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Una oportunidad para desarrollar la

autonomía en nuestras hijas y nuestros hijos

A partir del contexto social en el que nos encontramos, y por el que las familias en
todo el país han tenido que adaptarse y reorganizarse en sus casas, surgen algunas
preguntas, por ejemplo: ¿Cómo podemos convertir la crisis en oportunidad? ¿Cómo
aprovechar esta coyuntura?

Siempre hemos asumido que el aprendizaje de nuestras hijas y nuestros hijos se realizaba
en un espacio determinado: la escuela. Hoy, tenemos la certeza de que aprendemos en
todo momento y en todo lugar, por lo que confiamos en que los cambios a los que nos
ha expuesto la situación actual sean una oportunidad para plantearnos nuevas formas
de entender la educación y el aprendizaje, con actividades a desarrollar a partir del
entorno familiar y cotidiano, que fortalezcan las habilidades y destrezas de nuestras
hijas y nuestros hijos.

Una de las competencias que podemos fortalecer es el desarrollo de su autonomía.


Hablar de autonomía significa que realicen por ellas o ellos mismos las tareas y
actividades propias de su edad y su entorno. Normalmente, cuando progresan en esta
competencia, también lo hacen en su aprendizaje y en sus relaciones con los demás.
La estrategia Aprendo en casa es una oportunidad para que, con el acompañamiento
de personas adultas en la familia, nuestras hijas y nuestros hijos mejoren en dicha
competencia y pongan en práctica lo aprendido.

Todo aquello que nuestras hijas o nuestros hijos puedan hacer, siempre que no constituya
un peligro, deben hacerlo solas o solos.

Los hábitos de higiene, vestimenta y alimentación son aquellos que se pueden


desarrollar con las más pequeñas y los más pequeños del hogar; mientras que hábitos
como la gestión del tiempo, del aprendizaje y el cuidado de otros integrantes de la
familia pueden ser desarrollados por las y los adolescentes.

A continuación, ofrecemos algunas recomendaciones para promover la autonomía de


nuestras hijas y nuestros hijos, de acuerdo con lo señalado anteriormente:

• Fomentar el diálogo y explicarles qué esperamos de ellas o ellos, siempre


considerando su edad y sus posibilidades.
• Crear una rutina o un horario (flexible, en la medida de lo posible), de manera que
puedan conocer y cumplir los tiempos para las diversas actividades.

• Explicarles cómo realizar las actividades. Permitirles que practiquen y se


equivoquen (estimularlos cada vez que esto ocurra) e ir revisando cómo las
realizan para hacer correcciones si es necesario.

• Acompañarlos con mayor énfasis en las actividades que resulten más difíciles,
pues estas, dependiendo de su complejidad, podrían provocarles frustración o
desánimo. Debemos estar siempre atentos para apoyarlos.

• Finalmente, a través de la estrategia Aprendo en Casa, se les plantean diversos


retos para que puedan realizar en el hogar. Si contamos con acceso a la Web,
podremos revisar las orientaciones según el nivel en el que se encuentran nuestras
hijas o nuestros hijos. Allí tendremos mayor información para seguir desarrollando
su autonomía.

Vilma Tanillama

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