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Coronavirus: cómo afecta a los niños

El COVID-19, que constituye una alerta sanitaria mundial, puede afectar a personas de cualquier edad, aunque los mayores y quienes tienen algunas
enfermedades previas son más vulnerables.

27/01/2020
El coronavirus de China es un tipo de coronavirus, una familia de virus que son responsables de aproximadamente una quinta
parte de los casos de neumonía. La neumonía sigue siendo la principal causa directa de mortalidad en niños menores de 5
años en todo el mundo: 800.000 al año, 2.200 cada día, 1 niño cada 39 segundos.
No obstante, cualquier persona puede infectarse de coronavirus, independientemente de su edad, pero hasta el momento se
han registrado relativamente pocos casos en menores de edad. La enfermedad es mortal en raras ocasiones, y hasta ahora las
víctimas han sido personas de edad avanzada que ya padecían una enfermedad.
Coronavirus: qué es, cómo se transmite y síntomas
El nuevo coronavirus, COVID-19, puede causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves
como bronquitis, neumonía, el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo) o el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio),
entre otros. Su origen se encuentra en animales pero que también se transmite entre personas, generalmente por vía aérea (al
hablar, estornudar o toser).
El nuevo coronavirus suele comenzar con fiebre alta y a continuación se pueden desarrollar otros síntomas como tos seca, dolor
de cabeza y de garganta, dolores musculares, malestar general, dificultades para respirar, diarrea o escalofríos. En los casos
más graves, la infección causa neumonía, fallo renal e incluso la muerte.
Coronavirus: diagnóstico, prevención y tratamiento
Como los síntomas son similares a los de otros virus o infecciones respiratorias, se debe realizar un examen físico completo, que
puede incluir análisis de sangre, cultivo nasofaríngeo, TAC o radiografía de tórax para diagnosticar la neumonía y pruebas de
anticuerpos y aislamiento del virus SRAS.
Lo que más preocupa a la comunidad médica, según la revista británica The Lancet, es que pacientes que aún no presentan los
síntomas típicos de la infección podrían transmitir el virus. Un período de incubación asintomático de 7-10 días, aunque
común entre los virus, dificultaría mucho más la aplicación de medidas de profilaxis como las basadas en el escaneo de la
temperatura corporal en los aeropuertos.
No existe un tratamiento específico para el nuevo coronavirus, como por ejemplo una vacuna. La terapia consiste en aliviar los
síntomas mediante la colocación de oxígeno, guardando reposo, bebiendo muchos líquidos, tomando antiinflamatorios y
antipiréticos… y, sobre todo, con un aislamiento riguroso del paciente.
Lo más importante es siempre la prevención. Por ello, la OMS recomienda:

 Lavarse las manos de manera frecuente con agua y jabón.


 Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo o el codo cuando se tosa o se estornude, y tirar el pañuelo en una basura con
tapa.
 Mantener una distancia de al menos un metro entre personas con síntomas de la infección.
 Acudir al médico o pediatra si tu hijo o hija tiene fiebre, tos y/o dificultad para respirar.

El 30 de enero la OMS declaró la alerta mundial sanitaria por el coronavirus. Hasta el momento ha afectado a miles de
personas en numerosos países, entre ellos España.
Coronavirus: qué hacemos en UNICEF
Nuestra respuesta al coronavirus en estos momentos centra en apoyar al Gobierno de China y a los países de la región de Asia
Oriental y el Pacífico, donde se han reportado la mayoría de casos.
También estamos en contacto con gobiernos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros aliados para
desarrollar planes de contingencia en otras regiones, especialmente en países con sistemas de salud más débiles y una
capacidad limitada para afrontar brotes de enfermedades importantes.
Desde finales de enero, hemos enviado 13 toneladas de suministros, que incluyen trajes de protección, mascarillas, gafas y
guantes para el uso del personal sanitario.
Asimismo, si conseguimos más fondos, nuestro objetivo pasa por reducir la transmisión del virus y paliar un mayor impacto del
brote:

 Fortaleciendo la comunicación para dar a conocer los riesgos y abordando la desinformación para que los niños, las
mujeres embarazadas y sus familias sepan cómo prevenir la propagación de Covid-19 y dónde buscar ayuda.
 Apoyando el acceso a las oportunidades de aprendizaje a distancia para los niños que no pueden acudir a la escuela; así
como la salud mental y el apoyo psicosocial a los niños y las familias afectadas.

"Esta es una carrera contrarreloj (…) El objetivo inmediato es reducir la transmisión de persona a persona, pero también ayudar
a los niños en áreas donde su acceso a servicios esenciales ha sido interrumpido”, ha dicho la directora ejecutiva de UNICEF,
Henrietta Fore. "Estamos esperando lo mejor, pero debemos prepararnos para lo peor", ha añadido.

¿Qué sabemos sobre el efecto que tiene el coronavirus en los niños? Se


infectan menos y con menor gravedad
Nos habéis consultado sobre el impacto que tiene el coronavirus en los niños y si son inmunes a esta
infección. Os explicamos qué sabemos.

Primeros menores afectados en España: una en Madrid y dos en Castilla-La Mancha*


Aunque hasta el momento los datos muestran que se infectan menos, sí existen casos. A fecha de 4 de
marzo hemos conocido los primeros casos de menores infectados en España: una en Madrid y dos en
Castilla-La Mancha.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de
Sanidad, ha recopilado estos casos y llamado a la calma: "Sabemos por los miles de casos en China que a
los niños les afecta menos y que, en general, tienen una evolución clínica mucho más benigna, con una
mortalidad realmente baja".

El 2% de los infectados detectados son menores de 20 años


Niños menores de 10 años suponen el 0,9% de los casos confirmados de coronavirus en China hasta
el 11 de febrero de 2020. Los infectados entre 10 y 19 años son el 1,2%, según el Centro Chino de
Prevención y Control de Enfermedades. El Ministerio de Sanidad de España aporta el dato de que el 77,8%
de las personas afectadas tienen entre 30 y 79 años y sólo un 2% son menores de 20 años.

El 3% de los pacientes del COVID-19 eran menores de 15 años y entre los pacientes chinos hay "un
déficit de infecciones entre niños", según un estudio con datos de 507 pacientes entre el 13 y 31 de enero
de 2020.

Los niños "tienen menos riesgo pero cualquier afección de menor tiene muchísimo más impacto", ha
afirmado en El Objetivo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias
Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

En Girona se ha confirmado un caso de coronavirus en una menor de 16 años con síntomas leves a 1
de marzo, según el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya. Estuvo en el norte de Italia entre
el 14 y 16 de febrero. Es el primer caso de un coronavirus de una persona menor de edad confirmado en
España.

Poco efecto en niños y sin mortalidad de momento


"En el inicio del brote no se describieron casos en población infantil. Posteriormente, se ha descrito
afectación en niños con una clínica leve o incluso ausencia de síntomas que se han relacionado con
una dinámica de transmisión intrafamiliar", explica el Ministerio de Sanidad. Este organismo añade también
que durante la epidemia de SARS, otra enfermedad provocado por un coronavirus, "se observó que los
niños menores de 12 años tenían un curso más leve de la enfermedad y menor probabilidad de requerir
ingreso en UCI; durante esa epidemia no se detectó ningún fallecimiento en niños menores de 12 años".

Se ha observado la ausencia de síntomas serios en niños con coronavirus, según este estudio publicado a


comienzos de febrero. La tasa de letalidad entre niños menores de 10 años ha sido nula y de 0,2%
entre 10 y 19 años en China hasta el 11 de febrero de 2020, según los datos del Centro Chino de
Prevención y Control de Enfermedades. En cambio, el 80% de los fallecidos tenía más de 60 años, según
el Ministerio de Sanidad.

Otro estudio analizó nueve casos de menores de un año hospitalizados con coronavirus en


China hasta el 6 de febrero. Un caso no tenía síntomas, cuatro tenían fiebre, dos tenían síntomas leves
del tracto respiratorio superior y sobre los otros dos casos no había información disponible sobre los
síntomas. Ninguno de estos menores de un año de edad tuvo complicaciones graves.

No obstante, una publicación de investigadores chinos y uno de Estados Unidos indica que los niños son tan
susceptible como los adultos a infectarse por el coronavirus. Siguieron por al menos 12 días, 1.286
contactos cercanos de 391 casos confirmados de la COVID-19 en Shenzhen (China), y les hicieron
periódicamente test, independientemente de que tuvieran síntomas o no. Detectaron una tasa de positivo
similar en todos grupos de edad (aunque algo superior en los mayores 59 años), con tasas de 7,4 y 7,1% en
niños de 0-9 años y de 10-19, respectivamente mientras que en los grupos de 30-39 años y 40-49 años son
de 6% y 4,9%.

Sin embargo, hay que puntualizar que este estudio es de momento un preprint, es decir que no ha pasado
la necesaria revisión previa a ser publicado en una revista científica. Que no esté publicada en una
revista científica tras revisión previa no invalida sus conclusiones pero sí hace necesario tomarlas con
cautela. Además, el número de casos analizados es muy pequeño.**

¿Por qué los niños están más protegidos?


Se especula sobre los motivos por los que los niños se infecten menos y con menor gravedad. A día de hoy
no sabemos por qué esto es así aunque hay varias hipótesis.

Los viajeros son una parte importante de los infectados analizados y esta población es habitualmente
adulta, según una hipótesis propuesta en un estudio antes citado. Además, al provenir los datos del sistema
de salud hay mayor presencia de los casos más graves, lo que implica más facilidad para detectar el
coronavirus en personas mayores. Los casos graves están asociados con personas con enfermedades
previas y personas mayores.

Otro trabajo científico afirma que es posible que los niños podrían tener menos probabilidades de infectarse
o, si están infectados, podrían mostrar síntomas más leves, lo que explicaría su menor porcentaje de
infecciones de coronavirus detectadas.
Respecto a la menor gravedad del coronavirus en niños, se hipotetiza que al sufrir frecuentemente otras
enfermedades causadas por otros tipos de coronavirus como el resfriado común, la neunomía y la
bronquiolitis. Esto les proporcionaría cierta inmunidad a los niños.

CIUDADANÍA Y CONVIVENCIA

El estrés en los niños en tiempos de coronavirus y


confinamiento
Por Álvaro Marchesi
 
5 abril 2020
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Tipos de estrés
El estrés se refiere a la tensión que sufre un organismo, en este caso una persona, ante situaciones que le es difícil
manejar y que alteran su bienestar físico y emocional. No cabe duda alguna de que la situación que estamos
viviendo por el coronavirus y por el confinamiento durante varias semanas puede provocar a un amplio número de
personas, incluidos los niños, una reacción de estrés.
 
La literatura científica habla de tres tipos de estrés (National Scientific Council of the Developing Child.
2014. Excessive stress disrumpts the arquitecture of the developing brain).

o El primero es el estrés positivo, lo que indica que no siempre es perjudicial. En ocasiones es
beneficioso porque ayuda al organismo a adaptarse a las situaciones cambiantes de su entorno.Activarse para
realizar un examen o una tarea que supone un reto son ejemplos cercanos de un estrés positivo.
o Un segundo tipo de estrés es el denominado tolerable. En estos casos, las situaciones estresantes
pueden ser más perjudiciales, como las condiciones de vida agobiantes por las dificultades sociales y económicas
que se viven en la familia o por la muerte de un familiar. Se habla de estrés tolerable porque se produce en un
ambiente de apoyo afectivo al niño y de comunicación por parte de su familia, lo que facilita que se pueda afrontar
con más seguridad y confianza el impacto de la situación.
o El tercer tipo es el estrés tóxico, el más perjudicial. Supone la activación continuada del organismo
ante situaciones difíciles de controlar por parte del niño sin que encuentre adultos que le den confianza y seguridad
y que le acompañen para hacer frente a la situación de estrés. El abandono y el maltrato físico o psicológico se
encontrarían en este tipo. Si el estrés es prolongado, sus efectos en los niños reducen el ritmo del desarrollo
cerebral y provocan alteraciones importantes en el sistema neuroendocrino de respuesta al estrés y en las
estructuras cerebrales más estrechamente vinculadas con el desarrollo socioemocional y la empatía.
No todas las personas experimentan estrés ante la misma situación. Su nivel y su impacto depende principalmente
de tres factores: el primero, las características de la situación estresante, su intensidad y duración; el segundo, las
dificultades de las personas para afrontar esta situación; y el tercero, los factores protectores o de riesgo existentes.
Veamos cada uno de ellos en relación con el coronavirus y el confinamiento. Al final, plantearemos dos propuestas
educativas.

Coronavirus y confinamiento: una situación potencialmente


estresante
El coronavirus y el confinamiento pueden provocar un importante efecto emocional en los niños.  Algunos pueden
manifestar este impacto en los primeros días, otros podrían manifestarlo en semanas posteriores, mientras que un tercer grupo
pueden adaptarse sin especiales dificultades a esta situación.
Aunque el coronavirus y el confinamiento es común a todas las personas, su vivencia en cada familia es muy variable,
pues depende de cómo les afecte: la muerte de un ser querido en el tiempo del confinamiento; la experiencia de contagio de uno
mismo o de algún familiar o el temor a ser infectado; las dificultades para gestionar de forma tranquila y equilibrada el
confinamiento; los problemas sociales y emocionales que han existido en la familia o en alguno de sus miembros y que se
manifiestan ahora con mayor crudeza; la inseguridad por la pérdida del empleo, la reducción de ingresos o la anticipación de un
futuro incierto. El coronavirus y el confinamiento impactan directamente a los niños, pero también y muy especialmente a
través de cómo están influyendo en su familia.

Diferencias individuales para afrontar esta situación


La forma como un niño reacciona y los signos comunes de sufrimiento emocional pueden variar según la edad del niño,
sus experiencias previas y cómo el niño afronta normalmente el estrés. Estas diferencias son debidas a los siguientes
factores:
 El temperamento y la sensibilidad emocional de cada niño
 Los temores ante la posible pérdida de sus familiares más próximos.
 Las competencias sociales del niño.
 La capacidad de expresar sus emociones y de comunicar sus preocupaciones y sus temores.
 Las experiencias que está viviendo en estas semanas de confinamiento.
 Las actividades que desarrollan a lo largo del día, tanto corporales como intelectuales.
 Las experiencias gratificantes vividas cada día.
 Los amigos y compañeros con los que se comunica
 El mayor peso de los factores protectores frente a los de riesgo.

Factores protectores: la familia y los amigos


La familia tiene un papel muy importante para cuidar a sus hijos y limitar el impacto de la nueva situación que están viviendo por la
pandemia y por el confinamiento Nos referimos a los familiares próximos, padres y hermanos, pero también a aquellos que no
viven en el hogar familiar: abuelos, tíos, primos. El artículo de Evelyne Josse publicado en Eduforics Niños y adolescentes
cnofinados, instrucciones de uso ofrece pistas muy adecuadas para las familias.
También los amigos y compañeros del niño pueden jugar un papel importante para hacer frente a los efectos de esta situación.

Los principales factores protectores podrían resumirse en los siguientes:



o Familia relajada, afectuosa y tranquilizadora, que da seguridad.
o Capaz de favorecer la expresión de las emociones y la comunicación con sus hijos.
o Dispuesta a impulsar actividades comunes y a establecer rutinas flexibles.
o Interesada en que sus hijos tengan relación virtual con otros familiares y también con sus amigos y
compañeros.
o Flexible para adaptarse a la situación emocional de su hijo y para facilitar refuerzos positivos (juegos,
movimiento, algún capricho de alimentación) que generen endorfinas y satisfacción.
o Preocupada por ser un buen ejemplo para sus hijos.
o Dispuesta a proporcionar a sus hijos recursos variados para ocupar su tiempo: tablet, juegos, lecturas…
o Que puede y se preocupa por asegurar una alimentación suficiente y equilibrada
o Niños con una red de amigos y de compañeros con los que se comunica de forma habitual.
o Niños con profesores que se comunican con ellos no solo por los aprendizajes escolares, sino también
para conocer su situación personal y proporcionarles una vía de comunicación, sobre todo con aquellos alumnos en
condiciones de mayor riesgo.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo son aquellos que agravan el impacto de la situación estresante. Los más relevantes son los
siguientes:
 Conflictos familiares continuos.
 Problemas emocionales, trastornos mentales o de adicción en alguno de los miembros de la familia.
 Conductas de maltrato a la pareja o a los hijos.
 Falta de afecto.
 Ausencia de comunicación.
 Insuficiencia de recursos familiares para la alimentación.
 Escasa variedad de estímulos y de actividades.
 Dificultades del niño para contactar con sus compañeros.
 Niños habitualmente solitarios o aislados.
 Niños que han sufrido maltrato en su centro educativo.
 Niños en condiciones de riesgo cuyos profesores no se comunican con ellos.

En síntesis.
Niños con entornos familiares y amistosos protectores.
El posible estrés provocado por el coronavirus no va a tener un especial impacto en aquellos niños que viven en una familia
afectuosa, protectora, comunicativa y estimulante y que mantienen relaciones virtuales con amigos y compañeros. Incluso se
puede afirmar que saldrán emocionalmente fortalecidos si el confinamiento no se prolonga durante mucho tiempo.

Niños con entornos de riesgo.

El coronavirus y el confinamiento van a tener un efecto negativo en los niños con entornos familiares de riesgo y que no disponen
del apoyo de redes educativas o amistosas.

La responsabilidad de la educación escolar para cuidar el desarrollo


socioemocional de los alumnos durante el confinamiento y después.
Entender la situación emocional de los alumnos en el confinamiento.

Las directores de los centros deberían orientar a los docentes a que conversen con sus alumnos sobre su situación emocional
durante el período de confinamiento y a que presten especial atención y apoyo a sus alumnos en situación de riesgo. Las clases
on line y los deberes escolares no deberían ser la única preocupación.
Atención a la situación emocional de los alumnos después del confinamiento
Las Administraciones educativas deberían orientar a los centros educativos para que dediquen tiempo suficiente durante los
primeros días de vuelta a clase a conversar sobre el impacto del coronavirus y del confinamiento en sus alumnos. Junto con la
comunicación en clase, deberían tener prioridad aquellas actividades que refuercen la cohesión de los grupos de alumnos:
deporte, música, canto, trabajos grupales y en colaboración y proyectos en la naturaleza. Puedes consultar dos entradas, una de
Eduforics sobre Aprendizaje en la naturaleza y otra de la web Escuela con cerebro sobre beneficios del aprendizaje en contacto
con la naturaleza.

El coronavirus y el confinamiento vuelven a subrayar la importancia de incorporar el desarrollo socioemocional de los alumnos
como uno de los objetivos principales de la educación escolar.

Un ejemplo que no debe imitarse. Los días posteriores al asesinato del presidente Kennedy en los EEUU se suspendieron las
clases. Cuando los alumnos regresaron al centro educativo, la gran mayoría de los profesores continuaron con el temario que
habían dejado el último día de clase sin otros comentarios.

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