, ya lo descubrirás —

re plicó Indy, soltando una

carcajada.

10

El despertar

166
A la noche siguiente, Sarah se

sobresaltó al escuchar un

crujido. Mientras trataba de

volver a conciliar el sueño, un

estrépito hizo que Samuel y

ella

se

167
despertaran

repentinamente. Su nido se

balanceó hacia la izquierda,

luego hacia la derecha y,

finalmente, se sacudió con

violencia.

—¡Hay

que

evacuar

inmediatamente el árbol! —

gritó un alarmado Samuel.

—¡Despierta a todos los

que habitan en las ramas del

este! ¡Yo me dirigiré hacia el

lado oeste! —gritó Sarah.

Mientras las dos palomas

se precipitaban de rama en

rama, la violenta sacudida ya

había despertado a varias

palomas, pero la mayoría de

ellas

estaban

demasiado

168
somnolientas

como

para

comprender lo que estaba

pasando.

—¡Debemos marcharnos!

—gritó Sarah.

—¿Qué? —respondió uno

de sus primos—. No puedo

largarme así como así.

—¡Puedes hacerlo y lo

harás!

—ordenó Sarah,

sorprendida por la firmeza de

sus palabras.

Todo el árbol se inclinó

hacia la izquierda y una

gruesa rama golpeó un nido,

atrapando en su interior a dos

pájaros y a sus polluelos.

—¿Estáis bien? —preguntó

Samuel.

—¡No podemos salir! —

169
chillaron los pájaros.

Samuel divisó a un grupo

de palomas que escapaban de

sus nidos y les gritó.

—¡Vosotras

dos!

exclamó, señalando a las otras

palomas—. ¡Venid a este lado

de la rama! ¡El resto de

vosotras, dirigíos hacia allá!

Extenuadas y estresadas

por tener que escapar de su

nido y luego tener que

regresar al árbol, las palomas

comenzaron a volar sobre el

terreno, paralizadas en pleno

vuelo.

—¡Ahora!

—ordenó

Samuel—. Cuando cuente

tres, tenéis que levantar la

rama para que los pueda

170
sacar de ahí. Uno, dos...

Justo en ese momento, el

árbol

se

balanceó

violentamente

hacia

la

derecha y el nido comenzó a

deslizarse. La rama que había

atrapado a la familia de

palomas ahora era lo único

que sujetaba al nido e

impedía que cayese.

—¿Vuestros polluelos ya

saben volar? —gritó Samuel.

—¡No! —respondieron los

padres—. ¡Y no podemos

transportarlos a todos! ¿Qué

vamos a hacer?

Sarah llegó justo a tiempo

para observar la situación. El

sonido

171
de

la

madera

partiéndose y de las ramas

golpeando el suelo era cada

vez más intenso.

—¡Podemos evitar que el

nido caiga al suelo! —gritó,

mientras requería la ayuda de

un grupo de palomas—.

Vosotras cuatro levantad la

rama y vosotras tres meteos

debajo de ella. ¡Cuando el

nido se deslice hacia abajo,

caerá sobre nuestras espaldas!

—¿Qué? —protestaron las

demás

palomas

conmocionadas—.

¡Imposible! ¡Nunca lo hemos

hecho antes!

—Bien, pues ahora es el

momento —replicó Samuel,

172
sonriendo orgullosamente a

Sarah.

El árbol sufrió una fuerte

sacudida.

El

primer

grupo aprovechó la inercia

para levantar la rama. El nido

se deslizó inmediatamente y

la familia sujetó a sus

polluelos. El árbol se inclinó

todavía

más,

dando

la

sensación de que el nido se

había quedado suspendido en

el aire como por arte de

magia. La familia de palomas

no tenía la menor idea de lo

que estaba pasando, pero el

caso es que funcionaba. En

ese momento, ya se habían

173
unido a Samuel y a Sarah

muchas otras palomas y entre

todas

depositaron

suavemente el nido en el

suelo.

Unos

instantes

después, se escuchó un gran

crujido y el árbol de las

palomas se desplomó sobre

un riachuelo que serpenteaba

a sus pies, provocando una

estruendosa salpicadura.

Las

palomas

se

congregaron en la base del

árbol caído. Las astillas de

madera cubrían el suelo y

Samuel observó una serie de

extrañas pisadas recientes que

se alejaban de la escena.

174
Sarah

se

sentó

para

recobrar

la

compostura.

Aparte del estrés que suponía

haber perdido su hogar,

nunca había tomado las

riendas de la situación en una

situación de crisis como

aquélla y necesitaba recuperar

el aliento.

El resto de las palomas

guardaban silencio, mirando

incrédulas.

Poco

tiempo

después

alzaron el vuelo con el fin de

encontrar un lugar seguro

donde poder descansar. Los

175
loros se habían despertado

por

la

conmoción

inmediatamente acogieron a

las palomas para que pasaran

con ellos la noche. Indy e Ivy

se

sentaron

sorprendidas

mien tra s Samuel

y Sarah

relataban

los

terribles

acontecimientos que habían

vivido aquella noche.

—¡Ahora esto es personal!

Vamos a averiguar quién es el

responsable —prometió Indy.

Ivy miró a Samuel y a

Sarah con un renovado

176
respeto.

—¡Sois unos héroes! —

proclamó.

Las palomas se sonrojaron.

—Debo admitir —confesó

Sarah— que me sentí un poco

como Dorian, dando órdenes

a todos y haciendo que

pasaran cosas.

—Sí

—dijo Samuel

dejando

escapar

una

carcajada—,

hiciste

una

magnífica

imitación

del

águila. Nunca me había dado

cuenta de lo útil que resulta

mostrar un poco de firmeza.

177
11

La Regla del

Hogar

A las pocas horas, comenzó a

percibirse

una

actividad

178
frenética por todo el Hogar.

Se convocó una reunión de

emergencia del Consejo para

el amanecer. Los miembros

del mismo llegaron justo

antes de que saliera el sol,

sa lvo Samuel y Sarah, que

estaban buscando nuevos

árboles que habitar.

Los

loros

estaban

enardecidos.

—¡Nadie hace esto a

nuestros amigos y se va de

rositas! —declaró Indy.

—Esta vez debemos hacer

bien las cosas. No tenemos

margen de error —añadió

Clark.

Dorian subió al estrado.

Tenía más malas noticias para

el Consejo y no había tiempo

179
que perder.

—La pasada noche se han

desplomado tres árboles más

en el extremo norte del Gran

Lago. Docenas de nidos han

quedado

destruidos.

Afortunadamente, todo el

mundo pudo abandonarlos a

tiempo.

—¡Otros tres árboles! —

exclamó Ivy, golpeándose el

pecho de rabia.

—Esta situación cada vez

está más fuera de control —

c o m e n t ó Clark

con

rotundidad.

—Escuchad

—declaró

Dorian—, ha llegado el

momento de que todos

resolvamos esta crisis. No

180
podemos perder más tiempo

en disputas —se puso de pie y

añadió—: Asumo toda la

responsabilidad por la forma

en la que acabó nuestra

última reunión. Mis palabras

no ayudaron a alcanzar

nuestro objetivo y prometo

hacerlo mejor esta vez.

Los miembros del Consejo,

sorprendidos por la inusitada

humildad

del

águila,

asintieron con la cabeza.

—A decir verdad, la

mayoría de nosotros no

aceptamos lo que nos dijo

Xavier —añadió Clark—. Y,

sin lugar a dudas, no

prestamos atención a la

valiosa contribución que cada

uno hace al bosque.

181
—Tienes razón, Clark. He

estado pensando en cómo

manejamos la última caída de

un árbol y esta vez quiero

probar algo distinto —replicó

Dorian.

—Entonces adelante —dijo

Indy.

—Después de que el otro

día cayeran dos árboles,

delegué

mis

responsabilidades

entre

vosotros sin tener en cuenta

los diferentes estilos que

poseéis cada uno. Esta vez,

cada uno de nosotros se

concentrará en lo que mejor

sabe hacer.

—Excelente

—declaró

Clark—, y si se me permite

182
decirlo, en este momento tu

determinación es lo que

necesitamos de un líder.

—Gracias, Clark. Vamos a

averiguar qué sucede —

prosiguió Dorian—. Esta vez,

los loros deberían interrogar a

los posibles testigos para

descubrir lo que saben. Indy e

Ivy conseguirán que todos se

relajen y hablen con ellos.

¡Qué diablos, ellos conocen a

todo el mundo!

Los loros sonrieron.

Volviéndose hacia Clark y

Crystal, Dorian prosiguió:

—Vosotros

deberíais

investigar el Lugar de la Tala

Tres.

que

vuestras

183
fortalezas como búhos os

permitirán recopilar una serie

de datos útiles para que los

podamos evaluar.

—Eso está hecho —dijo

Clark, con ganas de ponerse

manos a la obra.

—Excelente

—afirmó

Dorian—. Nos volveremos a

reunir aquí a la puesta del sol

para analizar lo que hemos

averiguado.

Las aves se dispersaron y

trabajaron

con

diligencia

durante todo el día. Los loros

realizaron un interrogatorio

tras otro mientras los búhos

rellenaron páginas y páginas

de notas sobre el lugar del

incidente. En cuanto se puso

184
el sol, las aves se volvieron a

reunir en el Árbol del

Consejo. Las palomas, que ya

habían elegido un nuevo

árbol

familiar,

también

estaban presentes.

Antes de que comenzara la

re u n ión , Samuel

y Sarah

dieron las gracias a todos por

la ayuda que les habían

prestado.

Clark sacudió la cabeza.

—Sinceramente, vosotras

las

palomas

siempre

anteponéis las necesidades de

los demás a las vuestras. De

todas las aves que hay en el

bosque, no puedo creer que

185
eso os sucediera a vosotras.

Y...

Las aves dejaron de hablar

y su atención se desvió por un

ligero

movimiento

que

percibieron en el suelo.

—¿Es lo que creo que es?

—preguntó Crystal.

Una

pequeña

ramita

parecía moverse lentamente

hacia las palomas.

—Mis condolencias por

vuestro árbol familiar. Si hay

algo que pueda hacer...

—¡Xavier ha vuelto! —

excl a mó Indy, sorprendida

por

la

capacidad

186
del

camaleón para camuflarse

con todo lo que le rodea—.

Ojalá pudiera enseñarme a

hacer ese truco.

—Indy, ya sabes cómo se

hace —replicó Xavier.

—¿Qué más cosas puedes

enseñarnos?

—preguntó

Crystal.

El

camaleón

estaba

encantado de ver que gozaba

de un público tan receptivo.

—Dejadme enseñaros el

principio que ha guiado a los

camaleones

desde

hace

muchas

generaciones...

187
siempre y cuando estéis

dispuestos a aprenderlo.

Sin esperar a perder un

segundo,

las

aves

se

congregaron

en

un

semicírculo

alrededor

de

Xavier.

—Ahora ya reconocéis los

cuatro

estilos

de

comportamiento

representados por cada una

de

vuestras

especies

188

comenzó—. Os encontráis en

el camino correcto para

despojaros de las expectativas

poco realistas que tenéis los

unos de los otros. También

parece que habéis descubierto

que todos somos capaces de

dar lo mejor de nosotros

mismos cuando desplegamos

nuestras

fortalezas.

El

siguiente paso que debéis dar

es prestar atención a cómo os

tratáis los unos a los otros.

Asumo la responsabilidad de

tratar a los demás de la

manera

en

la

que ellos

necesitan ser tratados y no

189
del modo en el que yo

necesito que me traten.

Tratar

los

demás

de

la

manera

en

la

que

ellos

necesitan

ser

tratados

no

del

modo

en

el

que

190
yo

necesito

que

me

traten.

Las aves miraron a Xavier

con perplejidad.

—Me siento un poco

desconcertado

—admitió

Crystal—. ¿Eso no viola la

«Regla de Oro»: trata a los

demás tal y como tú quieres

que te traten?

—Muy buena pregunta —

indicó Xavier—. Por lo que se

refiere al respeto, a la

sinceridad y a la integridad, la

Regla

de

Oro

sigue

imperando.

191
Pero

cuando

trabajas con los demás o

simplemente te comunicas

con ellos, ¿deberías tratarlos

según tus propias necesidades

según sus necesidades?

Piensa en ello.

El camaleón mostró una

sonrisa y, a continuación,

descendió por el Árbol del

Consejo. En pocos segundos,

había desaparecido.

Sin estar seguros de lo que

debían hacer a continuación,

el Consejo guardó silencio.

Entonces, Indy intervino.

—Ese camaleón es muy

sabio.

Los

congregados

se

192
echaron a reír, hasta que

Dorian hizo que todos se

pusieran de nuevo manos a la

obra.

—Muy bien, ha sido muy

interesante, pero me gustaría

que volviéramos a prestar

atención

al

asunto

que

tenemos entre manos: los

árboles.

—Si se me permite —

intervino Clark—, creo que

estamos siendo testigos de

cómo los cuatro estilos se

despliegan

delante

de

nuestros ojos. Antes de

proseguir,

me

193
gustaría

conocer

el

proceso

que

utilizaron los loros para

conseguir

información

durante

sus

pesquisas.

Además,

me

gustaría

compartir con vosotros cómo

obtuve los datos a través de la

observación. En lugar de

comenzar con el resultado

final de todo lo que hemos

encontrado, os pediría que

describiéramos

primero

nuestro proceso y que luego

194
concluyéramos

con

los

resultados. ¿Os parece bien?

Dorian

respiró

profundamente, recordando

lo

que Xavier acababa de

enseñarles.

—Muy bien, supongo que

necesito trataros del modo en

el que os gustaría ser tratados.

Por

tanto,

aunque

eso

suponga tener que escuchar

todo el proceso, lo haré

porque es importante para ti

—concedió. Luego hizo una

pausa durante un segundo y

seguidamente añadió—: Lo

195
cierto es que supongo que

también es importante para

mí. Es decir, que debería

conocer el proceso.

Sarah miró a Dorian con

compasión.

—Sé lo que quieres decir.

Samuel y yo acabamos de

experimentar lo agotador que

resulta descubrir cuál es

nuestro estilo natural. Pero

debo admitir que ser directa y

desprender autoridad me

resultó muy útil la pasada

noche. Supongo que estaba

utilizando el estilo del águila,

como lo denomina Xavier.

Puede que nuestro búho

interior también nos ayude.

—¿Sabéis una cosa? —

interrumpió Indy—. ¡Xavier

nos ha mostrado el camino

que debemos seguir! Es decir,

196
que podíamos sacar partido al

hecho de tratar a los demás

de la manera en la que

quieren ser tratados, ¿verdad?

Veamos..., puesto que ya

tenemos la Regla de Oro,

¿por qué no la llamamos la

Regla del Hogar?

—Me gusta la idea —

declaró Sarah—. Después de

todo, cuando tratamos a los

demás

tal

como ellos

quieren ser tratados, hacemos

que se sientan como en casa.

El Consejo estaba de

acuerdo.

—Que así sea —declaró

Dorian, mirando a Clark para

que registrara la Regla del

Hogar en las actas de la

197
reunión.

—Ya lo he hecho —

confirmó, sin levantar la

mirada.

—Loros, vosotros sois los

primeros

—dijo Dorian—.

Contadnos lo que habéis

descubierto.

Los

loros

aletearon

simultáneamente hacia la

rama central del Árbol del

C ons ejo. Indy comenzó su

relato animadamente.

—Todo

depende

del

método. Por tanto, cuando

hablé con Donna, el puma,

fui directamente al grano. Me

dejé de palabrería y abordé el

198
asunto porque su estilo es

como el tuyo, Dorian.

—¡Nadie es igual que yo!

—bromeó el águila.

—Lo

más

importante

cuando hablas con Donna es

mostrarte directo y confiado.

De lo contrario, te convertirás

en su almuerzo —añadió Ivy.

—Sí, «pastel de loro con

glaseado de queso picante» —

bromeó Indy.

Indy e Ivy se echaron a reír

de su propio chiste.

—Muy bien, ¿cuál fue

entonces el resultado final? —

preguntó Dorian—. ¿Qué os

dijo?

—No

gran

cosa

199

respondió Ivy.

—Pero, al menos, sabemos

que no sabe nada —añadió

Indy.

—Y se comprometió a

pegar la oreja al suelo y a

informarnos si escucha algo

—indicó Ivy.

—¿Habéis convencido a un

puma para que os haga ese

favor? ¡Impresionante! —

exclamó Dorian—. Por si sirve

de algo, tratadme como a un

puma y todo nos irá bien.

—Creía que nadie era

como tú —se mofó Indy.

—Seguid

así.

Estáis

empezando

tener

200
un

aspecto sabroso —concluyó

Dorian, con cierto humor

socarrón.

—A

continuación,

nos

dirigimos a los ciervos, Sally

y Sol, y a sus cervatillos. ¡Qué

familia tan agradable! Su

estilo es semejante al de

Samuel

y Sarah, así que

fuimos

pacientes

les

hablamos con dulzura y

sinceridad —prosiguió Indy.

—Sí —intervino Ivy—, no

fuimos directamente al grano.

Primero disfrutamos de su

compañía e, incluso, jugamos

201
un rato con sus pequeños.

—Un momento —terció

Clark—. No pretendo dudar

de vuestra metodología, pero

¿cómo se puede obtener

información mientras se está

jugando?

—Mientras

estábamos

jugando con los ciervos —

replicó Indy—, establecimos

un contacto emocional para

que

nos

confiaran

la

información que poseían.

—Eso suena un poco a

manipulación

—opinó

Crystal.

—En absoluto —repuso

Ivy—.

202
¡Simplemente

seguimos la Regla del Hogar

sin ni siquiera darnos cuenta

de ello! Nos limitamos a

tratarlos como les gustaría ser

tratados. ¡Y no veáis cómo les

gusta jugar al escondite a esos

críos!

—Os diré algo —añadió

Indy—. Al principio, los

ciervos se mostraron muy

reacios a hablar de la crisis.

Queríamos que se sintieran

cómodos. De lo contrario, no

habríamos obtenido nada.

—¿Y...? —apremió Dorian.

—No han visto a ningún

hombre en dos semanas —

resp ondió Indy con cierto

desinterés.

—¡Vamos

por

buen

203
camino! —proclamó Dorian

—. ¿Con quién hablasteis

después?

—Bueno, nos dirigimos

volando hacia un panal de

abejas

obreras.

No

conocíamos personalmente a

ninguna de ellas, así que

tuvimos que andarnos con

mucho cuidado —dijo Ivy—.

Las abejas son seres muy

organizados y estrictos..., así

que, al igual que nuestros

amigos los búhos, hablamos

con ellas empleando el estilo

C.

Les

presentamos

los

hechos

de

204
una

manera

organizada y nos aseguramos

de

proporcionarles

los

suficientes antecedentes.

—Uff

—exclamó Indy,

secándose con un gesto el

sudor de la frente—. Aquello

resultó agotador.

—Os

entiendo

perfectamente —le confirmó

Clark—. Pero ¿cómo supisteis

que debíais actuar así? Es

decir, ¿cómo sabíais que

tenían un estilo C?

—¡Muy

sencillo!

r e s p o n d i ó Ivy—.

205
Todas

volaban

en

perfecta

formación, hablaban con un

tono de voz mesurado y sólo

compartían hechos y detalles

que fueran relevantes. Eran

como tú, Clark. Y también

como tú, Crystal. Así que

hablamos con ellas tal y como

lo haríamos con vosotros. ¡Y

funcionó! Aplicar la Regla del

Hogar es muy sencillo si

prestas atención a lo que

hacen los demás. Fijaos en

nosotros, los loros. La mayor

parte del tiempo nos sentimos

alegres y animados. Por lo

tanto, si quieres sintonizar

con nosotros, sólo tienes que

darnos conversación y reírte

un rato.

206
Aplicar

la

Regla

del

Hogar

es

muy

sencillo

si

prestas

atención

a lo

que

hacen

los

demás.

—Por lo tanto, así es como

lo hicisteis —dijo Clark—.

Indy,

fuiste

como

un

camaleón. Hiciste una serie

207
de rápidas observaciones del

comportamiento

y,

continuación, las adaptaste a

tu estilo para que encajaran

con los individuos o la

situación en concreto. Ya

conocías el truco, tal y como

lo explicó Xavier.

—Eso es muy interesante

—replicó Indy.

Mientras las aves seguían

hablando, un fuerte viento

trajo consigo un repentino

frío. Las aves se trasladaron

instintivamente

desde

el

extremo de la rama hacia el

centro del árbol en busca de

protección. Dorian advirtió

que varias nubes negras se

208
cernían sobre sus cabezas.

—En cualquier caso, todo

eso nos llevó un tiempo —

prosiguió Indy—, pero, en

última

instancia,

nuestra

abeja amiga, Cole, nos contó

que su colmena estaba en el

primer árbol cuando éste se

desplomó.

Consiguieron

sobrevivir al impacto, pero la

cosa se puso fea cuando su

rama fue arrastrada por el

arroyo y desembocó en el

Gran Lago.

—¡¿Qué?!

—exclamó

Clark—. ¿Le quitaron las

ramas al Árbol Número Uno?

Indy asintió.

El

209
búho,

visiblemente

contrariado,

comenzó

pasear arriba y abajo y, de

repente, declaró:

—¡Tenemos que irnos de

aquí!

—¿Adónde?

—preguntó

Dorian.

—No hay tiempo para

explicaciones —atajó Clark.

—Pero se acerca una

tormenta —repuso Ivy.

Clark saltó de la rama y se

dirigió hacia el cielo abierto,

seguido inmediatamente por

Dorian. Los loros, las palomas

y Crystal se quedaron con los

ojos abiertos de par en par,

sin estar seguros de lo que

210
estaba

sucediendo.

Unos

segundos después, el águila

volvió la mirada y ordenó:

—¡Vamos, seguid a Clark!

En cuanto ascendieron por

encima de los árboles, la

lluvia heladora se convirtió en

un chaparrón. En pleno

vuelo, Dorian se dirigió hacia

Clark y le preguntó:

—¿Qué está pasando?

—Cuando preparábamos

nuestro análisis de la zona

donde se habían caído los

árboles —gritó el búho—,

organizamos

una

lista

exhaustiva de preguntas que

nos permitieran reconstruir y

comparar

211
lo

que

había

sucedido a cada uno de los

árboles, y no sólo al que se

había

desplomado

recientemente.

Una

mirada

de

preocupación

inundó

el

rostro de Dorian.

—No te preocupes, mi

amigo de los resultados —

b r o m e ó Clark—.

No

dedicamos todo el día a hacer

eso.

De repente, un relámpago

atravesó

212
el

cielo,

recordándoles peligrosamente

por qué las aves no deberían

volar durante una tormenta.

Los loros trataban de abrirse

paso a través de las corrientes

de viento mientras la lluvia

arreciaba con fuerza. Las

palomas, que eran las más

pequeñas del grupo, apenas

podían seguir al resto.

—Vamos, chicos, podemos

conseguirlo

—animó Ivy—.

¡Vamos a lograrlo!

Un ensordecedor trueno

retumbó

en

todas

las

direcciones.

Clark resumió, gritando

213
todavía más que la tormenta:

—Identificamos

algunos

campos de estudio clave

como: «¿Los patrones de

corte de cada árbol eran

iguales?»,

«¿Estamos

buscando a más de un

culpable?», «¿Por qué han

atacado a esos árboles en

con cre to? » Crystal y yo

pensamos que tal vez su

ubicación tenía algo que ver

con ello.

—Clark,

estoy

impresionado

—respondió

Dorian—. Lo digo en serio.

Pero también me estoy

congelando las alas y me

gustaría mucho saber a qué

214
conclusión final has llegado.

El búho cedió.

—Casi

de

inmediato,

observamos que las ramas

fueron eliminadas del Lugar

de la Tala Dos, pero no del

árbol de Samuel y Sarah en el

Lugar de la Tala Tres.

Basándonos

en

la

información de los loros

extraída del Lugar de la Tala

Uno,

predigo

que

el

responsable no tardará en

llegar al antiguo árbol de las

palomas para retirar las ramas

y acabar la tarea.

215
—Y cuando lo haga —

sentenció Indy a su espalda

—, nosotros estaremos allí

para atraparlo con las manos

en la masa.

—Un trabajo excelente,

Clark —dijo Dorian.

Sarah sonrió. «Después de

todo, tal vez seamos capaces

de trabajar como un equipo»,

pensó.

12

La vigilancia

216
Empapadas y tiritando de

frío, las aves trataron por

todos los medios de ocultar

su presencia en el Lugar de la

Tala 3. Dorian, el miembro

más corpulento del grupo, se

acurrucó a duras penas detrás

del tronco más grande que

217
pudo encontrar.

—Tengo que decir, Clark

—confesó el águila—, que tu

naturaleza meticulosa nos ha

sido de gran ayuda. Yo no

habría

sido

capaz

de

identificar todos esos detalles

y patrones.

—Yo tampoco —admitió

Indy—.

Bueno,

siempre

pensaba que hacías tantas

preguntas

porque

no

confiabas en nosotros. Sin

embargo, sólo tratabas de

conseguir la información más

precisa.

218
—¡Por

supuesto!

i n t e r v i n o Crystal—.

No

pretendíamos

ofender

nadie. Sólo queríamos hacer

bien las cosas, en el momento

oportuno y de la manera

adecuada.

—¿En

el

momento

oportuno y de la manera

adecuada? —rió Dorian—. La

vida no funciona así para mí.

Me basta con «lo suficiente» y

luego paso al reto siguiente.

El águila se removió de

nuevo, tratando de encontrar

una postura cómoda. Samuel

219
lo

observó.

Los

acontecimientos

de

los

últimos días habían sacado a

la luz el lado más valiente de

aquella paloma y había algo

que quería decir al águila.

—Muchas

veces

he

interpretado tu... brusquedad

como una manifestación de

desinterés

hacia

nuestras

opiniones y hacia nuestros

sentimientos

—admitió

Samuel—. Pero después de

haber

220
experimentado

la

noche pasada cierta energía

de águila, ahora me doy

cuenta de que simplemente

quieres

solucionar

los

problemas

en

cuanto

aparecen para poder pasar al

siguiente asunto. No se trata

de que no te importe nada,

sino de que necesitas resolver

la situación sin verte atrapado

por las emociones.

—Ésa es mi naturaleza —

reconoció Dorian—. Y si tú

eres capaz de utilizar la

«energía del águila», tal y

como la llamas, supongo que

yo puedo aprender a acceder

221
a la energía de la paloma o a

la del búho cuando lo

necesite.

Ivy se echó a reír.

—¡Te lo dije! ¡Apuesto a

que ahora estaremos a todas

horas intercambiándonos los

estilos!

—No quiero que sea a

todas horas —dijo Crystal—.

Pero está claro que, si

observamos a los demás,

podemos identificar su estilo

y comprender lo que les

caracteriza.

si

somos

capaces de comprender sus

intenciones, habrá menos

probabilidades de juzgarlos.

—Bien dicho —afirmó

Clark,

222
aplaudiendo

la

observación de Crystal.

Está

claro

que,

si

observamos

los

demás,

podemos

identificar

su

estilo

comprender

lo

que

les

caracteriza.

Y si

somos

223
capaces

de

comprender

sus

intenciones,

habrá

menos

probabilidades

de

juzgarlos.

Las aves permanecieron

durante toda la jornada en el

Lugar de la Tala 3. Los búhos

hicieron la guardia nocturna.

Seguía cayendo una ligera

lluvia,

pero

los

búhos

permanecieron vigilantes.

Por la mañana, el cielo se

despejó y el aire estaba

iluminado por los destellos

224
del

sol.

Comenzaron

asomar otros habitantes del

bosque de sus guaridas. Los

búhos

observaron

celosamente a unos petirrojos

que

desenterraban

unos

gusanos. Dorian espió a una

manada

de

lobos

que

perseguían a un conejo. Indy

e Ivy se quedaron perplejos

ante dos ardillas que subían y

bajaban de un árbol próximo.

—¡Vamos a echar una

carrera a las ardillas! —gritó

225
Indy.

—Chisss

—susurró

Clark—. Vas a descubrir

nuestro escondite.

Las aves observaron en

silencio la salida del sol

mientras el frío de la mañana

daba paso a una tarde

húmeda y, sin embargo,

todavía

no

se

había

materializado nada. Los loros

apenas podían controlar su

energía contenida, pero eran

la

viva

imagen

de

la

tranquilidad comparados con

226
Dorian,

que

estaba

albergando cierta sensación

de resentimiento hacia aquel

culpable no identificado.

Mientras el cielo se teñía

de tonos rojos y amarillos, el

águila se fue impacientando

cada vez más. «Esto es

intolerable», pensó.

Y, de repente, apareció.

Indy fue el primero en

verlo y le propinó un codazo

a Clark.

—Eh, ¿qué es eso? —

preguntó

—No me lo puedo creer —

dijo Ivy.

—¡Por

supuesto!

exclamó Clark—. ¡Ahora todo

227
tiene sentido! Las ramas. Los

trozos

de

madera.

La

proximidad del arroyo. Es

un...

—Que

me

aspen

interrumpió Ivy.

—¡Es un castor! —exclamó

Indy, en un tono lo bastante

elevado como para delatar su

escondite.

—Hasta

ahora,

nunca

habíamos tenido castores en

el bosque —añadió Ivy—.

Bueno, al menos eso explica

por qué los lobos estaban allí.

228
Todo el mundo lanzó a

Indy

una

mirada

de

incredulidad.

—¿Qué?

—protestó—.

Dicen que los castores tienen

sabor a pollo.

El castor levantó la mirada

y, a continuación, siguió

arrancando las ramas de lo

que había sido el árbol

familiar de las palomas.

Dorian entornó los ojos.

—Me ocuparé de esto.

—¡Espera!

—Samuel

Sarah gritaron al unísono.

—¡Detente! Hablemos de

ello primero antes de... Oh-oh

229
—gritó Clark.

Dorian

saltó

de

su

escondite

tras

el

árbol

mientras el resto de las aves

observaban impotentes. Unos

instantes después, su miedo

se convirtió en curiosidad

mientras

observaban

el

espectáculo

que

estaba

teniendo lugar desde una

distancia segura.

El águila se había cernido

sobre el castor y comenzó a

230
hablarle con vehemencia.

—¡Mirad eso! —exclamó

Clark—. Nadie se comunica

con autoridad como Dorian.

Sin duda, está transmitiendo

a la perfección su mensaje.

El castor dejó caer la rama

que estaba masticando, pero

no se inmutó ante las

palabras amenazadoras ni

ante la mirada penetrante del

águila, que, a modo de

respuesta, se mostró más

airada, gesticuló con más

fuerza y señaló hacia el árbol

caído.

—Esto no tiene buena

pinta —comentó Indy.

Dorian,

que

estaba

dominado por la ira, amenazó

al castor, que había vuelto a

231
coger la rama y la estaba

masticando de nuevo.

—Vaya

—preguntó

Samuel, después de ver una

de las garras del águila

posarse cerca del castor—,

¿Dorian le ha golpeado?

—No. Sólo está señalando

hacia el árbol caído —dijo

Indy—. Pero en una escala de

persuasión de uno a diez, en

la que uno significa que

caerán más árboles y diez que

ha logrado convencer al

castor para que deje de

derribar nuestros hogares, yo

le daría a Dorian un...

—Un cero —remarcó Ivy.

El águila se quedó con los

ojos abiertos de par en par

mientras el castor lanzaba

una mirada de indiferencia

232
por encima de su hombro

antes de alejarse nadando

tranquilamente.

—¿Por qué Dorian sigue

gritando mientras nuestro

principal sospechoso se aleja?

—preguntó Clark.

—Impacto cero —anunció

Indy.

Aterrizando con un furioso

aleteo cerca de sus amigos,

Dorian dio rienda suelta a su

frustración:

—¡Me ha ignorado!

El águila pataleó un rato

más y luego gritó:

—Le

he

cantado

las

cuarenta a ese triturador de

árboles y se ha limitado a

marcharse nadando. ¿Habéis

233
visto eso? ¡Se ha largado

nadando!

—Dorian

—dijo Clark—,

trocear árboles es lo que

hacen los castores.

—¿Qué? Es que ahora te

pones de su parte? —le espetó

el

águila—.

Eso

es

exactamente lo que me ha

dicho.

«Soy

un

castor.

Derribo árboles. Eso es lo que

hacemos los castores.» Pues

bien, le encontraré y me

ocuparé de solucionar este

asunto.

—¡Vaya! —exclamó Indy

234
extendiendo el ala para

sujetar

a Dorian por el

hombro—. Espera un minuto,

Gran

D.

Tenemos

que

reunirnos.

—Necesitamos un plan —

añadió Clark.

—Respiremos

profundamente

—sugirió

Sarah.

Dorian

comenzó

calmarse y a analizar el

problema.

—Muy bien. Supongo que

no manejé la situación de la

manera más acertada —

235
admitió—.

Pero

¿qué

esperabais? Soy un águila. En

cuanto me doy cuenta de que

hay que hacer algo, lo hago.

Cuando veo un conejo, no

pienso en la situación, sino

que me precipito sobre él.

Ataco y me lo como. Eso es lo

que hacen las águilas.

—Efectivamente

—dijo

una voz que salía de debajo

de una piedra cercana—.

Fuiste muy asertivo, pero la

pregunta es: ¿empleaste el

estilo

adecuado

en

el

momento adecuado?

Todo el mundo se volvió a

236
mirar lo que aparentaba ser

un pedazo de piedra caliza

que se deslizaba hacia ellos.

—¡Xavier!

—exclamó

Ivy—. ¡Chico, cómo me

alegro de verte!

El camaleón sonrió.

—Me he enterado de

vuestra

vigilancia

he

pensado que me gustaría ver

cómo iban las cosas.

—¡Genial!

—exclamó

Dorian—. ¡Hay un castor que

piensa que es el jefe!

¡Imagínate!

Ahora

ya

sabemos quién está arrasando

237
nuestro bosque.

—Sí

—respondió

el

camaleón—, pero ¿cómo vais

resolver

la

situación?

Después de todo, el castor

sólo estaba haciendo lo que...

—Lo sé, lo sé —murmuró

Dorian—, estaba haciendo lo

que hacen los castores.

Xavier miró al águila y le

habló empleando un tono

firme.

—Dorian,

tienes

unas

fortalezas

extraordinarias,

pero abusar de ellas no te

238
permitirá

conseguir

los

resultados que buscas.

El águila levantó una ceja.

—Posees un estilo D —

e x p l i c ó Xavier—.

Te

comunicas

de

manera

contundente,

consiguiendo

gran claridad y resolución.

Recuerda que cuando se

desplomó el primer árbol

alertaste a las demás aves y

advertiste que otro árbol

caería pronto. Y tenías razón.

Tus directrices espolearon a

todos para que se pusieran en

marcha.

El

239
águila

asintió,

ralentizando la respiración

hasta alcanzar su ritmo

habitual.

—Dicho esto —prosiguió el

camaleón

con

el

ceño

fruncido—, algunas veces

abusas de tus fortalezas. Y,

cuando

lo

haces,

esas

fortalezas se convierten en

defectos.

Algunas

veces

abusas

de

tus

240
fortalezas.

Y,

cuando

lo

haces,

esas

fortalezas

se

convierten

en

defectos.

Dorian parecía confuso.

Xavier prosiguió:

—Por

ejemplo,

tu

asertividad se convierte en

agresividad. La confianza

sana

se

convierte

en

arrogancia.

241
Tomar

la

iniciativa se transforma en un

avasallamiento a los demás

antes de haber tratado de

encontrar la mejor solución.

En última instancia, esto hace

que se debilite tu capacidad

para conseguir los objetivos

que te propones.

El águila reflexionó sobre

estas palabras durante unos

segundos

asintió

regañadientes con la cabeza.

—Pero ten por seguro,

amigo mío, que no eres el

único al que le pasa eso —

sonrió Xavier.

A continuación, se dirigió

hacia donde se encontraban

242
los búhos.

—Parece que ahora nos

toca a nosotros —comentó

Crystal, haciendo una mueca.

—Vosotros,

los C, os

deleitáis

planteando

preguntas,

organizando

detalles y analizando patrones

que os permitan estructurar

vuestro mundo, como en el

caso

del

mapa

de

coordenadas de los árboles.

Sin embargo, cuando se abusa

de él, el estilo C puede llevar

a una «parálisis en el

análisis», como cuando os

pasasteis todo el día creando

243
una

lista

exhaustiva

de

preguntas.

Avergonzad os, Clark y

Crystal

agacharon

ligeramente la cabeza.

—Sin

embargo,

recientemente,

vuestro

análisis del lugar de la tala

sacó lo mejor que hay en

vosotros. Cuando se aplicaron

de la manera adecuada,

vuestras

habilidades

condujeron hasta el culpable.

—¡Tiene gracia cómo los

demás pueden ver nuestros

defectos con tanta claridad!

244
—comentó Indy—. Muy bien,

Xavier,

ahora

que

has

calentado a los demás, los

loros estamos preparados para

recibir un palo. ¡Adelante!

—Indy, el don del eterno

optimismo que tienen los que

poseen el estilo I crea un

ambiente

agradable

fomenta la creatividad. Sin

embargo,

vuestra

alegría

natural puede cegaros ante

situaciones que, en realidad,

son muy peligrosas. Fuisteis

los primeros en descubrir el

Lugar de la Tala Uno,

245
aunque no fuisteis capaces de

identificar la importancia que

tenía o, ni siquiera, de

informar de ello —dijo

Xavier.

—Es cierto —respondió

Ivy—. Supongo que eso se

debe a que no vemos las

amenazas,

sino

las

oportunidades.

—Y ese optimismo es el

que

reconfortó

todos

cuando comenzaron a caer

más árboles. Creíais que no

pasaría

nada

vuestro

246
estímulo ayudó a evitar que a

todos les invadiera el pánico.

Aquello resultó muy útil...,

muy útil.

Volviéndose

hacia

las

palomas, comenzó a hablar,

pero, en contra de lo

habitual, fue interrumpido

por Sarah.

—Déjame

adivinar

sonrió—. La sensación de

incomodidad que nos invade

cuando

se

produce

un

conflicto nos impide ser

sinceros y bloquea nuestra

capacidad

247
de

compartir

nuestros

pensamientos

ideas.

—¡Exacto! —interrumpió

Dorian—. Durante nuestras

reuniones

del

Consejo,

siempre tengo la sensación de

que tenéis algo que añadir,

au n q u e Samuel y tú no

habláis

demasiado.

Pero

cuando trajisteis a Xavier para

que nos ayudara, eso cambió

nuestra

manera

de

interactuar. Aquello fue una

248
gran idea y funcionó.

—Supongo que cuando

abusáis de vuestra conducta,

vuestro

estilo S

resulta

demasiado

pasivo.

Pero

cuando actuasteis movidos

por vuestra necesidad de

alcanzar la armonía, aquello

nos ayudó a todos —intervino

Ivy.

Xavier estaba orgulloso de

sus alumnos.

—No es necesario que

cambiéis vuestro estilo para

ser más efectivos —añadió—.

Sólo tenéis que ser capaces de

adoptar otros estilos cuando

sea el momento adecuado y

tener cuidado de no abusar

249
de vuestras fortalezas.

No

es

necesario

que

cambiéis

vuestro

estilo

para

ser

más

efectivos.

Sólo

tenéis

que

ser

capaces

de

adoptar

otros

estilos

cuando

sea

250
el

momento

adecuado

tener

cuidado

de

no

abusar

de

vuestras

fortalezas.

Una suave brisa acarició las

hojas de un árbol cercano. El

grupo se quedó inmóvil y

durante

unos

segundos

guardó silencio, sintiendo el

calor que proporcionaba el sol

de la mañana. Ya había

amanecido y comenzaba un

nuevo día.

251
—Así pues, ¿qué vais a

hacer ahora? —preguntó el

camaleón.

Xavier lanzó una de sus

famosas sonrisas, volvió a

adoptar el color de la piedra

caliza

gris

se

alejó

lentamente.

13

La asamblea

252
Una semana después, el

Árbol del Consejo congregó a

la asamblea más numerosa de

la historia del bosque. A ella

acudieron más de trescientos

pájaros que representaban a

la población de aves del

Hogar. Se había especulado

253
mucho sobre las medidas que

se iban a tomar. Corría el

rumor especialmente de que

la población entera de aves

tendría que mudarse a otro

bosque para escapar del

espectro de los árboles caídos.

Todos estaban muy nerviosos

ante esa posibilidad.

Dorian se puso de pie y

extendió completamente las

alas. La multitud guardó

silencio.

—Como ya sabéis, los

recientes acontecimientos han

llenado de preocupación a los

habitantes del Hogar. Por

tanto,

estoy

extraordinariamente

complacido de anunciar que

hemos llegado a un acuerdo

con los castores. Vuestros

254
árboles y vuestros nidos

vuelven a estar a salvo.

El público estalló en un

sonoro aplauso mientras las

plumas sueltas volaban por el

aire, tiñéndolo todo de una

gama de colores festivos.

—Me gustaría destacar las

contribuciones clave que han

permitido

alcanzar

esta

resolución

histórica

prosiguió Dorian—. Por favor,

demos la bienvenida al

estrado a nuestros heroicos

representantes

de

las

palomas, Samuel y Sarah.

Mientras la multitud las

255
aclamaba, las dos palomas se

unieron con renuencia a su

amigo el águila.

—A estas dos palomas no

les gusta el protagonismo,

pero vamos a dedicarles un

homenaje de todos modos.

Fueron Samuel y Sarah los

que se dirigieron a los

castores y se ganaron su

confianza. Descubrieron el

miedo a los lobos que tienen

esos roedores y consiguieron

que aceptaran dejar de cortar

los árboles en los que vivimos

a cambio de que nosotros

contuviéramos a los lobos.

Las

aves

chillaron

jalearon y, a continuación,

Indy gritó:

256
—¡Dorian, cuéntales lo que

hiciste después!

—Bueno —dijo el águila,

riéndose entre dientes con

cierta maldad—, digamos que

hablé con los lobos tal y como

les gusta que les hablen... y

conseguimos la promesa de

que nunca más van a

molestar a los castores.

El público dejó escapar un

grito de alegría.

—Pero hay todavía más —

prosiguió el águila mientras

hacía una seña a sus amigos

los búhos para que subieran

al estrado—. Para poder

coordinar con los castores qué

árboles podían cortar y cuáles

debían preservar, necesitamos

contar con un plan ingenioso

e infalible. Nadie estaba

mejor capacitado para diseñar

257
esa estrategia que Clark y

Crystal. Ellos idearon un

sistema

que

permitía

identificar los árboles que no

están habitados por nuestra

población. Si tenéis pensado

mudaros a un nuevo árbol,

consultad con Clark y Crystal

para verificar que es seguro. Y

lo más impresionante de todo

es que ahora identificaremos

los árboles enfermos que no

son adecuados para nosotros.

Si los castores los derriban,

conseguirán fortalecer los

árboles en los que nos gusta

vivir.

—Los búhos encontraron

la solución y dejadme que os

diga una cosa: ¡estoy feliz de

tenerlos en el equipo del

258
Hogar!

Los búhos que formaban

parte del público jalearon

felizmente mientras Clark y

Crystal se sonrieron entre sí.

—Y, por último, pero

desde

luego

no

menos

importante, quiero contaros

algo acerca de Indy e Ivy —

prosiguió Dorian—. Nuestros

amigos loros desempeñaron

un papel crucial a la hora de

ejecutar nuestro acuerdo con

los castores. Ellos irán de nido

en nido actualizando la

información sobre los nidos

que están marcados para que

los derriben los árboles. Y,

junto a las palomas, los loros

seguirán negociando con los

259
castores en caso de que se

produzca algún problema.

—¿Y? —gritó Indy desde

una rama elevada.

Dorian hizo una pausa.

Sonrió y rió entre dientes.

—Y estos loros tienen un

lema que dice: « La vida no es

divertida

cuando

queda

trabajo

por

hacer.

Pero

podemos desempeñarlo mejor

si trabajamos juntos».

—¿Y? —gritó Ivy.

Dorian volvió a hacer una

pausa, sonriendo todavía. Se

aclaró la garganta.

—Me gustaría proponer

que ése se convierta en el

260
lema oficial del Hogar.

La

multitud

jaleó

ruidosamente mientras los

dos loros saltaban desde las

ramas superiores y realizaban

una Inmersión del Cisne

perfectamente sincronizada,

aterrizando justo al lado del

águila. Todo el público

comenzó a entonar el lema.

—Muy bien, muy bien —

d i j o Dorian, tratando de

reducir al mínimo el ruido.

Pero enseguida se dio cuenta

de que no había manera de

detener a los loros o al

público, así que se encogió de

hombros y se unió a ellos.

Miró a la multitud de aves

amigas y una sonrisa iluminó

su rostro.

261
—¡El Hogar es el mejor

bosque de la tierra! —

proclamó.

Viendo la explosión de

júbilo que reinaba entre los

asistentes, era evidente que

todos estaban de acuerdo.

Epílogo

El poder del

DISC

262
Una semana más tarde,

nuestros

héroes

se

congregaron en el Árbol del

Consejo.

Con una mirada reflexiva,

263
Clark se dirigió al grupo:

—Xavier nos explicó que

antaño

todo

el

mundo

conocía los entresijos de los

cuatro estilos. ¿Cómo se ha

podido perder con el tiempo

algo

tan

extraordinario?

Habría

jurado

que

las

generaciones

pasadas

de

búhos crearon un sistema

para preservar el...

—No se había perdido —

atajó el loro—. Estaba delante

264
de nosotros todo el tiempo.

¡Lo llevamos escrito en

nuestros nombres!

—Siempre he pensado que

nuestras especies elegían los

nombres basándose en una

letra específica con el único

propósito de conservar una

tradición —comentó Sarah—.

Ahora está claro que los

estilos formaban parte de

nuestra cultura y que no nos

habíamos dado cuenta de

ello.

Por tanto, las letras D, I, S

y C encierran un significado

mayor de lo que creíamos —

añadió Samuel.

Todo el grupo miró a la

lejanía mientras el sol cruzaba

el horizonte.

—Me pregunto si los

estilos también existen fuera

265
del Hogar —terció Crystal.

—¿Fuera?

—preguntó

Indy.

—Estoy pensando en una

especie en particular —dijo

Crystal.

Clark asintió con la cabeza.

—El hombre. Sus nombres

no encajan con ningún

sistema o patrón.

—Pero ¿no sería mucho

más sencillo para el hombre

identificar los estilos de los

demás si utilizaran un código

como el nuestro? —preguntó

Ivy.

—Ellos son mucho más

complejos

que

nosotros.

Algunos se comportan como

águilas y otros como loros.

266
Los hay que se comportan

como búhos y otros como

palomas —respondió Sarah.

—Sí

—confirmó Indy—,

pero hay algo muy extraño en

ellos. Los he visto desde las

alturas y puedo asegurar que

muchos son una combinación

de dos de nosotros: ¡como si

fueran

loráguilas

palobúhos!

—Qué

complicado

sentenció Dorian—. ¿Cómo

consiguen

solucionar

sus

problemas?

—¡Vete a saber! —replicó

267
Indy—.

¡Nosotros

somos

complicados, pero no tanto

como ellos!

—Esto es importante —

añadió

el

águila—.

Deberíamos tomar medidas

para asegurarnos de que este

conocimiento se transmite a

las futuras generaciones.

Todos

estuvieron

de

acuerdo y trabajaron juntos

para recapitular lo que habían

aprendido al tiempo que

Clark se disponía a anotar las

ideas

en

un

268
rollo

de

pergamino. El búho anunció

mientras comenzó a escribir:

—Lo llamaremos el Acta

de

Conservación

de

la

Sabiduría de los Cuatro

Estilos para que así todos los

pasados y presentes...

—¿Clark?

—interrumpió

Dorian—. ¿Qué te parece si

sólo lo llamamos DISC?

El búho sonrió y asintió

con la cabeza.

—La brevedad. Creo que

podré vivir con ella.

—Muy bien, si no hay más

asuntos pendientes, yo estoy

deseando ir de una vez a la

269
Fiesta

del

Árbol

Reconfortante —dijo Crystal.

—Me muero de ganas de ir

— a s i n t i ó Ivy—.

Tenemos

algunas

sorpresas

para

vosotros.

—¿Eso quiere decir que

vamos a descubrir lo que

sucede en vuestras famosas

Horas Felices? —preguntó

Sarah.

—¡Has dado en el clavo! —

respondió Indy sonriente—.

Pero tal y como nos aconsejó

una

vez Xavier, «Tened

cuidado con lo que pedís...»

Alzando el vuelo, se

270
echaron a reír y ascendieron

hasta la puesta de sol.

SEGUNDA PARTE

El modelo DISC

Cuando

empezamos

analizar el mundo de los

estilos DISC, identificamos

cuatro puntos importantes

que

debemos

tener

en

cuenta.

En primer lugar, todos los

estilos

son

positivos

contribuyen a este mundo de

una manera significativa. En

esta fábula, el estilo directo D

271
d e Dorian fue igual de

esencial para el éxito que

alcanzaron las aves como el

estiloS

de Sarah.

La

capacidad de comunicación

del estilo I de Indy no fue

menos importante que la

necesidad de alcanzar la

precisión del estilo C de

Clark. Cada uno de los estilos

posee una serie de fortalezas

únicas

que

se

deberían

valorar. Por decirlo en pocas

palabras, no hay un estilo que

sea «mejor» que los demás.

En segundo lugar, no es

necesario cambiar la esencia

de lo que somos. Eso

272
supondría intercambiar una

serie de posibles fortalezas y

defectos por otros. Imagina

q u e Dorian

tratara

de

metamorfosearse

completamente en el estilo S

de las palomas o que Crystal

tratara de convertirse en un

loro con un estilo I. Asumir

los estilos significa reconocer

y aceptar plenamente tus

dones naturales.

En tercer lugar, nadie

posee un único estilo. Todos

somos una combinación de

los cuatro. A diferencia de

nuestras amigas las aves que

encajan claramente en un

único paradigma, los seres

humanos somos mucho más

complejos

273
y

esto

nos

convierte en seres únicos.

Y, en cuarto lugar, todos

poseemos la capacidad de

adaptarnos

distintas

situaciones a través de la

flexibilidad

de

estilos.

Cuando

adoptamos

las

fortalezas de los cuatro

estilos, entablamos relaciones

más

sanas

felices

274
conseguimos aprovechar al

máximo

todo

nuestro

potencial.

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accedido a este informe con

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su capacidad personal y de

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cualquier

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276
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se

encuentren en su trabajo, en

su hogar o en su entorno

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estilo y de tus fortalezas.

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comunicarte con los demás y lo que

se debe hacer y lo que no para comunicarse contigo.

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relaciones para que puedas evitar

que los demás «te joroben».

· Tu compatibilidad con personas de

otros

estilos.

Comenzarás

277
a

comprender por qué te sientes

atraído de manera instintiva hacia

ciertos estilos y por qué rechazas

otros.

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que encajan con tu perfil. No existe

ningún estilo bueno o malo: hay

grandes líderes en todos los estilos.

· Tus fortalezas como líder y cómo

usarlas para alcanzar el éxito.

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Recuerda que no existe

ningún estilo que sea «mejor»

que otro. Cada uno de ellos

tiene sus fortalezas y sus

defectos. Además, el estilo no

puede predecir el éxito o la

felicidad. Las personas que

pertenecen

cualquier

278
combinación de estilo DISC

mantienen relaciones sanas y

llevan vidas plenas.

LA HISTORIA Y LOS

ENTRESIJOS DE

LOS CUATRO

ESTILOS

Ahora que ya conoces mejor

tu estilo de comportamiento,

debemos colocarlo en su

contexto. La sabiduría de los

estilos cuenta con varios

milenios de existencia. Hace

dos mil cuatrocientos años,

Hipócrates describió cuatro

humores

Aristóteles

identificó cuatro elementos.

A lo largo de los siglos

siguieron

apareciendo

variaciones de los cuatro

279
estilos.

En

los

tiempos

modernos,

Carl

Jung

identificó cuatro funciones;

Eduard

Spränger,

cuatro

actitudes de valores; Erich

Fromm, cuatro orientaciones.

Incluso Pavlov habló de

cuatro temperamentos..., y

eso que su campo de estudio

eran los perros. En su obra de

1 9 2 8 , 㘣e

Emotions

of

Normal

People,

William

280
Marston

describió

cuatro

estilos que empiezan por las

letras D, S, I y C. Marston

ofreció al mundo de manera

gratuita los estilos DISC,

permitiendo que todos los

pudieran usar sin la carga de

las

restricciones

de

los

derechos de autor. En la

actualidad,

millones

de

personas de todo el mundo

han adoptado los perfiles

DISC.

Por tanto, ¿cómo se explica

que los estilos no hayan

variado durante miles de

281
años, cruzando continentes y

culturas, tanto en personas

como

en

animales?

La

respuesta finalmente salió a la

luz cuando los investigadores

observaron que los cuatro

cuadrantes del cerebro por lo

general se corresponden con

patrones de comportamiento

específicos.

Las

interconexiones

cerebrales

determinan nuestra manera

de pensar, de sentir y de

actuar, lo cual, a su vez,

define el tipo de persona que

somos.

Cuatro cuadrantes en el

cerebro: cuatro estilos. Es así

282
de sencillo.

LOS CUATRO

ESTILOS

El Estilo Dominante D

283
Al igual que el águila Dorian,

los miembros del estilo D se

concentran

en

conseguir

resultados.

Anteponen

la

acción a la planificación y

normalmente se guían por

una visión general a largo

plazo de todo aquello que se

puede

conseguir.

Las

personas D se enfrentan a

desafíos y asumen riesgos que

les

proporcionen

grandes

recompensas. Pueden tomar

rápidamente el mando de

una situación y determinar de

284
manera decisiva qué medidas

se deben aplicar.

Las

personas D

son

asertivas,

directas

competitivas. No les gusta

perder el tiempo y su

naturaleza resultadista inspira

su modo de comunicarse. Les

gustan las respuestas directas

y «llamar a las cosas por su

nombre».

L a s D son personas con

iniciativa propia que desafían

el statu quo. Tratan de

ocupar posiciones de poder y

pretenden controlar su propio

destino. Su tenacidad y su

confianza

naturales

285
les

permiten

alcanzar

los

objetivos más exigentes.

El Estilo Interactivo I

Al igual que los loros Indy e

Ivy, las personas I tienen una

mente

activa,

buscan

constantemente los estímulos

y disfrutan interactuando con

los

demás

con

286
el

mundo que los rodea. Esto les

permite manejarse bien en

entornos sociales e impulsa su

sed de aventuras.

Gracias a su ilimitado

optimismo y a su innato don

de gentes, las personas I

resultan muy persuasivas y

edificantes. Allá donde van se

divierten e infunden alegría y

energía positiva a todos los

aspectos de su vida.

La intuición y la naturaleza

libre de las personas I les

permiten crear ideas «fuera

de

lo

establecido».

No

se detienen en minucias, ya

que

los

287
detalles

sólo

consiguen

restringir

su

imaginación. Las personas I

se concentran en el futuro y

viven en el plano de la

posibilidad, donde todo es

emocionante y se puede

conseguir.

El Estilo Servicial S

De igual modo que las

p a l o m a s Samuel

y Sara

trataron

de

288
devolver

la

armonía

al

Hogar,

las

personasS

tratan

de

minimizar los conflictos y de

crear entornos tranquilos y

seguros. Las S son personas

amistosas y compasivas que

escuchan pacientemente y

con

empatía.

Entablan

relaciones intensas y leales y

son amigos y socios fieles.

Las personas S prefieren

los procedimientos prácticos y

demostrados que aseguran la

estabilidad. Les gustan los

289
patrones

predecibles

familiares que proporcionen

resultados

coherentes

fiables. A menudo trabajan

entre bambalinas y prefieren

ayudar a liderar.

El Estilo Concienzudo C

Al igual que los búhos Clark y

Crystal, las personas C se

concentran en conseguir una

total precisión en todo lo que

hacen. Están constantemente

cuestionando los procesos y

290
las ideas con el fin de

asegurarse de que las cosas se

hacen de la manera debida.

L o s C son sistemáticos,

eficientes y están orientados

por los detalles.

En lugar de dejarse llevar

por la emoción de una

situación,

las

personas C

toman decisiones prácticas

basadas en análisis lógicos de

información

observable

cuantificable. Aunque las

personasC

menudo

prefieren trabajar de manera

independiente, su naturaleza

siempre

291
temperada

les

permite

ser

objetivos

diplomáticos cuando tratan

con los demás.

COMBINACIONES

DE ESTILOS

DISPONIBLES EN

EL APÉNDICE

Es importante reconocer que

todos y cada uno de nosotros

poseemos una mezcla de

todos los estilos. Además de

nuestro estilo primario o más

desarrollado,

muchas

personas también poseen un

marcado estilo secundario.

Revisa el apéndice para

aprender cómo los estilos

292
DISC se combinan con el fin

de crear una imagen más

holística de tu personalidad

general.

Conocer las distintas

personalidades del sistema

DISC

Entras en un restaurante e

inmediatamente adviertes la

deslumbrante sonrisa y la risa

fácil de la camarera. Observas

cómo entabla sin esfuerzo

una conservación sobre el

partido de fútbol de anoche.

Incluso

parece

que

se

emociona al escuchar tu

pedido y te lo sirve con gran

entusiasmo.

Rápidamente

saluda a otro cliente que pasa

293
delante de ella y todo ello sin

dejar de sonreír. Sin dudarlo,

identificarías a la camarera

como una persona I.

¿No sería maravilloso que

pudieras averiguar el estilo

DISC de cualquier persona a

los pocos minutos de haberla

conocido? Imagina lo sencillo

que resultaría comunicarte

con tu director si supieras que

es una persona D. ¿Hasta qué

punto aumentarías las ventas

si fueras capaz de reconocer a

tu cliente como una persona

I? ¿Cómo influiría en tu

carrera profesional si te dieras

cuenta de que la persona a la

que estás entrevistando fuera

u n a C? ¿Y hasta qué punto

aumentaría tu efectividad

como líder si determinaras

que estás manejando a un

294
grupo de personas S?

Cuando observas a los

demás desde una perspectiva

DISC, cada una de las piezas

del rompecabezas encaja por

sí sola hasta formar una

imagen fácilmente definible:

un mapa de carreteras rápido

sobre

cómo

deberías

interactuar con la gente.

Simplemente puedes observar

cómo se comportan los

demás, cómo se mueven, su

manera de hablar y todo se

ensamblará

fácilmente.

Sintoniza con las palabras, el

tono y el lenguaje corporal de

las personas. ¿Se sienten

animadas o están apagadas?

¿Se

295
muestran

tensas

relajadas?

¿Su

tono

es

estimulante y dinámico o

suave y uniforme? ¿Hablan

con rapidez y espontaneidad

de

manera

lenta

mesurada?

¿Realizan

afirmaciones tajantes que

transmiten

confianza

plantean

preguntas

296
para

asegurarse

de

que

les

entiendes? Presta atención a

su

modo

de

escuchar.

¿Validan las emociones con

empatía o son de esas

personas impacientes que

interrumpen para aportar sus

propias ideas?

Todas esas características

son rasgos distintivos del

rompecabezas del estilo de

comportamiento. Cuanto más

practiques la sintonización de

las piezas, más te aficionarás a

identificar los estilos DISC. La

mayoría de las personas

297
descubren que, después de

pasarse

unas

semanas

observando los estilos de los

amigos, familiares o hasta de

los personajes de las series de

televisión o de las películas,

son capaces de identificar los

estilos de personas que

acaban

de

conocer

en

cuestión

de

minutos

o,

incluso, en menos tiempo.

Analicemos los siguientes

signos

observables

en

298
personas que poseen cada

uno de los cuatro estilos:

Dominante: el primer signo

de que una persona es una D

es que destila la confianza en

sí misma propia de un águila.

Los D caminan erguidos, dan

la mano con fuerza y

mantienen permanentemente

el contacto visual. Los tonos

de voz de las personas D son

asertivos y directos. Hablan

con tanta seguridad que,

hasta cuando se comparten

nuevas ideas, pueden dar la

sensación de que son unos

expertos. Las personas D van

directas al asunto que tienen

entre manos y no se detienen

en los detalles. Llaman a las

cosas por su nombre. Como

no

299
se

ocupan

de

las

menudencias,

van

directamente al grano y

preguntan por lo que quieren

saber. Si les proporcionas

demasiados

detalles,

enseguida

advertirás

su

impaciencia mientras dirigen

la

conversación

la

conclusión final. También es

posible que descubras que, en

el mejor de los casos, las

personas D aportan algunas

300
sugerencias

sobre

cómo

deberías

manejar

las

situaciones o resolver los

problemas. En el peor de los

casos, imponen sus opiniones

o, incluso, su voluntad sobre

la tuya.

Interactivo:

la

enorme

sonrisa, los ojos abiertos y

una risa sincera que puede

llenar la sala son claros

indicios de que te has

encontrado con la energía del

loro de una persona I. De

hecho, podrías percibir la risa

de una persona I en sus

301
propios chistes más que en las

personas que los escuchan. A

menudo utilizan todo el

cuerpo para dar énfasis a su

excitación o para desarrollar

un tema, ocupando sin darse

cuenta mucho espacio físico.

Cuando

las

personas I

hablan, su tono de voz abarca

desde la felicidad hasta la

excitación.

Hasta

las

experiencias más nimias son

acontecimientos de primera

magnitud para ellas. Si algo es

bueno para una persona I, es

extraordinario. Si algo es

malo, es horrible. Trata de

encontrar

personas I para

302
entablar

con

facilidad

conversaciones con extraños,

ya que se sienten motivadas

cuando

se

encuentran

rodeadas por grupos grandes

o que no conocen. Son

capaces de compenetrarse

fácilmente con los demás y en

unos

minutos

estarán

hablando contigo como si os

conocierais de toda la vida.

Las

personas I dan la

sensación de que tienen

anécdotas para cada tema. A

veces, puede llegar a dar la

sensación de que necesitan

303
«ir un paso más allá» de lo

que les cuentas, pero es sólo

la manera que tienen de

conectar contigo.

Servicial: cuando conoces a

u n S, inmediatamente te das

cuenta de que irradia la

sensación de tranquilidad de

una paloma. La sonrisa dulce

de las personas S y su trato

amable

revelan

un

comportamiento apacible y

sincero. Su tono es afable y

bondadoso y su volumen es

relajado, ya que casi nunca

levantan la voz, ni siquiera

cuando

están

enfadadas.

Todos sus movimientos son

304
deliberados y utilizan una

pequeña gama de gestos,

mostrando mucho cuidado

de no ocupar demasiado

espacio físico. Las personas S

brillan en las interrelaciones

de uno a uno o en grupos

pequeños y familiares. En

esos entornos en los que se

sienten cómodas, pueden ser

muy locuaces y participativas.

Sin embargo, cuando se

encuentran en grupos nuevos

o grandes, las personas S

suelen pasar desapercibidas

como consecuencia de su

comportamiento sereno y

discreto. Cuando perciben

que

los

demás

no

se

305
encuentran bien, se puede

ver la facilidad con la que

conectan con las emociones

de los otros y les escuchan

con empatía.

Concienzudo:

se

puede

identificar de manera casi

inmediata a una persona C a

través de sus movimientos

contenidos y poco expresivos

propios de un búho. Sus

expresiones

faciales

menudo son inexpresivas, sin

emociones y uniformes. Las

personas C son sensibles al

espacio físico. Es probable que

no te den palmadas en la

espalda y que no te ofrezcan

306
un abrazo. Hablan con los

brazos extendidos en los

costados y casi nunca los

utilizan de manera expresiva,

tal y como lo haría una

p ersona I. Las personas C

normalmente establecen un

marcado contacto visual, pero

casi nunca asienten con la

cabeza, sonríen o muestran

indicios de lo que les agrada y

desagrada de ti, por lo que

resulta difícil averiguar su

estilo de comportamiento. Sin

embargo,

escuchan

con

paciencia y te permitirán

finalizar tu discurso antes de

que ellos intervengan. Y,

cuando lo hacen, advierte el

nivel de detalles que revelan,

así como el razonamiento

307
sobre el que sustentan una

decisión

una

recomendación. Las personas

C dan prioridad a la lógica

sobre los sentimientos e,

incluso,

relatan

historias

personales

basándose

en

hechos y datos. Hablan con

intención, de modo que sus

palabras están perfectamente

medidas y son muy precisas.

las

personas C

les

incomoda la ambigüedad y

harán muchas preguntas para

308
asegurarse

de

que

han

entendido

un

tema

completamente.

SIETE PRINCIPIOS

TRANSFORMADORES

DEL DISC

En cuestiones de estilo,

nada a favor de la

corriente. En cuestiones

de principios, mantente

firme como una roca.

Thomas Jefferson

Esta

parte

analiza

siete

309
principios del DISC que

profundizarán

tu

entendimiento sobre cuál es

la mejor manera de asimilar y

aplicar los estilos. Tomados

en

su

conjunto,

estos

principios proporcionan un

marco

completo

para

entender cómo el DISC

puede influir positivamente

en tu vida.

Principio 1:

Conoce tu propio estilo

Según Aristóteles, «Conocerse

a uno mismo es el principio

de toda sabiduría». ¿Por qué

es tan importante? Multitud

310
de estudios indican que las

personas que obtienen una

elevada puntuación en el

conocimiento de sí mismos

son más felices y alcanzan

más éxito que las personas

que carecen de él. El

conocimiento de uno mismo

permite

las

personas

construir su vida alrededor de

sus fortalezas y manejar

mejor las dificultades.

Ejemplo: Jennifer trabajaba

en un departamento de

atención al cliente donde se

ocupaba de las llamadas

entrantes. Su papel consistía

en escuchar con paciencia los

problemas de los clientes,

311
simpatizar con su punto de

vista y procesar sus quejas a

través de una compleja base

de datos. En poco tiempo,

Jennifer comenzó a sentirse

como si estuviera repitiendo

la misma llamada una y otra

vez. Aunque el trabajo en sí

no resultaba complicado, al

final del día siempre se sentía

agotada y estresada.

Después de seguir un

programa

de

formación

DISC, Jennifer se dio cuenta

de por qué se sentía tan

desdichada: era una persona

D trabajando en un empleo S.

En la actualidad, todavía

trabaja en la compañía, pero

ahora es una representante

de ventas que se fija objetivos

312
competitivos con pasión y

perseverancia. En las ventas,

Jennifer asume riesgos y

utiliza su naturaleza directa y

asertiva

para

conseguir

resultados. No sólo le encanta

su nuevo puesto, sino que su

compañía se ha beneficiado

doblemente:

primero

asignando el antiguo trabajo

de Jennifer a un empleado S

que disfruta ayudando a los

demás y, en segundo lugar,

reubicando a Jennifer en un

papel que resulta adecuado a

su estilo.

¿Alguna vez has conocido

a alguien que se esfuerza

constantemente

por

313
salir

adelante

en

su

carrera

profesional o que tiene

relaciones difíciles? Después

de haber trabajado con

cientos

de

personas

procedentes de todos los

ámbitos

de

la

vida,

observamos

que

este

escenario se repite con mucha

regularidad. El denominador

común muchas veces es que

esas personas desconocen

314
cuáles son sus propios estilos

de comportamiento. Como

consecuencia de ello, toman

importantes

decisiones

personales y profesionales sin

tener en cuenta cómo está

conectado su cerebro.

¿Alguna

vez

te

has

encontrado en una situación

que

crees

que

debería

resultarte sencilla, pero que,

por alguna razón, te parece

abrumadora o desafiante? Es

posible que hayas aceptado

un empleo provisional para

pagar las facturas después de

315
haber sufrido un despido.

Puede que hayas asumido un

papel voluntario porque crees

en una causa, pero las tareas

que debes llevar a cabo

resultan mucho más exigentes

de lo que habías imaginado.

O quizás has asumido nuevas

responsabilidades

en

el

trabajo porque creías que te

harían ascender un nivel,

pero has descubierto un rasgo

de este nuevo trabajo que te

resulta agotador.

Conocernos a nosotros

mismos y prestar atención a

las situaciones en las que nos

sentimos

estimulados

agotados puede ayudarnos a

316
tomar

decisiones

que

permitan

que

nuestras

fortalezas destaquen y a

minimizar las situaciones que

resalten

excesivamente

nuestros defectos.

Principio 2:

Reconocer los estilos de los

demás

Sun Tzu decía: «Si conoces al

enemigo y te conoces a ti

mismo, no debes temer un

centenar de batallas».

Pero

¿cómo

podemos

identificar los estilos de los

demás? Para ello, sólo debes

317
plantearte

las

siguientes

preguntas:

¿Son

personas

aceleradas

de

ritmo

constante? ¿Son extrovertidas

o reservadas? ¿Les importan

los detalles o la generalidad?

¿Les gusta asumir riesgos o se

muestran

cautas?

¿Son

personas

planificadas

espontáneas? Cada una de las

respuestas es una pieza del

rompecabezas del estilo

318
Cuanto

más

te

acostumbres a responder a

estas cuestiones sobre las

personas, más intuitivo te

volverás a la hora de

reconocer los estilos de los

demás. Con el tiempo, serás

capaz de identificar los estilos

con facilidad. De hecho,

apostaríamos lo que sea a que

ya has desarrollado ciertas

fortalezas para interpretar a

las

personas.

Vamos

comprobarlo. ¿Qué estilos

definen mejor a las siguientes

personas: Donald Trump,

Robin Williams, la princesa

Diana y Bill Gates? Piensa en

319
ello unos segundos antes de

seguir leyendo.

Si has dicho D, I, S y C,

respectivamente, estás en el

camino

adecuado

para

reconocer los estilos.

En tu vida diaria, tener

fortalezas para «interpretar a

las personas» te permite

aprovechar

mejor

las

fortalezas de los demás.

Por ejemplo, veamos el

caso de María. Ella es una

mujer S reservada que habla

en voz baja. Necesitaba

comprarse un coche nuevo,

pero le aterraba la idea de

tener que negociar con el

vendedor. Mientras hablaba

320
con su hermana Jane, se dio

cuenta de que el estilo

persuasivo I de su hermana

sería más adecuado para

llegar a un buen acuerdo que

su propio estilo S. Al final,

Jane consiguió que a María le

hicieran una gran rebaja en el

precio del coche e, incluso, se

sintió complacida por la

experiencia. María se sintió

aliviada y agradecida de no

haber tenido que negociar

ella el precio.

Al reconocer cuál es el

estilo de los demás, puedes

aprovechar

todas

sus

fortalezas. Con ello, utilizas el

poder de los estilos DISC para

crear verdaderas sociedades.

Tanto si se trata de un

321
compañero de trabajo, de una

pareja, de un niño o de un

amigo, comprender a los

demás es la base para

entablar relaciones sólidas,

para

alcanzar

mejores

resultados y para llevar una

vida plena.

Principio 3:

Piensa en el estilo cuando

te marques expectativas

Todos vemos el mundo bajo

el prisma de nuestros estilos

de comportamiento. Como

consecuencia de ello, nos

marcamos una serie de

expectativas

que

están

motivadas por nuestro propio

estilo, en lugar de estarlo por

322
los estilos de los demás. Por

ejemplo, esperamos que a los

otros les gusten las mismas

cosas que a nosotros y que

necesiten lo mismo que

precisamos

nosotros.

Asumimos que las personas

pueden hacer lo mismo que

nosotros y que van reaccionar

tal y como reaccionaríamos

nosotros. Y asumimos que las

personas que hay en nuestra

vida conocen cuáles son

nuestras necesidades y que

las van a satisfacer... sin

necesidad de que expresemos

cuáles son. Después de todo,

¿no deberían saber ya lo que

queremos?

Ejemplo: Jasmine y Steve

trabajaban

323
en

cubículos

adyacentes de la sucursal de

un importante banco. El

problema era que él ponía su

música a todo volumen... o, al

menos, eso es lo que pensaba

ella. Steve, una persona con

un marcado estilo D, estaba

convencido de que si a

Jasmine no le gustara su

música, asomaría la cabeza

por encima de su cubículo y

se lo haría saber. Pero ella

nunca dijo una sola palabra.

En realidad, a Jasmine, una

indiscutible S, le molestaba

mucho

aquella

aparente

falta de respeto. «Steve debe

saber que me molesta»,

pensó, «pero es evidente que

324
le da igual».

Pasaron varias semanas y

Jasmine se sentía cada vez

más molesta. Se quejó a su

marido y éste le sugirió que

hablara con Steve, pero ella

no estaba dispuesta a hacerlo.

«¡Debería darse cuenta él

solito y dejar de poner la

música!», protestó. Pasó otra

semana

y,

finalmente,

Jasmine no pudo soportarlo

más y decidió contar a Steve

lo que pensaba. «¿Cómo

puedes concentrarte con esa

música?, preguntó. A lo que

él respondió: «Me gusta».

Aquello sólo frustró a

Jasmine todavía más.

Tanto ella como Steve

estaban atrapados en sus

325
propios

estilos

eran

incapaces de comprender el

punto de vista del otro. Él

pensaba que si a ella le

molestara su música, se lo

diría. ¿Y por qué no? A una

persona D no le cuesta nada

afrontar

los

problemas

abiertamente

porque

no

considera

que

la

comunicación

directa

suponga un conflicto, sino

que simplemente es una

326
petición. No es una discusión,

sino una conversación.

En cuanto a Jasmine, su

sensibilidad influida por su

estilo S no podía aceptar el

comportamiento de Steve

porque ella nunca haría una

cosa así. Sin embargo, no

estaba por la labor de crear

un conflicto con nadie,

especialmente

por

una

cuestión como la de la

música.

Además,

interiormente,

estaba

convencida de que ya había

hablado con él y no quería

que Steve se sintiera atacado.

Por supuesto, la protesta

indirecta de Jasmine carecía

327
de la asertividad necesaria

que espoleara a Steve a

actuar. Las personas D son

directas en cuanto a sus

necesidades y esperan que los

demás también lo sean. No

consideran

que

una

declaración directa sea un

ataque. De hecho, agradecen

la acción o las palabras

directas. Es lo que esperan.

Las

expectativas

poco

realistas

conducen

la

decepción,

los

328
malos

resultados, a tomar decisiones

ineficaces, al aumento de los

conflictos y al resentimiento.

Por fortuna, el conocimiento

de los demás estilos nos

permite

establecer

expectativas realistas. Cuando

conocemos nuestro propio

estilo, reconociendo los estilos

de los otros y estableciendo

expectativas basadas en lo

que

necesitan

los demás,

ambas

partes

pueden

satisfacer sus necesidades.

Principio 4:

Ten en cuenta la intención y

no sólo el comportamiento

329
Nos juzgamos a nosotros

mismos basándonos en las

intenciones y a los demás

basándonos en sus actos. Sin

embargo, si somos capaces de

comprender

mejor

las

intenciones de los demás,

podemos

evitar

las

malinterpretaciones y quitar

hierro a algunas acciones que,

de

otro

modo,

podrían

resultar dañinas.

Ejemplo: Una mañana Jake,

un ejecutivo de marketing,

llamó a su adjunto George a

330
su oficina para delegar en él

un

proyecto

de

suma

importancia.

Después

de

celebrar una reunión de

noventa minutos Jake, fiel a

su estilo C, estaba seguro de

que George poseía toda la

información que necesitaba

para

sacar

adelante

el

proyecto.

George,

una

persona I, pensaba de manera

muy distinta. Jake le había

coartado sus movimientos

331
con tantos procesos y detalles

que no había espacio para

que pudiera pensar por sí

mismo o crear algo nuevo. Se

sentía frustrado y resentido.

«¿Por qué no lo hace

Jake?»,

pensó

George.

«Después de llevar un año en

este trabajo, es evidente que

todavía no confía en mí, ya

que, de lo contrario, me

habría entregado el proyecto

y habría dejado que lo hiciera

mi

manera.

Menudo

director de pacotilla.» Poco

después, George comenzó a

buscar otro empleo.

¿Qué sucedió en esta

332
situación?

Como

no

comprendía el estilo de su

jefe, George malinterpretó sus

intenciones. En realidad, Jake

confiaba completamente en

George. Por esa razón le

escogió para que dirigiera un

proyecto tan importante. Su

objetivo

simplemente

era

asegurarse de que poseía

todas las herramientas que

necesitaba para llevar a cabo

el trabajo. Si Jake hubiera

sido capaz de identificar cuál

era el estilo de George,

simplemente

habría

planteado el objetivo, habría

hecho

333
un

esquema

del

proyecto y habría dejado que

el otro siguiera adelante como

mejor le hubiera convenido.

En cuanto a George, si

hubiera comprendido que la

intención

de

Jake

era

simplemente prestar ayuda,

no habría tenido la sensación

de que lo dirigían y de que no

confiaban en él.

El modelo DISC es una

herramienta muy eficaz para

comprender las intenciones y

reconocer cuál es la fuente de

ciertos comportamientos que

podrían resultarnos irritantes.

Sin embargo, el simple hecho

334
de comprender

la intención de alguien no

significa que se deba tolerar la

falta de respeto, la baja

calidad o la incapacidad para

conseguir

resultados.

Las

intenciones

positivas

no

justifican el uso de un estilo

como si se tratara de un

arma.

Jake

no

debería

excusarse

por

su

comportamiento

diciendo:

«Soy una persona C y eso

335
significa que proporciono

mucha

información

estructura. Es lo que hay».

Las personas normalmente

s a t i s f a c e n sus

propias

necesidades, pero no las

tuyas. En otras palabras,

hacen

las

cosas para sí

mismas,

no contra ti. Por

tanto, la próxima vez que

mantengas una conversación

delicada o que te veas

envuelto en un conflicto,

piensa en la posibilidad de

que estés malinterpretando

las intenciones de la otra

persona.

336
Principio 5:

Utiliza tus fortalezas, pero

no abuses de ellas

Tener demasiado de algo

b u e n o no es algo bueno.

Cuando se abusa de una

fortaleza, se convierte en una

debilidad. Y, aunque todos

los

estilos

DISC

son

inherentemente

positivos,

cuando se llevan a un

extremo, cualquiera de ellos

se puede convertir en una

desventaja.

Ejemplo:

Kate,

una C

recalcitrante,

337
atravesó

la

puerta de casa con seis bolsas

de alimentos y un plan. Eran

las nueve de la mañana y

aquella tarde recibiría en su

casa a dieciocho invitados

para celebrar la cena anual de

vacaciones.

Aunque contó con varios

días para preparar el evento,

empleó gran parte de ese

tiempo en organizar el menú

y en identificar las tareas que

había que llevar a cabo para

tener la casa en orden.

Cuando

por

fin

estaba

preparada para poner en

marcha su plan, se encontró

con una larga lista de

338
quehaceres y con poco tiempo

para llevarlos a cabo.

En cuanto llegó a la cocina,

Mark, el marido de Kate, una

personaI

intuitiva,

inmediatamente

se

dio

cuenta del nivel de estrés que

sufría su mujer y se ofreció a

ayudarla:

—Relájate, cariño. Sólo son

mis padres y la familia de mi

hermana. ¿Qué puedo hacer

para ayudarte?

Kate se sentía abrumada.

En otras ocasiones, había

delegado algunas tareas en

Mark, pero casi nunca las

hacía siguiendo sus pautas y

eso normalmente significaba

que acabaría por hacerlas ella.

339
No estaba dispuesta a aceptar

su ofrecimiento de ayuda,

pero como había tanto que

hacer, le pidió que pusiera la

mesa. Su marido obedeció.

Unos minutos después, Mark

regresó y preguntó con tono

alegre:

—¿Y ahora qué hago?

Kate,

que

se

mostró

escéptica al ver que su marido

había acabado tan pronto, fue

a inspeccionar el comedor,

lanzó un suspiro y se limitó a

responder:

—No te preocupes, ya lo

haré yo.

«Pero si ya está hecho»,

pensó Mark para sus adentros

mientras levantaba las manos

340
confuso.

Evidentemente,

había puesto el mantel y las

servilletas equivocadas para

aquella celebración, había

colocado los vasos de agua en

el lugar erróneo, había puesto

salvamanteles en donde no

debía y no había tenido en

cuenta que dos de los niños

no deberían comer en platos

de porcelana fina.

—Estas cosas no son

importantes

—reconfortó

Mark—. Son mi familia. Está

bien así.

—Ve a arreglar la sala de

estar, que yo me ocuparé del

comedor.

A la una y media de la

tarde,

Kate

341
alternó

rápidamente una tarea tras

otra con la sensación de la

llegada inminente de los

invitados. Todavía quedaban

muchas cosas por hacer: el

pollo al romero, los boniatos y

los espárragos en el horno,

una cacerola de salsa de

tomate casera en el fuego y

una ensalada a medio cortar

en la encimera.

Mark, tratando de escapar

de la línea de fuego, se acercó

a la cocina para observar los

progresos que había hecho

Kate.

—Vaya, ya casi hemos

terminado —declaró.

—¿Cómo que casi hemos

terminado? —le espetó ella

lanzándole una mirada—.

¿Sabes todo lo que nos queda

342
por hacer? Hay que servir

toda la comida en los platos

adecuados. Hay que limpiar

bien las encimeras. ¡La sala

de estar sigue hecha un

desastre!

No

obstante,

cuando

llegaron los invitados, todas

las piezas estaban en su sitio.

Después, la madre de Mark

comentó:

«Todo

estaba

maravilloso. Qué velada más

deliciosa».

Sin embargo, reflexionó

Kate por la noche, tenía un

nudo en el estómago. Se

había olvidado de servir uno

de los postres, la sopa estaba

un poco salada y no fue capaz

343
de cambiar el mantel que su

marido

había

puesto

equivocadamente en la mesa.

«Ojalá Mark me hubiera

ayudado más», pensó.

El

estilo C de Kate le

permitió

organizar

una

maravillosa

cena.

Sin

embargo, la premura de

tiempo producida por su

excesiva planificación hizo

que abusara de su estilo y que

se sintiera estresada y se

mostrara inflexible. Al tratar

de alcanzar la perfección,

aumentó su nivel de estrés y

344
el de su marido por causa de

una

celebración

que

se

suponía que debía ser alegre.

En lugar de aceptar su ayuda

para reducir el estrés, Kate

aisló a su pareja al mostrarse

excesivamente

crítica.

Al

final, la comida fue todo un

éxito, pero para ello tuvo que

pagar un precio emocional

muy alto.

Aunque algunas personas

abusan con regularidad de su

estilo, la mayoría de nosotros

lo exageramos en momentos

de estrés o de inseguridad. El

exceso de estilo también

puede estar motivado por

345
ciertas situaciones que tienen

una fuerte carga emocional o

por

algunas

relaciones

disfuncionales. Sea cual sea la

causa, abusar demasiado del

estilo crea un estrés añadido a

todas las personas que están

implicadas. He aquí un breve

resumen del lado oscuro, o

del uso excesivo, del estilo.

Cuando las personas D

abusan de su estilo, sus

habilidades interpersonales se

quedan en segunda fila con el

fin de conseguir resultados.

Su

franqueza

se

vuelve

cortante,

abrasiva

346
e

insensible. Llevada a un

extremo, la mentalidad D

para tomar el mando se

convierte

en

excesiva

exigencia y dominio. Su

confianza

degenera

en

arrogancia

testaruda

retrógrada mientras pasan por

encima de cualquiera que

interfiera en su ansia por

alcanzar objetivos.

Cuando

las

personas I

hacen un uso excesivo de su

estilo, su optimismo puede

347
llevarlos a albergar ideas poco

prácticas y nada realistas,

donde

las

corazonadas

imperan por encima de la

realidad y su entusiasmo

aparenta

ser

superficial.

Como carecen de hechos y de

detalles

esenciales,

las

personas I pueden hacer uso

de la exageración y de la

manipulación para convencer

a los demás. En situaciones

de estrés, las personas I a

menudo

se

muestran

desorganizadas, manejan mal

348
el tiempo y simplemente

tratan

de

salir

de

las

situaciones difíciles, en lugar

de ejecutar un plan.

Cuando una persona S

abusa de su estilo, su

necesidad de que reine la

armonía les lleva a evitar las

conversaciones espinosas y los

conflictos

saludables.

Su

profundo confort con el statu

quo

también

les

puede

conducir a la complacencia y

a resistirse a cambiar. Esto les

349
lleva a convertirse en seres

pasivos

dependientes.

Cuando las personas S no

consiguen

satisfacer

sus

necesidades, pueden volverse

resentidas y desarrollar una

mentalidad

victimista.

Cuando abusan de su estilo,

las

personas S

esperan

instrucciones de los demás y,

por

tanto,

parecen

ser

temerosas e inseguras de sí

mismas.

350
Cuando una persona C

abusa de su estilo, su afán de

conseguir calidad y estructura

degenera

en

el

perfeccionismo. Se convierten

en personas tan exigentes y

críticas que nada se ajusta a

sus estándares o nada es

suficiente. Esto hace que

parezcan indecisas y rígidas.

Su necesidad de cuestionarlo

todo

puede

llevarles

al

pesimismo y a resistirse a

aceptar nuevas ideas. Su

excesiva concentración en la

tarea que tienen entre manos

puede hacer que no sean

capaces

351
de

ver

las

oportunidades de realizar una

sana delegación de funciones

y añade una importante

presión a las personas C para

hacerlo todo por sí mismas.

Principio 6:

Aplicar el estilo adecuado en

el momento adecuado

En la fábula, Xavier sabía que

la adaptabilidad era la clave

de la supervivencia. Por ser

camaleón,

tenía

una

capacidad

natural

para

mimetizarse con su entorno y

conectar con todo el mundo.

En nuestra propia vida,

352
también

podemos

aprovecharnos

de

los

beneficios que produce saber

interpretar de manera precisa

las

personas

las

situaciones y, seguidamente,

adoptar en estilo adecuado en

el

momento

oportuno.

Cuando no somos capaces de

conseguirlo,

no

logramos

alcanzar los objetivos que nos

marcamos

353
y

nos

sorprendemos del modo en el

que nos perciben los demás.

Ejemplo: Había sido un día

extraordinario para Spencer.

Estaba a punto de dirigir una

presentación de ventas que

podía dar como fruto unos

importantes ingresos para su

firma. Joanne, la presidenta

de la compañía, le saludó con

un rápido apretón de manos

y dijo: «Háblame de tu

organización y de lo que

podéis hacer por nosotros».

Spencer comenzó por su

formación profesional y por

un breve resumen de su

compañía.

Su

principal

354
objetivo

era

forjar

una

relación personal. Después de

todo, su principal fortaleza

era entablar relaciones.

A los pocos minutos

Spencer descubrió que se

había criado en una ciudad

próxima a la de Joanne, así

que intercambiaron algunas

anécdotas de su infancia y

recordaron los buenos viejos

tiempos.

A continuación, hizo una

extraordinaria

presentación

en PowerPoint que contenía

gráficos atrayentes y una

visión general muy atractiva.

Joanne sonrió abiertamente.

Spencer

355
concluyó

la

presentación

asegurándole

que su compañía había

trabajado en multitud de

proyectos de esa magnitud y

que harían un gran trabajo si

finalmente eran elegidos.

Mientras conducía de regreso

a su oficina, le invadió la

sensación de que había

causado una impresión muy

positiva.

Una semana después, se

sintió desolado al enterarse

de que habían encargado el

proyecto a una empresa de la

competencia.

Joanne

comentó al jefe de Spencer

que, aunque había realizado

una presentación entusiasta y

356
atractiva,

no

le

había

inspirado confianza en que

pudiera sacar adelante el

proyecto. Ella quería una cosa

y él le había ofrecido otra.

Joanne necesitaba conocer

más detalles sobre lo que su

compañía era capaz de hacer,

no sobre Spencer.

¿Cuál fue el error de

Spencer? Trató a Joanne

como a una colega I cuando,

en realidad, ella era una D.

Su

incapacidad

para

interpretar correctamente el

estilo de Joanne y para

adaptarse a él le dejó en una

situación de desventaja desde

357
el primer momento.

La mayoría de las personas

poseen un estilo que utilizan

con demasiada frecuencia y

otro al que no recurren con la

suficiente asiduidad. Cada

uno de ellos se necesita en un

momento u otro. La clave

está en ser lo bastante

flexibles como para mostrar el

estilo

adecuado

en

el

momento adecuado.

Principio 7:

Trata a los demás como

necesitan ser tratados y no

como quieres que te traten a

ti (La «Regla del Hogar»)

Todos conocemos la Regla de

Oro: tratar a los demás tal y

como queremos que nos

358
traten. El origen de este

principio universal se puede

remontar a una amplia gama

de culturas y religiones de

todo el mundo. La Regla de

Oro es la base para entablar

relaciones

profundas

sociedades cohesivas cuando

se expresan a través de una

serie de valores intemporales

como

la

honestidad,

la

integridad y el respeto.

Sin embargo, tal y como

hemos visto en el principio 5

sobre el uso excesivo de un

estilo, cualquier cosa llevada

al extremo puede convertirse

en un impedimento. La Regla

359
de Oro está tan arraigada en

nuestra mentalidad que la

aplicamos universalmente... y

eso

nos

crea

algunos

problemas. La «Regla de Oro»

que hemos aprendido en la

historia de las aves —trata a

los demás de la manera en la

q u e ellos

necesitan

ser

tratados— es una estrategia

mucho más eficaz cuando se

trata

de

establecer

una

comunicación y de trabajar

juntos

para

360
conseguir

resultados

positivos

para

ambos.

Ejemplo:

Bashir,

vicepresidente de informática

en una gran compañía de

seguros, trató de realizar una

importante actualización de

software

en

toda

la

organización. Sin embargo,

un año antes su predecesor se

había

encontrado

con

muchos problemas para sacar

adelante un proyecto similar,

361
el cual dio lugar a un

aumento de los costes y a la

desaprobación por parte de

los jefes. Bashir, que tenía

que trabajar con la misma

plantilla cuyo recuerdo de la

debacle

anterior

todavía

estaba fresco en su memoria,

necesitaba que este proyecto

se

ejecutara

sin

contratiempos.

Para conseguir un elevado

nivel de implicación, contuvo

su

tendencia

natural

comunicarse

únicamente

362
dentro de su estilo S y, en su

lugar, reconoció de manera

intuitiva

que

necesitaba

conectar con todos los estilos

que estaban representados en

su plantilla. Tras comunicarse

uno por uno con cada

departamento, Bashir reunió

los

empleados

para

explicarles el nuevo sistema,

adaptándose con fluidez a

cada uno de los cuatro estilos

como si fuera un camaleón.

Cuando

comenzó

diciendo: «Éste es el sumario

ejecutivo», inmediatamente

captó la atención de las

363
personas D al proporcionar el

impacto

que

tendría

el

resultado final. Para las

personas I, decidió recurrir al

entusiasmo:

«Os

va

encantar este sistema. Es muy

moderno..., mucho mejor que

cualquier otro que hayáis

probado». Eso hizo que se

sintieran entusiasmados e

impacientes por usar el nuevo

sistema. Bashir se identificó

con la perspectiva que tenían

las personas S revelando su

propia

resistencia

364
los

cambios: «Soy consciente de

que

esto

supone

una

importante transición y que

podría resultar estresante, así

que ofreceremos ayuda a lo

largo de todo el proceso con

la

intención

de

disipar

cualquier preocupación que

pueda surgir». Para afrontar

las

prioridades

de

las

p ersonas C, que tomaban

notas sin parar sobre la

presentación en PowerPoint,

365
Bashir habló midiendo las

palabras y expuso un plan

completo y coherente. Les

animó a que plantearan

preguntas

respondió

pacientemente a cada una de

ellas, lo cual hizo que se

sintieran confiados en que el

nuevo

sistema

estaba

perfectamente ideado.

Bashir acabó el ciclo de

reuniones

sintiéndose

bastante agotado, ya que

durante la mayor parte del

tiempo se había obligado a

actuar fuera de su estilo. Pero

el esfuerzo mereció la pena.

Había creado un ejército de

366
agentes

de

cambio

que

habían aceptado el nuevo

sistema. Después de reunirse

con Bashir, las personas D

conocieron el resultado final,

las I se sintieron estimuladas,

las S se quedaron aliviadas y

lasC

obtuvieron

las

especificaciones

que

necesitaban. La actualización

se implementó con gran

facilidad y con un nivel

mínimo de estrés entre todas

las partes implicadas.

Tal y como apuntó el físico

danés

Niels

367
Bohr,

«Lo

contrario de una verdad

irrefutable puede ser muy

bien otra verdad irrefutable».

Y eso se puede decir tanto de

la Regla de Oro como de la

Regla del Hogar. Ambas

refuerzan el concepto de que

deberíamos honrar a las

personas por ser quienes son

y respetar sus necesidades y

diferencias.

TERCERA PARTE

La aplicación de

los estilos DISC a

nuestra vida

Dominar las debilidades

supone controlar los

daños, pero no implica

un desarrollo.

Y controlar los daños

puede evitar un fracaso,

368
pero nunca elevará tu

nivel de excelencia.

Marcus Buckingham y

Donald O. Clifton

PASOS PARA

ALCANZAR TU

POTENCIAL

MÁXIMO

Ahora que sabemos que

abusar de las fortalezas se

convierte en un lastre, la

clave para el desarrollo

personal no radica en reparar

las debilidades, sino en

reducir el abuso de nuestras

fortalezas. Tal y como apuntó

el Oráculo de Delfos hace

2.500 años: «Todo se ha de

hacer con moderación».

Lo mismo se puede decir

del DISC. Reducir el tono de

nuestro estilo predominante

369
permite que emerjan nuestros

estilos más infrautilizados.

Las siguientes estrategias te

ayudarán a minimizar el uso

excesivo de tu estilo y te

permitirán adoptar los menos

utilizados.

Aquellas

personas

que

tienen un marcado estilo

Dominante necesitan reducir

el tono de:

· Franqueza: las personas D poseen

un delgado filtro entre lo que

piensan y lo que dicen. Esto les lleva

a mostrar una franqueza que se

puede

interpretar

como

una

insensibilidad manifiesta. Plantea

370
más preguntas y suaviza el tono.

· Ritmo vertiginoso: cuando las

p e rs on a s D están demasiado

aceleradas,

pueden

tomar

decisiones equivocadas y volverse

imprudentes. Baja el ritmo y

procesa tus pensamientos.

· Capacidad de reacción: cuando

estalla una crisis, las personas D

pueden salvar la situación gracias a

su agilidad mental y a su capacidad

de reacción. Sin embargo, no todas

las situaciones son una emergencia.

Ejercita la paciencia y prevé cómo

tus palabras o tus decisiones

podrían impactar en los demás.

· Determinación:

la

intensa

determinación

de

371
obtener

resultados permite a las personas D

conseguir grandes cosas. También

puede llevar a sufrir niveles

elevados de estrés personal. Tómate

tu tiempo para relajarte y para

disfrutar de los frutos de tu

esfuerzo.

· Ego: la confianza es un rasgo positivo, pero cuando se abusa de

ella,

se

puede

convertir

en

arrogancia.

Tu

convicción

inquebrantable puede cerrar el paso

a las ideas de los demás,

especialmente si tu mente ya ha

tomado una decisión. Reconoce las

aportaciones y las fortalezas de los

otros.

372
· Estatura imponente : las personas D

encarnan el poder y la autoridad,

pero cuando abusan de ello, pueden

resultar intimidatorias, evitando

que salga a la luz la mejor idea.

Debes ser consciente de cómo es tu

lenguaje

corporal.

Sonríe

establece contacto visual.

· Imponer la autoridad: a las personas D les gusta impartir directrices,

pero esto puede limitar las

oportunidades de los demás,

creando una serie de dependencias

en lugar de multiplicar la capacidad

de los compañeros de equipo. Deja

que los demás tomen el mando,

delega con más frecuencia y

comparte la toma de decisiones.

· Asumir riesgos: las personas D

asumen grandes riesgos con el fin

de conseguir grandes recompensas.

373
Algunas veces, la estrategia más

eficaz es adoptar un método cuya

eficacia sea probada. No siempre

tienes que reinventar la rueda.

Aquellas

personas

que

posean un estilo Interactivo

tal vez necesiten rebajar el

tono de:

· Locuacidad:

si

hay

un

comportamiento que realmente

caracterice al estilo I es la tendencia

a hablar... demasiado. Y cuando los

demás están hablando, las personas

I pueden concentrarse únicamente

en lo que van a decir ellas. Plantea

más preguntas y muestra más

374
interés en lo que digan los demás.

· Optimismo: la tendencia de las personas I a ver lo mejor que hay en

todos y en todo puede llevar a unas

expectativas

poco

realistas.

Desarrolla la objetividad para ver

las cosas tal y como son, y no como

te gustaría que fueran.

· Espontaneidad:

las

personas I

disfrutan de la vida en el momento.

Algunas veces esto da lugar a una

falta de planificación y a no pensar

las cosas debidamente. Antes de

actuar, deberías considerar las

diferentes opciones.

· Multifuncionalidad: las personas I

anhelan la variedad y los estímulos.

Esto puede hacer que trabajen en

demasiadas cosas a la vez, como

consultar el correo electrónico

375
mientras hablan por teléfono.

Acaba una tarea antes de empezar

la siguiente.

· Informalidad:

las

personas I

disfrutan entablando relaciones.

Como consecuencia de ello, se

muestran demasiado amistosas en

situaciones formales. Reconoce que

algunos entornos exigen una

conducta más profesional.

· Entusiasmo: las personas I destilan

energía y entusiasmo en todo lo que

hacen. Su naturaleza efervescente

puede resultar molesta para las

demás personas que desean ver

resultados, concentrarse en los

detalles o prefieren un entorno más

tranquilo o serio. Concéntrate en la

tarea que tienes entre manos y no

sólo en el concepto de dicha tarea.

· Método

376
no

estructurado :

las

personas I buscan liberarse de las

ataduras, ya que esto permite que

fluya su creatividad hacia nuevas

direcciones.

Sin

embargo,

su

inconformismo puede ir más allá de

las normas aceptadas y llevarles a

romper las reglas. Debes reconocer

la importancia que tiene seguir los

procedimientos establecidos.

· Pensar con perspectiva global: la

capacidad para ver el bosque entre

los árboles permite a las personas I

generar soluciones innovadoras a

algunos problemas. Sin embargo,

este enfoque visionario puede hacer

que pasen por alto algunos detalles

clave y que cometan errores.

377
Tómate tu tiempo para considerar

todos los hechos antes de tomar

decisiones.

Las personas que tienen un

marcado estilo Servicial tal

vez necesiten reducir el tono

de:

· Armonía: las personas S prosperan

en entornos que están libres de

conflictos y de descontento. Suelen huir de posibles desacuerdos que

tal vez conduzcan a una innovación,

a resultados mejores o a mayores

niveles de confianza. Entabla

resueltamente

conversaciones

informales

que

afronten

tus

preocupaciones.

· Naturaleza tranquila: las personas S

378
suelen dejarse llevar por la

corriente con el fin de no levantar

olas. Y, aunque pueden tener

opiniones firmes, lo más probable

es que no las expresen. Por lo tanto,

pueden

parecer

inseguras

indiferentes. Exprésate y defiende

aquello en lo que crees.

· Estabilidad: las personas S tratan de mantener el statu quo. Esto puede

conducir a una falta de innovación

y a una aversión a los cambios. Ve

más allá de las normas probando

cosas nuevas y experimentando con

distintos métodos.

· Acomodación: las personas S desean

agradar a las demás y, por tanto, les

resulta difícil decir que no. Evalúa y

respeta tus propias prioridades.

· Autosuficiencia:

aunque

379
las

personas S son excelentes jugadores

de equipo, a menudo asumen

demasiado trabajo, ya que no

desean imponer su voluntad a los

demás. Si tu plato está lleno, delega

en los demás.

· Servilismo: las personas S no suelen desempeñar papeles de autoridad.

Si sientes pasión por una causa o

por un proyecto, toma el control y

dirígelo.

· Seguridad: las personas S suelen

recurrir a lo que está demostrado y

resulta seguro. Prueba nuevas

cosas, aunque eso te asuste un poco.

· Naturaleza metódica: las personas S

suelen trabajar dentro de los

procedimientos preestablecidos. Su

método paso a paso puede

encontrarse con dificultades para

afrontar lo inesperado. Debes estar

preparado y dispuesto a actuar sin

un plan.

380
Aquellas

personas

que

poseen un marcado estilo

Concienzudo tal vez necesiten

rebajar el tono de:

· Lógica: las personas C necesitan

contar con una verificación tangible

antes de tomar una decisión. Pero

algunas veces es necesario tomar

decisiones sin contar con todos los

hechos. Confía en tu instinto,

incluso cuando carezcas de todos

los datos que te respalden.

· Carácter crítico: las personas C

suelen tener un nivel de exigencia muy elevado. Cuando se aplica a las

personas, esto puede dar lugar al

establecimiento de juicios y a una

falta de aceptación. Establece

expectativas realistas respecto al

trabajo de los demás.

381
· Perfeccionismo: el deseo de alcanzar

la precisión permite a las personas

C obtener resultados de calidad. Sin

embargo, la perfección consume

mucho tiempo y puede llevar a

diseñar planes ideales que tienen

muy poco o ningún análisis de las

acciones. Trata de encontrar la

excelencia y no la perfección y de

aceptar que, en algunas situaciones,

lo suficiente puede ser. . suficiente.

· Planificación: en lugar de tratar de

orquestar

todo

con

planes

perfectos, deja que las cosas sigan

su rumbo y observa lo que sucede.

· Sarcasmo: las personas C suelen

sentirse

incómodas

con

los

382
conflictos interpersonales. Cuando

la

situación

se

vuelve

emocionalmente

tensa,

suelen

recurrir al sarcasmo para exponer

indirectamente sus preocupaciones

y enmascarar ataques recurriendo

al humor. Comparte directamente

tus preocupaciones con los demás.

· Racionalidad:

las

personas C

responden a las situaciones desde la

cabeza en lugar de hacerlo desde el

corazón. Se concentran en los

hechos y rechazan que los demás se

sientan

motivados

por

383
las

emociones y la intuición. Reconoce

que las decisiones no sólo son una

cuestión de lógica y que algunas

personas

hacen

las

cosas

simplemente porque «sienten» que

es lo adecuado.

· Con anza en sí mismas: las

personas C se marcan metas muy

altas y siguen fielmente los

procesos. Algunas veces, esas metas

resultan tan elevadas y los procesos

tan complicados que son las únicas

personas que pueden completar la

tarea. Reconoce que puede haber

más de una manera de resolver un problema y confía en las fortalezas

de los demás.

· Orgullo:

las

personas C

384
se

enorgullecen mucho de su trabajo.

Esto puede hacer que asocien la

calidad de lo que hacen con su

autoestima. Acéptate por ser quien

eres y no por lo que haces.

EL DISC PARA

ELEGIR UN

CAMINO

EDUCATIVO Y

PROFESIONAL

Aunque

mejorar

la

autoestima es algo muy

importante en cualquier etapa

de la vida, los jóvenes adultos

en edad universitaria se

encuentran

en

una

importante encrucijada. La

materia de especialización

385
que elijan determinará la

trayectoria inicial de sus

carreras profesionales. Deben

seleccionar un camino que les

resulte agradable y, al mismo

tiempo, albergan la esperanza

de que todo ese trabajo les va

a llevar a conseguir un

empleo

económicamente

fructífero.

No

hay

que

presionar.

Conocer las fortalezas y los

defectos que uno tiene desde

una perspectiva de los estilos

DISC puede resultar un

punto de vista muy valioso

para explorar las opciones

profesionales.

386
Ejemplo: Sean salió corriendo

de clase pues ya iba con

retraso a la cita que tenía

concertada.

«No

tiene

sentido»,

pensó

y,

continuación,

reflexionó:

«Todavía me quedan tres

años de estudios. ¿Por qué

voy a celebrar ahora una

reunión con una orientadora

profesional?»

Después de llegar sin

aliento y empapado en sudor

a la oficina de la orientadora,

Sean

tomó

asiento,

387
resignándose a perder la

siguiente hora.

—Llegas tarde —comentó

la orientadora.

—Sí, lo siento mucho —se

excusó

y,

cambiando

rápidamente de tema, señaló

un

cohete

de

treinta

centímetros que había sobre

el escritorio de la mujer—.

Oye, eso es precioso.

—Lo ha hecho mi hijo de

diez años —respondió la

orientadora, entregándoselo a

Sean—. Le vuelve loco el

espacio.

—A

388
también

respondió, examinando el

cohete.

—Entonces, dime, Sean —

comenzó la orientadora—,

¿has empezado a pensar en

qué te quieres especializar y

qué te gustaría hacer después

de tu graduación?

—No estoy seguro —

contestó

el

chico,

encogiéndose de hombros—.

He estado pensando en algo

relacionado con la ingeniería.

—Muy bien —asintió ella

—. ¿Por qué la ingeniería?

—Me parece que a los

ingenieros les van bien las

cosas. Además, mi padre se

dedica a eso.

389
—¿Tu padre ha hablado

contigo de su trabajo? —

prosiguió la orientadora.

—Un poco. Ayuda a

diseñar grandes plantas de

energía. El año pasado me

llevó a visitar una nueva que

están

construyendo.

Era

increíble.

—Eso suena interesante.

Cuéntame más cosas. ¿Te

pareces a tu padre? —

preguntó la orientadora.

—¿Qué quiere decir?

—Me

refiero

tus

intereses y a tus aficiones. ¿Te

gustan las mismas cosas?

¿Tenéis

390
las

mismas

habilidades?

—Bueno,

él

es

más

organizado que yo. Se le da

muy bien planificarlo todo.

Yo soy más espontáneo. Me

gusta ir directamente al grano

y ver lo que pasa.

La orientadora sonrió.

—Ésa es una observación

muy importante, Sean. Me

gustaría enseñarte algo. Éste

es el perfil DISC que te pedí

que rellenaras la semana

pasada

—explicó,

entregándole el informe de su

perfil—. Dedica unos minutos

a revisarlo.

391
Sean

se

quedó

boquiabierto mientras leía la

descripción de su estilo.

—Ha dado en el clavo —

afirmó.

—¿Me lo puedes explicar?

—le preguntó la orientadora.

—Bueno, me encantan las

grandes ideas y la tecnología,

como la planta energética.

Soy

una

persona

muy

extrovertida y me gusta vivir

una buena aventura. Según el

perfil, las personas como yo

hacemos mil cosas al mismo

tiempo. ¡Eso es cierto! Mi

novia se sorprende de cómo

paso de una cosa a la otra, de

392
cómo me las arreglo para

hacer todo y todavía me

queda tiempo para divertirme

con mis amigos. Mis notas

son igual de buenas que las

suyas, pero ella es muy

disciplinada con los estudios.

¡Supongo que por esa razón a

mi padre le gusta tanto!

—Sean

—empezó

la

orientadora—, voy a hacer de

abogado del diablo contigo.

¿La ingeniería no precisa una

atención constante, seguir

fielmente

una

serie

de

sistemas y procesos definidos

previamente y prestar mucha

atención a los detalles?

393
—Supongo que sí —

respondió él—. ¡Pero esas

plantas

de

energía

son

increíbles! Estoy convencido

de que voy a disfrutar

trabajando allí.

—Es emocionante formar

parte de algo importante y

con tanto impacto —repuso la

orientadora—. Pero ¿qué pasa

con el trabajo en sí, de nueve

a cinco, un día tras otro, un

año tras otro? ¿Has pensado

en

las

responsabilidades

diarias

que

acarrea

ser

394
ingeniero?

—No

demasiado

reconoció Sean—. ¿Cree que

no es un trabajo adecuado

para mí?

—Eso lo debes decidir tú

—respondió la orientadora

luciendo una sonrisa—. Sólo

te estoy pidiendo que pienses

cómo eres tú, no cómo es tu

padre.

Te

sugiero

que

averigües

cuál

sería

la

realidad cotidiana de ese

trabajo. Quizá decidas ser

ingeniero o a lo mejor optas

395
por ser otra cosa. Pero si

examinas con detenimiento

qué es lo que mejor se adapta

a tus fortalezas y luego

adecúas esas aptitudes con

una elección de carrera

profesional bien meditada, es

posible que no consideres que

tu «empleo» es un trabajo.

Sería una extensión natural

de tu personalidad y ésa es

una manera muy divertida de

ganarse la vida.

—Eso suena muy bien —

admitió Sean—. Por tanto,

basándome en mi estilo, ¿qué

tipo de empleos son los más

adecuados para mí?

La orientadora sonrió.

—Explorémoslo juntos.

Para una persona que se

encuentra en un punto

culminante de su carrera,

396
tanto si está al principio como

en el caso de Sean, como si se

encuentra

en

una

reorientación

medio

camino, realizar un examen

meticuloso de las necesidades

que exige nuestro estilo

puede hacer que elijamos

mejor

nuestra

carrera

profesional. Con frecuencia la

gente elige trabajos que no se

ajustan a su personalidad.

Cuando sucede esto, el

trabajo se convierte en una

tarea penosa y se reduce a un

medio para ganarse el sueldo,

ya que la vida se puede

397
disfrutar fuera del lugar de

trabajo. Sin embargo, tal y

como dijo Confucio: «Si

disfrutas de tu trabajo, no

tendrás que trabajar ni un

solo día de tu vida».

EL DISC EN EL

ENTORNO

LABORAL

El grado en el que las

personas disfrutan de su

trabajo se define, en gran

medida, en función de la

cultura corporativa en la que

se mueven. Las personas

pasan un porcentaje elevado

de su vida en el lugar de

trabajo,

por

lo

que

compaginar el entorno laboral

con

398
su

estilo

de

comportamiento puede dar

lugar a un aumento de la

satisfacción laboral y a una

carrera

profesional

más

fructífera. Aunque ningún

entorno

puede

satisfacer

todos

los

deseos

necesidades, hay que analizar

muchas

cosas

para

comprender los tipos de

entornos que nos permitan

399
sacar lo mejor de uno mismo.

A continuación, veremos

varios entornos de trabajo

ideales y las características

generales de trabajo que

encajan en cada estilo.

El estilo dominante

Las personas D prosperan en

entornos que valoran las

ideas generales y los niveles

elevados de responsabilidad a

la hora de hacer las cosas.

Una persona que tenga

mucha energía D prosperará

en

una

cultura

donde

marcarse objetivos ambiciosos

y luchar agresivamente por

conseguir resultados tiene

prioridad sobre no arriesgar.

Las

400
personas D prefieren

entornos donde la franqueza

se considera algo saludable y

se aceptan los conflictos

constructivos. Un entorno

que fomente la competición

puede sacar lo mejor del

rendimiento de las personas

D.

Aunque las personas D a

menudo se esmeran por

adoptar estrategias valientes

que estén bien ejecutadas,

necesitan estar apoyadas por

otras personas que analicen

meticulosamente el impacto

que tendrán sus decisiones en

las personas implicadas y en

la organización en sí. Un

entorno que fomente la toma

de decisiones rápidas y la

disposición para ser un

pionero

401
encajará

perfectamente

en

una

persona D.

Estilo interactivo

Teniendo en cuenta que las

personas I son entusiastas,

optimistas

alegres,

prosperan en entornos de

trabajo positivos y de mucha

energía. Un lugar de trabajo

donde la moral sea baja

puede

tener

un

efecto

especialmente devastador en

la satisfacción laboral de una

persona I. El deseo de los I de

hablar

402
y

de

contribuir

necesita una atmósfera que

fomente la interacción en

grupo. Además, las personas I

prosperan cuando se les dota

de libertad y de flexibilidad.

Los trabajos que a menudo

requieren compatibilizar las

responsabilidades son muy

adecuados para la sed de

variedad y de espontaneidad

de las personas I. De hecho,

realizar muchas tareas al

mismo tiempo mantiene la

mente de las personas I activa

y ocupada.

Un director que practica el

«ordeno y mando» no sacará

lo mejor de una persona I. De

igual modo, los entornos

laborales muy estructurados y

403
formalizados pueden socavar

gravemente el talento de las

personas I para motivar a los

demás

estimular

la

innovación.

El estilo servicial

Las

personas S

están

motivadas por su necesidad

de disfrutar de estabilidad.

Por tanto, prefieren los

entornos laborares tranquilos

y estables. Las personas S

normalmente experimentan

importantes niveles de estrés

en

entornos

donde

los

404
cambios constantes son la

norma.

Como buscan la armonía

en todas sus relaciones, las

p erso n a s S prosperan en

entornos laborales donde

impera la colaboración y en

los cuales las personas se

apoyan mucho entre sí. A las

personas S les gusta trabajar

con aquellas que son sensibles

al modo en el que los cambios

en el puesto de trabajo

afectan a las necesidades

emocionales

de

los

empleados. Para una persona

S, un entorno armonioso saca

lo mejor de todo el mundo. A

las personas S les desagrada

que los demás se muestren

dominantes o excesivamente

405
francos.

Una

cultura

demasiado sincera puede

hacer que una persona S se

sienta

ofendida

por

las

palabras o por los actos de los

demás y, de ese modo, se

reduzca

su

satisfacción

general por el trabajo.

El estilo concienzudo

Las

personas C se fijan

mucho en los detalles, son

muy lógicas y sienten una

necesidad imperiosa por la

precisión. Si una cultura no

recompensa la calidad, las

406
p ersonas C no se sienten

satisfechas con su trabajo. Por

esa razón, prosperan en

entornos formalizados que

poseen niveles y expectativas

definidas. Un entorno laboral

cooperador, desestructurado

con

libertad

de

movimientos no será óptimo

para una persona con un

marcado estilo C, ya que los

C prefieren

trabajar

de

manera

independiente

necesitan

un

entorno

407
tranquilo para pensar.

Las personas C necesitan

mucho tiempo para analizar

las cosas antes de llegar a una

conclusión concreta. Una

atmósfera acelerada donde

las personas toman decisiones

de

manera

espontánea

basándose en su propia

intuición

en

sus

corazonadas resultaría algo

perturbador e incómodo. Las

personasC

necesitan

comprender toda la lógica

que subyace a las decisiones

que se toman y, por tanto,

prosperan en entornos en los

408
que

los

directivos

proporcionan

muchos

racionamientos y abundante

información.

El estilo adecuado del

entorno

laboral

sobrealimentará tus fortalezas

y se convertirá en una fuente

fiable de vitalidad en tu vida.

El

entorno

equivocado

consumirá tus reservas de

energía y dará lugar a un

nivel elevado de estrés y de

conflictos, tanto para ti como

para tus compañeros de

trabajo. Por tanto, cuando

trates de encontrar empleo,

409
recuerda que debes tener en

cuenta la cultura que impera

en el lugar de trabajo y

convertirla en uno de los

criterios

clave

para

determinar si un trabajo o

una compañía son adecuados

para ti. Y si eres un directivo

que ayuda a crear el entorno

de trabajo para tu plantilla,

procura identificar el estilo de

cada

uno

de

tus

colaboradores cuando trates

con ellos.

APROVECHAR EL

PODER DEL ESTILO

EN LOS EQUIPOS

Como

410
hemos

dirigido

programas de creación de

equipos para más de la mitad

de las compañías de la lista

Fortune 100, sabemos el

impacto directo que tiene el

estilo en la consecución del

éxito. Muchos equipos han

solventado eficazmente los

problemas inherentes de los

equipos que poseen diversos

estilos, mientras que otros

equipos han tenido que

enfrentarse a la dificultad que

suponía

que

todos

sus

miembros

poseyeran

el

mismo estilo.

411
Independientemente de la

composición de tu equipo, el

estilo puede ser su mejor

activo o puede suponer un

lastre oculto y devastador.

Cuando se forman la mayoría

de los equipos, los gerentes

dan mucha importancia a las

fortalezas

que

serán

necesarias para conseguir

resultados. Los criterios de

selección

normalmente

incluyen

la

biografía,

experiencia

laboral,

educación y conocimientos

técnicos

por

412
parte

del

individuo.

Ejemplo: Craig es un gerente

que está formando un equipo

para llevar a cabo un

importante

proyecto.

Mientras

evaluaba

las

biografías y los currículos de

los posibles miembros del

equipo, advirtió que Ruben

había

trabajado

en

un

proyecto similar, así que su

experiencia sería valiosa; que

Keiko conocía el producto y

tenía

413
experiencia

en

el

mercado al que iba destinado;

que

Julia

conocía

la

tecnología y los sistemas que

serían necesarios a lo largo de

todo el proceso, y que Philip,

con

su

experiencia

en

dirección

de

proyectos,

ayudaría a mantener al

equipo dentro de la senda

ad e c u ad a. Voilá: tenía el

equipo perfecto.

Sin embargo, al igual que

414
les sucede a muchos gerentes,

Craig pasó por alto tomar los

estilos como una variable

esencial que conduce al éxito.

Por tanto, no tuvo en cuenta

cómo iban a interactuar los

miembros, un factor que es

igual de importante, por no

decir más, que todo lo que

saben. Aunque sobre el papel

este

equipo

parece

extraordinario, como carecen

de un conocimiento de su

estilo existe la posibilidad de

que se disuelva en un grupo

de

personas

de

bajo

rendimiento y elevado nivel

de estrés que sólo tienen de

415
«equipo» el nombre.

Cómo sería el equipo de

Craig si tuviera miembros de

todos los estilos

Durante su primera reunión,

Ruben, una persona D, quiere

que el grupo comience a

afrontar el reto más difícil:

«Una vez que dejemos atrás

esta parte del proyecto,

habremos

hecho

un

importante progreso». Keiko,

una

persona I,

quiere

empezar con algo que resulte

atractivo y que se pueda

conseguir

con

facilidad:

«¿Qué necesidad hay de

416
empezar por la parte más

difícil del proyecto? Tomemos

impulso empezando con algo

que todos podamos hacer

bien». Julia, una persona C,

quiere organizar todo el

proyecto antes de comenzar:

«No deberíamos hacer nada

hasta que no contemos con

un plan completo». Y Philip,

una persona S, sólo quiere

apaciguar

las

primeras

disensiones:

«Demos un paso hacia atrás.

No vamos a conseguir hacer

nada hasta que no nos

llevemos bien».

Si este grupo no es capaz

de reconocer y de respetar los

estilos de los demás, estas

diferencias,

417
aunque

son

pequeñas en esta etapa del

juego, pueden convertirse en

impedimentos graves para el

trabajo en equipo a medida

que

el

proyecto

siga

avanzando.

Cómo sería un equipo cuyos

miembros comparten el

mismo estilo

Además de los equipos donde

todos los miembros tienen

estilos

diferentes,

hemos

trabajado

con

muchos

equipos que sólo tienen un

418
estilo. Por ejemplo, un grupo

que

se

especialice

en

desarrollo de software estaría

compuesto

con

toda

probabilidad por personas C,

mientras que un grupo de

marketing puede contener

muchas

personas I. Un

equipo de ejecutivos sénior

de cadena de suministros

puede

muy

bien

estar

formado por personas D, y un

equipo de enfermeras puede

tener

419
una

importante

composición de personas S.

Tal vez estés pensando:

«¿Qué hay de malo en ello?

Después de todo, ¿no sería

mucho

más

sencillo

comunicarse

si

todos

tuviéramos el mismo estilo y

habláramos

el

mismo

idioma?»

Tal

vez,

pero

cuando

todo

el

420
mundo comparte un perfil

similar, las fortalezas de ese

estilo

se

magnifican.

Recuerda que el abuso de las

fortalezas se convierte en una

debilidad.

Además,

la

ausencia de los otros tres

estilos haría que hubiera el

triple de posibilidades de que

existan puntos ciegos.

Cómo sería un equipo con

las siguientes

configuraciones

Todas son personas D

El enfoque principal de este

equipo

es

conseguir

421
r e s u l t a d o s : resultados

inmediatos.

Piensan

con

rapidez y actúan todavía más

rápido. El equipo D no está

preocupado por «el modo en

el que solemos hacer las

cosas» o por crear procesos

extensos. Están dispuestos a

asumir riesgos y pueden

sacrificar la velocidad por la

calidad.

Para

un

grupo

formado por personas D, la

acción siempre supera a la

pasividad,

cualquier

problema que aparezca se

arreglará según su manera de

422
proceder.

Otro

rasgo

distintivo de un grupo D es

que se fomentan de manera

práctica los conflictos, ya que

los miembros del equipo

valoran la franqueza y la

sinceridad por encima del

tacto y la diplomacia.

Entre los posibles puntos

ciegos de un equipo formado

por personas D tenemos:

1. La falta de una planificación

detallada, acompañada por una

toma de decisiones impulsiva que

puede dar lugar a resultados

desfavorables.

2. La incapacidad para adivinar los

problemas que se planteen con los

procedimientos y los procesos.

3. La incapacidad para conseguir

423
implicación y apoyo en las

decisiones.

4. Las luchas de poder cuando todos

los miembros del equipo piensen

que deberían estar al mando.

5. Ofender a los miembros de otros

equipos, ya que su método de «no morderse la lengua» se respeta en

su equipo, pero puede considerarse

un insulto en otros.

Todas son personas I

La moral está por las nubes

con esta configuración. El

refuerzo positivo y el buen

ambiente permiten a los

miembros del equipo tomar

impulso. Este equipo siempre

parece mostrarse alegre. Los

miembros se respetan entre sí

y se apoyan mutuamente

cuando las cosas van mal.

¿Planificación?

424
No

hay

tiempo para eso. «¡Hay que

ponerse manos a la obra!»,

declararía

orgulloso

este

equipo. «No te preocupes.

Todo saldrá bien.» ¿Los

procesos

sistemas?

«Demasiado restrictivos.» A

este

equipo

le

gusta

responder sobre la marcha a

los cambios repentinos. La

colaboración dentro de este

grupo es tan elevada que todo

el mundo sabe lo que están

pensando los demás... acerca

425
de todo.

Entre los posibles puntos

ciegos de un equipo formado

por I tenemos:

1. La falta de conclusión en los

compromisos.

2. La insuficiente gestión del tiempo.

3. La incapacidad para detenerse en los detalles de un proyecto.

4. Unas previsiones excesivamente

optimistas.

5. La falta de deseo de afrontar los

problemas relacionados con el

rendimiento.

6. Un convencimiento general de que

los demás reaccionarán con su nivel

de entusiasmo.

7. Decisiones tomadas de manera

impulsiva sin pensar en las posibles

consecuencias.

Todas son personas S

426
El

equipo

formado

por

personas S se basa en la

armonía. El respeto y la

lealtad son elementos de

suma importancia. En un

clima tan pacífico, se evitan

meticulosamente

los

conflictos.

Como

consecuencia de ello, los

problemas

las

preocupaciones a menudo se

interiorizan en lugar de

afrontarlos directamente. El

entorno es distendido y

personal. Todo el mundo

427
conoce a los hijos, a las

parejas, a las mascotas y las

aficiones de los demás. Las

reuniones son cordiales y

apenas existen disensiones.

Los miembros del equipo se

apoyan entre sí cada vez que

es posible. Si algo sale mal,

alguien

estará

allí

para

rescatarte, aunque sea a

expensas de sus propias

prioridades. En cuanto a los

procesos,

permanecerán

constantes durante largos

periodos de tiempo.

Entre los posibles puntos

ciegos de un equipo formado

por personas S tenemos:

428
1. Trabajar con la primera idea

propuesta, en lugar de hacerlo con

la mejor idea, la cual sólo puede

aparecer planteando cuestiones

difíciles.

2. Ninguna disposición para asumir riesgos, ya sea como una necesidad

imperiosa o para aprovechar una

oportunidad única.

3. Una tendencia a personalizar en

exceso las relaciones en la oficina.

4. Los

cotilleos

se

pueden

descontrolar, ya que las personas

están interesadas en la vida

personal de los demás y utilizan los

rumores como sustitutivo de su

incapacidad para afrontar los

problemas directamente con la

persona implicada.

5. Los mínimos conflictos refuerzan el

statu quo y, por tanto, dan lugar a

429
una innovación mínima.

Todas son personas C

La calidad es el objetivo

principal de este equipo. Una

concentración excesiva en los

detalles y en la precisión

conducen a la excelencia,

pero para ello se necesita

tiempo. Su lema sería: «Lo

hacemos bien a la primera».

Este

equipo

depende

demasiado

de

su

aferramiento

los

procedimientos

preestablecidos. Incluso sus

430
reuniones

siguen

una

estructura predeterminada y

se adhieren al programa. Este

equipo no pierde el tiempo

con conversaciones inútiles,

ya que está muy concentrado

en el trabajo que tiene entre

manos.

Entre los posibles puntos

ciegos de un equipo formado

por C, tenemos:

1. Incapacidad para ver la perspectiva

general

al

estar

demasiado

atrapados en los detalles.

2. Sobreabundancia de procesos y

controles de calidad que ralentizan

el avance.

431
3. Tiempo excesivo para tomar

decisiones; esto puede llevarles a

una «parálisis en el análisis».

4. Su falta de flexibilidad puede

desembocar

en

una

clara

ineficiencia.

5. Su excesiva concentración en la

tarea puede dar lugar a un entorno

de trabajo en el que los miembros del equipo carecen de fuertes

vínculos entre sí.

Cómo sería un equipo al que

le falta uno de los estilos

Aunque

algunos

equipos

están compuestos por un

único estilo, otros pueden

verse obligados a pagar el

precio que conlleva carecer de

un único estilo. Este tipo de

432
equipos puede ser incapaz de

adaptarse al estilo adecuado

en el momento adecuado.

Carecer de uno de los estilos

puede producir puntos ciegos

que impacten de manera

negativa en el entorno del

equipo y en los resultados

finales. Imagina cómo sería

un equipo si careciera de

estilo:

· Sin D: este grupo de vez en cuando

se apartaría del buen camino y

perdería de vista su objetivo. Es

posible que tenga dificultades para mantener la concentración en su

principal objetivo, ya que no hay

ninguna

persona D que pueda

concentrarse en la idea general.

Además, las personas D aportan un

nivel de franqueza y «llaman a las

cosas por su nombre». Es posible

433
que este grupo no esté dispuesto a

afrontar los verdaderos problemas

y,

por

tanto,

podría

tener

dificultades para identificar su

objetivo final.

· Sin I: algunas veces, las cosas no

salen como uno las había planeado.

Sin

personas I, que tienen la

capacidad de rebajar la tensión con

humor,

este

equipo

puede

experimentar un nivel más elevado

de estrés durante los momentos de

adversidad o en los periodos de

volumen de trabajo elevado. La

moral puede ser más baja si no se

434
cuenta con el optimismo de algunas

personas I.

· Sin S: sin las personas S, es seguro

que los conflictos serán más

frecuentes y duraderos, ya que no

hay nadie que aplaque los ánimos y

medie en los desacuerdos. En

ausencia

de

la

energía

tranquilizadora de las personas S,

es probable que ese entorno se

vuelva más caótico. Las personas S

son el adhesivo que cohesiona a los

equipos y, sin ellas, el trabajo en equipo puede resquebrajarse.

· Sin C: sin la presencia de una

persona C que asuma el papel de

abogado del diablo, este equipo

puede que no se piense las cosas

antes de pasar a la acción. Es

posible que este equipo también

carezca de procesos válidos que

435
produzcan resultados constantes.

En resumen, si no se tiene una

persona C, es muy probable que la

calidad se resienta.

Pasos para aprovechar las

posibilidades del estilo en

los equipos

Si se convierte el DISC en

una parte de la vida cotidiana

de un equipo, el estilo se

puede trasformar en un

impulsor clave del éxito y de

la satisfacción laboral en

general. Éstos son los cinco

pasos clave para sacar el

máximo partido a tu equipo.

1. Haz que los miembros del equipo

conozcan los estilos. Dedica tiempo a

enseñarles los estilos DISC con el fin de aumentar la conciencia de sí

mismos, crear aceptación, generar

confianza y mejorar la eficacia

general del equipo.

436
2. Identi ca el estilo de todos los

miembros del equipo. Crea un

gráfico en el que aparezca cada

persona y su estilo DISC y

asegúrate de que todo el mundo

conoce el estilo de cada uno de los

miembros.

3. Analiza la dinámica de equipo que se

crea mediante la combinación de

estilos: advierte si abunda un estilo

en particular o falta alguno.

4. Identi ca las fortalezas y los puntos

ciegos del grupo. Toda mezcla de estilos crea una serie singular de

fortalezas y defectos. Da los pasos

necesarios para asegurarte de que el

equipo acentúa sus fortalezas y

minimiza la posibilidad de que los

posibles puntos ciegos se hagan

realidad.

5. Elabora una estrategia que permita

afrontar los desequilibrios de estilo

que existan en un equipo. Algunas

veces, el simple hecho de saber que

437
abunda un estilo permite a los

miembros de un equipo advertir

conscientemente cuándo un abuso

negativo de un comportamiento

está produciendo malos resultados

o desmotivando el entorno laboral.

Cuando un equipo se da cuenta de

que apenas posee un estilo, sus

miembros

deberían

asumir

proactivamente las fortalezas del

estilo que falta. Algunos equipos

incluso pueden optar por rellenar el

vacío de ese estilo introduciendo un

miembro nuevo en el equipo. En

cualquier caso, los equipos que

conocen cuál es la configuración de

su estilo DISC pueden utilizar ese

estilo para alcanzar el éxito, en

lugar de inhibirlo.

EL DISC PARA

ENSEÑAR E

438
INSTRUIR

Tanto si enseñas a niños

como a adultos en un aula, si

entrenas a jugadores de un

equipo

deportivo

si

proporcionas información a

personas en el trabajo, el

DISC

puede

ser

un

complemento eficaz en la caja

de herramientas de cualquier

educador.

A la mayoría de personas

nos gustaba contar con un par

de maestros que tuvieran un

efecto duradero y positivo en

nuestra

vida.

439
Parecían

conocer de manera intuitiva

lo que necesitábamos y, como

consecuencia de ello, sacaban

lo mejor de nosotros. Otros

profesores parecían sentirse

exasperados con nuestra sola

presencia y posiblemente nos

hacían sentir que éramos

unos ineptos.

Si

preguntas

cien

profesores si suelen adaptar

su estilo de enseñanza para

que encaje con sus alumnos,

probablemente recibirías cien

respuestas afirmativas. De

hecho, la mayoría de los

profesores se han preparado

para analizar los estilos de

aprendizaje de sus alumnos.

440
Sin embargo, los educadores

a menudo definen los estilos

de aprendizaje como auditivo

(aprender

escuchando),

visual (aprender viendo) o

quinestésico

(aprender

actuando). Por lo general, a

los profesores no se les

enseña a analizar los estilos

DISC de sus alumnos.

Ejemplo: La señorita Brown

es una profesora dedicada y

diligente que posee unas

notables

fortalezas

comunicativas. Utiliza una

amplia

gama

de

herramientas,

441
incluyendo

fichas

perfectamente

organizadas,

planes

de

estudios

eficazmente

probados, vídeos innovadores

y ejercicios interactivos. Todo

eso suena muy bien, ¿verdad?

En

realidad,

¿quién no

querría tener a la señorita

Brown como tutora de su

clase de tercer grado? Pues

bien: los padres de Austin no

la querían.

Un día, la señorita Brown

pidió a sus alumnos que

dibujaran una figura dentro

de un cuadrado. El dibujo de

442
Austin, que poseía un estilo

animado y creativo I, era

demasiado grande como para

que encajara dentro del

cuadrado, así que siguió

dibujando en el dorso del

papel, llenándolo casi por

completo. Austin se sentía

orgulloso de su trabajo. La

señorita Brown consideró que

el dibujo de Austin era muy

original, pero no se ajustaba a

las instrucciones que había

especificado. Austin recibió

una nota muy baja. Cuando

preguntó por qué a la señorita

Brown, su respuesta fue

tajante: «No seguiste las

instrucciones».

Este patrón se repitió una y

otra vez a lo largo del año

escolar. Como consecuencia

de ello, Austin se sintió cada

443
vez más descorazonado. De

hecho, recordó con añoranza

a la señorita Rodríguez, su

maestra de segundo grado,

que era una gran admiradora

de su creatividad y de sus

métodos

poco

convencionales.

La señorita Brown no fue

capaz de apreciar el estilo de

Austin

perdió

una

oportunidad de oro para

celebrar

fomentar

su

creatividad, así como de

expresar la importancia que

tenía seguir las instrucciones.

444
Austin ahora conoce las

consecuencias que acarrea no

seguir las instrucciones de la

señorita Brown. Sin embargo,

esta

«oportunidad

de

aprender»

le

costó

su

motivación. Esto no facilitará

que el trabajo de la señorita

Brown siga adelante.

CÓMO EDUCAR

CON EL DISC

Conocer y aplicar el modelo

DISC podría dar la vuelta a

esa situación. Los maestros e

instructores pueden asumir

de manera equivocada que

«las personas quieren que les

enseñen tal y como yo quiero

445
ser enseñado» (la Regla de

Oro), pero la medida más

inteligente es utilizar la Regla

del Hogar: tratar a los demás

como necesitan ser tratados.

Utiliza los siguientes consejos

para

incrementar

la

efectividad

influir

de

manera significativa en la

vida de los demás.

CONOCE TU PROPIO ESTILO

DE COMPORTAMIENTO

Conocer el propio estilo es la

base sobre la que se sustenta

la posibilidad de enseñar a los

demás. Ello garantiza que los

educadores no van a imponer

su propio estilo a los alumnos

446
y a los miembros del equipo.

Los instructores D pueden

enseñar

la

materia

con

demasiada rapidez y no ser

capaces

de

proporcionar

información y ejemplos desde

múltiples puntos de vista. Su

método

basado

en

el

resultado final puede que no

proporcione

nuevo

conocimiento y que no sea

sensible a las necesidades

emocionales de los alumnos.

447
Los instructores I pueden

crear

un

entorno

de

aprendizaje divertido, pero es

posible que no proporcionen

suficiente

estructura

aquellos alumnos que la

necesitan. Es probable que no

enseñen con el orden lógico

estructurado paso a paso que

precisan los alumnos C y S.

Los instructores C puede

que

no

proporcionen

suficiente flexibilidad a los

alumnos que demuestran un

«pensamiento

libre».

448
Es

posible que también limiten o

marginen un entorno de

aprendizaje divertido en el

cual prosperan los alumnos I.

Los instructores S puede

que

sean

demasiado

acomodaticios y que no

obliguen a los alumnos a ir

más allá de las limitaciones

que

se

impongan

ellos

mismos. El profesor S puede

que no desafíe lo suficiente a

un alumno D o que no vaya

lo bastante rápido para un

alumno I.

RECONOCER LOS ESTILOS DE

LOS ALUMNOS

449
Por decirlo en pocas palabras,

se deberían enseñar las

lecciones a partir de las

necesidades impuestas por el

estilo del que las aprende.

Entre los factores que se

deben tener en cuenta se

incluyen el ritmo y las

repeticiones,

las

oportunidades para trabajar

de manera independiente y

en grupo, la cantidad de

información que se comparte

y el tipo de métodos que se

utilizan para transmitir esa

información. Cuando se tiene

en cuenta el estilo DISC, se

ofrece a todos los alumnos la

oportunidad de participar, de

aprender y de tener éxito.

· Cuando

450
impartas

lecciones

alumnos D: explícales desde el

primer momento la razón por la

que les enseñas esa lección y

asóciala al mundo que los rodea o a

su

situación

específica.

Proporciónales desde el primer

momento una instantánea de los

puntos que van a aprender.

· Cuando

impartas

lecciones

alumnos I: haz que el aprendizaje

resulte divertido, interesante e

interactivo. Utiliza una serie de

métodos de aprendizaje y deja

espacio a la espontaneidad y a la

participación activa.

451
· Cuando

impartas

lecciones

alumnos S: relaciona el tema que vas

a tratar con las experiencias

personales del alumno S. Haz que el

aprendizaje tenga un significado

emocional

para

el

alumno.

Muéstrate sensible a la naturaleza

reservada del alumno S y no lo

pongas en evidencia.

· Cuando

impartas

lecciones

alumnos C: proporciona detalles,

una estructura y una secuencia

lógica. Apoya tus afirmaciones con

hechos y prepárate para responder

452
muchas preguntas.

Independientemente de a

quién o de dónde estás

enseñando, el DISC puede

marcar la diferencia entre ser

un profesor mediocre y ser

una figura que transforme la

vida de una persona.

SER MEJORES

PADRES CON EL

DISC

Todos sabemos que los niños

no vienen con un manual de

instrucciones. Sin embargo,

una de las lecciones más

difíciles que los padres deben

aprender

es dejar

que

nuestros hijos nos enseñen

quiénes son y cuál es la mejor

manera de educarlos. Los

453
padres deben aceptar que

pueden impartir sus valores,

enseñar la etiqueta adecuada

y compartir conocimientos de

la vida muy valiosos, pero no

pueden determinar por sí

mismos cuál es el estilo de

comportamiento de su hijo.

Ellos son como son.

Ejemplo: Brandon es un niño

de ocho años que posee una

marcada tendencia C. Es un

muchacho

introvertido

independiente que plantea

muchas

preguntas

para

comprender mejor el mundo

que le rodea. Le gusta mucho

tocar el piano y coleccionar

454
piedras y fósiles. Nunca le ha

gustado practicar deporte,

aunque le gustan las artes

marciales, ya que le dan la

oportunidad de dominar una

técnica sin necesidad de

competir con un equipo lleno

de gente. Tiene un amigo

íntimo,

que

encaja

perfectamente con él.

El padre de Brandon, un D

recalcitrante, y su madre, una

i n d u d a b l e I,

están

preocupados por él. «No tiene

muchos amigos», se lamenta

su madre. «No sale a jugar al

baloncesto, como los demás

chicos», afirma su padre.

Cada día, la madre lo

anima a que salga a conocer a

455
otros chicos del vecindario,

pero Brandon sólo quiere

tocar el piano o alcanzar el

siguiente

nivel

de

su

videojuego. Cuando su padre

llega a casa y ve que los

demás niños están jugando al

baloncesto, no sólo «anima» a

Brandon a que juegue con

ellos, sino que también le

grita desde la banda: «¡Corre

hacia allí! ¡Ve a por la

pelota!»

Los padres de Brandon

sólo quieren «lo mejor» para

su hijo. Su padre quiere que

paladee el éxito siendo más

competitivo. Su madre quiere

que se muestre más social.

Esto, por supuesto y como

456
cabría de esperar, procede de

unos padres D e I.

Sin embargo, el mensaje

que recibe Brandon de forma

clara y evidente es que

necesita

cambiar

su

personalidad para complacer

a sus padres. «Ni siquiera me

gusta el baloncesto», piensa

Brandon, «especialmente la

manera en la que mi padre

quiere que juegue. Ya veo a

mis amigos en el colegio. En

casa, me gusta hacer mis

cosas. Mis padres no me

entienden».

Un mejor entendimiento

del DISC puede evitar que los

padres impongan de manera

involuntaria

sus

457
propios

estilos a sus hijos. También

necesitan

identificar

los

estilos

de

sus

hijos

adaptarse

ellos

en

consecuencia.

Los

padres

tienden a valorar sus propias

habilidades y, a continuación,

forjar las expectativas de que

algún día sus hijos serán

capaces de hacer lo que hacen

ellos. Para los padres que son

458
meticulosos y concienzudos,

resulta frustrante ver que sus

hijos son desorganizados y

que no hacen las cosas

adecuadamente.

Cuando

reconocen su propio estilo, los

padres pueden comprender

de dónde proceden sus

propias

expectativas

y,

seguidamente,

desarrollar

unas

expectativas

más

precisas

de

sus

hijos

basándose en los estilos de los

niños y no en los suyos

459
propios.

Cada niño necesita ser

tratado

como

un

ente

individual y, sin embargo, a

menudo los padres dicen:

«Para ser justos, trato de la

misma manera a todos mis

hijos». En realidad, lo que es

justo es aplicar la Regla del

Hogar tratando a cada niño

de la manera en la que

necesita ser tratado. Para

conseguir esto, los padres

pueden

aprender

interpretar los respectivos

estilos de sus hijos y a

reaccionar en consecuencia.

Cuando

460
los

padres

emplean el modelo DISC,

pueden llegar a apreciar que

sus hijos son sanos y felices

siendo

como

son.

Consideremos las siguientes

tendencias que se aprecian

cuando identificamos el estilo

de un niño:

Los niños D:

1. Aprenden a gatear y a caminar a

una edad temprana.

2. Pueden mostrarse autoritarios con

los demás niños.

3. Reaccionan de manera desafiante

cuando escuchan la palabra «No».

4. Insisten en imponer sus propias

reglas, como decidir la hora en la

que deben acostarse.

5. No aceptan que los demás

461
muestren autoridad sobre ellos,

incluidos los profesores.

6. Exigen con obstinación aquello

que quieren.

7. Lideran a los demás de manera

natural, controlando todo tipo de

situaciones y de personas.

8. Tienen arranques de rabia cuando

se pierden o cuando no encuentran

el camino.

9. Necesitan ganar siempre, ya sea en

un juego, en ser el que tiene el

mejor juguete o en ser el último en

irse a dormir.

10. Siempre están en movimiento:

haciendo,

construyendo

reconstruyendo algo.

Los niños I:

1. Son

felices

ensuciándose

462
o

revolviéndolo todo.

2. Añaden un toque de humor o de

alegría a todo lo que hay en la vida.

3. Tienen una capacidad de atención

limitada.

4. Necesitan un estímulo constante.

5. Poseen varios grupos de amigos:

en el vecindario, en el colegio y en

los deportes.

6. Inventan sus propios juegos o

cambian las reglas de los juegos

sólo para experimentar algo

nuevo.

7. Asumen grandes riesgos sólo para

ver lo que sucede (las cosas no

siempre salen bien, pero al menos

tienen una buena historia que

contar).

8. Se sienten felices cuando son el

centro de atención, ya sea en el

aula, en la mesa del comedor o

sobre un escenario.

463
9. Pueden «vender hielo a un

esquimal» y pueden salirse con la

suya casi siempre gracias a su

encanto personal.

10. Exageran fácilmente y aplican el

uso selectivo de hechos para que

encajen con sus necesidades.

Los niños S:

1. Se toman su tiempo cuando

aprenden a caminar.

2. Comen, beben y se mueven de

manera lenta y metódica.

3. Se van a la cama sin protestar.

4. Les complace mucho ayudar a los

demás.

5. Juegan siguiendo las reglas de los

otros.

6. Son muy fieles a sus pocos amigos

íntimos.

7. Se adaptan lentamente a nuevas

actividades y prefieren no asumir

riesgos.

8. Dejan que los demás niños tomen

464
el mando.

9. Comparten sus juguetes y juegan

bien con los demás niños.

10. Pueden ser muy tímidos e

introvertidos.

Los niños C:

1. No

les

gusta

ensuciarse,

desarreglarse o sentirse pegajosos.

2. Tienen un don para desmontar las

cosas con el fin de aprender cómo

funcionan y, a continuación, las

vuelven

ensamblar

perfectamente.

3. Preguntan constantemente «por

qué» y «qué pasaría si».

4. Se sienten cómodos con las rutinas

que aportan consistencia y orden a

su planificación.

465
5. Prefieren los desafíos mentales a

los juegos físicos y pueden

concentrarse en una actividad

durante largos periodos de tiempo.

6. Se enfadan mucho cuando se

quebrantan las normas.

7. Tienen una gama más reducida de

espacio personal que los demás

estilos.

8. Se preocupan y analizan las cosas

que podrían salir mal.

9. No responden bien a las bromas.

10. Insisten en tener un lugar especial

para todo.

Los padres que conocen

cuáles

son

sus

propias

tendencias y aceptan los

estilos de sus hijos ponen la

base para educar a niños que

466
se

sientan

literalmente

cómodos en su propia piel.

Hay una vieja expresión que

dice: No trates de enseñar a

cantar a un cerdo. Eso hará

que te sientas frustrado y que

él se sienta molesto. Cuando

tratamos de cambiar a los

demás, nos entrometemos en

su

desarrollo.

Cuando

aceptamos a los demás,

creamos un entorno que

fomenta sus dones naturales

y les permite convertirse en el

tipo de personas que quieren

ser. El paso de juzgar a

comprender

aceptar

467
fomenta la autoestima y crea

niños

perfectamente

equilibrados... y

también

adultos.

EL PLAN DE

ACCIÓN DEL DISC

Conocer no es suficiente,

debemos aplicar

los conocimientos.

Tener la voluntad no es

suficiente,

debemos actuar.

John Wolfgang von Goethe

Es posible que haya algunas

personas en tu vida con las

que

puedes

mantener

mejores relaciones aplicando

468
los conceptos DISC. Elige a

una persona, como por

ejemplo

un

amigo,

un

familiar o un compañero de

trabajo y responde a las

siguientes preguntas:

¿Cuáles son mis fortalezas

DISC y cómo puedo aplicarlas

con esta persona?

__________________________________________________________________________________

Baja la intensidad: ¿qué estilo

debo mostrar en menor grado

para mejorar esta relación?

__________________________________________________________________________________

Sube la intensidad: ¿qué estilo

debo mostrar en mayor grado

para mejorar esta relación?

469
__________________________________________________________________________________

Posibles contratiempos : ¿con

qué posibles obstáculos me

voy a encontrar?

__________________________________________________________________________________

Voy a superar proactivamente

esas barreras gracias a...

__________________________________________________________________________________

Además de aplicar el DISC

para

entablar

mejores

relaciones,

puede

haber

situaciones o entornos en los

que los estilos se pueden

aplicar de manera más eficaz.

E l i g e una situación o un

entorno en el cual puedas

470
aplicar los estilos DISC y

responde a las siguientes

preguntas:

¿Cuáles son mis fortalezas

DISC y cómo puedo aplicarlas

en esta situación?

__________________________________________________________________________________

Baja la intensidad: ¿qué estilo

debo mostrar en menor grado

para mejorar esta situación?

__________________________________________________________________________________

Sube la intensidad: ¿qué estilo

debo mostrar en mayor grado

para mejorar esta situación?

__________________________________________________________________________________

Posibles contratiempos : ¿con

qué posibles obstáculos me

voy a encontrar?

__________________________________________________________________________________

471
Voy a superar proactivamente

esas barreras gracias a...

__________________________________________________________________________________

EL MAPA DEL DISC

Además de pensar en tu

propio estilo, probablemente

habrás pensado en los estilos

que poseen muchas de las

personas que hay en tu vida.

Puedes utilizar tu flamante

conocimiento del DISC para

mejorar todas tus relaciones e

interacciones.

Comienza por trazar un

mapa de los estilos de las

personas

con

las

que

interactúas a diario. Esta

herramienta

no

472
sólo

te

proporcionará una rápida

guía de referencia, sino que

también revelará el potencial

que se encuentra oculto en

las relaciones con las que

hayas tenido problemas.

473
474
475
EN ADELANTE

Un cincel no es más que una

herramienta para tallar la

madera. Pero cuando está en

las manos de un artesano,

puede

crear

cosas

muy

hermosas. De igual modo, el

DISC es una herramienta

476
para la mente. ¿Qué puedes

construir con él?

Hemos

visto

innumerables personas que

desarrollan relaciones más

profundas,

carreras

profesionales más fructíferas y

vidas

más

satisfactorias.

Sintoniza con los estilos de las

personas que te rodean y

márcate expectativas realistas

basándote en sus estilos.

Reconoce sus intenciones y

trata a los demás tal y como

ellos quieren ser tratados.

Utiliza tus fortalezas, pero

procura no abusar de ellas. Y

adapta

477
tu

estilo

con

flexibilidad a las personas y a

las situaciones en las que te

encuentres. Da rienda suelta

al poder del DISC y tu vida

podrá ¡Alzar el vuelo!

Epílogo

478
De vuelta al Hogar, nuestras

amigas las aves se reunieron

para disfrutar de un buen

desayuno en el árbol de la

familia de las palomas. Clark

se volvió hacia Dorian y le

preguntó:

479
—Cuéntanos, ¿qué tal te

fue cuando describiste los

estilos DISC a la población de

las águilas?

—Me

limité

concentrarme

en

los

beneficios y no tardaron en

darse cuenta de su valor —

contestó Dorian.

—Los

búhos

estaban

encantados con analizar hasta

el último detalle —repuso

Crystal.

—Como no podía ser de

otra manera, hicieron muchas

preguntas —añadió Clark—.

De hecho, tenemos algunos

480
puntos

que

aclarar

con

Xavier.

—Eso si podéis encontrarlo

— ap ostilló Indy con una

sonrisa.

—¿Y qué tal las palomas?

—preguntó Crystal a Sarah.

—Guardaron

silencio

durante unos minutos, así

que Samuel y yo no sabíamos

qué pensar. Pero después nos

demostraron que todo el

mundo había comprendido

perfectamente los estilos —

respondió Sarah.

—Bueno, a los loros les

encantó

—intervino Ivy—.

Celebramos

481
una

sesión

improvisada y todos actuamos

siguiendo un estilo. Yo tuve

que hacer de Dorian. ¡Fue

muy divertido!

—¿Y exactamente dónde

tuvo lugar eso? No sería en el

Árbol del Consejo, ¿no? —

inquirió el águila.

—Estoooo.... Mmmm... —

contestó Ivy.

—Y

después—dijo Clark

sonriendo—,

¿alguien

ha

hablado con Xavier?

—He oído que ha visto a

algunos humanos acampar

justo al sur del Gran Lago —

c o m en t ó Samuel—. Como

suele

482
suceder,

estaban

teniendo

algunos...

problemas.

Todas las aves asintieron

con la cabeza.

A sólo unos metros del

grupo, una figura de color

rojo

pardo

se

alejaba

deslizándose

inadvertidamente.

«Todo el mundo tiene

problemas —pensó Xavier—,

pero una vez que las personas

descubren y asumen los

estilos, su vida alza el vuelo

de una forma que nunca

hubieran imaginado.»

A continuación sacudió la

483
cola y desapareció. Todavía

quedaba mucho trabajo por

hacer.

Apéndice

Las

combinaciones

de estilos

Tal y como descubrieron

nuestros amigos al final de la

fábula, las personas pueden

ser un poco más complicadas

que las aves por lo que

respecta a cómo ven el

mundo e interactúan con él.

Nuestras amigas las aves no

presentan estilos secundarios

marcados, pero la mayoría de

las personas sí. De hecho, es

posible que te reconozcas

fácilmente a ti mismo o a los

demás en dos o más de los

personajes.

Los estilos secundarios

484
pueden desempeñar un papel

decisivo en nuestro modo de

interpretar y de reaccionar a

las

personas

las

situaciones que nos rodean.

Tal vez te sientas más

identificado con el estilo

directo D d e Dorian, pero

tienes un poco de la alegría I

d e Indy. O puede que te

sientas más identificado con

el estilo analítico C de Clark,

con un toque de la naturaleza

empática S de Sarah.

Las

siguientes

descripciones te ayudarán a

comprender mejor a las

personas que hay en tu vida.

485
Debes advertir que el estilo

primario está remarcado por

una letra mayúscula y el estilo

secundario se identifica con

una letra minúscula. Por

tanto, los ejemplos de arriba

se describirían como una

p ersona lid a d Di

una

personalidad Cs.

Si no has visitado la página

www.TakeFlightLearning.com

para realizar la pequeña

evaluación gratuita o si no

has

hecho

el

informe

completo «Alza el Vuelo con

el DISC» introduciendo el

c ó d i g o tellmemore,

hazlo

486
ahora. Estos informes te

ayudarán a comprender cómo

se combinan los cuatro estilos

para crear tu estilo de

comportamiento.

Las

siguientes descripciones te

ayudarán

comprender

mejor a los demás si tienes en

cuenta

tanto

su

estilo

primario como su estilo

secundario.

EL ESTILO Di

El

estilo Di combina la

capacidad de decisión del

e s t i l o Dominante con la

orientación social y divertida

487
del

estilo Interactivo. Las

personas Di demuestran un

fuerte anhelo por conseguir

resultados, pero lo hacen

buscando la colaboración de

los demás. Son personas muy

influyentes, ya que combinan

la comunicación clara y

directa con una fuerte dosis

de energía y entusiasmo.

En el trabajo, las personas

Di son visionarias e impulsan

los

cambios

en

la

organización.

Toman

el

mando y asumen riesgos.

Asimismo

se

488
sienten

frustradas en entornos en los

que deben ser seguidores

pasivos de lo que está

sucediendo a su alrededor.

Son individuos que quieren

participar

marcando

el

objetivo y ejecutando grandes

ideas y a menudo gravitan

hacia los papeles de liderazgo.

Logran prosperar en entornos

donde se ejecutan grandes

ideas y no se quedan

atascadas

en

análisis

interminables.

Las

personas Di suelen

demostrar una mentalidad

del tipo «preparen, fuego,

489
apunten» y se benefician

enormemente

de

todos

aquellos

que

aportan

estructura a su mundo.

Además, la asociación con

individuos que se concentran

más en los detalles, como los

de

tipo C, permite a las

personas Di concentrarse en

sus principales fortalezas.

Cuando abusan de su

estilo, suelen carecer de

paciencia, lo cual puede

llevarles a tomar decisiones

impulsivas.

Cuando

se

encuentran bajo estrés, las

490
p e r s o n a s Di

se

vuelven

nerviosas y externalizan su

estrés, lo cual puede crear

ansiedad en los demás.

EL ESTILO Id

Tal y como se puede

imaginar,

las

personas Id

tienen una orientación similar

a las Di. La diferencia estriba

en que cuando el estilo I está

más marcado que el D, la

persona es ante todo una

motivadora.

El

espíritu

optimista de las personas Id

impulsa a los demás a

emprender

una

491
acción

movidas por un entusiasmo

sin límites. Disfrutan e,

incluso,

ansían

la

estimulación constante. Las

p ersona s Id prosperan en

entornos poco estructurados

que fluyen libremente, en

donde

se

fomentan

los

métodos innovadores con el

fin de conseguir resultados.

Las personas Id levantan la

moral en los entornos de

trabajo y despiertan la ilusión

por conseguir objetivos y

crear ideas. Perciben de

manera intuitiva el estado de

ánimo de los demás y son

492
muy eficaces a la hora de

influir en todos los que les

rodean para conseguir lo que

quieren.

Las

personas Id

forman alianzas estratégicas

que avanzan sus ideas. Sin

embargo, su fijación por la

idea general debe estar

apoyada por las personas que

se concentran en los detalles

y que se piensan las cosas a

fondo.

Las

personas Id

detestan la negatividad y el

escepticismo.

Tienen

problemas para trabajar con

aquellos que se muestran tan

rígidos y están tan aferrados a

los detalles del proyecto que

493
tienen miedo asumir riesgos

y, por tanto, no son capaces

de ver la imagen general.

Cuando abusan de su

estilo,

las

personas Id

externalizan su estrés, lo cual

puede

añadir

energía

frenética

su

entorno.

Pueden

abusar

de

su

optimismo y eso les conduce

la

realización

494
de

valoraciones poco realistas de

ideas y de personas. Sin

embargo, en momentos de

crisis, son partidarias de

movilizar las tropas en busca

de acción.

EL ESTILO Is

Las personas Is son cálidas,

sociables y amistosas. Su

compasión por los demás les

permite entablar de manera

rápida y sencilla relaciones

fuertes y duraderas. Están

dispuestas a echar una mano

y son maestras y consejeras

naturales. Además presentan

una interesante mezcla de

modestia y confianza en sí

mismas.

Estos sujetos son la voz del

pueblo.

Sienten

495
mucha

empatía y no dudan en

defender a aquellos que lo

necesitan. Les gusta trabajar

en entornos sociales en los

que desarrollan auténticas

amistades

con

sus

compañeros. Prosperan en

aquellos lugares donde las

personas se tienen estima

entre sí y disfrutan de los

contactos personales más que

del trabajo que tengan entre

manos.

Las personas Is se sienten

menos

cómodas

cuando

tienen que tomar decisiones

difíciles que impacten de

forma negativa en los demás.

496
También

les

desagrada

trabajar

con

personas

agresivas que no respetan los

sentimientos

de

sus

semejantes.

Estarían

dispuestas

rodearse de gente que se

concentra en la calidad y que

crea procesos estructurados.

Además, pueden necesitar

que los demás tomen el

mando en situaciones de

mucha presión.

Cuando están sometidas a

mucho estrés, las personas I

497
se vuelven excesivamente

acomodaticias y no prestan

atención

sus

propias

necesidades.

Como

consecuencia de su tendencia

natural a asumir lo mejor que

hay en los demás, pueden

malinterpretar las intenciones

de los otros y mostrarse

excesivamente confiadas. Su

tendencia

evitar

los

conflictos puede hacer que

resten

importancia

problemas que lo único que

498
consiguen es empeorar con el

tiempo, haciendo que se

sientan heridas o traicionadas

cuando las relaciones se

vuelven amargas.

EL ESTILO Si

Al igual que sus primos

cercanos Is, las personas Si

son

despreocupadas

relajadas y se dejan llevar por

el flujo de las cosas. Sin

embargo, la diferencia clave

está en que las personas Si se

concentran primero en los

demás y luego en ellas

mismas.

La

naturaleza

empática del estilo Servicial

combinada con el entusiasmo

del estilo Interactivo culmina

499
en

una

combinación

«defensora de las personas».

Las

personas Si

se

esfuerzan por mantener la

armonía en sus relaciones.

Les gusta mucho trabajar en

entornos de equipos y se

comprometen a tratar a los

demás con respeto. Siempre

escuchan con paciencia a

cualquiera

que

necesite

ayuda. Su capacidad de sentir

empatía sin emitir juicios

atrae fácilmente a nuevas

amistades.

Aunque

normalmente procuran no

500
entrar en conflictos, este tipo

de individuos están siempre

dispuestas a mediar entre los

demás para recuperar la paz.

También

aportan

estabilidad a los entornos

profesionales, manteniendo la

coherencia

mediante

su

estrategia

metódica

para

completar las tareas. Como

crean

una

seguridad

psicológica

alrededor

del

statu quo, las personas Si

aprecian los entornos estables

501
en los que imperan las

relaciones a largo plazo y los

procesos que no precisan

cambios

radicales

frecuentes.

Suelen

abusar

de

la

amabilidad, lo cual puede

llevarles a sacrificar sus

propias

necesidades,

anteponiendo los deseos de

los otros. Además, teniendo

en cuenta su naturaleza

sensible,

las

personas Si

pueden sentirse ofendidas

con facilidad e, incluso,

502
pueden

albergar

resentimiento durante largos

periodos

de

tiempo.

Interiorizan

el

estrés

pueden

mostrar

un

comportamiento

pasivo

agresivo.

EL ESTILO Cs

La lógica y la necesidad de

precisión impulsan el estilo

Concienzudo. Después de

todo, si algo no se va a hacer

bien, entonces no merece la

pena hacerlo. La necesidad

503
que sienten las personas C

por la precisión, combinada

con la paciencia de los S, da

lugar a un individuo que se

concentra principalmente en

la calidad. En esencia, las

p e r s o n a s Cs

son

perfeccionistas.

Piensan y planifican todo

de antemano para evitar que

sucedan

acontecimientos

inesperados. Se aseguran de

que las ideas se revisan

meticulosamente mediante el

cuestionamiento

de

los

supuestos, la exploración de

las

alternativas

504
la

consideración de las peores

situaciones posibles. Este tipo

de personas prosperan en

entornos en los que pueden

recibir y analizar cantidades

ingentes de información antes

de llegar a una conclusión o

de tomar una decisión. A las

personas Cs les gusta trabajar

dentro

de

unos

límites

claramente definidos para

alcanzar

los

resultados

deseados,

pero

disfrutan

superando los desafíos a

través

505
de

una

fuerte

persistencia y concentración.

Necesitan que los demás

puedan ver la perspectiva

general

sin

quedarse

atrapados en los detalles.

Teniendo en cuenta que su

naturaleza

les

lleva

concentrarse en la tarea que

tienen entre manos, las

p e r s o n a s Cs también se

benefician de aquellos sujetos

que aportan energía positiva

al entorno, que levantan la

moral y que proporcionan

información alentadora.

506
A estos individuos les

desagrada

trabajar

en

entornos que carecen de

procedimientos

de

operaciones estándares. Se

sienten incómodos con los

cambios

repentinos

aborrecen tomar riesgos de

manera insensata. A las

personas Cs les da miedo

cometer errores que puedan

dar lugar a procesos dilatados

en los que se pretenda

conseguir

resultados

sin

incurrir en equivocaciones.

Cuando se abusa de este

507
estilo, las personas Cs pueden

estar tan centradas en su

trabajo que llegan a perder de

vista la necesidad de celebrar

los logros y de proporcionar

información positiva a los

demás.

Cuando

se

encuentran

bajo

presión,

estos

sujetos

pueden

quedarse «paralizados por el

análisis»

crear

planes

perfectos,

pero

siguen

508
mostrándose

temerosos

cuando llega el momento de

pasar a la acción.

EL ESTILO Sc

Las personas Sc construyen

de manera natural patrones

que gobiernan su mundo.

Esto se manifiesta en una

intensa lealtad hacia las

personas, las marcas y los

procedimientos

que

han

demostrado tener éxito con el

tiempo. Crean una sensación

de

seguridad

psicológica

alrededor del statu quo

aportando consistencia a todo

lo que hacen. Prefieren lo

predecible a la innovación

509
rápida

los

entornos

relajados a los vertiginosos.

Como consecuencia de ello,

las personas Sc se pueden

quedar atrapadas en las

metodologías

existentes

cuando los nuevos métodos

pueden sacar mejor partido

de

las

oportunidades

emergentes.

Son

modestas

cuando

hablan de sus fortalezas.

Aunque esto puede ser un

rasgo

positivo

510
en

las

relaciones personales, esa

humildad puede interpretarse

como docilidad en los estilos

más asertivos. Su aversión a la

franqueza y a los conflictos

constructivos puede dar lugar

a conductas pasivo agresivas

que

prolonguen

intensifiquen los problemas

en lugar de resolverlos.

Las

personas Sc brillan

cuando desempeñan papeles

que demandan tanto empatía

como cierta curiosidad por

comprender por qué o cómo

han ocurrido las cosas. Esto

les permite escuchar con gran

atención y ayudar a los demás

511
a superar los problemas.

Evitan atraer la atención

hacia sí mismas y prefieren

los entornos tranquilos e

íntimos

las

grandes

congregaciones.

las

personas Sc les gusta la gente,

pero suelen tener muy pocos

amigos íntimos. Llevan una

vida interior muy rica y a

menudo tienen más ideas de

las que realmente expresan.

Les

desagradan

los

entornos en los que se

producen cambios rápidos de

prioridades.

512
Son

planificadores que no desean

ser

sorprendidos.

las

personas Sc no les gusta decir

que

no:

un

rasgo

característico que a menudo

les lleva a verse sobrecargadas

de trabajo, ya que valoran

tanto su compromiso con el

equipo como los resultados

de calidad.

EL ESTILO Dc

Las personas Dc tratan de

hacer las cosas con premura

y, al mismo tiempo, con total

precisión. Tienen expectativas

elevadas de sí mismas y de los

513
demás. El estilo Dominante

está movido por su necesidad

de

conseguir

grandes

objetivos, mientras que el

estilo Concienzudo insiste en

que se deben planificar y

ejecutar

adecuadamente

todos los pasos. Aunque a las

personas D les gusta mucho

visualizar la imagen general y

marcarse amplios objetivos

que promuevan su causa, el

lado C de la misma persona le

hará

sumergirse

en

los

detalles, ralentizando así la

tendencia a dar grandes

saltos. Esta lucha interior crea

514
un constante tira y afloja

entre el deseo de conseguir

resultados y la necesidad de

alcanzar cierto grado de

calidad. Las personas Dc a

menudo creen que los demás

nunca

encontrarán

el

equilibrio adecuado y, por

tanto,

se

sobrecargan

realizando un trabajo que

podrían delegar en los demás.

Estos individuos prosperan

en entornos donde disfrutan

de mucha autonomía tanto

para fijar los planes como

para asegurarse de que los

procesos se siguen con total

precisión.

Aunque

515
las

p erso n a s Dc proporcionan

grandes

contribuciones

proyectos

importantes

menores, necesitan que los

demás les ayuden a apreciar

el impacto emocional o

psicológico que podrían tener

las decisiones en los demás.

Son sujetos preparados para

completar

las

tareas

conseguir objetivos, pero no

están dotados de capacidad

de

comunicación

516
de

intuición sobre cómo se

sienten los demás.

Son

extraordinariamente

eficientes y no les gusta que

los demás carezcan de sentido

de la urgencia para conseguir

objetivos y mantener la

precisión. Consideran que el

trabajo es el lugar adecuado

para hacer que pasen cosas y

no un sitio donde uno se

dedica

cumplir

compromisos sociales o a

satisfacer

necesidades

emocionales.

Cuando abusan de su

estilo, las personas Dc pueden

volverse demasiado exigentes

517
tanto con ellas mismas como

con los que las rodean. Si no

se controla, su combinación

de

brusquedad D y de

meticulosidad propia de las

personas C puede añadir una

carga importante de estrés al

lugar de trabajo.

EL ESTILO Cd

Al igual que las Dc, las

personas Cd se concentran en

la

precisión

en

los

resultados

tangibles.

Sin

embargo,

su

marcada

518
naturalezaC

aporta

diplomacia y paciencia a su

i m p u l s o D de conseguir

resultados. Las personas Cd

disfrutan creando sistemas

que

soportan

rigurosos

niveles de calidad, al mismo

tiempo

que

ofrecen

resultados

significativos.

Poseen mucho talento para

hacer planes, pero pueden

pasar por alto el elemento

humano que impulsa la

colaboración. Las personas Cd

se expresan con exactitud,

prefiriendo los hechos y los

ejemplos a las emociones o a

519
la intuición para exponer sus

ideas. Gracias a su naturaleza

metódica y a su tendencia a

explorar todas las opciones

antes de llegar a una decisión,

suelen mostrarse reacias a

tomar

decisiones

que

acarreen

importantes

consecuencias.

Las

personas Cd suelen

comportarse con formalidad,

muestran una gama limitada

de expresiones faciales y

evitan

minimizan

el

contacto

físico.

520
Cuando

abusan de su estilo, pueden

dar la impresión de que son

frías, bruscas y que no les

agradan

las

relaciones

personales.

Se

muestran

reacias a hablar de sus

sentimientos y suelen tener

un círculo de confidentes

reducido e íntimo.

EL ESTILO DS/SD

EN LOS QUE D Y S

SON

RELATIVAMENTE

IGUALES

El estilo DS/SD es uno de los

estilos

menos

habituales.

521
Aunque su naturaleza D se

concentra en los resultados,

su

naturaleza S aprecia la

justicia y el respeto. Esto hace

que las personas DS/SD estén

perfectamente

capacitadas

para luchar por la justicia y la

igualdad.

Gracias

su

tenacidad y a su compasión,

estos individuos representan

a aquellos que no están

dispuestos o no son capaces

de hacer algo. Se sienten

motivados

realizando

compromisos profundamente

arraigados y persiguen sus

objetivos con persistencia y

522
devoción.

Gracias a la fuerza de

voluntad del estilo D y a la

paciencia propia del estilo S,

esa

combinación

de

estilos

presenta

una

determinación

firme

por

defender su causa y posee un

fuerte

sentido

de

la

responsabilidad personal.

Aunque

algunas

veces

puede

523
parecer

que

las

p e r s o n a s DS/SD

sienten

desapego hacia los demás, en

realidad son profundamente

emotivas. Son sensibles y se

pueden ofender con facilidad,

aunque son capaces de

disimularlo perfectamente.

Puede

resultar

difícil

predecir las reacciones de las

p er s o n a s DS/SD, ya que

algunas veces funcionan en

modoD

—directas

motivadas por los resultados

— y en otros momentos

funcionan en modo S: se

524
muestran

afectuosas

serviciales.

Pueden

ser

extraordinariamente

independientes

sentir

deseos de formar parte de un

equipo

que

luche

por

conseguir sus objetivos. En

cualquier caso, son muy leales

a las personas que hay en su

vida.

EL ESTILO IC/CI EN

EL QUE I Y C

SON RELATIVAMENTE

IGUALES

525
El estilo IC/CI también es una

rara combinación de estilos

dentro de una persona. Estas

combinaciones son magníficas

tanto a la hora de analizar la

perspectiva general como los

detalles de los proyectos

complejos. Gracias a su

capacidad para reconocer los

sistemas que están conectados

entre sí, las personas IC/CI

pueden asociar conocimientos

de un área con otra y son

capaces

de

predecir

rápidamente la probabilidad

de éxito de un nuevo

proyecto.

A menudo se tiene la

impresión de que las personas

IC/CI

acumulan

526
penosamente

cantidades

ingentes de datos, mientras

que en otras situaciones

parece que realizan juicios

precipitados en una sucesión

rápida. Esto se debe a que

primero

almacenan

sus

voluminosos datos C y luego

acceden a ellos de manera

subconsciente a través del

reconocimiento de patrones,

culminando en lo que parece

ser un momento fugaz de

perspicacia.

Sin

embargo,

como son capaces de intuir

rápidamente las soluciones,

las personas IC/CI pueden

parecer impulsivas.

527
Las personas C conocen la

sabiduría convencional. Las

personas I están dispuestas a

ir en contra de ella. Cuando

combinas ambos rasgos, se

obtiene a una persona que

posee

un

conocimiento

profundo del pasado y una

imagen visionaria del futuro.

Esto da como resultado una

persona innovadora y llena

de recursos.

Estas personas suelen ser

magníficas comunicadoras, ya

que las C miden sus palabras

con meticulosidad y las I

están naturalmente dotadas

para influir en los demás. Las

personas IC/CI tienen que

equilibrar sus necesidades

sociales con sus necesidades

528
particulares. Les gusta mucho

interactuar en grupos, pero

deben recargar sus baterías a

solas.

Muchas

veces

su

«descanso» solitario es el

momento en el que se sienten

más creativas.

LOS CUATRO

ESTILOS SON

RELATIVAMENTE

IGUALES

Tu estilo se caracteriza por

tener la misma intensidad en

todos los estilos. Eso significa

que ningún estilo destaca por

ser

el

predominante.

Normalmente existen dos

factores

529
principales

que

motivan este resultado: o

presentas

una

cantidad

importante de flexibilidad y

adaptabilidad o experimentas

un cambio importante, a

menudo difícil, en tu vida.

Si tu vida es bastante

estable, es probable que

tengas

capacidad

para

adaptarte a las distintas

situaciones

cuando

sea

necesario. Por ejemplo, si

necesitas ser un águila directa

que está movida por los

resultados o un loro enérgico

530
y optimista, puedes redoblar

tu energía. Cuando necesitas

rebajarla un poco y escuchar

con la empatía de la paloma o

cuando el momento exige

que

te

concentres

con

atención en los detalles con el

ojo de un búho, puedes

ajustar tu personalidad en

consecuencia.

Por tanto, la fuerza de este

estilo

radica

en

su

flexibilidad. Sin embargo,

existen

dos

problemas

principales. En primer lugar,

531
los demás no pueden predecir

cómo vas a responder a un

estímulo en concreto. ¿Te vas

a sentir agitado o relajado,

locuaz o callado, concentrado

en tu trabajo o preocupado

por

los

demás?

Tu

imprevisibilidad puede hacer

que los otros no se sientan

seguros de cuál es la mejor

manera

de

comunicarse

contigo. En segundo lugar,

como puedes relacionarte con

cualquier dimensión de una

situación, puedes luchar con

cierta indecisión.

El otro posible motor de

este patrón de estilo es que

532
experimentas

un

cambio

transicional o un momento

de turbulencia en tu vida. Tal

vez acabas de aceptar un

nuevo

empleo

has

experimentado un cambio en

el estatus de tu relación.

Quizá

sólo

te

sientes

conmovido o has tenido un

hijo.

Estos

importantes

acontecimientos

que

se

533
producen en la vida pueden

hacer que nos replanteemos

nuestra manera de actuar.

Estos cambios han dado paso

nuevas

conductas

suprimen

los

patrones

ampliamente

establecidos.

Cuando

esto

suceda,

normalmente después de que

los

cambios

se

hayan

aplicado, tu estilo volverá a

recuperar su estado anterior y

534
uno o dos de los estilos

destacarán por encima de los

demás.

Agradecimientos

Nos

sentimos

muy

afortunados

de

haber

contado en nuestro periplo

con personas de tanto talento

afectuosidad.

Nuestros

colaboradores

en

Team

Builders Plus y Take Flight

Learning —especialmente Jeff

Backal,

Ken

Blackwell,

535
Cathryn Plum, Stew Bolno,

Aaren Perry, Andy Kraus,

Lesley

Cruz,

Dolores

Woodington,

Heather

Hafner, Andrea Bardon y

Britni

Coleman—

han

contribuido notablemente a

que este libro levante el

vuelo. Queremos dar las

gracias a nuestros padres, a

nuestros

familiares

nuestros amigos, ya que todos

ellos han colaborado de

forma y manera brillante.

Gracias especialmente a

536
Traci Rosenberg por su

sabiduría

intuitiva

nuestras brillantes editoras,

Cindy

Silvert

Melissa

Brandzel, cuya claridad del

búho contuvo a un loro y a

un águila. También queremos

agradecer a Kulin Shah y a los

artistas gráficos de 3RDEYE

que hayan dado vida a los

personajes,

Todd

Nordstrom su perspicacia.

Asimismo

queremos

537
mostrar

nuestro

agradecimiento a nuestro

editor, Tim Moore, y a todo

su equipo, por haber tenido la

visión de publicar este libro

como sólo Pearson sabe

hacer.

Y,

por

último,

queremos dar las gracias a

Richard

Andrews,

cuya

pasión y su firme compromiso

guiaron con éxito este libro a

lo largo de todas las etapas

del periplo de su publicación.

Acerca de los

autores

Merrick Rosenberg es un

consumado emprendedor y

538
un destacado conferenciante.

En 1991, cofundó Team

Builders Plus, la empresa de

creación de equipos de

trabajo más importante de

Estados Unidos. Merrick lleva

más

de

dos

décadas

dirigiendo

programas

de

formación de equipos y de

desarrollo de liderazgo en

todo

el

mundo.

La

Universidad de Drexel le

otorgó

el

galardón

539
de

Alumno Emprendedor del

Año y NJ Bliz lo eligió como

uno de los Ejecutivos de

Nueva Jersey del Año. Bajo la

dirección de Merrick, Team

Builders Plus fue premiado

p o r NJ

Bliz

como

la

Compañía de Nueva Jersey

del Año y la revista Inc. la

nombró

una

de

las

Compañías

de

Mayor

Crecimiento

de

Estados

540
Unidos y, en numerosas

ocasiones, fue elegida como

una de las Compañías de

Mayor

Crecimiento

Empresa con Mejor Entorno

Laboral en la zona de

Filadelfia por el Philadelphia

Business Journal.

Daniel Silvert es un solicitado

conferenciante y destacado

instructor de ejecutivos. Ha

dirigido diversos programas

de formación a todos los

niveles sobre los estilos DISC,

el liderazgo, el trabajo en

equipo, la responsabilidad y

los cambios transformadores.

Al inicio de su carrera, se

concentró en el desarrollo

541
profesional, y enseñó a

centenares de ejecutivos a

llevar a cabo sus transiciones

profesionales tanto desde

dentro como desde fuera de

sus empresas. Daniel ha

aportado

su

singular

perspectiva

centenares de compañías y de

agencias

gubernamentales,

entre las que se cuentan

Adidas, Blue Cross Blue

Shield, Dell, Dow Jones,

Home Depot, L’Oreal, L-3

Communications,

Merck,

SAP, Situs, W.L. Gore y el

Departamento de Seguridad

Interior.

542
Take Flight Learning

Basándose en más de dos

décadas de experiencia con

los estilos DISC, los autores

fundaron

conjuntamente

Take Flight Learning con el

fin

de

compartir

sus

conocimientos del DISC con

el

mundo.

Take

Flight

Learning ofrece una serie de

programas

de

formación,

productos y servicios basados

en el DISC. Las sesiones de

DISC están al alcance de

543
organizaciones

(incluyendo

programas para individuos,

equipos, líderes, comerciales y

educadores), formadores (a

través

de Take Flight con

Título DISC) y en seminarios

públicos. Merrick Rosenberg

Daniel

Silvert

están

disponibles como destacados

ponentes para avivar las

conferencias con su ingenio y

su sabiduría sobre el DISC. Y

cualquier

persona

puede

descubrir sus fortalezas y sus

defectos mediante el perfil

Take Flight with DISC.

544
Team Builders Plus

Team Builders Plus ayuda a

los equipos y a los líderes a

crear más entornos de trabajo

atrayentes y productivos. Las

sesiones para la formación de

equipos

abarcan

desde

eventos que cohesionan a los

equipos

las

sesiones

dirigidas por un facilitador.

En

su

vertiente

más

entretenida, los grupos de

casi cualquier tamaño pueden

participar en cazas del tesoro,

actividades filantrópicas y en

545
una

serie

de

sesiones

extraordinariamente

entretenidas. También se

pueden realizar sesiones más

intensivas para grupos que

traten

de

incentivar

la

confianza,

mejorar

la

comunicación, incrementar la

colaboración, derribar silos e

infundir responsabilidad.

Encontrar más información

y contactar con los autores

ChiefParrot@TakeFlightLearning.com (por

si

te

546
lo

estás

preguntando, éste es Merrick

Rosenberg)

TheEagle@TakeFlightLearning.com (... y éste es Daniel Silvert)

Síguenos en Twitter en

@DISCstyles, @MerrickR y

@DanielSilvert

www.TakeFlightLearning.com

856.807.0200

www.TeamBuildersPlus.com

856.596.4196

En Facebook, visita el perfil

de Take Flight Learning y

Team Builders Plus y pincha

en «Me gusta».

Contacta con los grupos de

LinkedIn, Taking Flight with

DISC y Team Builders Plus.

Título original: Taking Flight! –

Master the DISC Styles to

Transform Your Career, Your

Relationships... Your Life

547
Editor original: Pearson Education,

Inc., Publishing as FT Press, New

Jersey

Traducción: Carlos Ossés Torrón

ISBN EPUB: 978-84-9944-591-5

Reservados todos los derechos.

Queda rigurosamente prohibida,

sin la autorización escrita de los

titulares del copyright, bajo las

sanciones establecidas en las leyes,

la reproducción parcial o total de

esta obra por cualquier medio o

procedimiento, incluidos la

reprografía y el tratamiento

informático, así como la

distribución de ejemplares

mediante alquiler o préstamo

público.

Copyright © 2013 by Merrick

Rosenberg and Daniel Silvert

This translation published under

license with the original publisher

Pearson Education.Inc.

548
All Rights Reserved

© 2013 de la traducción by Carlos

Ossés Torrón

© 2013 by Ediciones Urano, S.A.

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550
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Portadilla
Dedicatoria
Contenido
Prólogo a la edición española
Introducción
PRIMERA PARTE. ¡Alza el vuelo! La fábula
1. El Hogar
2. El mapa de coordenadas del bosque
3. El Consejo
4. Un viejo amigo
5. El resultado
6. Si un árbol se cae en el bosque...
7. El reconocimiento
8. Los cuatro estilos
9. La reflexión
10. El despertar
11. La Regla del Hogar
12. La vigilancia
13. La asamblea
Epílogo. El poder del DISC
SEGUNDA PARTE. El modelo DISC
TERCERA PARTE. La aplicación de los estilos DISC a nuestra vida
Epílogo
Apéndice. Las combinaciones de estilos
Agradecimientos
Acerca de los autores
Créditos
Próximas Publicaciones

551
Índice
Portadilla 3
Dedicatoria 3
Contenido 4
Prólogo a la edición española 6
Introducción 18
PRIMERA PARTE. ¡Alza el vuelo! La fábula 27
1. El Hogar 27
2. El mapa de coordenadas del bosque 36
3. El Consejo 43
4. Un viejo amigo 68
5. El resultado 93
6. Si un árbol se cae en el bosque... 101
7. El reconocimiento 119
8. Los cuatro estilos 135
9. La reflexión 150
10. El despertar 166
11. La Regla del Hogar 178
12. La vigilancia 216
13. La asamblea 252
Epílogo. El poder del DISC 262
SEGUNDA PARTE. El modelo DISC 271
TERCERA PARTE. La aplicación de los estilos DISC a nuestra
368
vida
Epílogo 478
Apéndice. Las combinaciones de estilos 484
Agradecimientos 535
Acerca de los autores 538
Créditos 547
Próximas Publicaciones 549

552

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