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Iglesia de Cristo

Villa Francia, Talca


13 de Nov. 2011
Viviendo la Regla
Carlos R. Bello (Mateo 7:12)

Introducción (Atención)
A. ¿Está usted feliz en su matrimonio? ¿Tiene usted una relación cercana con sus hermanos? ¿Está usted en paz con sus compañeros?
B. En Mateo 7:12, Jesús describió un enfoque radical y desinteresado en las relaciones sociales. “Así que todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”.
1. Este precepto [comúnmente llamado “la regla de oro”] requiere que nosotros nos preocupemos por los demás, como lo haríamos por
nosotros mismos. No confundir con otras “reglas”… [Algunos creen que citan la Regla de Jesús, pero en realidad citan otras “reglas”…]
a. La regla de bronce: “Haz a los demás, como ellos te tratan a ti”. [dar “bien por bien, mal por mal”. Reciprocidad. Venganza].
b. La regla de plata: “No hagas a otros, lo que no quieres que otros te hagan a ti” [Confucio 551-479 a. C. Es negativa. “No hacer”].
2. El Nuevo Testamento se refiere a este principio como la Ley Real. Santiago 2:8 [“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”]
C. Esta regla es tan básica, tan familiar, que a veces no nos damos cuenta qué tan profundamente puede y debe afectar nuestras vidas.
1. [Proposición]: Puesto que Dios es amor, debemos aprender a practicar el amor en nuestras relaciones con los demás.
D. El Plan de esta lección (los puntos principales):
1. Definiendo la Regla
2. Imaginando la Regla
3. Aplicando la Regla

I. Definiendo la Regla
A. Su Preeminencia
1. La Regla [“de oro”] es el FUNDAMENTO de las leyes sociales de Dios. Mateo 7:12b; Mateo 22:39-40
c. El amor es una característica que define a Dios. Él no sólo ama. Él es amor. 1 Juan 4:8
d. El amor es el fundamento de la relación de Dios con los hombres. Él busca nuestro bienestar. 1 Juan 4:9-10
2. Esto no excluye la santidad y la ira de Dios. Dios es amor, pero Dios también es luz (1 Jn. 1:5-7; Salmo 33:5; 45:7)
a. Es la santidad y la ira de Dios la que nos hace inclinarnos ante Él (Heb. 12:28-29). Es el amor lo que nos mantiene ahí.
b. El amor es el fundamento de la ley de Dios, porque la ley de Dios es una extensión de su carácter.
B. Su Práctica:
1. La Regla [“de oro”] es el CUMPLIMIENTO de las leyes sociales de Dios. Romanos 13:8-10
a. El Amor es un asunto de acción, no emoción. El amor actúa (se ve) por obedecer a Dios (cp. Juan 14:15, 21-24)
1) Mucha gente, aun “religiosa” dice que ama a Dios, pero no obedecen a Su palabra (Mat. 7:21-23; Col. 3:17)
b. Amar a nuestro prójimo es una decisión de actuar (de hacer algo) para su bien. Romanos 12:17-21
1) AMOR [Gr. ágape] se define como buena voluntad que busca hacer el bien que la otra persona necesita (aunque no
merezca) a costa del sacrificio (dar) de uno mismo. [Dios nos amó y se ve en que hizo algo para nuestro bien (1 Jn. 4:9, 10)]
2. Dios es el modelo para el amor que estamos llamados a vivir. Efesios 5:1-2
a. Nuestras actitudes y acciones hacia los demás son inspiradas por la manera que Dios es con nosotros. 1 Jn. 3:16-18; 4:11
b. Dios bendice a sus enemigos; y así debemos hacer; Dios busca la paz con todos los hombres; y así debemos hacer.
3. Amar a nuestro prójimo es tan simple como poner su bienestar por encima del propio bienestar nuestro. Fil. 2:3-8
a. No importa cómo se comporte mi prójimo, la Regla se trata de cómo Yo escojo actuar.
b. No se trata de ti, de tus necesidades, de tu felicidad, de tus deseos; la Regla se trata de los demás (del bienestar de ellos).
c. Esta Regla resume la mente y el corazón de Cristo. Todo lo que Jesús hizo, lo hizo para los demás. Toda su vida fue la regla de
oro una y otra vez. Cada cosa que hizo (milagros, palabras, etc.), lo hizo porque era bueno para nosotros. Mat. 20:28; Mr. 10:45)
4. Trata a los demás como tú quieres ser tratado, no como ellos te tratan, no como ellos se merecen.
a. La regla es injusta. Requiere que hagamos más que los otros; que seamos desinteresados, cuando los otros no lo son.
b. La regla nos exige ser como Dios, amar como Él ama, hacer como Él hace. Lucas 6:27- 38.
5. La regla es radical (extrema), nos hace vulnerable a que se aprovechen de nosotros. Esta pone en riesgo nuestras cosas.
a. El asunto es… ¿Dejaremos que el mundo determine nuestras actitudes y acciones, o vamos nosotros a escuchar a Dios?
b. La Regla es simple de entender; provee un principio básico para guiar todas nuestras relaciones.

II. Imaginando la Regla


A. ¿Qué si el mundo viviera por esta regla?
1. ¿Puedes imaginar un mundo que viviera la Ley Real? [Sant. 2:8 “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”]
a. ¿Cómo sería un gobierno que gobernara por este principio?
1
b. La justicia exalta a una nación. ¡Una nación así tendría la bendición y protección de Dios!
2. Lamentablemente, los gobiernos humanos son inevitablemente defectuosos y corruptos, y esto no cambiará.
B. ¿Qué si aquellos alrededor de mí vivieran por esta regla?
1. ¿Puedes imaginar si tus amigos y familiares, todos, practicaran la Ley Real?
a. ¿Cómo podría este principio cambiar el comportamiento de mi jefe, de mi cónyuge, o de mis suegros?
b. ¡Cuánto más simple, feliz, y mejor sería nuestra vida si los demás nos trataran en esta manera!
2. Por desgracia, nosotros no podemos hacer que otros cambien, nosotros podemos orar por ellos y animarles a mejorar.
C. ¿Qué si Yo viviera por esta Regla?
1. Esta es la única persona a quien yo puedo cambiar: a Mí. ¿Puedes tú imaginar tu vida si fuera gobernada por la Ley Real?
a. ¿Cómo podría este principio cambiar mi conducta hacia mi jefe, mi cónyuge, y mis suegros?
b. ¡Cuánto más simple, feliz, y mejor sería mi vida si yo me pongo a vivir de esta manera!
2. ¿Por qué no estamos viviendo la Regla? Esta regla debería ser nuestro comportamiento siempre. Debería ser nuestro hábito.

III. Aplicando la Regla


A. Viviendo la Regla en el Hogar
1. ¿Cómo podrían nuestras relaciones matrimoniales y familiares ser transformadas por este principio?
a. La Regla excluye todo comportamiento egoísta; requiere que pensemos en los demás antes de actuar.
b. Este principio es un enfoque radicalmente diferente sobre el matrimonio y la paternidad de lo que se ve en el mundo.
2. ¿Está usted viviendo la Regla como cónyuge, tratando a su pareja como a usted le gustaría ser tratado?
a. Las deficiencias de su cónyuge son irrelevantes (el punto principal es); ¿Cómo está usted eligiendo comportarse?
b. No hay lugar para el egoísmo en el hogar; se trata de las necesidades de Ella (ó de Él), no de las tuyas.
3. ¿Estás usted viviendo la regla como un padre, tratando a sus hijos con el respeto que usted demanda de ellos?
a. Los padres deben ser modelo de conducta de las cualidades que requieren de sus hijos.
b. El amor debe ser severo. El amor demanda que demos a otros lo que ellos necesitan, aún cuando sea la corrección amorosa
(Por Ej. el castigo amoroso con “vara”, dado con autocontrol. Prov. 3:12; 13:24).
4. ¿Estamos animando a nuestros hijos a vivir la Regla en su trato con sus hermanos y amigos?
B. Viviendo la Regla en el lugar de trabajo
1. ¿Cómo vivir la regla puede cambiar nuestras relaciones y conducta en el lugar de trabajo?
a. Cómo empleador o supervisor, ¿está usted tratando a los que están bajo usted como le gustaría ser tratado?
b. Cómo empleado, ¿está usted dando a su empleador el respeto y esfuerzo que usted desearía?
2. La Regla se aplica a cada persona; sin importar su posición o poder.
C. Viviendo la Regla en la Iglesia
1. ¿Cómo podría la Regla cambiar nuestras relaciones y conducta en la iglesia local?
a. Como hermanos, no debemos vernos el uno al otro por lo que podemos conseguir, si no por lo que podemos dar.
b. No importa si me agradan mis hermanos; lo que importa es que yo escoja servir a ellos.
2. Debo dar a mis hermanos el beneficio de la duda (en vez de sospechar malos motivos de ellos. Podemos juzgar hechos, pero
no motivos, 1 Cor. 4:3-5; 1 Cor 13:7, el amor espera lo mejor), ser tardo para enojarme u ofenderme, ser paciente, y estar muy
dispuesto a perdonar las ofensas (1 Cor. 13:4-5; Ef. 4:26, 27; Sant. 1:19; Col. 3:13).
a. ¿Te gustaría una sonrisa y un saludo amable? Dale esto a los otros. ¿Aprecias que escuchen cuidadosamente lo que tienes que
decir? Sé un buen oidor de los demás. ¿Aprecias la sinceridad y confianza en una relación? Se así tú con ellos.
b. ¿Te gustaría que cuando un hermano haga notar un defecto tuyo, o te diera una crítica, lo haga con un espíritu manso y apacible,
y considerando sus propias fallas? Hazlo así tú con ellos. ¿Te gustaría que los demás fueran comprensivos con tus defectos, en
vez de pesimistas y negativos? Entonces, actúa así tú con los demás. ¿Te gustaría escuchar menos críticas negativas, y que se
fijaran más en algunas de tus virtudes? Hazlo así tú hacia ellos. ¿Apreciarías que otros te trataran con paciencia y amor, aun
cuando no estés actuando en tu mejor momento? Trata a los otros con paciencia y amor, aun si ellos no actúan así hacia ti.
c. ¿Te gustaría que se preocuparan por ti (en vez de volverte la espalda y dejarte abandonado) y que te alentaran y te aconsejaran
con paciencia y amorosamente si comienzas a andar “desordenadamente” como un cristiano, o si estás cometiendo una falta?
(1 Tes. 5:14; Gal. 6:1) Entonces preocúpate, trata de acercarte, y ayuda a los hermanos que tú ves que andan así.

Conclusión (Invitación, acción)


1. DESAFÍO: pase la siguiente semana, o siguientes dos semanas, o 30 días viviendo por la Regla del amor.
a. Hágase el compromiso de practicar “la Regla de Oro” en todas sus relaciones. Pare y piense antes de actuar.
b. Pida a su cónyuge, o amigo (o compañero) recordarle de su compromiso. Vea cuan dramáticamente su vida cambia.
c. Recuerde que La Regla es: trata a los demás como tú quieres ser tratado. No como ellos te tratan, ni como ellos merecen.
Es activa (positiva) y desinteresada. Se trata de aprender a practicar el AMOR en todas nuestras relaciones con los demás.
2. Dios es amor; y la muerte de Jesús por nosotros nos enseña el verdadero significado del amor. ¿Obedecerá usted a Él? Mr. 16:16
a. Jesús puso la Regla [de “oro”] al final del Sermón del Monte: sólo cristianos buscarán en verdad practicar la justicia del reino.
(Sermón por Joel M. Ellis, traducido y adaptado por Carlos R. Bello).
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