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Conocido como el padre de la Escuela Clásica, Adam Smith fue un filósofo y economista
escocés que instauró las bases del modelo económico presente hasta nuestros días.
Considerado el padre de la economía política. Se lo llamaba Filósofo moral.
Adam Smith vino al mundo en Kirkcaldy, pequeño pueblo escocés de pescadores, cercano
a Edimburgo, en un día primaveral de fecha desconocida del año 1723. Fruto del
matrimonio conformado por Adam Smith, trabajador de aduanas, y de Margaret Douglas,
heredera de un terrateniente de clase alta. Su padre muere tres meses después de su
nacimiento, quedando huérfano de padre a tan temprana edad, por esta razón creó una
estrecha unión con su madre.
A los 36 años gana renombre con la publicación en 1759 de su obra sobre ética Teoría de
los sentimientos morales. Donde enuncia que al ser humano no solo lo motivan el egoísmo
sino también una fuerza contraria y complementaria un sentimiento a favor de los demás
que llama empatía. Con la extensión de la Revolución industrial y la prosperidad que
Smith descubre despierta su atención, que se concentra en las prácticas mercantiles de sus
vecinos, para tratar de explicar como buen filosofo que es, el nuevo mundo que lo rodea.
Desde 1763 Adam recorre durante tres años Tolouse Ginebra Paris y Londres, conoce a
Quesnay y Turgot, los fisiócratas franceses y a los iluministas Voltaire y Diderot y
Benjamin Franklin y sus ideas de libertad que inspiraran la revolución francesa.
Al respecto de este espíritu de época, que busca comprender los fenómenos de manera
científica enfrentada al pensamiento religioso escribe su segundo libro. Una investigación
sobre la naturaleza y causas de las riquezas de las naciones que verá la luz en 1776 y será
conocido como La riqueza de las naciones, este es considerado el primer libro de economía
moderna y el primero en sistematizar científicamente las bases del capitalismo.
La División del trabajo también se difunde de a poco entre los artesanos independientes, el
carpintero que antes fabricaba muebles de todo tipo ahora se dedica solo a la fabricación de
sillas. La manufactura transforma los roles de la sociedad conocidos hasta ese momento, el
nuevo capitalista industrial ya no se encarga de la compra y venta de mercancías sino de
su producción, es durante la fabricación donde obtiene su ganancia, no va al mercado esto
lo hace el mercader que vive de comprarle lo más barato posible al industrial y venderlo lo
más caro que pueda en el mercado.
Para Smith la división del trabajo provoca un gran incremento en la riqueza y en la cantidad
de mercancías que produce la sociedad, esto se da principalmente por tres motivos:
Smith cree que la fuente de toda riqueza es el trabajo de una nación, pero no todo trabajo
crea valor sino que existe un trabajo productivo y uno improductivo. El primero es
realizado por los obreros, comerciantes y los capitalistas industriales; el segundo involucra
al resto de las actividades, el soberano con toda su gente, el ejército, la marina, sacerdotes,
abogados, médicos, hombres de letras, cómicos, bufones, cantantes y danzantes. De esta
forma Smith deja bien claro que el fundamento del progreso de la sociedad es la producción
industrial, por lo tanto, para aumentar la riqueza de la sociedad debe aumentar su trabajo
productivo total. Según Smith el motor que propulsa este incremento se encuentra en un
atributo propio de la especie humana, los hombres y mujeres, les guste o no, tienen una
tendencia a comprar y vender, es una característica del ser humano tan natural como beber
y comer. A esto denomina la propensión natural al cambio. En este sentido si la compra y
venta es propio de la especie humana, no se entiende por que no surgió antes, Smith explica
que no pudo manifestarse con anterioridad porque el tamaño del mercado no era suficiente,
cuando el mercado es muy pequeño los individuos temen dedicarse por entero a una
actividad ya que existe la posibilidad de que no puedan cambiar el sobrante de sus
mercancías por esas otras que no producen y necesitan. A esta manifestación a la
propensión del cambio ha ayudado los descubrimientos en los transportes de navegación
que permiten a los comerciantes realizar largos viajes y llegar a nuevos mercados. Ya con
grandes mercados las personas se animan a dedicarse por completo a la elaboración de un
producto, ya que están seguros de que podrán obtener a cambio de sus mercancías los
bienes que necesitan y no producen.
Smith señala que las mercancías tienen dos valores, el valor de uso y el valor de cambio: El
valor de uso deriva del hecho de que son útiles, pueden satisfacer alguna necesidad
humana. Las mercancías también tienen un valor de cambio o precio, es decir a cuanto las
adquirimos en el mercado. Smith sostiene que el valor de cambio no se determina por el
valor de uso o la utilidad de las mercancías, el valor de uso o la utilidad depende de cada
persona. Antes surgía de la cantidad de trabajo en la elaboración de la mercancía, esto regia
el intercambio. Por ejemplo si un par de zapatos se elaboraba en dos horas de trabajo y una
silla solo en una hora, el zapatero le cambiará un par de zapatos por dos sillas al artesano,
esta es la ley de valor trabajo. En la sociedad capitalista con el desconocimiento sobre los
tiempos necesarios para la producción de los bienes manufacturados la ley de valor trabajo
deja de operar según Smith. Asegura que el precio ya no está regido por el trabajo
incorporado.
En uno de sus aportes Smith enuncia las diferentes clases sociales que componen la
sociedad moderna: Los trabajadores, los capitalistas industriales y los terratenientes, cada
clase es dueña de los tres factores necesarios para la producción. El trabajador es dueño de
la fuerza de trabajo y recibe como retribución un salario, el capitalista es dueño del capital
y a cambio recibe un beneficio y finalmente el terrateniente como dueño de la porción de
tierra recibe un ingreso de parte de quienes la trabajan. Smith desarrolla entonces la teoría
de los costos de producción, dice que el precio de una mercadería surge de sumar el salario
la ganancia y la renta que se paga.
En toda sociedad dice Smith existe un nivel de salarios, beneficios y rentas, dichos niveles
son llamados Niveles Naturales, cuando el precio de venta alcanza a pagar exactamente los
salarios de los trabajadores, el beneficio del capitalista y la renta al terrateniente la
mercancía se vende por lo que realmente vale, este es el precio natural. Pero el precio al
que se vende la mercancía o precio de mercado puede ser igual mayor o menor que este
precio natural, todo depende de la cantidad de mercancías ofrecidas y demandadas en el
mercado.
Cuando la oferta y la demanda son iguales el precio natural y el de mercado coincide y nos
encontramos en el precio de equilibrio del mercado, esta es la ley de la oferta y la demanda.
Smith también asegura que la división del trabajo provoca que la rutina del trabajador sea
monótona y que entorpezca al trabajador y lo incapacite para realizar otras actividades.
Admite también que los capitalistas y trabajadores tienen intereses contrapuestos por lo que
existe la posibilidad de conflicto, el trabajador quiere que su salario sea lo más alto posible
y el capitalista quiere pagar lo mínimo posible pero en esta negociación no se encuentran en
igualdad de condiciones, Smith reconoce el poder de acuerdo con el que cuentan los
capitalistas para mantener los salarios bajos y nota que el derecho protege a la clase
burguesa, además al no contar con las maquinas necesarias para producir coloca a los
trabajadores en una situación de dependencia con respecto al capitalista. Sin embargo
Smith defiende el sistema capitalista y lo cree necesario para el progreso de la sociedad.
Finalmente, así como cada abeja construye su hexágono, sin saber que está construyendo
junto a otras un panal, los individuos buscan la inversión más rentable para el capital con el
que cuentan y un orden natural o mano invisible lo guía hacia el beneficio de toda la
sociedad. Como el interés personal es la fuente del progreso económico y del bienestar
general, los individuos deben poder tomar sus decisiones libremente. Smith recomienda la
libertad de mercado y la eliminación del proteccionismo alentado por los mercantilistas,
cree que con la libre competencia el desarrollo de la economía capitalista no solo hará
crecer la riqueza de las naciones sino que también mejorara las condiciones de vida de los
más pobres. Por su parte el gobierno debe garantizar la defensa contra agresiones
extranjeras, la justicia, las obras e instituciones públicas y la protección e la propiedad
privada.
Bibliografía
http://www.alfinal.com/Economia/lariquezadelasnaciones.php
http://personajeshistoricos.com/c-filosofos/adam-smith/
https://www.youtube.com/watch?v=4t4XScyCfM0