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SISSY VILLAGÓMEZ GONZÁLEZ-ARAMAYO PSICOLOGÍA

ÉTICA PROFESIONAL TRABAJO FINAL – ENSAYO

“LA MOTIVACIÓN”

Si todas las personas tuviésemos una fórmula aplicable, una bebida antes del
desayuno o una piedra que frotar debajo de la almohada para levantarnos todos los días
con la motivación suficiente para cambiar al mundo y lograr que “la Torre de Babel”
llegue al cielo sería algo maravilloso, o mas realista sería que las personas tengan la
fuerza para continuar todos los días, arreglar todo lo que quieren que esté bien e influir
en todos los que quieren que estén mejor a todos los que quieren proteger, sería como
tener un genio en la lámpara.

Sin ir tan lejos, a nuestro alrededor pasan mil y una desgracias, para mí una es
que por las inundaciones los animales al no tener donde reposar, llegan a terrenos
asentados y los convierten en cena; mas dirigido a mi sensibilidad, con respecto a
nuestros niños, que son los que reciben toda la información no es muy notorio el
impacto que se provoca en ellos, porque al estar en etapa de formación son una esponja
que absorbe todo tipo de imágenes, palabras, sentimientos, ejemplos y como opinan
menos obviamente porque su criterio está siendo manipulado, con buena o mala
intención, accidental o intencionalmente son el resultado de nuestras acciones, errores,
alegrías y frustraciones.

A veces pretender cambiar al mundo es pensar que nuestro granito de arena


puede mover la balanza, si así lo hiciera, no estamos educados para cooperar y ser
pacientes para ver los resultados, es como una huelga silenciosa de brazos caídos, solo
producimos, no creamos, nuestro potencial se pierde entre todas esas personas que
hacen fila en la balanza y durante el camino se olvidan de qué están hecho y para qué
sirven.

Con una mentalidad así es que nuestros niños sufren todos los días cualquier
cantidad de abusos de todo tipo, sin esperar protección ya que pasa dentro de su propio
círculo, “si es así, entonces así debe ser”.

Ya que no podemos re-educarnos colectivamente otra vez, no hay escuela para


padres donde obviamente nos haría tener una retrospectiva propia y descubrir que
hicimos y que hacemos mal con nuestros hijos, cosa que desde ya es difícil de aceptar,
en especial en frente de todos de igual manera personalmente, nos debería llegar a todos
un libro específico, un amigo especial, hasta cambiar de dirección o cambiar de amigos
para prevenir la mala influencia de la pobreza y de los medios convertidos en violencia,
aún así debemos seguir trabajando duro y sin descanso, sin tiempo para alimentarnos
internamente en todos los sentidos, el resultado es el mismo, lo ven, lo sienten y lo
aprende nuestros hijos.

No podemos tener muchas esperanzas de cambio, de paz mundial, de corregir el


problema del medio ambiente si lo que creamos es una atmósfera de personas más
interesadas en la satisfacción propia, hasta vacías y mecánicas, para trabajar o acumular
dividendos que cada vez piensan mas en llevarse la torta que dividirla.
El clasismo de nuestro país, de nuestra sociedad aumenta esa condición de
personas que crecen con un sentimiento de venganza, de odio, de desprecio, de
indiferencia; el antes y el después de una sociedad conservadora y costumbrista, se
pierde en una mezcla de salvarla de morir pero no trasmitirla, entonces ¿que nos queda?

El resto del mundo nos dice que hay muchas maneras de estimulación temprana,
la novedad todavía cuesta bastante y es frustrante, estresante no poder comprarla, no
practicarla es como no querer a un hijo, pero qué padre puede soportar vivir en el medio
de una sociedad en pleno cambio y el resto del mundo que siguen diciendo que nuestra
capital es La Paz.

Les seguimos los pasos, un respeto a la lengua extrajera, un devalúo no solo de


nuestra moneda, si no de nuestra actitud de que somos menos y la certeza que si
estudiamos en el extranjero sabremos más; achicar la puerta al turismo no paga de
alguna manera la cuenta que dejaron hace muchos siglos, eso no se aplica a nuestro
país, y con la misma fuerza lo nuestro nos obliga a irnos a infestar otros países, ellos nos
reciben porque necesitan la clase obrera, Latinoamericanos, para ellos todos nos
parecemos, tomamos los trabajos que ya nadie quiere en sus países.

Un sacrificio tal que va de la mano del abandono que sufren ahora nuestros
niños. Ahora es tan fácil conseguir un pasaje al mundo de las oportunidades por una
cantidad que cuesta en creces devolver, no solo físicamente, si no también
psicológicamente a nuestras familias: el aporte, el legado, la dignidad que ya no tiene
tanto valor trabajar por él.

Constantemente las personas no pueden luchar contra la corriente, no pueden


controlar actitudes, ejemplos, expresiones que nos influyen sobremanera, entonces nos
quedamos con la esperanza de que sobreviva el más fuerte, -hay que apartar para
avanzar sin darnos cuenta que en el camino podemos empujar a los demás al precipicio.

En forma general, es como yo veo que nuestra sociedad está llevando las cosas,
si no es la pobreza en sí, hay personas que ahora escapan de la realidad, de su
responsabilidad, es mas fácil sufrir solo que con la familia, entonces los hacemos
presos de esperanzas a una edad tan tierna, que no lo merecen, no entienden ese tipo de
necesidad, se quedan aletargados con la esperanza de cuando llegará ese día prometido
que todo va a cambiar, el tiempo mínimo de ausencia ya es suficiente para marcarlos de
por vida.

Pienso que debemos hacer algo al respecto, si no podemos frenar la migración a


otros países o tener un eficiente programa de planificación familiar y evitar la
superpoblación de hijos en especial en las zonas periféricas de cada ciudad de Bolivia,
educar tanto a los hombres como a las mujeres que el machismo limita y no hay porque
convivir con ello o tener un mejor sistema de salud, entonces debemos cuidar a los más
desprotegidos, en una edad bastante crítica, si queremos buscar un desarrollo próspero
para todos a largo plazo, entonces debemos enterrar nuestra bandera justo ahí, en el
corazón de los niños.

Si los tratamos con amor, siempre terminan produciendo más, más responsables,
más independientes, y con objetivos altos para alcanzar a lo largo de sus vidas,
debemos mejorar el sistema educacional de nuestro país, adjuntar materias que motiven
y desarrollen sus potenciales y principios, empujarlos a valorar sus vidas a pesar de todo
lo que viven, o dirigirlos para que ellos mismos se pregunten y lleguen a utilizar todas
sus virtudes, se juzguen ellos mismos y no se vean como una copia fiel de lo que dice la
sociedad que son.

Si no podemos hacer lance al bombardeo diario de información descontrolada, y


evitar que los niños se acostumbren a la violencia en el mundo, entonces propiciar una
hora al día para que aprendan a despojarse de lo que es malo para ellos, enseñarle los
principios de la vida y que vayan paso a paso creciendo interiormente para liberarse de
esa cultura que les enseña a vivir por debajo de los demás o por encima de otros.

Difícil es sin duda, pero lo importante es dar el primer paso.

Si de todos los alumnos de un aula, se puede llegar solo a diez, entonces puede
ser que para el futuro hayan diez hombres que no utilizarán la violencia como solución a
sus problemas personales, que no caerán en el vicio del alcohol, diez mujeres que
decidirán responsablemente sobre sus vidas y sus cuerpos, que no se quedarán a merced
de la palabra de alguien egoísta cuyos posibles hijos no serán expuestos en ningún
sentido a matar el valor de sus mentes ni de sus corazones.

Mas específicamente aplicar una materia nueva que funcione en todos los
colegios, donde los niños pasan mas tiempo y terminan de forjar sus vidas, que el
contenido se desarrollen actividades donde se practiquen juegos, terapias de escrituras,
de diseños creativos, reforzando su originalidad, aplicar tests constantes para saber todo
el tiempo cómo están emocionalmente, leer sus mentes a través de sus creaciones y
motivarlos a continuar para llegar a donde quieren llegar, a pensar en ello, para meditar
de lo que quieren cuando grandes, y educar esa introspectiva para el bien propio, que
confíen en alguien y que busquen refugio, crear sobre ellos un parche psicológico que
evite que sean esclavos de la sociedad y de deseos superficiales.

He escuchado muchas veces, personas que agradecen, que les dan ahora la razón
a sus padres por haberlos tratado con tanta violencia, o maltratado verbalmente porque
sienten soledad, y al fin ellos fueron los que les dieron un techo y un plato de comida,
pero al aceptarlo, es cómo aceptan ser con sus hijos y cómo se miran ellos mismos.

Debemos hacer algo urgente, mas que una solución estadística económica, hay
que llegar al interior de la persona, una máquina que se daña y queda inservible se
deshecha, no convirtamos a nuestros niños en procesos sistemáticos insensibles al futuro
y sin capacidad de planificar el bien común. Si nadie mas fuera de casa le enseña al niño
a no contaminar el ambiente, lo seguirá haciendo y por su ejemplo, otros lo harán; si
además del hogar, en la escuela escucha a una sola voz que contaminar es malo, la
siguiente vez será algo dentro de él que evitará que lo haga.

No me parece imposible, mas me parece real, capacitar en la parte humana no


para que se quede en un diploma, ni esperar que lo apliquen sobre la misma rutina de
todos los días, si no que sea específico, dirigido, consecuente todo el año, no solo
afectará a los alumnos si no también al que imparte la clase, y esos niños empezarán a
medir las cosas formándose un criterio propio.

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